Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

El paro del 20/11 y la unidad de acción

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A raíz del paro nacional realizado en el día de ayer, vuelve a plantearse la discusión acerca de si es correcto que la izquierda participe en unidad de acción con dirigentes sindicales burocráticos, o con corrientes políticas, u organizaciones sociales, defensoras del sistema capitalista. La postura que defiendo es que se puede y se debe participar en unidad de acción con otras fuerzas, siempre que esto implique la posibilidad de que los trabajadores o el pueblo avancen en demandas concretas (principalmente económicas o democráticas). Concretamente, el paro se convocó por una serie de demandas necesarias e importantes, que enfrentan el ajuste que están implementando el gobierno K y la patronal (por ejemplo, a través de la no actualización del mínimo no imponible, o la reciente ley de accidentes de trabajo). Tengamos en cuenta que en situaciones de dominio capitalista “normal”, la lucha entre el capital y el trabajo no se desarrolla de manera “pura”. Por eso, los trabajadores, o los sectores oprimidos, deben apoyarse en las contradicciones y divisiones en la clase dominante, o entre la clase dominante y fracciones importantes de la pequeña burguesía.

En contra de esta posición, los ultraizquierdistas siempre plantearon que no es posible unirse con traidores y enemigos del socialismo, así sea por reivindicaciones elementales y puntuales. En sus versiones extremas, se niegan a participar en cualquier huelga o lucha que no sea convocada por revolucionarios y socialistas. Pero esto significaría renunciar a la crítica y a la defensa de posiciones socialistas. Precisemos que el argumento ultraizquierdista es adelantado con frecuencia por algunos defensores izquierdistas del gobierno K, para concluir que no hay que apoyar las luchas obreras y populares. “Las demandas son justas, pero Moyano es un traidor de los trabajadores”, etc. No es más que una forma de disimular la colaboración con las políticas K. Curiosamente, mucha militancia y ex militancia PC, de larga trayectoria en la colaboración de clases, presenta este argumento (ver aquí para la postura histórica del PC). Lo mismo sucede con diversas corrientes del espectro K-izquierdista. Atacan la unidad de acción por puntos precisos y delimitados porque defienden una unidad programática con una fracción de la clase dominante (y siempre encuentran motivos para diferenciar alas progresistas del capital). El “no hacerle juego a la derecha” (argumento que supone que el gobierno K es de izquierda) se convierte así en un comodín discursivo destinado a dividir al movimiento y las luchas. Por eso, la crítica a esta postura no es en esencia la que dirigimos a los ultraizquierdistas, sino al reformismo que colabora con los explotadores.

Una larga tradición

En cuanto a la unidad de acción, la realidad es que siempre el movimiento obrero y socialista utilizó esta táctica. Marx y Engels incluso la explicitaron hace ya más de 150 años. La experiencia argentina es ilustrativa. Para citar solo algunos casos, en los años 70 la izquierda militaba en gremios que estaban encabezados por burócratas que denunciaban a los activistas ante las patronales, y hasta operaban en combinación con la Triple A. Pero fue esa misma burocracia la que convocó al Rodrigazo; y los militantes de izquierda participaron, al menos en su mayoría, en esa movilización, para luego profundizarla. De la misma manera, el primer paro que se hizo a la dictadura militar, el 27 de abril de 1979, fue convocado por la llamada Comisión de los 25, que reunía a dirigentes sindicales no precisamente de izquierda o siquiera democráticos (José Rodríguez, Roberto Digón, Raúl Ravitti, entre otros). Pero fue la primera gran acción que comenzó a resquebrajar seriamente a la dictadura. Luego, a partir de 1983, hubo otras múltiples muestras de unidad de acción. Por ejemplo, en los 90 CTA y MTA (Moyano) convocaban a movilizaciones o paros que eran apoyados por la izquierda, pero también por sectores de derecha; entre ellos, el Modin, de Aldo Rico. Más en general, cuando la izquierda milita en sindicatos dirigidos por dirigentes reaccionarios, está de hecho aplicando la táctica de la unidad de acción.

