Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Cuba: crisis, globalización y giro al mercado (9)

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La parte 8 de la nota, aquí

Necesidades sociales

En 1959, a poco del triunfo revolucionario, Fidel Castro aseguraba que “…convertiremos a Cuba en el país más próspero de América, hemos dicho que el pueblo de Cuba alcanzará el nivel de vida más alto que ningún otro país del mundo” (discurso del 13/03/1959). Y pocos días antes, el 16 de febrero, había afirmado que “en el curso de breves años” el estándar de vida del cubano sería superior al de EEUU y la URSS. Lo cual exigía superar el nivel más alto de las fuerzas productivas alcanzado por el capitalismo; lo que se acompañaría de la eliminación de las desigualdades sociales. La convocatoria al esfuerzo de la población para construir el socialismo tenía esa meta última. La idea era que la combinación de economía estatizada y plan, por un lado, y movilización consciente de las masas, por el otro, superaría todos los obstáculos. En este respecto, el pronóstico cubano tenía rasgos comunes con los que hacían soviéticos y maoístas en los 1950 y 1960, cuando también aseguraban que en el término de algunas décadas la URSS y China superarían a los países más avanzados del planeta.

En una próxima nota analizaré con algún detalle los elementos de voluntarismo y subjetivismo que subyacían en estos programas, y que brindaron una justificación teórica para el lanzamiento de grandes “saltos históricos”. Entre ellos, la colectivización forzosa en la URSS, a partir de 1929; el Gran Salto Adelante, en China, entre 1957 y 1961; y la colectivización rápida en Cuba, así como la campaña por la zafra de los 10 millones de toneladas de azúcar, en 1970. Por ahora diremos que la presente realidad social de Cuba está lejos de lo que preveía la dirección castrista en 1959, sin que haya, por otra parte, un balance de por qué las cosas no fueron como se dijo que serían. Esto tal vez explique lo que Padura –en La neblina del ayer– pone en boca de uno de sus personajes: “Hay cansancio histórico”. Es que después de décadas de increíbles sacrificios, el cubano “de a pie” afronta muchas dificultades para sobrellevar la vida cotidiana.

Por un lado, ya apuntamos las dificultades del transporte, y cómo afectan la calidad de vida en la isla. Pero tal vez más graves son las carencias habitacionales, a las que también ya hicimos referencia. Según el Instituto Nacional de la Vivienda, en 2013 había un déficit de 600.000 viviendas; 8,5 de cada 10 viviendas necesitaba reparación; y 4 de cada 10 se encontraba en estado regular o malo.  Oficialmente se admite que sectores importantes de la población viven en apartamentos con servicios básicos muy defectuosos, o inexistentes; y es común que hasta cuatro generaciones de cubanos vivan en la misma casa. Es frecuente también que en La Habana y otras ciudades se produzcan derrumbes; a lo que hay que agregar los efectos de desastres naturales, como el huracán Michelle, en 2001, o el Sandy, en 2012. Como consecuencia, muchas familias están alojadas, desde hace años, en las “comunidades de tránsito”, que son albergues colectivos precarios. Además, en las afueras de La Habana hay asentamientos de madera y chapa que albergan inmigrantes del interior que no tienen permiso de residencia; según Granma (14/11/14), en la capital de la isla más de 132.000 personas carecen de vivienda, y además muchas han vivido hasta por dos décadas en los albergues colectivos.

Otra dificultad cotidiana se relaciona con la energía. Las plantas generadoras de electricidad son de la era soviética, hay desgaste de equipos, que además funcionan con combustible que debe ser importado; y las redes de distribución necesitan inversiones. Como resultado, existe un fuerte déficit energético y se producen cortes del fluido eléctrico en muchas partes de la isla. Los apagones son más frecuentes en los barrios pobres, donde no existen objetivos económicos importantes, que en las zonas acomodadas, donde están los hoteles, las unidades militares y los centros turísticos para extranjeros.

