Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Sindicato de policías y una crítica de IS

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Sindicato de policías y una crítica de IS

Por estos días volvió a ponerse en la mesa de debate la discusión sobre si es conveniente que los socialistas apoyen la formación de un sindicato de policías. En una entrada que ya tiene unos meses, expliqué por qué, en mi opinión, esa no debería ser una demanda de los socialistas (aquí). Luego de publicada la nota, Miguel Sorans, dirigente de Izquierda Socialista, integrante del FIT, escribió una crítica a mi posición (ver http://asambleadeintelectualesfit.wordpress.com/2012/10/15/sobre-las-huelgas-policiales-la-sindicalizacion-las-ffaa-y-los-socialistas-revolucionarios-miguel-sorans-uit-ci/

El argumento de Sorans se articula en torno a tres ideas, bastante simples. En primer lugar, afirma que los policías son esencialmente trabajadores. En segundo término, sostiene que es una cuestión establecida por el marxismo, que los socialistas, y el movimiento obrero, deben intentar ganar para su lado a los soldados y a los policías. Sorans eleva el tema a una cuestión de “principio” (recuerda, por ejemplo, que era una de las condiciones de admisión en la Tercera Internacional). En tercer lugar, afirma que la agitación a favor de un sindicato permitiría ganar a una parte importante de las fuerzas policiales para la causa de los trabajadores. Aquí va entonces mi breve respuesta.

En  primer lugar, Sorans no responde al nudo de mi argumento. El mismo es que los policías no son trabajadores con uniforme, ya que su función represiva determina su carácter social. Por eso se diferencian de los soldados que son reclutados para el ejército (uso el término ejército en sentido genérico; puede incluirse la marina o aeronáutica). Precisamente, en la tradición marxista, la expresión “obreros o campesinos con uniforme” surgió para referirse a las masas trabajadoras que eran enviadas al ejército. No se utilizaba para designar a los miembros de la policía. El policía, a diferencia del recluta, entra voluntariamente a un cuerpo represivo, siendo consciente, además, de que va a reprimir manifestaciones y luchas obreras y populares. Su existencia como policía depende de que cumpla a carta cabal con esta función. ¿Qué tiene que ver esto con el campesino u obrero que es incorporado al ejército?

La diferencia que estoy señalando explica por qué los socialistas recomendaban a los militantes no eludir el reclutamiento cuando eran convocados, y continuar su trabajo político en el seno de la tropa (además de aprender a manejar las armas). Y por qué no recomendaban a la militancia incorporarse a la policía (ni a otros cuerpos represivos), y menos todavía con el objetivo de defender sus intereses “laborales” como cuerpo. Esta diferencia de caracterización también se refleja, y hasta el día de hoy, en la actitud del movimiento obrero, o sectores populares, en manifestaciones callejeras o en enfrentamientos. Frente al soldado, hay conciencia de que se lo puede ganar; frente al policía, se sabe que pertenece a una máquina de reprimir. La misma clase dominante lo sabe, y por eso evita, en lo posible, sacar a la tropa formada por el pueblo a la calle. Pero recurre constantemente a la policía para que reprima. ¿Por qué la diferencia? Pues porque saben que no es lo mismo el soldado que ha sido incorporado al ejército, pero sigue siendo «pueblo», que el policía. El policía es un elemento que consciente y plenamente asumió un rol, y este rol determina su existencia social. Subrayo entonces, no es argumento decir que la policía es un trabajador con uniforme porque un soldado lo es, cuando se está explicando que existe una diferencia, que es crucial (y la diferencia se extiende a la que existe entre un ejército de mercenarios y un ejército de reclutas).

Voy ahora a la tradición del marxismo. Le doy importancia no porque piense que debamos argumentar en base al principio de autoridad (“tengo razón porque lo dijo tal o cual autoridad”), sino porque esa historia recoge experiencias de lucha y organización de los socialistas sobre las que debemos reflexionar.

Pues bien, Sorans basa casi toda su crítica en sostener que los socialistas, históricamente, hicieron propaganda y agitación en las filas del ejército, con el afán de ganar a los soldados. Lo cual es cierto, y me parece muy bien. Pero esto no tiene punto que ver con el sindicato de policías. Por eso, Sorans no aporta un solo dato histórico de lo que afirma. No puede hacerlo porque en el marxismo “clásico” no hay antecedentes de la política que propone. Por ejemplo, en los programas y resoluciones de la Segunda Internacional o de la Tercera, no figura la reivindicación de formar sindicatos de policías. En los escritos de Lenin, Rosa Luxemburgo, Liebknecht y de otros miembros del ala izquierda de la Segunda Internacional, no encontramos mención alguna a la formación de sindicatos de policías (tampoco en Engels). Esto a pesar de que los partidos socialdemócratas tenían influencia de masas, y desarrollaban propaganda entre los soldados. Incluso Lenin era consciente de que la policía zarista creaba sindicatos obreros adictos (lo denuncia repetidamente en sus escritos); pero jamás se le ocurrió proponer que la policía creara su propio sindicato, para provocar una crisis en el régimen zarista.

