Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

El paro general del jueves

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Rolando Astarita [Blog]  Marxismo & Economía El paro general del juevesCompañeros de La Orquesta Roja me preguntaron acerca de mi posición ante al paro del jueves próximo, convocado por las CGT Moyano y Barrionuevo, y la CTA Micheli, con el apoyo de los partidos de izquierda.

Mi postura es clara: adhiero al paro porque estoy de acuerdo con el reclamo principal, frenar el ajuste sobre los salarios y las jubilaciones que impulsan el Gobierno K y las cámaras empresarias. El conflicto está bien definido. El Gobierno y los capitalistas, vía devaluación e inflación, intentan realizar una gigantesca transferencia de ingresos desde los salarios a las ganancias. Toda la “ciencia” de la devaluación pasa por retrasar los salarios en relación a la suba de los precios y bajarlos en términos de dólares. Por eso, en estas instancias, se está de un lado o del otro; no hay términos medios.

Frente a esto, los defensores del Gobierno K avanzan tres argumentos con los que llaman a la clase obrera a no parar. Dicen que el paro es político; que hay que ser “responsables”; y que Moyano y Barrionuevo son burocráticos y oportunistas.

La respuesta es sencilla. Primero, todo paro general que cuestiona una política económica y social que apunta a redistribuir el ingreso en perjuicio de los asalariados, es un paro político. No hay por qué negarlo. Aunque distorsionado y semioculto detrás de discursos y propuestas de todo tipo –la lucha de clases nunca es “pura”- lo que emerge hoy es el antagonismo entre explotadores y explotados, la lucha de clases (esa misma que los teóricos de la posmodernidad decían que ya no existía porque había desaparecido la clase obrera).

Segundo, acerca de la responsabilidad: como siempre, los oportunistas se refugian en abstracciones. Es que en una sociedad dividida en clases sociales la responsabilidad no existe en el aire. El Gobierno y los capitalistas asumen “su” responsabilidad velando por las ganancias. Para la clase trabajadora su “responsabilidad” es velar por los salarios. Los explotados, los asalariados, son los que generan la plusvalía de la que se apropian las clases dirigentes. Pedir “responsabilidad” al explotado por garantizar el fruto de su propia explotación al explotador, sólo es cinismo. Por eso también la clase trabajadora debería rechazar el chantaje de la clase capitalista, que amenaza con despidos “si los salarios superan cierto tope”. Es la amenaza de siempre del capital y de los gobiernos del capital. La respuesta a esta amenaza pasa por abrir una nueva perspectiva, programática y política, de la clase obrera.

Por último, acerca del argumento “Moyano es un burócrata”, por lo tanto hay que estar con Caló, Andrés Rodríguez y demás “demócratas gremiales”, repito lo que ya expliqué en otra nota: los socialistas luchamos en unidad de acción por las demandas que son progresistas para la clase obrera, y planteamos programas y perspectivas estratégicas diferenciadas. Concretamente, si la clase obrera, con excusas divisionistas, se paraliza, el capital y el Gobierno tendrán vía libre para imponer una derrota de proporciones. El paro, aunque limitado, si se cumple masivamente mejorará la relación de fuerzas del trabajo frente al capital.

Puede verse que todos estos argumentos para sabotear y debilitar el paro del jueves son inconsistentes. El fondo del asunto es que esta gente está comprometida políticamente con el plan de ajuste, y hacen lo posible para que éste se consolide.

Por otra parte, la coincidencia en la unidad táctica no significa confundir banderas. En este respecto, estoy de acuerdo con las críticas de varios dirigentes de la izquierda a la forma en que Moyano y Barrionuevo llamaron a la medida. El paro fue convocado de forma burocrática –las asambleas de las bases brillaron por su ausencia- y sin apelar a la movilización del activismo. Además, los dirigentes gremiales están comprometidos con diversas perspectivas patronales (Massa, De la Sota, Macri, Binner), y más en general, con la defensa del orden capitalista. Por eso, los socialistas, a la par que luchan en unidad de acción, presentan su programa, su alternativa, y explican que en tanto subsista la propiedad privada del capital, los males que están asociados a la explotación van a permanecer. En otros términos, en forma paralela a la defensa del salario y otras demandas elementales, hay que construir una alternativa política autónoma y de la clase trabajadora. Que a su vez, fortalecerá las luchas reivindicativas.

