Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Cuba: crisis, globalización y giro al mercado (1)

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El acuerdo entre EEUU y Cuba, anunciado el 17 de diciembre, dispone, entre otras medidas, la normalización de las relaciones diplomáticas,  la ampliación de los permisos de viajes desde EEUU; la autorización de transacciones financieras entre ambos países (por lo cual las instituciones financieras de EEUU podrán abrir cuentas en las instituciones cubanas); la autorización para vender productos informáticos y la ampliación del acceso a Internet para los cubanos; y el aumento de la lista de productos que las empresas estadounidenses pueden exportar a Cuba, o los estadounidenses llevarse desde Cuba. Además, Obama propone al Congreso de EEUU levantar el bloqueo. En esta nota presento algunas reflexiones sobre el significado de este acuerdo en relación a la situación de la isla y la política que está implementando la dirección del Partido Comunista cubano. Dada su extensión, he dividido la nota en varias partes.

Una línea tendencial

La primera cuestión a tener en cuenta es que el acuerdo de diciembre se inscribe en  la misma línea tendencial que se desarrolla desde hace más de tres décadas: la transformación de regímenes económico-sociales burocráticos, no capitalistas, en economías capitalistas. La lista es conocida: China, Vietnam, la ex URSS, los países de Europa del Este, Albania. Todos estos países hoy están integrados al mercado mundial capitalista, y sus economías son capitalistas. La idea que se desarrolla en esta nota es que la dinámica de Cuba se ubica en esta línea tendencial, pero con la particularidad de que el  viraje hacia el mercado ha comenzado más tarde, se ha dado de manera no lineal, y ha sido más lento y controlado por el Estado. Es que cuando se produjo la caída de la URSS, y la economía de Cuba cayó en una profunda depresión entre 1989 y 1993, la respuesta del gobierno fue endurecer el control estatal. Por eso, a comienzos de los 1990, Cuba se movía en sentido opuesto al resto de los países del ex bloque soviético, que por ese entonces se transformaban rápida y abiertamente en capitalismos.

Sin embargo, dada la profundidad de la crisis, desde mediados de la década del 90 en Cuba comenzaron a implementarse, lentamente, medidas de mercado, a la par que se experimentaba una recuperación económica. El gobierno continuó definiendo su proyecto como “socialista”, pero admitía la utilización de relaciones monetario-mercantiles, los “mercados regulados” y un sistema de gestión progresivamente descentralizado; además, en 1998 comenzó la apertura a los capitales extranjeros. Ese año Juan Pablo II hace una visita a Cuba.

Se produjo entonces una recuperación, y a partir de 2001 la ayuda de Venezuela contribuyó también a paliar las dificultades. Sin embargo, se mantuvieron las debilidades estructurales de la economía (entre ellas, la baja productividad). Para superarlas, el gobierno ha ido profundizando la apertura de los mercados. Entre los datos más relevantes, digamos que desde 2011 aumentaron significativamente los negocios privados, se despidieron trabajadores del Estado y se aprobó (a mediados de 2014) una nueva ley de inversiones extranjeras, para reactivar el ingreso de capitales. Según el vicepresidente, y ministro de Economía, Marino Murillo, Cuba necesitaría entre 2000 y 2500 millones de dólares anuales de inversión externa. Tengamos presente que Cuba tiene un fuerte déficit en su balanza comercial (más de 9.400 millones de dólares en  2013).

En este contexto, la caída de los precios del petróleo, que impacta de pleno en Venezuela, acelera los tiempos de la “actualización del modelo”, como se llama oficialmente al conjunto de medidas. Es en este marco que el gobierno de Cuba se manifiesta dispuesto a abrirse a los negocios con las empresas estadounidenses, a condición de que se levante el bloqueo. Se afirma así el giro que se ha venido registrando desde hace casi dos décadas, en la misma línea tendencial que el resto de los ex regímenes burocrático estatistas.

Interpretaciones alternativas

Este análisis, que pone el acento en la crisis económica de Cuba y las tendencias a la globalización, se opone a los que interpretan que la reanudación de las relaciones diplomáticas, y el eventual levantamiento del bloqueo, son el resultado de la combinación de la debilidad económica del capitalismo, y la lucha de los pueblos contra el imperialismo. Empezando con la crisis, es cierto que la economía mundial está en una situación de semi-estancamiento (ver aquí y siguientes), y que en las últimas semanas se agravaron al extremo los problemas de muchos países exportadores de petróleo (Rusia y Venezuela en primer lugar). Pero la apertura de las relaciones de EEUU con Cuba tiene poco que ver con alguna dificultad particular que enfrente hoy la economía estadounidense. Tampoco es el resultado simple y directo de la caída de los precios del petróleo (después de todo, las negociaciones secretas previas al acuerdo de diciembre insumieron 18 meses), sino un efecto particularizado de la creciente internacionalización del capital. Hay que tener en cuenta que esta internacionalización se desarrolla con relativa independencia de la coyuntura económica mundial  (por caso, no se revirtió a partir de la crisis del 2007). A su vez, es este impulso a la globalización del capital el que está detrás del giro en las relaciones EEUU – Cuba, y el que hace cada vez más inviable la construcción de “socialismos reales” en las fronteras de un solo país.

Por supuesto, hay que destacar que Cuba ha logrado resistir el bloqueo y múltiples agresiones por parte de EEUU durante décadas. Pero esta resistencia no es sinónimo de avance al socialismo. Desde hace ya muchos años que no hay lugar para hablar siquiera de alguna forma de “transición al socialismo”, o de avance hacia la socialización efectiva (esto es, el control directo de los trabajadores) de los medios de producción en Cuba. La realidad es que la economía  cubana está estancada, y la clase obrera está excluida de la dirección efectiva del país. Nadie debería llamarse a engaño con las repetidas declaraciones del gobierno cubano acerca de que se sigue construyendo el socialismo en la isla. El de Cuba es un régimen burocrático estatista, de naturaleza social similar al soviético (ver aquí y aquí para una discusión sobre qué fue la URSS), que ha llegado a un impasse. Y para superarlo, el gobierno adopta las medidas de tipo “perestroika” que tomaron en su momento otros “socialismos reales”.

En cuanto al contexto político, la interpretación que propongo también está muy alejada de los  que afirman que el acuerdo de diciembre es el resultado del retroceso de EEUU ante la ofensiva de los pueblos. Es una interpretación que estaría en línea con el diagnóstico de Fidel Castro de 2005, cuando planteó que EEUU estaba empantanado en Afganistán e Irak, y que se daban las condiciones para una “nueva ofensiva de los pueblos contra el Imperio”; y también es acorde con la idea de que el chavismo, junto a Cuba, están al frente de esa ofensiva. Pero la realidad es que “la ofensiva antiimperialista de los pueblos” no ha detenido, desde 2005 a la actualidad, la internacionalización del capital, ni ha impedido que los males de la crisis capitalista se descarguen sobre los trabajadores.

La crisis tampoco ha dado lugar a procesos masivos de radicalización hacia la izquierda, ni en EEUU ni en el resto de los países más importantes. Por otra parte, el chavismo, que supuestamente habría reactualizado el ideal liberador y socialista de los pueblos, es un régimen burocrático de capitalismo de Estado, y en descomposición (ver aquí). Por eso, hoy no es polo de atracción para las masas de América Latina, ni de ningún otro lugar (como botón de muestra: hasta los candidatos “progresistas de izquierda” de Argentina, cuando presentan sus propuestas, se preocupan de tomar distancia del chavismo para no espantar votos). En cuanto a los movimientos “antiimperialistas” de Asia o África, como ISIS o Boko Haran, son de corte reaccionario, claramente anti-socialista, y actúan como factores de división y enfrentamiento interno de los pueblos. Agreguemos que hace ya muchos años que Cuba ha dejado de lado cualquier estrategia que contemple extender una revolución socialista a América Latina (o África). Por el contrario, ha actuado la mayor parte de las veces como moderadora, y se ha mostrado cercana de gobiernos burgueses, como el kirchnerista, cuyo “radicalismo” es solo de palabra. En particular hay que destacar el rol de la dirección cubana en las negociaciones de paz en curso entre las FARC y el gobierno colombiano; y el papel que puede jugar en la eventualidad de que hubiera un estallido social en Venezuela.

Dos líneas históricas del capital

A fin de ampliar el horizonte del análisis, recordemos que ya frente a la Revolución Rusa no  hubo una sino dos líneas principales del capital para enfrentar al gobierno de los soviets. La primera fue, por supuesto, la intervención armada. Esto es, el intento de ahogar en sangre a la revolución; el acoso directo, las sanciones económicas y el hostigamiento militar se inscriben también en esta orientación. La segunda vía propuesta fue la penetración económica. La idea era promover un capitalismo “de base” al interior de la Rusia soviética, a partir de la relación directa de la pequeña burguesía, o de la vieja burguesía, con el capitalismo mundial; Ustriánov era el representante más destacado de esta corriente.

