Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Economía mundial: ¿semi-estancamiento de largo plazo? (2)

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Segunda parte de la nota iniciada aquí

Altos beneficios, débil inversión en EEUU

Una de las características más importantes de una recuperación fuerte es un fuerte crecimiento de la inversión. Como lo demuestran varios estudios (véase, por ejemplo Sherman, 1991) la inversión es la que más se contrae en las recesiones, y la que aumenta en mayor proporción en las recuperaciones. Precisamente las recesiones empiezan a revertirse cuando las empresas comienzan a invertir para reponer inventarios -que acompañan la paulatina recuperación del consumo-; y la recuperación cobra fuerza cuando los empresarios deciden aumentar el capital, reforzando así la demanda. Pero esto no es lo que ha sucedido en la recuperación estadounidense desde mediados de 2009. La inversión ha crecido a la tasa más baja de todas las recuperaciones ocurridas después de la Segunda Guerra (Makin, American Enterprise Institute). Mientras que la inversión neta productiva no residencial promedió alrededor del 4% del PBI en la posguerra y hasta 2000, en 2012, esto es, a cuatro años de iniciada la recuperación, estaba a la mitad del promedio (Tyson y Lund en The New York Times, 18/10/13). A fines de 2013 Moody’s Analytics anotaba que, excluyendo la industria petrolera vinculada a la explotación shale, la inversión estaba más baja que en 2007; en 2013 la inversión privada neta fija no residencial seguía estando un 40% por debajo de su pico previo a la recesión. La inversión en estructuras no residenciales y equipos, como porcentaje del PBI, bajó del 9,7% en 2007 al 8,5% en la actualidad (NIPA).

La débil inversión a su vez estuvo en la base de la débil recuperación general de la economía. Lo cual explica también la debilidad de la recuperación del empleo: la tasa de desempleo, que durante la gran recesión se disparó del 4,5% al 10%, cinco años después de haberse iniciado la recuperación está en el 6,7%; esto a pesar de que la relación entre empleo / población total bajó del 63% en 2007 al 60% en 2009 y desde entonces prácticamente se ha estancado. Además, y como no podía ser de otro modo, la baja tasa de inversión se manifiesta en el estancamiento de la productividad. En 2012 creció el 0,7% y en 2013 un 0,9% (The Conference Board). Es un crecimiento cinco veces menor que el registrado en los años 1990, durante el boom de las inversiones en tecnología informática y de las comunicaciones; también está muy por debajo del promedio 1948-2012, que fue del 2,2% anual. Y en el primer trimestre de 2014 la productividad cayó 1,7% (si bien influyeron las condiciones climáticas).

Volviendo a la inversión, lo llamativo es que la misma se mantuvo débil a pesar de las bajas tasas de interés y de la recuperación de los beneficios, y de la tasa de beneficio. La cuestión merece alguna atención, entre otras razones porque algunos marxistas establecen una relación demasiado lineal y mecánica entre mejora de los beneficios y mejora de la inversión. Como he tratado de explicar en otras notas, si bien los beneficios condicionan la inversión, la relación entre ambas variables puede ser bastante compleja. Veamos algunos datos.

Según el Departamento de Comercio, en 2013 las ganancias post impuestos de las corporaciones estadounidenses llegaron a 1,7 billones de dólares, suma que equivale al 10% del PBI; en 2012 habían alcanzado el 9,7%. El récord anterior se había alcanzado en 1929 (el primer año en que se lo calculó), con el 9,1%. La contrapartida son los salarios estancados. “Los beneficios corporativos están en el nivel más alto en 85 años. La compensación de los empleados en el nivel más bajo en 65 años” (The New York Times, 4/4/14). En 2013, en términos generales, “las compensaciones salariales horarias crecieron cinco veces más lento que las ganancias corporativas” (Bloomberg Businessweek, 24/1/14).

Pues bien, esta mejora de la participación de los beneficios, a costa de los salarios (en términos marxistas, aumento de la tasa de plusvalía) posibilitó la recuperación de la tasa de ganancia. De acuerdo a un cálculo propio, utilizando los datos de la National Income and Product Account del U.S. Bureau of Economic Analysis, la tasa de ganancia de las corporaciones no financieras y financieras (tomando beneficios post impuestos / activos privados fijos no residenciales) bajó de 6,7% en 2006 a 3,5% en 2008, para subir de nuevo a 6,7% en 2012. Si bien no está disponible todavía el dato de los activos fijos en 2013, podríamos asegurar que la tasa de ganancia también aumentó en 2013. Sin embargo, como vimos, la inversión permanece débil. Todo parece indicar que está ocurriendo lo que señalan Baily y Bosworth (2013): la rentabilidad ha sido alta, pero la rentabilidad esperada de nuevas ampliaciones de capital (de nueva inversión) parece débil. Es que en muchos sectores las perspectivas de la demanda no están claras.

