Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Gatillo fácil, represión y década K

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Rolando Astarita [Blog]  Marxismo & Economía El paro general del juevesEn el día de ayer, en el barrio de Villa Urquiza, en la ciudad de Buenos Aires, Eric Milton Ponce fue baleado por un miembro de la policía bonaerense, David Cavaleiro. Al momento de escribir esta nota, Eric se encuentra en terapia intensiva, y su estado es grave.

El motivo “de superficie” del acto criminal, fue la discusión por una cuestión banal; por lo que los medios se apresuraron a calificar la acción de Cavaleiro de “irracional”. La razón de fondo, sin embargo, es otra. Se trata de un caso más de gatillo fácil, que se inscribe en una lógica de larga data, y en su profundización (ver aquí y aquí). El endurecimiento del discurso del gobierno CK, el nombramiento de Milani como jefe del Ejército, de Marambio al frente del Servicio Penitenciario Nacional, de Granados como ministro de seguridad de la provincia de Buenos Aires, la represión en Neuquén a los que protestaban por el acuerdo de Chevron, o la propuesta de bajar la edad de imputabilidad de los menores, no son hechos aislados.

Para comprender el significado de lo que está ocurriendo, es importante ir a los datos y a la historia de la década K. Con este objeto, reproduzco en lo que sigue algunos de los datos y conclusiones más relevantes del “Informe de la situación represiva 2003-2013”, de la CORREPI (consultar http://www.correpi.lahaine.org/). Recomiendo a los lectores del blog leer completo este informe. Aquí van entonces algunos datos.

Balance de una década

Según el informe, entre el 25/05/2003 y el 25/05/2013, esto es, durante la década de gobierno del matrimonio Kirchner, fueron asesinadas con el gatillo fácil, las desapariciones y la tortura en cárceles y comisarías 2280 personas. Aclaremos que se trata sólo de los casos denunciados a la CORREPI.

“Ningún gobierno, desde diciembre de 1983, exhibe un índice semejante”. Existen tres modalidades básicas: por un lado, el gatillo fácil, responsable del 38% de las muertes. En segundo término, los fusilamientos realizados por las fuerzas de seguridad, que se presentan como enfrentamientos. En tercer lugar, la detención legal o ilegal de personas, las torturas en comisarías, seguidas de muerte y la desaparición de las víctimas. En este último respecto, CORREPI contabiliza unos 200 casos de desapariciones. En muchos casos, los asesinatos se presentan como suicidios o peleas entre internos. “Muchas veces, luego de detenerlos y torturarlos, para deshacerse de los cuerpos los tiran a un río, a un basural, o los dejan cerca de las vías de un tren para simular un accidente”. Jonathan Lezcano, Ezequiel Blanco, Alejandro Flores, Luciano Arruga, Jorge Julio López, Iván Torres, Adolfo Garrido, Raúl Baigorria, son algunos de los desparecidos.

CORREPI dice que se trata de las tres modalidades básicas de una forma represiva que tiene por objetivo imponer el control social sobre las grandes mayorías, que deben ser disciplinadas para que acepten, como natural, su subordinación a la clase dominante. La forma represiva está por eso dirigida principalmente a los sectores más pobres y oprimidos de la sociedad, y dentro de ellos, a los jóvenes. En este contexto, la presidenta Kirchner envía su mensaje de aliento y amparo a las fuerzas de seguridad: “no puede ser que la policía detiene, detiene y detiene, y la Justicia libera, libera y libera”.

A lo anterior, debe sumarse:

El proyecto X, de espionaje sobre las organizaciones políticas de izquierda y populares, instrumentado por la Gendarmería.

La infiltración de la Policía Federal en organizaciones populares, como la Agencia Walsh.

La sanción de siete leyes anti-terroristas desde 2003.

Las condiciones infrahumanas en que son mantenidos los presos, con aplicación sistemática de torturas y vejaciones de todo tipo.

La intervención militarizada, con Gendarmería o Prefectura, en la represión de luchas sindicales o populares. Como ejemplos: prefectura contra trabajadores de la industria pesquera en Mar del Plata, Gendarmería contra petroleros en Santa Cruz, Prefectura en el conflicto del Casino Flotante, en la ciudad de Buenos Aires; la ocupación por Gendarmería del Hospital Francés, también durante el conflicto sindical; la represión permanente a los trabajadores del INDEC.

El hostigamiento, persecución y amenazas a militantes y activistas sindicales y sociales, o defensores de derechos humanos, por el Gobierno Nacional, los gobiernos provinciales (muchos de ellos aliados y amparados por el gobierno K), incluidos los militantes de la CORREPI.

La tercerización de la represión con patotas. “Con una frecuencia superior a sus antecesores, el gobierno ha recurrido a grupos de choque paraestatales para intervenir en los conflictos que por su magnitud, apoyo popular o perseverancia, necesita resolver con urgencia sin manchar el nombre de la gestión ni contribuir a la deslegitimación de las fuerzas represivas: la patota”. Existen para este fin grupos integrados por organizaciones afines al gobierno. En otros casos, interviene en la represión -por ejemplo, de conflictos laborales- personal de agencias privadas de seguridad, o patovicas, contratados por las patronales, que tienen vía libre para actuar.

Estos hechos están en correspondencia lógica con un “modelo de desarrollo con inclusión social” en que el 15% de la fuerza laboral está desocupada o subocupada; en que más del 35% tiene trabajos precarizados e informales; en que un millón de jóvenes no estudia ni trabaja; en un país en que más de 8 millones de personas carecen de agua de red, y 21 millones no tienen cloacas. Esto en un país que ha crecido, según los datos oficiales, “a tasas chinas”. Más en general, los datos que presenta el informe CORREPI deberían servir para la reflexión acerca de la naturaleza de clase del Estado, y del gobierno que lo encabeza.

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«Gatillo fácil, represión y década K«

Written by rolandoastarita

01/10/2013 a 10:43

45 respuestas

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  1. Hola Rolando. Te hago una pregunta relativa más bien a la «interpretación social» que deberíamos hacer acerca de esta cuestión, lo cual es, en mi opinión, algo que siempre le faltó a CORREPI, en el sentido de analizar los datos presentados desde una perspectiva más general (de todos modos, tengo pendiente leer el libro de Verdú, «Represión en democracia», quizás ahí profundice en ese aspecto). En tu opinión, y siguiendo algo de lo que decías en «Ajuste y represión K», ¿por qué razón aparece esta, ya no tan nueva sino con tres décadas, forma represiva peculiar, el «gatillo fácil»? La interpretación habitual es que se trata de una «represión preventiva»: es más fácil matar a los pibes en los barrios cuando son jóvenes que tener que bancarse sus movilizaciones después. ¿Esta situación es una necesidad del «modelo de acumulación» desarrollado a partir de los ’80? ¿Eso se sostiene hoy día? ¿O, a pesar de haber cambiado el modelo de acumulación, podríamos decir que el capital y el Estado siguen echando mano de un «repertorio» de acciones represivas que provienen de, aparentemente, otras «épocas»?

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    F.

    01/10/2013 at 13:31

    • Desde hace un tiempo estoy trabajando en esto, pero todavía no tengo una respuesta más o menos acabada.