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«El paro general del jueves»

Written by rolandoastarita

07/04/2014 a 10:10

22 respuestas

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  1. rolo
    en la luchas por las paritarias por la tasa de aumento salarial, cual debe ser el tope? o hay que luchar para lograr el maximo?

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    JuanMartin

    07/04/2014 at 14:29

    • Pienso que no existe una respuesta en general. En todo conflicto hay que medir cuánto se puede lograr, dada la relación de fuerzas, contando además que en la inmensa mayoría de los casos las negociaciones no están controladas por las bases.

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      rolandoastarita

      08/04/2014 at 12:14

  2. MICHELI Y LA CTA TAMPOCO HICIERON NINGUNA ASAMBLEA Y LARGARON ENTRE GALLOS Y MEDIANOCHE UN CONGRESO EXTRAORDINARIO DE LA CTA, PARA RATIFICAR EL PARO QUE HABIA DECRETADO MICHELI POR LA TELE, LOS BUROCRATAS SON ASI Y DEFIENDEN SUS INTERESES QUE NO SON LOS INTERESES DE LA CLASE OBRERA POR ESO EL PARO TIENE QUE SER ACTIVO, MOVILIZARNOS Y PARTICIPAR EN LOS CORTES Y EN LOS PIQUETES, PARA TOMAR EN NUESTRAS MANOS ESTE PARO Y QUE SIRVA DE PLATAFORMA PARA UN VERDADERO PLAN DE LUCHA QUE DERROTE EL AJUSTE BRUTAL QUE NOS QUIEREN IMPONER !!!
    MIS SALUDOS FRATERNALES COMPAÑERO ASTARITA .
    EDUARDO GARCIA DELEGADO DE LA JUNTA INTERNA DE ATE DEL HOSPITAL GARRAHAN

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    eduardo

    08/04/2014 at 01:23

    • Gracias Eduardo por el comentario, pero por favor, escriban en letra normal (la mayúscula sólo para algún énfasis). Es para mantener el «estilo» de la sección.

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      rolandoastarita

      08/04/2014 at 09:26

  3. Hola Rolando, leo tu nota y no comparto que debamos ir al paro, no puedo sentirme alineado junto a Barrionuevo, Moyano, Mazza, La Soc Rural y el Microcentro. Ya la izq. pensaba que era mejor que se fuera Isabel, vino Videla y Martínez de Hoz. El PC. negocio con ellos. También eran malos Alfonsin y Sourrouille, vineron Menem y Cavallo. Altamira es una vergüenza, se muere por ir a TN. Aceptemos que no tenemos dirigientes con altura y convocatoria para una posición propia. Moyano “no va a parar el ajuste”, Atte. Carlos

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    Carlos

    08/04/2014 at 20:21

  4. Rolando,
    Muy interesante el artículo. Dado que éste puede sumarse a otros que has escrito sobre cuestiones similares (en la Rusia Soviética, Venezuela y Argentina) tengo una inquietud. Desde ese punto de vista -que comparto- como analizarías la huelga de camioneros al gobierno de Allende?. Se que esta pregunta podría ser un contra argumento K, chavista o similar o, por el contrario, sostener políticas estalinistas. De que manera se podría pensar el problema saliendo de esa falsa dicotomia?.
    saludos

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    unomas

    09/04/2014 at 00:42

    • Los análisis tienen que ser concretos, no se puede dar respuestas generales. Por empezar, la columna vertebral de la Unidad Popular chilena no eran las fuerzas armadas, sino partidos de masas con base en la clase obrera, el PS y el PC. Se decir que se trataba de partidos conciliadores y reformistas, pero es innegable que su base era el movimiento obrero organizado. El programa de la UP hablaba de pasar el poder a los trabajadores, los campesinos y los «sectores progresistas de las clases medias». La burguesía tenía plena conciencia del peligro que representaba la posibilidad de que la clase obrera intentara llevar a la práctica ese programa. Esto en el marco de que había franjas importantes de las bases obreras que se radicalizaban (por ejemplo, sectores del PS).

