Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Devaluación: esta vez, tampoco es distinto

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Devaluación: esta vez, tampoco es distinto

Las recientes devaluaciones de las monedas de Venezuela y Argentina han sido presentadas por estos gobiernos, y por la izquierda chavista o kirchnerista, como partes de políticas progresistas e inclusivas, y hasta (en el caso chavista) socialistas. En particular, han enfatizado que no se trata de un “ajuste” sobre los bolsillos de los trabajadores, que esta vez “es distinto”. Aunque, por otro lado, sostienen que la culpa de la depreciación de las monedas la tienen “los especuladores” y “los grandes grupos concentrados”. Es claro que si unimos ambas afirmaciones, habría que llegar a la bonita conclusión de que los capitales y los especuladores sólo apuran medidas beneficiosas para los obreros y el pueblo (y favorables al socialismo, en Venezuela).

Por supuesto, estos dislates discursivos son el resultado de la función que naturalmente cumplen estos personajes: ocultar, manipular y confundir a la opinión pública; aunque lo disimulen con solemne palabrerío “nacional progresista”. Por eso, a algunos de estos sujetos se les podría aplicar aquellas palabras de Marx: “Viejo roué ladino, concibe la vida histórica de los pueblos y los grandes actos de gobierno y de Estado como una comedia, en el sentido más vulgar de la palabra, como una mascarada, en que los grandes disfraces y las frases y gestos no son más que una careta para ocultar lo más mezquino y miserable”. Trasladado a la actualidad argentina, se trata del lumpen burgués, o pequeño burgués, puesto a funcionario “que se la cree”, y juega a la lotería de las finanzas y los tipos de cambio. Después de todo, ¿para qué sirven los bonos de los jubilados, y los dineros del erario público, si no es para “intervenir como revolucionarios” en los mercados que hasta ayer mismo se jactaban de “dominar con la política”?

Lo que enseña la historia

Sin embargo, para el pueblo no hay comedia, sino tragedia. La tragedia del empeoramiento de sus niveles de vida, de la caída de los salarios, de los famosos “ajustes”. Es que el verdadero contenido de la devaluación es provocar una redistribución regresiva del ingreso de los asalariados, y de los sectores populares. Ahí está la historia económica argentina para atestiguarlo; se trata de fenómenos sistemáticos. Pero desde los medios K se intenta instalar la idea de que los ajustes por vía devaluación e inflación solo habrían ocurrido a partir del dominio del neoliberalismo, desde 1976, y estrictamente hasta 2003 (2001-2 está “en discusión”).

La realidad es que los planes de ajuste también se repitieron cíclicamente durante el período de industrialización por sustitución de importaciones, la “era dorada” de la burguesía “nacional y progresista”. Guillermo Vitelli, en Las lógicas de la economía argentina, describe la mecánica del fenómeno, en el lapso 1950-73. La primera etapa consistía en la aceleración de la inflación, a partir de la respuesta de los gobiernos a presiones de los mercados. Esta presión se expresaba, típicamente, por la renuencia de los exportadores a liquidar divisas. En respuesta, los gobiernos promovían primero una devaluación, y simultáneamente el aumento de las tarifas públicas; de esta manera procuraban mejorar las ganancias de los exportadores, y los ingresos del fisco. Pero dado que los precios de los bienes transables (de exportación e importación) siempre están atados al dólar, los precios industriales, y en general el costo de vida, aumentaban muy por encima de los salarios.

El resultado entonces era que se producía una redistribución regresiva del ingreso. Y a partir de esa nueva situación, los gobiernos buscaban congelar la nueva relación precios / salarios, o dólar / salarios. Se planteaban así los llamados “planes de estabilización”. Ilustramos todo esto con los datos que proporciona Vitelli (en lo que sigue, tc: tipo de cambio; cv: costo de vida; sal: salario; ind: precios industriales; agr: precios agropecuarios, en %):

Período 1949-1952: tc: 227,8; cv: 212,1; sal: 155,4; ind: 212,5; agr: 205,7. Inicio del plan de estabilidad: febrero de 1952.
Período agosto 1958-mayo 1959: tc: 133,3; cv: 106,2; sal: 59,2; ind: 110,0; agr: 237,7. Inicio del plan de estabilidad: diciembre 1958.
Período febrero-junio 1967: tc: 24,1; cv: 17,0; sal: 14,5; ind: 14,4; agr: 34,6. Inicio del plan de estabilidad: marzo 1967.

Puede observarse que los precios siempre subían aproximadamente a la par del tipo de cambio, en tanto los salarios quedaban atrás con respecto al aumento de los precios (aunque atenuado en 1967).

Sin embargo, el congelamiento no duraba indefinidamente. Hubo salidas de la congelación a partir de marzo-mayo de 1954, de marzo-junio de 1962 y de marzo-junio de 1970. En todos los casos, los tramos iniciales de estas salidas coincidieron con la recuperación del salario real. Escribe Vitelli: “luego de las congelaciones iniciadas hacia 1952, 1959 y 1967, la flexibilización se correspondió con aumentos salariales a tasas superiores al costo de vida y a los precios mayoristas” (p. 20). A estas rupturas siguieron recomposiciones cambiarias a tasas generalmente superiores a los salarios, lo que contribuía a sostener la inflación (aunque sin derivar en hiperinflación). De todas maneras, los salarios siempre recuperaban terreno, dando como resultado que los tramos finales de las fases de estabilidad, hasta 1973, estuvieron caracterizados “por un encarecimiento del salario respecto de los precios de los principales bienes exportables en la Argentina” (p. 22). Por lo cual, en esas circunstancias, comenzaba a generarse “un nuevo punto de inflexión”: el gobierno, con el argumento de mejorar la situación de la cuenta corriente, promovía una devaluación que superaba la tasa de inflación y de aumento salarial, mejorando de nuevo la situación de los exportadores. De esta manera se volvía a acelerar la inflación, los salarios quedaban atrás, y se iniciaba un nuevo plan de estabilización, que procuraba congelar la nueva relación precios y salarios.

Desde los 1970

A partir de 1973, el proceso se hace más caótico y convulso, debido a que se incorporan los grandes movimientos de capitales, así como el agravamiento, desde 1980, de la deuda externa. Las políticas de devaluación, o los períodos de apreciación de la moneda, pasan ahora también a estar determinados por la cuenta de capitales. Aunque las entradas y salidas de capitales, a su vez, también están condicionadas por la situación de la cuenta corriente, como lo pusieron en evidencia las crisis de México, en 1994-5, la asiática, de 1997, y Argentina en 2001. La relevancia que adquieren los movimientos de capitales indujo, a su vez, a políticas de altas tasas de interés para estabilizar el tipo de cambio; lo que da lugar a jugosos negocios de los capitales financieros y especulativos.