Por otra parte, hay faltante de agua potable. Según el Instituto Nacional de Recursos Hídricos, más del 50% del agua potable se pierde por conducción, falencias en la distribución o en los puntos de consumo. Hace poco Granma reconocía que “despertar a la madrugada para almacenar agua es una cotidianeidad en varios municipios del país. Cargar con cualquier recipiente disponible y hacer la cola de la pipa o caminar varias cuadras hasta la llave más cercana, son algunas de las consecuencias del mal estado de las redes hidráulicas en una parte de la isla, aunque es válido aclarar que no es la única causa. (…) El tema del agua es para muchos un problema más de la rutina diaria” (16/05/14). Según el Censo de Población y Viviendas 2012, el 29% de las unidades de alojamiento carecen de abastecimiento de agua por acueducto. Además, las redes de alcantarillado son insuficientes; Cuba cuenta con un 34,8% de alcantarillados que se vierten con frecuencia sin tratamiento alguno (Granma, 20/11/14).

En cuanto a la salud, si bien la atención gratuita está garantizada para toda la población, muchos cubanos hablan de un pronunciado deterioro de los servicios. Una ventana a esta problemática (y a otras) es la sección “Acuse de recibo”, dirigida por José Alejandro Rodríguez, en Juventud Rebelde. Allí se leen repetidas quejas por falta de personal paramédico, de médicos en las guardias, de camillas, higiene, climatización, guantes quirúrgicos, jeringas descartables, material ortopédico y oftalmológico; también hay protestas por tener que esperar meses para conseguir turnos, incluso en casos que exigen tratamiento rápido. En forma coincidente, en blogs cubamos se recogen testimonios de que es típico que el paciente se vea obligado a llevar sábanas, toallas, artículos de limpieza y hasta medicamentos cuando ingresa a un hospital. También se han denunciado –pero fueron negados por el gobierno- brotes de dengue, al menos en 2001 y de nuevo en 2012; y de cólera en 2012. Asimismo hay quejas porque muchos hospitales se encuentran en estado de abandono y fuerte deterioro –entre otros, se citan los casos del Universitario Calixto García y el Miguel Enrique, de la Habana. En palabras del rap de Silvito Rodríguez, que hemos citado antes, “no existe hospital público que esté en buenas condiciones”. Sin embargo, los hospitales para extranjeros o para la elite (dirigentes del PC, miembros del Consejo de Estado o de la Asamblea Nacional, “héroes del trabajo” y sus familiares) no padecen esos problemas.

Pobreza

Si a este deterioro de condiciones sociales se suman los bajos salarios y pensiones, pueden entenderse las razones de por qué en Cuba hay pobreza. Es un tema que ha sido ocultado por el gobierno, y por la mayoría de los intelectuales y militantes que hacen “turismo revolucionario” a la isla (y no hablemos de los que miran para otro lado por temor a perderse el próximo viaje pagado a algún elevado congreso castro-chavista). Sin embargo, en los últimos años la cuestión ha sido planteada por investigadores sociales cubanos. Por ejemplo, María del Carmen Zabala Argüelles, en Familia y pobreza en Cuba. Estudio de casos, publicado en 2010, sostiene que aunque no haya pobreza extrema –caracterizada por ausencia de atención médica, desnutrición, analfabetismo- existe una pobreza caracterizada por necesidades básicas insatisfechas y problemas serios de sobrevivencia en muchas familias.

Con el mismo sentido, Mayra Espina Prieto precisa que la pobreza extrema no existe porque se trata de una pobreza “amparada por el acceso a los beneficios universales (salud, educación, etc.)”, pero agrega que “es una pobreza difícil de vivir porque esas personas apenas tienen posibilidades de tomar decisiones, su vida transcurre por los circuitos del amparo. Aunque no tiene la dimensión de otros países, sigue siendo un problema económico, social y ético grave” (“La tarea social no debe quedar para después”, http://oncubamagazine.com/a-fondo/mayra-espina-la-tarea-social-no-debe-quedar-para-despues/).

En otra intervención, Espina Prieto ubica la pobreza entre el 20 y 24% de la población. Dada la carencia de cifras oficiales, la calcula a partir de necesidades básicas insatisfechas. Para eso, se confecciona un set de qué necesita un individuo o una familia “para una reproducción más o menos normal”, se calculan los costos a precios de los productos que hay en ese momento en el mercado, y la línea de ingresos mínimos. Por lo tanto, cuando se dice que el 20% de la población cubana está en la pobreza, se quiere significar que “carece de los ingresos propios nesesarios para cubrir sus necesidades básicas” (“Intercambio posterior a la conferencia de Mayra Espina”, Espacio Laical, febrero 2014, http://www.espaciolaical.org/contens/38/105110.pdf).