      Por otro lado, el gobierno de Salvador Allende tuvo una actitud vacilante y conciliadora, que buscó desde el principio desmovilizar a las masas, como muy bien caracterizarían luego los Cordones Industriales. No tomaba medidas de fondo que permitieran avanzar al socialismo, no solucionaba los problemas de las masas trabajadoras, y generaba así las condiciones para que la derecha ganara a amplios sectores de la pequeña burguesía. Por supuesto, el gobierno de la UP no tocó en absoluto las bases del poder del Estado, las Fuerzas Armadas (ni el aparato de Justicia, ni la burocracia estatal burguesa). En este marco es que se largó el paro de los camioneros, un paro patronal, que fue apoyado por el comercio minorista, la confederación de la pequeña industria y los artesanos, los colegios profesionales y los estudiantes. Sus reivindicaciones eran estrictamente burguesas, y apuntaban a generar un clima golpista (habiendo posibilidades concretas de golpe militar, dada la estructura intacta de las FFAA).

      Frente a este movimiento, hubo una respuesta de los trabajadores: se requisaron transportes que fueron manejados por los obreros; se ocuparon fábricas para ponerlas en funcionamiento y en los barrios obreros la gente se organizó para obligar a los comerciantes a mantener abiertos los negocios. Es a raíz de este movimiento que surgen (hacia mediados de 1972) los Cordones Industriales, organizaciones independientes de la CUT y del Estado, en las que participaron, entre otros, el MIR (crítico del gobierno) y amplias franjas obreras del PS. Los cordones eran órganos de democracia obrera, que organizaron la respuesta al sabotaje patronal (se formaron los Comandos de Aprovisionamiento) y llamaron a enfrentar a la derecha. Pero también criticaron al gobierno de la UP por la manera en que se había desvirtuado el programa socialista.

      Allende y el Gobierno de la UP, lejos de respaldar el movimiento de los cordones, trató de debilitarlo, y buscó pactar con la derecha (firma del llamado Pliego de Chile, en el que se daban garantías de que no habría estatizaciones en el transporte); e incorporó militares al Gobierno. Todo esto fue criticado por los Cordones, que eran atacados por la derecha, que se movía cada vez con más libertad, y también reprimidos por la UP. También fueron reprimidos o silenciados marinos y soldados que de alguna manera hicieron llegar denuncias acerca de la manera en que se estaban preparando los golpistas en los cuarteles.

      La experiencia de Chile demuestra, una vez más, que la transición al socialismo sólo se puede concebir como obra de los propios trabajadores. Es la única manera, además, de ganar para el programa de avanzar al socialismo a amplias capas de las clases medias (artesanos, pequeños transportistas, etc.) o al menos neutralizarlas. Y que no se puede llegar al socialismo de las manos de las fuerzas armadas y del Estado burgués. Aunque puede verse, además, que se trata de una situación bastante distinta de la actual de Venezuela.

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      rolandoastarita

      09/04/2014 at 09:52

    • Estoy consciente de que la Unidad Popular no es el tema del artículo de Rolando, pero no puedo evitar recoger la mención que hace el compañero sobre el movimiento insurgente en sectores de la Marina. Se trata de un hecho que tanto la burguesía como reformistas (y, convenientemente, también los que reivindican la idea «popular y prolongada» de un Partido-Ejército dado el supuesto carácter «inquebrantable» de las FFAA burguesas) han pretendido borrar de la historia de la lucha de clases en Chile. Me limito a compartir un extracto de una carta enviada por los marinos insurgentes a Allende y a la clase obrera del país, alertando sobre los planes golpistas, así como la respuesta miserable propinada por la UP (inherente, por supuesto, a la naturaleza del gobierno: base obrera, dirección política burguesa).

      «Nosotros los marinos de tropa, antigolpistas, les decimos a las autoridades, a los trabajadores de todo Chile y a nuestros familiares, que ni las amenazas que nos hacen nuestros jefes de volver a flagelarnos, ni mil torturas más, nos impedirán decirle la verdad a nuestra gente, la clase obrera, y nuestros compañeros de tropa, del Ejército, Fuerza Aérea y ciudadanía en general» (http://www.archivochile.com/Poder_Dominante/ffaa_y_orden/PDffaayorden0002.pdf)

      ¿Cuál fue la respuesta de Allende?

