Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Voto en blanco, ¿qué balance?

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Frente al referéndum, el FIT y otras organizaciones de izquierda llamaron a votar en blanco (lo mismo hice en notas publicadas en el blog). El argumento central de la izquierda fue que el voto en blanco era importante para no hacerle el juego a la derecha; y que representaba un pronunciamiento contra una salida a la crisis en manos del gran capital y sus partidos, y a favor del desarrollo de una alternativa política propia de los trabajadores.

Pues bien, el resultado del domingo dice que el voto en blanco fue mínimo. También fueron mínimas otras formas de repudio a las alternativas que se presentaban, tales como el voto nulo o la abstención.

Ya a raíz de los resultados de la elección anterior planteé que para los socialistas el dato más relevante era que el 92,6% de los votos, a nivel de todo el país, había ido para los cuatro primeros partidos burgueses (aquí). A la vista del resultado del último domingo, el balance es aún más sombrío. El porcentaje de votos en blancos fue menor incluso que los votos que obtuvo el FIT en agosto.

Con lo anterior no estoy diciendo que la izquierda debería haber recomendado votar a Scioli, o a Macri. La realidad es que el voto “positivo” hoy es capitalizado políticamente por los partidos burgueses. En palabras de Sabatella, “en la confrontación entre los dos modelos, la mitad de Argentina se pronunció a favor de nuestra propuesta”. En el mismo sentido, los representantes de Cambiemos dicen que el resultado del ballotage significa un aval de los electores a su programa. La única alternativa coherente de la izquierda entonces era el voto en blanco (o el voto nulo). La izquierda marxista no puede quedar pegada a estos programas burgueses que, por otra parte, son muy similares.

Sin embargo, la cuestión a dilucidar es por qué la inmensa mayoría de la población desoyó el llamado de la izquierda. Mi respuesta, que la he adelantado en la nota citada (y en notas anteriores), es que el ideario socialista está quebrado en la conciencia de las masas. Y esto adquiere su máxima expresión en el ballotage, y en el hecho de que incluso gente que había votado al FIT, o a otros partidos de izquierda, finalmente parece haber dado su apoyo a alguno de los dos candidatos principales.

Por supuesto, mi explicación de la situación en que se encuentra el socialismo es solo una hipótesis y estoy abierto a escuchar otras explicaciones. Pero no podemos desconocer la dificultad. Y esta no se supera diciendo “nos veremos en las próximas luchas”. Estas “salidas” no son salidas. El problema es ideológico y político. Por eso hay que ponerlo en la agenda de discusión de la izquierda. Hay que mirar las dificultades de frente, sin empañarlas con frases consoladoras.

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Voto en blanco, ¿qué balance?

Written by rolandoastarita

24/11/2015 a 12:03

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51 respuestas

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  1. Rolo,
    Por que un la mayoría elige partidos burgueses?
    porque la mayoría de la población ni sabe siquiera que es un partido burgués, porque las experiencias de los socialismos fueron un fracaso, porque los partidos de ultraizquierda proponen cosas irreales (no pago de la deuda, aumento de la canasta familiar (mágicamente) etc), porque creen que el Estado es neutral (sin saber que es neutral, creen que el Estado es para beneficio de la población), porque no creen en las clases sociales como irreconciliables,

    Por que el blanco saco 1.19%?
    Porque aun los que si saben o creen todo lo de arriba, piensan que había diferencias apreciables entre Scioli y los gobiernos K y Macri, y porque piensan que era mejor pelear contra scioli que contra macri.

    De todas formas los partidos de izquierda revolucionaria en ningún país del mundo, en las ultimas décadas obtuvo mas del 10% en ninguna elección

    ¿Acaso no habría que revisar aun las cosas mas asentadas dentro del Marxismo o de la Izquierda?

    ¿O el poco caudal electoral de la izquierda mundial sera por el rotundo fracaso del «socialismo real» pero sobre todo por el rotundo triunfo del capitalismo desde mediados de los 70s?

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    Jose

    24/11/2015 at 12:22

  2. De acuerdo.
    La discusión debe incluir el hecho -importante- de que algunas variantes de las culturas e ideas de las clases dominantes contaminan a la izquierda, lo que explica, por lo menos en parte, su impotencia crónica.
    Contribuyen no poco a esta impotencia de las izquierdas el mesianismo o egocentrismo de sus dirigentes y las querellas de “capilla” entre los distintos grupos.
    En lugar de darse como tarea principal escuchar las preocupaciones que tienen en su vida cotidiana y tratar de saber cómo piensan las masas populares y a partir de ahí tratar de promover entre las mismas una alternativa de transformación radical, viable y operante al sistema actualmente vigente que aquéllas asuman como propia, constituyéndose en sus protagonistas.

    Es un hecho que – en las condiciones subjetivas actualmente existentes las masas populares tienden a ser espontáneamente conservadoras. Dicen: “Es lo que hay”, “no hay alternativa”, “roban pero hacen”, etc.

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    Teitelbaum

    24/11/2015 at 12:32

    • De todos los comentarios que leí este es con el que más acuerdo. Yo creo que la cosa pasa por la cultura política de izquierda y también por las formas organizativas.

      Como es una cultura política anti-capitalista tiene la ventaja de que promueve la investigación y difusión de la verdad y el conocimiento en tanto son armas contra el capitalismo. Pero no hay un compromiso ético con la verdad. Si la verdad colisiona con los intereses del Partido, suelen ganar los segundos.

      Los intereses partidarios, incluso los de un partido que apunte a una revolución socialista, involucran intereses personales de los dirigentes de ese partido. Cuando mantener a la militancia entusiasmada y comprometida con el partido se transforma en un interés de los dirigentes, queda en segundo lugar respecto al compromiso de hacer balances de la realidad que puedan significar reconocer derrotas y reconocer una situación de impotencia. Parece preferible vender que seguimos siendo pocos pero el régimen pende de un hilo, que nosotros perdimos pero ellos también, que nosotros todavía no tenemos el poder pero ellos están en crisis, que lo importante es seguir la lucha como sea aunque signifique valernos de métodos que siempre nos llevan al fracaso (o a éxitos temporales que sabotean los objetivos de máxima).

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      Danilo Castelli

      24/11/2015 at 19:36

  3. Paso el dossier de un número reciente de la revista Dialektica. A mi este texto me sirve, entre otros, para pensar este tema.

    http://www.revistadialektica.com.ar/index.php/secciones/dossier/37-introduccion-al-dossier-del-numero-25-el-olvido-del-ser-capitalista-politica-subjetividad-deseo-autoconsciencia.html

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    Andrès

    24/11/2015 at 12:42

  4. Por que el blanco saco 1.19%? Pues sera que tenia razón Peron en su lectura de que el obrero argentino tiene «alma de burgues» o los que piensan que el hombre no es bueno, que es un ser esencialmente destructivo,egoista,sobreviviente capaz de ahogar al de al lado para mantenerse a flote.como lo demuestran varios hechos a lo largo de la historia, en fin un animal indomesticable
    Con respecto a lo otro para los años venideros aunque sea mas anhelo que realidad tengo 2 expectativas en la izquierda argentina:
    la primera que el FIT se consolide y llame a la unidad de la izquierda a agrupaciones como el Nuevo Mas y Autodeterminacion Y Libertad , que se deje de peleas innecesarias y cosas tan ridículas como no poder acordar una lista única(aunque viendo lo ultimo lo veo dificil), y que sus dirigentes dejen de dar en los medios la imagen de «profetas del caos» que nunca llega
    lo segundo que se forme y consolide un partido Marxista no Trotskista que defienda gran parte de las ideas que en este blog se expresan. y quizá en 2019 con un poco de suerte no tengamos que volver a votar en blanco. Saludos

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    Rey

    24/11/2015 at 14:11

    • No sé si el obrero argentino tiene alma de burgués. Como marxista no considero que tenga alma. Lo que sí tiene es bolsillo. Y es su víscera mas sensible. Tiene que serlo porque de allí sale el bienestar de su família. Reitero: nuestra generación no conocerá el socialismo, somos un eslabón mas de una larga cadena que lleva mas de un siglo y nuestra responsabilidad es pasar a la siguiente el testigo de una clase obrera numerosa, sana, bien vestida, bien alimentada, bien educada. En la última elección se enfrentaron dos políticas capitalistas clásicas: proteccionismo versus librecambio. ¿Cuál le conviene mas al proletariado argentino? Proteccionismo. ¿Cuál candidato lo proponía? Daniel Scioli. Por eso milité y voté en consecuencia . Y los camaradas del llano no me defraudaron. ¿Hubiera sido posible la admirable actuación de los sindicatos clasistas de los años 60 y comienzos de los 70 en nuestra patria sin el desarrollo industrial prohijado por la Segunda Guerra Mundial y profundizado por el General Perón hasta su derrocamiento? ¿No fue acaso el crimen mayor del Proceso «la miseria planificada para millones», como denunció en su Carta Abierta a la Junta Militar Rodolfo Walsh, mediante atraso cambiario, tablita y paraguas Made in Taiwan? ¿No fue su objetivo supremo transformar a los obreros argentinos en marginales para quebrar su espíritu de lucha? Bien, este es mi análisis. Tal vez esté equivocado, puede ser. Pero equivocado y todo es el mío. He actuado conforme a él desde que era un adolescente y no voy a cambiar entrando en la cincuentena. De haber dependido de mí, hubiera vendido los votos de la izquierda al Sciolismo a cambio de concesiones a los trabajadores. La ley Recalde de participación de los obreros en las ganancias de las empresas, por ejemplo.

