Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Cuba: crisis, globalización y giro al mercado (3)

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  La primera parte de la nota aquí, la segunda aquí

Nuevo giro y el VI Congreso

Desde 2008, y coincidiendo con la asunción formal de Raúl Castro como presidente, volvió la apertura a los capitales y a la actividad privada. También se aprobó (junio de 2008) una reforma laboral que vinculaba el pago del salario a los resultados del trabajo. Por su parte, en 2009 el presidente Obama levantó restricciones a los viajes de familiares cubanos desde EEUU a Cuba, y a las remesas de divisas. En 2011 Washington volvió a ampliar las sumas permitidas: hasta 500 dólares cada tres meses, destinados a “ciudadanos de Cuba” y “con el fin de respaldar la actividad privada”. Pero más importante, ese año se realizó el VI Congreso del PC de Cuba, donde se admitió que había problemas, y graves.

Efectivamente, en el documento conocido como “Lineamientos”, se planteó  que la economía atravesaba por una profunda crisis, que había “baja eficiencia, descapitalización de la base productiva, estancamiento y envejecimiento en el crecimiento poblacional”. Como problema fundamental, se reconoció la poca productividad del trabajo: se mencionaba la “mentalidad de la inercia”, el “exceso de reunionismo improductivo” y la falta de cumplimiento de objetivos. También se planteó que era necesario reestructurar el empleo y los salarios “considerando formas no estatales de gestión donde sea conveniente”; avanzar hacia la supresión de la dualidad monetaria; solucionar los déficits en la balanza de pagos; poner en explotación tierras ociosas y elevar los rendimientos agrícolas.

Como salida, se subrayó la necesidad de mantener la economía planificada, pero otorgando mayor injerencia al mercado y a la “gestión no estatal”. También se señaló la necesidad de vincular el salario a la productividad, y se reconoció que la reforma laboral de 2008 no se había puesto en práctica. Se dispuso asimismo el despido de 1,8 millones de trabajadores estatales en el plazo de 3 años. El argumento fue que el 40% del empleo público estaba “inflado”; lo cual constituía una admisión de que existía desocupación encubierta. Para absorber esa masa de despidos, se proponía impulsar el trabajo por cuenta propia, incluyendo la posibilidad de contratar mano de obra por fuera del círculo familiar.

Otras medidas pasaban por dar mayor autonomía a las empresas estatales en el manejo de sus fondos; cerrar empresas improductivas; continuar propiciando la participación del capital extranjero, aunque con diversas limitaciones; otorgar mayor autonomía a las cooperativas; y profundizar la entrega de tierras en usufructo, con precios controlados por el Estado.

No hay mejoras significativas

Las reformas no dieron los resultados esperados. En los tres años 2011-13 la economía creció a un promedio del 2,8%, pero en 2014 lo hizo al 1,3%, la menor tasa desde 2009. Además, es bajo el ritmo de absorción por parte del sector privado de los trabajadores que son dejados cesantes en el Estado. El secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba declaró (18/4/14) que el 30% de los trabajadores estatales declarados “disponibles” no había podido ser reubicado. Además, los ingresos de amplios sectores de la población son muy bajos, y existen muchas deficiencias en materia de viviendas y recursos básicos (véase más abajo).

Por otra parte, el problema clave de la debilidad de la inversión, no se ha solucionado. Aunque no se trata solo de su volumen, también de su composición. Según datos oficiales, en 2013 el 15,5% del total de las inversiones fue a hoteles y restaurantes, el 14,9% a suministro de gas, agua y electricidad, el 13,7% a transporte, almacenamiento y comunicaciones, el 9,5% a construcción, el 9% a servicios empresariales, actividades inmobiliarias y alquileres, el 8,8% a administración pública, defensa y seguridad social, el 7,9% a agricultura, ganadería y pesca, el 4% a industria manufacturera (excepto azúcar), el 4% a minas y canteras, el 3,3% a industria azucarera, y el 2,1% a comercio y reparación de efectos personales. Puede verse que la formación bruta de capital fijo es muy baja. Esto significa que continúa el deterioro del aparato productivo por falta de renovación de equipos. En consecuencia, es imposible superar la economía de escasez.