En las resoluciones y propuestas de la Tercera Internacional tampoco figura la formación de sindicatos de policías. En 1913 había surgido un sindicato de policías ingleses, que realizó una huelga en 1918 y otra en 1919, pero la Internacional Comunista no incorpora la demanda de sindicato, ni recomienda a los partidos Comunistas que la agiten. Ni siquiera propone alguna táctica para que los comunistas desplieguen dentro del sindicato de la policía inglesa. Tampoco dice palabra sobre no admitir en los partidos Comunistas o en la Tercera Internacional a quien se negara a agitar a favor de sindicatos de policías. ¿Serían los redactores de esos programas y resoluciones “pseudos eruditos en marxismo”?

¿Y qué hay de Trotsky, fuente de inspiración principal para Sorans? De nuevo, en sus escritos no encontramos propuesta de sindicatos policiales. Por ejemplo, en el “Programa de Acción” para Francia, de los años 1930 (prefigura el Programa de Transición), Trotsky sostiene que debe agitarse por la disolución de la policía. Agitar por la disolución de la policía no parece muy compatible con proponer la formación de un sindicato policial. Y no dice palabra sobre formar sindicatos de policías. ¿Y en el Programa de Transición? Tampoco figura la demanda. El fundador de la Cuarta Internacional esboza un programa para el ejército, pero no avanza la consigna de sindicatos de policías. Si retrocedemos ahora a los años 1920, en los escritos de Trotsky sobre Gran Bretaña no encontramos que proponga trabajar por el fortalecimiento del sindicato de policías (que existía), ni aconseja a los comunistas que desplieguen alguna táctica de defensa de las reivindicaciones policiales, o para hacerse de la dirección de ese sindicato.

En definitiva, y a la vista de este repaso, no hay manera de sostener que la formación de un sindicato de policías haya estado en la tradición del marxismo.

Por último, Sorans no responde al otro argumento que he presentado, y que dice que, dado que los policías no son trabajadores con uniforme, la defensa de sus intereses en tanto policías no representa ningún avance para los socialistas, ni para el movimiento obrero. Es que el trabajo del policía es consustancial con la represión. En una sociedad dividida en clases sociales, esa represión no puede no estar al servicio de la clase dominante. De manera que el salario, las condiciones laborales, y temas relacionados, están atravesados por el conflicto social y por el rol que desempeña la policía en ese conflicto. El papel represivo del cuerpo policial es una luz que todo lo baña y todo lo determina. No se puede hacer abstracción de ello con el argumento de que un mejor salario para la policía es similar a pedir un mejor rancho para el soldado conscripto. El valor de uso de la fuerza de trabajo de un policía está determinado, en alta medida, por su habilidad para reprimir; o para infiltrarse en organizaciones de izquierda y del movimiento popular, y perseguir activistas y militantes. El desgaste de esa fuerza de trabajo está relacionado con esas tareas. La actividad de un sindicato de policías no puede hacer abstracción de estas cuestiones. No se trata de promesas, ni de buenas intenciones, como suelen ilusionarse los reformistas. Hay una lógica de clase implicada en el funcionamiento de la institución policial, que enlaza con el rol del sindicato, y lo determina en su función. Por eso, un sindicato de policías se ocupará primordialmente de que se pague por ese desgaste de la fuerza de trabajo policial. Y además, cuidará de proteger a sus miembros de las múltiples acusaciones vinculadas a su rol de “disciplinadores sociales”; entre ellas, las del gatillo fácil, la extorsión a los jóvenes de los barrios, y demás lacras propias de un capitalismo atrasado y dependiente. ¿Qué tiene todo esto de progresista, siquiera?

Por supuesto, en toda esta discusión está implicada una caracterización del carácter de clase del Estado, y de sus instituciones fundamentales. Aunque ésta es una discusión que excede los límites de esta nota.

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28 respuestas

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  1. no logro comprender la diferencia y los matices que se hace entre los aparatos represivos del estado. ¿Las organizaciones de la izquierda revolucionaria deberían intervenir en favor de una huelga de sectores del ejército? El ejército en definitiva también cumple un rol social que delimita su conciencia. ¿Por qué el policía no es trabajador y el soldado sí? ¿Acaso el ejército no estará también dispuesto a reprimir al pueblo en caso que se de la orden? ¿Habría que intervenir y apoyar un reclamo levantado sobre una estructura tan podrida que fue la responsable de los 30.000 desaparecidos?

