Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

YPF, Chevron y liberación nacional

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Los medios informan que YPF acaba de cerrar un acuerdo con la petrolera estadounidense Chevron para avanzar de manera conjunta en la exploración y explotación de los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta, provincia de Neuquén. La inversión inicial será de 1000 millones de dólares, y se perforarán más de 100 pozos en el primer año. Si las cosas marchan como esperan las empresas, podría llegarse a una inversión de 15.000 millones de dólares. Por el acuerdo, YPF otorga a Chevron un derecho de exclusividad por cuatro meses para negociar los términos y condiciones finales por las cuales YPF cederá el 50% de la participación en la explotación de las áreas de Loma de la Lata Norte y Loma Campana.

YPF también ha llegado a un acuerdo por 500 millones de dólares con Eduardo Eunerkian para desarrollar la explotación de Vaca Muerta, y estaría cerrando otro con Bridas (una joint venture entre el grupo Bulgheroni y la china Cnooc). Galuccio, presidente de YPF, ha explicado que la empresa piensa invertir 24.700 millones de dólares hasta 2017 de su flujo propio, y obtener fondos externos hasta completar los 40.000 millones. El marco jurídico de todos estos acuerdos está conformado por la ley de inversiones extranjeras, dictada por la dictadura militar, y los decretos de desregulación de la actividad petrolera, que vienen desde el gobierno de Menem.

Las reservas no convencionales de Argentina serían las terceras en el mundo, estimadas en un equivalente a 23.000 millones de barriles de petróleo. Chevron es la segunda empresa petrolera de EEUU. Recordemos también que ha sido condenada por la Justicia de Ecuador a pagar 18.000 millones de dólares de indemnización por haber contaminado durante años la selva amazónica. La explotación de yacimientos no convencionales es cuestionada por muchos expertos, que sostienen que encierra peligros de contaminación ambiental que no han sido debidamente evaluados y estudiados. De hecho, algunos países europeos mantienen la prohibición de este tipo de explotación. Sin embargo, en EEUU la producción no convencional ha tenido un amplio desarrollo, y en Argentina el gobierno intenta seguir ese camino.

El acuerdo firmado con Chevron debe ponerse en un contexto más amplio. El 13 de septiembre, en la celebración del Día del Petróleo, Kicillof dijo que “queremos que las empresas hagan buenos negocios”; y presentó como una señal positiva el aumento a 7,5 dólares por millón de BTU del gas que extraen YPF y otras empresas. El precio estaba en 2,3 dólares, en tanto que el gas importado de Bolivia llegó a pagarse 12 y 13 dólares. Durante mucho tiempo partidos de la oposición y diferentes medios dijeron que esto era irracional, pero los K-defensores respondían que se trataba de argumentos de la derecha. Sin embargo, el creciente el déficit energético (3500 millones de dólares este año en la balanza gasífera) obligó al aumento, anunciado por la presidenta como un gran paso adelante. Poco después, en el encuentro con los petroleros, Kicillof explicaba: “Para llevar a cabo este aumento de producción se debe tener en cuenta la rentabilidad de la inversión en estos costosos proyectos y el tiempo de repago de estas, que en muchos casos exceden los plazos de las concesiones”.

Interpretaciones alternativas

Al producirse la estatización de YPF publiqué una nota (ver aquí) en la que polemizaba con aquellos que interpretaban la medida en términos de la oposición “Estado o mercado”, “Pueblos o corporaciones”, “Liberación nacional o dependencia”, y similares. De acuerdo a esta línea de pensamiento, los acuerdos recientes, o la suba del precio del gas, serian entonces una “claudicación” frente a las fuerzas del capital internacional (aunque el K-progresismo prefiere mirar para otro lado; después de todo, monopolio es Clarín, pero no Chevron).

Mi interpretación, en cambio, es que se trata simplemente de negocios capitalistas, en los cuales diversas fracciones y el Estado discuten por las condiciones de la explotación. La razón de fondo es que YPF, a igual que cualquier empresa, también está sometida, en última instancia, a la lógica de la valorización. Refiriéndome en general a las empresas capitalistas de Estado, en aquella nota sobre la estatización de YPF escribía que de manera creciente “son regidas por directores que se entrenan en las mismas escuelas de negocios que entrenan al personal jerárquico de las privadas. La valorización y los balances son puestos bajo escrutinio de los inversores, que “votan” en las bolsas de valores. Estamos muy lejos del viejo estatismo vinculado a la industrialización por sustitución de importaciones. Los nuevos criterios para definir qué es una ECE, y las ambigüedades que surgen al tratar de establecer los límites entre lo privado y lo estatal, tienen que ver con este giro”.