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      rolandoastarita

      01/10/2013 at 16:06

  2. La policía, es mantenida por los impuestos que pagan los ciudadanos. Es la clave para la centralización de la economía, el cobro de impuestos, las trabas del comercio exterior, y la «seguridad jurídica» (que es el privilegio que tienen los bancos para expandir el crédito, entre otras cosas). La rebelión fiscal y la aparición de la competencia de nuevos tribunales y agencias de seguridad, es la solución para el problema de la policía. Si no hay descentralización, la policía va a seguir siendo un problema, independientemente del partido político que gobierne. Bakunin tenía razón.

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    Guido

    01/10/2013 at 13:35

    • guido, ya se avanza en ese sentido, en cualquier barrio de la periferia podes comprar una ejecución sumaria por mucho menos de lo que vale que un televisor LCD. La iniciativa privada no descansa…

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      Roberto

      01/10/2013 at 23:09

  3. Rolo Estas de acuerdo con el análisis de correpi de que dentro del capitalismo no hay forma de que el monopolio de la represión tenga gatillo fácil?
    o como vos escribiste en otros temas puede haber desarrollo y reformas democráticas sin que cambie el sistema ?

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    Esteban

    01/10/2013 at 17:39

    • No entiendo qué quiere decir que «el monopolio de la represión tenga gatillo fácil».
      En términos generales, creo que nunca se debe descartar la posibilidad de conseguir reformas democráticas, o ampliación de libertades. De lo contrario, habría que concluir que no vale la pena luchar, a menos que podamos imponer un programa socialista.

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      rolandoastarita

      01/10/2013 at 17:58

    • No estoy de acuerdo con que esa sea la posición de Correpi. Sino no desarrollaría un valioso activismo de denuncia y búsqueda de justicia (burguesa) de los crímenes y actos de violencia cometidos por el Estado y su aparato policial y para-policial y se quedaría rezongando «bajo el capitalismo esto así, mientras continúe no hay nada por hacer». Tanto es así que la organización surge a partir del asesinato a manos de la bonaerense de Walter Bulacio (Verdú es la representante legal de la familia de Walter). En el mismo sentido a lo que plantea rolo, la Correpi aborda «tareas democráticas»: denuncia los abusos de las fuerzas de seguridad, el gatillo facil, los planes de espionaje del Estado para con las organizaciones políticas y sindicales, asume representación en la justicia de las víctimas, etc; pero, con una honestidad intelectual digna de destacar, siempre que expresan su posición en un medio -cualquiera sea este- explicitan que todos ellos son «crímenes de clase» y que por tanto no hay solución de fondo mientras la sociedad siga dividida entre explotadores y explotados.

      Un abrazo!

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      toti

      02/10/2013 at 03:14

  4. Les dejamos aquí un post que hemos escrito sobre esta cuestión http://apuntesdefrontera.blogspot.com.ar/2013/10/inseguridad-fuerzas-represivas-y.html

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    Eduardo

    01/10/2013 at 20:15

    • No entiendo el artículo del PTS que propone eduardo, habla de la seguridad, del caracter de clase de las fuerzas represivas, del programa de transición y del Cordobazo y el armamento del proletariado, Pero de desarrollarla en extenso finalizan diciendo que la consigna de armamento del proletariado no es agitable hoy día.
      ¿y entonces? cual es la consigna de transición?
      Yo sospecho que no hay …
      Me gustaría saber que opina el PTS al respecto

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      Roberto

      01/10/2013 at 23:20

  5. Compañero Eduardo. No se entiende como un vocero del FIT pueda bajar libremente semejantes patrañas reformistas. ¿No hay un criterio común acerca de la irrefomabilidad del brazo represivo del estado? ¿O lo que importa es decir cualquier pavada con tal de ganar votos? Hasta donde llega mi conocimiento, la izquierda trotskista en general solo habla de ‘disolución’ del aparato represivo, como si esta pudiera devenir de una decisión ejecutiva emanada de un gobierno ‘de trabajadores’ surgido de las urnas, cuestión que se complementa con el aditamento de la ‘movilización de los trabajadores’ expresión ambigua que oculta el como y por que medios, vale decir, el programa militar de la revolución proletaria.

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    AP

    02/10/2013 at 20:16

  6. No conozco la postura del PTS. Por mi parte, me quedaría con lo que plantean Trotsky/Moreno: no poner el fusil antes de la política, sino la política antes del fusil. La cuestión militar de la política solo se plantea en «crisis revolucionarias». Estas son en gran medida «objetivas» (no depende de la voluntad de cierta organización que pueda hacerlas aparecer), como también la movilización de rasgos insurreccionales es en gran medida objetiva. Con esto en la cabeza, hay que tener en cuenta que la experiencia histórica demuestra (Rusia, Bolivia) cómo el problema armado lo resuelven los explotados por sí mismos y no alguna organización externa que dicte cierta política.

    Por lo demás, es sugerente la tesis de Trotsky de que «la batalla no es con el ejército, sino por el ejército» (hay que quebrarlo y traer a los rangos medio.bajos y bajos para el lado de los explotados). En este contexto de crisis revolucionaria, obviamente también abría que armar sistemáticamente a los obreros…

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    • Y si el contexto no es de crisis revolucionaria?
      El trotskismo dice que el Prog. de Transición es la superación de la división en programa mínimo y programa máximo. Y tachan de «reformista» al que se queda con el programa mínimo y de «propagandista abstracto» al que sólo explica el programa máximo.
      Mi opinión es cercana al planteo de luchar por medidas democráticas que ayuden a disminuir las prácticas represivas del Estado, a la vez que se hace necesario explicar el límite de esto, de explicar el carácter de clase del Estado y la represión, y de llamar la atención sobre la necesidad de superar el límite. Tengamos claro que esto es separar entre programa mínimo y programa máximo.
      Ahora bien, sugún el trotskismo, esto queda superado por el programa de transición y la articulación de consignas transicionales. Por eso pregunto cual sería la consigna de transición en éste caso.

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      Roberto

      03/10/2013 at 09:40

    • La ‘cuestión militar de la política’ se plantea en ‘crisis revolucionarias’. O sea: Cuando ya es tarde. Lo que estamos discutiendo aquí es la educación de la clase obrera en la necesidad de la revolución como acto violento de dislocación del viejo poder, lo que entraña el armamento del proletariado y el partido, como expresión de su vanguardia. Lo que estamos discutiendo aquí, no es como quebrar al ejército (cual ejército-en que contexto histórico?) en situaciones revolucionarias, sino el carácter del brazo represivo del estado capitalista y la necesidad de su destrucción violenta por los explotados.

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      AP

      03/10/2013 at 22:16

  7. Continúo. Dado que la situación no es aún (aún?) como la de Francia en 1934 un programa militar ‘transicional’ no sería agitable (léase, no se lo podría agitar como llamado a la acción). Esto no exime a las organizaciones revolucionarias de efectuar una propaganda y agitación veraz. Sería importante que nos señale en que spots o entrevistas, los candidatos del PTS explican que el aparato represivo del estado debe ser destruido mediante una revolución obrera como precondición de la expropiación de la clase capitalista.