En definitiva, lo importante siempre es el análisis de la correlación de fuerzas, y la claridad en cuanto a los objetivos planteados. En este punto, los ultraizquierdistas se distinguen siempre por su incapacidad de “pensar en la correlación de fuerzas, de calcularla”, cuestión que está “en la esencia” de la táctica marxista (ver Lenin en el “Infantilismo ‘de izquierda’”). Siempre hay que partir de las condiciones de vida y la mentalidad de las masas trabajadoras, de su estado de conciencia, y no de esquemas elaborados en el aire. Es la única forma de darse una táctica correcta. Pero es en este sentido que la masividad del paro realizado en el día de ayer es la mejor demostración del acierto de la táctica de unidad de acción. El discurso oficial trata de taparlo, pero la realidad es que la adhesión a la medida de fuerza se extendió entre las bases de gremios cuyas direcciones son colaboracionistas (el caso CTERA es el más destacado, posiblemente). Subrayo, esto no hubiera sido posible si no hubiera habido confluencia de muchos sectores. Nunca se insistirá bastante en que la lucha de clases no opera en el vacío, no es pura. Las divisiones en el seno de la clase dominante, siempre abren resquicios y amplían posibilidades.

La perspectiva de más unidad de acción

Por supuesto, un triunfo no es sinónimo de batalla ganada. La presidenta CK ya ha dicho que no va a cambiar su política económica, sino todo lo contrario. Esto es, la ley anti-terrorista, la no actualización del mínimo no imponible, la ley de accidentes de trabajo o el recorte de partidas presupuestarias, se inscriben en un sendero que promete profundizarse. Por este motivo, la táctica de unidad de acción seguirá aplicándose. No hay manera de avanzar en el trabajo político y en la crítica ideológica si no se comparte las experiencias y las acciones con las más amplias masas trabajadoras. Siempre hay que preguntarse si tal demanda, o tal acción por esa demanda, fortalece la posición del trabajo frente al capital. Por ejemplo, si mejora las condiciones de venta de la fuerza de trabajo, si amplía o preserva derechos laborales o democráticos, etc. Esto no implica apoyar a corrientes, direcciones políticas y sindicales enemigas del socialismo. Participar en una huelga convocada por la dirección del SMATA o la UOM no significa avalar a sus dirigentes, ni los programas y estrategias que defienden. Tampoco hay que pensar que la simple experiencia de la lucha reivindicativa genera conciencia socialista. Ni siquiera genera la conciencia de acabar con las estructuras de dominio burocrático en sindicatos, u otras instituciones. Por eso, es imprescindible que el marxismo mantenga la crítica ideológica o política. Alguna vez Marx resumió esta forma de intervención en el movimiento diciendo que “no le diremos (al mundo): desiste de tus luchas, que son cosa necia; nosotros nos encargaremos de gritarte la verdadera consigna de la lucha. Nos limitaremos a mostrarle por qué se lucha, en verdad, y la conciencia es algo que tendrá que necesariamente asimilarse, aunque no quiera” (Carta a Ruge, septiembre 1843). Pero para esto, hay que partir del mundo, de la gente, de sus aspiraciones, formas de organización y luchas tal como son, y no tal como quisiéramos que fueran. La táctica de la unidad de acción se inscribe en esta concepción más general.

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El paro del 20/11 y la unidad de acción

Written by rolandoastarita

21/11/2012 a 10:09

57 respuestas

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  1. Acuerdo Rolo. Si el programa de la convocatoria es mínimo, la unidad de acción es un hecho. Pero no si el pliego de demandas (programa) implica una perspectiva burguesa.
    Por ejemplo, hoy en Buenos Aires hay una marcha contra la masacre palestina que perpetúan el Estado de Israel. Es un programa mínimo: «Alto al genocidio en Gaza». Es correcto ir e incluso puede que neonazis vayan: cada grupo de izquierda llevará, además, su pliego de demandas; lo mismo los neonazis (si asisten). Y la acción será progresiva, por más que hayan nazis (mientras no provoquen, no hay por qué agredirlos en dicho marco).
    Un ejemplo contrario: si la movilización de hoy hubiese sido convocada bajo el siguiente programa: «¡Alto a la agresión en Gaza e Israel. Por la paz. Dos estados, para dos pueblos», si uno opina (como es mi caso) que no puede haber dos estados sino uno (palestino, laico, que integre a los judíos como ciudadanos palestinos, al mismo tiempo que se plantea una Palestina soviética en el marco de una Federación de Repúblicas Socialistas de Medio Oriente, en le perspectiva de avanzar hacia el comunismo mundial) no habría que ir a dicha convocatoria porque es un programa «cerrado» que obtura la unidad de acción.
    Saludos,
    Fernando.

