Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Después del Club de París, fondos buitres

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El martes 16 de junio la Corte Suprema de Justicia de EEUU dejó en firme el fallo del juez Thomas Griesa, por el cual se obliga a Argentina a pagar US$ 1500 millones al fondo MNL Capital y otros litigantes por sus bonos en default, que no entraron en los canjes de 2005 y 2010 (holdouts, que tienen el 7% del total de los títulos). Antes el fallo de Griesa ya había sido ratificado por la Corte de Apelaciones de Nueva York. Esa misma noche la presidenta Cristina Kirchner dirigió un mensaje al país por cadena nacional, en el que dijo que Argentina estaba siendo sometida a una extorsión, que no la iba a aceptar. Pero prometió que su gobierno dispondría todas las medidas tendientes a garantizar el pago de la deuda a los tenedores de bonos que aceptaron entrar en las reestructuraciones anteriores. Y subrayó que su gobierno está dispuesto a negociar con los fondos buitres. Al día siguiente, el ministro Kicillof dijo que Argentina no podía pagar a los holdouts, pero que aseguraría los pagos a los que habían entrado en los canjes, incluso trasladando el lugar de pago de Nueva York a Buenos Aires, a fin de evitar que se retengan fondos. “No pasarán. No van a impedirnos pagar la deuda al 93% de los bonistas que aceptaron los canjes de 2005 y 2010”, aseguró. Pero el cambio de lugar de pago es impracticable -Griesa prohibió a los bancos estadounidenses colaborar en la operación- y además desataría un default de toda la deuda (entre otras razones, porque podría activar cláusulas llamadas de cross default).

Pero lo más importante es que el Gobierno no quiere un default, como no lo desea la totalidad de la clase dirigente criolla. Aunque Cristina Fernández tampoco quiere renunciar al discurso patriótico detrás del cual ha venido agrupando a la militancia (peronismo de izquierda, PC y ex PCs, y similares). Por eso, toda la situación se sintetiza en esta contradicción flagrante: mantener la retórica de “resistencia nacional al capital financiero internacional”, al tiempo que se arreglan las cosas con el conjunto del capital financiero internacional. La dificultad de la tarea es que hay que enhebrar el nuevo “arreglo” en la saga de Ciadi, Milani, Chevron, Repsol, devaluación, ajustes de salarios, Club de París… Son demasiados los “sapos” que se viene tragando la militancia nacional. ¿Qué queda de las transformaciones “revolucionarias” de Argentina? ¿De qué se puede alardear ahora? ¿De una cuarta parte de la población en la pobreza? ¿Del 35% de los trabajadores precarizados? ¿De las jubilaciones de miseria? ¿De la fuga de capitales? ¿De pagarle 9700 millones al Club de París en 5 años?

Por supuesto, todo esto debía ir debajo de la alfombra, pero ahora hay que hacerle tragar a las bases del kirchnerismo un nuevo y gigantesco sapo: pagar a los fondos buitres, después de haber jurado y recontrajurado durante años que no se les daría un dólar. El discurso de hoy, 20 de junio -día de la bandera en Argentina- de Cristina en Rosario se puede sintetizar en “unidad nacional… para pagar”. El mensaje fue “la Patria pagará la deuda a todos los acreedores”. Incluso ya se habla de que estaría acordada una nueva emisión de bonos, para entregar a los holdouts, junto con una parte del pago en efectivo. El juez Griesa dejó abierta una puerta para esta negociación al aclarar que el pago no tiene por qué ser todo en efectivo. The Wall Street Journal dice que los fondos buitres ya habrían aceptado recibir bonos. Los mismos acreedores que entraron en los canjes pueden estar interesados en que Argentina llegue a algún tipo de acuerdo con los holdouts, antes de que haya un default general que obligue a renegociar todo de vuelta. Con esto en vista, en esta nota presento algunas reflexiones en torno la deuda y el discurso K sobre el asunto.

Explicación materialista y capital financiero

Es necesario, en primer lugar, abordar la cuestión desde un enfoque materialista, esto es, dando prioridad explicativa a los condicionamientos de clase por sobre los relatos y las ensoñaciones ideológicas. Es que si bien las relaciones sociales no determinan mecánicamente el comportamiento de los personajes históricos, y por eso nadie puede descartar alguna “pirueta” nacionalista circunstancial, lo cierto es que las piruetas no determinan el curso de los acontecimientos. Apenas alteran algo de las formas. Y en todo este asunto, el curso profundo está determinado por el hecho de que entre el capital “en general” y el capital financiero existe una relación orgánica. Esto es, el capital financiero no es un capital “aparte”, sino una de las formas que adopta el capital, y que como tal, es indisociable del modo de producción capitalista. Esto no se interrumpe fronteras adentro, y por una razón muy sencilla: no hay acumulación del capital sin crédito; no hay crédito sin tasas de interés y mercados financieros; y no hay mercados sin especuladores. Y cuando el capitalismo se internacionaliza, no hay manera de desligar el capital local del capital internacional ni, por supuesto, del capital financiero internacional. Esta es la razón de fondo por la cual toda la clase dominante criolla -incluidos sus representantes más “izquierdistas”- presiona para que se llegue a un acuerdo con los buitres. Incluso los economistas K heterodoxos se han puesto serios, y hablan de las “dificultades que tiene el país por sus serias restricciones externas”.