En cualquier caso, los períodos de mayor inflación en Argentina, a partir de los 1980, de nuevo fueron desencadenados por fuertes devaluaciones, y dieron como resultado la caída de los salarios, en términos reales. Como observa Vitelli, los planes de estabilización de 1976, 1985 y 1988 comenzaron todos con una fuerte devaluación cambiaria; la aceleración inflacionaria desde inicios de los 1980, también estuvo disparada por la fuerte depreciación de la moneda (cuando se cayó aquello de “el que apueste al dólar va a perder”). Pero estos intentos de estabilización terminaron en fracasos cada vez más tempranos: el programa de junio de 1985 duró sólo ocho meses, y el de agosto de 1988 apenas cinco meses. Esto generó las condiciones políticas y sociales que hicieron aceptable -no sólo para la clase dominante, sino para casi toda la sociedad- la Convertibilidad. Ésta buscó acabar con la inflación atando el peso al dólar. Por supuesto, lo hizo, pero al precio de una apreciación creciente de la moneda (en la medida en que hubo aumento de precios internos, y devaluación de monedas de países con los que comerciaba Argentina). Dado el atraso relativo de la economía argentina, el déficit en la cuenta corriente terminó siendo insostenible; lo que llevaría al estallido de la Convertibilidad.

Luego tenemos la experiencia de la salida de la crisis de 2001. Contra lo que dijo en su momento el relato K (Cristina Fernández aconsejando al mundo cómo salir de la crisis sin ajuste, ¿lo recuerdan?), la misma no tuvo nada de progresista. La suba del tipo de cambio de 2001-2 provocó el inevitable aumento de los precios de los bienes transables. Debido a la depresión económica, el aumento general de los precios (42% en 2002) fue menor que el aumento del dólar . Al quedar estancados los salarios y los precios de servicios -en un marco de extendida desocupación- mejoraron rápidamente la rentabilidad de los sectores exportadores, de sectores sustitutivos de importaciones, y las cuentas fiscales. En definitiva, una salida de la crisis en base a mayor explotación. Solo con la economía ya en expansión, comenzaron a recuperar terreno los salarios.

La devaluación, expresión de la debilidad de la acumulación

A la luz de estas experiencias históricas, ¿de dónde sacan los K-partidarios que la fuerte devaluación de las últimas semanas no va a producir una redistribución regresiva del ingreso? Se trata, una vez más, de la tradicional vía de ganar competitividad en base a la baja de los salarios. El problema de fondo, como hemos explicado en otras notas, es que el crecimiento económico de la “década ganada” no estuvo sustentado en un desarrollo basado en inversión en tecnología, y expansión de sectores productivos con alto valor agregado. Las bases del «modelo industrialista con inclusión» siguieron siendo el complejo sojero, el maicero, la gran minería, la industria automotriz e industria liviana sustitutiva de importaciones. Para dar un dato significativo, el déficit de la balanza comercial industrial hoy ronda los 33.000 millones de dólares; sólo el alto precio de la soja impidió que Argentina enfrentara una crisis cambiaria de características explosivas. Bajos salarios y “ventajas naturales” fueron históricamente las bases de la inserción del capitalismo argentino en el mundo; poco ha cambiado, en la última década, en este sentido.

Con este marco, en los últimos años se debilitaron y estancaron la inversión y la generación de empleo privado; disminuyó el superávit comercial (entre otras razones, por la creciente cuenta energética); se incrementó el déficit fiscal (financiado con emisión monetaria, que no deja de alimentar la inflación); y se potenció la fuga de capitales, un sinónimo de la debilidad de la acumulación ampliada de capital. Por eso, querer explicar la depreciación del peso por “maniobras de especuladores” es estar en la superficie de la cuestión. En última instancia, la especulación no explica los movimientos tendenciales; simplemente se monta sobre ellos, y los profundiza.

A la vista de lo anterior, hay que decir que la devaluación del peso argentino es una expresión de la debilidad del desarrollo de las fuerzas productivas. Por eso, sesudas tesis de economistas K que intentaban demostrar que Argentina había iniciado, en 2003, una fase de desarrollo cualitativamente distinta a todo lo ocurrido en su historia anterior, quedan hoy desnudadas como simples “macanazos” (aunque académicamente adornados). Como también suena cada vez menos creíble la cantinela del “modelo industrialista con inclusión social”. Más de la cuarta parte de la población permanece en la pobreza; un millón y medio de jóvenes no estudia ni trabaja; el 43% de la población activa tiene trabajos precarios; más del 70% de los jubilados recibe la mínima, o sea, una miseria; el 15% de la población activa está en la desocupación o en trabajos a tiempo parcial. Es en este cuadro de agobio en que vienen a descargarse la devaluación y el ajuste. Es en este panorama que se nos quiere hacer creer que no hay ajuste, porque “esta vez será distinto”. Pero no es distinto; es, con variaciones menores, “lo de toda la vida”.

Devaluación, inflación y lucha de clases

Dada la dependencia de la industria (y de la economía en general) de las importaciones, es imposible que la devaluación no genere aumentos de precios. De hecho, ya muchos capitalistas “se cubrieron”, y otros lo están haciendo por estos días. Y en las ramas o sectores en los que, por alguna razón, no se produzcan los aumentos de precios compensatorios, habrá caída de la tasa de rentabilidad, y en el mediano plazo, de las inversiones. En este sistema las decisiones de invertir se toman en base a la rentabilidad, y al horizonte temporal dentro del cual la misma se pueda mantener. Aquí no tienen nada que hacer los “sentimientos patrióticos”, y cosas por el estilo. Por este motivo, es absurdo decir que la devaluación es una imposición de “los grupos económicos antinacionales”, como pretende cierta izquierda “nacional marxista”. La devaluación venía siendo solicitada por muchos sectores, incluidos muchos pertenecientes al “capitalismo nacional”.

El hecho es que ya se habla, para enero, de una inflación que superaría fácilmente el 4%. Producida la devaluación, los sectores vinculados a los bienes transables generalmente suben los precios más rápido que los no transables; estas diferencias dan lugar a cambios en la rentabilidad relativa, y por lo tanto en la inversión en sectores. De todas maneras, por encima de estas desigualdades, y de los diferentes ritmos del proceso inflacionario, la dirección general es clara: hay una aceleración de la suba de precios, lo que significa que ya está ocurriendo una caída del salario real. No se trata de un pronóstico, sino de un diagnóstico de lo que ha venido ocurriendo en las últimas semanas, y de manera cada vez más acelerada. Con la perspectiva de nuevos aumentos de precios en el futuro próximo. Esto lo sabe cualquier trabajador común.

Toda la apuesta del Gobierno -y en esto lo acompañan las cámaras patronales- es a que los salarios suban en una proporción mucho menor de lo que lo hacen los precios. Si lo logra, habrá garantizado un aumento de la ganancia del capital; significaría también un aumento del tipo de cambio real, a costa del incremento de la tasa de explotación. Por eso, ministros y altos funcionarios están pidiendo «responsabilidad» a los dirigentes sindicales.