Y con respecto a las perspectivas inmediatas, agregaba: “Es en este marco en el que debería analizarse a la “estatizada” YPF y sus perspectivas. Naturalmente, en lo inmediato va a haber fuertes tensiones y disputas por el precio a pagar al grupo español (en el cual también está implicada Pemex). Pero por encima de esto, el gobierno intentará renegociar con el capital internacional. La propia burguesía argentina lo está pidiendo”.

Los cambios experimentados por YPF a lo largo de las últimas décadas ponían en evidencia que no se trata de una historia de “patriotas contra vendepatrias”, o de “honestos contra coimeros”, sino de actores respondiendo a intereses de clase, o de fracciones de clase. Por eso, no tiene sentido “exigir” que el gobierno K “luche contra las corporaciones”, como pretenden algunos grupos de izquierda. Si el sustento del modo de producción capitalista es la empresa capitalista, y si por las leyes inmanentes a este modo de producción, avanza la concentración del capital, es absurdo exigir que el Estado capitalista se enfrente a las empresas capitalistas que son un resultado de esa evolución. Esos extremos del absurdo son propios del socialismo pequeño burgués, que sueña con un “Estado de todos” y una sociedad de pequeños productores “democráticos y progresistas” (no analicen las bases sociales del Tea Party o la Liga del Norte).

En la realidad del sistema capitalista la propiedad privada del capital y la lógica de las ganancias gobiernan, en esencia, la marcha de las cosas. Y el Estado no es neutro, ni está por encima de las clases sociales. Su función, de contenido, es garantizar las condiciones más generales para la explotación del trabajo. Las empresas petroleras no son la excepción. Además, no se pueden desconocer las leyes del mercado sin pagar, en el mediano o largo plazo, las consecuencias. En tanto subsista la propiedad del capital, la lógica del valor y el mercado terminan imponiéndose. Por eso, cuando el gobierno “progre-K” sube el precio del gas, no lo hace porque sea corrupto (sí, es corrupto, pero el problema no es ése), sino porque no puede decidir a voluntad los precios. En este respecto, es hasta divertido ver cómo a algunos “teóricos” de El Capital, hoy puestos a funcionarios del capital, la ley del valor trabajo se les cayó encima de la cabeza. Las discusiones sobre monopolio y mercado, que he planteado en otras notas del blog, se relacionan, lógicamente, con estas cuestiones.

En definitiva, lo que se discute en estos acuerdos son las condiciones en que los capitales nacionales (empresas, inversores en bonos o acciones, y el Estado) y las corporaciones extranjeras participan en la explotación del trabajo. Estas condiciones dependen de la fuerza económica relativa de las partes (acceso a financiamiento, disponibilidad de tecnología, etcétera) y no de alguna suerte de dominación política (colonial o semicolonial). Hay una lógica que está por encima de las acciones de Eternautas, o similares. Puede discutirse algo más o menos de regulación; pero nada que indique diferencias cualitativas con respecto a lo que sucede en otras partes del mundo. En este punto, es significativo el mantenimiento de los decretos petroleros de desregulación menemistas. También las garantías que deben otorgarse a los capitalistas dinerarios que presten a YPF. Esto, que se aplica a la relación entre YPF-Estado argentino y empresas de EEUU, se puede extender a la relación entre los estados de Argentina y China, o a la relación entre el Estado argentino y empresas de China, o cualquier otro país. En definitiva, cuando se estatizó YPF dijimos que no había gesta “nacional liberadora” implicada. Lo ocurrido desde entonces, parece confirmarlo, y con creces.