Esta actitud no se debe a que la burguesía argentina, o sus representantes políticos, estén “colonizados” por el capital financiero internacional, como creen algunos. Es una relación de distinta naturaleza que la colonial, porque es entre participantes del botín de la plusvalía, que discuten de qué manera arreglan con los menores costos (menores costos para ellos, no para el pueblo, se entiende). Esta relación es la que pone un límite objetivo -el marxista posmoderno se pone incómodo- al devaneo “anti poder financiero global especulativo”. La insulsa tesis (Laclau y compañía) de que las clases y los movimientos políticos son construcciones retóricas y discursivas, no tiene forma de disimular el carácter objetivo de la vinculación entre modo de producción capitalista – crédito – intereses – deudas – especulación – carácter internacional del capital. Y esto significa, entre otras cosas, que existe un nexo orgánico, interno, entre la Patria -construcción burguesa- y el capital financiero, incluido el más especulativo. La oposición que el militante nac & pop cree absoluta, se da en realidad en el marco de la unidad entre las formas del capital, y no puede no darse en el plano de esa unidad.

Bajemos a tierra el planteo. Si el capital es, en esencia, valor que se valoriza mediante la explotación del trabajo (dinero que da más dinero, para dar más dinero), es inevitable que todo capitalista quiera ganar más y más saltando toda barrera y especulando de cualquier forma. Y para esto no hay que ir a Nueva York. Pensemos, por ejemplo, en capitalistas financieros operando bajo la dictadura militar argentina, y quedándose con las viviendas de quienes no podían pagar sus hipotecas. O en contratistas haciendo negociados como proveedores del Estado, y multiplicando sus fortunas de la noche a la mañana. O en inversores comprando tierras fiscales a precios viles, para revenderlas en poco tiempo por montos varias veces superiores. O en “asesores de deuda” cobrando millones a una provincia hambreada por “asesorar” una reestructuración de deuda con el gobierno nacional. O de nuevo imaginemos a inversores comprando, entre 2003 y 2005, títulos defaulteados a 20 o 25 centavos de dólar, entrando luego en el canje y enriqueciéndose de manera colosal con las altas tasas que se les pagaban (más “propinas” como el cupón PBI) y con la valorización de los títulos. Pero además, el capital acumulado por el especulador inmobiliario, por el contratista del Estado, por el adquirente de bonos, por el “old fund”, conecta por todos los poros con el capital mundial. Es parte de este, es sangre de su sangre y carne de su carne.

Veámoslo todavía en relación al país que se ha convertido en la bandera del nacionalismo pequeño burgués militante, la Venezuela chavista: entre 2005 y agosto de 2008 Venezuela le prestó a Argentina 7.599 millones de dólares a tasas que empezaron en 8,5% y terminaron, en agosto de 2008, en la astronómica cifra de 14,8%. Cuando se llegó a esos niveles, Argentina dejó de colocar deuda al compañero Chávez. ¿Qué tiene que ver esto con la patria o la liberación nacional? ¿O acaso van a explicar que Chávez cobraba esa tasa a Argentina porque estaba colonizado por el capital financiero internacional? Precisemos también que esta compra de bonos dio lugar a jugosos negociados de funcionarios chavistas y amigos del régimen: el gobierno de Venezuela vendía una parte de los bonos argentinos a bancos locales cobrando en bolívares al tipo de cambio oficial. Luego los bancos vendían los bonos en el mercado del dólar paralelo (precio más elevado que el oficial); quienes compraban los bonos los utilizaban para sacar divisas de Venezuela.

Toda una demostración de cómo funcionan estos mecanismos de liberación nacional y lucha contra el capital financiero especulativo internacional. A comienzos del siglo XXI ya no queda huella alguna del carácter medianamente progresista que pudo tener el capitalismo estatista de mediados del siglo pasado, que al menos procuraba invertir en desarrollo de las fuerzas productivas (aun con sus deficiencias). Actualmente, en esta era de nacionalismo estatista senil, lo que predomina es el lumpen, el aventurero sin límites ni escrúpulos. Por eso “Patria o buitres” es “solo” discurso. Coloco comillas en el “solo” porque no quiero disminuir la relevancia del discurso, la incidencia de lo ideológico (en el sentido de Marx) en el accionar de los seres humanos. Pero lo que trato de significar es que el discurso no afecta en ningún sentido profundo a la lógica del capital (el marxista posmoderno se pone nervioso de nuevo). Aun en el caso extremo de que el Gobierno K hubiera terminado defaulteando, ello no hubiera implicado una medida “revolucionaria”. Incluso en esa eventualidad (que no va a darse, todo indicaría) hubiera vuelto a negociar con el capital financiero de conjunto, y a recomponer relaciones. Es parte de su naturaleza social; segregan este curso con la misma espontaneidad con que un gusano segrega seda.