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    AP

    02/10/2013 at 20:37

    • No es que defienda al PTS, pero no me parece ningún aporte criticar porque no hacen los spots de campaña con consignas de máxima. A gatas que sus candidatos pueden hacer llegar un tibio mensaje alternativo a los medios. La campaña del FIT me parece lo más inteligente en muchos años dentro de la izquierda, y creo que debemos votarle, sin que esto signifique acordar teoricamente (…mas que nada, porque leyendo este blog no se si acuerdo ni conmigo mismo)

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      Hugo

      03/10/2013 at 12:54

  8. Compañero Hugo. No encuentro opción para responder. La observación va por el lado de que el PTS expone su crítica a un aliado, colocándose a su izquierda. Lo que no se entiende es como puede funcionar un frente con semejantes desacuerdos de principio, si es que realmente los hay y como los críticos exponen su posición, no solo en documentos para consumo de la izquierda, sino, de cara a las masas. Por su lado, la inteligencia de la campaña hay que medirla en función del objetivo. Si este es meter algún diputado a cualquier precio. De acuerdo. Es inteligente. Si el objetivo es educar a la clase en la necesidad de la revolución, no. Lo del tibio mensaje, es correcto, pero no lo de alternativo. La consigna es hueca: ‘Vote al FIT’ y no muy distinta al resto de las opciones electorales. Les faltó meter el ‘vamos al futuro con la izquierda’ o alguna boludez por el estilo.

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    AP

    03/10/2013 at 22:23

  9. Compañero Roberto. No le pueden responder coherentemente. Eso sería firmarse el ‘testimonium paupertatis’. Lo que dice el PTS es que la campaña de PO se pasa de rosca hacia el reformismo (lo fuerza¡) pero algo del PT se puede mechar aún en el marco de una campaña oportunista con la mira puesta en los votos. Correcto o no (yo creo que no -por lo menos como lo que es una consigna de transición, es decir de acción directa por el poder-) el problema es que no veo donde lo hagan los críticos, bajo la forma que lo estimen conveniente y no estoy hablando de artículos para consumo interno de la izquierda, sino de actos de campaña. Lo de la división entre programa mínimo y máximo es correcto, el problema consiste en no quedarse en el programa mínimo y reducir el programa máximo a declamaciones para los días de fiesta. Al programa máximo hay que hacerlo carne en la vanguardia y las masas, con propaganda y agitación sistemática. Si no, se reduce a musitar que no hay solución de fondo que pueda obtenerse sin cambiar de sistema y punto. Después que se la arreglen ellos.

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    AP

    03/10/2013 at 22:39

  10. Estimados, paso a responder algunas cuestiones. Pido disculpas por la demora pero recién veo este intercambio. Contesto en un orden relativamente arbitario.
    1) El Frente de Izquierda tiene una definición general que está expresada en su manifiesto programático que plantea, literalmente, «reemplazar el aparato de represión de este Estado, que está al servicio de los explotadores, por organizaciones de los trabajadores mismos en el camino de la lucha por su propio gobierno». Aquí la contradicción la tienen los compañeros del PO, que señalan políticas ambiguas que pueden crear la ilusión de que hay formas de reformar en parte el aparato represivo (ver: http://pts.org.ar/Manifiesto-politico-electoral-del-Frente-de-Izquierda)
    2) No hay ninguna contradicción entre hacer un frente electoral y decir claramente cuales son las diferencias políticas que tenemos entre los partidos del frente. Para el PTS el Frente de Izquierda es una herramienta importante para llegar a millones de trabajadores con ideas revolucionarias y de izquierda, denunciando al conjunto de los partidos patronales y sus semejanzas a la hora de los intereses que defienden. Eso no convierte al FIT en una estrategia o un fin en sí mismo. Es una herramienta importante pero si eso implica callar las diferencias políticas que existen realmente, no lo consideraríamos una política revolucionaria.
    3) ¿Cuál es, desde nuestra perspectiva, una política transicional hacia las fuerzas represivas? A grosso modo, aquella que permite dos cosas: por un lado, el fortalecimiento progresivo de la formas de autodefensa de la clase obrera, por ejemplo piquetes en las huelgas. Por otro, aquella que debilita todo lo posible la legitimidad de las fuerzas represivas, es decir su poder «político» de fuego. Por ejemplo, la denuncia que hicimos de Proyecto X golpeó sobre los mecanismos de espionaje de la Gendarmería. Es decir, en la medida en que esos dos procesos se desarrollen, se puede abrir el camino a resolver el «problema militar» de la lucha revolucionaria.
    4) Esa dinámica no se puede plantear más que de manera abstracta en la actualidad. La discusión que quisimos plantear en el post es que, estratégicamente, no se debe infundir nunca la idea de que el estado y las fuerzas represivas pueden ser reformadas. Hoy sería completamente incomprensible para grandes sectores de masas la idea de desarrollar milicias obreras.
    Sí es ampliamente entendible el estrecho vínculo entre esas mismas fuerzas represivas y diversos negocios (trata, narcotráfico) y brutalidades como el gatillo fácil. Difundir ampliamente esos vínculos y plantear la necesidad de desmantelar el aparato represivo es parte de debilitar el poder de fuego del estado burgués.

    saludos

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    Eduardo

    03/10/2013 at 23:50

    • o sea que en las actuales circunstancias no es posible agitar consignas transicionales y, por lo tanto, lo válido es pelear por mejoras y explicar las perspectivas más generales.
      Estamos todos de acuerdo. El problema está resuelto

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      Roberto

      04/10/2013 at 10:02

    • El de los vecinos de Villa Zavaleta es un ejemplo actual de consigna que ni es revolucionariamente abstracta ni se queda en un reformismo democrático de la institución represiva. Es un paso, muy modesto pero real, el control popular de los represores (análogo al control obrero de los empresarios, si se quiere) mediante la autoorganización popular. Lo que convierte en transicionales y no simplemente democráticas estas medidas es que no pueden quedarse ahí, como un logro suficiente y definitivo en sí mismo y por sí mismo, sino que exigirá nuevos pasos primero en el control y luego en la organización de embriones de milicias populares, etc.
      En cuanto a lo de la sindicalización de la tropa de los aparatos represivos (con exclusión de sus mandos y contra ellos), no debe plantearse como una democratización de la institución represiva (una quimera, por cierto) sino como un intento de agrandar la brecha entre la base de la fuerza y sus mandos, y como una orientación para las bases insubordinadas, profundizando además una orientación anti-represiva que ya se había manifestado abiertamente entre ellas.

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      Vico

      04/10/2013 at 11:52

    • Digamos que los vecinos de Villa Zavaleta iniciaron la transición al socialismo. Ya han establecido «el control popular de los represores». Menudo logro. El aparato del Estado burgués villazavaletiense bajo control de los vecinos (no hay necesidad de distinguir clases sociales, son todos «vecinos») de Villa Zavaleta.
      Es el paralelo del «control obrero», esta vez aplicado al Estado burgués. ¿Vieron que todo es cuestión de animarse? Y ahora vamos por más. Por ejemplo, ya se podría avanzar al «control de los represores» en los aledaños de Villa Zavaleta. Así, pasito a pasito, hasta controlar la Casa Rosada.
      Acompañado del consabido «control obrero» del sistema capitalista, no hay duda de que llegamos al socialismo. Bernestein no lo podía decir mejor.