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YPF, Chevron y liberación nacional

Written by rolandoastarita

20/12/2012 a 12:15

19 respuestas

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  1. astarita, a veces el odio ciega, no fue Chevron la de Ecuador, fue Oxy, este error, diria invalida todo lo otro, ya que un dato clave en toda la discusion es erroneo

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    ayjblog@gmail.com

    20/12/2012 at 12:39

    • Maestro, para que no queden dudas una noticia de un diario chupamedias afín, invalidá con fundamentos, no con desinformación, me tomó solo dos segundos en la web corroborar el dato, el fanatismo ciega
      http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-207376-2012-11-08.html

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      MARTIN

      20/12/2012 at 14:07

    • ayjblog: no te debe importar que martin te refute… total, como dicen los K, todos son relatos válidos. Las voces que festejan los «aportes» de Chevron se van a repetir hasta por cadena nacional. Pareciera que no importan los hechos, si no lo que se dice de él…
      El oficialismo dice «tenemos más capitalismo! arriba el gobierno nac & pop!», y si los hechos lo contradicen… pues «tanto peor para los hechos»

      Por lo demás, de existir el error no «invalidaba todo lo otro»

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      Roberto

      20/12/2012 at 14:48

    • Creo que Rolando se refería a esta situación:
      «Chevron cae por demanda ambiental
      La filial argentina de la compañía embargó la totalidad de las acciones en este país, debido a una resolución judicial desfavorable por un caso de contaminación
      Los demandantes también han llevado el caso a Canadá y Brasil, y planean presentar demandas en otros países
      Buenos Aires, Argentina | Jueves 29 de noviembre de 2012
      La división argentina de Chevron indicó que sus operaciones se han visto afectadas por un embargo en este país por hasta 19,000 millones de dólares (mdd), debido a una demanda por contaminación en la amazonia ecuatoriana.
      Un juez argentino llegó a esta resolución a principios de noviembre tras la demanda de comunidades indígenas ecuatorianas que ya habían logrado un fallo favorable en su país para conseguir un resarcimiento de la petrolera estadounidense.
      En una declaración publicada en periódicos argentinos, la compañía indicó que «estamos solicitando el levantamiento de este embargo cuanto antes para evitar sus impactos negativos al país, al gobierno, a la compañía, y al futuro energético de la Argentina».
      El fallo embargó la totalidad de las acciones de Chevron Argentina, sus dividendos, una participación minoritaria en un oleoducto, y el 40 % de sus ventas de petróleo, aunque la firma sostiene que en la práctica ese porcentaje termina siendo superior, mayormente debido a efectos impositivos».
      Ver: http://elsemanario.com.mx/categorias/empresas-negocios/nota/45/21232/chevron-cae-por-demanda-ambiental.
      Estimados amigos, defensores «fanáticos» del Kirchnerismo -el fanatismo ciega-, este artículo lo conseguí en Google a los dos segundos, escribiendo Chevrón + demandas ambientales.
      Saludos

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      La duda metódica

      20/12/2012 at 14:54

    • Estimado, no es cuestión de odios, sino de tener un mínimo de honestidad intelectual. Esto no es 6,7,8, donde se puede mandar «verdura». Para que no diga más pavadas, aquí van algunas aclaraciones:

      Por empezar, OXY no fue condenada a pagar 19.000 millones de dólares por daños ambientales, porque su conflicto con el Estado ecuatoriano es de otro orden. Esta empresa operó en Ecuador hasta 2006, cuando sus contratos fueron rescindidos por el gobierno de Correa, y sus bienes nacionalizados. Uno de los argumentos que presentó el gobierno para fundamentar la medida fueron los daños ambientales ocasionados por la empresa. OXY apeló ante el Ciadi. Recientemente el Ciadi falló en contra del Estado, disponiendo que debe pagar a la petrolera 1700 millones de dólares. Pero el gobierno apeló la medida, y está en suspenso.

      Chevron, en cambio, sí fue encontrada culpable por ocasionar daños ambientales. En agosto de este año la Corte de Sucumbíos sentenció a la empresa a pagar 19.000 millones de dólares, estableciendo además, que el pago debía hacerse inmediatamente. La demanda había sido entablada por los daños ambientales ocasionados por la empresa Texaco entre 1964 y 1990; Texaco fue adquirida por Chevron en 2001. Ya en enero de 2012 la justicia ecuatoriana había ratificado la condena a Chevron por 9.500 millones de dólares, pero la cifra se duplicó debido a que la empresa se negó a pedir disculpas públicas, como establecía la sentencia. La sentencia está apelada por Chevron ante la Corte Nacional de Justicia de Ecuador.