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    Fernando

    21/11/2012 at 10:29

  2. El día que Moyano sea un trabajador y no un empresario. El día en que al frente del sindicato de Camioneros (y todos los sindicatos) esté un trabajador y no un empresario. El día en que los sindicatos se manejen con pluralidad, democracia interna real, asambleas participativas, con cargos rotativos y no remunerados. El día que un dirigente sindical, del nivel que sea (local, regional, nacional, internacional) siga trabajando humildemente en su puesto de trabajo y gane lo mismo que otro trabajador… O sea, el día que los sindicatos recuperen una cierta impronta ácrata (que no les vendría nada mal). Ese día voy a dejar de ser un «ultraizquierdista»

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    ariel

    21/11/2012 at 11:28

    • Claro, el día en que la clase obrera sea socialista, y haya direcciones socialistas, probadas, y combativas, ese día, ese gran día sagrado, participaré en alguna huelga. Mientras tanto, miro y critico.
      Razonamiento abstracto y ultraizquierdista por donde se lo mire, que solo lleva al abstencionismo.

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      rolandoastarita

      21/11/2012 at 11:50

    • El día que todo eso suceda… ¡ya no tendrán sentido las huelgas reivindicativas, estaríamos frente a la huelga general revolucionaria! (como bien se dijo acá: http://latroskarosario.wordpress.com/2012/11/20/apuntes-sobre-el-paro-la-clase-trabajadora-reconoce-su-fuerza-y-el-kirchnerismo-imita-a-cavallo/). Mientras tanto… ¡¡a no hacer nada, no vaya a ser cosa que la pureza de las ideas se contamine con la realidad!! Planteos como estos no tienen correlato con el marxismo.

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      Mariana

      21/11/2012 at 12:55

    • Estimado Ariel:
      Si el 29 de mayo de 1969 no hubiera existido la unidad de acción entre sectores de la burocracia sindical y la izquierda -con Agustín Tosco al frente del sindicato de Luz y Fuerza-, es probable que no se hubiera producido el Cordobazo.
      Sin embargo existieron grupos de ultraizquierda que plantearon que no había que hacerle el juego a la burocracia golpista. La teoría de esos grupos era que la burocracia sindical estaba detrás de un golpe, lo cual era posible en ese momento.
      En las asambleas estudiantiles masivas que se realizaron durante el día 28 de mayo de 1969 esos grupos de ultraizquierda plantearon que no había que apoyar el paro. Propusieron ir a los barrios obreros a «concientizar» a los trabajadores que no había que participar en un paro golpista.
      El resultado de esa propuesta fue que tomaron mate con las esposas de los trabajadores; los cuales estaban gestando en el centro de la ciudad de Córdoba uno de los hitos históricos más importantes de las luchas del movimiento obrero argentino.
      Por supuesto, la gran mayoría del movimiento estudiantil cordobés votó por apoyar el paro activo del 29 de mayo.
      Después del Cordobazo estos grupos de ultraizquierda se hicieron la famosa «autocrítica», y se transformaron en los reivindicadores más fánaticos del Cordobazo. El oportunismo es una constante de estos grupos.
      Ariel, lamentablemente y con todo respeto, su posición me recuerda a los grupos de ultraizquierda de esa época.
      Por último, esta anécdota no me la contaron, la viví personalmente.
      Saludos cordiales