Deuda y transferencia de excedente

Ahora hay que particularizar lo anterior en el movimiento histórico concreto de la deuda externa argentina. Recordemos que la deuda ha venido creciendo de manera sostenida desde 1976. Al momento de producirse el golpe militar era de 8500 millones de dólares; al llegar Alfonsín había subido a 44.000 millones de dólares; en 1989 era de 65.000 millones; con Duhalde alcanzó los 176.000 millones; y en diciembre de 2013 (no hay muchos datos oficiales, el gobierno oculta mucha información) el stock de deuda era de 202.000 millones de dólares. Pues bien, el cuento que se cuenta habitualmente sobre este proceso viene a decir que la deuda externa fue una pura imposición de la dictadura militar, en combinación con los bancos y los centros financieros, y que desde entonces se estableció un mecanismo de explotación por vía del pago de intereses y refinanciación de los principales prestados, cuya víctima fue el pueblo argentino de conjunto (hasta que llegaron los Kirchner a liberar al país).

La realidad, sin embargo, es otra. Por empezar, ya en 1975, bajo el gobierno de Isabel Perón, hubo un intento de tomar grandes cantidades de deuda a tasa variable para superar la aguda crisis de la balanza de pagos que Argentina estaba atravesando. Luego, a partir de 1976, el endeudamiento fue aprobado, o por lo menos consentido, por amplios sectores de la clase dominante. Por este motivo continuó después de caída la dictadura militar, y se prolonga hasta el día de hoy. ¿Cuál fue la lógica? Pues que la deuda sirvió para financiar las grandes salidas de capitales que ocurrieron a lo largo de todos estos años. En este punto, un trabajo de economistas K del Banco Nación (Gaggero, Casparrino y Libman, “La fuga de capitale. Historia, presente y perspectiva”, Cefidar, 2007) muestra con meridiana claridad cómo el stock de la deuda externa y el stock de capitales fugados crecieron casi a la par desde mediados de los 1970 hasta los mediados de los 2000. Esto no fue una “imposición” del imperialismo colonialista sobre una burguesía sometida, sino una operación consciente y libre de los explotadores criollos, obedeciendo a sus propios intereses. Por esta vía se operó concretamente la soldadura con el capital financiero internacionalizado.

Naturalmente, las refinanciaciones también dieron lugar a repetidos festivales de dinero -cada una de estas operaciones dejaba suculentos ingresos a quienes participaban de ellas-, saqueo de los fondos públicos y corruptos negociados de todo tipo. Es muy significativo que en los 1990 y comienzos de los 2000, cuando se anunciaban las reestructuraciones de la deuda externa -en el marco de un creciente empobrecimiento del pueblo trabajador- la clase dominante saludaba estas operaciones como “triunfos”. Subrayo: fue una política general, de clase. Y esa política se integró con las privatizaciones -que implicaban siempre nuevas y gigantescas transferencias de riquezas-, con las aperturas de los mercados, y el despliegue a pleno de las leyes del capital. La dirigencia K, que hoy se hace la víctima, no puede negar que participó de cuerpo y alma en el asunto.

Por otra parte, muchos de los que adquirían los bonos de deuda también eran argentinos. Para bancos, financieras y otros inversores, los títulos eran vistos como una oportunidad de buenas ganancias. De esta manera se estrechaban también los vínculos con el capital financiero internacional. Por eso no se puede decir que la clase dominante argentina fuera o sea actualmente “explotada” por medio de la deuda. Los argentinos que tienen colocaciones financieras en Suiza, Miami o paraísos fiscales como las Seychelles, no están oprimidos por los centros financieros internacionales, sino son partícipes de la explotación del trabajo a través del capital de préstamo, al mismo nivel que cualquier otro capitalista financiero, sea de EEUU o de cualquier otro país.

Condiciones para los buitres

Recurrir a la historia y ampliar la lente hasta las relaciones sociales subyacentes permite desnudar al impostor. La “niebla ideológica” del nacionalismo estatista no sólo pretende ocultar “el reino de las estructuras”, para sustituirlas por mera apariencia -bandera argentina, patria, unidad nacional- sino también su propia participación en el crimen que denuncia con palabrerío infinito. Por eso, escuchando en el día de hoy a Cristina Fernández, me vino a la memoria el pasaje de Marx que dice “si de verdad creyera en su propio ser, no lo escondería bajo la apariencia de un ser ajeno ni buscaría su salvación en la hipocresía y el sofismo”. Es que no fue “un ser ajeno” a los Kirchner el que estableció las cláusulas que posibilitaron a los fondos buitres litigar en Nueva York.