Por el lado de las exportaciones, y a pesar de la caída del dólar, juegan negativamente el estancamiento de Europa y el menor crecimiento de China. Por otra parte, hay sectores que siguen padeciendo la sobreproducción. Por caso, no solo la construcción residencial la padeció, sino también la construcción no residencial, como edificios de oficinas y centros comerciales, que siguen teniendo altos índices de desocupación. Además, si bien bajaron los niveles de deuda de los hogares, siguen siendo relativamente altos. Lo cual, combinado con el estancamiento de los salarios, conforma otro factor negativo para la demanda. Por último, la inversión pública permanece débil: en 2012 la inversión pública como porcentaje del PBI era la más baja desde 1970 (Tyson y Lund, citadas). Según Carew y Mandel (2013) la inversión pública, desde la recuperación y hasta 2012, fue la mitad del promedio de la década del 2000.

Dadas estas perspectivas de débil demanda, las empresas están trabajando con menor capacidad que los promedios históricos, y no hay incentivos para aumentarla, por ahora al menos. Por eso, según Baily y Bosworth, citados, “… desde que comenzó la recuperación las empresas han sido proveedoras netas de fondos a otros sectores, un cambio en el balance de préstamos netos de más de cinco puntos del PBI. (…) En parte, este giro ha sido un reflejo de la débil recuperación de la inversión mencionada antes, pero la mayor sorpresa reside en el aumento de los beneficios en medio de una recesión y la baja utilización de la capacidad existente”. El trabajo compara la situación con la que se produjo en Japón después de la crisis financiera de comienzos de los 1990, cuando el ahorro de las corporaciones aumentó muy por encima de la tasa de inversión. “En ambos casos el sector de negocios ha tenido un impacto depresivo sobre la actividad en la medida en que retira más ingreso, bajo la forma de ganancias retenidas, … que lo que devuelve en gasto de inversión”.

Plétora de capital

La debilidad de la inversión va en paralelo con el llamado “exceso mundial de ahorro” (global saving glut), de acuerdo a la expresión de Ben Bernanke, fenómeno que se habría instalado hacia fines de los 1990 y comienzos del nuevo siglo. Es que, según Bernanke (2005), los grandes superávit de cuenta corriente de países asiáticos provocaron un exceso de liquidez en EEUU, y la consiguiente caída de la tasa de interés, que habría dado lugar entonces a la burbuja inmobiliaria. Otros economistas -véase Shin, 2012- sostienen que en realidad hay que hablar de un “global banking glut”, ya que los canales a través de los cuales se transmitieron globalmente las condiciones financieras permisivas fueron los bancos internacionales, principalmente europeos. Los bancos británicos, por ejemplo, fueron responsables del 25% de las entradas de capital en EEUU en 2007; además, señalan que buena parte del fondeo de los bancos europeos se realizó al interior de EEUU.

Aunque el argumento de Shin parece más convincente que el de Bernanke (el análisis debe tomar los flujos brutos de capitales, y no los netos), lo importante es que ambos registran el fenómeno del “exceso” de liquidez global, que se mantuvo después de la recuperación de mediados de 2009. La cuestión entonces es determinar en qué sentido se puede hablar de “exceso”. ¿Hay exceso de ahorro o de liquidez? Y más importante: ¿exceso con relación a qué?

Pues bien, en términos de un análisis centrado en la acumulación, y desde la perspectiva marxista, el problema no es el ahorro de los hogares en abstracto, como lo presenta la literatura habitual, sino de los capitalistas. El argumento es doble: en primer lugar, porque la capacidad de ahorro de los trabajadores, o de las masas populares, a lo largo de la vida, es prácticamente igual a su consumo (incluyendo en el consumo la compra de viviendas, y teniendo en cuenta que otra parte del ahorro durante la vida activa equivale al gasto durante el período de retiro). En segundo término, y más específico, porque el aumento del ahorro de los últimos años fue en paralelo del aumento de la participación de los beneficios en el ingreso, como vimos. Por eso, para decir en qué sentido se puede hablar de exceso de ahorro, hay que analizar qué hacen los capitalistas con las plusvalías. Es que si la plusvalía se acumula productivamente, no hay “exceso” de ahorro; se puede hablar, en determinadas condiciones, de sobreacumulación, pero no de exceso de ahorro. Lo que por estos años aparece como “exceso” es plusvalía que no va al circuito productivo; es un “exceso” con respecto a la plusvalía que los capitalistas están dispuestos a invertir para ampliar la reproducción del capital.

A su vez, si la plusvalía no se reinvierte, existen dos posibilidades: la primera es que la plusvalía, y por extensión, los fondos de amortización del capital, se atesoren. Si ocurre esto, tenemos una caída de la demanda en términos absolutos, y recesión o depresión. Típicamente es el fenómeno que se observa al estallar la crisis: los capitalistas buscan mantener cash, de manera que el crédito se contrae, aunque la base monetaria puede crecer al compás de las inyecciones del Banco Central (como ocurrió en 2008 en EEUU). El atesoramiento también puede ocurrir en períodos en que se mantiene muy baja la confianza de los capitalistas, y la economía está deprimida. La segunda posibilidad es que la plusvalía que no va a la producción se vuelque a los mercados financieros, dando lugar a la suba de los precios de los activos -con frecuencia, a la propiedad inmobiliaria-, en medio del crédito abundante. En este caso se produce lo que Marx llamaba plétora de capital. Este fenómeno es el que se refleja actualmente en las tenencias líquidas de las grandes corporaciones no financieras. Según The Economist, las compañías estadounidenses no financieras tendrían cash por unos 1,8 billones de dólares (citado en la primera parte de la nota); y las corporaciones británicas tenían fondos, después del gasto de capital, pago de impuestos, intereses y dividendos, equivalentes al 6,2% del PBI, un nivel no alcanzado en por lo menos los últimos 30 año (The Economist, 19/5/11). Más en general, un estudio de Deloitte, una firma contable, encuentra que en 2013 las empresas no financieras, a nivel global, tenían fondos por 2,8 billones de dólares. Y buena parte de esa liquidez se está inyectando en los mercados financieros, el estadounidense en primer lugar, y en menor medida el europeo.