Ante este desafío, tanto Lenin como Trotsky consideraron que esta forma de lucha contra los soviets era, por lo menos, tan peligrosa como la intervención  armada. Así, cuando se adoptó, a comienzos de los años 20, la “Nueva Política Económica”, Lenin advirtió que un sector de la burguesía apostaba a que la NEP evolucionara al capitalismo, provocando la degeneración interna del régimen (precisemos que la NEP intentaba restablecer relaciones de mercado con el campesinado a fin de elevar la productividad). Decía el líder bolchevique: “las cosas de las que habla Ustriánov son posibles. (….) El enemigo dice la verdad de clase y nos señala el peligro que tenemos ante nosotros. Lo que guía al adversario es lograr lo inevitable” (“Informe político del CC del PC (b) al XI Congreso, marzo 1922). Luego de señalar que esta apuesta de la burguesía tenía una base social receptiva en “el estado de ánimo de miles, decenas de miles de burgueses o empleados soviéticos, que participan de nuestra nueva política económica”, agregaba: “No nos atacan de frente, no nos agarran por el cuello. Aún  queda por ver qué pasará mañana, pero hoy no nos atacan con las armas en la mano; a pesar de todo, la lucha contra la sociedad capitalista es cien veces más encarnizada y peligrosa, porque no siempre vemos con claridad dónde está el enemigo y quién es nuestro amigo”.

Lenin, de todas maneras, confiaba en el poder de los soviets para conducir políticamente y encauzar la marcha de la economía hacia una construcción socialista (al menos, de sus bases, en tanto Rusia estuviera aislada). Pero el peligro era real. Por su parte, también Trotsky advertía, a mediados de los 1920, sobre los efectos que tendría una invasión de mercancías baratas, a través de la cual se soldara al campesino -que en esos años se enriquecía en los entresijos del régimen soviético-, con el mercado mundial. En oposición a la política de entonces de Bujarin y Stalin, Trotsky sostenía que no habría una asimilación tranquila y evolutiva hacia el socialismo de la minoría campesina enriquecida, e insistía en que la combinación de mercado y plan (necesaria en una construcción socialista) exigía un tercer pilar, el poder de los soviets. De lo contrario, si en lugar de soviets hay burocracia y falta de poder obrero, a largo plazo, inevitablemente, el mercado se impone. Sin embargo, la meta declarada de todas las reformas pro-mercado en los regímenes burocrático-estatistas es que el pequeño propietario, estimulado por el interés privado, aumente la producción; y que al mismo tiempo se convierta  -por una transformación nunca explicada-, en pilar del socialismo. Es la vieja ilusión bujarinista (al pasar: no es casual que al iniciarse el giro hacia el mercado las obras de Bujarin fueran traducidas y editadas en China por el gobierno).

Ataque directo o invasión con mercancías y capitales

En relación a Cuba, es claro que desde el triunfo de la Revolución en EEUU se impuso la orientación del “asalto directo”: invasión de playa Girón en 1961, crisis de los misiles en 1962, repetidos planes para asesinar a Fidel Castro y operaciones de desestabilización. La más reciente fue la infiltración clandestina en el movimiento juvenil cubano hip-hop. Todo esto acompañado del bloqueo (en realidad, una prohibición a los estadounidenses de comerciar, viajar o invertir en Cuba) durante más de cinco décadas; bloqueo reforzado en 1996 por la ley Helms Burton.

Pero esta política está siendo cada vez más cuestionada. Hoy se oponen al bloqueo el Vaticano, las burguesías latinoamericanas, la Asamblea General de la ONU, la Unión Europea,  y por supuesto, China y Rusia. Y también ha crecido la presión por un cambio de política en el establishment estadounidense. Por ejemplo, The New York Times pide a Obama que “ayude a expandir la clase empresarial cubana” flexibilizando las sanciones. «Washington podría empoderar el campo reformista al facilitar que los empresarios cubanos obtengan financiamiento externo y formación empresarial», para lo cual pide que se levanten las sanciones” (NYT, 15 diciembre de 2014). The Economist, Bloomberg, columnistas del Washington Post y Newsweek, entre otros, también están por un cambio de política. La misma posición adoptó la Cámara de Comercio, y grandes empresas estadounidenses, que desean invertir en Cuba en turismo, agricultura, construcción, servicios de telecomunicaciones y financieros, entre otros rubros; a lo cual se suman las perspectivas de exportaciones, en particular de alimentos como cereales. Por otra parte, sectores del exilio cubano llamados de la segunda o tercera generación, están a favor de levantar el bloqueo. La idea es la expresada por Obama: el bloqueo no ha dado resultado, es hora de cambiar.

En la vereda de enfrente continúan los representantes más recalcitrantes de la derecha tradicional, y el viejo exilio cubano. Pero incluso en el viejo exilio aparecen algunas fisuras. Tal vez la más significativa sea la familia Fanjul, que durante décadas militaron en el anticastrismo más duro. Los Fanjul poseen intereses en la industria del azúcar en Florida y Centroamérica, y quieren extender sus negocios a Cuba; esto explicaría que hayan firmado una petición dirigida a Obama pidiendo la normalización de relaciones de EEUU con Cuba.

A la vista de lo anterior, pensar que las medidas establecidas en el acuerdo Cuba – EEUU tenderán a fortalecer la construcción del socialismo cubano, es una ingenuidad. Más abajo desarrollamos los efectos que está teniendo la combinación de mercado y control burocrático en la sociedad cubana;  pero en este punto hay que tener en claro que EEUU no está retrocediendo a una posición defensiva (aunque haya liberado a los prisioneros cubanos). El objetivo del gobierno de Obama es “lograr lo inevitable”: que la entrada de mercancías y capitales fortalezca una acumulación de capital de decenas de miles de pequeños empresarios, para generar una evolución económica y social que pueda terminar, en el mejor de los casos, en una implosión, dando paso a una democracia burguesa abierta. Alternativamente, como “segundo mejor”, ir hacia un capitalismo de Estado, en asociación con el capital privado y extranjero, al estilo de China o Vietnam. Esta última parece ser la vía a la que se juega la mayoría (todo indicaría que existen resistencias) de la dirección del PC de Cuba.

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«Cuba: crisis, globalización y giro al mercado (1)»

Written by rolandoastarita

27/12/2014 a 17:01

60 respuestas

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  1. Y la pregunta básica que usted no responde ¿Por qué ahora la «internacionalización del capital» bajo el mando de Estados Unidos alcanzó a Cuba y no antes?

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    • Por la prolongación y agudización de la crisis interna en Cuba (que trato en las próximas partes de la nota).

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      rolandoastarita

      27/12/2014 at 18:19

  2. Hay una efectiva crisis del imperialismo norteamericano, pero creo que eso se debe justamente a lo que el artículo denomina como «internacionalización» del capitalismo

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    Cesar Avalos

    27/12/2014 at 17:19

  3. Hola Rolando, si la estrategia capitalista para derrotar al socialismo es tan clara y viable como «que la entrada de mercancías y capitales fortalezca una acumulación de capital de decenas de miles de pequeños empresarios, para generar una evolución económica y social que pueda terminar, en el mejor de los casos, en una implosión, dando paso a una democracia burguesa abierta»

    ¿por qué el socialismo no logra desarrollar una política similar pero en sentido inverso?

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    Darrigrand, Gonzalo

    27/12/2014 at 17:33

    • La pregunta remite a por qué han surgido y se consolidaron burocracias «socialistas», empezando por la soviética. Y por qué esas burocracias han logrado imponerse a las corrientes que trataron de defender una concepción más cercana a la idea originaria de los consejos, o de la Comuna.

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      rolandoastarita

      27/12/2014 at 18:23

    • Porque el socialismo real de comunas es imposible, sólo pude sobrevivir mediante burocracias de estado que crean estructuras economicas mas debiles que las capitalistas. El socialismo solo puede reemplazar al capitalismo cuando este se destruya a si mismo por sus propias contradicciones internas, o sea como lo pensó Marx.

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      Cesar Avalos

      28/12/2014 at 13:15

    • Si la opcion política está entre una burocracia totalitaria y una democracia burguesa, la elección progresista es la democracia burguesa en donde se luche por la independencia de la organización la clase obrera, ya que en la segunda hay mas libertades que en la segunda para lograr ese fin.

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      Cesar Avalos

      28/12/2014 at 13:25

  4. ¿Por qué borra mi comentario? ¿Por qué cierra el debate? Añado de nuevo la pregunta, responda ¿porqué hasta ahora la «internacionalización» del capital alcanzó a Cuba y no antes?.

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    • Tenga un poco de respeto. El blog lo manejo yo solo, y no estoy todo el día en la computadora para aprobar mensajes.

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      rolandoastarita

      27/12/2014 at 18:18

    • Agrego: tampoco tengo obligación de responder las preguntas. ¿O acaso le debo algo a usted?

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      rolandoastarita

      27/12/2014 at 18:24

  5. Eso de ‘Responda la pregunta’ tiene un tono bastante inquisitorial. Sonó bastante feo.

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    AP

    27/12/2014 at 19:15

  6. Es lo que me parecía. La llegada masiva de mercancías y capitales no puede ser bueno para la conciencia de las masas de la isla (fetichismo). Pero no veo cómo puede ser una segunda mejor opción un régimen como el chino, que es la esclavitud más descaradas de la clase trabajadora china, usufructuada por una burocracia de terror, de la que se benefician también, claro está, las trasnacionales. Hoy por hoy, dejando de lado los regímenes reaccionarios como el EI, creo que el régimen chino es el peor aborto que hay, no le deseo eso al pueblo cubano.
    Saludos

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    LB

    27/12/2014 at 19:20

    • LB el capitalismo mejora los niveles de vida de los trabajadores, en las ciudades chinas se vive en la modernidad mientras que en la zonas rurales en el medioevo. El desarrollo del capitalismo crea clase obrera, mas capitales mas clase obrera, y mas mercancías, mas necesidades satisfechas, y mas inversiones mas estructura para crear la sociedad mas igualitaria en el futuro.