Los datos, los duros datos de la realidad y de la historia reciente -esos que nunca podrá “coordinar” el funcionario “coordinador del pensamiento nacional”- están allí para quien quiera verlos. Cuando se reestructuró la deuda en 2004, el decreto firmado por el presidente Kirchner (decreto número 319 del PEN) prorrogó la jurisdicción de los tribunales de Nueva York y la renuncia a oponer la defensa de inmunidad soberana. Esta renuncia de soberanía fue mantenida en el nuevo canje de 2010 (decreto 1953 de 2009, presidencia Cristina Kirchner). Alejandro Olmos Gaona (del que tomo muchos de estos datos) señaló repetidas veces que los funcionarios argentinos que aceptaban los tribunales de Nueva York no podían desconocer las tradiciones del derecho anglosajón en cuanto hacer cumplir contratos de deudas. Pero el criterio sigue vigente: entre las cláusulas (que se intentan mantener en secreto) del convenio que el gobierno K firmó con Chevron, hay una que establece que en caso de existir desacuerdos entre Chevron e YPF, la jurisdicción para arreglarlos no serán los tribunales argentinos, sino la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio con sede en Francia. Y otra que dispone que la ley aplicable del acuerdo en caso de incumplimientos o disputas no es la de Argentina, sino la que rige en la ciudad de Nueva York.

Tengamos presente también que en los canjes de 2005 y 2010 actuaron como intermediarios grandes grupos financieros: Citigroup Global Markets Inc. y Deutsche Bank Securities Inc. y Barclays Capital Inc., UBS Limited y Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith Incorporated, que cobraron, como siempre, jugosas comisiones. Además, se fijaron otras cláusulas muy favorables a los acreedores, como las “cross default” (que disparan el default generalizado si no se cumple con el pago a algunos bonos), o la “RUFO” (siglas en inglés de derecho acerca de futuras ofertas), que garantiza que cualquier mejora que se otorgue a los que no entraron en el canje se aplicará a los que sí lo hicieron. Naturalmente, la Presidenta se niega a recordar estas cuestiones. Pero son datos históricos que no deberían olvidarse.

Permanencia de la dependencia y el subdesarrollo

Como lo hemos señalado más arriba, aquí hay un sendero que se profundiza y afianza. Los acuerdos con el Ciadi, con Repsol, Club de París, ahora con los fondos buitres, no se pueden separar de la devaluación y el ajuste de salarios, ni de cuestiones como la ley antiterrorista, la inteligencia sobre organizaciones de izquierda y movimientos sociales, o la designación de Milani. Y todos ellos conectan con algo fundamental, que hemos discutido en otras notas: el pretendido “modelo industrialista con inclusión social” no cambió en absoluto la matriz dependiente y atrasada del capitalismo argentino. Los “pilares” de la economía K durante la última década siguieron siendo el complejo sojero, maicero, la gran minería, la industria automotriz (deficitaria en términos de balanza comercial) y la industria liviana, con crecimiento más bien extensivo (esto es, basado en plusvalía absoluta). En este marco, desde 2007 a 2012 se produjo una nueva y gigantesca fuga de capitales (unos 80.000 millones de dólares hasta el cepo cambiario), expresión mayúscula del subdesarrollo. Agreguemos que en la “década ganada” los acreedores recibieron 173.000 millones de dólares (cifra proporcionada por Cristina Fernández). Y desde fines de 2013 la economía entró en estancamiento y recesión; a la vez, disminuyó el superávit comercial, y continuó aumentando el déficit fiscal. Por eso están dadas todas las condiciones para un nuevo incremento del stock de deuda. A los 9.700 millones de dólares que se comprometieron con el Club de París y a los 5000 millones de endeudamiento con Repsol, se sumarán ahora los montos que “arreglen” con los holdouts.

Cuando el gobierno devaluó en enero, los escribas K escribieron que “esta vez iba a ser distinto”. Desde este blog -y desde todas las publicaciones de la izquierda marxista- se pronosticó que venía más explotación y penalidades para el pueblo trabajador. No nos equivocamos. Ahora nos quieren vender que están “liberando la Patria” con este nuevo ciclo de endeudamiento masivo. La realidad es que esta “liberación” va a significar nuevos y mayores “ajustes” sobre los salarios y el bienestar de la clase trabajadora. De nuevo, esta vez tampoco será “distinto”.

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28 respuestas

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  1. Las declaraciones de Kiciloff son tragicómicas. No pasarán¡… no lograrán impedir que sigamos pagando¡ Curioso antimperialismo. Me hace acordar a la fábula del pez que fue condenado a volver al río.

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    AP

    20/06/2014 at 21:54

  2. Rolo, hay un error en el subtítulo «Deuda y transferencia de excedente», donde dice «[…] en 1989 era de 65.000 millones; con Duhalde alcanzó los 176.000 millones; y en diciembre de 2013 […]» debería decir «con Menem», ¿no es así? Igual no cambia el asunto en nada, je.

    Yo creo que la única manera de no vender pescado podrido por parte del gobierno, sería que éste se sincerara y dijera: «mientras no cambien las condiciones de producción, el sistema de producción, sólo podemos maquillar un poco la situación nacional, pero no podemos resolver nada importante». Pasa que eso supondría que se ponga el ojo en el modo de producción, algo que el peronismo no está dispuesto a hacer. Pero es la realidad, es falso que un gobierno pueda resolver las contradicciones del sistema de producción que defiende….

    Muy interesante el artículo, en lo personal sobretodo el texto dedicado a vincular los intereses compartidos entre los capitales criollos y los «imperialistas».