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    JH

    10/12/2013 at 22:08

    • En la nota no se dice palabra sobre apoyar huelgas de «sectores del ejército». Simplemente se señala la diferencia que existe entre la situación de un soldado conscripto, y la de un policía; y el sentido de la propaganda y agitación de los socialistas entre las tropas. No es difícil de entender.

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      rolandoastarita

      11/12/2013 at 07:32

  2. rolando
    Usted cree como dice correpi que los saqueos de cordoba al menos, fueron provocados por los policias para estorcionar al estado. no es acaso parte de la interpretacion de la izquierda de correpi decir que la policia no es autonoma del estado?

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    Alicia

    11/12/2013 at 00:01

    • No conocía la existencia de esta cordinadora (Correpi). Acá esta su declaración, con algunos datos interesantes. http://www.argenpress.info/2013/12/declaracion-de-correpi-frente-las.html Básicamente van en la línea planteada por Rolando en el articulo, en el punto de que los policías no son trabajadores.
      Respecto a si la policía estuvo fogoneando saqueos, creo que es probable. Aunque tengamos en cuenta que el gobierno denuncia esto sin pruebas (por ahora) concretas. El kirchnerismo habla de “desestabilizadores” y de que fogonean saqueos, para barrer bajo la alfombra el otro dato que apareció con claridad en los sucesos de estos días. Hay pobreza, mucha pobreza. Hay jóvenes que no pueden estudiar, ni trabajar. Barrios enteros saliendo desesperados a buscar comida, bebida u objetos que puedan vender para obtener un dinero. Por supuesto… a los chantajeadores y desestabilizadores, que dejaron vía libre “a los forajidos” y a las “bandas delictivas” el gobierno los ha castigado con aumentos por encima de las 8 lucas. Para que aprendan.

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      arístides

      11/12/2013 at 11:20

  3. Interesante nota, aportando algo de claridad. Y el comentario de Arístides, impecable.
    De todos modos me queda algo dando vueltas, y es la posibilidad de «contaminar» a las FFSS con ideología progresista al menos, no se, porque como bien dice la nota no hya una larga experiencia de hacer trabajo ideológico de cara a la policía, sí de cara a las fuerzas Armadas. Entonces me queda el interrogante de si acaso no será posible avanzar en un área poco explorada para contribuir a quebrar el orden interno de las fuerzas al menos a niveles locales y en casos puntuales. En mi experiencia personal, el año pasado estuvimos en la toma de un mercado de artesanos que iba a ser entregado a una empresa en un negociado bastante espúreo, mandaron todos policías jovencitos, y los entramos a militar, empezamos tomando unos mates y a la semana los teníamos leyendo materiales nuestros y clásicos. Es interesante que después de eso empezaron a mandarlos siempre con algunos de los viejos, que en principio los mantenían alejados de nosotros, hasta que le empezamos a hacer trabajo fino a los viejos también, entonces directamente no los dejaron entrar más y se quedaban vigilando de afuera, lo cual no nos impidió seguir con el trabajo. Es sólo una experiencia, pero en nuestro caso nos demostró que al menos se puede generar en pequeños niveles algún grado de penetración.
    Tal vez es demasiado ilusiorio, aunque ninguna revolución triunfó sin quebrar a las fuerzas represivas, y hoy ya no es el Ejército el que sacan a la calle, sino la cana y la Gendarmería(lo cual no quita que llegado el caso saquen a la calle al ejército también) , y para la eventualidad de que se desmadre la cosa, no será en vano tener a sectores de la policía de nuestro lado, necesitaremos sus fierros. Ojo, lo que digo no quiere decir que sea una tarea primordial de estos días ni que la izquierda tenga la capacidad inmediata de logralo, aunque considero que es necesario.

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    Ilichito

    11/12/2013 at 13:08

    • Compañero Ilichyto. En principio, no descarto la experiencia. Pero de ella hay que sacar las conclusiones apropiadas y sus consecuencias, a veces, no se pueden medir inmediatamente. No contaste como terminó la toma. Tampoco si como resultado de la ‘contaminación’ (te lo digo sin sorna por que percibo tu completa sinceridad y fraternalidad en la discusión) surgió alguna actitud de apoyo, o por lo menos de ‘neutralidad» que pueda jugar a favor. Tampoco si de la lectura o diálogo surgió alguna relación de más largo plazo. Con todo respeto, te digo que donde vos ves un pibe descaminado, susceptible de cambiar, nunca pierdas de vista quien efectivamente es. No te olvides del eje de estas lecciones. Lo más probable es que la mayoría les haya seguido la corriente para luego ir a buchonear. Lo del ‘trabajo fino’ es una arma de doble filo. A vos y tus compañeros, les recomiendo prudencia. No estamos en condiciones de regalar militantes y cuadros de la revolución. Por más que la democracia sea una etapa de relajamiento de las costumbres conspirativas, y precisamente por esto, es un período que la burguesía especialmente utiliza para marcar compañeros. Estamos muy lejos de una situación en que elementos plebeyos de las fuerzas armadas puedan oscilar y aún así, solo lo harían si el proletariado organizado y armado se perfila amenazante y con posibilidad de triunfo. De momento, solo se puede desarrollar un trabajo conspirativo en las FA, para lo cual se debe contar con partido y cuadros altamente probados.
      Saludos revolucionarios

