Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Precio de la soja y mercados financieros (2)

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Rolando Astarita [Blog]  Marxismo & Economía El paro general del juevesEsta es la segunda parte de la nota iniciada aquí.

Forwards y futuros

Empecemos con lo más elemental, la diferencia entre una operación contado (o spot) y un contrato “a plazo” o forward. Si un acopiador, o una empresa, compra trigo a un granjero y paga al contado, la transacción es, naturalmente, spot. Por el contrario, si las dos partes acuerdan no intercambiar trigo por dólares hasta una fecha posterior, la transacción es descrita como forward. El forward establece la entrega en un tiempo futuro y un lugar especificados, de una cantidad y calidad determinadas de la mercancía (supongamos, trigo). Los forwards, a su vez, se negocian a un precio que deriva del precio del trigo -de ahí el nombre de derivados para este tipo de activos-, generando ganancias o pérdidas a sus poseedores. Supongamos, por ejemplo, que después de haber cerrado el forward, sube el precio del trigo; en ese caso, el poseedor del forward puede venderlo con una ganancia.

Pues bien, los contratos de futuros son, esencialmente, contratos forward, pero de tipo estándar (la cantidad, calidad del producto y lugares de entrega son estándar), que se negocian en mercados institucionalmente supervisados. Por eso, las casas que pueden entregar o recibir las mercancías deben estar autorizadas para operar, y los que operan en futuros están obligados a depositar garantías, que pueden aumentar a medida que los precios se mueven contra el inversor. Aclaremos que además de los especuladores financieros, operan con futuros productores, comerciantes, acopiadores e industriales, que tienen interés directo en el bien. Con estas nociones básicas, veamos ahora cómo opera el mercados de futuros de granos en EEUU. Tomo como fuente el muy completo “Informe sobre el mercado estadounidense de futuros de trigo, de 2009”, que realizó un Subcomité del Senado de Estados Unidos.

La operatoria en futuros de granos

Si bien los contratos de futuros raramente se utilizan para proveer la mercancía al comprador, juegan un rol significativo en la comercialización de los cereales. Lo explicamos con un ejemplo.

Supongamos que un granjero firma un contrato forward con un acopiador, por el cual se compromete a entregar a éste, en determinada fecha (con la cosecha) y a cierto precio, una cantidad x de trigo (también puede ser soja, maíz). Llegada la cosecha, el acopiador compra entonces el grano y lo almacena, con vistas a venderlo más tarde. Debido a que sufriría una pérdida si baja el precio del trigo, se protege vendiendo un contrato de futuro; para esto, elige un contrato con fecha lo más cercana posible a la fecha en que piensa que efectivamente entregará el grano. Supongamos que el acopiador compró el trigo a $4 por unidad en julio, y vendió futuro a $6 (la diferencia deberá cubrir sus costos de almacenamiento, más transporte y seguro, y generar una ganancia). El contrato de futuro exige que el acopiador entregue el trigo a una determinada empresa, autorizada por el mercado, y en un lugar especificado. Sin embargo, los acopiadores y otros comerciantes entregan, por lo general, en otros lugares y tiempos. Si este es el caso del acopiador de nuestro ejemplo, deberá deshacer (unwind) la protección al llegar diciembre. Para esto, en diciembre compra un contrato de futuro. Supongamos que en diciembre el precio de contado bajó a $3, y el futuro a diciembre también está a $3. El acopiador ha ganado entonces $3 en el mercado de futuro (recordemos que había vendido el futuro a $6); y debido a que vende el trigo a $3, pierde en esta operación $1 (había comprado el trigo a $4). La diferencia, según lo previsto al protegerse, fue de $2. Pero observemos que el éxito de la operación depende de que haya convergencia entre los precios de futuro y los precios de contado, al momento del vencimiento del futuro. Si en diciembre el precio del futuro es mayor que el precio del contado, el acopiador tendrá pérdidas (y viceversa). Lo cual demuestra que la suba permanente de los futuros genera pérdidas para los acopiadores, no ganancias, como se piensa muchas veces. De todas maneras, y en principio, las diferencias entre los precios de contado y los futuros son pequeñas.