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      Cesar Abalos

      28/12/2014 at 13:29

    • A los PCs les encantan los regímenes como el chino…

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      Santiago Corlé

      29/12/2014 at 17:11

    • A esta altura de la historia diría que es su razón de ser.

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      Santiago Corlé

      29/12/2014 at 17:14

  7. ¿O sea que no piensas que David le ganó a Goliat? ¡Rrrresponda la pregunta¡ (ironía)

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    AP

    27/12/2014 at 19:23

  8. «la transformación de regímenes económico-sociales burocráticos, no capitalistas, en economías capitalistas. La lista es conocida: China, Vietnam, la ex URSS, los países de Europa del Este, la ex Yugoslavia, Albania.» Rolando metes en la lista de paises burocráticos no capitalistas a la ex yugoslavia de Tito y al resto de antiguos paises del llamado socialismo real. Creo que es un error, porque sin considerarme ni muchisimo menos un experto en la historia de yugoslavia si que creo que su estructura económica era radicalmente distinta, y ello porque bajo mi criterio en ese pais si se aplicaba la ley del valor al competir entre si las distintas empresas autogestionadas. Precisamente por eso los problemas de la época de la Yugoslavia socialista tenían más que ver con desigualdades propias del capitalismo, como elevadas tasas de paro debido a un desplazamiento de mano de obra por incrementos de productividad (justo lo contrario de lo que ocurría en la URSS). Quizas aquello se pareciera más a un extraño «capitalismo bajo control obrero», no lo sé, pero en cualquier caso mercería un estudio aparte del viejo «bloque socialista». Aquí un link a un texto de Lebowitz, donde explica alguno de estos temas muy por encima https://www.nodo50.org/cubasigloXXI/taller/lebowitz_310505.pdf
    Un saludo!

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    David

    27/12/2014 at 19:44

    • Estoy de acuerdo en que el caso de Yugoslavia es particular. Aunque era una economía no capitalista, regían mucho más las relaciones de mercado. Para evitar confusiones (el objetivo de la nota no es la economía de Yugoslavia bajo Tito), voy a quitarla de la enumeración.

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      rolandoastarita

      27/12/2014 at 19:47

  9. Lamento si mi comentario sonó agresivo. Pensé que había sido borrado. Una disculpa.
    Por otro lado, me parece que de nuevo cae en el dogmatismo de izquierda. Hace equivalentes la «crisis» de la economía cubana con las dificultades económicas derivadas del patrón de acumulación.

    Encierra en el mismo saco a las «burguesías latinoamericanas» y afirma falsamente que en ningún lado «los ajustes» a favor de los capitalistas se han logrado detener. Deja del lado que las resistencias en América Latina junto con sus victorias estratégicas, están llenas de múltiples contradicciones y que el desenlace no es lineal. La comparación del «agotamiento» del modelo cubano como las otras economías al estilo de la URSS abandona realizar un análisis sobre las condiciones objetivas de la economía mundial actuales y las imperantes en los años de la crisis del «socialismo realmente existente».

    Rechazar el ALCA, apuntalar los procesos de integración financiera regional como el Banco del Sur, la aceleración de la redistribución del ingreso en algunos de nuestros países y el replanteo conjunto de la relación con China a través de la CELAC por ejemplo, han ido en paralelo a la re inserción periférica de América Latina en el mercado mundial, la concentración de la propiedad y la polarización social.

    Son procesos paradójicos de extrema complejidad que a mi juicio, exigen un mayor esfuerzo intelectual de parte de la economía política que no se limite a describir la «ola irrefrenable» de la acumulación de capital en la región y tomar a Cuba como ejemplo ¿Qué propuestas, cómo, en qué tiempos y con qué actores?

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    noyolara

    27/12/2014 at 20:14

  10. Otra pequeña replica, cuando dices «Todo esto acompañado del bloqueo (en realidad, una prohibición a los estadounidenses de comerciar, viajar o invertir en Cuba)» lo cierto es que la cosa es bastante más grave. No se trata sólo de una prohibición a los estadounidenses, en realidad se extiende al ámbito internacional porque si por ejemplo una empresa que fabrique pasteles en Argentina quiere vender sus productos en EE.UU, tiene que demostrar ante el Departamento del Tesoro que ni un sólo gramo de su azúcar es cubano, lo que evidentemente lleva a muchas empresas a preferir comprar sus productos a otros países, dado que los EE.UU son un gran mercado

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    David

    27/12/2014 at 20:20

  11. La dialéctica entre las necesidades de la burocracia castrista y las necesidades de la burguesía imperial, frente a un mercado con el que viene coqueteando Rusia, China, Brasil etc. no deja de ser una explicación plausible sobre la oportunidad. El régimen burocrático viene desde 1995 con su reforma en la que renuncia al monopolio del comercio exterior y su ley de inversiones extranjeras, conduciendo el barco hacia el arrecife capitalista y lo inevitable es cuestión de tiempo.
    Excelente informe Rolando, está empezando a circular fuerte.

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    ElTabano

    27/12/2014 at 20:51

  12. Muy buena analisis Rodolfo, y yo agregaria, hace rato que no hay mas bloqueo comercial, lo que existe en todo caso es un bloqueo politico. Este reestablecimento de relaciones no es otra cosa que la «firma del acuerdo». Ya ha sido reestablecido el capitalismo en Cuba

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    ariel quiroga

    27/12/2014 at 20:58

  13. No comparto lo que expone noyolara. En todo caso, lo que habría que demostrar es por qué la restauración capitalista en Cuba sería diferente a otras restauraciones. ¿Cuáles serían las bases materiales de tal diferencia?

    Tampoco comparto la referencia al ALCA, ya que en este caso, tanto el menemismo como el kirchnerismo se opusieron. El rechazo del ALCA por parte de las burguesías latinoamericanas no es más que una posición defensiva de sus propios intereses. Comparto un video de Carlos Escudé, un ideólogo de la burguesía dedicado a las relaciones internacionales, con Víctor Hugo, donde señala los paralelismos entre la política exterior de Menem y de Kirchner, a partir del minuto 12:23.

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    LB

    27/12/2014 at 21:19

    • Existen en efecto paralelismos, lo cual no es equivalente a señalar que no hayan existido divergencias. Y atención que no estoy defendiendo al kirchenerismo ¿Te has preguntado si el rechazo al ALCA por los «intereses defensivos» de las burguesías estuvo relacionada con la movilización social en Mar del Plata?

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      noyolara

      28/12/2014 at 00:56

    • Oponerse al ALCA o al libre comercio entre las America es igual que oponerse a la union aduanera alemana relaizada por Bismarck. Que hicieron Marx y Engels sino apoyarla porque eso unía a la clase obrera alemana, por su puesto sin subordinarse politicamente al Canciller de Hierro.

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      Cesar Abalos

      28/12/2014 at 13:37

    • Totalmente de acuerdo con Cesar Abalos. Menudo favor que le hacen al marxismo el dogmatismo y el pensamiento ortodoxo de izquierdas.

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      noyolara

      29/12/2014 at 13:11

  14. La nota me parece muy acertada en tanto inscribe el cambio acontecido en una tendencia general de largo plazo hacia la cual se mueve la economía y el estado cubano. En este sentido, salvando las distancias, creo que es enteramente aplicable el pronóstico sobre la URSS efectuado por Trotski a mediados de los treinta. En ausencia de revolución ‘política’ (es decir, de una nueva revolución proletaria que derrumbe el poder de la burocracia) o de contrarrevolución militar a manos del imperialismo coaligado con fuerzas internas directamente restauracionistas, la perpetuación de la burocracia al frente del estado conduce inevitablemente a la restauración del capitalismo y no solo por la inviabilidad del ‘socialismo en un solo país’ una quimera fatua hasta que Stalin la resucitara, sino, por la imposibilidad de estabilizar relaciones de producción aberrantes desde el punto de vista histórico, que no podrían resistir mucho tiempo el embate del mercado mundial. Con toda razón Trotski recordaba que la mercancía a bajo precio es más peligrosa que las ojivas de los cañones. Una vez que todo conato de resistencia obrera genuina y todo signo de afierramiento de masas a las conquistas sociales vestigiales de la revolución se hubiese apagado, la burocracia tendría las manos libres, para, dada su naturaleza explotadora, estabilizar sus rentas transmutándose en una nueva burguesía. La duración y vicisitudes propias de cada país donde el capitalismo hubiese resultado expropiado, podrían variar, pero la dirección y naturaleza del proceso no.
    Es lo que tenemos bajo los ojos y que ahora empalma con un cambio táctico en la política imperialista. La revolución Cubana, más joven y presente en el ideario de las masas, mostró un desfase de una década, pero, desde hace mucho tiempo la élite dirigente se halla desagarrada en un polo dominante que pretendía mantener el viejo ‘statu quo’ oxigenado con medidas de corte neo bujarinista y un sector abiertamente restaurador. Prácticamente, desde la abdicación de Fidel, el bloque de poder oscila hacia la última salida ante el agotamiento de las alternativas. Lo ocurrido no puede verse en absoluto como un triunfo de las masas del subcontinente y mucho menos del pueblo cubano. Nadie pone en duda que este pueblo a resistido con firmeza los embates del imperialismo, pero la real victoria es cosechada por su estrato dirigente en la perspectiva de la restauración y en los hechos, es una derrota para los explotados. Cualquier otra interpretación es pura demagogia que le lava la cara a la burocracia y apunta a congraciarse con el enemigo interno de los explotados y oprimidos cubanos y la vasta estela de adoradores externos de su dirección. En la breve intervención anterior hice referencia a la temeraria afirmación que ‘David le ganó a Goliat’ . Para quienes no estén al tanto, fue el titular en caracteres ‘catástrofe’ de Prensa Obrera, órgano partidario del Partido Obrero de Argentina. Si bien han surgido algunas tibias críticas y hasta alusiones a las intenciones ‘electoralistas’ no hay aún un debate sobre este balance aventurado que no parece escrito por un trotskista, por lo menos uno que haya leído alguna vez ‘La Revolución traicionada’.