Por otra parte, también contribuyó a la abundante liquidez la política monetaria de la Reserva Federal conocida como quantitative easing. Se trata de una operación de mercado abierto, consistente en el otorgamiento de líneas de créditos a los bancos y en la compra a estos de títulos del Tesoro y títulos respaldados por hipotecas. Como resultado, el balance de la Reserva Federal pasó de tener, antes de la crisis, unos 700.000 millones de dólares en títulos, a 4 billones en la actualidad. De esta manera la FED agregó crédito a las reservas líquidas de los bancos, en la esperanza de que aumentaran el crédito. Lo cual dio lugar a bajas tasas de interés y a un dólar débil; estos factores contribuyeron a la suba del precio de las acciones (ver más abajo), y a sacar de los balances de los bancos muchos activos tóxicos. Sin embargo, el crédito a la producción no se expandió significativamente: los bancos conservaron la liquidez, que usaron para recomprar sus acciones o repartir dividendos.

Crédito, fusiones y capital ficticio

Lógicamente, la abundancia del crédito, y la debilidad de la inversión, explican que las tasas de interés se mantengan bajas. Actualmente los spreads corporativos y soberanos en los países avanzados están a nivel precrisis; incluso durante la recesión europea de 2011-2, a pesar del aumento de los defaults de empresas, los spreads corporativos continuaron bajando (BIS). En este marco, aunque las empresas tienen alta liquidez, y bajo nivel de deuda, están aumentando la emisión de bonos de alto rendimiento y los préstamos “apalancados” (leveraged loans, que son créditos a empresas que ya tienen considerable cantidad de deuda y pagan Libor + 125 o 150 PB). Por eso el monto total de este tipo de deuda en EEUU en los últimos tres años es el doble de lo que fue en los tres años anteriores al estallido de la crisis; a finales de 2013 alcanzaba los 1,8 billones de dólares. De hecho, la deuda en highly leveraged loans actualmente representa casi siete veces las ganancias antes de intereses, los impuestos, las depreciaciones y amortizaciones; un nivel cercano a los que había en 2006-2008 (BIS). Asimismo aumentan los préstamos con bajas condiciones de suscripción. Las corporaciones toman deuda para reestructurar pasivos alargando los vencimientos y aprovechando las bajas tasas de interés, o para financiar la recompra de acciones.

El abundante crédito se aplica asimismo al financiamiento de fusiones y adquisiciones. Se combinan en esto la liquidez en poder de las corporaciones y las condiciones de crédito, esa “máquina específica para la concentración de capitales” (Marx). El monto involucrado en fusiones y adquisiciones en 2013, en EEUU, fue de 2,9 billones de dólares (según Dealogic, citado por analistas de Credit Suisse), un 9% por encima de 2012, aunque todavía por debajo de 2008. Pero desde fines de 2013 los fusiones y adquisiciones aumentaron rápidamente; en el primer trimestre de 2014 fueron un 36% superiores que el primer trimestre de 2013 (dato de The Economist).

Todo esto genera las condiciones propicias para negocios altamente especulativos, pero también para que el capital imponga de la manera más descarnada la lógica de la ganancia. En este punto entran en juego las private equity, firmas que se dedican a comprar empresas en problemas, o aprovechan ofertas públicas iniciales. Las private equity financian las adquisiciones de empresas tomando deuda -mucha de ella a través de bonos basura, de alto rendimiento- para hacerlas rentables, y volver a venderlas con fuertes ganancias. Casi invariablemente esas reestructuraciones incluyen despidos de trabajadores y empeoramiento de las condiciones laborales. A fines de 2013 las private equity tendían en stock 18.000 empresas, 1,1 billones de dólares en cash y manejaban un negocio global de 3,3 billones de dólares.

De conjunto las adquisiciones y fusiones, la recompra de acciones y la reestructuración de deudas explican que, si bien el nivel de default permanece bajo, y las empresas disponen de mucha liquidez, el apalancamiento de las corporaciones no financieras sea mayor, en esta fase del ciclo, que el promedio de los ciclos anteriores (BIS).