Estamos así ante una ofensiva abierta del Gobierno K y el capital (a pesar de las diferencias del capital “en general” con el Gobierno) contra los asalariados. Una vez más, lo que está en juego es redistribuir el valor generado por el trabajo, salarios y ganancias, en beneficio de las ganancias y a costa de los salarios. Por otra parte, es previsible que si los asalariados logran recuperar el terreno perdido, los capitalistas y el Gobierno respondan con nuevas rondas de alzas de precios y devaluaciones. En ese caso, la agudización de la espiral inflacionaria sería un reflejo de la agudización del conflicto de clase en torno a la distribución del ingreso. Este escenario -que ya ocurrió en Argentina- plantea, objetivamente, la necesidad de que la lucha de los asalariados cuestione la raíz del problema, que no es otra que la propiedad privada del capital. Nunca hay que olvidar que, en tanto los capitalistas controlen los medios de producción y de cambio -con ayuda del Estado, que jamás es neutral en estos conflictos decisivos-, los combates puramente económicos tendrán límites infranqueables. Pero cuando la lucha atañe a toda la clase trabajadora, el conflicto no es simplemente económico, sino político, y las respuestas, en definitiva, tienen que darse en ese plano. Para que alguna vez «la tortilla se dé vuelta», y las cosas sean realmente distintas para los trabajadores y los oprimidos.

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61 respuestas

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  1. Hay algo que no me queda del todo claro y me gustaría saber su visión. ¿Qué hizo estrictamente el gobierno en estas semanas, con sus herramientas al alcance (BCRA) y todos los movimientos recientes, para que se generara esta devaluación?

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    Gabriel

    29/01/2014 at 19:53

    • La devaluación del 18% se produjo cuando el BCRA dejó de intervenir en el mercado, y dejó que el dólar subiera. Al día siguiente Capitanich, acompañado de Kicillof, dijeron que el nuevo precio del dólar estaba en el nivel «de equilibrio». Claro que todo esto estuvo, y está, acompañado de idas y venidas, y políticas incoherentes, en muchos sentidos. Pero se trata del aspecto más superficial del problema.

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      rolandoastarita

      29/01/2014 at 20:17

  2. Rolo
    si como vos escribiste en otro articulo, la causa ultima de la inflación es la devalucacion ¿La inflación del 25% a 30 % que hubo en 2013 va a crecer a dos cifras? y si la devaluacion la produce el mercado ¿El hecho de no intervenir y dejar devaluar 18% no es causa del gobierno?

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    Alicia

    29/01/2014 at 20:48

  3. Muy buen diagnóstico. Pero creo que la solución sería una economía 100% anarquista. De lo contrario, no tiene solución.

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    Guido

    29/01/2014 at 20:49

  4. Hola Rolando. La verdad que a mí me resulta difícil afirmar que esta devaluación es «distinta» a las demás. El claro sesgo en contra de los trabajadores que produce la devaluación es innegable. Ahora lo que no comparto es que observo que para vos era lo mismo lo que ocurría durante la ISI a lo que ocurrió durante la valorización financiera y a lo que ocurre ahora. Creo que hablamos de distintos modos de acumulación y no noto que eso lo tengas en cuenta. No voy a negar que las devaluaciones históricamente se trasladaron a precios, pero creo que debería hacerse una diferencia entre los distintos modos de acumulación. No niego que haya tantos jubilados con la mínima, pero que el sistema jubilatorio hoy alcance a más del 90% de la población no es poca cosa, y eso se debió a decisiones políticas. Otra diferencia importante es el desendeudamiento externo. No es lo mismo que el FMI te digo qué tenés que hacer que haberte librado de eso. En resumen, creo que deben mencionarse diferencias (las similitudes entre los modos de acumulación vos las explicaste muy bien). Gracias por lo que escribiste porque enriquece mucho el debate.
    Saludos,

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    Juan Manuel

    29/01/2014 at 20:55

    • Las particularidades de la acumulación en los 2000 las he analizado en notas en el blog; también en mi último libro, Economía política de la dependencia y el subdesarrollo. No tengo por qué volver a repetirlas en cada nota. Ésta es específica, analiza el rol de las devaluaciones en la distribución del ingreso entre el salario y el capital; en este respecto, y por encima de las diferencias, hay regularidades.

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      rolandoastarita

      29/01/2014 at 23:20

    • Juan M.
      hubo un modo de acumulación que fue la valorización financiera y ahora en cual estamos?
      como bien escribió rolo el porcentaje del pbi que representa las finanzas es igual que en los 90 .
      Que el sistema de jubilaciones llegue al 90% no cambia para mejor comparado con el ISI o con otras décadas donde lo que ganaban los jubilados era mucho mayor en forma relativa. El FMI no dice que hay que hacer en ningun pais ( lee la nota sobre colonia semicolonia etc)

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      Alicia

      29/01/2014 at 23:37

  5. marx gobernó alguna vez… cual es la propuesta? matar a todos los burgueses e instalar la revolución..!?

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    ernesto gutierrez

    29/01/2014 at 22:45

    • ¿De dónde saca eso de Marx proponiendo matar a todos los burgueses? Además, ¿qué tiene que ver esa pregunta (bastante estúpida, por cierto) con la nota?

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      rolandoastarita

      29/01/2014 at 23:22

    • Al contrario. Marx no sólo nunca habló de matar burgueses sino que dijo -no recuerdo exactamente donde, que alguien me ayude- que la revolución socialista y comunista iba a salvar a los burgueses, no como clase se entiende, sino como individuos.

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      Roberto

      30/01/2014 at 05:04

  6. Muy bueno, Rolo.

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    Gus

    29/01/2014 at 23:38

  7. ¿Por que en Uruguay, chile, Brasil, colombia o peru hay devaluaciones en la ultima decada pero no tasas de inflacion como en Argentina o Venezuela con casi la misma caida de la pobreza?

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    Alicia

    30/01/2014 at 00:02

    • Creo que esa pregunta ya la hizo, Alicia, en otro post sobre inflación, y Rolndo le contestó mostrando qe en el caso brasilero había correlación entre variación del TC y variación de la tasa de inflación. El fenómeno no es mecánico, por lo que no se pueden esperar situacions idénticas

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      Gus

      30/01/2014 at 00:55

  8. Rolando, ¿qué opina del artículo del intelectual chavista Atilio Borón sobre este tema? Parte de un supuesto muy diferente al que usted plantea sobre la debilidad de la acumulación: «la gran paradoja es que desplome sufrido por el peso no guarda correspondencia con la situación imperante en la economía real. Esta no tiene la solidez y el dinamismo del período 2003-2008, pero está lejos de verse reflejada en los desquiciantes movimientos que se registran en el tipo de cambio. Veamos: la producción agropecuaria se mantiene en niveles comparativamente muy elevados, aun cuando la “sojización” de la agricultura plantea numerosos problemas (económicos, sociales y ecológicos) que no podemos examinar aquí; algunas ramas del sector industrial (automóviles, motocicletas, electrónicos diversos, etcétera) marcan nuevos records a pesar de las restricciones para la importación de algunos insumos cruciales; la gran minería prosigue su marcha, más allá de lo ocurrido con Pascua Lama producto de un fallo de la justicia chilena; la explotación de hidrocarburos, estimulada por las perspectivas de Vaca Muerta retoma un ritmo ascendente; los bancos y las entidades financieras registran significativas ganancias y según un reciente estudio de la CEPAL las exportaciones argentinas crecen por encima del promedio regional». Y propone como solución la nacionalización del comercio exterior (y medidas similares, aparentemente con el objeto de acaparar divisas que quedan en manos privados en las cadenas intermediarias). ¿Qué opina de esta propuesta y de este diagnóstico? (artículo: http://www.atilioboron.com.ar/2014/01/ante-la-ofensiva-de-los-oligopolios.html). Saludos.