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      José Mercado

      24/11/2015 at 16:39

    • Estimado, respeto sus razonamientos, pero por favor, no se saltee eslabones. Escribe: «¿Hubiera sido posible la admirable actuación de los sindicatos clasistas de los años 60 y comienzos de los 70 en nuestra patria sin el desarrollo industrial prohijado por la Segunda Guerra Mundial y profundizado por el General Perón hasta su derrocamiento?»
      Le informo que el eje de la lucha obrera en el Cordobazo y luego en los 70s fueron los obreros mecánicos, que trabajaban en las empresas automotrices, que vinieron con Frondizi (un «entreguista» y «pro-imperialista», según la clasificación usual de la izquierda que adhiere a los Scioli de turno).

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      rolandoastarita

      24/11/2015 at 17:23

  5. Si la mayoría de la población llegase a votar a un partido «de izquierda» es porque esa propuesta «de izquierda» es funcional al sistema capitalista, ya que hay una simbiosis entre la ideología general (que es la particular, la de la clase dominante) encarnada por el Estado y el consenso democrático del proletariado y el llamado «pueblo». Lo mismo ocurre con otras instancias estatales, como el sindicato de trabajadores: sintomático para bien sería que el proletariado formase sindicatos independientes de la patronal y el Estado y se federaran en la FORA de Argentina, por caso.

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    Fernando

    24/11/2015 at 14:23

  6. Lo más grave del balance de la izquierda durante las elecciones, incluido el balotaje, es que no habló del socialismo. No proclama su programa a los cuatro vientos. Oculta cuáles son sus fines últimos. La izquierda electoral retrocede a una época anterior al Manifiesto Comunista que exigía: “Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos sólo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente”.

    Hablar del socialismo y de los fines de los revolucionarios va a implicar discutir un balance de las experiencias de los socialismos reales a fin de restablecer el ideario comunista. Como una vez le escuché decir a Rieznik, va siendo hora que expliquemos a Pol Pot y a todos los demás, empezando por Stalin.

    Sin conciencia revolucionaria no se va a lograr nada y sin plantear ideas revolucionarias no se va a impulsar la conciencia revolucionaria.

    Las direcciones de los aparatos del FIT tienen un problema. Hacia adentro, para mantener la cohesión militante, por una lógica de aparato, sostienen ideas revolucionarias, hacen cursos sobre “El Estado y la Revolución” de Lenin, etc. Hacia afuera se impone la misma lógica de preservación del aparato que calcula que cuantos más votos saquen, más fondos recibirán del Estado burgués. La bajada de las banderas está en directa proporción con la expectativa de votos afirmativos a favor del FIT, lo que a su vez está en directa proporción con el incremento del aparato a través de los fondos estatales. Si se matan por la caja de la fotocopiadora de un centro de estudiantes qué no harán por dichos fondos.

    Si por sostener ideas revolucionarias sacamos pocos votos que así sea, habrá que trabajar para crecer, pero sabiendo dónde estamos parados.

    En cambio, el derrotero de los partidos del FIT se desliza hacia un reformismo radical democratizante que cabe dentro del capitalismo. Triste porque ni siquiera tuvieron la oportunidad de estar cerca de la lucha por el poder.

    Si no sostuvieron ideas revolucionarias durante esta elección, por qué confiar que las sostendrán durante una crisis revolucionaria en la que tengan que adoptar un papel activo en la organización de la violencia popular.

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    Lucas

    24/11/2015 at 16:30

    • Completamente de acuerdo con esta crítica del camarada Lucas

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      amauta

      25/11/2015 at 17:43

  7. Rolando, buenas tardes. Dos cuestiones que capaz me parecería interesante traer a colación respecto al tema.
    a) Si bien el voto en blanco al que llamo el FIT puede interpretarse como negación a legitimar partidos burgueses, por el otro lado, la instancia del ballotaje es interpretable como una definición entre A o B, de los cuales uno de los 2 de seguro asumirá. Y, por lo anterior,distinto de una elección «ordinaria», en la cual uno tiene mucha mayor diversidad de partidos a elegir (no es un «va a gobernar A o B sí o sí»). Creo personalmente que he ahí la primer diferencia por la cual se ha visto reducido el alcance de lo sugerido por el FIT.
    b) Comparado con el macrismo, DISCURSIVAMENTE (pongo las mayúsculas para hacer énfasis) el kirchnerismo posee en sus bases algo mucho más relacionado a un «progresismo» que el PRO. La diferencia clave estaría entre una demagogia sumamente «neoliberal» / «de gestión» (con, por ejemplo, cierres masivos de centros culturales) y otra que al menos pone en cuestión del debate ciertos temas de interés, si bien desde puntos de vista sesgados en algunos casos. Capaz por esto también se inclinaron votantes del FIT hacia el kirchnerismo.

    Así mismo, pregunto. ¿Puede ser que no hayan sido lo mismo económicamente hablando? Ambos parten de condiciones y relaciones sociales objetivas, y ambos representan a la burguesía. Pero hasta ahora los anuncios que viene haciendo Cambiemos son peores de lo que incluso los gabinetes económicos de ambos equipos venían proponiendo («cepo» al dólar, y la intención de firmar un TLC con la Unión Europea). Pido disculpas si mi pregunta busca la quinta pata al gato, o es reiterativa, es probable que esté influenciado por el pánico que me genera la firma de un Tratado de Libre Comercio.
    Saludos desde ya.
    Agustín.

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    Agustin.

    24/11/2015 at 19:48

  8. Coincido con tu hipótesis, y con la necesidad de reinstalar el ideario socialista (incluso creo que hay más temas para agregar a esa agenda de discusión). El punto es que el socialismo sólo puede derivar de luchas reales (claro, estoy seguro que coincidimos en esto). Para mi, ese lucha hay que darla incluso participando en las elecciones burguesas. La cuestión es que no vi que las fuerzas del FIT fueran más allá del típico agitativismo transicional, o de planteos economicistas y catastrofistas, mientras se esconde o evita el debate sobre la alternativa al sistema. Por supuesto, por ejemplo, no me olvido de la intervención de Del Caño reivindicando conquistas de la revolución cubana. Pero ahí tenes, con una falta de revisión crítica de qué socialismo estamos proponiendo (me hizo acordar a aquella liberal qué en los 80, 90 replicó “socialismo las pelotas”). Aquello, fue más bien una maniobra para ganar votos por fuera del trotkismo, y nada más.
    La otra cuestión, relacionado con la anterior es la necesidad de un sujeto político. Personalmente, sigo pensando en la necesidad de una vanguardia conciente y organizada . Pero esto parece tremendamente difícil hoy. Por distintas razones, es muy difícil construir esta alternativa en las actuales condiciones. Durante el siglo XX la influencia del estalinismo creo que fue una causa importante, de la crisis del socialismo. Sin embargo, en este siglo aún es difícil discutir las diferencias y casi ni se abren espacios para discutirlas. Se ve en las últimas elecciones, lo mismo en las luchas en los lugares de trabajo y estudio: cuando se convoca a espacios de confluencia por fuera de las organizaciones es para firmar al pie y mientras pequeños Bonapartes definen las principales líneas de acción.
    Estoy cansado, del laburo y de todo esto, disculpen la redacción.

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    Omar

    24/11/2015 at 21:31

  9. Coincido en general. Los números son abrumadores. La abstención no fue mínima, pero se mantuvo dentro de los estandares normales en torno a un 20%. Si el voto fuera optativo sería aún mayor. De todos modos, no significaría algo antisistémico, sino pasivo en tanto no expresara una abstención militante y revolucionaria. Aún así, en el caso de Argentina su crecimiento podría ser preocupante para el estabilishment que requiere vender a cada paso el mito de la fiesta de la democracia.
    La diferencia entre el voto blanco e impugnado y la votación de la izquierda en primera vuelta revela que gran parte de los sufragios de la izquierda estaban pegados con alfileres hasta con su programa democratizante. Incluso dentro del 2 % en el balotaje el desaire para con los dos candidatos difícilmente pueda ser interpretado como un cuestionamiento del capitalismo, por lo cual, los repetidos intentos de apropiárselos por parte de ciertos referentes de izquierda redundan en burda parodia.
    Sobre tu diagnóstico: Es inobjetable y no creo que haya dirigente de izquierda que pueda sostener lo contrario dos minutos sin caer en el absurdo total. Por eso a quienes lo afirmen con claridad se los trata de desmoralizados políticos o abstinentes de la lucha de clases o se les aplican descalificaciones de baja estofa para que se aborte la discusión. No es casual. Hay intereses creados, tradiciones, mitos, ordenes de poder interno, jerarquías, principios de infalibilidad y por supuesto el cemento de fanatismo despolitizado con que se sostienen las estructuras partidarias. Es el ‘no la ves’ y ‘andá a militar’ que con eso se arregla todo que hemos padecido en el pasado y sigue haciendo estragos en el presente. Como suelo decir, la izquierda también tiene su ‘relato’ y tarde o temprano es menester desactivarlo así nos cueste el ostracismo y la difamación.

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    AP

    24/11/2015 at 22:54

  10. Unos apuntes breves:

    a) El voto en blanco sólo sirve en situaciones de crisis políticas (que en Argentina no existe y lo demuestra la legitimación de ambas fuerzas).

    b) El FPV apareció como el voto antiajuste o al menos, ajuste gradual. El PRO como la opción peor. Es decir, para un 50% de la población, Macri representa el capitalismo de corte liberal.

    c) A la mayoría de la población no se le escapa que son alternativas del capital. Simplemente, no ven otra cosa.

    d) Del Caño y tipos similares, no pueden ser dirigentes y/o figuras para defender el programa socialista. Son muy deficientes y no tienen la más minima idea de temas económicos (esto es central en un país del siglo XXI). El FIT debe replantearse esto.

    e) Muchos de los que iban a votar en blanco terminaron haciéndolo por Scioli, dado que el blanco no pareció ser útil. Esto indica una debilidad objetiva de la izquierda: su propio electorado no respondió a su llamado.

    f) Voté, con mucho pesar, a Scioli. Me pesó el hecho de que el PRO ni siquiera votó las medidas de carácter progresivo del FPV en los últimos 10 años. Para alguien que vive de su trabajo, como voto meramente limitado a ello, no es poco.

    g) Saludos a todos.