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      rolandoastarita

      04/10/2013 at 13:21

    • No soy yo el que define el carácter transicional del programa por la transición al socialismo (como si existiera un gobierno obrero capaz de organizar esa transición) sino usted. Eso lo conduce a afirmaciones absurdas (pretendidamente irónicas) como que «los vecinos de Zavaleta iniciaron la transición al socialismo». Donde yo digo que «se ha dado un paso modesto pero real hacia…» usted dice que «ya se ha establecido…», etc etc etc. No son nuevas en usted este tipo de arbitrariedades que, desde mi punto de vista, vuelven imposible cualquier discusión seria y franca.
      En cuanto al «consabido control obrero» que «nos conducirá paso a paso al socialismo» por la vía de reformar al capitalismo…. La única contestación que puedo dar a semejante pavada es decir, sencillamente, que aunque lo normal es que sea resistida por los capitalistas, el control obrero no es una consigna socialista, desde que presupone que el poder y la propiedad permanecen en manos de los capitalistas, ni tampoco es una mera consigna democrático-burguesa sino que debe ser resistida por el capitalismo más democrático posible y, en consecuencia, debe abrir paso a un tránsito de las masas hacia la conciencia de la necesidad práctica de expropiar al capital, tanto económica como políticamente, para alcanzar conquistas cuyo contenido, propiamente hablando, no es socialista sino democrático.
      En fin, sé que discutir temas como estos con usted y algunos otros foristas asiduos está entre lo improbable y lo imposible. En consecuencia, mi breve intervención se conformaba con decir lo que creo necesario que sea dicho.

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      Vico

      04/10/2013 at 17:09

    • «El control popular de los represores» (lo escribió USTED). «Análogo al control obrero» (lo escribió USTED). Entonces, saco las conclusiones debidas: En Villa Zavaleta «los represores» están CONTROLADOS por el «pueblo» (ya dijimos que en los barrios no hay clases sociales). Esto no es moco de pavo. Los «represores» bajo control del pueblo de Villa Zavaleta. ¿Cómo que no estamos en el camino de la liberación social? Ya mismo estoy viendo si no es posible establecer también «el control popular de los represores» en mi barrio. ¿Usted ya lo intentó en el suyo? Yo creo que con 100 voluntariosos, cambiamos esto.
      Si los represores pueden ser puestos bajo control del pueblo, bajo una sociedad capitalista, ¿cómo dice que no se está aplicando una profunda «medida transicional? Otra que demandas democráticas mínimas. No hay que andarse con chiquitas. De manera que en Villa Zavaleta se estableció el «control popular de los represores». Los capitalistas están desesperados, ven peligrar la propiedad privada del capital en Villa Zavaleta. Ya podemos escribir que un fantasma recorre Argentina: «el control popular de los represores». Breve intevención la suya, es cierto, pero imperdible para integrar la galería de las fantasías utópicas de la izquiera.

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      rolandoastarita

      04/10/2013 at 18:14

  11. Compañero Vico. No es imposible discutir, sino, ponerse de acuerdo por que tenemos visiones opuestas sobre el rol de las consignas de transición, lo que quedó de manifiesto en el extenso ‘debate con el trotskismo’. No significa que no podamos seguir discutiéndolo frente a instancias concretas. A lo que quiero referirme es a su citación de la experiencia de Villa Zabaleta. Ignoraba el caso, por lo que debí interiorizarme. Si los informes periodísticos son confiables, lo que se han planteado los vecinos es un control vecinal sobre la policía, consistente en filmaciones para ulterior denuncia de los allanamientos ilegales y atropellos contra los pibes. Me parece muy bien que lo hagan, pero no creo que esto signifique la apertura de ninguna transición en sentido revolucionario, sino, más bien se encuadra dentro de la óptica democrática. La opinión dominante apunta contra la ‘inacción’ de la prefectura y diversas docentes que intervinieron en las asambleas, criticaron el ‘estado ausente’ en la protección de los chicos. El decir ‘hagamos como en Villa Zavaleta’ o ‘VZ marca el camino’ u otro remedo de consigna de transición que imaginemos, no me parece la aplicación de ningún ‘programa transitorio’ por más ‘soft’ que se le ocurra a los compañeros del PTS.

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    AP

    05/10/2013 at 20:03

    • «… lo que se han planteado los vecinos es un control vecinal sobre la policía, consistente en filmaciones para ulterior denuncia de los allanamientos ilegales y atropellos contra los pibes. Me parece muy bien que lo hagan, pero no creo que esto signifique la apertura de ninguna transición en sentido revolucionario, sino, más bien se encuadra dentro de la óptica democrática. La opinión dominante apunta contra la ‘inacción’ de la prefectura y diversas docentes que intervinieron en las asambleas, criticaron el ‘estado ausente’ en la protección de los chicos.»

      La inacción o el estado ausente tienen un significado que creo que los vecinos comprenden, correctamente, como complicidad de las fuerzas de seguridad en la comisión de delitos. No importa si esa es o no la opinión predominantente entre los vecinos de Zavaleta, lo que importa es la existencia de un activo debate y de una movilización popular para dar solución al problema. Este es el camino: en el marco de la movilización, la deliberación popular deberá encontrar su orientación por medio de la acción y la experiencia.

      Efectivamente, la seguridad es «apenas» un derecho democrático (esto yo ya lo había dicho). Pero no es posible garantizar efectivamente la seguridad popular por medio de métodos que se limten a buscar un refuerzo de las instituciones de la democracia burguesa (¡y no veo que la vigilancia popular de la prefectura o la gendarmería sea una manera de reforzar estas fuerzas represivas, sino todo lo contrario!). Estas últimas -las instituciones de la democracia burguesa, incluidas sus fuerzas de seguridad- de ninguna manera contemplan el control popular de las fuerzas represivas, sino que le son hostiles. Los balazos intimidatorios que durante la última noche estuvieron disparando los miembros de la prefectura (enérgicamente denunciados y repudiados por el Frente de Izquierda) confirman hasta qué punto el control popular de las fuerzas represivas, si bien es «apenas» democrático, se halla en franca contradicción con la «institucionalidad burguesa, por más «democrática» que quiera llamarse.