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    Juan

    30/01/2014 at 01:44

    • La respuesta sería larga, la explicación la he ido dando en otras notas, que se refieren a la debilidad de la inversión en Argentina. Esta debilidad de la acumulación no es un problema menor. Por ejemplo, Borón en esta nota habla de la explotación de hidrocarburos estimulada por las perspectivas de VM. ¿Por qué no explica las razones por las cuales bajó la inversión durante todos estos años en los sectores gas y petróleo? ¿Por qué no da cuenta de los efectos de los desaguisados K (por caso, cuando vaciaron YPF-Respsol con el grupo Petersen)? De la misma manera,¿por qué no explica las razones por las cuales el gobierno retrasaba el tipo de cambio durante meses y meses, al tiempo que daba aire a la inflación con la monetización del déficit fiscal? ¿Por qué no explica las razones por las cuales persistió durante años las salidas de capitales? Y así podría seguir.
      Por otra parte, las «soluciones» de Borón pasan por el estatismo (burgués, por supuesto). He criticado esta perspectiva en otras notas. Ideológicamente, de todas maneras, Borón es coherente con su ideología de tipo «izquierdismo nacionalista y estatista». Mi perspectiva es muy distinta, como he explicado muchas veces. El capitalismo de Estado, desde mi punto de vista, en sí mismo no tiene nada de progresivo.

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      rolandoastarita

      30/01/2014 at 09:28

  9. Un artículo muy interesante para la reflexión. Desde la perspectiva española es desesperanzador leer esta nota, ya que vemos al gobierno K como algo «positivo» en comparación con lo que tenemos aquí.

    Además, pensando en el futuro próximo y en la posibilidad de que llegue a gobernar un partido de la izquierda transformadora me surgen varias dudas:

    Teniendo en cuenta la soga que resulta el euro para España (entiendo que el tipo de cambio compara tiempos de trabajo social o valores entre un país y el resto del mundo) y que es necesario volver a una moneda propia, creo que no queda más remedio que devaluar la moneda (por lo menos a corto plazo, con perspectivas a la reindustrialización del país), ¿sería inexorablemente perjudicial para los salarios?¿Sería perjudicial tendiendo en cuenta que estamos al borde de la deflación y con un 26% de paro?

    Además, en general lo que observo en la literatura de corte neoclásico (autores como Mundell) es que invaden al resto de corrientes con la dualidad paro-inflación, aunque en la práctica (en Europa) las corrientes dominantes están obsesionadas con la inflación y no tanto con el paro, criticando duramente al gobierno K o a Maduro por las altas tasas (Viendo el nivel de paro que hay en España, estar preocupados por la inflación o criticar a gobiernos de América Latina por eso es muy lamentable). ¿Cómo oponerse a esa dualidad (o paro o inflación) desde una perspectiva marxista?

    Por ejemplo, en el caso de Venezuela, en el año 2013 tengo entendido (si no recuerdo mal) que los salarios han subido por encima de la inflación, ¿Es suficiente con eso o es inocuo?

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    Juan

    30/01/2014 at 06:38

    • He tratado sobre la crisis del euro aquí y aquí. De todas maneras, estoy preparando una nota (necesariamente larga, la voy a dividir) para analizar desde el punto de vista de la teoría marxista la cuestión del tipo de cambio (traté la cuestión en Valor, mercado mundial y globalización, y luego en Economía política de la dependencia y el subdesarrollo). Es un tema que el marxismo casi no trató; hasta donde alcanza mi conocimiento, la explicación más sistemática es la de Shaikh; mi enfoque es distinto en cuestiones centrales.

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      rolandoastarita

      30/01/2014 at 09:39

  10. Podemos parar el ajustazo. Un programa de emergencia contra el ajuste: http://www.pts.org.ar/Podemos-parar-al-ajustazo

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    EM

    30/01/2014 at 11:03

  11. muchas gracias astarita. valoramos mucho su opinion.
    a veces imprimimos sus notas y las distribuimos para formar a otros compas

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    tina

    30/01/2014 at 11:09

    • Rolo, qué diferenciaría el Plan Austral de dichos Planes de Estabilización?

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      Walter

      31/10/2019 at 18:22

  12. Decí que esta EM para resolver estas cuestiones complicadas

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    Roberto

    30/01/2014 at 12:26

    • Menos mal que está Roberto que evidentemente tiene mucho para aportar a una discusión fraternal… :-/

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      EM

      30/01/2014 at 12:55

  13. «Pero cuando la lucha atañe a toda la clase trabajadora, el conflicto no es simplemente económico, sino político, y las respuestas, en definitiva, tienen que darse en ese plano. Para que alguna vez “la tortilla se dé vuelta”, y las cosas sean realmente distintas para los trabajadores y los oprimidos.»
    Tan pero tan fácil escribirlo. y ademas con un lenguaje florido, épico. Sin embargo es una pura abstracción teórica, una convicción, tan respetable como el cristianismo ¿donde están las fuerzas independientes de la clase obrera que pueden intervenir y dar una salida contra el capital? ¿Cuantos sindicatos dirigen? ¿A que sector de la clase obrera representan o dirigen?
    Mientras en la izquierda, que golpea al gobierno desde TN y «Miami» Infobae, fantasean con aires de superioridad con doblegar al capital la verdadera disputa, en términos de que en la presente coyuntura será uno de esos polos el que se imponga, es la subestimada por udes, la que se da en un paréntesis de la nota sin desarrollo «(a pesar de las diferencias del capital “en general” con el Gobierno)»

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    Santiago Repetto

    30/01/2014 at 20:59

    • El carácter de un conflicto social que está planteado objetivamente no se define por la orientación política de las direcciones sindicales, sino por las relaciones sociales, esto es, las relaciones de producción. Comprendo que a alguien que se ha pasado del lado de la ideología burguesa esto le sea difícil de captar. De todas maneras, el hecho objetivo es que está planteado un conflicto a partir de una política que apunta a una redistribución del ingreso entre las clases sociales. Como ha sucedido históricamente con las devaluaciones, y como lo demuestra la teoría, de un lado están los que buscan bajar el salario para mejorar la competitividad del capital (esto es, las ganancias), y del otro lado los que se oponen a esta política. ¿Qué tiene que ver esto con «fantasear con aires de superioridad? Vaya uno a saber.