      Todo esto es muy conocido mundialmente, pero más en Argentina. Es que respondiendo a un exhorto de la justicia de Ecuador, el juez argentino Elcuj Miranda (juzgado civil 61 de la Capital Federal) dispuso, el 6 de noviembre pasado, un embargo a la empresa que compromete el 100% de sus acciones y dividendos, el 40% de los fondos actuales y el 40% de todos los ingresos que Chevron tenga que recibir en Argentina por venta de hidrocarburos, hasta alcanzar la suma de us$ 19.552 millones.

      A raíz de este fallo, el presidente Correa, en su última visita a Argentina, pidió a CK que se cumpliera el fallo judicial contra Chevron, y se quejó de que «cuando una sentencia es a favor del capital lo aplican inmediatamente». En graciosa y amable respuesta al pedido de Correa, el gobierno argentino firma el acuerdo de YPF con Chevron. Comprendo que sea mejor hablar de OXY, y embarrar la cancha con referencias al «odio». Pero los hechos son así. No hay «relato» que los pueda tapar.

      De todas maneras, tal vez como argumento les sirva lo de David Holligan, presidente de Chevron Argentina. Mister Holligan ya ha explicado que Chevron Argentina nunca ha operado en Ecuador y de ninguna manera se encuentra relacionada al proceso judicial fraudulento llevado a cabo en Ecuador.

      Ahora pregunto, ¿con qué argumento coinciden los antiimperialistas vernáculos? ¿Con el de Mister Holligan, o con el que adelanta el compañero Correa? En todo caso, ¿no sería Mister Holligan un buen panelista de 6,7,8?

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      rolandoastarita

      20/12/2012 at 15:09

  2. Disculpe compañero, hay un error de redacción en el renglón 67. Donde dice ‘el El Capital’ debería decir, de ‘El Capital’. Buena nota.
    Saludos.

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    AP

    20/12/2012 at 14:35

  3. Buenas, si bien no es el tema exacto, se relaciona: los recientes acuerdos de aumento de las tarifas de transporte público van en sentido similar. Pensar que uno se cansa de discutir contra argumentos tales como «con los subsidios al transporte beneficiamos a la clase trabajadora» (aunque eso no alcance para evitar masacres como la de Once y los muertos de cada día en las vías) y ahora que el gobierno les sube el boleto lo pintan de progre diciendo que es para hacer inversiones y bla bla bla.Si uno trata de explicar que un esquema así es insostenible, te dicen que sos parte de la derecha y de los Lanatas que se oponen a todo, ahora que la realidad se les cae encima guardan ese discurso y sacan a relucir nuevas armas discursivas. Recuerdo que hace unos meses Macri pedía que le autoricen los aumentos del transporte y era poco menos que un nazi en pleno proceso de reencarnación ,y esto no implica defender a Macri, pero la verdad sea dicha, en materia de transporte público ha demostrado la Ciudad un poco más de capacidad de gestión. Y ahora que el Gobierno autoriza las subas tendremos que esperar las famosas inversiones, que cuando no las hagan seguro que van a decir que es un poco culpa de Clarín, otro poco de Macri y los grupos concentrados. Para estas hermosas focas aplaudidoras todo se soluciona con un poco de voluntad política. El oso polar que se las va a devorar de a poco se llama Ley del Valor Trabajo.

    Y con el tema daño ambiental, siempre me genera cierta duda teórica, si un método de explotación es más rentable que otro se supone que es un aumento de la productividad, por ejemplo, soja transgénica, ¿Cómo sería la cosa si en el cálculo metemos los gastos de reparación ambiental? La pregunta va en el sentido de que si hay un aumento de la productividad en la rama, aunque sea a mayor coste ambiental y tal vez insostenible, ¿se puede hablar igualmente de desarrollo de las fuerzas productivas?

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    Ilichito

    21/12/2012 at 05:13

    • Coincido que, en los marcos que se dio la «estatización», no hay «claudicación» de ningún tipo, sino que el acuerdo con Chevron, con todas las condiciones y garantías acordadas es fruto de las propias condiciones en que se tomó el control de la empresa. Sin embargo -no se si en esto estamos de acuerdo- una medida de confiscación que no se hubiera limitado a Repsol-YPF sino que hubiera avanzado sobre todo el sector hidrocarburífero, de la mano de una transformación más profunda del marco regulatorio, sí podría haber sido una iniciativa de mayor ruptura con el imperialismo. No está en la naturaleza política del kirchnerismo haber tomado medidas de este tipo, pero creo que fue un planteo correcto de algunas fuerzas de la izquierda revolucionaria plantear esa alternativa, ligada a la necesidad de una intervención obrera y popular más directa en la gestión de los recursos, así como a la exigencia del no pago de la deuda y otras medidas para garantizar recursos sin tener que golpear las puertas de los pulpos petroleros transnacionales.