Este cuadro de liquidez explica también por qué los precios de las acciones en Wall Street hayan estado aumentando muy por encima de lo que lo hacen las ganancias. En palabras de Bloomberg (16/07/14): “Con las acciones biotecnológicas comerciándose a más de 500 veces las ganancias, megafusiones resurgiendo y ventas de bonos en niveles récord, crece la preocupación de que los precios estén demasiado altos, en medio de un rally que ha empujado al índice de Standard & Poor 500 casi un 30% por encima de su pico de 2007”. La nota señala que, si bien la Reserva Federal no ve problemas, desde 2009 más de 15 billones de dólares se agregaron a los valores de las acciones estadounidenses, y en promedio las acciones cotizan a 18,1 veces sus beneficios, el nivel más alto desde 2010. Pero esta valorización no se corresponde con la generación de plusvalías. Esto es, no genera de por sí nuevo poder de compra -no hay nuevo valor agregado- y no es sinónimo de desarrollo productivo.

Especulación y potenciales estallidos

A medida que se expande el crédito sin contrapartida en la acumulación real, aumenta el capital ficticio, o sea, títulos que representan capital inexistente. Dado que este capital se forma por capitalización (una baja de la tasa de interés aumenta el valor de los títulos, y viceversa) sus montos de valor pueden aumentar o disminuir en forma totalmente independiente del movimiento del capital real subyacente (véase Marx, 1999, cap. 30, t. 3). Por eso, una suba más o menos rápida de las tasas de interés daría lugar al hundimiento de enormes masas de valor. Así, por ejemplo, cuando se pensó, en 2013, que la Reserva Federal terminaba con su política de compras de títulos, hubo una fuerte venta de los bonos. Entre mayo y junio de 2013 los tenedores de bonos del Tesoro tuvieron pérdidas por caída de la valuación de los títulos por 425.000 millones de dólares, equivalente al 2,5% del PBI; y hubo repercusiones en países atrasados (véase más abajo). Si bien luego de que la FED aclaró que desarmaría la política de compra de bonos lentamente, los títulos se recuperaron, sigue sobrevolando el peligro de una caída general.

Más importante, y de manera inevitable, un crecimiento económico más lento, y la reducción de rentabilidad, va a dificultar a futuro la capacidad para servir la deuda. Es que si no hay generación y realización acrecentada de plusvalía, en algún punto la expansión del crédito no puede continuar y colapsa. Por eso, cuando estalla la burbuja se produce una contracción violenta de la pirámide de créditos, los precios de los activos se derrumban ya que hacen falta medios de pago y los capitales ficticios se evaporan. En estos escenarios, por lo general se produce una espiralización de la crisis: el hundimiento de los precios de los títulos que se han caucionado para inflar el crédito obliga a reponer garantías, lo que lleva a nuevas liquidaciones masivas de títulos, lo que a su vez renueva la necesidad de reponer garantías, y así sigue el asunto, en efecto dominó. Lo cual tenderá, vía reducción de la inversión y el consumo, a afectar en profundidad la reproducción del capital. No puede descartarse la emergencia de un escenario de este tipo en un futuro mediato, en la medida en que se prolongue la actual debilidad de la acumulación.

Textos citados:
Baily, M. N. y B. Bosworth (2013): “The United States Economy: Why such a Weak Recovery?” The Brooking Institution, http://www.brookings.edu/~/media/research/files/papers/2013/09/united%20states%20economy….
Bernanke, B. S. (2005) “The Global Saving Glut and the U.S. Current Account Deficit”, 14 abril, http://www.federalreserve.gov/boarddocs/speeches/2005/200503102/
Carew, D. G. y M. Mandel (2013): “U.S. Investment Heroes of 2013: The Companies Betting on America’s Future”, Progresive Policy Institute, septiembre.
Marx, K. (1999): El Capital, México, Siglo XXI.
Sherman, H. J. (1991): Growth and crisis under capitalism, Princeton University Press.
Shin, H. S. (2012): “Global Banking Glut and Loan Risk Premium”, Princeton University, febrero, http://www.princeton.edu/~hsshin/www/mundell_fleming_lecture.pdf

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25 respuestas

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  1. hola rolo
    perdon que escriba este comentario en este articulo. Que piensa sobre la posibilidad de default de argentina, producira una profundizacion de la crisis pero mucho mayor o como dicen algunos sera algo menor? y que reflexion tiene sobre el conflicto israeli palestino ( debe eliminarse el estado de israel o como decia Said un estado con dos naciones?)

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    Tomas

    28/07/2014 at 16:38

  2. Hace no mucho, leía un comentario de Rolando Astarita criticando el silencio de parte de la izquierda ante lo que sucedía en Siria o Libia. Hoy el silencio atronador de Astarita ante la masacre de palestinos por el ejército israelí, esgrimiendo un casus belli falso y aplicando un castigo colectivo, es de nuevo sintomático.

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    Onza

    29/07/2014 at 00:53

    • Este blog no es el sitio de un partido político. O sea, no cuelgo notas según las necesidades de pronunciarme políticamente ante tal o cual acontecimiento. Es una decisión que hace a los objetivos que me he propuesto.
      Y por lo general, tampoco escribo sobre cuestiones sobre las que ya existe abundante literatura, con la que acuerdo, y en que no aporto nada nuevo.
      Por esa razón existen muchas cuestiones sobre las que no he dicho palabra. No sé por qué me tienen que atacar por esto.
      De todas maneras, por estos días adherí a declaraciones de la izquierda condenando la política de Israel. Declaraciones que dicen lo esencial, en mi opinión.