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    Juan Pablo

    21/06/2014 at 03:16

    • Volví a leer el pasaje y no alcanzo a ver el error. En 1989, esto es, en la transición de Alfonsín a Menem, la deuda era de 65.000 millones de dólares.

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      rolandoastarita

      21/06/2014 at 09:12

    • Sobre esto, ¿cuál es el límite dentro del capitalismo? ¿Se han hecho auditorías serias como piden algunos grupos de izquierda? ¿O el límite es una renegociación que estire los plazos con alguna quita no tan significativa como la que surgiría de una auditoría?

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      Ezequiel

      21/06/2014 at 11:25

    • Sobre la auditoría de la deuda externa, sinceramente no sé cómo se podría hacer semejante cosa. Supongamos que hace 30 años un banco prestó 50 millones de dólares al gobierno de Alfonsín, y obtuvo una acreencia. Esa acreencia luego se recicló varias veces en bonos diversos, que fueron comprados y vendidos en los mercados. ¿Hay que rastrear qué hizo el gobierno de Alfonsín con esos 50 MD? En caso que se demuestre que fueron utilizados para gasto corriente, ¿hay que declarar ilegítima esa deuda? La misma pregunta si se usaron para pagar deuda contraída antes de 1983 (¿y aquí habría que distinguir entre la deuda anterior a 1976 y la posterior?). Además, ¿qué hacer con los inversores que compraron bonos que reciclaban esa deuda? Yo no veo de qué manera se puede hacer todo esto. Me parece que queda muy bien como respuesta efectista en un reportaje, pero no más que eso. Suena a algo así como determinar ganancias «legítimas» e «ilegítimas», a lo largo de décadas. Y para colmo en los mercados financieros, que son terriblemente intrincados, y en los vericuetos de la burocracia estatal.

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      rolandoastarita

      21/06/2014 at 12:13

    • Ah claro, está bien, yo interpreté mal; pensé que te referías a la década menemista, pero estabas refiriéndote al período posterior a De la Rúa, cuando gobernó Duhalde. Interpreté erróneamente porque en varios textos que leí sobre deuda, suelen tomar el gobierno de Menem como una etapa «separada» del resto, y eso me quedó grabado (sumado al constante uso del término «menemismo» como si fuera algo radicalmente distinto al resto de los períodos). Acá incluiste desde 1989 hasta 2002 en el mismo período, ahora entiendo. Fue un error de interpretación mío.

      Saludos Rolo!

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      Juan Pablo

      21/06/2014 at 11:43

    • Hola profesor

      Pero el caso de ecuador se logro una investigacion de la deuda y una quita, aca no podria pasar lo mismo con los seguros de cambio, investigada por Olmos?
      Esa es la propuesta de claudio lozano, en cambio la izquierda (FIT po pts etc) quieren no pagar ( algo muy de programa de transicion e infantil).
      No entendi cuando decis que la deuda se uso para fuga de capitales, la mayoria de la deuda no se uso para inversion productiva?

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      Tomas

      21/06/2014 at 13:53

    • La deuda externa sirvió para financiar fuga de capitales porque la entrada de divisas por endeudamiento permitió durante décadas que los argentinos pudieran girar dólares al exterior.

      Con respecto a la investigación de Ecuador, las mismas conclusiones de la Comisión Investigadora de la deuda muestra que es imposible delimitar qué es deuda «legítima» o «ilegítima». O mejor dicho, una investigación de ese tipo permite sacar alguna conclusión general, en el mismo sentido de la que presento en la nota (en términos generales, la deuda externa argentina financió la salida de capitales). Pero esto no me dice qué parte de la deuda es «legítima», o qué bonos no hay que pagar, etc.

      Por caso, el Informe sobre la deuda de Ecuador dice, entre otras cosas, que hace 40 años parte de la deuda se tomaba con la excusa de pagar importaciones que estaban sobrefacturadas. Esto puede ser cierto, pero de aquí no puedo derivar que tales o cuales bonos no hay que pagarlos porque son ilegítimos. Otras conclusiones son igual de generales, o más aún. Por ejemplo, critica que los gobiernos ecuatorianos aceptaban las condiciones planteadas por los prestamistas, que eran desfavorables para el país; que la bonanza petrolera de los 70s llevó a recurrir al endeudamiento sin discriminación; que no había control de los organismos del Estado del destino y uso de los créditos que se tomaban; que los convenios con los organismos multilaterales estaban subordinados a los estatutos de esos organismos. Agregando que los informes que se conservaban eran incompletos, tenían profundas lagunas, además de que lo informado por las distintas instancias del Estado no tenían coherencia, y las cifras de la deuda tenían un alto grado de incertidumbre.

      Todo esto puede estar muy bien para criticar a esos gobiernos que se endeudaron, pero no permite discriminar a qué acreedor es «legítimo» o «ilegítimo» pagar. Por eso lo de Ecuador sirvió como un argumento del gobierno de Correa para hacer una quita general de la deuda y renegociar con el capital financiero. Por lo que tengo entendido, al día de hoy Ecuador sigue endeudándose en el mercado mundial; claro que a tasas mucho más bajas que Argentina. En términos generales, cuando los países llegan a una situación grave de endeudamiento y entran en default, reestructuran las deudas. Es un mecanismo más o menos «normal» del capitalismo a lo largo de su historia (ver aquí). Por supuesto, esto no significa defaultear cada 5 o 10 años. El sistema capitalista no funciona así. Lo central es entender que el crédito es un mecanismo normal en este sistema.