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      Vico

      05/10/2013 at 20:37

  12. Compañero Eduardo. Sobre el punto 1 que plantea. La formulación extractada del programa del FIT es típicamente ambigua y deja la puerta abierta a toda clase de interpretaciones reformistas. ‘Reemplazar’ ¿Como? ¿Votando alguna ley en el Congreso? ‘El aparato de represión de este estado que esta al servicio de los explotadores’ ¿El estado o solo el aparato de represión? ¿Cambiamos el aparato de represión, por uno al servicio de los trabajadores y dejamos intacto el estado? Esto entronca con la opción ‘de gobierno’ que se plantea más abajo: ‘ por organizaciones de los trabajadores mismos (los policías y gendarmes son trabajadores según PO e IS- AP-), en el camino de la lucha por su propio gobierno’ . Es decir, los trabajadores van formando sus propios órganos represivos en coexistencia pacífica con el aparato represivo del estado capitalista. ¿Algo que ver con el ‘poder dual atomizado’ del que hablaban los epígonos de Moreno? Eso sí, mientras tanto, vamos metiendo un bolo en cada convocatoria del cronograma electoral burgués, para ir acercándonos al ‘Gobierno’ y cuando, finalmente, este glorioso día llegue, tener ya todo el aparato represivo armadito, y la vaca atada y bien atada, total, la burguesía y sus perros guardianes van a estar cazando cachirlas. Compañeros. Ustedes son militantes instruidos en criterios clásicos. ¿Se acuerdan de las Tesis de Abril y la advertencia acerca de lo explosivo y efímero del ‘Poder dual’ ? En la formulación se advierte claramente el intento de lograr una solución de compromiso, además, acorde con las reglas de juego electoral. Recordemos, de paso, que no estamos en presencia de un programa ‘lavado’ destinado a ser presentado a la Justicia Electoral. Sino, de un manifiesto que ha circulado por millares entre trabajadores y es el eje de la campaña del Frente.
    Sobre el punto 2. Lo de que el Frente es una herramienta para llegar a las masas, esta claro. El problema es que se confunden los términos, como si se estuviera ante un frente único proletario, que ‘se proyecta’ a la arena electoral. Un frente único se da, en primer lugar, entre organizaciones de masas, es eminentemente para la acción y funciona según el lema de ‘golpear juntos, marchar separados’ por lo que la crítica pública a los circunstanciales aliados es obligatoria para que no se mezclen las banderas. Lo que aquí tenemos es una ‘unidad de acción electoral’ (según ese aborto teórico del quinto congreso de la IC) en realidad, un bloque de propaganda electoral entre partidos trotskistas, que ni siquiera se presenta como una continuidad de la unidad en la lucha, que se ha visto plagada de posturas contrapuestas desgarradas por intereses de aparato y resucita cada vez que el estado amenaza las expectativas electorales de los diferentes grupos integrantes. Para mayor abundamiento, siendo que los partidos integrantes tienen programas prácticamente idénticos y coinciden en un programa ‘electoral’ común que atañe a cuestiones de máxima, lo que se correspondería es una fusión y no un frente electoral.Algo que se preguntan muchos militantes y hasta miles de hombres y mujeres de a pié y jamás puede ser contestado de modo plausible por ningún grupo, es por que no se da esta unidad.
    Sobre el punto 3. Plantear la necesidad de piquetes de huelga o denunciar el proyecto X es correcto y necesario, pero eso no les otorga carácter transicional. El primero es un método de lucha y la segunda un recurso democrático. Las consignas transitorias, en cambio, son apelación a un poder obrero real, en los marcos de una situación revolucionaria.
    Sobre el punto 4. Plantear ‘milicias obreras’ en las presentes circunstancias, es a todas luces un despropósito. Por eso no sirve como consigna de acción (revolucionaria) pero esto no nos exime de instruir a la vanguardia y las masas acerca de que para expropiar a la burguesía hay que destruir el aparato que la guarda y defiende y que para lograrlo, los obreros deben armarse. Por eso no hay cabida para consignas ‘de transición’. El problema no es que la consigna no pueda entenderse, Por el contrario, precisamente por que sería entendida, no sería tomada. El obrero medio tiene una noción concreta de la relación de fuerzas, algo que escapa a muchas organizaciones de izquierda, por lo menos en las caracterizaciones afiebradas, luego acompañadas de una política más bien tibia y moderada. Exponer la corrupción de las instituciones represivas y denunciar su bestialidad represiva es correcto, pero no le confiere carácter transicional.

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    AP

    05/10/2013 at 22:13

  13. Quiero aportar un par de cosas si caben. La primera es que la expresión gatillo fácil es una derivación de la expresión gatillo alegre que utilizó Rodolfo Walsh en una nota que escribió el 1968 en el periódico de la CGT de los Argentinos (creo que es el número 1 y se puede consultar en la página de Ruinas Digitales). La nota se llama «El enigma de La Matanza. La secta del gatillo alegre.» Remite a su vez a la expresión en inglés «Trigger happy». La expresión también existe en francés. Particularmente en la zona francófona de Canadá había una organización (ahora no recuerdo su nombre) que militaba contra la represión.

    En otro orden cosas, aporto también un laburito que subí a un blog medio inactivo, de un trabajo que armé hace un tiempo con la idea de organizar mis ideas en torno al aparato represivo estatal y al carácter de clase de los represores, en línea solidaria con la de la Correpi.

    Particularmente, es muy interesante la distinción que hacían Lenin y Trotsky, en lo que se refiere al ejército y al aparato represivo.

    En particular, tenemos que tener en cuenta que los ejércitos de los que hablaban estos dos revolucionarios eran ejércitos de leva forzosa, formado por obreros y campesinos que eran obligados a enlistarse pero que no hacían de la represión su forma de vida. Las referencias de estos revolucionarios eran siempre a ganarse a las tropas, es decir, a los obreros y a los campesinos y no a quienes estaban al mando. Incluso Lenin, en «Las enseñanzas de la insurrección de Moscú», donde las fuerzas del zar fusilaron a miles de obreros, habla de exterminar a quienes estén al mando de las tropas para hacerlas vacilar. Al mando de las tropas están los oficiales y los suboficiales.

    Bien distinta era su posición con respecto a la policía y al ejército regular o permanente (standing army) que llamaban a disolverlo. Esto último lo propone Trotsky en Un programa para Francia en 1934. Son importantes estas distinciones porque las corrientes morenistas en general y el PO no hacen esta distinción. Bueno, es lógico, no tienen un programa militar ni les preocupa organizar la violencia popular, ni nunca les preocupó.

    Lenin, en «La crisis del menchevismo» decía que todo aquel que reconocía la necesidad de la insurrección pero no se proponía crear el aparato que pudiera dirigirla era un charlatán. Y no hablaba del partido sino de un aparato dentro del partido, como así también reconocía la necesidad de un aparato parlamentario para dar la lucha en el parlamento. Por eso los bolcheviques tuvieron un Comité Técnico Militar y siempre reivindicaron a los populistas en lo que respecta a la organización del aparato armado.

    Mando el link: http://cuandolacabezanoquiere.blogspot.com.ar/2013/09/1.html

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    Lucas

    05/10/2013 at 22:48

  14. Es cierto también que siempre subordinaron la lucha armada a la lucha política. Recomiendo el libro «Los cuatro congresos de la Internacional Comunista», en especial sobre el final, la Resolución sobre Irlanda, y las recomendaciones que realiza la Comintern en torno a la lucha armada. La política guía al fusil, pero antes de ello tiene que tener un fusil.