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      AP

      15/12/2013 at 10:45

  4. Sin tomar partido por una u otra postura, me parece que hay algunos elementos contradictorios en la argumentación del artículo. Básicamente cuando se dice: «los soldados son llevados al ejército, pero los policías se integran conscientemente para reprimir». Hay un sinfín de matices: en épocas de paz, los soldados no son arrastrados. En épocas de guerra, el Estado realiza un esfuerzo propagandístico generalmente aceptado por las masas, que se enrolan en el ejército voluntariamente (véase el libro de Trotsky sobre la Internacional y la primera guerra). Hoy, sin servicio militar, en la Argentina los soldados son miembros «conscientes» de la fuerza represiva, pero muchos (y esto también pasa con la policía) se meten en el ejército por la presión de la desocupación.
    Sobre este fenómeno, no me convencen las referencias a los clásicos. Estamos en un momento de pudrición completa del capitalismo, el grado de vandalismo y lumpenización de la sociedad está llegando a niveles inimaginables en tiempos ya decadentes como los de la primera o segunda guerra mundial. La desocupación empuja a muchos obreros, por supuesto no conscientes de su situación de explotación, a las filas de las fuerzas represivas, muchos en funciones técnicas (peritajes, administrativos, etc.) y muchos porque en sus pueblos «se toma mate con los presos» y nada más. Pero esa misma situación de decadencia y lumpenización, torna mucho más riesgosa la actividad de los que querían tomar mate.
    Voy a que no veo la diferencia «esencial» que señalás entre los soldados «arrastrados» a las filas y los policías «deseosos de reprimir al proletariado».
    Otra cosa es la cuestión del sindicato. A mí tampoco me convence mucho, porque un sindicato parece una institución semi permanente, con su burocracia (¡¡policial!!). Más allá de que sea un derecho democrático de las bases de las fuerzas de seguridad. No veo el sentido de impulsarlos. Pero no me cabe duda de que un movimiento de izquierda debería actuar en el seno de esas fuerzas, en sus sectores más oprimidos y apartados, para quebrar las fuerzas de represión. Y en ello no veo diferencia entre policía, gendarmería, prefectura y fuerzas armadas.

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    Hernán Díaz

    11/12/2013 at 21:23

    • Los análisis tienen que ser concretos. Cuando en la nota hablo de soldados que son llevados al ejército, me refiero a la leva o conscripción obligatoria. A comienzos de los 70 pasé 13 meses en el ejército, y no porque lo hubiera buscado. En aquel momento, al menos, había ciertas posibilidades de hacer propaganda política entre las tropas de conscriptos, y se hacía (incluso conozco gente que estuvo presa por esa actividad). Esto se debía a la posición de esos soldados, que era y es muy distinta de la que tiene la policía.

      Por otra parte, en épocas de guerra los ejércitos reclutaban compulsivamente a miles y miles de personas. Lo cual explica por qué la propaganda socialista se dirigía fundamentalmente a los obreros y campesinos de uniforme.

      Otro análisis particular debería hacerse acerca de qué posibilidades hay en un ejército de mercenarios; o de personal profesional (me imagino que pocas). En cualquier caso, la especificidad de la policía es que se trata de un cuerpo que está dedicado cotidianamente a la represión directa y abierta de luchas y movimientos populares.

      Por otra parte, en la nota no se hace una crítica en general al trabajo político en el seno de las fuerzas armadas; la crítica es específicamente a la consigna de sindicato policial. Le doy un ejemplo; en los escritos de Lenin hay una referencia al trabajo político, de propaganda, de la socialdemocracia incluso entre algunos oficiales del ejército zarista. Pero de aquí no se debiera deducir que era correcto plantear un sindicato de oficiales.

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      rolandoastarita

      11/12/2013 at 23:29

    • Hernán:
      Tenés razón cuando señalás a la presión generada por la desocupación como un motivo fuerte para entrar en las fuerzas armadas del estado (sean militares, de seguridad, penitenciarias, etc.).
      Pero me parece que si caracterizamos en base a los «motivos» o «intenciones» estamos cayendo en una perspectiva subjetivista. Lo que determina una caracterización son las relaciones sociales, no la «voluntad» de los individuos. Creo que ese es el sentido de la afirmación de Trotsky de que “el obrero, convertido en policía al servicio del estado capitalista, es un policía burgués y no un obrero”. Como diría Marx: «no lo sabe, pero lo hace».