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    Hernan

    24/11/2015 at 23:41

  11. 7 millones de personas no feron a votar….

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    pablo

    25/11/2015 at 07:17

  12. Profesor Astarita, me parece que el problema radica en la construcción de la conciencia y pertenencia de clase de los trabajadores, oprimidos y explotados: mientras estos vean en el peronismo la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida (o impedir que se deterioren votándolo como el domingo en forma útil, aún en la periferia de simpatizantes del FIT ,en organizaciones como Patria Grande y otras que se dicen de izquierda) me parece que no habrá avances. El peronismo se basa en la conciliación de clases, en ver que “si a mi patrón le va bien entonces nos tiene bien a todos”, en “que el patrón me da trabajo”, en que si al “país le va bien nos va bien a todos”, etc. Le cabe a la izquierda en general y ala izquierda revolucionaria en particular fomentar las actividades que tiendan a forjar esa conciencia de clase fomentando por ejemplo círculos de cultura socialista (como existían antaño) que luchen por desmontar tosa la cultura dominante que se le inculca a los trabajadores desde su infancia en la escuela, en el catecismo católico y demás religiones, a través de la televisión, etc.. Los viejos socialistas, aún con sus limitaciones reformistas tenían editoriales como Claridad, bibliotecas en donde se fomentaba una especia de contracultura, etc. Aparte no hay ninguna posibilidad de que haya avances en la medida en que se vea al Papa Francisco como progresista, cuando encarna la cara de la dominación de la conciencia a través de la mistificación religiosa. Las conquistas se tienen que lograr a través de la emancipación de los explotados y no a través de tutores como Perón, Chavez o Evo Morales que otorguen concesiones “desde arriba” y coopten a toda organización independiente . El peronismo y todos esos tutores y la religión católica en especial estimulan el espíritu más mojigato y la faceta más complaciente, la izquierda tiene que estimular la contracultura .

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    José S.

    25/11/2015 at 09:18

    • José, hoy todo eso está en mayor o menor medida. Pero está disperso y no se encuentra centralizado bajo un mismo programa y una misma actividad revolucionaria. El resultado de la dispersión es la debilidad. Pero esas tradiciones que mencionas no se perdieron totalmente. Falta ir hacia arriba. Se me ocurre ahora que leo lo de las bibliotecas, que los militantes de las bibliotecas populares de todo el país podrían unificarse en un mismo frente, bajo algunos principios básicos, y en determinadas fechas hacer alguna actividad sobre un tema específico. Por ejemplo, que para el 29 de mayo todas o la mayoría de las bibliotecas populares del país, que son muy chiquitas, hagan una actividad relacionada con el Cordobazo (o el 1° de mayo por el día del trabajador, o el 22 de agosto por Trelew, etc), en distintas partes del país. Les daría más visibilidad que si hicieran lo mismo pero por su cuenta sin articular con otras. Digo, por poner justo el ejemplo de las bibliotecas. La ofensiva contrarrevolucionaria iniciada en los ’70 y continuada principalmente hasta principios del siglo XXI (incluida la caída estrepitosa de las experiencias de socialismo real) entre otras cosas disolvió los lazos de solidaridad que anidan en nuestro pueblo. La dispersión es su resultado.

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      Lucas

      25/11/2015 at 11:48

  13. Me parece que sería el caso de la izquierda canalizar su enfoque revolucionario en «el segundo Marx», en como tornar el socialismo viable delante de la propuesta fascista en el momento en que el capitalismo sucumba sobre sus propias bases, y ya no tanto en la vía del activismo político electoral, que por contingencias no solo económicas sino que también sociológicas, a la larga o a la corta redundan en una falsa polarización y en una misma agenda de derecha.
    En primer lugar, es necesario asimilar que lo que conocimos por economías socialistas fueron estrategias de desenvolvimiento que tenían por primera prioridad crear una revolución capitalista. Así, debemos evitar las confusiones al definir al socialismo según las experiencias históricas recientes, las cuales no se volcaron sobre el problema de superación de la economía capitalista, sino que sufrieron con sus mismas contradicciones.
    El inmediatismo en el juego democrático liberal y la completa imposibilidad de la izquierda política cuestionar la legitimidad de sus reglas a través de la cultura y de la moralidad hacen, según mi opinión, virtualmente imposible un triunfo electoral de propuesta revolucionaria. Internarlo significa ceder, y ceder significa contradicción entre discurso y práctica, aislamiento entre la clase política y la popular, y por último, en la pérdida de credibilidad y en la obligación de ceder aún más y crear aún más contradicciones para continuar en la delantera del pleito por lo público. Se hace así política de derecha en con símbolos de izquierda, lo cual abre inclusiva una oportunidad para la derecha usar los símbolos de la izquierda a su favor, como hemos visto en más de un lugar de la América Latina en los últimos años.
    Claro, la mía es una perspectiva subjetiva que ni de lejos creo que vaya a ver siendo replicada en los hechos, mas me parece que nuestra principal tarea debe ser la de como enfrentar al capitalismo en sus próximas crisis. Son esos los momentos claves para superar el sistema, y de verdad, muy poco se escribe o se dice al respecto de que tipo de socialismo, esto es, de que tipo de sociedad verdaderamente pos-capitalista, nosotros queremos.

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    Barrett

    25/11/2015 at 11:11

  14. Respondo a la pregunta de Astarita sobre porqué los votantes de izquierda desobedecieron a los líderes de la misma y fueron a votar a Scioli.

    La realidad es multicausal y muy compleja de explicar. Por eso voy a presentar mi opinión en formato de enumeración:

    1- La izquierda nunca debe pensar que sus votantes son del «palo» de la izquierda, o de su propio riñon. Hay mucha gente que los vota y no lo dice abiertamente por miedo, temor a alguna acusación, etc. Estas personas coinciden con la izquierda y el marxismo en muchos puntos pero se sienten excluidas por parte de la dirigencia de los partidos. Por la misma razón no se acercan a las mesas de estos para ofrecerse como voluntarios a militar. Es el deber de los partidos de izquierda pensar en captar el apoyo de estas masas tímidas que sí están de acuerdo con la izquierda pero no asoman la cabeza. Si la izquierda le habla sólo a sus fanáticos (como hace la Cámpora por ejemplo) corre el riesgo de distorsionar su propia visión de la realidad.

    2- Relacionado con lo primero, el lenguaje o vocabulario de la izquierda asusta mucho a las clases medias y suena infantil a las clases obreras en general. Consignas del tipo «no pagar la deuda», «que la crisis la paguen los capitalistas» son consignas inviables en una economía que desafortunadamente ya es capitalista. La otra cuestión son los vocablos peligrosos: «lucha de clases» «plusvalía» «capitalismo imperialista» «explotación» … todas estas palabras son primitivas y han sido dotadas de una connotación negativa por parte de la ultraderecha. La clase media las considera infantiles y se ríe de las mismas. Para mí, marxista por convencimiento, estos términos están más vivos que nunca y son de una actualidad total. Pero DEBEMOS encontrar otra forma de decir las mismas cosas, sin usar estas palabras. Debemos ser más serios a la hora de hablar y plantear los mismos problemas pero con terminología actual y realista. Esto nos obliga a ser más cultos e inteligentes a la hora de comunicarnos, y menos charlatanes y demagogos.

    3- Desafortunadamente el mundo se encuentra en crisis, y esto es muy favorable para que la ultra derecha fascista inicia sus ataques reaccionarios. EEUU al frente de sus ejércitos está moviendo fichas para hacer caer a gobiernos burocráticos por todo el mundo, para reemplazarlos por marionetas de la banca financiera internacional. Entiendo que para Astarita es una guerra entre fascistas y estalinistas… pero le recuerdo que para los trabajadores no es lo mismo. Una victoria de Macri implica una derrota terrible para los trabajadores desde una perspectiva «economicista» en términos de Lenin. Es verdad que el marxismo nunca debe salirse de sus reivindicaciones políticas pero lo economicista también es importante, y mucho más en un tiempo en que los fascistas están con mucho poder. Eso explica el voto a Scioli.

    4- Relacionado con los puntos 1 y 2 creo que la izquierda falla en la determinación de lo que es «proletariado» (otro vocablo anticuado). Existen muchísimos trabajadores super explotados en las compañías multinacionales de servicios financieros que votaron a Macri pero que podrían perfectamente ser captados por la izquierda. En una economía primitiva y colonizada por el capital financiero internacional como la nuestra, estas masas son muchas y tienen un elevado nivel cultural. Al mismo tiempo, son jóvenes y líderes en lo que hacen, conocen los problemas de la industria y tienen mucha energía para mejorar. La izquierda debe dejar sus slogans infantiles que sólo apuntan a sus fanáticos y empezar a penetrar en estos sectores.

    5- Recién leí un comentario de Astarita donde dice que el Cordobazo nació desde los sectores obreros vinculados a las automotrices que vinieron como inversión extranjera directa durante la época desarrollista de Frondizi. Esta idea me interesa porque es un pensamiento muy recurrente en la izquierda y de un doble filo enorme: me da la sensación, a veces, que algunos militantes de izquierda consideran positivo una victoria de la derecha liberal ya que una «extranjerización» de la economía atraería grandes inversiones extranjeras, encadenamientos industriales, grandes masas proletarias y, en consecuencia, base social y política para los partidos de izquierda. La idea la resumo así: la izquierda piensa que es bueno que gane la derecha liberal ya que, sin querer, desarrolla un proletariado en contradicción permanente contra el capital. Este pensamiento se puede sustentar en la experiencia rusa de fines del siglo XIX o en la famosa cita de Marx sobre su pensamiento del rol del capitalismo británico en la India como progresivo.
    OJO, mucho cuidado con estas ideas ya que deben ser analizadas en su contexto histórico. El liberalismo o capitalismo globalizante fue progresivo en una época en las cuáles las grandes empresas capitalistas competían en el norte por el dominio de mercados a nivel global. Posteriormente la situación cambió, en el norte, la conformación de grandes monopolios y holdings estabilizó la situación, disminuyó la competencia y prosiguió al reparto de los mercados a nivel mundial entre distintos grupos de poder. A partir de 1910 podemos ver una élite capitalista en el norte que está preocupada por detener el desarrollo capitalista en las naciones subdesarrolladas con el fin de extraerles fácilmente los recursos naturales. Cuidado. Lo único progresivo para nosotros en estos momentos es que Argentina y Brasil empiecen a convertirse en naciones con cierto grado de soberanía y con un núcleo de acumulación capitalista local. Por ahora esto no se da, Argentina sigue siendo colonia y no es un centro de acumulación capitalista, y esto se puede ver en la fuga de capitales y el grado de primarización de su economía.