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    Lucas

    05/10/2013 at 22:52

  15. Compañero Vico. Lo que intentan hacer los vecinos de VZ está bien y es valiente. Es más, si son atacados y perseguidos por las fuerzas represivas, pienso que debería valerse de todos los medios a su alcance para defenderse. Naturalmente, a estos aparatos les jode que intenten moderar el grado de impunidad con que se manejan habitualmente y peor aún que alguien intente meter las narices en los curros que tienen montados. Pero lo que estamos discutiendo es si este hecho, puede considerarse el embrión de una revolución o habilita el ejercicio de consignas de transición que puedan desatar una dinámica revolucionaria. Por empezar, no es una acción que desafía el orden legal establecido. Es la apelación a un control ‘no institucionalmente reconocido’ pero que se canaliza a través del derecho constitucional e incluso, hipotéticamente, podría ser reconocido institucionalmente (No quiero darle letra a AyL). Distinto es si a los balazos de la prefectura les responden con una lluvia de plomo, o por lo menos con una pueblada. Ahí la cosa cambia. De todos modos, tampoco un hecho aislado nos autorizaría a hablar de la apertura de una dinámica que justifique el uso de consignas de transición, ni podríamos suponer que la agitación de tales consignas secaría la pradera. En mi opinión es totalmente exagerado afirmar que por que haya debate sobre que hacer y movilización por la ‘inseguridad’ o se plantee un ‘control vecinal’ por los atropellos, la inacción (y corrupción concomitante) de las fuerzas de seguridad, eso marque tendencia o represente el fermento de una revolución que habría que cultivar mediante consignas apropiadas, para que, por sucesivos ensayos y errores, se llegue a la conclusión de que es necesario luchar por el poder para terminar con la ‘inseguridad’. Caso contrario, se nos estaría escapando un soviet en Villa Zabaleta, lo que no pasa de ser un sarcasmo. No se si ve el punto. Hay bronca con la yuta y se trata de hacerlo algo para pararle la mano, no franca contradicción con la institucionalidad burguesa.

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    AP

    05/10/2013 at 23:09

    • ¿Unas filmaciones sobre la acción policial en el barrio es sinónimo de “control popular de los represores… análogo al control obrero”? ¿Qué se entiende entonces por «controlar»? ¿Qué se entiende por «control obrero»? Cuando se plantea una consigna hay que precisar siempre en qué condiciones se puede efectivizar. No hay control sin poder. Ésta es la esencia de todo el asunto. El que «controla» efectivamente tiene que tener el poder para actuar y penalizar.
      Por eso, hablar de «control popular» de las fuerzas represivas, o «control obrero» de la producción, en esta situación, es palabrerío vacío. Es mera declamación. Colocar algunas cámaras de filmación, para registrar hechos que oportunamente pueden ser llevados a la Justicia, no es «control popular de los represores». Hay que hablar claro. Si se registra una violación a derechos o libertades, los trabajadores, en las actuales condiciones, no tienen ninguna forma de controlar o castigar, más que a través de las instituciones (burguesas, por supuesto) del Estado (burgués, por supuesto).

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      rolandoastarita

      05/10/2013 at 23:32

  16. Hay un punto que no puede obviarse. Cuando los vecinos se enfrentan con la cana, objetivamente se están enfrentando con el Estado y están impugnando, mediante la acción directa, los cauces institucionales que establece el derecho burgués. Esto, independientemente de lo que piensen o crean («No se trata de saber lo que tal o cual proletario, o aun el proletariado integro, se propone momentáneamente como fin. Se trata de saber lo que el proletariado es y lo que debe históricamente hacer de acuerdo a su ser.»). Pero si esa bronca no decanta en organización (y en esto tiene que intervenir la militancia que tiene más experiencia en el trabajo sistemático y paciente), termina en reflujo y queda solamente como un estallido de bronca popular. Es un hecho que en aquéllos barrios donde hay organización contra la represión, la cana se cuida más que en otros. En aquéllos barrios donde cuando detienen a un pibe hay gente movilizándose, también. Y no estoy hablando de enfrentamiento militar sino de simplemente de no agachar la cabeza y movilizarse a una comisaría para que blanqueen una detención. Pero para que pase esto tiene que haber alguien organizando en el barrio.

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    Lucas

    05/10/2013 at 23:32

    • Es correcto tu planteo Lucas. Pero uno, o incluso múltiples hechos de resistencia puntual a la represión por medio de la acción directa no configuran aún el contexto de poder obrero que se requiere para la aplicación del ‘control’ como medida transicional y aunque no se desprenda de tu intervención, mas vale aclararlo. Por lo demás, estoy enteramente de acuerdo con la necesidad de organizar a caballo de la lucha espontánea e incluso cuando esta tiene una mínima expresión. Convertir lo espontáneo en organizado y consciente es la esencia del ‘Que Hacer’ y es lo que permite plantearse objetivos mayores. Toda la cháchara de la ‘acción directa’ inorgánica no alcanza a taparlo.

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      AP

      06/10/2013 at 01:22

  17. Me pregunto si quienes proponen la sindicalización de la policía van a permitir que estos verdugos participen de asambleas de trabajadores, debatan planes de lucha, conozcan cómo se va a organizar la autodefensa de los piquetes, etc. El año pasado el Sipope participó de un plenario sindical de la CTA Michetti en Mar del Plata.

    Para mí esta consigna no sólo es contrarrevolucionaria sino que también es estúpida y quien proponga la participación de policías en los organismos de los trabajadores debe ser tratado como un provocador. Es una política gravísima que habla a las claras de la adaptación a la democracia burguesa de algunas organizaciones. La sindicalización no cuestiona la estructura jerárquica de la policía. Antes bien, los sindicatos realmente existentes son estructuras jerárquicas y los «sindicatos policiales» realmente existentes son de lo más reaccionarios, como el español.

    La policía nunca se va a negar a reprimir al pueblo, mientras, como diría Dalton, el pueblo no venga de pecho y con cada vez más fusiles.

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    Lucas

    05/10/2013 at 23:48

    • Balzac decía ‘Los gobiernos pasan, las sociedades mueren, la policía es eterna’. Lamentablemente, hay quienes se proponen eternizar la policía, reformándola y aún se dicen de izquierda.

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      AP

      06/10/2013 at 01:29

    • Dice Lucas: «Me pregunto si quienes proponen la sindicalización de la policía van a permitir que estos verdugos participen de asambleas de trabajadores, debatan planes de lucha, conozcan cómo se va a organizar la autodefensa de los piquetes, etc.».
      Yo preferiría preguntarme si es posible, en qué circunstancias y por qué, que una asamblea de trabajadores admita que miembros de las tropas de las fuerzas de seguridad participen en ella. Y me pregunto si, en caso de que una asamblea de trabajadores en lucha tome esa actitud, que haran Lucas y su partido. ¿Retirarse de la asamblea? Se de casos en que los militantes del partido de Lucas han abandonado asambleas de trabajadores en lucha al quedar en minoria e imponerse posturas claudicantes, aduciendo estos militantes que habrian votado las «bases sociales» de la burocracia sindical (lo que comporta una curiosa caracterizacion de la burocracia, cuya base social pasaria a ser, segun Lucas y sus compañeros, una fraccion de los trabajadores, y no la patronal y el estado).
      No lo tomes a mal, Lucas, pero creo que deberias hacerte mejores preguntas que las que te venis haciendo.

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      Vico

      06/10/2013 at 14:14

    • Bueno Vico, no se en qué partido te imaginás que milito. Lo que estoy seguro es que no militaría en el morenismo ni en el PO.