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      rolandoastarita

      21/06/2014 at 16:04

  3. Muy interesante el artículo, y me dispara una duda ¿Se puede sostener en este momento, en el corto y mediano plazo, un no pago de la deuda externa una matriz industrial tan debil, una dependencia tan grande en los comodities y, en fin, con una economía extranjerizada,? O sea, ¿cuán real sería la propositiva de negarse a pagar deuda en este momento? Saludos

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    Nico Terrorista

    21/06/2014 at 12:58

    • En mi opinión el no pago de la deuda en sí mismo no arregla nada. Un gobierno socialista (que instrumente un programa revolucionario) encararía esa medida en el marco de otras, de conjunto. Además hay que aclarar que incluso un gobierno revolucionario puede verse obligado a negociar con los acreedores. Hasta Rusia soviética tuvo que hacerlo.

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      rolandoastarita

      21/06/2014 at 15:42

  4. perdon que insista, no entiendo. La deuda no fue para construir fabricas o comprar equipo nuevo etc. como que la deuda se usa para sacar plata del pais?
    yo entiendo que hubo fuga de capitales que no se reinvierte porque no estan dadas las condiciones de mejor ganancia aqui o por seguridad juridica .
    siempre pense que la deuda era para invertir en cosas no para vovler a llevarsela afuera

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    Tomas

    21/06/2014 at 17:02

    • Es que no necesariamente la deuda externa se contrajo para construir fábricas. Doy un ejemplo concreto: entre 1978 y 1980 la deuda externa argentina da un salto muy grande (de unos 10.800 MD a unos 35.600 MD). Esto no tuvo ninguna correspondencia con el crecimiento del PBI. ¿Por qué este salto? Porque el Gobierno trataba de sostener la sobrevaluación del peso, habiendo necesidades crecientes para financiar las importaciones (con pérdida del dinamismo de las exportaciones), pagar los servicios de la deuda externa, y financiar la salida de capitales. Para esto se alentaba la entrada de capitales especulativos (traían dólares) que aprovechaban las altas tasas de interés del mercado local: a esos capitales se les aseguraba la salida con un seguro de cambio, lo que era ruinoso para las finanzas del país. Pero el Banco Central tenía disponibilidad de dólares (que salían por las importaciones, los pagos de la deuda y las salidas de capitales). El esquema estalla con la crisis de 1981.

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      rolandoastarita

      21/06/2014 at 17:31

    • muchas gracias
      Intentando no hacer historia retroactiva, cree que hubo algun grado de libertad o sea se pudo no haber llegado a este punto de casi default tecnico con otro gobierno o equipo economico o eso no importa?

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      Tomas

      21/06/2014 at 17:36

  5. Rolando , muy buen articulo. Pudiste leer Capitalismo del siglo XXI del economista francés Thomas Piketti? Derrumba empíricamente el ppio de los rend decreciente del capital de Ricardo y la visión de Kuznets de la relación inversa entre desigualdad y desarrollo economico. Me parece que compartis su vision en virtud de lo que comentaste sobre capital financiero.

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    Checho

    22/06/2014 at 00:25

  6. Muy buen articulo Rolando. Dejando de lado el componente ideologico en este serio analisis y sobre todo tratandose de Argentina!. La verdad da mucha pena como un pais que alguna vez se codeo con EE.UU en potencial economico, este en estas penurias economicas, debido a los malos gobiernos y al populismo.

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    AlvaroSC

    23/06/2014 at 04:02

  7. Muy buen artículo, Rolo. Me gustaría que aclares un poco más la cuestión de la relación entre la deuda externa y la financiación de la fuga de capitales. En el artículo esta relación la establecés de manera más o menos directa, pero después en relación al gobierno militar decís esto en un comentario anterior:

    «Porque el Gobierno trataba de sostener la sobrevaluación del peso, habiendo necesidades crecientes para financiar las importaciones (con pérdida del dinamismo de las exportaciones), pagar los servicios de la deuda externa, y financiar la salida de capitales.»

    Aquí lo que pareciera es que estás diciendo que una economía atrasada como la Argentina no puede sostener la fuga de capitales + el deficit de la balanza comercial, y por eso toma deuda. Es decir, pareciera que la fuga de capitales es sólo un factor dentro de un proceso más complejo. No termino de entender tu planteo.