La suba de 2005 y los fondos de inversión

Sin embargo, a partir de 2005 entraron capitales especulativos a los mercados de futuros, que generaron fuertes distorsiones en todo el mecanismo de comercialización, en particular porque comenzó a fallar la convergencia entre los precios spot y los precios de los futuros al momento del vencimiento de éstos. Estos inversores estaban conformados por fondos de pensión, fondos de inversión, fondos de cobertura, y otros, que adquirían títulos financieros emitidos por las principales instituciones financieras (Bank of America, Citibank, Goldman Sachs y otros). El más común se conoce con el nombre de commodity index swap, cuyos precios dependen de los índices de los precios de las materias primas. En la primera década del 2000 muchos economistas y expertos en mercados financieros vendieron la idea de que los derivados basados en precios de materias primas constituían una protección segura contra la inflación, máxime en un momento en que el mercado bursátil estaba aplanado. Muchos fondos líquidos se sintieran atraídos hacia estos mercados, y el valor total de los instrumentos indexados pasó de 15.000 millones de dólares en 2003 a 200.000 millones a mediados de 2008. En este último año los dealers en estos índices poseían entre el 40% y el 45% de los contratos de compra en el mercado de futuros de trigo de Chicago, y proporciones muy altas en otros mercados. Según la FAO, entre 2005 y 2008 estos fondos especulativos (“operadores no comerciales”) duplicaron prácticamente su participación en los mercados de futuros del maíz, trigo y soja.

Pues bien, las ganancias del inversor dependen, por un lado, de los cambios de precios de la mercancía subyacente; así, si el índice del swap contiene trigo, el inversor ganará si sube el precio del trigo. Sin embargo, las ganancias (o pérdidas) también pueden derivarse de la renovación de los contratos que se hace a fin de continuar la operatoria. Al acercarse la fecha en que expiran los contratos de futuros, los inversores especulativos los venden y simultáneamente compran otros, con fechas más alejadas. De manera que cuando el precio del contrato que se vende es superior al precio del contrato que se compra, habrá ganancia; y pérdida en el caso contrario. Por eso, en un mercado alcista hay ganancia por aumento de los precios, pero pérdidas por las renovaciones de los futuros. El componente de las ganancias (o pérdidas) conformado por la renovación de los contratos es, por lo general, más importante que el derivado de las variaciones directas de los precios.

El tema es que con la entrada de grandes fondos, a partir de 2005 hubo una creciente demanda de compra de futuros que debían renovarse. Lo cual llevó al alza de los precios de los futuros. En consecuencia, se generaban pérdidas por renovación de los contratos, que erosionaban las ganancias que se lograban por aumento del precio del cereal. Para contrarrestar esas pérdidas, hubo una tendencia a invertir en plazos cada vez más largos. Paralelamente, los precios en el mercado al contado empezaron a divergir fuertemente de los precios de los futuros; esto es, los precios no convergían al momento de la expiración de los contratos.

Distorsiones crecientes

Una primera consecuencia de la falta de convergencia fue que desapareció una referencia orientadora de los precios para los productores, los acopiadores, comerciantes y grandes compradores industriales. En condiciones normales del mercado, los precios de los futuros (influenciados por los pronósticos del rinde de las cosechas, la evolución de la demanda, la situación de los stocks, etcétera) orientan acerca de los precios del contado, y la evolución de los costos. Pero esto no ocurría, debido a la situación descrita.

En segundo término, en la medida en que subían los precios de los futuros, los acopiadores afrontaban pérdidas al momento de deshacer la operatoria, comprando un futuro que estaba más caro que el cereal al contado. Se calcula que el acopiador promedio en EEUU enfrentaba, en 2008, en promedio, un costo de protección un 300% superior al de 2006. Recordemos que cuando los precios se mueven en contra del poseedor del futuro, la Cámara le exige la reposición de garantías (margin call); los que no podían cumplir, veían cerradas sus posiciones. A su vez, ante las pérdidas, los bancos limitaron el crédito. Es aquí donde surgió un fenómeno de acumulación de stocks. Según surge del informe del Subcomité del Senado de EEUU que realizó la investigación, muchos acopiadores comenzaron a comprar grano en el mercado al contado y almacenarlo, para ganar con la venta de contratos de futuros a precios más altos. Es por esta circunstancia que se puede decir que la especulación tuvo un efecto sobre los precios. Lógicamente, el aumento de los stocks, en un momento de escasez de oferta frente a una demanda creciente, ejerce una presión alcista sobre los precios. Y a través de esta vía entonces el futuro influye en el precio de la mercancía. De todas maneras, los almacenamientos de granos se mantuvieron relativamente bajos en 2007-8. Más importante aún, la incidencia del almacenamiento sobre los precios no puede ser de largo plazo, ya que implica costos crecientes a medida que progresa.