Por último, señalemos que en septiembre de 2014 se presentó en La Habana Algunas claves para pensar la pobreza en Cuba desde la mirada de jóvenes investigadores, una compilación que estuvo a cargo de María del Carmen Zabala, y fue editada conjuntamente por el Centro Félix Varela y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Solo tuve acceso al prólogo del trabajo, en el cual Juan Valdez Paz estima que actualmente el 25% de los cubanos vive en la pobreza.

Prostitución

Antes de 1959 la prostitución estuvo vinculada, a la industria turística, manejada por capitalistas estadounidenses y cubanos, y la mafia yanqui. Poco después de la toma del poder, Fidel Castro prometió que Cuba dejaría de ser “el burdel del Caribe”; y durante años se reivindicó el haber eliminado la prostitución. Sin embargo, resurgió con fuerza en los 1990. Si bien en la prensa oficial el tema no se trata, en julio de 1992, ante la Asamblea Nacional, Fidel explicó: “En Cuba no hay ninguna mujer que se vea obligada a venderse a un hombre, a un extranjero, a un turista. Las que así lo hacen actúan por su propia cuenta y riesgo, voluntariamente. Podemos decir que son prostitutas sumamente educadas y completamente sanas, porque somos el país con el número más bajo de casos de SIDA”. Además de sonar a invitación al turismo sexual (“aquí se vende sexo seguro”), Castro explicaba entonces la prostitución desde un enfoque individualista burgués (“son prostitutas porque se les da la gana”). Muy lejos de cuando el discurso oficial sostenía que la prostitución era una «lacra social» que tenía su causa en la pobreza generada por el capitalismo.

El hecho cierto es que miles de cubanas (aunque también hay prostitución masculina) se prostituyen en busca de mejorar su nivel de vida, o con la ilusión de casarse con un extranjero y salir del país. Muchas son universitarias, o tienen estudios secundarios. Su situación legal es precaria, ya que si bien la prostitución no es ilegal, tampoco está legalizada, y muchas veces la policía detiene a las prostitutas utilizando la figura de «peligrosidad pre-delictiva», que está contemplada en el Código Penal. Pero la prostitución se mantiene en elevados niveles porque tiene raíces sociales objetivas. La investigadora Patricia Catoira escribe: “… el advenimiento del Período Especial, a raíz del colapso de la Unión Soviética en 1991 y el fin de los subsidios rusos a la isla caribeña resultó en una fuerte crisis económica que empezó a ser combatida con medidas capitalistas que desmoronaron la estructura social revolucionaria y que, sobre todo, tuvieron un gran impacto en la psiquis del cubano. (…) Al igual que el gobierno cubano ha escogido el turismo como fórmula rápida de solventar la crisis, muchas mujeres y hombres han decidido ejercer la prostitución como medida extrema para paliar la escasez de recursos que padecen” (“Adiós compañera, hola señorita: Jineterismo, trauma y literatura”, P. Catoira, Montana State University,  http://www.modlang.txstate.edu/letrashispanas/previousvolumes/vol6-1/contentParagraph/0/content_files/file8/catoira.pdf).

Por otra parte, se ha denunciado turismo sexual infantil. ECPAT –End Child Prostitution Pornography and Trafficking- afirma que no parece ser a gran escala, pero es un problema, y que a menudo se lo hace a cambio de comida, ropa u otros bienes básicos. También sostiene que menores de edad y adultos son forzados a la prostitución para mantener a sus familias. “Cuba atrae a hombres que desean tener sexo con prostitutas, sean mayores o menores de 18 años. A pesar de que los investigadores han sido incapaces de confirmar prostitución por debajo de los 10 años, ‘no es difícil tener acceso sexual a niñas de entre 14 y 16 años, y niñas entre 16 y 18 años son muy accesibles’” (http://www.ecpat.org.uk/sites/default/files/cuba05.pdf). Otro fenómeno asociado es la gran cantidad de matrimonios que se realizan entre extranjeros mayores (55 años o más) y jovencitas cubanas que andan por los 20 años, o incluso menos.