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      rolandoastarita

      29/07/2014 at 08:41

    • ¿Es sintomático de que? ¿No se da cuenta que la calumnia no es herramienta revolucionaria?

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      AP

      29/07/2014 at 09:40

  3. ¿ A qué declaraciones de la izquierda se adhirió concretamente?

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    Onza

    29/07/2014 at 10:35

    • ¿Desea algo más el señor?

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      Gerardo Daniel

      29/07/2014 at 16:00

    • Acá dejo un link donde se puede leer una declaración por lo de Gaza. A mí me pasaron una en word con más firmas que se fueron juntando y figura Rolo. Calculo que se la difundirá luego con más firmas.
      http://www.anred.org/spip.php?breve9784

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      Roberto

      29/07/2014 at 16:41

  4. Señor Onza

    ¿El suyo es un interrogatorio policial? ¿Usted se considera un gendarme de la izquierda?

    ¿O Usted es un provocador profesional?.

    La verdad es que no se con cual pregunta quedarme.

    Saludos

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    La duda metódica

    29/07/2014 at 16:03

    • De todas maneras, no tengo problemas en transcribir la solicitada que me fue enviada por un viejo conocido, militante de izquierda, y firmé días pasados.

      «DETENGAMOS LA MATANZA DE PALESTINOS EN GAZA! ¡CESE DE TODA RELACIÓN CON EL ESTADO TERRORISTA Y RACISTA DE ISRAEL!

      La cifra de asesinados aumenta cada hora. Israel ha bombardeado y destruido hospitales y escuelas de las Naciones Unidas sabiendo que sólo eran refugios de heridos, mujeres y niños; ha volado el servicio de agua potable en Gaza para que millones de personas, encerradas en ese gueto-cárcel por el gobierno de Tel Aviv, sufran enfermedades y pestes masivas; ha provocado el éxodo, sin trabajo, alimentos ni perspectivas, del décimo de la población de Gaza y asesinado a tiros en Cisjordania a manifestantes que protestaban en solidaridad con sus hermanos palestinos.

      El racismo, el apartheid, el odio al vecino que resiste la opresión y la explotación superan con mucho el de los racistas blancos de Sudáfrica a quienes la comunidad internacional puso fuera de la ley en su momento. La ultraderecha que controla el gobierno israelí mata en efecto a los palestinos de Gaza a pesar de que Hamas propone una tregua duradera si Israel cesa el bloqueo de la zona, permite que ésta se reabastezca y amplíe la zona de pesca para que los habitantes puedan comer. Lo hace para acabar con la posibilidad de un Estado palestino viable, al mismo tiempo que roe el territorio que aún tienen los palestinos llenándolo ilegalmente de colonias agresoras, en contra de reiteradas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas y que planea expulsar de Israel a los ciudadanos israelíes árabes.

      Esta matanza y esta política son intolerables desde el punto de vista ético y de las simples relaciones entre los seres humanos civilizados. La guerra contra los niños llevada a cabo por un ejército de un Estado terrorista con millares de soldados armados con las armas de destrucción más perfeccionadas no se justifica con los aberrantes y condenables pero aislados atentados terroristas de grupos reducidos a la desesperación y la rabia impotente. Estamos ante un despojo constante, desde 1948, a los palestinos y ante la violación constante desde ese entonces- por Israel- de las resoluciones de las Naciones Unidas y de las leyes internacionales, no ante “el derecho de Israel a defenderse” porque quien resiste al exterminio es el pueblo palestino. Estamos también ante la política de un Estado creado por el imperialismo, mantenido y armado por éste y cuya política agresiva es sostenida por Estados Unidos y sus aliados ex colonialistas en el marco de sus planes geopolíticos imperialistas en escala mundial.

      ¡Sólo la solidaridad internacional de los trabajadores y pueblos del mundo puede superar la complicidad de los gobiernos de las grandes potencias con los fascistas que gobiernan Israel!

      ¡Fuera las tropas israelíes de los territorios palestinos!

      ¡Juicio a los criminales de guerra! ¡Impongamos el cese de las relaciones diplomáticas, comerciales y de cualquier otra índole con el gobierno de Tel Aviv!

      ¡Exijamos el cese de cualquier ayuda económica, militar, comercial y diplomática a Israel de los gobiernos cómplices que sostienen al criminal de guerra Benjamin Netanyahu!

      ¡Boicoteemos en todos los campos a Israel y a los racistas defensores del genocidio!

      Primeras firmas:

      Guillermo Almeyra (periodista internacional La Jornada), Octavio Colombo (Consejero Directivo Filosofía y Letras UBA), Jorgelina Matusevicius (Mesa Ejecutiva AGD-UBA), Alberto Bonnet (Universidad Nacional de Quilmes), Eduardo Lucita (EDI), Ariel Petrucelli (Universidad Nacional del Comahue), Agustín Santella (IIGG-UBA), Adrián Piva (Filosofía y Letras UBA), Martín Azcurra (Revista Sudestada), Gustavo Nicolás Contreras , Pablo Scatizza (Universidad Nacional del Comahue), Martín Mosquera (UBA), Eduardo Mosches, Fernando Lizárraga (Universidad Nacional del Comahue), Rolando Bonato (Universidad Nacional del Comahue), Paola Invernizzi (Universidad Nacional del Comahue), Agustín Nieto (Universidad Nacional de Mar del Plata), Mauricio Suraci, Rolando Bel, Kurt Taretto (Universidad Nacional de Comahue), Marcelo Valko (UBA), Hugo Montero (Revista Sudestada), Nadia Fink (Sudestada), Ariel Feldman (UBA), Ofelia Musacchi (Sociales UBA).