Evidencias disponibles

Lo explicado hasta aquí permitiría entender por qué los estudios empíricos no encontraron evidencia de que el alza de los precios de los alimentos se haya debido a la especulación en los mercados financieros. UNCTAD (2009), que atribuye incidencia a la actividad especulativa en el aumento de los precios, reconoce sin embargo que no encuentra pruebas claras de que haya habido una relación causal entre el incremento de la actividad financiera y el alza de los precios. Se encuentra correlación entre ambos fenómenos, pero correlación no es sinónimo de causalidad. Mayer (2009) piensa que los grandes inversores pueden haber afectado a los precios en el corto plazo, a partir de 2006, porque sólo compran futuros, a diferencia de los especuladores tradicionales, que toman posiciones de compras y ventas de futuros. Sin embargo, también reconoce que la incidencia no puede ser de mediano o largo plazo. En este respecto, constata que hay poca correlación entre posiciones financieras y cambios de precios para períodos extensos no solo en soja, maíz, trigo y aceite de soja, sino también en oro, gas natural, petróleo y cobre. Gilbert (2008), por su parte, anota que la especulación generó mayor correlación entre los mercados, debido a que se compraron índices indiscriminadamente, y esto ayudó a formar la burbuja. Pero tampoco encuentra pruebas de que los inversores financieros generaran el alza de los precios en lo fundamental; más bien los inversores siguieron una tendencia y la profundizaron, en especial en el período de febrero a mayo de 2008. En este respecto, es significativo que la entrada masiva de fondos especulativos al mercado de futuros de alimentos se produjo a partir de 2005, cuando el alza de precios ya estaba en marcha desde 2001. El índice de precios de cereales (incluye arroz) de la FAO aumentó de 86,5 en 2001 a 103,5 en 2005 para subir a 166,9 en 2007 y a 237,8 en 2008.

Tendencias de base y ley del valor

Todo parece indicar entonces que la especulación puede generar mayor volatilidad y profundizar tendencias, pero no crearlas. Las condiciones de la producción, dada una demanda, son siempre las decisivas, en última instancia, y los especuladores no pueden desconocerlas impunemente. De aquí la incidencia de las noticias -evolución de las cosechas, de los stocks, etcétera- acerca de lo que sucede con el activo subyacente (la soja, el trigo, etcétera). Por eso si, por ejemplo, en el mercado hay sobreoferta de una determinada mercancía, los precios de contado tenderán a caer, y no habrá manera de que los futuros evolucionen al alza. Por caso, cuando se reciben noticias de que las condiciones climáticas auguran una elevada cosecha de soja o maíz en EEUU, o que la demanda de China se debilita, los fondos de inversión venden sus posiciones y caen los precios de los contratos. Un comportamiento que se explica, en última instancia, desde la ley del valor trabajo, y no con el enfoque de la financiarización.

Volvemos con esto al argumento central de esta nota. Como lo destacaba hace ya muchos años Maurice Dobb, el gran avance de los economistas clásicos fue la explicación de que los valores de cambio observan ciertas uniformidades y se ajustan a ciertas relaciones esenciales y controladoras, que no son otras que las relaciones entre hombres en su carácter de productores. Por eso, la Economía Política “llegó a ser fundamentalmente una teoría de la producción” (Dobb, p. 33). Una tesis que se consolida con Marx, y su descubrimiento de la forma en que los precios de producción son regidos por los tiempos de trabajo social, y la tasa de plusvalía. Querer reemplazar, desde una supuesta heterodoxia de izquierda la teoría del valor trabajo por la tesis que dice que “los precios de los commodities son determinados por el capricho del especulador financiero”, significa volver a la edad de piedra de la ciencia (lugar en el que está cómodamente instalada la ortodoxia neoclásica).

Textos citados:
Dobb, M. (1973): Economía política y capitalismo, México, FCE.
Gilbert, C. L. (2008): “How to Understand High Food Prices”, Università degli Studi di Trento, Dipartamento di Economía, Discussion Paper Nº 23, noviembre.
Mayer, J. (2009): “The Growing Interdependence between Financial and Commodity Markets”, UNCTAD, Discussion Paper Nº 195, octubre.
UNCTAD, (2009): Trade and Development Report, 2009.
US Senate (2009): “Excessive Speculation in the Wheat Market”, Permanent Subcommittee on Investigations.