      Por supuesto, en este cuadro, la cantinela de TN y Miami es solo tapadera de una política cada vez más reaccionaria. Pero es natural: este nivel de argumentación tipo 6,7,8 es lo único que te queda para disimular las políticas reaccionarias que estás defendiendo desde hace años.

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      rolandoastarita

      30/01/2014 at 23:23

    • Además de suscribir a la afirmación de Astarita respecto a la función de tapadera que tiene la chicana sobre TN y Miami, quisiera señalar que si las críticas desde la izquierda marxista a las políticas del gobierno se presentan en los medios opositores es porque los medios oficialistas nunca abrieron su espacio para las mismas. Sí le han dado cabida a las críticas desde la derecha, por supuesto (con invitaciones a debate en 6, 7, 8 inclusive), porque de lo que se trata es de hacer pasar gato por liebre (léase: políticas reaccionarias por políticas progresistas) y, obviamente, la crítica desde la izquierda entorpece semejante faena.
      Por otra parte, esa manera superficial de «sacarse de encima» a la crítica de izquierda sólo puede funcionar para la «propia tropa», convencida de antemano y sin ninguna intención de desarrollo de «pensamiento crítico». No sólo es superficial, es despolitizante.

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      Mariana

      31/01/2014 at 15:35

  14. Excelente nota y muy necesaria. Tenian que devaluar y de la cámara lenta estamos pasando a velocidad normal. Estan poniendo todas las fiichas a que la convergencia aguante hasta principios de mayo y con la liquidacion de exportaciones tengan óxigeno para volver a la cámara lenta y procesar la transicion sin que la hiper.se.los lleve puestos. Todo depende de si logran ponerle el cepo a los salarios. Saludos

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    AP

    30/01/2014 at 21:02

  15. Hola, Rolo. En principio no estoy seguro que se explique esta crisis por la debilidad de la inversión. Seguramente esta ha bajado en el último año, año y medio pero el ciclo kirchnerista ha sido en términos históricos de alta inversión si consideramos las últimas décadas, dejando de lado los desastres de transporte y energía. En este sentido creo que la menor inversión del último tiempo es más bien expresión de la crisis y la menor rentabilidad imperante.

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    Esteban

    31/01/2014 at 02:54

    • La cuestión la desarrollo en las notas sobre la economía argentina de los 2000. Hay dos problemas combinados: a) la baja productividad relativa de la industria argentina (que estructuralmente impulsa a un tipo de cambio alto); b) la no reinversión productiva de una parte importante del excedente. Por (a), la economía tiene muchas dificultades para sostener el sector externo cuando el tipo de cambio real se acerca al nivel de paridad de poder de compra. En este cuadro, si el excedente, en lugar de reinvertirse en la producción, fuga al exterior, tenemos una situación insostenible (Agrego aquí: otra parte importante del excedente, caso renta agraria, durante estos años se volcó a la inversión inmobiliaria, y otra al gasto improductivo estatal, agravando la situación). La salida de capitales es, en términos marxistas, plusvalía que no se acumula productivamente, ni se gasta en consumo interno. Es una expresión de dificultades en la reproducción ampliada del capital.

      En última instancia, no hay manera de eludir las leyes del capital, en tanto se mantengan las relaciones sociales capitalistas. El llamado «clima de inversión» (Keynes diría que es la clave que explica los cambios en las decisiones de invertir de los capitalistas) no es un invento, como pretendieron algunos «marxistas-nacionalistas-estatistas», sino una constricción asociada a las leyes OBJETIVAS del sistema. Esta es la razón de fondo por la que los «socialismos burgueses», y similares, siempre terminaron fracasando. Puede sonar muy «ultra» para algunos oídos delicadamente reformistas, pero no tengo otra manera de expresarlo.

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      rolandoastarita

      31/01/2014 at 09:19

    • Cual es la razon por la cual la burguesia no invertie productivamente los excedentes, por la falta de clima de inversion ¿Podes ampliar eso o porque no se dan las condiciones para la reinversion ?

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      Alicia

      31/01/2014 at 14:52

    • Esta cuestión muchas veces ha sido subestimada en los análisis marxistas. La trato, en su aspecto más general, aquí.

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      rolandoastarita

      31/01/2014 at 15:59

    • Estoy de acuerdo con lo que afirmás, Rolo, pero al menos en los términos de la estimación que hice para Argentina en mi trabajo sobre la tasa de ganancia, desde 2009 la tasa cae bastante en relación a 2003-08 y por lo menos en 2010 y 2011 no recuperaba aquellos niveles. Queda pendiente actualizar con datos 2012-2013. Pero de todas formas el esfuerzo inversor (Inversión reproductiva neta / ganancias netas) era relativamente alto -para lo que es Argentina- y se incrementaba hasta 2011 inclusive.

      Probablemente el cuadro de rentabilidad ha empeorado en los dos últimos años, y con él el esfuerzo inversor. De ahí también la enorme fuga de capitales, enorme incluso para los años previos, y este proceso de desvalorización.

      También creo que más allá de los altos niveles de inflación, los capitalistas no lograron aumentar sustancialmente sus ganancias respecto a la masa salarial, más allá de que en los últimos años, siendo generosos, los salarios reales han estado estancados.

      Las exportaciones industriales han estado enormemente concentradas en América del Sur (Brasil, Chile, Venezuela) y México, no tienen competitividad mundial. Las devaluaciones en Brasil y Venezuela deben haber afectado mucho al sector industrial cuya participación en el PBI alcanza niveles «menemistas», de la mano también de un tipo de cambio real que ha promovido la importación. La devaluación de Brasil, que con China es por escándalo nuestro principal proveedor de bienes de capital e insumos, habrá agregado más presión sobre la competitividad industrial (menos mercado para importar y más competencia acá). El agro y las industrias relacionadas tienen además límites insalvables para «financiar» el enorme déficit industrial, aun con precios internacionales altos, la expansión de la frontera y los rendimientos por hectárea no pueden crecer indefinidamente.

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      Esteban

      01/02/2014 at 19:26

  16. rolando acá en Chile no se a producido un fenómeno como el que tu mencionas en el articulo al menos en la ultima época, sin embargo el banco central casi siempre regula la inflación con la tasa de interés, mi pregunta es la sgte. tiene que ver esto con una especie de devaluacion del peso y si no como mide el capitalismo esta devaluacion necesaria para repartir el ingreso ?

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    Pifüllka Buccina

    01/02/2014 at 02:55

    • No conozco lo suficiente la situación chilena como para opinar. De todas maneras, la crisis argentina es, en buena medida, específica, representativa del fracaso de los capitalismos de Estado. Esta cuestión la he ido explicando en muchas notas del blog, no solo las referidas a la economía argentina, sino también a Venezuela (o el fracaso de los proyectos de «socialismo nacional» en base a renta). Un botón de muestra de la especificidad de la actual crisis cambiaria argentina es que la misma estalla habiendo superávit en la cuenta corriente, y altos términos de intercambio (en términos históricos) para los productos argentinos. Las crisis cambiarias típicas de países atrasados (México 1994, Tailandia 1997, Argentina 2001, Turquía 2014, para dar solo unos ejemplos) estallan a partir de altos déficits en cuenta corriente, que terminan generando bruscas salidas de capitales líquidos.