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    Sebastian

    25/11/2015 at 13:29

    • «Recién leí un comentario de Astarita donde dice que el Cordobazo nació desde los sectores obreros vinculados a las automotrices que vinieron como inversión extranjera directa durante la época desarrollista de Frondizi (…)… la izquierda piensa que es bueno que gane la derecha liberal ya que, sin querer, desarrolla un proletariado en contradicción permanente contra el capital».

      Pregunto: En aras de su particular argumentación política, ¿deberíamos entonces negar el hecho objetivo de que la columna vertebral del Cordobazo y de muchas de las mayores luchas obreras de los 1970, estuvo conformada por los obreros mecánicos? ¿Y negar que las empresas automotrices comenzaron a instalarse bajo el gobierno de Frondizi? ¿Este es su criterio de la ciencia? ¿Este es su idea de la «crítica de la economía política» desarrollada por Marx?

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      rolandoastarita

      26/11/2015 at 09:28

    • Agregado: considero un error analítico importante caracterizar a Argentina como «colonia». He criticado esta idea -propia del nacionalismo pequeño burgués reformista ad usum- en varios escritos. Por ejemplo, aquí, aquí, aquí.

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      rolandoastarita

      26/11/2015 at 09:31

  15. El voto en blanco obtuvo tan baja adhesion porque en verdad NO HUBO una campaña centralizada por el mismo. Leyendo las web de todos los grupos que componen el FIT, todos lo planteaban como una cuestion «moral», «no vamos a votar a nuestros verdugos», pero ya desde ahi se puede interpretar como que hacian eso PORQUE NO SABEN QUE HACER. Solo el Grupo que edita Opinion Socialista, una de las escisiones del viejo MAS tuvo una convocatoria por un voto en blanco activo para que el proximo gobierno sea electo lo mas debil posible.

    Mientras no se comprenda que cuando es si ó si la convocatoria a votar en blanco, no es solo una protesta sino que puede posiblitar una ofensiva de masas para quebrar la trampa, el fraude o la confusion que se siembre con el «mal menor», será posible revertir la presente situacion.

    La mas inverosimil de las explicaciones es la de PO y Altamira, «ya habia anunciado que el kirchnerismo le habria el camino a la derecha».

    Lo que no deja de ser una forma indirecta de decir, que el kirchnerismo lo podria haber gobernado de otra forma. O como dicen los lambertistas en Brasil y Venezuela, «que Dilma cumpla su mandato» ó «que Chavez cumpla su mandato» ó para el proximo 6 de diciembre «ni un voto para la derecha patronal», ¿habrá una «izquierda» patronal? y en ese caso, ¿si habria que darle el voto a la «izquierda» patronal?

    Como no hacen analisis de clases y de su correlacion de fuerzas en su enfrentamiento todos sus razonamientos son en el plano de la lógica formal.

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    ariel quiroga

    25/11/2015 at 13:34

  16. No es cierto que el marxismo nunca vota a la burguesía. No votar a la burguesia es el criterio general, pero hay situaciones excepcionales cuando en la segunda vuelta sí vota a la burguesía. Ya lo expliqué en mi artículo La izquierda y el ballotage (se puede leer en wwwnudosgordianos.blogspot.com (sin punto entre www y nudos gordianos), en Rebelión.org y en Kaos en la red).
    Hay también una cita sobre el tema en un libro muy conocido de V. I. Lenin, en Obras Completas, Tomo 33, Editorial Cartago, 1969, El ‘izquierdismo’ enfermedad infantil del comunismo, págs. 121 y ss. En págs. 177/178 dice Lenin: “…Esta fue siempre la política de los bolcheviques. Desde 1905 defendieron sistemáticamente la alianza de la clase obrera con el campesinado contra la burguesía liberal y el zarismo, sin negarse nunca, sin embargo, a apoyar a la burguesía contra el zarismo (por ejemplo en la segunda vuelta de las elecciones o en segundas votaciones) y sin abandonar jamás su inexorable lucha ideológica y política contra los ‘socialistas revolucionarios’, el partido campesino revolucionario burgués, denunciándolos como demócratas pequeño-burgueses que se presentaban falsamente como socialistas…”. Este párrafo está en el capítulo VIII ¿Ningún compromiso?. Una de las versiones en libro aparte: El izquierdismo enfermedad infantil del comunismo,, Editorial Anteo, 1959, pág. 53.
    En cuanto a la comparación entre zarismo y machismo, si se piensa en la destrucción de los derechos del pueblo se parecen bastante.

    Carlos A. Larriera

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    carlos a. larriera

    26/11/2015 at 07:15

  17. Perdon, error de tipeo, donde dice «comparación entre zarismo y machismo» quise decir «comparación entre zarismo y macrismo».

    carlos a. larriera

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    carlos a. larriera

    26/11/2015 at 08:27

    • El hecho de establecer una identidad entre un régimen político y social como el zarismo, con una democracia burguesa como la que hay hoy en Argentina, pone en evidencia que se ha perdido completamente la brújula. ¿No se puede tener un poco de seriedad en las caracterizaciones? En el marxismo hay mucha literatura sobre la necesidad de diferenciar regímenes políticos. Le recomiendo, por caso, estudiar los textos de Trotsky de crítica a la política ultraizquierdista de los PC de inicios de los años 1930, cuando estos no distinguían entre el fascismo y un régimen democrático burgués, aunque estuviera este bajo un gobierno de derecha. Con el criterio «zarismo = macrismo», se diría también que «Rajoy = Franquismo», por ejemplo.

      ¿Cómo es posible no entender la diferencia entre una dictadura y una democracia burguesa? ¿Cómo se puede hacer política con semejantes desatinos? ¿Cómo no se puede entender la diferencia que hay entre estar secuestrado, o ser asesinado sin juicio ni derecho a defensa alguno, y estar detenido con derecho a abogado defensor, o habeas corpus?
      Pareciera que cuando se quieren justificar políticas oportunistas, no hay límites para los disparates en materia de caracterizaciones.

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      rolandoastarita

      26/11/2015 at 08:45

    • Pero ahi hay una confusion Carlos A Larriera, sobre el apoyo de los bolcheviques a la burguesia liberal en el caso de un enfrentamiento con el zarismo. Por ejemplo, un caso bien conocido, cuando el intento de golpe de estado de Kornilov, los bolcheviques se opusieron al golpe convocaron a movilizarse contra el mismo, mas no dejaron de cuestionar al gobierno de Kerensky y de decir que solo un gobierno de los Soviets garantizaria que no se reprodujera un intento de golpe de estado.

      «Seguimos combatiendo al gobierno de Kerensky pero ahora por el costado» dice Lenin.

      Ahora, nunca sostiene Lenin ni Trotsky que en segunda vuelta los marxistas deban apoyar a un sector de la burguesia contra otro.

      Si, por ejemplo en esta segunda vuelta hubiese sido entre Macri y Binner, si su PS fuese un partido obrero de masas, ahi si, le damos nuestro voto a Binner, porque es es un candidato de un partido de origen obrero, que se enfrenta a un candidato de un partido de la burguesia.

      En Uruguay, en la primera vuelta convocamos a colocar la papeleta del PCU y del PS para el FA, que es valido, un voto al lema, se denomina acá y en la segunda vuelta entre un candidato de los partidos tradicionales de la burguesia, blancos o colorados y por otro el del FA, depende de donde salga el candidato, cuando Mujica- Larrañaga convocamos a votar en blanco, porque Mujica era un candidato de la pequeño-burguesia sostenido por los partidos obreros, pero no un hombre de sus filas, en esta ultima elección, en la segunda vuelta si convocamos a votar por Tabaré porque este proviene del PS.

      Creo que ahi está tu confusion Carlos A Larriera. Saludos desde Uruguay.

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      ariel quiroga

      27/11/2015 at 13:17

  18. Una consulta que no tiene que ver con el tema y perdón antes que nada por la disgresión.

    Me podría recomendar Rolando algún trabajo, o trabajos, que analicen la experiencia de los paises nórdicos como por ejemplo el denominado «milagro sueco»?. Es muy difícil conocer sobre esas experiencias y las características de ese tipo de economías. Sería bueno también que en algún momento desarrolle algún tipo de reflexión en torno a esas experiencias en el blog.

    Un saludo y gracias.

    Sergio.

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    Sergio

    26/11/2015 at 08:55

    • Nadie establece una identidad entre zarismo y democracia burguesa. La comparación es puntual. En caso contrario no puede haber comparaciones. Por ejemplo, en la dictadura militar, extremadamente represiva, la burguesía logro menos desocupación que en los gobiernos democrático burgueses de Menem, Cavallo, De la Rua. Lo explica Martinez de Hoz, a pesar de toda la represión no pudieron hacerlo porque no tenían la legitimación del voto.

      La democracia burguesa también es dictadura de la burguesía. Lenin vivió toda su vida bajo la dictadura de la burguesía bajo su forma zarista. Dada esta situación, no se podría citar nunca a Lenin para referirse a un problema actual en la democracia burguesa, porque el único período en que la hubo en Rusia fue entre febrero y octubre de 1917.