      Si una asamblea de trabajadores admitiera la participación de policías, gendarmes, o prefectos, que no son trabajadores, sino los encargados de reprimirlos, en un plan de lucha, ya habría perdido la discusión porque antes de que se resolviera eso habría dado la discusión para que no suceda. Señalaría el error que significa una política de ese tipo, los riesgos que se corren que el aparato represivo ya no tenga que infiltrarnos porque nosotros mismos les abrimos las puertas abiertamente. Que eso significa entregarse en forma ingenua y que no nos vamos a entregar en forma ingenua.

      En el plenario de Mar del Plata de la CTA Michetti, participaron policías del SIPOPE. Mi planteo es ese. Es un error gravísimo que la cana ya no tenga que infiltrarse porque los trabajadores los dejan entrar. Si un militante que se dice comunista no lucha para que esto no se repita, sino que siembra ilusiones en la posibilidad de quebrar al aparato represivo gracias a la sindicalización, ya abandonó el comunismo.

      Pero en todo caso, en vez de pedirme que me haga preguntas distintas, asumiendo que pertenezco a tal o cual partido, deberías hacer explícita tu postura: ¿qué es lo que querés que se pregunte el partido al que te estás dirigiendo?

      Porque te estás dirigiendo a una organización a la que no pertenezco.

      La falacia lógica de tu argumento estriba en que para vos es lo mismo la actitud de un partido que se retira de una asamblea porque no está de acuerdo con un plan de lucha votado por trabajadores, del hecho de que una asamblea permita que entren verdugos como si éstos también fueran trabajadores, lo que implica votar entregarse.

      Lo peor de todo es que ni los morenistas ni el PO tienen una práctica consecuente con lo que declaman. Que manden militantes a la policía, a la gendarmería, a la prefectura, a la policía aeronáutica, y militen adentro. Luego balanceen. La cuestión es que luego de decir esas barbaridades no actúan en consecuencia. Eso se suele conocer como charlatanerismo.

      Por último, la burocracia tiene base social entre los trabajadores, negarlo implica adoptar políticas erradas, que no tienen en cuenta esa realidad. Que la función social de la burocracia sea ser quinta columna del movimiento obrero, actuando en favor de la burguesía y del Estado capitalista, no quiere decir que no tengan base social entre los trabajadores. Sostener eso es lo más ultra que he leído. Te haría bien, por ejemplo, leer «La revolución en Alemania» de Pierre Broué, para entender que entre las raíces sociales de la burocracia se encuentra la formación de una capa de trabajadores beneficiado por toda una serie de concesiones que hacen que tengan algo más que las cadenas para perder.

      Un trabajador de la Mercedes Benz, perteneciente al SMATA, en 2003 ganaba $916. En 2013 gana casi $ 12.000. ¿Te parece que un tipo así no tiene motivos para volverse conservador? ¿Te parece que no tiene motivos para votar a Cristina o apoyar a la burocracia?

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      Lucas

      06/10/2013 at 23:39

    • Una aclaración. Lo que digo sobre no militar en el morenismo o en el PO lo digo porque ya hice la experiencia, y porque he visto varios ejemplos de inconsecuencia, como por ejemplo, que en enero de 2009, según una de esas organizaciones, no estaba planteado un frente electoral con las sectas (la forma despectiva en que se dirigía a las otras organizaciones) para luego, un mes después, y por el único hecho que el gobierno las adelantó, dio una voltereta de 180 grados para decir que había que hacer un frente electoral. Esa es una inconsecuencia leve si se quiere. Ni hablar de insinuar que militantes que luego fueron expulsados, pudieran tener algo que ver con una supuesta política de la insurgencia colombiana para infiltrar organizaciones de izquierda en latinoamérica. También he visto militantes del morenismo saliendo en los medios de comunicación burgueses deslegitimando luchas reprimidas para despegarse, o borrarse cuando en alguna movilización cuando la cosa se ponía espesa. Esa es la cosecha de una dirigencia que es reformista en nombre de Trotsky.

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      Lucas

      06/10/2013 at 23:58

  18. Distingo entre posturas como la de Lucas, por un lado, y las del resto de los foristas por el otro. El primero reconoce la existencia de un proceso de autooganización popular en Zavaleta y el carácter objetivamente contrario a la institucionalidad capitalista que lo anima, no por conciencia sino por necesidad.
    No sucede así con el resto de los foristas, que consideran la discusión de un modo conceptual/abstracto. A esos últimos me limitaré a decirles que, con fecuencia, puede discutirse infinitamente si un hecho determinado debe catalogarse como A o como B.
    Yo prefiero, a partir del reconocimiento de que el hecho en cuestión expresa no sólo una tensión entre A y B sino también una cierta tendencia objetiva (a la autoorganización, etc.), por incipiente y/o minoritaria que ésta sea, colocarme junto a quienes, en vez de limitarse a discutir, tironean del hecho en una de las dos direcciones que originan o explican la tensión.
    Tal como yo lo veo, el concepto de «transición» que usamos los trotskistas tiene más que ver con esto, que con la transición hacia la organización socialista de la sociedad impulsada por un gobierno de trabajadores.
    En mi opinión, más allá de las sutilezas (o no tanto) conceptuales, algunas caracterizaciones demasiado taxativas en la práctca conducen a obturar la perspectiva de que procesos como el de Zavaleta se desenvuelvan en una dirección emancipatoria.
    Finalmente, permanece en pie la discusión -en el caso de Lucas, no en los demás ya que el desacuerdo con éstos se da en un nivel previo- sobre la sindicalización. No es éste el lugar para una discusión que ya he desarrollado en espacios más adecuados, así que me limito a recordarle a Lucas que no debe identificar planteos como el de IS con planteos como los del PO. Los primeros apuntan a una democratización de la institución en su conjunto, los segundos a ofrecer una orientación a quienes, desde el interior mismo de las fuerzas de seguridad, eventualmente protagonicen el quiebre de las mismas. Este planteo puede ser acertado o erróneo (por eso es que se lo debate) pero no es justo identificarlo con la pretensión de reformar las instituciones represivas del estado capitalista, convirtiéndolas así en populares o socialistas.
    Saludos.

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    Vico

    06/10/2013 at 10:27

    • Decir la verdad no «obtura» ningún proceso. Decir que el mirar videos de lo que hace la policía no implica que se «controla a los represores», ni es análogo al «control obrero» (tal como lo entendía Trotsky en el Programa de Transición) es poner las cosas en su justa dimensión. Si escribimos que los represores pueden ser colocados «bajo control popular» (y hacemos la analogía con el control obrero), estamos diciendo que, en esencia, las instituciones represivas del Estado capitalista pueden modificarse en un sentido profundo.
      Como alguna vez decía Marx, es necesario luchar sin generar falsas ilusiones de lo que se puede lograr dentro del sistema. Lo cual no significa renunciar a la defensa de libertades democráticas dentro del sistema capitalista. La experiencia indica, además, que el palabrerío ultra-izquierdista ha entorpecido, más que ayudado, a la «auto-organización» y al progreso de los movimientos sociales de lucha.