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      rolandoastarita

      01/02/2014 at 08:15

  17. La relación entre inflación y devaluación es compleja y NO desde luego causa-efecto. La devaluación del dólar desde 2008 no ha disparado la inflación. Y por lo que respecta a España, entre 1992 y 1993 el gobierno de Felipe González devaluó la peseta más de un 20%, sin embargo la inflación en 1992 fue del 5,4 y en 1993 del 4,9. Dado que en 1993 la economía entro en recesión(-1,1 del PIB) está claro que no hay relación causa-efecto entre devaluación e inflación. Otra cosa es que vivas en un país donde se importe casi todo de fuera, y entonces supongo que si devaluas la moneda todos los productos importados serán más caros.
    En cuanto a la idea de que España tiene que salir del Euro para salir de la crisis vía devaluación es una idea discutible. El problema está, como ha dicho Astarita para el caso argentino, en que España se ha centrado en sectores de bajo valor añadido como el turismo y la construcción(nuestra soja) que no dan mucho más de sí. Y aún así España no ha perdido cuota en el comercio exterior ni competitividad, es un mito. Otra cosa son las políticas del BCE, el fraude fiscal, etc. Pero el € no es el responsable de todos los males, y desde luego una devaluación no solucionaria nada mientras se tolere el fraude fiscal o la economía se siga orientando a los sectores económicos tradicionales. El problema es otro, y centrarlo todo en si el Euro está fuerte o no es decir lo mismo que los liberales con el rollo de las exportaciones. La diferencia entre unos y otros es que unos quieren devaluar la moneda y otros practicar lo que se conoce como devaluación interna que desde luego y mucho más injusta que la primera porque hace pagar todo el coste a los de abajo con altas tasas de desempleo pero que igualmente no soluciona el problema de la deuda, de la corrupción, fraude fiscal, falta de inversión en sectores economícos con nuevas tecnologías, etc.
    El problema de la inflación en Argentina ya lo señaló el autor en una serie de artículos divididos en 4 partes además de en «Monetarismo criollo» donde señala que el culpable es la emisión de moneda para cubrir el déficit fiscal. ¿Significa eso señor Astarita que el actual gobierno de la Argentina gasta más de lo que ingresa?

    Desde luego pretender equiparar a los K con los políticos de los años 90 como Menem me parece una barbaridad, el PSOE tampoco es igual al PP aunque compartan muchas cosas en común.

    Este blog sigue siendo una maravilla aunque yo no comparta el maximalismo de Astarita. Es didáctico, original y deja bien clarito las limitaciones de las políticas reformistas. En España estamos difundiendo los libros y artículos de Astarita porque aportan nueva savia, que falta nos hace.

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    Unidad

    01/02/2014 at 10:57

    • Algunos comentarios, y precisiones acerca de mi postura.
      Primero, estoy de acuerdo en que la relación entre inflación y devaluación es compleja, ya que se pueden alimentar mutuamente. De todas maneras, en Argentina, los grandes saltos inflacionarios tuvieron, históricamente, como punto de arranque las devaluaciones.
      En segundo término, un país puede depreciar en términos reales su moneda bien a través de una suba del tipo de cambio nominal (retrasanodo salarios y precios internos), o bien mediante un proceso deflacionario (con caída de los salarios en términos nominales). Esta última es la vía intentada en Grecia y otros países europeos.
      En tercer lugar, no he afirmado que en Argentina «el» culpable de la inflación sea la monetización del déficit fiscal; ya he planteado que el primer y más importante disparador de la inflación han sido las devaluaciones de la moneda (la dinámica que se abre después de una devaluación depende de circunstancias concretas, que deben analizarse en cada caso, entre ellas, la situación de la lucha de clases). Sí he afirmado que la monetización del déficit fiscal (y en Argentina hay déficit fiscal) echa combustible a la inflación. Las razones son opuestas a las que da el monetarismo (razones que han sido adoptadas por prácticamente todos los economistas), aunque, como señala Marx, en apariencia se cumple la tesis del monetarismo.
      Por último, la diferencia entre los 90 y los 2000 reside. en lo fundamental, no tanto en los políticos, sino en una fase del ciclo capitalista distinta. Esto explica que buena parte de aquellos que en los 90 aplaudían y participaban activamente del menemismo (los Kirchner en primer lugar), en los 2000 ocuparon los cargo más altos. Las medidas de «ajuste» del menemismo respondieron a una necesidad del conjunto del capital. Muchas veces he citado trabajos de hoy connotados economistas K, que hacia el final de los 90 se deshacían en elogios al menemismo. Estas volteretas, por supuesto, no se explican por coimas (la tesis del «transformismo»), sino por lógicas profundas de clase.

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      rolandoastarita

      01/02/2014 at 11:25

  18. Pues entonces no te he sabido leer bien, y eso que me he dedicado esta semana a leer todos tus artículos sobre la inflación. La devaluación sería la causa según acabas de decir, pero para que eso ocurra, el nivel de importaciones de la economía argentina tendría que ser altísimo, porque si no no tendría sentido. ¿Qué más da cuánto vale tu moneda con respecto al Euro o el dólar si tu produces y consumes en pesos dentro de tu mercado? En España, que tenemos que importar casi toda la energía(nuestra dependencia energética es de un 70% aprox.) y aún así cuando se devaluó la moneda no se generó ningún proceso inflacionista, y también supongo que se importarán gran cantidad de insumos, vamos la economía española no es precisamente un Silicon Valley.
    Mi pregunta sería si la causa de la inflación vía devaluación en la Argentina es por la necesidad de importar una elevada cantidad de tecnología e insumos del exterior.
    Gracias de antemano.

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    Unidad

    01/02/2014 at 18:07

    • No puedo explicarlo de forma acabada, de todas maneras la devaluación influye en el alza de precios a través de todos los precios de los bienes transables, esto es, también las exportaciones. Precisamente en 2002 la inflación fue del 42% debido a la rápida suba del precios de los productos de exportación. Generalmente esa suba da lugar a un aumento rápido de la tasa de ganancia en los sectores exportadores, y luego los precios de los bienes no transables empiezan también a aumentar.

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      rolandoastarita

      02/02/2014 at 00:08

    • ¿cuándo fue eso de que se devaluara la peseta y no hubiera inflación? (inclusive la última, cuando el timo del cambio peseta-euro en 166,386 pta/€ )

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      escaiguolquer

      04/02/2014 at 04:31

    • Ya lo he indicado, puede consultarse en el INE(Instituto Nacional de Estadistica, España) y en el diario El País (de España). En 1992 y 1993 la peseta se devaluó casi un 20%( con tres medidas devaluatorias gubernamentales) y la inflación fue un 5,4 y un 4,9 en esos dos años. Más claro agua.
      Desde luego si en Argentina se devalúa el peso y a continuación suben el precio de la carne es una estafa, porque la carne es un producto nacional y no se importa en dólares.