En definitiva, la prostitución es una manifestación del grado en que se han metido en Cuba relaciones sociales que son caldo de cultivo para el resurgir de prácticas mercantiles y capitalistas. Señala Catoira: “Cuba ha entrado a formar parte de las corrientes globalizadoras que rigen el mercado internacional en las cuales lo local cubano está supeditado a la oferta y demanda de los intereses exteriores”. Además, y como también sucede en países capitalistas, la prostitución ha dado lugar al negocio de alquilar casas y departamentos para su ejercicio y al proxenetismo. En paralelo, se desarrolla el comercio de drogas y otras actividades ilícitas, algunas manejadas por redes mafiosas. Las autoridades cubanas admiten que existe consumo y tráfico de droga; véase, por ejemplo, el discurso de Juan José Rabilero, coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución, por el 50 aniversario de estos organismos (28/09/10).

Es imposible entender a dónde va Cuba, y qué significado tienen decisiones como la ley de inversiones extranjeras, o la apertura a las relaciones mercantiles, por fuera y al margen de estos fenómenos sociales.

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Written by rolandoastarita

05/03/2015 a 15:57

9 respuestas

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  1. Reblogueó esto en Gerardo Daniel Rossi.

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    Gerardo Daniel

    05/03/2015 at 16:37

  2. Astarita, comento una duda que me surgió tras leer la serie de artículos que has escrito sobre Cuba, y particularmente, uno de The Economist sobre la comparación de índices ecónomicos entre las dos Coreas.

    La conclusión que cualquier economista burgués puede sacar es la de la superioridad última del capitalismo sobre el socialismo. Fuera de comprender de que se trataría de un análisis tendencioso y falaz (principalmente porque compara países cuya estructura productiva se encuentra inmersa en un sistema global, con otros que sufren bloqueos y el aislamiento posterior a la caída de la URSS).

    ¿Cómo explicar esa desigualdad y la debilidad propia de los regímenes estatistas? ¿Qué conclusión tenemos que sacar los marxistas revolucionarios?

    Eso es todo, muy interesante y útil el blog.

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    Rodri M.

    06/03/2015 at 19:22

    • El problema es que el economista burgués identifica estatización + dirección burocrática con socialismo. Dado que la mayoría de la izquierda está de acuerdo con esa identificación, tenemos un problema serio. No hay manera, por ejemplo, de sostener que la población vivía mejor en la Rumania del «socialismo real», que en Dinamarca o Suecia de aquella época. O que hoy vive mejor en Corea del Norte que en Corea del Sur. Por lo tanto, desde el punto de los resultados, los burgueses pueden «demostrar» que el socialismo (tal como lo entienden) fracasa.

      Alguien, sin embargo, puede ensayar la respuesta de «no basta con mostrar cifras de crecimiento». Pero la izquierda siempre dijo que podía demostrar la superioridad del socialismo (insisto, identificado con la estatización) por sobre el capitalismo en términos de mejoras de los niveles de vida (¿acaso Mao no dijo, a fines de los 1950, que China superaría el nivel de desarrollo de Gran Bretaña en pocos años? ¿Acaso Fidel no aseguró que Cuba superaría a EEUU en algunas décadas?).

      Incluso marxistas que no identificaron el socialismo con la estatización, pensaron, sin embargo, que esta última generaba más o menos automáticamente desarrollo de las fuerzas productivas, aun con el pasivo de la gestión burocrática. Por ejemplo Trotsky, en «La revolución traicionada», dijo que el crecimiento de la URSS había liquidado definitivamente la discusión acerca de la superioridad de la economía nacionalizada; llegó a afirmar que ya ni siquiera era necesario «El Capital» de Marx para criticar al capitalismo, porque la crítica la había hecho definitivamente, en la práctica, el crecimiento de la URSS. Esto a pesar de que ya en esa época (mediados de los 1930) veía grandes problemas en la economía soviética (los obstáculos para pasar a un crecimiento cualitativo, basado en tecnología y productividad).

      Todos estos desatinos teóricos y políticos nos vuelven a plantear la urgencia de analizar las experiencias de los «socialismos reales» (en mi opinión, regímenes burocráticos estatistas). No se puede tener la actitud del avestruz ante los datos y los testimonios que incluso surgen de las direcciones de estos procesos (véase, por ejemplo, escritos de Gorbachov de mediados de los 1980). Por eso el caso de Cuba es central para el debate de la izquierda, en particular en América Latina.