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      Mariana

      12/12/2013 at 12:19

    • Mariana, yo no pretendí hacer una apreciación subjetivista, pero el texto de Rolando efectivamente se basaba en la subjetividad de los que ingresaban al ejército o a la policía. Incluso se le agregaba la apreciación subjetiva de las masas, supuestamente, con respecto a ellas: las masas en general tratan de ganar a los soldados, pero odia a los policías. En ese marco, propuse algunas limitaciones de esa visión. Sobre todo me pareció muy subjetivo desde Rolando, y por eso marqué límites.
      Rolando, te respondo acá. Me decís que las discusiones tienen que ser «concretas» y a renglón seguido me contás que vos fuiste obligado a hacer la conscripción. Eso es lo menos concreto que se puede encontrar. Insisto con lo que le dije a Mariana: respondí solamente a tus apreciaciones subjetivistas, con otras que las negaban o limitaban.
      El tema es que estas actitudes (a favor o en contra) no pueden delimitarse por ese tipo de criterios sino por aquellos más economicistas o estructurales, que indiquen qué tipo de instituciones son pero, también, qué es correcto desde el punto de vista democrático y qué es correcto desde la construcción del socialismo. Desde un punto de vista estructural, no veo la diferencia entre policía y ejército.
      Por eso cuestioné las citas de los clásicos: estamos en una época determinada, diferente, donde se nota una descomposición del capitalismo en todos sus lazos sociales. En algún punto el aparato represivo se disuelve no por la acción obrera, sino por la propia acción del capital. Entiéndase: no sólo por la acción obrera (todavía hoy muy débil) sino por las fuerzas destructivas del capital (hoy muy poderosas).
      A mi modo de ver es en ese marco donde hay que reflexionar. Y vuelvo a insistir en que no tengo una opinión cerrada sobre estos temas. Me parece que pasa más por la conveniencia y la circunstancia.

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      Hernán Díaz

      12/12/2013 at 12:57

    • Hernán: qué lío se arma cuando comenzamos a discutir sobre “objetividad”, “subjetividad”. Por lo menos a mí. De todas formas me parece que es bien “concreto”, no se si llamarlo objetivo, el hecho de que un obrero sea obligado a cumplir servicio en el ejercito de alguna nación a voluntariamente hacerlo para la policía o gendarmería. Es bien concreto me parece. Tampoco veo porque descartar de un análisis elementos “subjetivos”. ¿Acaso no importa que una persona elija como modo de vida, se sienta orgulloso al respecto y duerma en paz pensando que cumplió un servicio para la nación, después de haber disparado contra una manifestación de obreros o estudiantes? ¿Será poca cosa un grupo de personas que eligió como modo de vida servir al gobierno de los patrones por sobre todas las cosas? Pero volviendo a lo “objetivo”… los artículos de Rolando sobre la conveniencia o no de levantar la consigna de “sindicatos de policías”, plantean algo bien “objetivo” que es la función especifica del trabajo de los policías, su fuerza de trabajo en cuanto trabajo útil, como trabajo orientado a un fin. Y entonces volvemos a lo que escribía arriba. Una cabeza de un obrero partida o un maestro asesinado, es el producto obtenido por el despliegue de una fuerza de trabajo de existencia bien concreta, bien “objetiva”.
      Por ultimo, no veo que en la perspectiva de “un capitalismo en descomposición de todos sus lazos sociales” (cuestión que habría que discutir) la policía deje de cumplir su rol de represor. De hecho bastaron dos diás de acuartelamiento para que De la Sota en Córdoba los arreglara con $8500, sin siquiera saber como va a pagarlo. Pero lo primero es lo primero y la policía para los gobiernos de los patrones es lo primero.

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      arístides

      12/12/2013 at 21:42

    • No es «concreto» que las posibilidades de la conciencia de un soldado están determinadas por haber sido obligado a intergrar una fuerza armada. En primer lugar, porque ese soldado no existe desde que se anuló la conscripción, a fines del gobierno de Alfonsín (tras el asesinato de Carrasco). Tampoco es concreto en referencia a tiempos anteriores a los ’80: Todos los golpes militares antiobreros fueron garantizados por ejércitos de conscriptos, y a nadie se le escapa que las actuales limitaciones de las FF.AA. para ejercer el golpismo están determinadas, precisamente, por la desaparición de la conscripción (por más que en esos tiempos se movilizaran, de preferencia, a los cadetes y profesionales de las armas).
      Tampoco tiene nada de concreto (ni de real) la preciación de que los trabajadores odian al agente de policía (no es lo que yo percibo en la práctica). Más frecuente es que el elemento lumpen -el barrabrava, etc.- tenga una actitud ambivalente, de amistad-enemistad con los «ratis». Creo que a veces el lenguaje de algunos izquierdistas incorpora inflexiones que no proceden del proletariado sino de su fracción lumpenizada.
      En cuanto a subjetivismo y objetivismo, estimo que tiene razón Hernán. Subjetivista es poner el foco en la elección personal, la (presunta) conciencia al elegir, etc. Objetivista, en cambio, es enfocar el motivo no personal sino social, en este caso la desocupación y la inestabilidad laboral, etc.
      También me parece más objetivo hacer hincapié en las tendencias (auto)destructivas del capital al analizar las crisis periódicas de las fuerzas de seguridad. E ir viendo qué elementos de juicio surgen del propio desenvolvimiento de dichas crisis. Es ésta la única manera de que el análisis sea a la vez concreto y objetivo, en lugar de una colección de referencias libreras y abstracciones.