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    AP

    27/12/2014 at 22:31

    • Sin mercancías del imperio usted ni podría escribir lo que ahora esta escribiendo. Todo comercio es bueno porque es todo bien de consumo es pasible de usarlo como usted lo esta haciendo ahora: creyendo defender a la clase obrera

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      Cesar Abalos

      28/12/2014 at 13:43

  15. Rolando, me gustaría aportar algunos contrapuntos respecto a lo planteado en la nota. Seguramente sean ideas desordenadas asi que pido disculpas de antemano.
    Primero, cuando proponés que «…hace ya muchos años que Cuba ha dejado de lado cualquier estrategia que contemple extender una revolución socialista a América Latina (o África)» creo que incurrís en un error. ¿acaso cuba debe «exportar» la revolución a algún país? ¿A qué proceso revolucionario debería apoyar el pueblo cubano? Creo que si hay algo que no se le puede reprobar al pueblo cubano es la entrega que tuvieron con procesos revolucionarios, incluso que no eran de corte socialista como en Sudáfrica donde hacía rato que Mandela se había apartado del socialismo. En toda América Latina y Africa cayeron combatientes cubanos y, a diferencia de la urss, Cuba nunca pidió nada a cambio. Hoy en día van de forma voluntaria médicos, docentes, deportólogos y un sinfin de especialistas; a todo el mundo a tratar de profundizar el caracter humanista del socialismo cubano. Es medio largo el desarrollo de este punto para la sección comentarios y no pretendo excederme, pero cualquiera que no sea malintrencionado sabe que esto forma parte central de la construcción del socialismo, no sólo en cuba, sino en cualquier proceso revolucionario y ese pueblo tiene esos principios bien arraigados incluso poniendose en riesgo como lo hacen en Haití contra las tropas invasoras del imperio. Lo que quiero decir es que la construcción del socialismo no es sólo la construcción de una economía socialista.
    Segundo, lamentablemente y de la mano de la imposibilidad de construir el socialismo en un sólo país; en Cuba opera la ley del valor por lo menos desde mediados de los 90 con la apertura a las inversiones privadas en turismo. Pero también es cierto que muchas tierras estatales a mediados de los 2000 pasaron a manos de cooperativas agrícolas que no son gestionadas por el estado sino por los campesinos. No hay nada para decir al respecto? También hay que señalar que los cubanos intentaron, sin todo el éxito que se proponían, pensar como construir una economía socialista en un debate con la participación de todo el pueblo y de teóricos marxistas como Mandel, el che y Bettelheim entre otros. Nuevamente los límites de la construcción del socialismo en un sólo país (y más de uno con las características de Cuba) hacen muy difícil esa posibilidad. Lo que cabría preguntarse, a mi entender, es si esa realidad, que opere la ley del valor en la isla, es por un complot de una casta burocrática y del macabro plan del imperialismo yankee o la consecuencia de la derrota de los procesos revolucionarios de las tres décadas posteriores a la revolución.
    Hay varias cosas más que querría señalar (o desarrollar más lo ya dicho) pero me parece que sería abusar de una sección que es para comentarios.
    Abrazo.

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    guido

    28/12/2014 at 00:02

    • En la nota no se habla de «exportar la revolución». Jamás pensé, por otra parte, que una revolución se pueda «exportar».
      Sobre el funcionamiento de la ley del valor en economías estatizadas, lo discuto en las notas sobre la URSS.

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      rolandoastarita

      28/12/2014 at 00:13

  16. El socialismo real de comunas es imposible. El socialismo sólo pude sobrevivir mediante burocracias de estado pero que crean estructuras económicas mas débiles que las capitalistas. El socialismo sólo puede reemplazar al capitalismo cuando éste se destruya a sí mismo por sus propias contradicciones internas, o sea como lo pensó Marx. Y el que crea que puede llegar a comunas socialistas a desde burocracias de estado stalinistas o desde el capitalismo de estado leninista (NEP) (y con eso esperar derrotar al capitalismo antes de que este se deteriore a sí mismo) ya sabe el futuro de barbarie que les espera a los trabajadores que queden bajo su poder.

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    Cesar Avalos

    28/12/2014 at 13:21

  17. noyolara: Hubo dos movilizaciones en Mar del Plata, una regimentada por el peronismo y otra en la calle que fue reprimida en toda la línea. Al punto que un reconocido dirigente político de la ciudad tuvo que enfrentar cargos que lo amenazaban con 18 años de prisión, y donde los principales partidos trotskistas hicieron un papel lamentable rehuyendo el enfrentamiento y cuidando la propia quintita. Una movilización regimentada por la burguesía, que aportó el componente de legitimación popular, y una movilización que se movilizó tanto contra el imperialismo yanqui como contra el gobierno nacional. La cumbre de Mar del Plata fue la escenificación de una decisión tomada hace tiempo, las burguesías nacionales van a negociar a partir desde el Mercosur y otras instancias regionales. Así, se firman convenios con la UE y con Israel pero en la línea de los convenios regionales con UE, Israel y EEUU. Por otra parte, si bien a los EEUU les encataría imponer el ALCA a toda a América del Sur, en su estrategia hemisférica están contemplados perfectamente las instancias de organización regional, lo que está perfectamente explicado en los documentos Santa Fe. Saludos,

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    LB

    28/12/2014 at 13:43

  18. Considero al post como un buen aporte para clarificar la tendencia en la cual se inscribe el anuncio reciente.
    Sin embargo, creo que no es fortuito que coincida con la caída del precio de las materias primas (especialmente del petroleo) que ahoga aún más a la economía rentística venezolana y su ayuda petrolera a Cuba. Por otra parte la acumulación de capital en EEUU (y UE) no se recuperó, los analistas burgueses hablan de «exceso de ahorro», lo que lleva al capital a seguir expandiendose a zonas de baja «acumulación organica».
    Acá podrán encontrar una declaración política sobre el acuerdo: https://www.facebook.com/GURSantitesis

    Saludos.

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    Maxi

    28/12/2014 at 14:03

  19. Rolando, un breve comentario:

    Plantea que «ya muchos años que Cuba ha dejado de lado cualquier estrategia que contemple extender una revolución socialista a América Latina (o África)», pero pienso que primero debiera precisarse que el «castrismo» jamás entendió por «socialismo» otra cosa que un régimen burocrático a imagen y semejanza de la URSS. A lo sumo podría decirse que hace muchos años abandonó una estrategia anti-capitalista de inspiración burocrática, reaccionaria. Dicho esto, me parece que ante riñas entre burócratas y burgueses, los revolucionarios debemos defender un «tercer campo»: el del proletariado contra todos los explotadores. Expresado de otra manera, la idea de que «el enemigo está en casa» aplica tanto en Cuba (et al.) como en EEUU (etc.)

    Otra cosa: me parece insostenible decir que Trotsky y Lenin fueron los campeones del «poder de los soviets». O sea, sólo es sostenible si falazmente asumimos -junto con los dirigentes bolcheviques- que la dictadura del partido equivale a la dictadura del proletariado. Fue esta concepción (burocrática) la que guió predominantemente la práctica bolchevique en Rusia y respecto a la cual fueron bastante explícitos. Por caso, Trotsky durante el Segundo Congreso de la Internacional Comunista (1920), cuando se discutía la concepción de partido, sostuvo:

    «Hoy hemos recibido una propuesta del gobierno polaco para concertar la paz ¿quién decide al respecto? Tenemos el Consejo de Comisarios del Pueblo, pero éste también debe estar sujeto a cierto control ¿Al control de quién? ¿Al control de la clase obrera como una masa caótica, informe? No. El Comité Central del partido debe reunirse para discutir la propuesta y decidir si debe ser respondida. Y luego tenemos que dirigir la guerra, organizar nuevas divisiones y hallar los mejores elementos para éstas ¿A quién recurrimos? Al partido. Al Comité Central […] lo mismo aplica al problema agrario, al problema de los suministros y todos los otros problemas».

    Y rematando su intervención, se dirige a la delegación española:

    «¿Quién resolverá estos problemas en España? El Partido Comunista de España.»

    Es decir, Trotsky deja bastante claro (así como en otras innumerables ocasiones) que la dictadura del partido no era una indeseable «necesidad» surgida de las «pecularidades» de la situación en Rusia, sino que un rasgo integral a la «transición al comunismo».

    Creo que tal concepción sólo puede conducir a una nueva explotación y opresión del proletariado, sólo que esta vez a cargo de burócratas del partido-Estado…lo que los trotskistas entienden por «stalinismo». Traigo a colación «sólo» esta cita de Trotsky ante la IC, pero bien podríamos discutir cómo los bolcheviques se opusieron a la administración obrera de los medios de producción (algo bien distinto a su estatización); cómo y por qué persiguieron a anarcosindicalistas, al Grupo Obrero, a los Centralistas Democráticos, a Verdad Obrera, a la Oposición Obrera, etc.; qué sucedió realmente en Kronstadt (que no eran comandados por los blancos, ni tampoco exigían privilegios en el racionamiento, pese a las difamaciones bolcheviques); y así…en fin, el problema de la Revolución Rusa y de los bolcheviques amerita un tratamiento más extenso e intenso -supera ampliamente las posibilidades de un comentario- pero lo planteo como punto de inicio.