A  lo anterior, se agrega el atraso tecnológico, en particular en lo que hace a las tecnologías informáticas y comunicacionales. Se calcula que actualmente el 75% de la población no tiene acceso a Internet y el 25% restante tiene una conexión muy defectuosa (por ejemplo, bajar un video de Internet puede ser casi imposible). Naturalmente, esta situación afecta gravemente el derecho democrático a informarse. Pero también influye negativamente en la productividad general de la economía, incluso en la posibilidad de mantenerse actualizado en diversos campos de la ciencia.

Para ilustrarlo, tomemos el caso de BioCubaFarma, el grupo de 38 empresas dedicadas a la industria de la biotecnología y farmacéutica, creado en 2012. En la actualidad Cuba exporta medicamentos por un valor de 900 millones de dólares, y aspira a elevar significativamente esta suma en los próximos años. Pero para esto debe remontar toda una serie de dificultades, muchas de ellas derivadas del atraso. Según el doctor Agustín Lage, director del Centro de Inmunología Molecular, los principales obstáculos que enfrenta BioCubaFarma son: escasos recursos, subdesarrollo industrial, bloqueo económico, altos índices de emigración calificada, deterioradas condiciones de vida y trabajo, limitaciones objetivas en el uso de las tecnologías informáticas y comunicacionales y el acceso a Internet (http://oncubamagazine.com/economia-negocios/biotecnologia-productividad-viva/).

Puede verse que la productividad no depende solo de poseer máquinas modernas en  los lugares de trabajo (que en Cuba no están), sino también de todo un entramado de servicios de transporte, comunicación, logística y coordinación entre los sectores productivos. A lo que se agrega la cuestión de la actitud de los trabajadores hacia sus empleos (véase más abajo).

Situación en las ramas del níquel y el azúcar

Dos de los principales rubros de exportación de bienes cubanos son el níquel y otros productos minerales; y el azúcar. En 2013 la minería representaba el  13,5% del total de las exportaciones de bienes, y el azúcar casi el 9%.

Precisemos que Cuba posee la quinta reserva mundial de níquel, y es el sexto productor mundial. A pesar de que las minas cubanas de níquel exigen menos inversiones que las demandadas en otras partes del mundo, existen problemas de productividad. Desde 1994 la empresa minera estatal, la Compañía General de Níquel de Cuba está asociada, en una joint-venture, con la canadiense Sherrit International, que también es la encargada de colocar el mineral en el exterior. Hacia inicios de 2000 la producción de níquel alcanzaba el récord de 90.000 toneladas anuales, pero en 2013 había bajado a unas 70.000. Una dificultad es la obsolescencia de algunas plantas importantes. Por ejemplo, la Ernesto Che Guevara, construida con tecnología soviética, e inaugurada hace ya casi dos décadas, necesita inversiones urgentes. Además, Sherrit está teniendo problemas por acusaciones de haber participado  en fraudes a sus accionistas e incluso negociados con funcionarios cubanos. Por otra parte, se ha registrado una caída significativa del precio del níquel: pasó de 50.000 dólares la tonelada en 2007 a 18.000 dólares en 2014, lo que indudablemente agrava las dificultades. Cuba ahora parece apostar a las inversiones de China o Rusia; esto es, una profundización de la relación con el capital internacional.

En cuanto a la industria del azúcar en 2002 se creó el Ministerio del Azúcar, y se inició una reestructuración del sector. Una de las primeras medidas fue reducir la superficie destinada al cultivo de la caña al 38% del total de las tierras dedicadas a la producción de alimentos o forestación. Fue una admisión de la no sustentabilidad del monocultivo: en 1990 se calculaba que el 40% de los suelos cultivables estaban erosionados en mayor o menor grado. Además, el fin de las compras subsidiadas de azúcar por parte de la URSS quitaba toda lógica a continuar con una alta escala de producción. Pero esto implicó también el traslado de muchos trabajadores a otras áreas (la llamada Tarea Álvaro Reinoso, por la cual se eliminaron más de 100.000 puestos de trabajo).