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      Vico

      13/12/2013 at 10:40

  5. pero si hoy los ejércitos en su mayoría son profesionales como hacemos propaganda si es poco probable ganar y si no quebramos el ejercito como tomamos el poder entonces?

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    manuelmusica

    12/12/2013 at 00:31

    • No entiendo por qué mezcla las cosas. La nota critica la demanda de formar un sindicato de policías; la crítica se puede extender a la eventual formación de un sindicato en defensa de las demandas de soldados profesionales, o de un ejército de mercenarios. Por los mismos argumentos que he presentado, estoy en contra de una propuesta de ese tipo. Esto no quita que un partido socialista pueda hacer propaganda en muchos sectores sociales con la esperanza de ganar adherentes o, eventualmente, en una crisis, fraccionarlos.

      De todas maneras, la formación de ejércitos profesionales plantea problemas importantes; ha habido levantamientos populares en los cuales las tropas formadas por mercenarios se han mantenido completamente unidas. Esta dificultad no se supera diciendo alegremente «formemos sindicatos para defender los intereses corporativos de estos mercenarios».

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      rolandoastarita

      12/12/2013 at 08:22

  6. Me parece razonable que exista gente que predique el entrismo en algunas instituciones como los partidos socialdemócratas, sindicatos mayoritarios, asociaciones estudiantiles y demás, pero el señor Sorans debería replantearse seriamente su propio concepto de «socialismo» si predica el entrismo en una institución represora creada para proteger los intereses de las clases dominantes. Los perros de presa del estado. Tan pragmático como el oportunismo de los que hablan de «domar» el capitalismo o de usar el estado como «herramienta» para alcanzar la emancipación.

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    Sankara

    12/12/2013 at 06:47

  7. Muy buena nota Rolando, muy clara, muy precisa. Acá en Uruguay hemos llegado al colmo que los varios sindicatos policiales que hay estan en el PIT-CNT varios de ellos !! Saludos

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    ariel quiroga

    12/12/2013 at 11:02

  8. Rolo

    Es parte de los paises del tercer mundo o donde el capitalismo no esta tan desarrollado que la policia es asi, creo que dentro del capitalismo la policia puede ser diferente ( menos casos de gatillo facil, torturas, etc etc) En «Suecia» no es igual la policia que aca, auqnue su funcion sea la misma sobre la clase obrera

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    Alicia

    12/12/2013 at 12:47

    • estoy de acuerdo con tu respuesta rolo. pero el ultimo parrafo me pareció el mas importante como le hacemos para influir en estos ejércitos mercenarios? en realidad esa era mi pregunta, me exprese mal de todas maneras en Chile en el 73 ocurrió algo poco con el fenómeno de los marinos constitucionalistas (que en realidad se dividian en constitucionalistas y revolucionarios) estos marinos en su mayoría eran suboficiales operadores de maquinaria y solos sin «ningun entrismo» se pusieron del lado del pueblo y de la revolución es decir formaron una especie de zoviet de soldados al parecer durante la ebullicion social pasan cosas muy poco usuales….. bueno todo termino mal siendo torturados incluso mientras Allende seguía en el poder.

      concuerdo contigo y sobre todo en la nota anterior en que los sindicatos de policias y ffaa están lejos de ser una propuesta pro revolucionaria las condiciones de estos deben tender a ser cada día peor.

      saludos maestro rolando.

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      manuelmusica

      12/12/2013 at 18:13

  9. Rolando, hay un aspecto importante en sus argumentos que es considerar al policía como un ser consciente del rol que va a asumir y voluntariamente lo asume. Creo que los movimientos y las consecuencias del sistema capitalista en las ultimas décadas han desarmado ese argumento que podía ser cierto en otra época. Los crecientes problemas en el mercado laboral, los enormes volúmenes de población sobrante, desempleo crónico, marginación crónica, subempleo, inseguridad en el puesto, han hecho atractivo el trabajo de policía para una buena parte de la población, particularmente para el proletariado mas vulnerable. Esto produce que una parte importante de la fuerza policial, no se sume a las fuerzas voluntariamente, ni siendo consciente del papel represivo que cumplirá, sino por la imperiosa necesidad de supervivencia. Entonces uno podría pensar y comprobar (lo he hecho con amigos y parientes) que este sector creciente de las fuerzas, está más cercano a los intereses del proletariado que ha cualquier otro y tiene más bien una consciencia de clase, que una consciencia de su función represora.
    En cualquier caso sería una característica nueva del sistema que debería considerarse en la estrategia.