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      ladudametodica

      22/11/2012 at 10:51

    • Estimado Ariel:
      Aquí va un link donde se confirma mi anécdota sobre lo que hicieron algunos grupos de la ultraizquierda cordobesa durante el cordobazo.
      Ver. http://catedrab.blogspot.com/2009/05/el-cordobazo-segun-ricardo-ortiz.html
      Este link ya lo coloqué en un comentario de otra nota del blog de Rolando. Vale la pena repetirlo.
      Lo que cuenta Ricardo Ortíz es la pura verdad de lo que sucedió con estos grupos de ultraizquierda. Estuvieron en contra de la unidad de acción que produjo el cordobazo. Su posición política llegó al extremo de lo rídiculo.
      La historia nos dice que la gran mayoría de las grandes luchas del movimiento obrero a nivel mundial, se han dado mediante la unidad de acción de sectores enfrentados desde el punto de vista político e ideológico. Lo que genera la unidad de acción es la coincidencia en los objetivos tácticos, concretos, de las luchas planteadas.
      Por el lado negativo, hay que decir, también, que la falta de unidad de acción ha producido catástrofes en la historia del movimiento obrero.
      Ese fue el caso de la posición del Partido Comunista Alemán, dirigido por el estalinismo, en la década del treinta, cuando caracterizó al Partido Social-Demócrata como social-fascista. Esta posición ultraizquierdista dividió al movimiento obrero alemán y eliminó la posibilidad de la unidad de acción en la lucha contra el fascismo, permitiendo la victoria del nazismo en Alemania, en el año 1933.
      Esto le costó a la humanidad terribles sufrimientos, con más de 100 millones de muertos en la Segunda Guerra Mundial.
      Pero podemos decir algo más sobre la unidad de acción. En las luchas que se han dado en contra de las dictaduras, esta unidad de acción de la izquierda se ha dado hasta con sectores de la clase dominante enfrentadas con dichas dictaduras.
      Saludos cordiales

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      La duda metódica

      22/11/2012 at 13:27

    • Estimado Ariel
      Su comentario me ha impactado tanto que me ha estimulado a buscar hechos históricos que demuestran lo equivocado de su posición ultraizquierdista.
      Aquí va otra anécdota de como era la unidad de acción en Córdoba, después del Cordobazo.
      Juan Carlos Cena recuerda a Agustín Tosco al cumplirse 37 años de su fallecimiento diciendo lo siguiente
      «Me acuerdo en el palco donde está con René Salamanca por un paro local en solidaridad con el Smata, también estaba Firmenich de colado y dos compañeros del PRT. Había discrepancias entre Tosco y René pero el día que la Triple A asalta la sede de Luz y Fuerza, René estaba adentro y la gran preocupación del “Gringo” fue que lo cuidaran. Entonces, lo bajan al sótano y le hacen una cueva con cajones de cerveza y lo esconden adentro.
      Esto quiero contarlo porque no estar de acuerdo en algunas cuestiones políticas e ideológicas, no significaba romper la unidad, tenerse bronca o no andar juntos. Ahí no ocurría ser amigo de acuerdo a qué secta pertenecías. En el sindicato de Luz y Fuerza había compañeros del PC como Grigaiti que era el tesorero y Tosco lo llevaba a todas partes porque le cuidaba el centavito, si era un tipo probo no le interesaba de dónde venía. Su amigo de discusión también era del PC, Cafaratti, medio parecido físonómicamente a Gramsci, con quien tenía grandes discusiones, pero pensar en pelearse porque pensaran diferente era imposible o con Di Toffino que era peronista.
      Cuando viene el golpe, Di Toffino en lugar de esconderse vuelve al laburo diciendo que si los compañeros lo precisan lo tienen que encontrar en el trabajo. Allí lo chupa el III Cuerpo de Ejército, lo torturan y luego lo fusilan junto a otros compañeros, en presencia del General Menéndez, a quienes les dice vamos a bañarnos y afeitarnos, tampoco nos dejemos poner la venda en los ojos y muere gritando ¡Viva la clase obrera!
      Eso se escapa de los manuales y de la cueva de las sectas. Estamos muy sectarios. Están los trostkistas 1, 2 y 3, los marxistas 1, 2 y 3, los populistas 1, 2 y 3. Estamos todos locos. Esta división es un triunfo del enemigo. Pero ocurrió no solo en Córdoba sino en muchas otras partes del país donde se planteaba la unidad como algo fundamental.»
      Ver: 15-11-2012. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=159197&titular=mientras-el-comisario-garc%EDa-rey-lo-buscaba-desesperado-por-toda-c%F3rdoba-el-%93gringo%94-se-le-
      Saludos cordiales