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      Alvaro

      21/12/2012 at 15:32

    • No estamos de acuerdo. No encuentro ninguna progresividad en el capitalismo de Estado (los argumentos están en muchas notas del blog). Por eso nunca apoyé ese tipo de demandas.

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      rolandoastarita

      21/12/2012 at 16:27

  4. Una aclaración con respecto al dato mencionado respecto del aumento del precio del gas en boca de pozo. Actualmente se está importando gas a Bolivia por 13 dolares (en el mejor de los casos). El incremento rige solo para el gas nuevo y no se traslada ya que la diferencia entre lo que actualmente se paga localmente y la nueva tarifa es financiada por el Estado.
    http://www.cronista.com/economiapolitica/YPF-oficializo-acuerdo-por-la-suba-en-el-precio-del-gas-20121218-0076.html
    Dado que esta medida esta orientada a sustituir importaciones (mas caras) y que además lo que se paga localmente es en pesos (a diferencia de cuando tenemos que importar que lo hacemos en dólares), la medida en este caso me parece positiva.
    Saludos

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    Laura

    21/12/2012 at 17:54

  5. Estimados Alvaro y Laura.
    Con todo respeto, las posiciones de ustedes son las típicas que planteó la corriente de la dependencia de las décadas del 60 y 70.
    Contradicción fundamental para esta corriente: imperialismo-nación. Todo lo que se estatice está bien: apoyo al capitalismo de Estado, a la sustitución de importaciones -medida positiva para Laura- mediante el desarrollo de una burguesía nacional «antiimperialista» y producción por parte de fábricas estatizadas por el estado capitalista, . Eso si, con una pizca de «control obrero», como argumenta Alvaro.
    Cuando Rolando afirma que no encuentra ninguna progresividad en el capitalismo de Estado, por lo cual no apoya ese tipo de demandas, no sólo explica esta posición en muchas notas de su blog, sino también en sus libros Valor, Mercado Mundial y Globalización; Monopolio, Imperialismo e Intercambio Desigual y Economía Política de la Dependencia y el Subdesarrollo. Tipo de Cambio y Renta Agraria en la Argentina.
    En estos libros Rolando desarrolla una crítica teórica y política contundente en contra de la corriente de la dependencia, según mi entender, volviendo a la vieja tradición del marxismo en donde la contradicción fundamental es la de capital-trabajo, rescatando la teoría laboral del valor a lo Marx.
    Saludos cordiales

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    ladudametodica

    22/12/2012 at 11:33

    • Mi intención no fue en absoluto hacer una defensa de la política de sustitución de importaciones en general, tampoco la progresividad o no de la supuesta estatización de YPF sino que más bien estaba apuntando a discutir uno de los puntos que se utilizó como argumentación: el aumento del precio del gas para nuevas exploraciones.
      Vamos a plantearlo en otros términos. La supuesta tarifa de 2.3 dolares el millón de BTU llevó a que se importe gas a 13 dolares (y hasta 20 en el caso del gas que viene por barco). Como bien plantea Astarita acá ninguna empresa, sea estatal o no, escapa a la ley de valorización. Obviamente esta tarifa de 13 se paga de un solo lugar, el trabajo ya sea que lo pague el Estado con subsidios (plusvalor apropiado bajo la forma de impuestos) o directamente el trabajador.
      Es en este sentido que una medida que apunta a que se pague menos que lo que actualmente se está pagando me parece positiva.
      Por lo demás el articulo me parece bueno.
      Saludos