      “…ayer se descubrieron tentativas de organización celular en dos buques de la Armada Nacional. Se presume que intervinieron miembros de la ultra izquierda. Una vez más se dan la mano los extremistas de izquierda con los de derecha, gente que no comprende el significado de este proceso que el pueblo va a defender” (http://www.cctt.cl/correo/index.php?option=com_docman&task=doc_details&gid=13&Itemid=200008)

      Ya al tanto de las torturas y vejámenes sufridos por los marinos, Allende sencillamente aplaudió el actuar de la oficialidad golpista, al tiempo que incorporó representantes militares al nuevo gabinete autodenominado de «Seguridad Nacional»…

      La UP fue un gobierno contrarrevolucionario de cabo a rabo. Tampoco existió un partido revolucionario que pudiera dar dirección revolucionaria al proletariado estructurado en torno a los Cordones y a los sectores de tropa del Ejército dispuestos a poner sus fusiles al servicio del campo proletario. La organización más «a izquierda» era el MIR, organización centrista que jamás rompió el cordón umbilical que lo ataba a la UP. Como era de esperarse, hasta hoy no se han sacado las lecciones. La mayoría de la «izquierda» sencillamente reivindica la UP y cree ver en Chávez-Maduro la reencarnación política de Allende. Incluso el trotskismo, en su mayoría, se limita a hacer balances políticos criticando a la UP en términos de que ellos hubieran sido -sin decirlo así, claro- aun más nacional-estatistas burgueses, condimentando esa política con «control obrero»…del Estado burgués. En fin, hay una lucha política gigantesca que dar para los revolucionarios.

      Saludos.

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      K.

      10/04/2014 at 02:42

  5. Compañero Rolando. Como no puede ser de otra manera en razón de la discusión sobre la unidad de acción con el moyanismo y el paro del 20N, coincido con el planteo respecto del paro del jueves que, como yo lo veo, no implica ningún aspecto nuevo o diferente. Bajo la presente relación de fuerzas, un paro general no puede ser garantizado por fuera de la mediación de la burocracia sindical y este tipo de medidas, con todo lo limitadas que puedan ser y funcionales a proyectos políticos burgueses de recambio, no dejan de representar piedras en el camino del ajuste que se está aplicando. Obsérvese que en primera instancia, el gobierno no se mostraba dispuesto a elevar el mínimo no imponible, como forma de seguir esquilmando a los trabajadores. Bastó el anuncio del paro, para que públicamente, reconsiderara la posición. En esta línea, cuanto mayor alcance adquiera el paro, mayor será el freno que objetivamente amortiguará el impacto pleno del ajuste. No será está huelga ‘dominguera’ la que podrá derrotarlo y los amagues de continuidad son, hasta el momento, una expresión de deseos, por más que la mayor parte de la izquierda no K , se empeñe en convertirlo en ‘activo’ mediante los anunciados ‘piquetes’ que esta vez, no contaron con la anuencia de los popes sindicales, quienes, como dice Micheli, buscan solo la ‘foto del país parado’. La posición de apoyo ‘crítico’ al paro, es mayoritaria en la izquierda y solo contadas excepciones opinan que seguir las convocatorias burocráticas le hace un flaco favor a la democracia obrera y le proporciona muletas ‘de izquierda’. Que hay que parar donde por medio de asambleas democráticas los trabajadores decidan si lo hacen y como hacerlo. Si bien, en algún momento, consideré esta posición, desde un primer momento me pareció que se despegaba del marco concreto que enfrentamos de debilidad y dispersión de fuerzas. Estas medidas son como un clavo ardiendo al que no queda otra que aferrarse para amortiguar la caída. Como me dijo hoy un compañero: De no parar se perdería más. Resta el problema de la ‘conversión a paro activo’ que tanto preocupa a las ‘direcciones tradicionales’ particular eufemismo con que el documento del ‘Encuentro Sindical -Atlanta-‘ ahora llama a la repodrida burocracia. Si somos consecuentes con lo que planteamos en ocasión del paro del 20 N, todo lo que contribuya a garantizar la extensión y masividad de la huelga es bienvenido y necesario. No veo por que alterar este criterio, pero dejaría un resquicio para pensar si en realidad, en el caso de un paro convocado sin la más mínima consulta a las bases, la metodología de imponer la huelga (que es para lo que deberían servir piquetes y cortes) no puede resultar antidemocrática. En la ocasión pasada, este método tuvo su importancia en presentar la imágen de un país bloqueado, para desalentar la concurrencia al trabajo, pero no parece ser el objetivo actual. Según le acabo de escuchar a Dellacarabonara en un debate de TV bastante choto, los piquetes serían algo como ‘la demostración de la fuerza de la clase obrera’ y un canal para la expresión de las masas con trabajo precario (?) En buen romance: Pequeños actos de la izquierda y su influencia para generar visibilidad. Parecería que su función sería más bien decorativa y un intento de disputar espacio político a las ahora ‘Direcciones tradicionales’.
    Saludos