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      La duda metódica

      23/11/2012 at 18:45

  3. Muy buen analisis Rolando. Ayer la ultraizquierda sectarista del PTS cambiò radicalmente su discurso, lo escuche a Hermosilla en el corte de Panamericana virar su discurso «clasista» y concordar que hay que apoyar los reclamos progresivos no importa quien convoque. Es realmente un paso adelante y necesario del PTS para no quedar afuera de la realidad nacional.
    Ariel probablemente nunca dejará de ser de ultraizquierda,ya que para que los sindicatos representen a los trabajadores hay que trabajar desde las bases para que eso ocurra y no detràs de una PC o en algùn cafe «actuando» sobre tipos ideales que no existen.

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    maloperobueno

    21/11/2012 at 11:56

    • Explícame cual es el sectarismo del partido (pts) que por ejemplo plantear un partido unificado al FIT por ejemplo y contame de que partido sos así me digo «Ah…claro..»

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      martin

      24/11/2012 at 23:34

  4. Compañero Rolando. Comparto la posición frente al paro. En resumen. Unidad de acción. Critica a los circunstanciales aliados y propaganda sobre las razones de la lucha (que remite al problema de fondo: la explotación de los trabajadores) Este último es un problema importante. Gobiernos burgueses y burocracia sindical, inculcan que no solo hay explotación cuando no se respetan los derechos laborales, esencialmente, trabajo en negro, semiesclavo etc. Hay que combatir este argumento, explicando que mientras exista relación asalariada, hay explotación y que esta es la raíz de los males, que no se arregla eliminando impuestos al salario, derogando leyes sobre ART o universalizando asignaciones familiares, con todo lo necesario que pueda ser luchar por estos objetivos mínimos. Una cosa es decir, expliquemos las razones y que las conclusiones las saquen los trabajadores y otra es decir, no expliquemos nada y que las conclusiones salgan de la profundización de la lucha. En general, no hay propaganda amplia por parte de la izquierda sobre el problema de fondo, salvo referencias rituales al socialismo, el ‘gobierno de trabajadores’ o las estatizaciones. Tampoco hay mucha diferenciación crítica y a la denuncia a la burocracia se la anestesia, para ‘no romper la unidad de acción’. Personalmente, no estoy de acuerdo con la táctica de Sobrero. Empezó regalando gorritas. Siguió tomando mate con Moyano. Ahora recibe sonriente los aplausos que le dedica la burocracia. No hay una mínima toma de distancia. Sobre el paro en particular. Es cierto que trabajadores de gremios no adheridos a las organizaciones convocantes mostraron simpatía y pararon. En CETERA la adhesión llegó al 80% como reflejo del ataque que están sufriendo los docentes. Pero, esto no se puede generalizar, hasta donde llega mi conocimiento, esto no se evidenció del mismo modo en los sectores industriales. Frente al ataque al movimiento obrero y ante la imposibilidad de plantear medidas de alcance nacional desde organizaciones clasistas, se hace necesario aprovechar todo resquicio para frenar o detener este ataque. En esto cuadra la ‘unidad de acción’ como expresión elemental de frente unido. El paro fue exitoso en el sentido que puso un obstáculo en el terreno allanado en que se movía el gobierno, pero dista mucho de ser un éxito en cuanto a la resolución efectiva de las demandas obreras, lo que pone sobre el tapete la perspectiva de una lucha larga. Digo esto para tomar distancia de los balances exitistas que ya se están barajando. El ‘paro histórico’ que ‘abre una nueva situación política’ que pone a la orden del día la fusión del movimiento obrero con la izquierda etc. etc. Es evidente que el descontento se va ahondando y esto se reflejo en algún grado en el paro mismo, pero el panorama sigue tremendamente dividido y con una correlación de fuerzas desfavorable a los trabajadores. Lo importante aquí es enfrentar el argumento de que solo se puede luchar con una dirección revolucionaria y que represente a la totalidad de los trabajadores. De ser así, no habría más luchas reivindicativas, de aquí hasta las vísperas de la toma del poder. No dudo que es lo que desea el gobierno y toda su corte de alcahuetes pagos y gratuitos.