      Más en general: No veo la forma en que se pueda reconstituir una agenda y un programa socialista -que hay que defender ante el público, ante las masas trabajadoras- si no se hacen balances y se presentan explicaciones claras. Pero esto es lo que no se quiere hacer en buena parte de la izquierda. A cada paso se buscan subterfugios, se eluden los problemas. Esto explica que aun gente que se reivindica afín al trotskismo haya pensado que una combinación de lúmpenes burgueses, burócratas y militares que se enriquecieron bajo la pantalla del «socialismo siglo XXI» (y ahogaron toda expresión independiente de la clase trabajadora), pudiera convertirse en abanderada de la reconstrucción ideológica y político-estratégica del movimiento socialista. Creyeron que podían reemplazar a Marx por Chávez, y a «El Capital» por Granma + sandeces nacionalistas. Y acostumbrados al oportunismo, hoy de nuevo miran para otro lado.

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      rolandoastarita

      07/03/2015 at 12:11

  3. En la nota anterior se señala que en Cuba «En 2010 la desocupación era del 1,7% y en 2014 había subido al 3,3%». En la presente nota se recogen estimaciones no oficiales de que la pobreza se sitúa en dicho país entre el 20% y el 25%. Estos datos me han llevado a interesarme por las cifras de pobreza y desocupación existente en España (país en el que vivo, perteneciente a la Unión Europea e insertado en la economía mundial). Quisiera compartir con los lectores del blog algunos índices encontrados:

    «-En España, el indicador de riesgo de pobreza y exclusión (AROPE) alcanza, en 2015, el 28,6 por ciento de la población: 13.334.573 personas viven en riesgo de pobreza y exclusión. (En la Unión Europea de los 28, el AROPE llega al 24,4 por ciento de la población: 122,3 millones de personas).
    -España es el tercer país con mayor desigualdad de la UE, después de Rumania y Serbia: El 10 por ciento más rico obtiene una cuarta parte de los ingresos de toda la población.
    -Existe un 2,2 por ciento de la población que sufre a la vez los tres factores que integran el AROPE: desempleo, pobreza y privación material. Son 1.025.736 las personas que se encuentran en la peor situación económica y social posible.
    -La pobreza afecta a un 22,1% de la población: 10.383.238 de personas.
    -Un total de 3.543.453 ciudadanos viven en pobreza severa, es decir que tienen ingresos por debajo de 333,8 euros mensuales.
    -Unas 4.670.000 pensiones, la mitad del total, están bajo el umbral de la pobreza.
    -Un 44,8 por ciento de las personas en desempleo y el 21 por ciento de las “inactivas” constituyen los grupos más afectados por la pobreza.
    -La tasa de trabajadores/as pobres (que no superan el umbral de pobreza, a pesar de tener un trabajo) ha pasado de 11,7 por ciento en 2013, a 14,2 por ciento en 2014, y a 14,8 por ciento en 2015.
    -La tasa de privación material severa ha ascendido del 4,5 por ciento en 2009 al 6,4 por ciento en 2015, afectando a 2.993.365 personas.
    -El grupo de menores de 16 años tiene la tasa más alta de privación material severa: 9,9 por ciento. Les sigue el de adultos jóvenes entre 16 y 29 años, con un 8,4 por ciento.
    -El 11 por ciento de los ciudadanos tiene retrasos en los pagos relacionados con la vivienda principal y el 10,6 por ciento no puede calentar adecuadamente sus viviendas.
    -El 13% de las familias monoparentales sufren privación material severa, más de el doble que los hogares con niños y dos adultos, y 3 veces más que los hogares sin niños/as.
    -Otro año más, el riesgo de pobreza y exclusión social afecta a más de 3 niños y niñas, de cada 10, en España.
    -En la infancia (menores de 16 años), la tasa descendió del 35,4 por ciento en 2014 al 33,4 por ciento en 2015.
    -En el caso de las personas adultas jóvenes (16-29 años), la tasa asciende del 36,4 por ciento al 38,2 por ciento en el último año». [http://diario16.com/pobreza-en-espana-15-datos-para-la-verguenza/. Consultado el 1/12/2016].