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    AP

    09/04/2014 at 02:31

  6. Aprovechando que este blog es visitado por una importante franja de compañeros interesados en los problemas del movimiento obrero, hacemos llegar una declaración que elaboramos:

    http://propuestadebloque.wordpress.com/2014/04/06/declaracion-ante-el-paro-del-10-de-abril/

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    Roberto P.

    09/04/2014 at 09:09

    • Sobria y correcta en sus términos, compañero Roberto.

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      AP

      10/04/2014 at 01:03

  7. Hola Rolando. Te hago el siguiente planteo para ver como sería el análisis. Pertenezco a un gremio docente enrolado en la CTA yaski y por lo tanto, mi gremio no convoca al paro. En la escuela se plantea el debate y no llegamos a una posición común. Entiendo que siempre en estos casos es mejor ser orgánico que hacer la «de uno» porque es educativo frente a aquellos compañerxs que en los paros nuestros hacen gala de su libertad de acción. Por lo tanto creo que en estas circunstancias más allá de la adhesión que uno tenga con los reclamos es mejor mantenerse orgánica. Igual tengo dudas y me gustaría conocer tu opinión para poder procesarlas mejor. Desde ya, muchas gracias.

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    Mario

    09/04/2014 at 20:50

    • No entiendo bien qué se entiende por ¨»ser orgánico» en un movimiento general de la clase trabajadora. No es equiparable la votación de una asamblea de un lugar de trabajo que toma decisión sobre una cuestión focalizada en ese lugar de trabajo. Ya cuando superamos esa instancia, surge el conflicto entre las decisiones generales y las particulares. Supongamos que el gremio docente llama a una huelga, votada por delegados, pero la asamblea de una escuela vota no adherir. ¿Cuál es la decisión «orgánica» que debe acatarse? Vayamos ahora a un paro nacional, que involucra en su llamado al conjunto de la clase trabajadora. Se repite la cuestión, y a escala ampliada. Por eso, y en concreto, ante un paro que es respondido por amplios sectores de la clase trabajadora, como es el que se está realizando hoy, la decisión correcta es que todos aquellos que estén de acuerdo con parar, lo hagan, aunque las decisiones «orgánicas» de lugares particulares estén a favor de trabajar.

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      rolandoastarita

      10/04/2014 at 08:36

  8. Con ser orgánico me refería a las organizaciones sindicales a las que uno pertenece. En este caso, ni CTERA ni CTA convocan al paro.

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    Mario

    10/04/2014 at 11:18

    • Bien, pero hay un paro convocado al CONJUNTO de la clase trabajadora. Considero que se trata de un criterio «superior».

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      rolandoastarita

      10/04/2014 at 15:12

  9. Hola Rolando. Me parece que el tema del paro del 10/04 amerita –por lo menos para aquellos que apreciamos y seguimos con interés tu pensamiento y producción teórica– ampliar la respuesta relativa a lo que considerás un criterio «superior». Yo pienso que apoyar un paro nacional resuelto por una caterva de impresentables cuyos fines políticos están a años luz de los intereses y necesidades de los trabajadores (cuando no sospechados de la comisión de delitos de distinta laya) no es una decisión inteligente de la izquierda, más allá de que entiendan que «sobran motivos para parar», como expresa Nicolás del Caño. Al hombre común no le resulta sencillo comprender cómo luchadores de verdad ponen en práctica una táctica que, objetivamente, sean o no esas las intenciones (y creo que NO lo son) los ubica al lado de estos oportunistas. Para mi modo de ver, y dicho con respeto hacia todos los honestos luchadores, esta actitud desprestigia a la izquierda y desorienta a los que creemos en la necesidad de una izquierda unida que sirva como herramienta fundamental para liderar la transformación revolucionaria de la sociedad. Un cálido saludo.