      No solamente desocupación va a provocar el macrismo. La pérdida de todas las reformas producidas durante los últimos doce años. Políticas, económicas, financieras, culturales, científicas, educativas, industriales, YPF, Aerolíneas, etc. Melconian al Banco Nación, despidos, privatización del Banco (ya Cavallo lo intentó). Y por supuesto esto irá acompañado por un aumento de la represión no se sabe hasta qué niveles.

      Hay democracias burguesas y democracias burguesas. ¿Es lo mismo la Colombia de Uribe o el México de Peña Nieto que la Argentina de los Kirchner? Es cierto que son todos gobiernos burgueses.

      La lucha ideológica contra la burguesía, Macri, Scioli, Kirchner o quién sea, se debe dar siempre bajo formas distintas de acuerdo a sus discursos distintos y su diferente política burguesa. Votar a la burguesía es claudicar en la mayoría de las votaciones, pero en este caso particular el proletariado entiende perfectamente que no se trata de apoyar a la burguesía sino evitar el escenario extremadamente negativo para la lucha de clases que representa un gobierno macrista. Atarse las manos en esta segunda vuelta y autoobligarse a votar en blanco porque “no se puede votar a los partidos burgueses” no es una táctica marxista, concreta, con conciencia de las relaciones de fuerza en la lucha de clases.

      ¿Se puede aceptar pasivamente un escenario abiertamente negativo para el desarrollo de la lucha de clases sólo por “no votar a la burguesía”? No es un voto ideológico, es un voto para garantizar el mejor escenario. Ningún obrero conciente va a creer que ese voto es necesariamente un apoyo específico a la política burguesa, sobre todo si se lo explica adecuadamente. Hay que tratar por todos los medios que el enemigo elija el campo de batalla. No se puede aceptar así nomás un gobierno que volcará todo el aparato estatal burgués abierta y directamente contra el pueblo.

      Carlos A. Larriera

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      carlos a. larriera

      26/11/2015 at 10:29

    • Cuando se establece un debate no hay nada peor que enredar las cosas. Usted escribió que el zarismo y el macrismo «se parecen bastante». Es un error conceptual grosero, y es lo que critico. Querer disimular ese error diciendo que ambas son dictaduras del capital es argumentar a la vieja manera ultraizquierdista (argumento que, por otra parte, se vuelve en contra de su argumento). Tampoco sirve decir «hay democracias burguesas y democracias burguesas», porque el zarismo NO era una democracia burguesa, y el régimen actual en Argentina SÍ es una democracia burguesa.

      Por lo tanto, el punto de partida de cualquier análisis es afirmar que el régimen actual en Argentina NO es similar al zarismo. Esto es, el punto de partida es decir EXACTAMENTE LO OPUESTO de lo que usted afirmó en su comentario. Sobre esa base, se pueden analizar las diferencias, muy menores, y las similitudes, muy grandes, que hay entre un Scioli y un Macri. Cuestiones que he presentado en varias notas y ahora no tengo por qué repetir. Por supuesto, como usted no puede responder esos argumentos, inventó esta «similitud» entre el zarismo y macrismo. Es la única manera de justificar una política oportunista. Por eso también no se trata de un error casual. Ya lo había metido en un comentario anterior, cuando comparó la política de Lenin frente a las centurias negras con la política de votar a Scioli con argumentos de izquierda.

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      rolandoastarita

      26/11/2015 at 10:40

    • Astarita, usted se prende sólo de la cuestión del Zarismo y el Macrismo. Lo que el compañero quiso explicar es que a veces hay que emparejar la relación de fuerzas, es decir, disminuir el poder que pueda llegar a alcanzar un enemigo que es más pleigroso. En ningún momento, o por lo menos yo lo entendí así, el compañero dijo que el zarismo es lo mismo que el macrismo. La analogía pasaba por otro lado. Intentaba explicar que a veces es más beneficioso para la izquierda apoyar a una facción burguesa contra otra, si es que una de ellas tiene más fuerza y deseos de aplicar políticas anti obreras. Me pareció bastante fácil de entender, pero usted, con el fin de justificar su postura revisionista, se prendido de esa oración hasta el hartazgo para no hablar de las otras cuestiones estratégicas que el compañero mencionaba.

      Su intento de desviar el problema y al mismo tiempo acusar es también grosero.

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      Sebastian

      26/11/2015 at 14:20

    • Insisto, es muy difícil discutir así. Dicen A, y cuando se los refuta dicen que dijeron B, pero cuando se les muestra que dijeron A vuelven a maniobrar para decir que todo es cuestión de que «usted se prende solo».

      Veamos: primero «el compañero» argumentó su táctica a favor de votar a Scioli con el ejemplo de la actitud de Lenin con la democracia liberal frente al zarismo. Cuando explico que la comparación es un disparate, da vuelta con el mismo argumento, pero ahora diciendo que el zarismo y el macrismo «se parecen bastante». Cuando vuelvo a explicar que esto es un disparate, responde diciendo que él «no establece una identidad entre zarismo y democracia burguesa». ¿Por qué esta forma de debatir? Por supuesto que no había establecido una «identidad» entre «zarismo y democracia burguesa», sino una «semejanza» entre zarismo y macrismo (que equivale a decir que el macrismo es semejante a una fuerza fascista, lugar común de la argumentación oportunista usual tipo PC).

      Luego, cuando vuelvo a explicar el asunto, sale usted a decir que el problema es que «usted se prende solo», y que «el compañero» en ningún momento dijo «que el zarismo es lo mismo que el macrismo». Por supuesto que no dijo que «es lo mismo» (es imposible encontrar esta identidad en política, en última instancia tampoco el fascismo fue «lo mismo» que el nazismo), sino que el zarismo y el macrismo «se parecen bastante». Tratándose de regímenes políticos, este «se parecen bastante» no es inocente. Lo dice para exagerar la diferencia entre Sioli y Macri (por eso no dice que sciolismo y zarismo «se parecen bastante», solo Macri «se parece bastante») y de esta manera justificar una posición oportunista. Por eso, a pesar de que se le señala la grosería del error, no retrocede, da vueltas en torno a lo mismo, jugando con palabras («no dije que era idénticos», etc.), e insiste en el argumento. Y cuando se lo vuelve a refutar, la cuestión es que yo «me prendo» solo. Por favor, discutan con limpieza.

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      rolandoastarita

      26/11/2015 at 15:00

  19. Se ha dicho más arriba: “No se puede aceptar así nomás un gobierno que volcará todo el aparato estatal burgués abierta y directamente contra el pueblo.”
    Por caso el gobierno saliente de CFK volcó el aparato estatal a favor de la patota de la Unión Ferroviaria y de José Pedraza para apalear a los militantes y asesinar a M. Ferreyra –o al menos para hacer la “vista gorda”-por luchar contra la tercerización, el trabajo en blanco, todo prohijado por el Sr. Ministro Tomada y la PFA; volcó el aparato estatal a favor del Proyecto X, volcó el aparato estatal referenciándose con su aliado , Gerardo Martínez (ex agente civil del Batallón de Inteligencia 601), volcó el aparato estatal para nombrar al Gral Milani y para hacer inteligencia interna desde las FFAA; volcó el aparato estatal para cooptar a la dirección mayoritaria del gremio de Subte a través del Ministro Tomada; volcó el aparato estatal para reprimir a los trabajadores de Perfil que luchaban por un gremio independiente; volcó al aparato estatal para garantizarle ganancias a Chevron en un contrato a “libro cerrado”, volcó el aparato estatal para tratar de aplicar “la sintonía fina”, volcó el aparato estatal….El Gobierno de Scioli es uno de los que más casos de violencia policial e institucional registran desde 1983: http://correpi.lahaine.org/?p=1511: ¿Cuál es la diferencia entre eso y las intenciones aún no consolidadas de Macri? El freno se lo ponen las luchas, la concientización de la existencia de los explotados y oprimidos asumiéndose como tales, sin necesidad de redentores proburgueses, la necesidad de emanciparse y no apoyar electoralmente falsas opciones.

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    José S.

    26/11/2015 at 11:00

  20. Son interesantes todas estas consideraciones y comparaciones con la revolución rusa.

    Estoy convencido que todos los que han llamado a votar a Scioli, durante la revolución rusa habrían sido partidarios de la política de defensa de la patria y habrían razonado que, ante el riesgo de ser sometidos y oprimidos por el imperialismo alemán, era conveniente defender a la patria porque eso les habría permitido estar en mejores condiciones de luchar contra el zarismo que objetivamente era más débil que el militarismo alemán.

    Habrían estado en contra de la posición de los bolcheviques y de Lenin. Incluso a Lenin se lo llegó a considerar agente del imperialismo alemán (también por lo del tren blindado).

    Imaginémonos que si un tipo se asusta de Macri y prefiere a Scioli, ¿qué se podría esperar si enfrente tiene al ejército del imperialismo alemán?

    La política de Larriera, de PG, el PC, etc, oportunismo puro. No cabe esperar que se detengan alguna vez en sus constantes rebajas, siempre es posible encontrar un mal mayor o una pequeña diferencia que justifique cualquier agachada. Tan increíble es el oportunismo que intenta trazar una analogía entre un régimen político autocrático, con privilegios feudales, con siglos oprimiendo al pueblo ruso y a otros pueblos, con el macrismo.