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      Laura

      22/12/2012 at 13:03

    • Coincido con usted, Laura. Yo no había interpretado su comentario como un apoyo al capitalismo de Estado. Insisto en que el tema es interesante porque demuestra que la ley del valor, finalmente, se termina imponiendo, porque es objetiva, está por fuera del dominio de los propios capitalistas. Ésta es una de las ideas centrales que encierra la cuestión del fetichismo de la mercancía de Marx. El alto funcionario de Estado cree que puede «dominar» la ley del valor, pero el mercado termina dominándolo.
      Esto se debe a que se trata de relaciones económicas objetivas, ancladas en relaciones de propiedad que el propio funcionario defiende. Son las contradicciones propias del socialismo pequeño burgués estatista. Lo importante es no confundir al socialismo pequeño burgués con el marxismo (ver la crítica de Marx y Engels en El Manifiesto Comunista).
      De todas maneras, tampoco calificaría de «positiva» la medida de subir el precio del gas. Simplemente era inevitable (por eso también es una tontería sostener que se trata de algún «giro a la derecha», o cosa por el estilo, como he visto por algún lado). La medida no es ni de derecha, ni de izquierda; es sencillamente, una medida propia y natural de un modo de producción basado en la propiedad privada y el mercado.

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      rolandoastarita

      22/12/2012 at 14:28

    • Estimada Laura
      Mis disculpas por haber interpretado en forma equivocada su comentario.
      Me confundió su frase «la medida en este caso me parece positiva».
      En estos casos siempre me pregunto, ¿medida positiva para los capitalistas o para los trabajadores?
      Saludos cordiales

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      La duda metódica

      23/12/2012 at 16:53

  6. No hay en el planteo que hago ninguna defensa de un capitalismo de Estado, ni nada por el estilo. No me interesan las medidas para hacer un capitalismo más o menos desarrollado, sino la transformación del régimen social desde sus mismas bases. Sin embargo, creo que no puede pasarse por alto el enorme peso de la ingerencia imperialista especialmente en cuestiones como las condiciones de explotación de recursos estratégicos. Todo el régimen establecido durante los años ’90 que estableció una explotación del sector que consumió reservas sin invertir en explotaciones es expresión de estas condiciones. La conclusión de esto no puede ser una nostalgia de YPF ni un camino de capitalismo de Estado, no para quienes aspiramos a que la clase trabajadora de una salida superadora de este sistema, pero esta salida no va a surgir de la nada, sino de que la clase trabajadora tome en sus manos las grandes cuestiones que afectan la vida de la clase trabajadora y el pueblo pobre, y entre ellas la cuestión del imperialismo y los regímenes especiales que le facilitan el accionar rapaz son cuestiones muy importantes. Es desde este punto de vista que yo creo que fue correcto el planteo, frente a la «recompra» kirchnerisma, de la necesidad de una expropiación y estatización del sector hidrocarburífero de conjunto, para ponerlo bajo gestión obrera, como parte de plantear una perspectiva el avance político de la clase trabajadora y que sea tomado como bandera de lucha por los destacamentos del sindicalismo antiburocrático y clasista para pelear por una perspectiva política independiente de las variantes patronales.

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    Alvaro

    23/12/2012 at 17:55

    • No voy a repetir los argumentos sobre el control obrero del capitalismo: remito a las notas que ya escribí sobre este asunto. Por otra parte, un contrato petrolero con Chevron, o Petrobras, no significa una explotación «del país» (como piensa el socialismo pequeño burgués nacionalista), sino de la clase trabajadora. No son los «recursos» los explotados, sino el trabajo. La plusvalía no la generan «los recursos», sino los trabajadores.
      La plusvalía (trabajo impago) se reparte entre los explotadores, sean estos nacionales o extranjeros, sean privados o funcionarios del Estado. Los Bulgheroni, los altos funcionarios del Estado o de YPF, los inversores argentinos en YPF, y similares, no son explotados por Chevron (o Exxon, o Petrobras).
      Todo esto se basa en una teoría que explicó alguien llamado Carlos Marx, hace muchos años: demuestra en qué consiste la explotación. Es el mejor antídoto contra los nacionalismos, y el mejor argumento a favor del internacionalismo. Una idea que está en los fundamentos mismos del socialismo revolucionario (que por cierto, es bastante distinto del socialismo pequeño burgués nacionalista).

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      rolandoastarita

      23/12/2012 at 23:22

  7. Muy buen blog, en hora buena compañero Astarita!

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    Quintana

    25/12/2012 at 13:59

  8. Que pensas de la nueva ley de hidrocarburos?

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    Juan

    31/10/2014 at 00:03


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