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      rolandoastarita

      29/07/2014 at 16:41

    • ¿ Interrogatorio policial, gendarme de la izquierda, provocador profesional? Sólo le ha faltado llamarme stalinista ¿ Algo más que escupirme? Cuántos nervios veo que se desatan ante algunas preguntas incómodas. Si el señor Astarita contestara de esta forma en una entrevista, daría miedo la verdad, que es la misma impresión que me han causado algunos de sus seguidores,como el de ¿ Desea algo más el señor? Pobre periodismo el que tenga que enfrentarse a estas mentalidades. Señor Astarita, protéjase de sus fieles, por aquello de ser más papistas que el Papa, o aquello de » yo no soy marxista»

      Lo malo de ese enlace de AnRed es que ha sido twitteado por primera y única vez hace escasamente 15 horas por la propia AnRed, y que tal comunicado solo está publicado actualmente en la propia página de Anred. Bastantes horas después de mi primer comentario….. Por supuesto usted es libre, de hacer y pensar y responder lo que quiera, y yo de preguntar y sacar mis conclusiones como todo el mundo.

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      Onza

      30/07/2014 at 02:45

    • Ahora también este señor me va a hacer responsable por la difusión o no de la declaración en la red. Alguna gente ya no sabe con qué ensuciar. Repito el criterio que guía este blog: no pretende ser el sitio de un partido político. No escribo el blog para «pronunciarme» acerca de los acontecimientos cotidianos. Por eso, si quieren atacarme, pueden tomar cualquier acontecimiento de la lucha de clases (huelgas, represión, etcétera), y acusarme de mantener un «atronador» (como si el mundo estuviera esperando lo que digo) silencio. Lo de este señor conforma un nivel de «argumentos» que está a la altura de determinados horizontes mentales. No da para más.

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      rolandoastarita

      30/07/2014 at 07:34

    • Perdón por abonar a la disgregación respecto al artículo en cuestión, pero leyendo los comentarios me encuentro con esta declaración a la cual adhiere, entre otros, Rolo.
      Creo que la misma es correcta en su aspecto básico. Me refiero a que lo central hoy es pedir el fin de la masacre de hombres, mujeres y niños palestinos. Luego leo lo mismo que durante décadas la izquierda plantea sobre el problema palestino y no puedo dejar de manifestar mi desacuerdo.
      Si bien no esta planteado en la declaración, uno de los ejes de la política de la izquierda para palestina esta basada en el planteo de un estado único palestino, donde puedan convivir árabes y judíos (laico) y en ese sentido se plantea también la desaparición del estado de Israel. Pienso que era correcto en 1948 oponerse a la creación del estado, pero hoy las cosas han cambiado un poco. Es fácil hacer política para medio oriente desde cualquier lugar que no sea medio oriente.
      Hay una realidad que fue construida sobre una derrota, la construcción del estado de Israel. Hay casi 7 millones de obreros israelíes que viven y se conciben como ciudadanos, como los obreros de cualquier parte del mundo. Pero desde acá les decimos que renuncien a su estado y vivan bajo un estado palestino, en paz y armonía. Parece no entenderse que en el medio hay idioma, religión, culturas e historias diferentes. No veo otra solución para el conflicto palestino que un fuerte movimiento de la clase obrera israelí oponiéndose a la ocupación sionista.
      Un parrafo aparte merece la absoluta ausencia de critica a la dirección de los palestinos, me refiero a Hamas. Una organización fundamentalista y reaccionaria que con sus métodos no hace mas que agravar la situación de los obreros palestinos. Parece que no aprendemos a prestar atención a estos “detalles” y entonces aplaudimos las plazas de Tahir sin reparar en lo que podría venir después.

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      arístides

      30/07/2014 at 18:56

    • El señor realmente esta enojado, ¿porque sera? ¿Tal ves porque a pesar de todo su hueco palabrerío no logra aportar nada?
      Simplemente risible lo suyo estimado señor, triste ejemplo de la izquierda nula de este país.
      Si el señor cree conveniente que le demos otro tipo de respuestas debiera haber hecho comentarios con un poco más de nivel intelectual. No obstante lo cual me creo en el deber, dado que continua en esa tesitura, de preguntar: ¿Desea algo más el señor?

      Saludos.

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      Gerardo Daniel

      30/07/2014 at 21:23

    • Arístides, no hay tierra, no hay agua, no hay proletariado, y la gente no sabe si mañana les destruyen la casa o no. Así las cosas, la misma existencia de Hamas es obra del estado de Israel, porque Hamas es lo único que les está dejando a los palestinos.