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    AP

    21/11/2012 at 12:33

  5. Si es lícito que la izquierda reclame en conjunto con los sectores de la burocracia sindical (con los que no acuerda ni ideológicamente ni programáticamente), por qué no es lícito que el gobierno, en pos de cumplir con la doctrina peronista (Soberanía Nacional, Justicia Social e Independencia Económica), genere marcos de alianzas -temporales- controvertidos y a la vez contradictorios a sus principios?

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    borja villanueva

    21/11/2012 at 13:18

    • Es natural que las distintas fracciones de la clase dominante tejan alianzas y desplieguen tácticas para sostener el modo de producción capitalista y hacer progresar sus intereses. Los marxistas no tenemos por qué meternos a opinar en este terreno sobre lo que es «lícito» o «no lícito» en relación a sus principios. Sencillamente, no compartimos esos principios; son puntos de vista opuestos, enfrentados. No estamos ante «nuestro» Estado; es el Estado de la clase dominante, y es el gobierno del Estado de la clase dominante.

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      rolandoastarita

      21/11/2012 at 14:29

    • Sin embargo, no es irrelevante para la izquierda revolucionaria establecer cuándo la clase dominante, para defender sus intereses, opera según sus normas o leyes, y cuándo lo hace en conflicto con ellas (teniendo en cuenta, por supuesto, los distintos niveles de normatividad social: no es lo mismo entrar en contradicción con una legislación previa, que puede ser legalmente anulada, que entrar en contradicción con la ley del valor). Esto último, especialmente cuando se difunde y generaliza, es un indicio de que el régimen de la clase dominante está ingresando en una fase crítica, en un período de inestabilidad que se prolongará si no es resuelto por medio de alguna convulsión social violenta.

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      Vico

      21/11/2012 at 15:11

    • Si el gobierno es del Estado de la clase capitalista entonces ¿por qué y para qué se hacen las «demandas necesarias e importantes, que enfrentan el ajuste que están implementando el gobierno K y la patronal»? ¿Se estarían demandando concesiones a la clase capitalista o hay otras razones?.

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      oti

      21/11/2012 at 19:01

    • En tanto exista el modo de producción capitalista, y su Estado, existirá la explotación. Ningún aumento de salarios acabará con la plusvalía; es imposible que suceda. Sin embargo, se demandan mejoras por dos razones fundamentales (como explicó Marx en «Salario, precio y ganancia»). Por un lado, porque si no se resiste y lucha, la degradación a que puede llevar el sistema capitalista a los explotados sería mucho mayor. En última instancia, las políticas reformistas de la burguesía han sido el producto del temor que inspira la lucha de clases, y/o de las necesidades vinculadas a la reproducción del capital, y de la fuerza de trabajo en particular (ver por ejemplo aquí sobre el rol de los llamados planes sociales).
      En segundo lugar, hay que luchar porque siempre puede ser el primer paso para objetivos mayores.
      Lo importante es tener presente que aun cuando haya mejoras dentro del sistema, su base seguirá siendo el trabajo explotado. Este es el aspecto crítico y subversivo del marxismo, que siempre fue intragable para la clase dominante.

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      rolandoastarita

      21/11/2012 at 20:21

    • Y si la degradación viene por el lado del aumento de la desocupación producto de la transmisión de la crisis global?

      ¿Cuáles serían los objetivos mayores que podría abrigar la clase trabajadora en un contexto global de crisis que podría afectar la capacidad de la burguesía agraria y exportadora de generar renta y, en consecuencia la capacidad del Estado de capturar algo de esa renta?

      Es decir, ¿cuál sería la perspectiva de avance para la clase obrera si las consecuencias de la crisis global en los precios de los exportables argentinos cambian de signo?

      En mi opinión, en tal caso, la clase obrera, lejos de avanzar, deberá defenderse.

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      oti

      22/11/2012 at 14:54

    • No existen recetas generales, hay que discutir las situaciones concretas, depende de la situación económica, pero también del grado de organización y del programa que asuma el movimiento obrero.