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    J

    29/12/2014 at 00:18

    • En una nota no puedo tratar todos los problemas. Creo de todas maneras que queda bastante claro que en Cuba existe un régimen burocrático al estilo soviético (por eso remito a las notas sobre la naturaleza social de la URSS). Recuerdo que en la discusión sobre la URSS critico el planteo de que se trate de un Estado obrero (por eso tampoco hablo de Cuba como «Estado obrero»). Y sostengo que entre la casta dirigente y los trabajadores hay una relación de explotación. En las siguientes partes de la nota explico cómo desde la dirigencia cubana se está promoviendo la acumulación «primitiva» de capital.

      En cuanto a la concepción de Lenin y Trotsky sobre el poder de los soviets, coincido en que en la práctica no aplicaron lo que muchas veces escribieron. Pero esto exige una discusión particular. Ahora me interesa señalar que políticas como la NEP pueden ser necesarias (yo creo que efectivamente, lo son, no se puede pasar del mercado capitalista directamente a la planificación de toda la economía), pero solo pueden permitir avanzar al socialismo si se combinan con la democracia de los consejos, o alguna forma de «comuna».

      En este punto, las posiciones de Lenin y Trotsky no siempre coincidieron. Por ejemplo, Trotsky tuvo una postura totalmente centralista militarista cuando se dio la discusión sobre el rol de los sindicatos. Hasta ese momento el pensamiento de Lenin, en cambio, había sido más complejo. Más en general, en los primeros tiempos de la Revolución, se intentó aplicar, al menos parcialmente, el programa originario del poder de los soviets. El libro de Marcel Liebman, «Le Léninisme sous Lenine. 2. L’epreuve du pouvoir» me pareció muy ilustrativo sobre esto. Creo que el viraje hacia un régimen en el que el partido suplanta decididamente a los soviets se da con la represión al Kronstadt. El programa del levantamiento, en el plano político, parece tomado del Estado y la Revolución de Lenin. El punto central era libre elección en los soviets, con participación de todos los partidos que acataran el régimen soviético. Esta reivindicación era apoyada por buena parte de la clase obrera de Moscú y Petrogrado, y seguramente se hubiera impuesto. Como sabemos, el partido bolchevique reprimió la sublevación y se negó a que hubiera elecciones libres. A partir de ahí, ya no habría más posibilidad de volver al poder de los soviets. Es curioso que los argumentos de los bolcheviques se parecieran mucho a los que después darían los stalinistas para justificar la represión de los críticos de izquierda. La crítica de Trotsky al stalinismo aquí caía en una contradicción lógica insoluble, ya que nunca revisó críticamente la decisión del partido bolchevique de reprimir a Kronstadt.

      Como se puede ver, esto exige una discusión específica de balance histórico. En el blog voy discutiendo las cuestiones de a poco. Desde hace mucho tiempo tengo preparado un borrador para plantear la necesidad de abrir una discusión en la izquierda marxista sobre lo que significó la represión al Kronstadt (y a los obreros de Moscú o Petrogrado que pedían elecciones libres). El punto central es: ¿nos creemos en serio eso de «democracia obrera y poder de los soviets»? ¿O es solo una frase para cuando «el» partido revolucionario tiene la mayoría? ¿Cuando «el» partido revolucionario puede perder la mayoría en los soviets, se acaba entonces la democracia obrera?

      Creo que a través de las notas del blog voy delineando una concepción del marxismo que tiene poco que ver con el autoritarismo y con la idea de «el partido encierra la verdad histórica y puede suplantar a la clase obrera». Pero, insisto, las cuestiones tienen que irse presentando paulatinamente.

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      rolandoastarita

      29/12/2014 at 11:02

  20. Estoy de acuerdo que el paso a la economía planificada necesita la participación de la clase obrera en los consejos. De otra manera, cómo se podrían conocer con certeza la totalidad de las necesidades populares? Termina cayéndose en la tentación de utilizar la ley del valor y los precios como indicadores.

    En cuanto a Kronstadt he leído el libro de Avrich y, si bien el critica la reacción bolchevique, la considera al menos entendible. Una cosa es la guerra civil y otra los tiempos de paz. Además, si no recuerdo mal, ls marinos habían encarcelado a los dirigentes bolcheviques que habían ido a discutir con ellos.

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    LB

    29/12/2014 at 12:09

    • Al margen de problemas que quedan en discusión sobre cómo sucedieron los hechos, la cuestión central que creo que plantea Kronstadt es: ¿el programa del gobierno de los soviets es solo «para los días de fiesta»? Si el considerado (o autoconsiderado) partido revolucionario pierde la mayoría en los soviets, ¿lo acepta? Conozco mucha gente que critica a la burocracia stalinista pero sin embargo está convencida de que, «en última instancia», «EL» partido no puede nunca perder la conducción.

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      rolandoastarita

      29/12/2014 at 13:23

  21. Dogmatismo chavista es recurrir a la imagen promovida por Hugo Chávez según la cual América Latina bajo un nuevo liderazgo que lo incluía, iba alcanzando un dinamismo y una autonomía sin precedentes, lo que se expresaba, entre otras cosas, en el éxito de iniciativas como la Celac, el Banco del Sur, el Alba, la nueva multipolaridad, etc, etc, etc,. siempre al margen de Estados Unidos. Hoy, cuando todo esto se revela como una entelequia, la idea y su correlato, esto es, la redención moral y material de los estratos sociales menos favorecidos a fuerza de redistribuir renta; sigue siendo defendida por el grupo dirigente venezolano en medio del descalabro generalizado del país. Si se piensa en los más de 800 mil millones de dólares que Venezuela recibió los últimos quince años, su calamitosa situación actual y el aciago futuro que le espera, no queda más que condenar cualquier mención de estas cosas por grotesca y horriblemente farsante.

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    mario

    29/12/2014 at 13:38

    • Identificar los avances de la integración sudamericana con Venezuela es no tener la menor idea sobre la dinámica mundial y regional. Lástima.

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      noyolara

      30/12/2014 at 19:08

    • Este comentario no se entiende.

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      rolandoastarita

      31/12/2014 at 00:21

  22. Hola Rolo

    cual es su opinion sobre esta ( http://notas.org.ar/2014/12/19/causas-historico-giro-estados-unidos-cuba/ ) interpretacion?

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    Ignacio

    29/12/2014 at 14:16

    • Implícitamente mi opinión está contenida, parcialmente (es solo la primera parte) en la nota.

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      rolandoastarita

      29/12/2014 at 15:01

  23. Al leer la nota, con la cual estoy de acuerdo, se me plantea el siguiente interrogante: de haber querido ¿pudo haber llevado a cabo algún tipo de medida para profundizar la transición al socialismo el PC cubano? Es decir, teniendo en cuenta la asfixia económica que vive desde la caída de la URSS la isla, y su pobreza ¿no parece un rumbo inevitable la restauración capitalista? (no es nada nuevo que el socialismo en un solo país es imposible) ¿O considerás que un gobierno obrero y democrático podría haber hecho alguna diferencia al respecto, enfrentando la misma situación?
    El problema parece ser que si el socialismo no triunfa en el momento en que puede llevar adelante la ofensiva contra el capital, llegado un escenario de paridad de fuerzas, al largo plazo terminan restaurandose las relaciones sociales capitalistas inevitablemente, suponiendo que las mismas alguna vez fueron removidas.

    Saludos!

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    nacho

    29/12/2014 at 19:06

    • No tengo dudas de que un gobierno obrero y democrático podría haber hecho otras cosas, y desde hace mucho tiempo. Tanto en el plano nacional como internacional. De todas maneras, si una revolución queda aislada, y más en una situación de atraso económico, la tendencia a la burocratización parece inevitable. Y de ahí, se generan los impulsos a la vuelta al capitalismo.

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      rolandoastarita

      29/12/2014 at 20:10

  24. ¿Por qué el aislamiento debería llevar a la burocratización? Es decir, en un caso de aislameinto, ¿qué alternativa tiene un gobierno obrero? Lo que me sucede es que percibo cierta ilusión respecto de la posibilidad de controlar las tendencias de la economía capitalista en la afirmación de que un gobierno obrero podría haber hecho otra cosa en esta situación.
    Aclaro que mi intención no es defender al gobierno cubano, sino tratar de entender cuánto se puede hacer desde lo político para luchar contra una tendencia económica dominante a nivel mundial. En ese sentido va mi pregunta de qué diferencia podría haber entre un gobierno obrero y un gobierno burocrático respecto del sostienimiento de la transición al socialismo.

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    nacho

    29/12/2014 at 20:35

    • La relación entre burocratización, atraso de las fuerzas productivas y aislamiento está bien explicada por Trotsky en su análisis sobre la URSS (aunque no estoy de acuerdo con su caracterización de que era un Estado obrero burocrático).
      Cuando me refiero a la política exterior de un gobierno que se considera socialista, no estoy pensando en que pueda manejar o influir de algún modo en la economía capitalista, sino en su influencia sobre el movimiento socialista y revolucionario mundial. Cuba tuvo una gran influencia en la izquierda mundial, pero nunca promovió la formación de partidos marxistas, ni siquiera a nivel de América Latina. Apoyó primero una estrategia de tipo foquista, que fracasó; y luego mantuvo hacia una política de acuerdos con la URSS y apoyo a gobiernos o corrientes nacionalistas burguesas o pequeño burguesas.