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      hugo

      31/07/2014 at 00:38

  5. Señor Rolando,

    Cree usted que estamos recién en el principio de lo que va a ser una especia de Gran Depresión de escala mundial?

    Me preocupa el tema de las fusiones y adquisiciones principalmente porque en los años 30 los grandes monopolios industriales y de recursos naturales financiaron a Hitler y a Stalin para que se rompieran los cuernos en la Segunda Guerra Mundial, y de esa forma establecer un nuevo orden económico mundial. Esto sucedió después de un período de fusiones y adquisiciones en donde las empresas líderes a nivel mundial se quedaron practicamente con todo.

    Si se reorganiza el capital a nivel mundial, teme usted Rolando una repetición de la historia?
    Saludos

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    Carlos

    29/07/2014 at 17:39

  6. Apoyo el reclamo para que cese el fuego y se deje de privar a los palestinos de las libertades y derechos.
    En el reclamo, hace mención al imperialismo (de Estados Unidos y sus aliados), con fines geopolíticos imperialistas. ¿Coincide en este punto? ¿Tendrá que ver esto con intereses de capitales extranjeros en la economía israelí, debido a una debil profundización de las relaciones de producción capitalistas (a nivel internacional) de la economía palestina?

    Gracias.

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    Agustin

    29/07/2014 at 19:42

    • Cuando se firma una declaración de este tipo no se tiene por qué estar de acuerdo en todas las caracterizaciones. Lo central es repudiar y frenar la agresión. Acerca de los fines que persigue EEUU en esto serían materia de una discusión específica, y en mi caso debería estudiar más el asunto. Lo mismo con respecto a la incidencia que puedan tener ahora los capitales extranjeros. Mi impresión es que al margen de esa eventual incidencia, la política básica de Israel no depende de eso, sino de la naturaleza misma de ese Estado, que se forma sobre la base del desplazamiento (mediante el terror y la guerra abierta desde antes de 1948) de palestinos de las tierras que les pertenecían.

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      rolandoastarita

      30/07/2014 at 07:39

    • Como dice rolo, el tema central de esta ultima invasión es el intento del Estado de Israel y de su gobierno en particular ( otros gobiernos podrían diferir en ciertos aspectos pero no en la estrategia de largo plazo), de intentar destruir la posible alianza de gobierno entre Hamas y Fatah para fomar un gobierno de colisión e todo Palestina y así ir hacia la paz y el Estado Palestino. Por supuesto Hamas hace el juego a este intento.
      No estoy de acuerdo con que la solución dentro del capitalismo sea la desaparición del estado de Israel.

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      Tomas

      30/07/2014 at 14:47

  7. Gracias Rolo por firmar la declaración por Gaza. Vaya un reconocimiento por ser tan ecuanime con los provocadores que te interrogan por Gaza como si no se conociera tu clara posición política frente al imperialismo y el capitalismo en general. En solidaridad, Agustin.

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    Agustin

    30/07/2014 at 09:11

  8. SI bien no es específicamente relativo a la nota, en ella usted habla de los niveles de desempleo en EEUU y del incremento de las ganacias por encima de los ingresos promedios. Mi escaso conocimiento a nivel mundo me lleva a ver que la desocupación parece ser un problema crónico del capitalismo, es decir, una desocupación real en torno al 10% en casi todos los países del mundo de relativo peso parece ser la nueva «tasa natural de desempleo», con la excepción tal vez de China y algunas economías de bajos salarios. Por otro lado, y es una impresión general que me he ido formando, pareciera ser que opera a nivel global una cierta tendencia a que los salarios en dólares se equilibren en casi todos los espacios productivos.
    Desde un principio, si son medianamente acertadas estas observaciones (esa sería una de las principales dudas) ¿podría una jornada laboral de 6 horas por ejemplo a nivel mundial ser parte de la solución del problema? Porque pareciera ser que por más que el capitalismo invierta toda esa liquidez, ya no se genererían puestos de trabajo suficientes, habida cuenta de que según entiendo, lo normal es que los empleos industriales sean algo así como el 20% del total de la fuerza laboral.
    Por otra parte, y sin desconocer su argumentación en torno a la idea general de que mientras la inversión productiva marche bien y la tasa de ganancia tammbién no podríamos hablar de crisis, ¿semejante grado de expulsión de mano de obra no está llevando al capitalismo hacia una suerte de cuello de botella «técnico»? Entiendo su explicación en otras entradas de que expulsar mano de obra es justamente el mecanismo que está en la base de la recuperación de la tasa de ganancia, pero por otro lado, no logro ver con claridad cómo el capital puede dar cabida a la población que le sobra en términos productivos habida cuenta de que cada vez se produce más con menos gente. Espero no haber embrollado demasiado el asunto.

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    Ilichito

    31/07/2014 at 01:52

    • Voy a volver a publicar un escrito, que circuló hace algunos años, en el que explico por qué , en mi opinión, la reducción de la jornada laboral no soluciona ningún problema. Máxime si los salarios siguen estando al nivel de subsistencia. Por ejemplo, supongamos que se reduce la jornada laboral de 10 horas a 6 horas, manteniendo un salario de 600 dólares, por caso. Dado que con ese salario nadie vive de manera más o menos «decente», los trabajadores intentarían hacer horas extra, o conseguir otros empleos. De esta manera se redoblaría la presión sobre el mercado de trabajos informales y precarizados. El resultado es que las empresas dispondrían de más mano de obra precarizada.
      Sobre la otra pregunta, debería tratar el asunto con más espacio y tiempo.