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      rolandoastarita

      22/11/2012 at 15:29

  6. Muy buen analisis!!! lo comparto! Eric Simonetti

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    Eric Simonetti

    21/11/2012 at 14:13

  7. Hola Rolando.

    Muy buena nota, como siempre. Saludos desde Entre Ríos!!

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    Agustin

    21/11/2012 at 15:26

  8. Qué lo parió, excelente punto de vista. Un abrazo y a compartir la nota se ha dicho.

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    pamela

    21/11/2012 at 17:14

  9. Existe ahí un conflicto político entre dos sectores de la clase dominante. Uno de ellos convoca a una acción en contra del otro. ¿Debemos responder positivamente a su convocatoria por el solo hecho de que entre las demandas de su pliego petitorio incluye una demanda económica o democrática de los trabajadores? Me parece que no, y que esta no era la posición de Marx. Primero habría que aclarar qué es lo que está en juego en ese conflicto, qué intereses representa uno y otro bando. ¿Por qué hemos de darle crédito a las palabras, y solo palabras, de los convocantes? Si no vemos qué es lo que está en juego en ese conflicto y actuamos sólo en términos de sus promesas, nos convertimos en un juguete en sus manos (creo recordar que esta última frase es la misma que utiliza Marx).

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    Javier

    21/11/2012 at 22:52

    • Una cosa es apoyar alguna fracción en un conflicto interburgués, otra muy distinta es aprovechar las divisiones en la clase dominante, o entre la burguesía y la pequeña burguesía (u otras variantes) para avanzar en la lucha por reivindicaciones económicas o democráticas de la clase trabajadora. Cuando sucedió el conflicto entre librecambistas y proteccionistas en Inglaterra, Marx no aconsejó que la clase trabajadora apoyara alguna de las fracciones (el sentido común del izquierdista reformista le hubiera dictado identificar a la fracción «progresista» para dar su apoyo «crítico», siempre «crítico»). Sin embargo, en El Capital destaca cómo esta división ayudó a la clase obrera en su lucha por la reducción de la jornada de trabajo; en un momento los partidarios del libre cambio apoyaron la reivindicación obrera, en otro los proteccionistas. Ambos lo hicieron por sus intereses, por supuesto, pero la clase trabajadora sacó beneficio de esa circunstancia.
      Por otra parte, cuando se llama a una medida de acción (huelga, manifestación, etc.), se trata de enfrentamiento entre clases sociales, y hay que saber ubicarse en el conflicto. Concretamente, hoy se es colaboracionista del ajuste, o se lo enfrenta. Por eso no son solo discursos, son acciones concretas. Los discursos, por supuesto, hacen a la lucha ideológica. Pero también está la lucha práctica, por las reivindicaciones elementales. De la misma manera, cuando se vota la ley de accidentes de trabajo, o la ley antiterrorista; cuando se bajan los salarios vía inflación e impuestos; cuando se recortan partidas presupuestarias elementales (véase la situación de los maestros en Pcia de Bs As y otros lugares, por caso), no son «palabras». Son actitudes de clase concretas, ante las que hay que tomar posiciones concretas. ¿Cómo se puede sostener que por enfrentar estas cosas nos convertimos en «juguetes» de la clase dominante? ¿No hay límites para los disparates?
      Por último, la táctica de la unidad de acción está explicada por Marx y Engels en la famosa Circular del Comité Central a la Liga Comunista (1850), y se resume en «golpear juntos, marchar con banderas programáticas separadas». No es difícil de entender.

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      rolandoastarita

      21/11/2012 at 23:48

  10. Comparto que podemos y debemos coincidir en la lucha con adversarios y hasta enemigos políticos, ideológicos y de clase a condición de que haya acuerdos aunque sea limitados que posibiliten defender o ampliar el grado de bienestar y libertad conquistado siempre manteniendo nuestra identidad y programa diferenciado y crítico a la vez. Cosa que no creo que este logrando la CTA opositora.

    En mi laburo paro la burocracia con anuencia de la patronal que dio franco y esta vez aclaro que no va a descontar las horas.