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«Precio de la soja y mercados financieros (2)»

Written by rolandoastarita

01/11/2013 a 09:22

13 respuestas

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  1. Muy bueno Rolando. En síntesis, como para entender la operatoria: los acopiadores compraban grano al contado, y vendían foward a un precio superior que al contado. No tenían que desahecer operaciones, y por eso no perdían con la suba del precio. El hecho de aumentar stocks empujaba el precio del grano al alza. Los commodity index también suben. ¿Cómo se deshace la burbuja? Pienso en que en el momento en que los stocks sean demasiado costosos. Sin embargo sostenés que se mantuvieron relativamente bajos.

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    Gus

    01/11/2013 at 13:16

    • Los acopiadores compran a través del forward (a ejercerse en el momento de la entrega del grano) con el granjero, y venden futuro, que tiene que ser cercano a la fecha en que deben hacer la entrega efectiva. Pero por lo general, deben deshacer ese futuro al llegar esa fecha, porque el lugar y comprador no coinciden. Aquí viene entonces el punto crucial: cuando compran para deshacer el futuro, el precio de compra no puede ser muy distinto del precio de contado, al que van a vender el grano. Si el futuro de diciembre, por ejemplo, está por encima del precio de contado diciembre, el acopiador tiene una pérdida. Esto demuestra que no puede estar ganando con la suba del futuro. Por lo general, de todas maneras, ambos precios coinciden. En cuanto a los fondos especulativos, ganaban con la diferencia entre lo que pagaban por el futuro cuando lo adquirían, y el precio al que podían venderlo, si su precio subía (acompañando, por ejemplo, la suba del principal). Sin embargo, si debían renovar los contratos, lo hacían a mayor precio, con lo cual también se les diluía la ganancia. Esto demuestra que no se puede valorizar el dinero con el simple juego de comprar y vender «papeluchos».

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      rolandoastarita

      01/11/2013 at 17:10

  2. Rolando, dado que no figura un mail de contacto con vos, te dejo el comentario siguiente que no está relacionado con la nota, espero que puedas leerlo.

    Soy militante del PRT, quería dejarte la página del partido para que puedas verla, y de paso, si podés me des tu opinión (ionescoe@yahoo.com.ar). Publicamos dos revistas, El Combatiente, que sale todos los segundos y cuartos viernes del mes; y La Comuna, que sale más o menos cada dos meses, una revista más «ideológica» si se quiere, o que no trata problemas inmediatos, sino que atravisesan diversas épocas.

    http://www.prtarg.com.ar

    Saludos.

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    Eugenio

    08/11/2013 at 13:23

    • Mi mail es rastarita@gmail.com.
      Gracias por el envío. Me pides una opinión, y aquí va. Empiezo diciendo que mis observaciones las hago desde la simpatía por toda postura crítica y enemiga del capitalismo. Máxime en estos tiempos de tanto oportunista y tanto «marxista» que se pasó de bando.
      De manera muy resumida, enumero dos cuestiones que me generan más conflicto. La primera es que no coincido en caracterizar la contradicción central de este país en términos de «monopolios», o «burguesía monopolista» enfrentada al pueblo. Me parece más apropiado plantear directamente que la contradicción es entre el capital (incluido el gobierno y todo el aparato del Estado) y el trabajo.

      La segunda, y tal vez la más importante, tiene que ver con la caracterización de la situación política, en particular de la lucha de clases en Argentina (en otras palabras, lo que en los 70 llamábamos «caracterización de etapa»). Me parece que tienen una visión demasiado optimista y hasta exagerada del nivel de luchas de los trabajadores y las masas oprimidas y, en contrapartida, de una supuesta crisis de dominación de la burguesía. Tomo algunos pasajes de varias notas: «estamos encontrando el camino de la lucha unitaria, autoconvocada, con el ejercicio de la democracia directa»; «se ensancha cada día el camino basado enla movilización por las conquistas»; «auge de masas en nuestro país»; «gran estado de movilización de las masas en todo el país». En el otro polo habría «crisis política de dominación»; «escenario actual de profunda debilidad de la burguesía»; «debilidad estructural de la burguesía».