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    Jorge

    10/04/2014 at 20:58

    • El criterio de unidad de acción por puntos concretos lo he explicado en las notas anteriores. Por ejemplo aquí. No tengo mucho más que agregar.

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      rolandoastarita

      10/04/2014 at 23:43

    • Gracias por responder, Rolando. Leeré las notas

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      Jorge

      11/04/2014 at 16:52

    • Hoy, pensando en las críticas al criterio de la unidad de acción, se me ocurrieron otros ejemplos (aunque ya los he citado en otras oportunidades):
      a) El de los familiares de detenidos desaparecidos, durante la dictadura, que recurrían a cuanto organismo burgués disponible, que pudiera hacer algo de presión. Entre otros, la Iglesia, la Comisión Interamericana de DDHH y embajadas de EEUU o europeas.
      b) La URSS que se alió a EEUU e Inglaterra contra la Alemania nazi.
      c) El Frente Popular en España que pidió ayuda a Francia e Inglaterra, potencias imperialistas (y Trotsky, por caso, criticó a Inglaterra y Francia por negarle el apoyo).
      d) El castrismo, que recibió ayuda de EEUU cuando combatía a la dictadura en Sierra Maestra.
      Así podría seguir enumerando casos de «unidades de acción» de hecho, que a nadie se le ocurre condenar. Esto para no mencionar las que trato en la nota, por ejemplo, la que se dio de hecho contra la dictadura militar con ocasión del paro general de 1979. Entre los convocantes había gente que había simpatizado, por decir lo menos, con la Triple A (me consta personalmente).

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      rolandoastarita

      11/04/2014 at 17:33

    • Rolando: sigo leyendo tus notas y otros comentarios enriquecedores referidos al «criterio de unidad de acción».
      Además estoy viendo las declaraciones efectuadas en la conferencia de prensa que dieron los dirigentes de la izquierda que apoyaron el paro,y que me han parecido importantes para entender las posiciones.
      El tema es que visto, digamos, «espontáneamente» (y, particularmente, cuando son insuficientes los conocimientos teóricos) la cuestión del apoyo al paro burócrata por parte de la izquierda «hace ruido». Advierto que además, lamentablemente, esta crítica se aprecia en muchas personas sin formación política, como también entre sectores que se consideran progresistas y se sienten desilusionados ante la histórica falta de unidad de los destacamentos de izquierda. Tal vez habría que estudiar si hay formas de difundir mejor entre sectores más amplios (en sentido masivo) de la población el alcance de este criterio de unidad de acción, que es complejo y, sin dudas, despierta polémica y críticas.
      Saludos!

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      Jorge

      11/04/2014 at 20:29

  10. Es que, en realidad, lo que molesta no es la «conducciòn» del Paro, de Moyano y Barrionuevo, o Massa, o el que sea, sino que lo que les molesta a los kirchneristas es que el paro se haga contra el gobierno de Cristina. Es eso, es sencillo. No hay más vuelta que darle. Consideran que no es justo o justificable hacerle un paro a este Gobierno que «se empeña» en no afectar a los trabajadores. Y cuando se encuentran ante la devaluación y las paritarias cerrando por debajo de la inflación esperada, lo justifican diciendo que es necesario para defender el pleno empleo (pleno empleo con 8% de desocupación, 30 % de empleo en negro y otro tanto de subempleo, por supuesto).

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    Gus

    11/04/2014 at 23:35

  11. El tema es que un paro desacredita a Cristina, entre la burocracia que dirije el paro y empresarios aliados posicionan a Massa o a Scioli…y eso es lo único que queda. De las consignas populares, nada. Claro que la posibilidad de que la burocracia traicione a sus bases es algo constante, y no por eso debemos dejar de movilizarnos. Pero creo que si este paro no se acompaña con paros posteriores de cada sector, no será muy efectivo. Espero equivocarme…

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    Gus

    12/04/2014 at 06:21


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