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      rolandoastarita

      06/10/2013 at 12:15

    • De su intervención, lo único que merece algún comentario de mi parte es su ¿crítica? de la analogía entre el control popular de las fuerzas de seguridad y el control obrero de la producción.
      No sé bien por dónde vienen sus tiros, pero yo planteé la analogía en el siguiente terreno: ambos suponen la subsistencia del enemigo social al que los explotados someten (o intentan someter) a su control. Impugnar la analogía, como usted parece hacer, diciendo que el control de las fuerzas represivas es un engaño porque éstas no pueden ser verdaderamente controladas por el pueblo en el marco institucional capitalista equivale, por contraste, a dar a entender que los empresarios capitalistas sí pueden ser controlados en el marco del sistema social capitalista. Mi opinión es que sólo transitoriamente ambos controles son posibles y que sólo pueden mantenerse si las masas avanzan y transitan del desde controlar al enemigo hasta tomar el control en sus propias manos. A esto, entiendo yo, llamamos los trotskistas el carácter transicional de las medidas o las consignas.

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      Vico

      06/10/2013 at 13:59

    • «No sé bien por dónde vienen los tiros». Pregunto: ¿se hace el distraído, o ya se olvidó de lo que afirmó? Se lo refresco. USTED escribió, refiriéndose a los vecinos de Villa Zavaleta:
      «Es un paso, muy modesto pero real, el control popular de los represores (análogo al control obrero de los empresarios, si se quiere) mediante la autoorganización popular».
      A esto respondí, a través de TRES comentarios, que NO hay control popular de los represores; que lo que existe en Villa Zavaleta NO es análogo al control obrero de los empresarios (el término «análogo» lo utilizó USTED); que en oposición a SU afirmación, NO existe control popular de las instituciones represivas del Estado, y que afirmar que en un barrio se ha establecido semejante cosa no es más que palabrerío vacío y engaño.
      Por supuesto, estos desaguisados sobre «control popular de los represores» y «control obrero» son muy naturales en gente que sigue empeñada en defender esa metodología «transicional», que por lo demás, en ningún lado dio el menor resultado práctico para la izquierda.

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      rolandoastarita

      06/10/2013 at 16:55

    • Entendí que cuestionaba la analogía entre el intento de controlar los aparatos de represión y el de controlar a los capitalistas en las empresas. Ahora parece que no. Bueno, OK.
      En cuanto a las palabras mías que cító, sobre el control popular, hay un pequeño lapsus, debió decir: «un paso modesto pero real (…) HACIA el control popular…». Se entendía de todos modos, y ya lo había aclarado en mi respuesta, en la que dije lo que pienso de la crítica que me hizo. No insistí porque pienso que no vale la pena (y eso también lo dije).
      Saludos.

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      Vico

      06/10/2013 at 21:32

    • En las discusiones con los trotskistas siento que siempre juegan a las escondidas. Afirman algo, y cuando se lo critican, modifican un poco, pero para que nada cambie en esencia, y oscurecer los puntos en debate. Ahora sale con que faltó la preposición «hacia». Establecer una cámara de video «es un paso HACIA el control popular de los represores», aclara.
      Pero así mantiene, apenas disimulada, la misma concepción que estoy criticando. Usted alienta la idea de que paso a paso (pasos «modestos pero reales», son sus palabras) se puede avanzar hacia el control «popular de los represores»?.
      Mi idea es opuesta a esto. Sostengo que no hay forma de que la clase trabajadora controle a los aparatos de represión del Estado, en su beneficio. Por eso mismo, tampoco hay forma de dar pasos «modestos pero reales» hacia el control de los aparatos de represión del capital. Lamento desilusionarlo, pero no son pasos «reales». A lo sumo, se trata de algunos espacios de libertades democráticas. En última instancia, toda la diferencia acerca del Estado entre el marxismo y el reformismo gira en torno a esta cuestión.

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      rolandoastarita

      06/10/2013 at 23:53

  19. Es increíble Rolando que tenga que aclararlo. Eso es básico. Marx y Engels, luego de la experiencia de la Comuna de París, comprendieron que no se podía utilizar el Estado burgués para beneficio de los trabajadores. Lo dicen en el prólogo de 1872.

    “La comuna ha demostrado, principalmente, que ‘la clase obrera no puede limitarse a tomar posesión de la máquina del Estado en bloque, poniéndola en marcha para sus propios fines’.” En Manifiesto del partido comunista, Prólogo de Marx y Engels a la edición alemana de 1872. http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm

    Sobre esta cuestión se apoya Lenin en «El Estado y la revolución» para sostener que hay que destruir al Estado burgués. Tan de principio es esta postura que, por ejemplo, respecto del ejército permanente, llamaba a disolverlo, no a militarlo para que se quiebre y se pase de lado, como sí sostenía respecto de las tropas (obreros y campesinos obligados a enlistarse).

    Es esa misma cuestión sobre la que alerta Trotsky cuando analiza la posibilidad de que el partido laborista se hiciera con el gobierno de Inglaterra e intentara realizar reformas profundas que amenazaran la dominación de la burguesía (en «Adónde va Inglaterra»). Es lo que nunca quiso entender Allende por ejemplo, que confiaba en la neutralidad y subordinación al gobierno civil de las fuerzas armadas. Es eso mismo lo que está presente en «Un programa de acción para Francia» cuando llama a obtener derechos políticos para los soldados-obreros, mientras llama a disolver a todas las policías, «ejecutoras de la voluntad de los capitalistas».

    Que militantes que se dicen trotskistas sostengan ese tipo de posiciones, habla a las claras sobre el nivel de reformismo del que están imbuidos. Bueno, la campaña del FIT es bien clarificadora al respecto. Eso de usar el parlamentarismo como tribuna revolucionaria queda como chamuyo para los boletines internos, como forma de justificar ante los militantes honestos cualquier tipo de participación electoral, pero cuando tienen que usar la tribuna todos son Pino.

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    Lucas

    07/10/2013 at 00:13

    • De todas maneras, en mi opinión el problema ya está en la idea de Trotsky de que es posible desplegar una agitación de consignas transicionales (esto es, consignas de un programa de transición al socialismo), bajo un régimen capitalista, sin caer en una lógica esencialmente reformista. El absurdo de esta política puede advertirse, de manera muy clara, en el «programa militar» que aconseja Trotsky para el SWP de EEUUU, ante la inminencia de la Segunda Guerra mundial (y se incorpora al Programa de Transición). Ese programa militar plantea como objetivo para la movilización establecer el control obrero del Pentágono. Nada menos que el control de los sindicatos sobre el aparato represivo de uno de los Estados más poderosos del mundo. ¿Qué sentido tiene esto? ¿Cómo se puede pensar que tal demanda podía ser tomada por los trabajadores, y máxime en una situación de relativa adhesión al gobierno de Roosvelt?
      El problema es que cuando la militancia de izquierda se entrena en esos extremos, ¿cómo nos va a extrañar que alguien piense que se puede establecer «el control popular sobre los represores» en un barrio de Buenos Aires? En estas cuestiones está implicada una lógica política que ha sido muy perjudicial.
      Remito, una vez más, a la crítica de Engels a la utilización de demandas transicionales al estilo que lo planteó Trotsky (ver, por ejemplo, aquí). Es sintomático que Trotsky nunca haya discutido esta posición de Engels (que, evidentemente, compartió Marx).

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      rolandoastarita

      07/10/2013 at 08:55


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