En los años que siguieron, la tendencia de la producción fue bajista. En la zafra de 2009-2010 se tocó fondo, con 1,1 millones de toneladas de azúcar (el peor registro en 100 años). El gobierno reconoció que la situación era grave y que era necesario incorporar nuevas tecnologías. En 2011 se creó Azcuba (integrante del holding GAESA, véase más abajo), que reemplazó al Ministerio del Azúcar. Azcuba pasó a dirigir y controlar la producción cañera y agropecuaria de las entidades estatales que la integran. El objetivo declarado de su creación fue avanzar en eficiencia, tener ganancias y abrirse a la asociación con el capital extranjero. En 2012 se firmó un contrato entre la empresa Azucarera Cienfuegos (estatal) y la brasileña Compañía de Obras e Infraestructura (subsidiaria del grupo Odebrecht, que invierte en Mariel, véase más abajo) para la administración conjunta del  ingenio “5 de septiembre”. Se trató así de la primera inversión extranjera en el sector desde que los centros azucareros fueran expropiados por la Revolución. La brasileña invertirá unos 100 millones de dólares en mecanización agrícola y en una planta bioeléctrica. Otra inversión en curso es entre la británica Havana Energy y una subsidiaria de Azcuba, que conformaron la empresa mixta Biopower, para construir una planta generadora de energía a partir de la biomasa. El gobierno estaría buscando más inversiones para impulsar este tipo de aprovechamiento de la caña de azúcar.

De nuevo, en la industria azucarera la mejora de la productividad y el rendimiento parecen claves: actualmente la producción sigue por debajo de las 2 millones de toneladas. De los ingenios existentes en Cuba, 8 fueron construidos entre los 1970 y 1980, pero el resto estaba desde antes de la Revolución, y necesitan ser modernizados. En la zafra de 2012-2013 49 ingenios produjeron 1,6 millones de toneladas de azúcar, mientras que en EEUU 6 ingenios producen 2 millones de toneladas. El caso del ingenio Cienfuegos es ilustrativo: diseñado para producir 90.000 toneladas anuales, en los últimos años apenas llegaba a 30.000 toneladas.

El sector agrícola, baja productividad y estímulos individuales

En cuanto a los otros sectores agrícolas, su revitalización es decisiva, ya que Cuba debe importar más del 70% de los alimentos que consume. De nuevo, aquí nos encontramos con baja productividad y desaprovechamiento o mal uso de recursos. Seguramente reconociendo esta situación, a partir de 2008 y hasta 2013, el gobierno cubano disolvió más de 400 cooperativas (Unidades Básicas de Producción Cooperativa, UBPC) con el argumento que no generaban utilidades suficientes para autofinanciarse. Precisemos que las UBPC fueron creadas en 1993 a partir de empresas estatales, cuyos trabajadores recibieron las tierras en usufructo. Con 1,7 millones de hectáreas, ocupan el 28% de la tierra cultivable, y dan empleo al 66% de los trabajadores agrícolas (dato de 2012). Coexisten con las Cooperativas de Productores Agrarios, conformadas por pequeños propietarios privados. En 2011 las UBPC tenían deudas por 50 millones de dólares con el sistema bancario nacional. De ahí la decisión de cerrar cooperativas; las tierras de las cooperativas disueltas fueron reasignadas a otras cooperativas, o a agricultores privados.

Sin embargo, al día de hoy continúan los problemas derivados de la falta de insumos, recursos tecnológicos y agotamiento de suelos. En muchos lugares se ha vuelto a la tracción animal. La baja productividad se revela en el hecho de que la agricultura emplea el 20% de los trabajadores del país y produce poco menos del 4% del PBI.

Además de introducir criterios de eficiencia y rentabilidad, el gobierno se inclina progresivamente (aunque con idas y venidas) a alentar la actividad privada. Por ejemplo, en el sector del arroz aumentó los precios que paga por el producto (el Estado entrega los insumos y compra el 90% de la cosecha) y descentralizó la toma de decisiones en el sector. También transfirió a manos de cooperativas los servicios mecánicos que antes eran monopolio del Estado. Como resultado de la mejora de precios, hasta 2011 aumentaron la producción y los ingresos de muchos productores de arroz. Sin embargo, la falta de insumos y agua, volvieron  a estancar la producción en los últimos años.

En términos más generales, desde mediados de 2014 se comenzó a experimentar con un mercado mayorista de insumos para los productores agrarios. También en 2014 se eliminó la Unión Nacional de Acopio, que se encargaba de comerciar y distribuir productos agrícolas, y se flexibilizaron más las funciones de las cooperativas. Al mismo tiempo el ministro de Agricultura, Rodríguez Rollero anunció que se planifican inversiones en la logística de las cadenas productivas, incluyendo los insumos; y que para impulsar el desarrollo se prevé la financiación externa e inversión extranjera directa. Todo indica que los productores privados y los cooperativistas presionarán en los próximos años para que se profundicen medidas pro-mercado, contratación de mano de obra asalariada y vinculación libre con el mercado mundial. Esta dinámica ha sido típica en todas las economías estatistas burocráticas.