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    Lucas

    26/11/2015 at 14:22

  21. Efectivamente el ideario socialista está quebrado. Como recuperar/reelaborar/relanzar la perspectiva de una sociedad alternativa? Recuperar su simbología (la internacional, las banderas rojas, la hoz y el martillo) su lenguaje específico (dictadura del proletariado, revolución, clase obrera, socialismo, comunismo) es una tarea, creo, de décadas. En principio me parece que el balance a fondo de los «socialismos reales» (incluida la propia rev Rusa con sus errores) es una tarea de primer orden. Salvo algunos intelectuales sueltos, el MAS los partidos mayoritarios de la izquierda repite que Cuba es un Estado Obrero deformado. Ahora, como «bajar» a las amplias masas que en Cuba no hay socialismo y que de hecho, creo yo, no hubo rev socialista directamente?? Que estatización no es socialización, que sin clase obrera efectivamente ejerciendo el poder es otra capa social la que se apropia del excedente, etc. Es una pelea que hasta en la vanguardia es muy difícil.

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    Carver

    26/11/2015 at 14:32

  22. Que el ideario socialista está quebrado en la conciencia de las masas es algo Bastante relativo. Qué fácil es echarle la culpa a las masas populares del desastre de la izquierda electoral en estas elecciones en Argentina. Las masas populares no son culpables que los Altamira, Del caño, Bregman, Zamora, Castaneira, Bodart, De Gennaro, etc hayan sido incapaces de forjar una amplia unidad del pueblo y enfrentar en mejores condiciones las elecciones burguesas y que hubiera dado lugar a un trabajo verdaderamente importante de agitación y propaganda, para bien de una mejor organización y de mayores niveles de conciencia revolucionaria de las masas. La fragmentación de la izquierda propiciada por intereses mezquinos es una de las más graves debilidades de la izquierda y que la descalifica ante las masas como una alternativa revolucionaria seria.

    Estoy seguro que hay un importante sector de comunistas con firmes convicciones que no vota por esta izquierda. La consigna del voto en blanco para la segunda vuelta fue un tiro al vacío. Con lo que quedó demostrado que esta izquierda carece de la más mínima autoridad política ante el pueblo trabajador. Queda en evidencia además, que la gente que vota por ellos lo hacen atraídos por su marketing político al más puro estilo burgués.

    Denunciar al sistema y a la política reaccionaria del gobierno les provee de un pequeño contingente de votos. Pero la ausencia de una alternativa revolucionaria que aparezca como viable por una férrea unidad y una monolítica cohesión de las filas izquierdistas, provoca una profunda desconfianza en las amplias masas hacia ellos. Estas perciben con una muy fina intuición que un proyecto de envergadura revolucionaria requiere de dirigentes y de una vanguardia que hayan demostrado una combatividad a prueba de balas tanto en lo político como en lo ideológico. Dirigentes con pinta de intelectualillos de escritorio, de burócratas bien pagados, de promotores de ONG financiados por el capitalismo, etc., y de partidos de izquierda que viven en una eterna disputa por cargos y prebendas del Estado burgués, no despierten la más mínima confianza en las masas.

    Cuando las masas tienen fe y confianza en sus dirigentes revolucionarios que enarbolan un proyecto revolucionario y se organizan en una vanguardia revolucionaria que ha demostrado su inquebrantable firmeza en la defensa de los intereses populares, comienzan a deshacerse de las cadenas mentales que los atan y los someten al sistema de explotación. En esas condiciones, la protesta popular puede llegar a mayores niveles y conquistar importantes triunfos estratégicos.

    Sí hay una quiebra del ideario socialista y revolucionario, pero en las cúpulas de la izquierda electoral. Es el momento en que las bases exijan explicaciones a sus cúpulas y comiencen a rodar cabezas.

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    Amauta

    27/11/2015 at 04:07

    • «Que el ideario socialista está quebrado en la conciencia de las masas es algo Bastante relativo».
      Pregunto, ¿relativo en relación a qué?

      «Qué fácil es echarle la culpa a las masas populares del desastre de la izquierda electoral en estas elecciones en Argentina».
      ¿Por qué debería desprenderse de «el ideario socialista está quebrado en la conciencia de las masas» la afirmación «las masas populares tienen la culpa del desastre de la izquierda electoral en estas elecciones en Argentina»?

      Además, ¿no se da cuenta de que la hipótesis que se adelanta en la nota está lejos de limitarse a Argentina, y menos todavía a «estas elecciones»?
      Por otra parte, toda su explicación constituye una petición de principio. Es que afirma que las masas no tienen confianza en los dirigentes de izquierda porque estos no son dirigentes revolucionarios que enarbolan un proyecto revolucionario. Pero entonces hay que preguntarse por qué del movimiento de masas no surgen los dirigentes revolucionarios que enarbolen un proyecto revolucionario. Pregunta que pone en evidencia la circularidad del razonamiento. En definitiva, se trata del mismo problema que tiene la vieja tesis de Trotsky, y del trotskismo, que pretendía explicar el retroceso de la revolución por «la traición de las direcciones».

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      rolandoastarita

      27/11/2015 at 07:48

    • Quizá simplifico mucho (y sería bueno recibir críticas), pero pienso que tras la sinrazón permanente de «traición de las direcciones» se esconde la idea de que la emancipación de la clase obrera no es tarea de ella misma, sino que es básicamente un asunto partidario. El proletario «común y corriente», incapaz -hoy y siempre- de iniciativa y creatividad, en lo esencial sólo puede apoyar la línea del momento elaborada por los líderes de «El Partido» y convertirla en «fuerza material» haciendo de carne de cañón militar, laboral, etc. Así, el amanecer rojo consiste en el traspaso gradual de los medios de producción desde la burguesía al nuevo Estado controlado por los líderes, gerentes partidarios, etc. Todo bien centralmente planificado, por supuesto. Cualquier discrepancia recibirá el tratamiento de Kronstadt, así como acusaciones de «anarco-sindicalismo» o «actitudes pequeñoburguesas» (es que pensar por sí mismo es de pequeñoburgueses, el proletario -con orgullo obrero- debe ser masa). También de todo lo anterior se deriva que la «lucha política» se entienda meramente como una competencia entre aparatos que adulan al proletariado para conquistar su simpatía (el problema no es de la clase, sino de sus dirigentes, la burguesía, etc.) y la «dirección» del movimiento obrero como quién es el jefe proletario de turno. Creo que ciertos ejes centrales de esta concepción cuajaron en la misma Tercera Internacional desde sus inicios. Así, por mencionar sólo un ejemplo, Lenin planteaba en su debate contra los «infantilistas de izquierda» (en 1920, un año antes de la masacre de Kronstadt -donde se exigió «todo el poder a los soviets y no a los partidos»):

      «El solo hecho de preguntar: «¿dictadura del partido o bien dictadura de clase?, ¿dictadura (partido) de los jefes o bien dictadura (partido) de las masas?» acredita la más increíble e irremediable confusión de ideas […] las clases están generalmente, en la mayoría de los casos, por lo menos en los países civilizados modernos, dirigidas por partidos políticos; que los partidos políticos están dirigidos, por regla general, por grupos más o menos estables de las personas más autorizadas, influyentes, expertas, elegidas para los cargos más responsables y que se llaman jefes. Todo esto es el abecé, todo esto es sencillo y claro.»

      Ahora, ¿Cómo se compatibiliza eso con una sociedad de productores libres y asociados? (o con una transición a ella). Me parece que no hay manera, sólo encaja con dictaduras buro-partidarias.

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      J

      28/11/2015 at 16:57

    • Coincido con J. Hay que ir más lejos de las críticas a las inconsistencias del troskismo y atreverse a criticar el mismo leninismo como una concepción jacobina de la revolución socialista. La izquierda comunista germano-holandesa y los comunistas de consejos ya completaron esa crítica hace 100 años.

      En la «Carta abierta al camarada Lenin» se le responde a «El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo» con una clara concepción de la revolución proletaria y la diferencia con la concepción leninista.
      https://www.marxists.org/espanol/gorter/1920/carta-abierta.htm

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      Danilo Castelli

      28/11/2015 at 20:23

    • Compañero Amauta. La fragmentación e impotencia de la izquierda revolucionaria responde a la ausencia de una teoría -programa común, fundado en el método marxista y una aprehensión acertada del balance de la lucha de clases a lo largo de un siglo.
      Este déficit se expresa en una metodología de construcción y relacionamiento con las masas, burocrática, mesiánica y substituista que finca en su propio proyecto idealista.
      Tal resultado es responsabilidad directa de partidos y en especial de direcciones políticas, pero se enmarca en un proceso histórico de derrota del movimiento obrero, acompañado de un profundo retroceso ideológico. Esta es la matriz en que se desenvuelve la labor de los sujetos políticos organizados y sus direcciones.
      Entiendo que a lo que alude Rolando con lo del ‘quiebre’ en las masas, es a ese marco objetivo que ejerce una fuerte determinación sobre la conducta de dirigentes y militantes.
      Esta determinación general (en la que a su vez influyó en distinto grado y forma la conducta de partidos y dirigentes de antaño) no se puede obviar echándole la culpa de todo a la izquierda actualmente existente que es simultaneamente factor de perpetuación y resultante del atraso ideológico y ausencia de voluntad revolucionaria en las masas.
      El marxismo a lo largo de su historia ha conocido dos fases claramente delimitadas por un quiebre: La primera ascendente (victoria sobre el socialismo pre marxista-formación de partidos obreros de masa- Revolución Rusa y sus reverberaciones que dieron lugar a la primer y única situación revolucionaria mundial de que se tenga memoria) y la segunda, descendente, que acompaña la derrota profunda sufrida por ese gigantesco envión y llega hasta nuestros días por mal que le pese a muchos dirigentes impresionistas que se han inventado un mundo fatuo hecho a imagen y semejanza.
      Señalar que la izquierda podría representar una mejor salida a esta situación de retroceso ideológico y derrota inacabada no puede llevarnos a obviar la realidad del marco general en que se inscribe su actuación. Lo que te ha señalando Rolando y te reitero aquí en propios términos es la necesidad de un orden analítico que permita, sin exculpar a nadie ni anestesiar la crítica, entender mejor el drama real de la lucha de clases en toda su dimensión concreta.