      Sinceramente, me gustaría «ver» una situación como la descrita, pero no la encuentro por ningún lado. El kirchnerismo tuvo relativo éxito en dividir muchos movimientos populares y críticos, incluso cooptando militancia y dirigentes (para dar un solo ejemplo sobre esto último, cito a buena parte de la dirigencia de Subterráneos, que era de izquierda y hoy es pro K). El dominio de la burocracia sindical continúa firme en la mayoría de los gremios y grandes lugares de trabajo. El movimiento obrero está fracturado estructuralmente entre los que tienen trabajos precarizados y parciales, y los que están «en blanco». En la mayoría de los centros de gran concentración obrera, el estado de ánimo no es de efervecencia, ni nada por el estilo. En muchos barrios populares el gobierno ha ganado a algunos sectores de la juventud (esto es, los ha ganado para una estrategia burguesa). Además, el capital mantiene un dominio relativamente «normal»; se ve en que no siquiera grandes diferencias en los programas económicos y sociales que proponen los principales candidatos a suceder a CK en 2015. Existen dificultades económicas, pero nada que indique una «crisis de dominación». La burguesía puede dominar y explotar aunque no haya adhesión activa a sus políticas por parte de las masas. Basta con que haya resignación, o que la gente «soporte», de alguna manera.

      Todo esto me lleva a defender una táctica más bien cuidadosa, defensiva, en los lugares de trabajo. Se traduce, por ejemplo, en la necesidad de explicar esta situación de manera descarnada, fomentar el trabajo unitario de los activistas en las empresas, y cuidadoso, en pro de acumular fuerzas pacientemente, hasta que la situación comience a revertirse. En especial, ser muy cuidadoso a la hora de «disparar» conflictos. Intensificar la lucha ideológica y política, y las actividades de propaganda y preparación de cuadros obreros y populares, que en el futuro, seguramente, jugarán un rol preponderante en la recuperación del terreno. Para plantearse las tareas de manera correcta, hay que partir de un análisis correcto de la correlación de fuerzas existente.

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      rolandoastarita

      08/11/2013 at 14:30

    • Te agradezco la repuesta y me sorprende la rapidez. Esta respuesta mía no busca convencerte de nada, sino explicarte nuestra perspectiva. Si creemos que los monopolios están débiles y si no podemos avanzar más es por la debilidad de nuestra clase, una suerte de empate, sin embargo, vemos que esto se produce, en nuestro parecer, en una situación de avance del pueblo. Por ejemplo, pequeñas asambleas como la de Famatina y Esquel haciendo retroceder a los monopolios mineros, en Quilmes la asamblea «Por no a la entrega de la costa», logró frenar el avance de Techint que venía desmontando la selva marginal del Río de la Plata. En Salta, en el Ingenio El Tabacal, el año pasado logramos superar el máximo que intentaba poner como tope salarial la burocracia sindical, para ello todo el pueblo combatió durante tres horas con la gendarmería para hacer retorcer a la patronal, por poner algunos ejemplos. En nuestra página, tratamos de reflejar esas luchas, con una nota por día. Sí vemos que estos sectores de «vanguardia», si me permitís, aplican métodos de democracia directa. Yo lo he visto participando en la asamblea Por no a la entrega de la costa, otros compañeros lo han visto en sus experiencias y lo han transmitido.

      El problema de nuestra debilidad política es la fragmentación de esa vanguardia y, creemos, la misión fundamental de los revolucionarios es contribuir a su unión y organización. Creemos que con la presencia de una propuesta política conjunta de toda la vanguardia podremos empezar a movilizar a las masas, algo que hoy, por sí misma, no puede hacer ninguna organización. Por eso, al menos en la situación presente, ninguna organización puede decir que «dirige» el movimiento de las masas, sino que esa dirección puede ganarla un Frente que agrupe a esa vanguardia hacia la revolución. Para ello, hemos tenido dos políticas, 1) conformar en Movimiento Obrero Revolucionario (MOR), tratando de ir uniendo a los sectores que están luchando en las fábricas, incluso con organizaciones gremiales autoconvocadas. NO a unir a los militantes del PRT en esas fábricas, porque no sería ningún mérito. Es a lo que nos acostumbrar ciertos partidos de «izquierda» que hacen coordinadoras sindicales, o cosas así donde no se ven más que militantes, sino tratar de movilizar y unir a «las bases», por así decir. El MOR ha logrado, por dar un ejemplo, encuentros de unidad con obreros del parque industrial de Pilar y del parque industrial de General Rodriguez, pero aún está en gestación. 2) Conformar un frente político, en otro «nivel de conciencia», llamemosle así, donde tratamos de unir a toda esa vanguardia que está luchando concretamente, políticas, sociales, de cualquier índole. El primer encuentro de las organizaciones se dio el 17 de agosto de este año y participaron, entre otros, PRT, Fogoneros, Juventud Guevarista de Mar del Plata, Liberación-Corriente Amaranto de MdP, MTD 17 de Julio de Chaco, FAR, Movimiento Teresa Rodríguez, Movimiento Alas al Viento, Movimiento en busca de la conciencia, Jubilados Clasistas, Vecinos inundados de Tigre, etc. después hubo dos encuentros nacionales más, esto también está en construcción porque necesitamos que se sumen muchos más, incluso independientes, seguimos discutiendo con grupos e independientes para que se sumen. La idea que tenemos es que estos dos movimientos (el MOR y el «llamado del 17 de agosto», aún sin nombre) tiendan a converger en un sólo movimiento amplios, democrático y de lucha. Esa es la caracterización que hacemos, a grandes trazos, porque no quiere excederme más de lo que estoy excediendo.