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    Claudio FM

    14/12/2013 at 20:30

    • Por estos días los catalanes se están sorprendiendo y horrorizando de la facilidad con que «su» policía, que parecía tan civilizada, democrática, etc, se pone a reprimir las protestas de sus «compañeros de clase» (?).
      En contraste por estos pagos, la policía más lumpen no se comporta con solidadridad de clase, sino más bien con ganas de liquidar pobres. Por los tiempos de las elecciones hubo varias puebladas protestando contra los asesinatos y otros actos abusivos de la poliicía.
      Creo que si sumamos casos, las diferencias entre tipos de policías no escapan al rol social que cumplen, que, como dice la nota, determina su accionar y su conciencia en contra de la clase y no a favor.

      Sobre otro tema que se mencionó, hace poco en el programa de Schiller se citó un estudio de la universidad de San Andrés según el cual la policía es la institución más desprestigiada de la Argentina. Aún admitiendo las limitaciones de este tipo de estudios, es un dato que al menos tiende a confirmar lo que para algunos puede ser una impresión parcial.

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      Ezequiel

      15/12/2013 at 10:22

  10. Es evidente que la nota intenta reforzar los argumentos teóricos frente a los últimos acontecimientos, en particular los motines policiales reclamando aumentos salariales, protección respecto de determinados jefes y una mayor dosis de impunidad. Me parece que antes de reiterar polémica, sería un buen procedimiento volver a la lectura de la nota inicial con sus correspondientes comentarios. El argumento de que la sindicalización de la policía no encuentra precedentes en la tradición marxista revolucionaria no ha sido respondido y peor aún, no se ha brindado un solo ejemplo en que esta medida pudiera haber resultado favorable a los trabajadores o la perspectiva del socialismo. Esto se hace extensivo al apoyo a las reivindicaciones corporativas de esta fuerza. A quienes defienden, abierta o solapadamente esta postura política (fuertemente emparentada con la ‘revolución pacífica’ y el horizonte de la conquista ‘electoral’ del poder) solo les queda invocar la ‘procedencia de clase’ o poner en tela de juicio la vocación represiva ‘consciente’ de quienes de vuelcan a este empleo público. Son pamplinas para escamotear el bulto. ‘A quien dios da oficio, también da entendimiento’ reza el viejo proverbio alemán. Vayan a convencer a los muchachos de uniforme, recientemente aumentados, de que hay que apoyar los reclamos salariales del movimiento obrero. Son perfectamente conscientes de que su rol de esbirros mejor pagados es funcional a la represión de los auténticos trabajadores.

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    AP

    15/12/2013 at 09:53

  11. Una observación para el compañero Arístides. Sin ánimo de ofender. ¡Como puede ser que ahora se haya enterado que existe Correpi¡ En la nota anterior publiqué extractos y un compañero, una declaración completa. Enhorabuena¡
    Saludos

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    AP

    15/12/2013 at 10:07

    • AP: Tenes razón. Ahora estoy viendo tu comentario y la nota a la cual haces referencia. Te pido disculpas por mi desatención. Sucede que mis tiempos son un poco tiranos. Soy obrero automotriz y entre mi trabajo y el viaje a la fabrica, me “expropian” 11hs por día. A duras penas llevo adelante algunas lecturas y no puedo leer, como me gustaría, todos los comentarios del blog. Ahora por suerte tengo una licencia médica y sí dispongo de más tiempo. Lo de arriba no me excusa de todas maneras y te agradezco haberme puesto al tanto.

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      arístides

      15/12/2013 at 21:51

  12. Hola Rolo: me gustaría saber que opinión te merece la marcha del 19 de la CTA-Coordinadora General Clasista-Multisectorial. Que contradicciones priman? Vale la pena coordinar con SIPOBA(Sindicato de Policias)?Cuan relevante es SIPOBA en esta marcha? Saludos

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    Dario

    18/12/2013 at 02:04

    • Es una unidad de acción en torno a una demanda importante, el salario básico a 8500 pesos. La izquierda debe participar en estas acciones, aunque haya discrepancias en muchos puntos con la dirección de la CTA, por ejemplo. Sobre la unidad de acción, discuto aquí.

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      rolandoastarita

      18/12/2013 at 10:37

  13. No hay problema Arístides. Tengo en claro lo que es robarle horas al sueño para poder leer algo. Me ha pasado. Que increíble paradoja decir que es una suerte estar enfermo.
    Saludos revolucionarios.