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      rolandoastarita

      29/12/2014 at 23:23

  25. Veo que la posición de Astarita coincide bastante con la de Samuel Farber al considerar que la raíz del problema está en la confusión entre nacionalización (como mero cambio de titularidad privada por la estatal) manteniendo la relaciones de producción frente a la socialización (puesta a disposición de los medios de producción en favor de la clase trabajadora y cambiando las relaciones producción) error en el que incurrieron históricamente muchos partidos comunistas y buena parte de la izquierda en general aunque hay algo en la explicación de Astarita que no logro entender del todo ¿Podemos hablar de explotación si no existe como tal una apropiación privada (los medios de producción son estatales no privados) o existen otros factores que indiquen que bajo dichas relaciones existe explotación tal y como Marx la definía?

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    JHaydn

    30/12/2014 at 09:50

    • Hay bastantes marxistas (aunque somos una completa minoría en la izquierda) que no identificamos estatización con socialismo. De todas maneas hablo de explotación (ver la nota sobre la URSS) cuando existe apropiación privada de una parte del excedente, a pesar (tal vez habría que decir a causa) de la estatización manejada por la burocracia.

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      rolandoastarita

      30/12/2014 at 11:18

  26. Aprovecho tu último comentario para plantearte una duda. Antes de tu observación al final del texto de ¿Qué fue la URSS II? (en el punto «La burocracia, ¿una clase social?») tenía como asumido que la mayoría de los marxistas consideraban que al haber excedente se indicaba directamente la existencia de clases sociales. La única excepción, que había notado, era Marx con su concepto de modo de producción asiático en donde no habla de lucha de clases. Pero siempre daba por sentado que sociedades en donde se produjera apropiación de excedente se debía suponer la existencia de clases sociales y me apoyaba en diversos marxistas (E. Mandel por caso). ¿No basta la apropiación del excedente de un grupo respecto de productores directos como para que existan clases sociales? ¿En las sociedades pre capitalistas o híbridas no habría clases sociales «hechas y derechas»? ¿Que sería ese grupo que se apropia del excedente por ejemplo en el imperio incaico?

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    Dani

    30/12/2014 at 17:22

  27. Reblogueó esto en Gerardo Daniel Rossi.

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    gerardodrossi

    02/01/2015 at 00:24

    • Estimado Rolando: «No tengo dudas de que un gobierno obrero y democrático podría haber hecho otras cosas, y desde hace mucho tiempo. Tanto en el plano nacional como internacional. De todas maneras, si una revolución queda aislada, y más en una situación de atraso económico, la tendencia a la burocratización parece inevitable. Y de ahí, se generan los impulsos a la vuelta al capitalismo.»
      En lo que le falta a esta frase se resume la debilidad de todo tu enorme esfuerzo crítico hacia la revolución cubana. ¿cuales son esas «otras cosas»? Precisamente allí está el meollo del asunto. Todos los sabihondos críticos que son expertos en revoluciones desarrollan extensísimos trabajos donde se señala todo lo «mal hecho». Lo único que no plantean cuando venimos a tierra es cuales son las alternativas. Tanta «democracia obrera» cuando te están estallando bombas y entrando bandas de infiltrados todos los días…. muito bonito hermano pero no parece que entiendas la realidad de una revolución como proceso violento de despojo a una burguesía nacional e internacional. Explicanos por favor que tendría que haber hecho diferente Cuba en el plano económico antes y después del derrumbe del campo socialista (o capitalista burocrático de estado o estado obrero degenerado o como quieras llamarle) para que los simples mortales, especialmente los que vivimos y trabajamos en Cuba durante los 70 y 80, podamos entender tu devastadora crítica. Resulta especialmente interesante tu absoluto desprecio por la opinión de más del 90% de los cubanos de todas las razas y profesiones que apoyaban incondicionalmente la Revolución. Digo incondicionalmente porque si bien todo el mundo veía y criticaba privada y públicamente aspectos negativos de todo orden estaban, al mismo tiempo, dispuestos a derramar su sangre por ese «proceso burocrático». Cuando la dirección de Cuba decidió «antidemocráticamente» (si, no hubo asambleas obreras, comunas, etc discutiendo el tema) enviar miles de soldados estrictamente voluntarios a Angola en apoyo a un pueblo hermano que estaba a punto de ser aplastado por las tropas sudafricanas por el sur y los mercenarios de la CIA por el norte yo personalmente realicé chequeos médicos a obreros cubanos a punto de ser enviados al combate. Resulta que tuve un grave altercado con uno de ellos porque lo rechacé para el servicio en base a una pequeñísima hernia inguinal. Pero claro, reitero, la decisión de enviar tropas fue antidemocrática. Los miembros del partido comunista eran propuestos en asambleas obreras con participación masiva. Para que alguien fuera nominado tenía que ser «vanguardia» lo que implicaba destacarse en el trabajo productivo, la solidaridad con sus compañeros, y por supuesto la integración a los organismos de masas de la Revolución, comités de defensa, sindicato, federación de mujeres cubanas, etc. Nadie entraba al partido si no cumplía el requisito básico de ser propuesto por sus compañeros de trabajo. Y después estaba sujeto a la crítica del colectivo igual que antes de ser miembro del partido (o de la unión de jóvenes comunistas). Las diferencias salariales estaban estrictamente determinadas por los preceptos que Marx plantea en su «crítica del programa de Gotha». Y los militares, miembros de la seguridad y dirigentes partidarios por lo menos hasta los niveles medios no gozaban de privilegio material alguno. No había tiendas especiales para ellos ni planes de vivienda ni nada. Es más, me tocó en una asamblea obrera (si, hasta eso se decidía así) ver que a un trabajador le negaron el acceso a una heladera porque era miembro del partido y como vanguardia debía recibirla después. Por algo cuando se derrumbó el campo socialista Cuba no cayó. Y por algo la población aguantó el hambre, porque la hubo, durante el período especial sin sublevarse. La gente creía en eso precisamente porque veía una dirección comprometida con los intereses de la clase obrera y que no disfrutaba de privilegios. No, las cosas no eran perfectas (no te consultaron a tí, claro)…si, había robos en las empresas estatales, no generalizados, pero había…existía el «sociolismo», sí, claro, como que todo el mundo venía de una sociedad capitalista. Pero existía el trabajo voluntario que era voluntario de verdad y al cual asistían en primer lugar los dirigentes. Pero bueno, no había fracciones partidarias toleradas…¿donde dice Marx que debe haberlas? ni prensa opositora. Y el control de la información era excesivo. Tanto que a veces rayaba en el ridículo ¿y qué? ¿es suficiente eso para negar el carácter socialista de una revolución?
      La dejo por acá…como dicen en Cuba «me paso con fichas»…pero seguiré, no te asustes.
      pd…por si las moscas, me considero tan anti estalinista como el que más. Y si leí «la revolución traicionada» un texto excelente y premonitorio. Solo que a Cuba no aplica.

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      William Yohai

      14/01/2015 at 05:56

    • a) Para entender qué se podía hacer de manera alternativa, hay que entender primero qué se hizo y por qué se hizo. Esto es lo que está ausente en los análisis de la corriente castrista. Se trata de una orientación estratégica, que Fidel Castro expresa muy bien cuando aprueba la «solución» tanques soviéticos en Checoslovaquia (por aquella época yo militaban en el la Juventud del PC argentino y los argumentos eran muy similares a los suyos, que después de todo, son los de siempre: ante el peligro imperialista contrarrevolucionario no había otra cosa que hacer). El problema es que cuando alguien escribe tratando de explicar que sí se podía hacer otra cosa que enviar tanques a Checoslovaquia (o a Berlín Oriental, o a Hungría), ustedes rápidamente salen a batir del parche de «no se podía hacer otra cosa, y el que lo niega es un «sabiondo» que no conoce la realidad».

      b) La idea de que la democracia obrera solo sirve para los períodos en que la revolución no enfrenta peligros graves está en el origen de los errores bolcheviques en Kronstadt, y desde allí se convirtió en el argumento constante de los regímenes burocráticos. En esto tenemos diferencias ideológicas profundas.

      c) Acerca de la crisis económica cubana: precisamente lo que dice el artículo es que, dada la evolución previa, en Cuba se abrieron dos líneas: 1) refuerzo del control económico estatal; 2) apertura a los mercados y capitales extranjeros. En los últimos años se ha profundizado esta segunda línea, que se identifica con la seguida por China. Sostengo que no hay manera de avanzar al socialismo por estos caminos. En particular, la segunda línea ha sido caracterizada como «profundización del modelo socialista» (planteo de la misma dirección cubana, como cito en la próxima parte de la nota). Mi caracterización es OPUESTA. China no está consolidando ningún modelo socialista. NO MIENTAN. En China hay explotación capitalista, disfrazada cínicamente de «construcción socialista». HAY QUE DECIR LA VERDAD. Y también hay que decir que, en las actuales condiciones, las inversiones extranjeras en Cuba (sean de China, Brasil, Canadá, España o ahora posiblemente EEUU) no consolidarán ningún socialismo. POR FAVOR, BASTA DE «VERSO». Hay que reconocer que aquí está planteada una discusión teórico-política que no se soluciona diciendo «usted es un sabiondo que no tiene soluciones». Este tipo de argumentos pueden serle útiles para convencer a los convencidos de sus ideas. No creo que sirva para mucho más.