      No vemos la necesidad tampoco de competir en las instituciones burguesas, creemos que el pueblo superó la etapa de «creer» en ellas. Cuando participa, lo hace «porque no le queda otra».

      Cuando hablamos de «monopolios» tratamos de reforzar la idea de la lucha es contra todos los monopolios que hoy gobiernan nuestro país. No entiendo por qué sería mejor hablar de Capital-Trabajo.

      El tercer encuentro nacional, aún sin fecha precisa, aunque sabemos que será en el mes de marzo, lo haremos en el Chaco donde hay una situación profunda de lucha y queremos ayudar. Capitanich ha organizado grupos paramilitares que han matado a casi 100 luchadores en los últimos meses, lo que ha forzado a grupos sociales, aborígenes y políticos a organizar su autodefensa.

      Te agradezco la respuesta otra vez. Me gusta tu blog. si un día hacemos alguna actividad en la universidad, donde aún no estamos muy presentes (y por eso nos «vemos menos» que otras orgas) te vamos a invitar a ella.

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      Eugenio

      08/11/2013 at 15:19

    • Evidentemente, no coincido con esta visión. Un análisis de la relación de fuerzas no puede basarse en una «suma de casos», y menos del tipo «en Quilmes se hizo retroceder un proyecto de Techint», o hay pequeñas asambleas que frenan en alguna medida a dos empresas mineras. Es el mismo error de método en el análisis que hemos cometido en la izquierda durante años (he participado del mismo).
      En cuanto al tema «monopolio», me parece equivocado, y por dos razones:
      a) La estructura económica esencial del capitalismo contemporáneo, en Argentina o a nivel mundial no es «monopólica». Como he planteado repetidas veces en este blog, monopolio significa manejo de precios, de manera que no rige la ley del valor trabajo ni la competencia.
      b) Desde el punto de vista político, la idea de que se lucha «contra el capitalismo de los monopolios» encierra la noción de que existe otro capitalismo «no monopólico», que pareciera no ser objeto principal de la lucha. Pareciera entonces que el origen de los padecimientos de las masas trabajadoras y la causa de la explotación no es la relación capitalista, sino el tamaño del capital. En otras palabras, el problema es que el capital es demasiado grande. Esta cuestión no es menor. Los partidos Comunistas de los países adelantados, por ejemplo, durante años plantearon que la lucha era «contra el capitalismo de los monopolios»; a partir de aquí derivaban una política de alianza con el capital «no monopólico».

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      rolandoastarita

      09/11/2013 at 08:45

    • Súper interesante el intercambio!! Trabajo en Soldati, en «la 11-14» y en algunas de las peores zonas de La Matanza y debo decir que acuerdo con la visión de Astarita, por lo menos en estas zonas.

      Saludos.

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      Gerardo Daniel

      08/11/2013 at 22:54

  3. Eugenio: Datos para contribuira los tuyos: Soy miembro del Sat. trabajador en blanco y con sueldo superior a los 11000. El sat es un sindicato muy importante, totalmente aliado del go. (Tomada era abogado del sat)

    Estuvimos tolerando descuentos por ganancias de 2000 a 3000 pesos. Viste al Sat movilizado?