Otra medida adoptada por el gobierno fue permitir el uso de semillas transgénicas, producidas en la isla a partir de los trabajos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología. La decisión ha generado críticas de ecologistas y ambientalistas, pero no hubo posibilidad de debate ni decisión democráticamente tomada. En 2012 se cultivaban ya 3000 hectáreas de maíz genéticamente modificado. El gobierno también firmó, en 2008, un acuerdo con la multinacional brasileña Embrapa (Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria) para desarrollar la producción en base a la semilla de soja tropical (desarrollada por Embrapa). Por ahora en fase de experimentación, el objetivo sería llegar a las 40.000 hectáreas con soja genéticamente modificada.

Por último, hay que destacar que, paralelamente a las evoluciones descritas, se desarrolló un sistema de microhuertos urbanos (producción de hortalizas, principalmente) que se instalaron en grandes ciudades, pueblos, asentamientos. En 2009 se calculaba que había unas 300.000 personas involucradas en esta actividad. Complementan la dieta, o destinan parte de esta producción al mercado. Sin embargo, el microhuerto no puede ser una solución de largo plazo, estructuralmente sólida; aunque es otra expresión de la búsqueda de soluciones por el lado de la explotación individual de la tierra.

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Written by rolandoastarita

09/01/2015 a 14:53

12 respuestas

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  1. En el quinto párrafo, contando desde abajo, en la ultima oración:

    «Por otra parte, hay un millón de tierras sin cultivar.»

    Falta la unidad.

    Saludos.

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    Gerardo Daniel

    09/01/2015 at 15:23

  2. Rolando, una precisión acerca de la encrucijada cubana, Vos decis: «Todo indica que los productores privados y los cooperativistas presionarán en los próximos años para que se profundicen medidas pro-mercado, contratación de mano de obra asalariada y vinculación libre con el mercado mundial. *Esta dinámica ha sido típica en todas las economías estatistas burocráticas* .» , ¿eso significa que el problema está en el estatismo burocrático? El problema creo es fundamentalmente econòmico; dicho de otro modo, con o sin «estatismo burocrático», el mecanismo de mercado es algo completamente esencial en una sociedad socialista funcional, aún con la propiedad privada restringida. Creo que esa es una lección del siglo XX y los intentos de aplastar el mercado con decretos o de forma represiva. A veces, no digo que ud lo piense, pero lo digo al pasar, pareciese que toda la solución a esta clase de problemas es la introducción mágica de la «democracia soviética» o «un verdadero comunismo» sin mencionar absolutamente nada de esta dinámica planificación-mecanismos de mercado. En el PTS cada vez que se habla sobre Cuba, el fetiche de la «democratizacion» aparece una y otra vez, sin dar respuesta a los problemas fundamentales, que son de índole económica, no política. Un saludo.

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    Hernan

    09/01/2015 at 15:35

    • Nunca sostuve que el mercado pudiera suprimirse por decreto, o en pocos años. Precisamente muchos de los problemas de la economía estatista burocrática arrancan de los intentos de «sovietizar» de un plumazo.

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      rolandoastarita

      09/01/2015 at 15:39

  3. Rolando, me gustó el artículo; es muy completo. No obstante, me hubiera gustado una reflexión final, un hacia dónde va Cuba.
    Saludos

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    Federico

    09/01/2015 at 15:37

    • En el blog no traté nunca la cuestión de Cuba. Dado que el tema atraviesa buena parte de los debates de la izquierda en América Latina, me pareció conveniente escribir una nota extensa, que iré publicando paulatinamente. O sea, la nota no termina aquí.