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      Unidad

      05/02/2014 at 08:36

    • Unidad, si sube le precio de la carne frente a una devaluación no es estafa. La carne es un bien transable, y los precios de los bienes transables están atados al dólar. A su vez, los precios mantienen una relación entre si. De ese modo, una devaluación también empuja al alza los precios no transables, que tienden a recomponer el equilibrio de precios previo a la devaluación. A su vez, los bienes que tengan alto porcentaje de insumo en dólares aumentaran más que el resto.

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      Gus

      12/04/2014 at 02:05

  19. rolo
    ¿Como es la relacion entre inflacion y salarios? entiendo que lo salarios no son un componente de la inflacion

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    Alicia

    02/02/2014 at 19:23

  20. Rolando,
    Muy bueno el artículo. Hasta ahora has analizado la tensión entre capital y trabajo y el rol del gobierno reforzar la ganancia del primero. Hasta aquí lo propio de un gobierno burgués más allá de toda retórica. Pero sabemos que el capital nunca es un monolito y quisiera saber tu opinión sobre lo siguiente.

    Seguramente el impacto negativo en el poder adquisitivo de los asalariados producirá una contracción significativa en el consumo. En los últimos años cierta burguesía local (no me atrevería a llamarla industrial) sin poder ser competitiva en el extranjero se benefició del alto poder adquisitivo que produjo la «década ganada». ¿Qué beneficios le reporta a esa clase -en su conjunto- la devaluación/depreciación del salario?. ¿Se puede entender a este sector que vive del consumo interno como una clase o se encuentra aunada y subsumida al capital de exportación?. En términos más generales ¿Cuales crees que son las tensiones/contradicciones dentro del campo capitalista, sus fracciones y disputas?.

    Se que este espacio es pequeño y no es su función pedir artículos a la carta. Pero desde hace tiempo los artículos aquí vertidos, mas otros tantos mas, me han orientado la atención a las contradiccines dentro de la burguesía (siempre más escurridizas).
    saludos,
    d.

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    bla

    04/02/2014 at 13:12

    • En otros trabajos (en especial, en Economía política de la dependencia y el subdesarrollo) traté de analizar la manera en que las variaciones del tipo de cambio afectan a las fracciones burguesas. En los últimos 40 años hemos asistido a periodos de tipo de cambio alto, y períodos con moneda apreciada, que afectaron de manera muy directa precios relativos, y con ello las tasas de rentabilidad entre sectores. La diferencia más importante se establece entre productores de bienes transables y no transables (típicamente servicios). Por caso, durante los 90, con el peso apreciado, las tasas de rentabilidad fueron muy altas para muchos sectores productores para el mercado interno, de bienes no transables (ejemplo característico, las telefónicas). Con tipo de cambio bajo, además, el valor realizado en el mercado interno se expresa en mayor cantidad de dólares que cuando tenemos tipo de cambio alto. En los 90 los sectores productores de transables se vieron muy afectados (con excepción de algunas empresas industriales de alta competitividad, como Tenaris; o los productores sojeros, por ventajas naturales). Por ejemplo, estuvieron muy mal máquinas herramientas y electromecánico en general, textil, juguetes, calzado, entre otros. En los 2000, con tipo de cambio alto, las tasas de rentabilidad relativa cambiaron drásticamente, ahora a favor de los transables (de ahí la sustitución de importaciones), y sectores servicios quedan más afectados. Aunque también en esto influye la prohibición del gobierno de aumentar tarifas, por ejemplo a las eléctricas (a propósito, por estos días leí que el Partido Obrero caracteriza que la política del gobierno K estuvo dedicada a beneficiar a las empresas privatizadas. No entiendo de dónde sacan esto. ¿las eléctricas, Respsol, el grupo Marsans, beneficiados con el tipo de cambio alto y las tarifas congeladas?).

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      rolandoastarita

      04/02/2014 at 14:14

  21. En cuanto a las empresas privatizadas, ¿los subsidios a estas empresas sin ningún control sobre las inversiones, no compensa las tarifas congeladas? Quizá a eso se refieren.

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    Julián

    05/02/2014 at 01:10

  22. Rolo, aqui hay un analisis similar, te gustara leerlo, creo.
    Pepe
    http://thenextrecession.wordpress.com/

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    P. Tapia

    07/02/2014 at 08:42

    • Algunos artículos de Michael Roberts, en la línea de Astarita, pueden leerse traducidos en la revista SinPermiso.

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      Unidad

      07/02/2014 at 09:04

    • Gracias Pepe por el envío. Sí, efectivamente, coincido en mucho de lo que dice. De todas maneras, creo que hay que dar más importancia, en la explicación de las crisis recurrentes de Argentina, a las variaciones cíclicas del tipo de cambio, y su incidencia en la rentabilidad del capital. En este respecto, una economía dependiente y atrasada se diferencia mucho de lo que sucede en países adelantados.

      Por otra parte, en los keynesianos pro K hay una ilusión más acentuada en la posibilidad de «corregir» los «desvíos del automóvil» que la que existe en el keynesiano promedio «a lo Krugman». Los keynesianos K-criollos piensan que no sólo pueden «corregir», sino dirigir la economía desde el Ministerio de Economía. En su reciente discurso del 4 de febrero Cristina Kirchner dijo que «los empresarios tienen asegurada la ganancia y la demanda». Es la ilusión de que desde el Estado capitalista los funcionarios pueden ordenar precios, salarios, tasas de ganancia, tasas de interés, tipo de cambio, etc. de manera que el «capitalismo nacional y popular» funcione sobre ruedas, sin crisis ni conflictos («el capital y el trabajo unidos por la grandeza de la Patria», etc.). Para esta gente, la ley del valor trabajo y la propiedad privada del capital son abstracciones.

      Por supuesto, las cosas no funcionan como dicen que funcionan; decenas de miles de millones de dólares terminan saliendo del país, en lugar de reinvertirse productivamente. Ante esto, la única respuesta que se les ocurre es quejarse por «la falta de conciencia nacional de la burguesía argentina». Y divagan pavadas sobre la fábula del escorpión y la rama. Son de una chatura intelectual llamativa.

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      rolandoastarita

      07/02/2014 at 09:10

  23. Rolo
    La devaluacion es la causa de la devaluacion. Si hay valuacion o apreciacion del tipo del tipo de cambio deberia bajar la inflacion?

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    Alicia

    11/02/2014 at 18:12

  24. Saludo cordial profesor. No me quedo claro por que los planes de estabilización recurrieron en varias ocasiones a la devaluación y ¿por que se ha devaluado la moneda en el caso venezolano con que fin? tambien me surge la duda de como se podria gestionar las empresas, la produccion sin propiedad privada sin sacrificar la productividad, el crecimiento y el desarrollo como ocurrio en la URRS? Se que son muchas preguntas profesor, disculpeme por ocupar su tiempo he estado leyendo sus post y quiero agradecerle por educar a tantas personas.