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      rolandoastarita

      31/07/2014 at 13:14

  9. Sí, conozco su escrito, creo que figura en su página web incluso, me ha servido bastante y particularmente creo que era acertado en el marco de la discusión en la cual fue planteado, a saber, la reducción de la jornada laboral tomando como «modelo» el caso de los trabajadores del subte de BS As.
    No obstante, si bien me parecen válidos los argumentos que presenta en torno a esta idea de que puede incentivar al sobretrabajo, también es cierto que por el lado del propio Estado capitalista puede ser beneficioso presionar en el sentido de elevar los salarios reales, como a su vez reducir las jornadas de trabajo, como mecanismo que permita reducir la conflictividad y la pauperización social. Esto lo digo pensando en esa idea de Marx de que el Estado mientras garantiza las condiciones generales para la normal reproducción del sistema, por el otro le pone coto a las situaciones que atentan contra su reproducción más o menos «armónica».Y pienso que es en el punto de si el desempleo masivo crónico es o no es un «problema» para la acumulación donde reside uno de los puntos centrales del debate sobre las potencialidades de esa pelea.
    Lo que sí, me parece que es indispensable desde la raíz para lograr este tipo de «soluciones» es un grado de conciencia y organización obrera del que estamos muy lejos, y que para ser exitoso debe tener necesariamente escala global, es decir, ser la nueva media de horas de trabajo. Caso contrario, se acelerarían la fuga de capitales desde los países con jornadas reducidas y ese tipo de mecanismos.
    Y en este punto, un grado de conciencia y organización tan elevado como para poder plantear esta solución intermedia con cierto grado de éxito también puede poner sobre la mesa la necesidad de la revolución directamente, y es aquí donde creo que empieza a tropezar la idea, puesto que sería algo así como conformarse con una salida reformista teniendo posibilidad de una salida revolucionaria.

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    Ilichito

    31/07/2014 at 15:06

  10. Una pequeña observación sobre la productividad en EE.UU. Tomando la serie «Nonfarm Business Sector: Real Output Per Hour of All Persons» (serie OPHNFB en FRED), la tasa de crecimiento anual de la llamada «productividad» (producto real por hora) en EE.UU. en el período 1990-1999 es 2.2 veces mayor que la tasa para el período 2012-2013 (2.1% vs. 0.9%). Incluyendo 2011 es 3 veces mayor (2.1% vs. 0.7%). Incluyendo 2010 (con una «productividad» inflada por un crecimiento proporcionalmente lento de las horas trabajadas) es 1.5 veces mayor (2.1% vs. 1.3%).

    Uso las comillas en «productividad» porque reservo la palabra para la noción clásica de productividad del trabajo («productive power of labour» en Smith, «Produktivkraft der Arbeit» en Marx), que refiere a una medida física que no puede ser agregada empíricamente.

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    Matías

    29/08/2014 at 13:03

    • Coincido en que hay problemas con la agregación, y creo que eso es inevitable. Discuto algo de esto en relación a lo que la teoría mainstream llama «productividad total de los factores», aquí.

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      rolandoastarita

      29/08/2014 at 15:38

    • Yo creo que la agregación es imposible en el caso de la productividad. El ratio empírico producto / horas trabajadas (o producto / empleo) puede servir como referencia de desempeño económico en el tiempo y de diferencias en el nivel de desarrollo o en el poder adquisitivo entre países o regiones, pero no sirve como una aproximación empírica efectiva a la productividad del trabajo agregado o total. Un par de ejemplos pueden ilustrar mi posición. El hecho de que el producto por hora en Singapur (us$ 41.27 en 2011), país que virtualmente no produce nada, sea mayor que el de Corea del Sur (us$ $27.14 en 2011), nos da una idea de las dificultades del problema. El hecho, también, de que el producto por hora en Singapur haya aumentado un altísimo 11.4% en 2009-2011 confirma que el ratio producto / hora puede tener muy poco que ver con la productividad (física) del trabajo. (Datos: U.S. Bureau of Labor Statistics, International Comparisons of GDP per Capita and Hour, 1960-2011).

      Comparto mi visión de la PTF antes de haber leído su crítica. Creo que la irracionalidad de la PTF resulta de la idea, también irracional, de que la producción capitalista puede ser capturada empíricamente mediante una simple «función de producción» (la cual, a su vez, suele reflejar una distribución armónica-clarkiana del producto entre capital y trabajo de acuerdo al valor de sus respectivas productividades marginales). El ejercicio se derrumba ante la imposibilidad de agregar al capital empíricamente. El economista mainstream y mucho economista «heterodoxo» hace la vista gorda y le mete para adelante.

      Espero que no tome mis comentarios como una crítica negativa a su artículo, que me parece excelente.

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      Matías

      29/08/2014 at 17:48


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