    Por lo que hace al desempleo, las estadísticas oficiales recogen que el desempleo en España es del 18,9%. Por Comunidades Autónomas, Andalucía se sitúa a la cabeza (el 28,52%); siendo Jaén la provincia con mayor desocupación (33,22%) {http://www.ine.es/daco/daco42/daco4211/epa0316.pdf, http://www.ine.es/daco/daco42/daco4211/epapro0316.pdf. Consultado el 1/12/2016].

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    JOSÉ

    01/12/2016 at 09:38

    • Le pido comentarios más breves. en especial si no tienen que ver con el tema que se trata en la nota.
      Por otra parte, una observación de método: en muchos países europeos (sospecho que también en España) la forma de medir la pobreza es distinta de la que se emplea en América Latina; y de la forma en que se hicieron las mediciones de pobreza citadas en la nota.

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      rolandoastarita

      01/12/2016 at 10:21

  4. Ciertamente, son contextos y metodologías distintas -de ahí que lo que corresponda es traer a colación los índices de desempleo y pobreza de los de países del entorno cubano (sería interesante efectuar la comparativa). Mil disculpas por la extensión del comentario y por referirme a unos datos que, según usted,no tienen nada que ver con el tema en cuestión. Saludos cordiales.

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    JOSÉ

    01/12/2016 at 10:51

    • No entiendo qué sentido tiene intentar rescatar los regímenes stalinistas en base a comparaciones. más o menos arbitrarias, con lo que sucede en países capitalistas. Es cierto, sin embargo, que hace años se hacen esos intentos. Por ejemplo, en los 1980 todavía se comparaba Rumania, por caso, con República Centroafricana, o Haití, para concluir que la comparación «demostraba» la superioridad del socialismo. Claro que si la comparación se hacía con Noruega o Suecia, la «demostración» no se sostenía. También en base a esas comparaciones, en los años 1930 muchos exaltaban los logros de Stalin en la URSS. El método parece seguir hasta el día de hoy (se pueden comparar también las dos Coreas). Pienso que es un abordaje superficial. En particular porque no logra responder la pregunta de por qué estos regímenes, que supuestamente se comparaban tan ventajosamente con los países capitalistas, terminaron virando hacia el capitalismo. O, más en concreto, por qué Cuba va al capitalismo si en la isla hay menos desocupación que en países como España.

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      rolandoastarita

      01/12/2016 at 11:31

  5. Sr. Astarita: Como soy seguidor de su blog desde hace años, no me sorprende, aunque me genera malestar, la atribución de intenciones que usted hace a mi comentario desde una cierta arrogancia intelectual. Para su conocimiento, y no sé si tranquilidad, le informaré de que me inscribo en una tradición de análisis historiográfico que no sólo no tiene nada que ver con el estalinismo sino que fue proscrita y perseguida por este. Quisiera expresarle que la atribución que me hace la percibo tan fuera de la racionalidad e injusta como las que en ocasiones se vierten contra usted de que sus análisis favorecen al imperialismo y a la reacción. De todas formas, le seguiré leyendo, continuaré recomendado su blog y sus libros, aunque, ante su reacción, me cuidaré de intervenir más en este espacio. Quedo muy agradecido por las ocasiones en la que usted ha dado respuesta a mis comentarios. Saludos cordiales.

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    JOSÉ

    02/12/2016 at 06:24

    • Lamento su malestar, pero los textos tienen contextos que no se pueden desconocer. En un comentarios sobre Cuba usted dedica el 90% de lo escrito a hablar de la crisis en España y sus consecuencias sociales. Cuando le señalo que el comentario no tiene que ver con Cuba, me responde diciendo que el objetivo «es traer a colación los índices de desempleo y pobreza de los de países del entorno cubano», agregando «sería interesante efectuar la comparativa».

      O sea, lo importante, según su texto, es «la comparativa» con «el entorno cubano». Bajado a tierra, es evaluar a Cuba por comparación con, digamos, Haití. Pero precisamente este es el discurso con el que sistemáticamente se intentó defender este tipo de regímenes.

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      rolandoastarita

      02/12/2016 at 08:47


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