    Por otro lado, en tu artículo mencionás que era esperable que Griesa tomara la decisión que terminó tomando. Según vos esto es porque hay una tradición en la jurisprudencia anglosajona que va en este sentido. Me sorprendió bastante esta aseveración. A qué te referís? Es que una de las cosas que yo no logro entender es la decisión de Griesa. Si mal no recuerdo, hasta no hace tanto, el FMI, el gobierno de Obama, The Economists, etc., se mostraban a favor de Argentina en esta disputa. Yo recuerdo haber leido varios artículos en los que planteaban que darle la razón a los fondos buitres no sólo le generaba problemas a Argentina, sino que planteaba la imposibilidad de futuras renegociaciones de deuda en otros países. Es que ningún acreedor va a aceptar tal renegociación sabiendo que después un juez le permitirá sacar mucho más. Es por eso que varias instituciones internacionales y medios de formación de opinión planteaban darle la razón a Argentina. Ahora esas posiciones parecen no aparecer… Y no termino de entender por qué tanto Griesa como la corte suprema yanqui tomaron estas decisiones. Es como negar la posibilidad misma del default y la renegociación. O esto es mero discurso K? Porque la verdad es que era algo que no sólo los K decían. Repito: no entiendo esto.

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    Pablo de Quilmes

    23/06/2014 at 19:07

    • Son varias las fuentes que dicen que en EEUU los jueces se atienen a la letra de los contratos: de ahí el comentario de Olmos Gaona. Por supuesto, esto siempre debe de tener excepciones cuando se ve perjudicado directamente EEUU. Pero este no parece ser el caso. Ni siquiera parece verse muy afectado el sistema financiero internacional. Cuando hubo dudas de que Argentina iba al default, el único mercado que cayó fue el argentino. Ni Brasil estornudó. Incluso en las nuevas emisiones de bonos se están incluyendo cláusulas que dice que en caso de que haya una reestructuración, superado un umbral (75%) de aceptación, la minoría debe aceptar. El fallo de Griesa efectivamente podría ser muy cuestionado, por ejemplo por su interpretación de la cláusula pari pasu (si los holdouts deben recibir el mismo tratamiento de que los que canjearon, los holdouts deberían aceptar la quita). Pero desde el momento en que el país pone la emisión de bonos bajo jurisdicción extranjera, está sujeto a este tipo de fallos. Por otra parte, tené en cuenta que en EEUU no hay opiniones unánimes en estas cuestiones.
      Por otro lado, efectivamente Argentina no puede sostener una permanente fuga de capitales, y menos si hay déficit en la cuenta corriente. Una situación así equivale a pérdida de reservas, y lleva a la cesación de pagos. Hoy en Argentina hay déficit en cuenta corriente (y el superávit en balanza comercial se achica) y una gran presión por salida de capitales (contenida por el cepo). El gobierno trató de frenar la sangría subiendo las tasas de interés e impidiendo importaciones, lo que es recesivo. De ahí que apueste a la llegada de capitales (el objetivo es llegar al fin del mandato de CK sin grandes convulsiones); para eso salió a arreglar de apuro con el Club de París, Repsol, etc. Por eso inicia un nuevo ciclo de gran endeudamiento con el exterior (en la última década gran parte de la deuda se había pesificado, y se trasladó a jubilados y similares). Esta situación también explica que un default no es una panacea: provocaría más presión por salida de capitales, suba de tasas de interés, menor ingreso de capitales.
      Un default permite renegociar, y obtener una nueva quita, pero no es una salida fácil.

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      rolandoastarita

      24/06/2014 at 16:28

  8. Por otro lado, hay posibilidad real de default? Cuál es la repercusión que puede tener esto sobre la economía Argentina en los próximos anos?

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    Pablo de Quilmes

    23/06/2014 at 19:10

  9. » Ecuador, de forma secreta, utilizó 800 millones de dólares para comprar 3.000 millones de su propia deuda lo que supuso una reducción de su deuda real y de los intereses lo que pudo suponer un ahorro de unos 7.000 millones de dólares para Ecuador.»

    Cual fue la quita real de la deuda? Fue beneficioso ?

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    Tomas

    23/06/2014 at 23:54

  10. Excelente nota!!! Pero no me queda claro lo del posmodernismo marxista a que refiere!
    Sds

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    fernando

    25/06/2014 at 01:10

    • Un ejemplo local es Omar Acha; ver http://www.herramienta.com.ar/revista-herramienta-n-37/el-marxismo-de-derecha-elementos-para-su-definicion-y-critica.

      No es casual que la revista Herramienta (de fuerte inclinación hacia el marxismo «nac & pop» chavista) dé aliento a este marxismo, supuestamente «no dogmático» y «crítico». Acha critica como un planteo «de derecha» la idea de que que “la realidad tiene un núcleo conocible”.

      Mi postura es opuesta. Sostengo que el marxismo hace una afirmación clave: hay un «núcleo» determinante en la sociedad, que es la relación de explotación capital – trabajo. Sostengo que si se quita este «núcleo», no hay nada que pueda ser identificable como «marxismo». Sostengo, además, que ese «núcleo» puede ser conocido. Y que ese «núcleo» determina limitaciones fundamentales para las vidas de los que no son propietarios de los medios de producción. Afirmo además que es progresista que la clase trabajadora conozca de qué se trata ese núcleo. Acha dice lo opuesto. Aclaro que su idea goza de mucha simpatía en un amplio sector de la izquierda que se ubica a sí misma como «no dogmática» y «abierta». De manera que son dos visiones opuestas. La explicación que presento en esta nota está en las antípodas de la visión «a lo Acha» (o «a lo Laclau»).