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      AP

      29/11/2015 at 08:40

  23. Utilizo el concepto de relativo en oposición al concepto de absoluto. Sinceramente no creo que el resultado de unas elecciones burguesas sea la prueba definitiva y concluyente de la quiebra del ideario socialista en la conciencia de las masas. Acepto que al respecto hay retrocesos y confusión, pero sostener una supuesta quiebra por el hecho de que las masas dividieron sus votos entre uno u otro candidato burgués ante la ausencia de una alternativa revolucionaria digna de tal nombre, me parece poco consistente.

    En todo caso, ¿Porqué se produjo dicha quiebra y quienes son los responsables?

    Estoy convencido que, en las actuales condiciones de Argentina, un mejor emplazamiento de la izquierda basado en una férrea unidad y en un programa político forjado desde las bases obrero-populares hubiera dado lugar a un resultado que dejaría de lado todo motivo para hablar de quiebra.

    Las masas populares no son las culpables del desastre de la izquierda en las elecciones. Culpables son las cúpulas de estos partidos que no tuvieron el más mínimo remordimiento de ofrecerle al pueblo argentino la mezquindad de su fragmentación, en lugar de ofrecerle el desprendimiento generoso de su unidad. Estas cúpulas apelan a la «quiebra» para sostener la «culpabilidad de las masas» y, de esta forma, ocultar su responsabilidad.

    “… afirma que las masas no tienen confianza en los dirigentes de izquierda porque estos no son dirigentes revolucionarios que enarbolan un proyecto revolucionario”

    Más allá de que la izquierda electoral sea revolucionaria o no, con sólo superar su fragmentación podrían lograr resultados electorales de mayor envergadura que los actuales.

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    Amauta

    28/11/2015 at 02:03

    • «…no creo que el resultado de unas elecciones burguesas sea la prueba definitiva».
      Mi análisis, como le dije, no se reduce a estas elecciones.

      «Las masas populares no son las culpables del desastre de la izquierda en las elecciones».
      No sé con quién polemiza al decir esto.

      «Culpables son las cúpulas de estos partidos que no tuvieron el más mínimo remordimiento de ofrecerle al pueblo argentino la mezquindad de su fragmentación, en lugar de ofrecerle el desprendimiento generoso de su unidad».
      Pienso que el problema es más profundo que la fragmentación de la izquierda.

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      rolandoastarita

      28/11/2015 at 02:57

  24. hola Rolando, la enunciación de su hipótesis, su apertura a escuchar otras explicaciones acerca de como algo así puede haber sucedido, nos mete una causalidad que creo múltiplemente determinada en su determinación.
    Que el idearios socialista este quebrado en la conciencia de las masas es inseparable de la suerte que en el siglo XX corrieron los intentos de construir un orden social distinto al capitalista.
    Esto creo ha sido tratado exhaustivamente en el blog.
    Tengo in mente las reflexiones de Trotsky en «La revolución traicionada» sobre el destino de burocratización en que devino la revolución del 17, aquello que no puede reducirse a la contingencia de la enfermedad y muerte de Lenin: si es posible el socialismo en un solo país, el fracaso de la revolución en Alemania, si es posible en un país que no tenga una estructura de desarrollo capitalista avanzada, etc.
    Entre paréntesis, (una ironía), estaría China creando las condiciones con su desarrollo capitalista de la futura revolución?
    Pareciera hasta ahora que los Estados capitalistas mas avanzados ha tenido bastante éxito en convertir a los trabajadores en consumidores, en adormecer su conciencia con el «opio del consumismo».
    Esto muestra la utilidad del fetichismo de la mercancía en el sentido de constituir algo que sumamente atractivo, que con su brillo irresistible nos promete la felicidad.
    (esta es la promesa de Macri, seremos felices, con música, globitos y dólares frescos lloviendo como los papelitos plateados en sus fiestas)
    Y en tren de explicar, quisiera agregar a riego que lo sumario de su exposición lo torne incomprensible, algo que nos ofrece Freud en una de sus obras escenciales, «El malestar en la cultura».
    Con lo que trato de hacer lugar a una doble vía que postula que el hombre construye su cultura tanto como ella lo modela.
    De dicha obre podemos rescatar, recordando que el tema de la felicidad y el placer aparece como el fin de las diferentes éticas planteadas de Aristóteles en adelante, que dada su particular constitución para el ser humano el ingreso a la cultura no es sin la inmixión en una complejidad conflictiva que hace que la felicidad sea una condición precaria, trabajosamente construida, que la impotencia y el fracaso forme parte ineludible de la experiencia humana, como el registro de cualquier vida lo muestra.
    Invirtiéndo la formula, no tanto es que lo que cuesta vale, (lo que suele entenderse en relación al poder y prestigio ligado al dinero), sino que lo que vale cuesta ( en el sentido de trabajo y compromiso), cosa que el facilísimo de la promoción de la felicidad tiene a negar.
    Si la condición humana es necesaria o intrínsecamente conflictiva y precaria dentro de la causalidad de lo que quiebra la conciencia de las masas y permite el «olvido» de un conocimiento, no podríamos dejar de incluir aquello que el capitalismo parece colmar.
    Ya sea por la promesa de confort o prestigio asociadas a la adquisición de bienes o por permitir el ejercicio inconmensurable del poder al que vemos revelarse en su forma más obscena en estos albores de este siglo XXI.

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    Rodolfo

    30/11/2015 at 19:32

  25. Danilo, lamentablemente por cuestiones de trabajo no pude hacerme tiempo para leer en su totalidad la carta abierta de Gorter. La llevo conmigo a todas partes pero me cuesta encontrar el tiempo para terminarla.

    Por lo pronto, encuentro algunas observaciones que se le pueden hacer al texto.

    1) Gorter no niega la importancia de los jefes pero la minusvalora para el caso de Alemania y la exagera para el caso ruso (la exagera con relación a Alemania). Minusvalora la importancia de los jefes porque no analiza el papel jugado por la socialdemocracia alemana en la represión de la revolución alemana de 1918. Estamos hablando de la dirigencia de un partido que nucleaba alrededor de un millón de afiliados y que fue caracterizado por Pierre Broué como un estado dentro del estado por su magnitud. La dirigencia socialdemócrata alemana fue decisiva en su papel contrarrevolucionario por lo que no se puede subestimar la importancia y la necesariedad de tener una dirigencia revolucionaria. La exagera para el caso ruso ya que se olvida que las masas, prácticamente sin plan alguno diseñado por ninguna dirección, voltearon al Zar durante la revolución de febrero del 17.

    2) Gorter dice que la izquierda alemana no tenía esos jefes de los que habla Lenin y que, hasta tanto no los tuviera, prefería hacer todo desde abajo hacia arriba hasta que, luego de rudos combates, se forjara una dirigencia que no aspirara a dominar a la masa sino que fuera un todo con ella. Gorter agrega que recién cuando tengan esos jefes va a admitir la disciplina y la centralización. Es un esquema de razonamiento mecánico. Porque el verdadero jefe se forja precisamente en la disciplina y la centralización. Acatando la línea política que fijan los órganos colectivos (congreso, asamblea, conferencia, plenario), dirigiendo la acción conforme a esa línea, y rindiendo cuentas de lo realizado. Eso es disciplina y centralización y es parte del proceso de la construcción de los jefes (que no deberían ser otra cosa que los mejores compañeros y referentes de sus organizaciones).

    3) Gorter subestima el papel revolucionario que podía jugar el campesinado pobre bajo la dirección de la clase obrera, también en Europa occidental, y no hace ninguna mención (hasta donde llegué a leer) a la tendencia propia del capitalismo a proletarizar cada vez mayores masas de población (la reproducción ampliada). Es decir, la amenaza constante que sobre la pequeña burguesía empobrecida y el campesinado pobre ejerce el capitalismo es un dato que Gorter no menciona ni analiza cómo puede repercutir en la conciencia de las masas amenazadas (reitero, hasta donde llegué a leer). Además de ello, aún cuando fuera cierto que el campesinado pobre no pudiera tomar parte activa en la revolución de Europa occidental, bajo la dirección de la clase obrera, ello no quiere decir que el proletariado europeo estuviera solo y no debiera tener algún tipo de política hacia esa clase social, cuanto menos para neutralizarla si no era posible ganarla. Gramsci en cambio consideraba fundamental que la clase obrera ejerciera la dirección sobre el campesinado italiano (La cuestión meridional). Gorter admite que en este punto en Italia puede ser distinto.

    4) Los hechos históricos han demostrado que Gorter exageraba tanto el papel contrarrevolucionario del campesinado pobre como la capacidad revolucionaria del proletariado sin jefes adecuados. Hay investigaciones, como la de Falter (“El extremismo político en Alemania”) que demuestran que en algunos lugares de Alemania la parte más importante de afiliados al Partido Nazi eran obreros y empleados y no campesinos (demostrado en base a la consulta de las fichas de afiliación de toda una sección). Creo que subestima también el papel que pueden jugar los jefes, tanto los jefes revolucionarios como los contrarrevolucionarios.

    5) Siguiendo a Pannekoek Gorter declara perdida la batalla por los sindicatos, lo que considero otro gran error ya que los mismos pueden ser recuperados, durante la lucha revolucionaria, por direcciones clasistas. La historia demostró que una organización sindical puede jugar un papel revolucionario aunque no pueda reemplazar al partido revolucionario.

    6) Ni Lenin ni Trotsky creyeron que la revolución en Alemania y en Occidente sería más fácil que en Rusia o que sería idéntica. Trotsky planteaba por el contrario que la toma del poder en occidente, por parte del proletariado, sería mucho más difícil de lograr aunque luego sería más fácil de mantener que en Rusia (ver “Una escuela de estrategia revolucionaria”). La misma opinión tenía Gramsci. Lenin tampoco quiso que se transplantara la organización bolchevique como modelo para los demás partidos de la Internacional Comunista. Durante el 3° Congreso de la IC se aprobaron una tesis sobre organización que luego Lenin, en un discurso que dio en el IV Congreso, consideró que eran letra muerta por considerarlas esencialmente rusas y no tener en cuenta la realidad de los diferentes países.