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    alfonso

    03/03/2014 at 00:04

  25. Hola, me gustó la nota. Sólo te quería preguntar de dónde sacaste estos números: «Más de la cuarta parte de la población permanece en la pobreza; un millón y medio de jóvenes no estudia ni trabaja; el 43% de la población activa tiene trabajos precarios; más del 70% de los jubilados recibe la mínima, o sea, una miseria; el 15% de la población activa está en la desocupación o en trabajos a tiempo parcial.»

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    Grisel

    25/03/2014 at 13:16

    • Los datos de % de trabajo precario y desocupación + subocupación son del Indec; el de los jubilados de la defensoría de la tercera edad; el % de la población en nivel de pobreza del Observatorio Social de la UCA; el millón y medio de jóvenes que no estudia ni trabaja también de la UCA, y fue citado desde esferas oficiales para argumentar la necesidad del último plan social del Gobierno.

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      rolandoastarita

      25/03/2014 at 13:58

  26. Felicitaciones por este artículo que plasma la realidad de Venezuela y Argentina , pero tenemos que tomar en cuenta lo que tienen en común estos países (CUBA) y el castro comunismo el cual tiene el objetivo primero de enriquecer a sus simpatizantes y dejarlos fijos en los puestos de importancia , para luego posteriormente deteriorar la economía y generar dependencia al gobierno como es el caso de las misiones sociales (alimentacion ) .

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    • La economía de Argentina no tiene nada que ver con la economía cubana; tampoco la venezolana. Basta un dato: en Venezuela el 70% de la economía está en manos privadas.

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      rolandoastarita

      04/04/2014 at 13:10

  27. Hola Profesor Astarita
    muy buen articulo.
    Cuales fueron las razones por la cual luego del rodrigazo el tipo de cambio y la inflacion cayeron y tambien en el periodo del 81 82 y como se relaciona con estos momentos por que luego de periodos de baja valor real y nominal de peso con respecto al dolar y de muy alta inflacion luego se derrumban, puede pasar lo mismo en 2015 o 2016?
    gracias

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    Ignacio

    01/11/2014 at 14:35

  28. Disculpe Rolando, estoy familiarizado con teorías y bibliografías económicas, pero hay algunas cuestiones que no logro comprender, así que si se toma la molestia de despejarme una duda se lo voy a agradecer.
    Mi interrogante es la siguiente:

    Suelo leer que ante un proceso inflacionario es recomendable devaluar. Sin embargo, interpreto que el remedio es en realidad un agravante frente a la enfermedad, ya que provoca más incremento en los precios.

    Por otro lado, cuando se argumenta que la inflación distorsiona los precios del mercado interno en relación a lo que vale el dólar, tampoco me parece cierto. Debido a que el tipo de cambio no representa el valor de uso de los bienes. EJ:
    los bienes que se pueden adquirir con 1 dólar en E.E.U.U, no tiene relación con el poder de compra que representan 8,80 pesos en Argentina. En ese sentido, lo que forma el precio no es el tipo de cambio sino las condiciones de producción, de oferta y demanda de cada mercado. Es decir, no habría que respetar ninguna proporción cambiaria entre un mercado u otro, porque cada uno tiene su propia dinámica.
    De ese modo, más allá de las argumentaciones interpreto que lo que en realidad impulsa las devaluaciones es la asimetría entre la oferta y la demanda de la divisa. Como también los intereses de los agroexportadores que muchas veces presionan para obtener mayores rentabilidades. Y en ese sentido, la inflación sólo funciona como una excusa para conseguir una devaluación, más que su real influencia sobre el tipo de cambio.
    ………………. …………..
    Esa es mi interpretación sobre el tema, pero le consulto a usted que es el experto sobre si es muy descabellada mi idea, o algo de razón tengo.
    ……………… …………
    Disculpe las molestia, y espero que su respuesta despeje mi inquietud.
    Muchas gracias.

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    Sadi

    21/03/2015 at 20:55

    • No puedo explicar aquí el tema. En «Valor, mercado mundial y globalización» propongo una explicación sobre el tipo de cambio desde un enfoque marxista (un tema que ha sido poco tratado por los marxistas). En la primera parte de esta nota sintetizo lo más importante.

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      rolandoastarita

      21/03/2015 at 22:42

  29. hola rolo
    hablando de devaluacion y tipo de cambio que piensas sobre esto: (que piensa que debe hacer el proximo gobierno)
    http://blogs.lanacion.com.ar/ciencia-maldita/la-ilusion-y-el-desencanto/aprendiendo-a-flotar/

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    Alicia

    21/03/2015 at 23:20

  30. Profesor leí su nota titulada: “Reflexiones sobre la crisis del euro” donde explica la relación entre el tipo de cambio y el poder de compra. No obstante, aún NO me queda claro si la inflación propicia una devaluación, como muchos neoliberales argumentan que frente a un escenario de “atraso cambiario” se debe devaluar. O si en realidad es un falso argumento, y lo que realmente desencadena la devaluación de la moneda es la relación entre: deuda externa, balanza comercial, demanda de particulares, y reserva de divisas en el BCRA.
    También sospecho que el concepto “atraso cambiario” representa un razonamiento tan persuasivo como falso, debido a que el consumo nacional es satisfecho por la propia producción local.
    …….. …………
    Rolando, entiendo que el espacio para los comentarios no favorece a una explicación precisa, pero si simplificaríamos las respuestas a tales interrogantes podríamos decir que la inflación no es sinónimo de devaluación, más allá que la moneda se deprecie, no tiene por qué provocar una variación sí o sí del tipo de cambio. O me equivoco, y siempre resulta inevitable que un proceso inflacionario termine dando lugar a una devaluación.
    …………….. …………..
    Disculpe mi insistencia con estos interrogantes, y muchas gracias por responder.

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    Sadi

    22/03/2015 at 15:52

    • No puedo explicar todo en un comentario. La inflación lleva a la devaluación porque se aprecia la moneda en términos reales (esto es, baja el tipo de cambio real) y hay un punto en que esto puede afectar seriamente la balanza comercial. La cuestión es más grave en los países tecnológicamente atrasados. Esta no es una cuestión de «neoliberales». Después de todo, Cavallo se negaba a devaluar y no por eso era «heterodoxo». Y el gobierno K ha devaluado repetidas veces la moneda (¿se acuerda cuando el dólar estaba a menos de $3 bajo el gobierno de K, y el Banco Central intervenía para que el peso no se siguiera apreciando?) y se precia de «anti-neoliberal».
      Sobre inflación en Argentina, he dedicado una nota extensa, aquí y siguientes.

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      rolandoastarita

      22/03/2015 at 23:32

    • En varios escritos critiqué la idea del crecimiento liderado por el tipo de cambio alto. De todas maneras, mi perspectiva teórica sobre tipo de cambio es opuesta a la de Fiorito – Guaita. Pero no puedo explicarlo aquí.

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      rolandoastarita

      06/05/2015 at 09:56


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