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      rolandoastarita

      25/06/2014 at 09:46

  11. A mi también, al igual que Fernando, me resultó difícil referenciar la alusión. Tenía en mente algunos escribas profesionales, pero no el campo que aún se lía verbalmente con la revolución socialista. Hace algunos años tuve ciertas polémicas con los que bauticé como ‘marxopostmodernos’ argentinos. Eran los tiempos en que germinaba el autonomismo como reacción a la debacle de las vertientes tradicionales que se estrellaron ante el fracaso de su propia construcción burocrática y pronósticos falaces sobre ‘la hora del trotskismo’. Estos grupos cobraron vuelo con los sucesos de 2001 y las expectativas espontaneistas que se apoderaron de la vanguardia. También fue el período en que el errático periplo de varios dirigentes tradicionales culmina en la formación de aparatos informales que explotan el desconcierto de muchos militantes que venían de experiencias frustrantes con las viejas formas burocráticas de construir organización. Lo peor del caso es que todos, sin excepción, terminaron, no solo reproduciendo informalmente las viejas prácticas, apenas disimuladas por gestos y retórica, sino, acelerando el paso hacia un oportunismo descarado. Había leído algún trabajo de Acha, pero no lo tenía bien presente. Lo que cita es una especie de ‘poética’ que mezcla autores y disciplinas diversas en aras de un discurso demagógico incoherente. Si se lo lee en clave psicológica (que parece cara al autor) es una manifestación ‘sublimada’ de su pulsión profunda por el oportunismo político acomodaticio que caracteriza a estas corrientes. Todo velado tras del discurso ‘agnóstico’ con el que, cualquier barbaridad puede ser contrabandeada como marxismo no dogmático, adaptado a los tiempos, de izquierda. Con razón decía Trotski que en tiempos de reacción pululan magos y charlatanes que pretenden hacer aparecer como nueva verdad proclamada, a viejos embustes enterrados desde hace mucho en los anales del socialismo pre marxista¡

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    AP

    25/06/2014 at 11:41

  12. Tengo dudas.. comentando el fallo.. que se podría llegar a decir con respecto a los bonistas, tanto en aspectos jurídicos como económicos?

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  13. hola muy interesante el articulo… pregunto:la semana pasada estuve en el banco provincia del partido de glew, mientras esperaba mi turno, observaba atentamente como la gente solicitaba prestamos a tasa variable… si bien el monto no superaba en algunos casos 10000 pesos o mas, ¿Hoy 4/8/2014, hasta que punto es conveniente acceder a un préstamo?

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    patricia

    04/08/2014 at 09:02

  14. Buen día profesor Astarita. Estoy haciendo un TP para la facu y me encontré en este artículo con un escenario un poco apocalíto sobre el pago de la deuda. Quería saber sus reflexiones un poco más actualizadas al día de la fecha (hoy es 16/09/2014). La decisión del gobierno es no pagar a los buitres lo que piden y si hacerlo con los Holdouts. A mi me parece un escenario posible y favorable dado que el pago total a los buitres es algo impracticable. El discurso del gobierno viene teniendo correlación con las acciones que toma direccionadas a no dejarse extorsionar por estos fondos. En fín quería saber que piensa usted sobre la situacion de los fondos buitres al día de la fecha. Saludos cordiales, Sergio.

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    sergio soloaga

    16/09/2014 at 10:23

    • No tengo mucho que agregar a lo que ya planteé en varias notas. La posición de conjunto de la clase dominante es llegar a un arreglo con estos fondos. Las diferencias son en los modos y el tiempo,en especial, para dejar vencer la cláusula RUFO. También puede haber cálculos de quién paga el costo político de ese arreglo, este gobierno o el próximo. Sobre que el discurso del gobierno viene teniendo correlación con las acciones que está tomando, realmente discrepo. Las acciones que estuvo tomando el gobierno fueron arreglar con el CIADI, Club de París, Chevron, devaluar, aplicar un plan de ajuste (comentario al pasar: si fueran ciertas las increíbles cifras del presupuesto 2015, el programa económico para el año próximo es de un mayor ajuste todavía). El discurso seguía siendo bastante distinto.
      Por otra parte, las acciones destinadas a arreglar con el exterior fueron aplaudidas por prácticamente todo el arco político burgués, y las cámaras empresarias. La cuestión de cómo se arregla con los buitres y por cuánto, hay que inscribirla en este marco (y relacionarla con las cuestiones fundamentales que explican por qué hubo escaso desarrollo de las fuerzas productivas en la «década ganada»). Como expliqué en algunas notas, incluso si Argentina dejara de pagar por completo la deuda externa, el problema reaparecería en tanto continúe la debilidad de la inversión y la fuga de capitales.

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      rolandoastarita

      16/09/2014 at 11:57

  15. Muchas gracias por la respuesta profesor. Muy claro como siempre.

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    sergio soloaga

    18/09/2014 at 17:11


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