    7) Es posible que dirigentes oportunistas de los partidos de la IC se apoyaran en las tesis de “El Izquierdismo…” de Lenin para intentar dominar a sus militantes y a las masas en vez de fundirse en un todo con ellos. Sin embargo, eso no desautoriza al texto sino a los oportunistas.

    En cuanto pueda seguir con la lectura del texto compartiré algunas otras observaciones.

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    Lucas

    02/12/2015 at 12:28

  26. Estimado compañero AP, en primer lugar quiero expresar mi reconocimiento a la honestidad de sus palabras.

    « La fragmentación e impotencia de la izquierda revolucionaria responde a la ausencia de una teoría -programa común, fundado en el método marxista y una aprehensión acertada del balance de la lucha de clases a lo largo de un siglo.»

    Muy cierto. Sin embargo, habría que distinguir de la izquierda revolucionaria a la izquierda mercantil que lucra con las luchas populares y que en tiempos de confusión con los actuales se reproducen por miles como piojos. Gentes de mi generación que alguna vez levantaron banderas revolucionarias radicales en los 70 y 80, hoy las han abandonado, balbuceando incoherentes teorías sobre cambios en las condiciones históricas que habrían caducado la vía insurreccional. Los comunistas de firmes convicciones han quedado reducidos al mínimo. Aun así el marxismo revolucionario logre la síntesis de un programa revolucionario, esta izquierda mercantil electoral jamás se regenerará. Por ello es necesario desenmascararla.

    «… pero se enmarca en un proceso histórico de derrota del movimiento obrero, acompañado de un profundo retroceso ideológico»

    Ciertamente, pero ello no es ninguna disculpa para andar con contemplaciones y conciliaciones con el oportunismo político e ideológico. La derrota del socialismo, o de lo que se pudo avanzar de él, lo es también para los comunistas y revolucionarios de todo mundo. Es un triunfo del capitalismo y de los oportunistas de todo pelaje, aunque transitorio. La derrota del socialismo ha ejercido una poderosa influencia provocando, entre otras cosas, una epidemia oportunista en todas partes. Esta situación obliga a los comunistas a luchar contra la corriente pugnando por arrebatarles las masas que los líderes oportunistas tienen bajo su influencia. Estos líderes nunca dejarán de ser oportunistas; sí, son expertos en cambiar de color como el camaleón, lo que les permite disfrazarse de revolucionarios.

    «Esta determinación general (en la que a su vez influyó en distinto grado y forma la conducta de partidos y dirigentes de antaño) no se puede obviar echándole la culpa de todo a la izquierda actualmente existente que es simultáneamente factor de perpetuación y resultante del atraso ideológico y ausencia de voluntad revolucionaria en las masas.»

    «La izquierda actualmente existente» en Argentina, que en su mayoría centraliza su actividad en la cuestión electoral a partir de la cual establece su perspectiva de poder, no siempre será la misma. El desarrollo de los conflictos sociales y de los acontecimientos nacionales provocarán, sin lugar a dudas, cambios en la correlación de fuerzas entre el marxismo insurreccional y el oportunismo. No le echamos la culpa a la IZQUIERDA, sino al oportunismo que existe en ella y que la controla temporalmente. La llamada primavera árabe fue una dramática y heroica muestra de dignidad de los pueblos. Esa misma actitud existe en los pueblos latinoamericanos, como lo demuestran el bolivianazo del 85, el caracazo del 99, el argentinazo del 2001, etc. Todo ello demuestra la disposición de lucha de los pueblos. No le encuentro sentido, por tanto, hablar de «ausencia de voluntad revolucionaria» y «quiebra del ideario socialista» en las masas.

    «Señalar que la izquierda podría representar una mejor salida a esta situación de retroceso ideológico y derrota inacabada no puede llevarnos a obviar la realidad del marco general en que se inscribe su actuación. »

    «la realidad del marco general» es que existe un oportunismo de derecha, la única culpable de la de la debacle de la izquierda en el proceso electoral. Oportunismo que, prisionero de su propia mezquindad, corre peligro de terminar ahogándose en las arenas movedizas de su fragmentación. Tampoco es válido echarle la culpa de esto a la derrota del socialismo. Sin el reconocimiento de este oportunismo no hay manera de comprender a cabalidad la coyuntura política.
    Saludos revolucionarios.

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    Amauta

    04/12/2015 at 02:26

  27. profesor astarita. un tema muy menor, pero me permite entender otras cosas, del caño no fue a la reunion con macri, que piensa de ello?

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    Paula Gomez

    12/12/2015 at 18:11

    • Me parece bien que no haya ido. No veo para qué tenía que ir. Macri busca acordar con representantes de las otras fracciones políticas de la clase dominante algunas medidas que el capital en general considera necesarias (la inversión es el punto central). No hay que contribuir, desde la izquierda, a disimular el contenido de clase y el objetivo de estas reuniones.

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      rolandoastarita

      13/12/2015 at 09:58

    • El punto no es tan menor ni inocente para la propia izquierda trotskista y conecta con lo de la asistencia a las famosas ‘juras’.
      En el caso de la jura de Macri al principio parecía haber consenso entre PO y PTS respecto a que no se debía ir.
      Luego al PO se le ocurrió que como consecuencia de la ‘crisis política’ desatada por los tira y afloja de Mauri y Cris y por los disensos constitucionalistas sobre el traspaso, había que ir ‘a criticar’ (?) (En la jura?) Lo real y concreto fue 0 crítica y una bonita ‘selfie’ de los tres flamantes diputados del PO.
      El PTS lanzó anatemas sobre la participación, pero fue a la de Larreta y otros monigotes. Esta denuncia motivó la pregunta del PO acerca de cual era el criterio, frente a lo cual el PTS arguyó una ‘cuestión táctica’ (?) El PO sostiene que la ‘táctica’ es seguir el compás marcado por La Cámpora (que ellos mismo siguieron ‘al revés’).
      Parece ser que hay intensas discusiones entre los partidos del FIT sobre como capitalizar el voto (o militante nacionalista K) descontento y promover la ‘saltada de cercos’ y otras yerbas. La melodía parece ser vengan al peronismo rojo, el que realmente va a defender la independencia económica, la soberanía política y la justicia social.
      El colmo es el NMas que se la pasa hablando de la enfrentar a la ‘derecha gorila’ y una escisión medio delirada del PO (TPR) que llama al ‘frente único anti macri’.
      En el caso de la convocatoria de Macri, Del Caño decidió prescindir arguyendo las ‘agendas opuestas’. (Agendas¡) pero después se mandó una ‘carta abierta’ para explicarse (que no he tenido el gusto de leer). Más tarde Altamira salió con que había que ir ‘a denunciar’.
      No se entiende un pomo. O mejor dicho, se entiende…Lo concreto es que un partido o frente revolucionario no tiene nada que hacer ni en juras ni en convocatorias de presidentes para consensuar como le curtirán el lomo a los trabajadores. Su oposición revolucionaria a todo el arco burgués, debía estar clara antes, durante y después. El no haber ido al convite de Mauricio es correcto, pero no lo arregla.

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      AP

      13/12/2015 at 11:50

  28. Interesante para escuchar esto (Si se lo bancan hasta el final):http://radiocut.fm/audiocut/altamira-critico-a-del-cano-por-no-reunirse-con-macri/#f=search&l=result El problema pasa por si DNU o Sesiones Extraordinarias del Congreso. Además hay que sancionar a Del Caño.

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    AP

    13/12/2015 at 13:45

  29. El juego electoral burgués le impone a la izquierda electoral parámetros infranqueables: si quiere aumentar su caudal electoral tiene que atenuar la radicalidad de su programa político hasta castrarlo de todo contenido revolucionario. La izquierda electoral tiene que optar entre renunciar.a un programa revolucionario o perder votos.

    Entonces ¿Qué sentido tiene participar en esas condiciones? De acuerdo con el marxismo los comunistas participan en las elecciones burguesas con fines de agitación y propaganda revolucionarias. Si la lógica electoral burguesa te corta la posibilidad de levantar un programa revolucionario entonces tus posibilidades de agitación y propaganda quedan reducidos a nada.

    La verdad de las cosas es que la izquierda electoral Argentina lo que se propone es lograr el gobierno del Estado burgués mediante las elecciones burguesas, aunque lo nieguen en mil idiomas. Lo real e históricamente demostrado es que todo gobierno de izquierda de un Estado burgués termina adaptándose y sometiendose al Estado burgués.

    No hay ninguna evidencia en la historia del capitalismo que un gobierno de izquierda sobre un Estado burgués pueda revolucionarlo. Todos los intentos a este respecto han fracasado. Esto lo saben muy bien Altamira, Del Caño y semejantes. Sin embargo, la irresistible tentación a los privilegios y beneficios de las altas esferas del poder burgués les hace olvidarlo. Que lastima.

    saludos.

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    Amauta

    17/12/2015 at 01:40

  30. Entre las elecciones de Octubre y Noviembre, el voto de la izquierda no fue nada lineal ante el llamado del FIT de votar en blanco. De hecho, paradójicamente, la izquierda ni siquiera voto en blanco, quizás uno que otro. Ya que el peso relativo prácticamente se mantuvo constante y por otro lado, en cantidad de votos, este bajo. Siempre leo los causales del voto en blanco pero nunca un balance sobre los resultados, ya que pienso 1 de cada 100, que votó a Del Caño, habrá votado a en Blanco. Creo que el balance debería empezar sobre la forma de construir, si a partir de la bajada de linea o en conjunto de las personas que se sintieron interpelados por el FIT en Octubre y que después rechazo el llamado a votar en blanco.

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    Juan

    17/02/2016 at 15:12


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