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      rolandoastarita

      09/01/2015 at 15:42

  4. Comparto lo dicho por Hernan, también entiendo que la prognosis sobre la economía socialista es como entrar a un laboratorio contaminado. De todas maneras, hasta ahora lo único conocido es la socialización de la producción a través del estado. Sería muy didáctico un desarrollo de como sería la acumulación socialista, al menos desde un análisis técnico. Como sería la estimulación productiva fuera de la competencia y del crecimiento infinito ¿Puede la economía crecer solo por las necesidades demográficas, una vez realizada la acumulación necesaria para la inversión social?
    No se si me expresé de manera comprensible, pero a los legos nos resulta muy difícil salir de la lógica económica capitalista.
    Muy detallado el informe y muy necesario
    Gracias Rolando

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    ElTabano

    11/01/2015 at 16:30

    • Tabano, es útil ponerse a pensar qué se quiere decir con «planificación democrática» vs «planificación burocrática» más allá del _ámbito político_. Hay compañeros que piensan que se pueden hacer un «plan» con una asamblea permanente en una fábrica, ignorando completamente las dificultades de orden técnico (y tecnológico) para coordinar las unidades económicas (y qué carácter tendrían estas unidades, estatales, cooperativas). Me parece útil, para empezar a pensar, revivir algunos viejos debates y analizarlos, especialmente los de la época de la NEP y los de la discusión «sistema presupuestario» vs «cálculo económico soviético» de los años 60 en Cuba. (Ver Bettleheim por ejemplo).

      Insisto, el tema de cómo hacer que un sistema socialista funcione (es decir, se reproduzca) más o menos «automáticamente» todavía no halla discusión teórica. Con que haya «democracia de productores y consumidores» ya bastaría.

      También en alguna ocasión he sido tildado de «futurólogo» por plantear estas cuestiones.

      Les dejo el link a «Towards a New Socialism» de Cockshott, Cotrell donde trata de la planificación económica y las dificultades y posibilidades técnicas para realizarla. También compara los mecanismos con los existentes en el «socialismo real». ¿Conocés este trabajo Rolando?

      Un saludo.

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      Hernan

      12/01/2015 at 01:50

    • No conozco ese trabajo. Estoy totalmente de acuerdo en que hay que volver a viejos debates; la cuestión de cómo se articula el mercado, el plan económico y la iniciativa individual, es esencial. Por ejemplo, las cooperativas podrían ser un puente hacia la socialización, pero deberían ser verdaderas cooperativas. También hay que tener en cuenta la tendencia de mucha gente a delegar, en especial cuando la vida torna a la normalidad. Es un hecho bastante comprobado que a ya pocos años después de conquistado el poder en Rusia, los soviets se vaciaban, en particular en las provincias. El funcionario se elevaba sobre esta pasividad (que en parte se explicaba por las privaciones y el hambre, pero no solo por esto). ¿No debería imponerse la tarea de control y gestión como «carga pública»?

      Y también hay que volver a discutir qué entendemos por democracia de los consejos. Cuando los bolcheviques, en 1921, temieron que si había elecciones libres en los soviets, perdían la dirección de estos, «eliminaron» el problema no concediendo la libertad de elección (que era una demanda del Kronstdat, pero también de muchos sectores obreros). Hay toda una cultura política que está muy impregnada en la izquierda (mejor dicho, en buena parte de la izquierda), que pienso que hay que revisar.

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      rolandoastarita

      12/01/2015 at 14:50

    • Quizá el rollo no esté en conquistar el poder (que además se posiciona como algo que debería ocurrir sí o sí, destruyendo cualquier otra posibilidad) sino en disolverlo

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      Nachochan

      25/09/2016 at 11:12

  5. Hernan

    12/01/2015 at 01:51

  6. El drama de las economías planificadas es que no son naturales. Como es la administración del capital por un comité extenso de las necesidades de cada comunidad productiva, tiene que imaginar qué es lo que requiere cada comunidad y además tiene que «preciar» la producción bajo los estándares del mercado internacional, subsumiéndose con eso a los avances del capitalismo, a la necesidad del «progreso». Si la economía no se basara en precios ni en el cálculo económico de una totalidad de seres humanos probablemente se abrirían cientos de posibilidades de vivir la economía de otra manera. Pero para eso (así lo veo personalmente) los productores de una unidad geográfica importante (un continente) tienen que terminar con el yugo de los «precios» sobre los «valores», es decir, habría que volver a una economía equivalente (uso el término de Enrique Dussel) y además descentralizar geográficamente las comunidades (o sea, básicamente la disolución de las ciudades).

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    Nachochan

    25/09/2016 at 11:08


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