      d) Defiendo la libertad de prensa y de opinión al margen de lo que haya dicho Marx (que por otra parte, sí la defendía). Considero que nadie tiene que arrogarse el derecho a decidir qué puede y qué no puede leer o escuchar la gente. Personalmente me nutro leyendo todo tipo de publicaciones y me formo mi opinión con los elementos de que dispongo. No veo por qué hay que negarle ese derecho a cualquiera. De nuevo, son diferencias ideológicas muy profundas que tengo con usted, que no se saldan en un intercambio de este tipo. De la misma manera defiendo el derecho a que haya partidos políticos opositores, o tendencias, etc.

      e) Muchos regímenes pueden concitar el apoyo de la población para alguna de sus medidas, y esto no define la caracterización de clase de ese regimen. Que la mayoría de los cubanos hayan estado de acuerdo con ir a pelear a Angola no demuestra que Cuba sea socialista. Sinceramente, no entiendo este tipo de razonamientos.

      f) Para ser anti stalinista no basta con estar de acuerdo con la Revolución Traicionada, ni proclamarse anti stalinista. Es algo un poco más profundo, y se demuestra en qué se defiende a cada momento. Para volver al principio de este comentario: ¿Es ser «anti-stalinista» apoyar la invasión soviética a Checoslovaquia? Ante estas cuestiones se acaba el palabrerío «anti stalinista» de los «sabiondos prácticos» de la revolución.

      g) El argumento de no hay que criticar porque Cuba es atacada por el imperialismo, es exactamente lo que dijeron todos los stalinistas de todas las épocas a sus críticos de izquierda. Lo mismo sucede con el argumento de «no hay que criticar porque el 90% de la población está de acuerdo con lo que se hace» (al pasar, si el 90% está de acuerdo, ¿por qué tanto temor a que el 10% que no está de acuerdo se exprese como quiera?). De nuevo, hay que hacer algo más que leer la Revolución Traicionada.

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      rolandoastarita

      14/01/2015 at 10:48

  28. Compañero William Yohai. Me parece bien que se declare antiestalinista. Es más de lo que puede decirse de muchos compañeros castristas que conozco y con más razón si concuerda con el planteo de ‘La Revolución traicionada’ una de las mejores disecciones políticas que se han hecho sobre el régimen que se instauró en la URSS estrangulando la democracia soviética y liquidando la vieja guardia bolchevique. No concuerdo con que ‘En Cuba no se aplica’. Cuando cayó la URSS en agosto de 1991, Cuba sufrió un impacto enorme. El naciente estado burgués cortó inmediatamente el cordón umbilical y si mal no recuerdo, hasta exigió reparaciones económicas. Sin duda había llegado el momento en que el régimen cubano se pronunciase sobre que factores habían llevado a esta situación. Pero Fidel evitó el tema arguyendo que aún no era tiempo de emitir un juicio histórico sobre las razones del colapso de que, hasta ayer, era el faro del socialismo mundial. Muy lejos de las invectivas del Ché contra la burocratización del régimen soviético (aunque en el fondo justificase que toda revolución atraviesa necesariamente una fase de ‘estalinismo’) Fidel evitó pronunciarse y por supuesto escamoteó siempre la crítica, situación que, hasta donde llega mi conocimiento, sigue hasta hoy. A lo sumo, al calor de los sucesos, balbuceó que esos estados (La URSS -Europa del Este) cayeron ‘por que estaban hechos de claras de huevo de golondrina’ y aquí ‘Estamos hechos de otras claras y otros huevos’. Vale decir. Explicación social: 0. Explicación política: 0. Solo apelaciones llenas de jactancia machista, a las diferencias de ‘voluntad’ por ponerle un nombre decoroso, entre un pueblo y otro. Evidentemente, no había leído ‘La Revolución Traicionada’. Si, claro. Como Stalin, que ese mismo día libró la orden de ejecución. Compañero. Nadie pone en tela de juicio que las revoluciones que culminaron en la expropiación del capital careciesen de apoyo o entusiasmo popular. Lo mostró el proletariado ruso, chino, yugoeslavo, y finalmente, por supuesto, el cubano. Pero la abnegación y aún el heroísmo de los trabajadores encuentra, tarde o temprano su límite, cuando, inevitablemente, choca de frente con la privación sistemática de democracia obrera y control real y efectivo sobre los medios de producción y cambio sobre la planificación de la economía y sobre la gestión directa de los problemas fundamentales del estado. Este factor, común a todas las revoluciones en cuestión, salvo la bolchevique en sus primeros años, implica una dinámica, que, con diferentes ritmos, determina el signo de la transición al socialismo, bloqueada primero y desviada luego hacia el capitalismo, luego de un largo rodeo. Cuba no podrá substraerse a esa dinámica, sin que medie una nueva revolución, que no será capitaneada por ninguna fracción de la burocracia dominante, sino, en contra de todas ellas. Por una verdadera dictadura proletaria y por el verdadero socialismo. Caso contrario, terminará como China. Un capitalismo monumental, con ambiciones imperialistas, monstruosamente explotador y opresor, disfrazado tras de una chapa ‘comunista’ que en realidad es un insulto al comunismo.

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    AP

    14/01/2015 at 11:50

  29. Interesante fragmento del discurso de Fidel justificando la invasión a Checoslovaquia:
    LA LUNA DE MIEL ENTRE LOS LIBERALES Y EL IMPERIALISMO
    Y aquí se ven toda una serie de cosas, el inicio de una “luna de miel” en las relaciones entre los liberales y el imperialismo.
    Me he referido simplemente a algunos de estos datos de distintas luchas, de orden económico porque a través de todo ese proceso fueron ocurriendo toda una serie de hechos de tipo político. Empezó a desatarse allí una verdadera furia liberal: empezaron a surgir una serie de consignas políticas en favor de la formación de partidos de oposición, en favor de tesis francamente antimarxistas y antileninístas, tales como la tesis de que el Partido debía dejar de ejercer la función que debe desempeñar un Partido dentro de la sociedad socialista, y hacer un papel allí de guía, fiscalizador de algunas cosas, pero sobre todo una especie de dirección espiritual. En dos palabras: que el poder dejara de ser una función del Partido Comunista. Revisión de algunos supuestos fundamentales acerca de los cuales consiste un régimen socialista como régimen de transición hacia el socialismo y hacia el comunismo, que es el gobierno llamado de la dictadura del proletariado, es decir, un gobierno donde el poder se ejerce en nombre de una clase y contra las antiguas clases explotadoras, en virtud del cual en un proceso revolucionario no se puede dar derechos políticos, derecho a ejercer actividades políticas a los antiguos explotadores, cuyo objetivo es luchar precisamente contra la esencia y la razón de ser del socialismo.
    Comenzaron a surgir una serie de consignas y de hecho se adoptaron algunas normas, como era la “libertad” de prensa burguesa. Es decir, el derecho de la contrarrevolución y de los explotadores, y de los enemigos incluso del socialismo, a hablar y a escribir libremente contra el socialismo. Y por cierto, se fue produciendo un proceso de apoderamiento de los principales órganos de difusión que iban a parar en manos de los elementos reaccionarios. Toda una serie de consignas en la política exterior de franco acercamiento hacia las concepciones y las tesis capitalistas y de acercamiento hacia occidente.
    Claro está que todo esto iba unido a una serie de consignas incuestionablemente correctas. Fueron algunas de esas consignas las que le ganaron al movimiento de liberalización o de democratización algunas simpatías. Incluso algunos partidos comunistas europeos, enfrentados allí a sus tragedias y a sus contradicciones, empezaron a expresar que veían con simpatía el movimiento de liberación.
    Los problemas relacionados con los métodos incorrectos del gobierno, la política burocrática, el divorcio de las masas y, en fin, toda una serie de errores en relación con los cuales responsabilizaban a la antigua dirección, y se hablaba también de la necesidad de darle formas propias al desarrollo de la Revolución socialista y al sistema socialista en Checoslovaquia.
    Y así, parejamente, se iban desarrollando estas corrientes: unas justificativas del cambio y otras que transformaban aquel cambio hacia una política francamente reaccionaria. Y eso dividía las opiniones.
    Nosotros, por nuestra parte, no teníamos ninguna duda que el régimen checoslovaco evolucionaba peligrosamente hacia un cambio sustancial en el sistema. En dos palabras: que el régimen checoslovaco marchaba hacia el capitalismo y marchaba inexorablemente hacia el imperialismo. De eso nosotros no teníamos la menor duda.

    Muy claro el concepto de que en una transición al socialismo, el poder lo detenta el partido comunista que gobierna en nombre de la clase obrera. En otras palabras, un partido estado que se arroga la representación de la clase obrera, sin importar que la clase obrera carezca de órganos revolucionarios que sean independientes del partido y sin libertad de prensa o asociación política para quienes aún defendiendo la revolución no se subordinen al régimen de partido único, un partido que incluso puede solicitar la intervención de una potencia ‘socialista’ para encarrilar a la clase obrera descontenta con la burocracia gobernante. Vale aclarar en defensa de Fidel, que tal situación es una verguenza para los comunistas que lo solicitan y que los cubanos jamás lo harían, pero no es una verguenza el apoyo político a la intervención ante el peligro de ‘contrarevolución’ es decir, la violación del monopolio del poder por el partido estado que gobierna contra la voluntad de las masas.