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    nahuel

    09/11/2013 at 12:28

    • Como última, creo, respuesta, para no quedar como aparato. En rigor, no sostenemos que el estado movilizado y de lucha no lo planteamos a nivel de «masas», sino de «vanguardia». Consideramos que para lograr la movilización de las masas, debemos reunir a esa vanguardia en lucha, que no es un tipo en Quilmes, en Quilmes es una multisectorial, para aclarar. Si vemos en muchas fábricas estado de movilización y defensa de los compañeros, etc. Lo vemos, por ejemplo, en Toyota, Procter and Gamble, en La Serenísma, Volkswagen, etc. Si planteáramos que la movilización y lucha es de masas, plantearíamos que la revolución la tenemos al alcance de la mano.

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      Eugenio

      11/11/2013 at 09:00

    • Sin embargo los pasajes que cité, extraídos del periódico, parecen no dejar lugar a dudas de que se está haciendo una caracterización a nivel de relación de fuerzas entre las clases sociales: “Auge de masas en nuestro país”; “gran estado de movilización de las masas en todo el país”. En el otro polo habría “crisis política de dominación”; “escenario actual de profunda debilidad de la burguesía”; “debilidad estructural de la burguesía”.
      Ahora bien, si existe una movilización solo a nivel de la «vanguardia» (y habría que definir en qué consiste ésta), se plantean de todas maneras cuestiones tácticas importantes, que deberían ser precisadas. En los años 70 la distancia que hubo entre el microclima de la vanguardia, y las bases, constituyó una fuente de importantes errores políticos que cometimos. A lo largo de la historia también se han dado algunos episodios de este tipo, con diferentes grados de intensidad, por supuesto.
      Por otra parte, en mi opinión hoy no existe esta división entre una vanguardia movilizada y las bases pasivas. De hecho, una parte importante del activismo de izquierda de los 90 fue cooptado por la clase dominante, a través del kirchnerismo. Sucedió con sectores de la militancia por los DDHH, estudiantil, barrial y también sindical. Esto debería ser tomado en cuenta en la situación de la «vanguardia», así como sus repercusiones a nivel de las bases.
      Por último, insisto en lo siguiente: los análisis deben partir de la correlación global de fuerzas entre las grandes clases sociales (análisis que debe incluir la posición de la pequeña burguesía). Solo a partir de este encuadre podrá ubicarse en su justa perspectiva la actividad de la llamada vanguardia (activistas, militantes de organizaciones de izquierda, etcétera) en el movimiento de masas. Si esto no se aclara, será fuente de errores.

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      rolandoastarita

      11/11/2013 at 09:17

  4. Rolo: Acerca de «la fractura estructural»:Hace un tiempo publicaste en D.M. (las primeras, no me acuerdo bien) un articulo con un analisis de coyuntura donde planteabas que el ejercito de desocupados ( o una parte) no encontrarian lugar en un mediato desarrollo del cap. arg. Planteabas que un sector quedaria como «sobrantes permanentes», con determinadas consecuencias sociales.
    Si te acordas y lo encontras: Podras subirlo? Considero que el analisis se viene confirmando, y acaso aportaria datos de los porques de los «auges» que el compañero Eugenio observa.

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    nahuel

    09/11/2013 at 12:42

    • El problema es que no están digitalizados los artículos de DM. Preciso de todas formas el dato. Según el Ministerio de Trabajo, los trabajadores en situación «informal» representan el 43% de la población económicamente activa. Son 4,7 millones de personas. La OIT y otros organismos la ubican incluso más alta.

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      rolandoastarita

      10/11/2013 at 10:07

  5. Rolando: no sé si esta es el lugar, pero me gustaría hacer una pregunta de carácter general (si la respuesta exige demasiado tiempo, puede obviarla). La plusvalía se divide en ganancia, interés y renta de la tierra, ¿pero de qué manera específica pasa a manos del terrateniente? Mi duda parte de la situación, muy común acá, el sur de santa fe, en la cual el dueño de la tierra contrata a otros para que siembren y cosechen su campo, repartiéndose luego la ganancia entre ambos de la manera convenida, ahora bien: ¿esa ganancia de ambos es parte de la plusvalía general o el trabajo agrario (cosecha, siembra, etc), genera plusvalía? ¿El dueño del campo cumple la función de capitalista usual que explota la fuerza de trabajo de los que laboran su campo? Supongo que es una pregunta algo «estúpida», pero a los marxistas «amateurs» se nos complica aplicar la teoría general cuando bajamos a las formas concretas.

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    marcos

    14/11/2013 at 14:49


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