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    AP

    18/12/2013 at 20:38

  14. Tengo contacto con compañeros de diferentes organizaciones sociales de Córdoba, nucleados en la Coordinadora por los derechos humanos (unos días antes del motín policial hicieron la marcha de la gorra contra las facultades policiales para detener arbitrariamente que existen en el código de faltas cordobés), que me comentan que en su comienzo los saqueos fueron zona liberada, al mejor estilo que utiliza la cana cuando quiere una colaboración de los comerciantes. Históricamente la policía ha hecho este tipo de movidas en más de un país. En Rusia, directamente organizaba los pogromos e imprimía los volantes convocando a la matanza de judíos y revolucionarios.

    Por mi parte, estoy en un todo de acuerdo con la línea de Correpi.

    Con respecto a la consigna de los sindicatos policiales, no he podido encontrar una sola referencia de Lenin, Trotsky, o la Internacional Comunista al respecto. Esto es significativo porque, por un lado, de haberlos considerado trabajadores, habrían intentado organizarlos en sindicatos. Por el otro lado, cabe resaltar que entre 1918 y 1919 hubo una «huelga» importante de los policías londinenses nucleados en una suerte de «sindicato» policial (NUPPO). No encontré ninguna referencia de la Comintern sobre este asunto.

    La distinción entre los cuerpos permanentes de la represión (ejército permanente o regular, policía, prisiones, burocracia) y la tropa compuesta por obreros y campesinos es central en el pensamiento y en la acción de los revolucionarios mencionados. En «El Estado y la revolución» es clarísima la indicación de «destruir» ese aparato, mientras que en escritos como «Las fuerzas armadas y la revolución» (escrita con motivo de la insurrección de Sebastópol), o «Las enseñanzas de la insurrección de Moscú», es evidente que Lenin plantea la propaganda y la agitación entre las tropas (de un ejército de leva forzosa). En este último texto afirma que no alcanza con la propaganda y la agitación para hacer vacilar a las tropas, sino que hay que dar una lucha física por las tropas y, entre otras, exterminar a quien estén al mando de ellas.

    Es decir, plantea una política de confrontación político – militar contra el aparato represivo y no de intervención reformista.

    Recordemos de paso «Los soviets en acción» de John Reed, donde éste revolucionario contaba cómo era su funcionamiento. Los ex-miembros de la policía y de la gendarmería carecían de derecho a voto, al igual que quienes explotaban a trabajadores. Es decir, se los equiparaba a la burguesía en un momento en que había triunfado la primera revolución obrera de la historia, en la que la hegemonía obrera había alcanzado niveles impensados hasta ese momento. Bien podrían haberle dado el derecho a voto y neutralizarlos. Sin embargo, el hecho de que les impidieran votar habla a las claras del odio que despertaban estas gentes. No por nada Trotsky, en Historia de la revolución rusa, dice. El gendarme es el enemigo cruel y odiado, no cabe ni pensar en ganarlo para la causa revolucionaria, no cabe más que azotarlos o matarlos. Pero el ejército es otra cosa.

    Recordemos el Cordobazo, la policía se escondió esperando que llegara el III Cuerpo del Ejército, no se quebró ni se pasó del pueblo.

    Adhiero a la postura de compas como los de la Correpi porque, además, tienen una experiencia de más de dos décadas militando contra el aparato represivo estatal.

    Pongo dos ejemplos: Sergio Durán, asesinado a principios de los 90 en la comisaría primera de Morón, a manos de sus torturadores, todos policías de distinto rango. Desde un subcomisario para abajo. Ninguno de ellos se quebró y rompió el espíritu de cuerpo pese a que afrontaron condenas a prisión perpetua por tortura seguida de muerte. Rodrigo Corzo, asesinado de un tiro en la espalda por un Oficial de Hurlingham. Su inmediato inferior, que vio todo, mintió para tratar de cubrirlo, aun después de que el primero hubiera sido condenado a 16 años de prisión. Ahora está preso por encubrimiento. No se quebró.

    ¿Algunos esperan, honestamente, que se quiebren por unos pesos?

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    Lucas

    25/12/2013 at 23:00

  15. Muy bueno el artículo. Creo que le agregaría que, aparte de discutir si en la tradición del marxismo es o no favorable a la sindicalización de la policía como una demanda socialista o pro-socialista, lo que importa es lo que necesitamos en el presente y no la tradición.

    Mi posición es que solo si la policía da un paso hacia el pueblo (por ejemplo, rebelándose ante la orden de reprimir, denunciando la corrupción y la mafia en sus filas), entonces es cuando el pueblo (y los socialistas) deben rodearla de solidaridad. Si solo hace demandas gremiales (que creo que es una palabra mucho más adecuada que sindicales), no. Por las razones expuestas en este artículo y el anterior: https://rolandoastarita.wordpress.com/2012/10/06/3450/.

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    Danilo Castelli

    25/02/2014 at 16:20


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