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    AP

    14/01/2015 at 21:47

  30. Muy interesante esta parte y las palabras premonitorias:
    ‘NO LLEGAREMOS NUNCA A UN COMPROMISO CON EL IMPERIALISMO
    Ahora bien; los imperialistas no han dejado un solo instante de soñar con la destrucción de nuestro país. Esos peligros naturalmente aumentarán ahora. Pues bien, ahora, precisamente ahora —porque de las cosas hay que hablar en el momento necesario— vamos una vez más a exponer cuál es nuestro posición, la posición de nuestro Gobierno Revolucionario, con relación a Estados Unidos. Y decirlo ahora precisamente cuando decir las cosas tiene un significado muy real, no simplemente declamatorio o teórico; y decirlo con tanta más razón, cuanto que algunas especulaciones se han estado elaborando acerca del posible mejoramiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, para expresar nuestra posición.
    ¡Nunca, en ninguna circunstancia, ni en las más difíciles circunstancias, jamás este país se acercará al gobierno imperialista de Estados Unidos!, ni aún cuando ello un día nos pusiera en la situación de tener que optar entre que siga viviendo la Revolución o dar semejante paso. Porque, señores, a partir de ese momento no seguiría viviendo ninguna revolución.
    Sabemos que empezarán a querer amedrentarnos. No lo van a conseguir, es difícil que puedan introducir el miedo o el temor en este país, porque este país ha aprendido a vivir diez años frente a ese enemigo, frente a sus amenazas.’
    A partir de ese momento no seguiría viviendo ninguna revolución. Lapidario. ¿Y ahora que decimos?

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    AP

    14/01/2015 at 21:52

  31. Resolución de los 15 puntos de Kronstadt, febrero de 1921

    1. En vista de que los actuales sóviets no expresan la voluntad de los obreros y campesinos, celebrar inmediatamente nuevas elecciones mediante voto secreto, con libertad para que todos los obreros y campesinos puedan realizar propaganda electoral en el período previo;
    2. Dar libertad de expresión y prensa a los obreros y campesinos, a los anarquistas y a los partidos socialistas de izquierda;
    3. Asegurar la libertad de reunión para los sindicatos y las organizaciones campesinas;
    4. Llamar a una conferencia no partidaria de obreros, soldados del Ejército Rojo y marineros de Petrogrado, Kronstadt y de la provincia de Petrogrado, para una fecha no posterior al 10 de marzo de 1921;
    5. Liberar a todos los prisioneros políticos de los partidos socialistas, así como a todos los obreros, campesinos, soldados y marineros encarcelados en vinculación con los movimientos laborales y campesinos;
    6. Elegir una comisión que revise los procesos de quienes permanecen en las prisiones y campos de concentración;
    7. Abolir todos los departamentos políticos, porque a ningún partido deben dársele privilegios especiales en la propagación de sus ideas o acordársele apoyo financiero del Estado para tales propósitos. En cambio, deben establecerse comisiones culturales y educacionales, elegidas localmente y financiadas por el Estado;
    8. Retirar de inmediato todos los destacamentos de inspección caminera;
    9. Igualar las raciones de todos los trabajadores, con excepción de los que realizan tareas insalubres;
    10.Suprimir los destacamentos comunistas de combate en todas las ramas del ejército, así como las guardias comunistas que se mantienen en las fábricas y talleres. Si tales guardias o destacamentos resultaran necesarios, se designarán en el ejército tomándolos de sus propias filas y en las fábricas y talleres a discreción de los obreros;
    11.Dar a los campesinos plena libertad de acción respecto de la tierra, y también el derecho de tener ganado, con la condición de que se las arreglen con sus propios medios, es decir, sin emplear trabajo asalariado;
    12.Requerir a todas las ramas del ejército, así como a nuestros camaradas los cadetes militares (kursanty), que aprueben nuestra resolución;
    13.Pedir que la prensa dé amplia publicidad a todas nuestras resoluciones;
    14.Designar una oficina de control itinerante;
    15.Permitir la producción de los artesanos libres que utilicen su propio trabajo.

    PETRICHENKO, Presidente de la Asamblea de la Escuadra
    PEREPELKIN, Secretario.

    Luego de 94 años, la verdad revolucionaria, seca y madura, es que la rebelión de Kronsdadt fue absolutamente justa. El programa de Kronsdadt, que pudo haber sido enriquecido a partir de un debate nacional, recogía el espíritu de la revolución de octubre y de la línea de Lenin en Las Tesis de Abril y en el Estado y la Revolución. Fue una de las expresiones más bellas y genuinas del Soviet que surge de lo más profundo de la voluntad y la conciencia de un pueblo. Las revueltas obreras cruelmente aplastadas en Moscú y Petrogrado, que precedieron y motivaron la rebelión de Kronsdadt, fueron las primeras manifestaciones de un pueblo revolucionario que, de esa forma, exigía su cuota de poder (y con todo derecho); que, de esa forma, se hacía presente para la transformación material de la sociedad y de la conciencia social (lo más difícil). La motivación fue principalmente el hambre y la escasez, pero pudieron ser otras cosas, eso es lo de menos. Era inevitable que suceda. Era necesario que suceda. Era la negación dialéctica necesaria para que esa revolución tomara poderoso impulso. La burocracia bolchevique, envanecida y obnubilada por sus éxitos en la guerra civil, no lo vio así. Lo tomó como una conspiración de los “blancos”. Lenín también se equivocó (craso error, su más grave error). No se dio cuenta que la esperanza de la revolución estaba en las revueltas y por ellas debió tomar partido. Lamentablemente cerró filas con la burocracia, olvidándose de sus consignas previas la revolución de octubre (el estado comuna). Pero de algo se dio cuenta que aparecen como chispazos en sus últimos escritos. El caso de Trotsky y su dialéctica “chueca” si fue fatal, sólo vio conspiradores “blancos”, no vio más (este camarada casi nunca acertaba una, y hay un “porque” que tiene que discutirse). Fue el principal instigador de la masacre utilizando su mando en el ejército rojo. Si el régimen de Stalin fue brutal (partiendo de su dialéctica de “primaria”, porque no entendió más), el de Trotsky hubiera sido una carnicería a lo Pol Pot. Toda revolución social es una inevitables diversidad que encaminada por una generosa, audaz y heroica democracia obrera puede arribar a un régimen político estable con justicia social y económica, donde cada ciudadano sienta que su voz (y lo compruebe todos los días) influye en los más altos niveles del nuevo poder popular. Esta situación es incompatible con el estado – partido (un estado erigido sobre la base de un partido). Sólo será posible en una nueva forma de poder político constituido por representantes de las organizaciones de base (consejos, comunas, soviets, etc.), donde la participación de la bases sea lo absoluto y la del representante lo relativo (el estado – comuna). Es en este escenario donde los comunistas deben competir y demostrar la superioridad de su ciencia y de su moral revolucionaria. El aplastamiento de Kronsdadt (que pudo ser resuelta con democracia obrera) marca el triunfo del estilo burocrático (por sobre el estilo democrático) en la construcción de los nuevos estados y sociedades que se propusieron como objetivo el socialismo, que perdura hasta nuestros días y que los ha derivado inevitablemente al capitalismo y al surgimiento de clases explotadoras del proletariado y el campesinado. Culpables son Lenin, Trotsky, Zinoviev, Stalin y demás. Excepto los bolcheviques que se pasaron a las filas de la rebelión de Kronsdadt.
    Saludos. Amauta. (ferviente bolchevique y leninista, por si acaso)

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    amauta

    15/01/2015 at 04:43

  32. Observemos también esta cita donde el socialismo esta puesto en los ideales del pueblo y su dirección:
    ‘LO QUE DEFIENDE A NUESTRA REVOLUCIÓN ES LA CONCIENCIA REVOLUCIONARIA DE NUESTRO PUEBLO
    Nosotros debemos decir cómo vemos las cuestiones. ¿Acaso es el principio de la soberanía? ¿Acaso es la ley lo que ha protegido y protege a nuestro país frente a la invasión yanqui? Nadie cree eso. Si fuera la ley, si fuera el principio de la soberanía lo que protegiera a nuestro país, hace rato que esta revolución habría desaparecido de la faz de la tierra. Lo que ha protegido esta Revolución, lo que la hizo posible, fue la sangre de los hijos de esta pueblo, la sangre luchando contra los esbirros y los ejércitos de Batista, la sangre luchando contra los mercenarios, la disposición aquí de morirse hasta el último hombre en defensa de la Revolución demostrada en la crisis de octubre, la convicción que tienen los imperialistas de que aquí jamás podrán escenificar una maniobra o un paseo militar. Lo que defiende a esta Revolución no es un principio abstracto, legal, reconocido internacionalmente. ¡Lo que defiende a esta Revolución es la unidad de nuestro pueblo, su conciencia revolucionaria, su espíritu de combate, su decisión de morir hasta el último hombre en defensa de la Revolución y de la patria!’

    Como conclusión, puede decirse que si una revolución vive, mientras exista conciencia revolucionaria en su pueblo. Que una dirección y un gobierno que no sabe mantenerla viva no merece el nombre de comunista. Que si termina pidiendo ayuda a una potencia extranjera, es una verguenza. Verguenza para la burocracia checa, pero no para los cubanos que apoyan ese pedido con la excusa de se viene la contrarevolución imperialista.
    La gran pregunta que se plantea es y sigue siendo: ¿Como se sostiene y fomenta el espíritu revolucionario de las masas, con represión o con una auténtica democracia obrera? ¿Con dictadura de partido único o con pluripartidismo sobre la base del respeto a las conquistas revolucionarias?

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    AP

    15/01/2015 at 12:57

  33. Esta nota me parece un grave error: ¿el capitalismo se habría restaurado ‘subrepticiamente’ en Cuba hace años? Rolando, ¿qué opinás? http://www.izquierdasocialista.org.ar/index.php/periodicos-ediciones-anteriores/el-socialista-n-336/4630-la-restauracion-capitalista-a-la-cubana

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    Armando

    30/12/2016 at 19:43


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