    Pero al margen, lo que a mi me hace dudar es el contenido de las demandas. Porque más allá del rosario que aparece con los discursos, lo que moviliza y queda es el reclamo por ganancias. Un reclamo de los trabajadores mejor pagos del país contra un impuesto progresivo. Un impuesto bastante mal planteado y que no se aplica a la patronal de sectores con ganancias récord. Seguro, pero que se redistribuye en parte a través de la ANSES. Yo lo pago y si no fuera por lo errático y díficil de predecir no me parece tan pexcesivo.

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    javier

    22/11/2012 at 00:02

    • En otras notas he explicado por qué considero que los socialistas, y en general los trabajadores, deberían rechazar su argumento (ver aquí y aquí).
      A lo que podría agregar que no encuentro nada progresivo en el saqueo de las cajas de la jubilación.

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      rolandoastarita

      22/11/2012 at 09:31

  11. Rolando muy interesante el analisis. Poco habitual en el clima de chicanas empobrecedor del eje antikirchnerista-kirchnerista. Aunque surge la duda respecto a las condiciones historicas concretas en el que esas proposiciones se basan. Una cuestion metodologica que vale la pena interrogarse es si es valido extrapolar al periodo actual los analisis de Marx en circunstancias diferentes del desarrollo del capitalismo. En particular tu referencia a cuando Marx recomendó no tomar posición ni por librecambistas ni por proteccionistas,(i) lo hizo desde el país que se instalaba como centro de la acumulación mundial, (ii) en el que la crisis de sobreacumulacion (relativa) de capital en sus diversas formas no alcanzaba las dimensiones actuales , (iii) en el que el librecambismo desde el centro favorecia a una burguesia industrial dinamica que buscaba expandirse globalmente y el proteccionismo frenaba su desarrollo. En ese marco historico y desde Inglaterra, se entiende la posición de abstenerse, incluso se hubiera entendido convocar a un paro contra los proteccionistas. Aqui estamos en otra fase muy diferente y en un pais periferico (o como quieran llamarle), el libercambismo extendido a las distintas formas de capital favorece a los capitales agricolas-comerciales ususarios de tecnologia exogena, en desmedro de capitales industriales de tecnologias inferiores en productividad y escala, no a capitales industriales que pueden enfrentar la competencia. Los capitales agricola-rentistas y sus socios buscan que este pais (y la region) lleve adelante el ajuste estructural via una devaluacion y una mucho mayor apertura a los capitales sobrantes que buscan valorizarse en ramas extractivas. Situación que resolveria el problema de la inflacion a partir de la brutal ampliacion del ejercito de reserva llevando al quebranto de industrias enteras. Situacion que seguramente, no se si coincidís, se vera agravada con la creciente sobreproducción, con la crisis agravada enEuropa rehen de los capitales financeros, pese a la tibia recuperación de EEUU y el empuje (decreciente) de los nuevos espacios de valorizacion de capital en China e India. Crisis que afecta a las principales ramas de la economía mundial (con escepcion de ciertos sectores y espacios nacionales por el momento). En ese marco, el proyecto «burgues» que hoy gobierna en Argentina, basado en la fragmentacion del campo burgues y si queres tambien obrero, usa sus grados de libertad para poner un dique – a contracorriente pero con exito por el momento en ciertas ramas absorbedoras de fuerza de trabajo-a la entrada de mercancias que buscan realizarse en el mercado mundial a precios de remate. La destrucción de empleos que el abandono de estas medidas generaria, seguramente afectaria adversamente a la clase trabajadora. Cuando uno ve, pese a la validez de los reclamos que vienen de las bases, lo minimas (y debatibles) de las demandas de la burocracia (mas preocupadas por mantener las prebendas de las obras sociales que el Kirchnerismo pretende birlarles), el acompañamiento de los medianos rentistas del campo y de sus socios de la sociedad rural, de la fuerza de choque mediatica de esa burguesia, bajo la conduccion de de ciertos grupos empresariales devaluacionistas (no nos olvidemos del cruce Rocca-Kiciloff), seguramente surgen las dudas respecto a la conveniencia de apoyar por accion u omision el avance del librecambismo. Me interesa tu respuesta, Rolo. Un abrazo grande.

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    Lupa

    22/11/2012 at 20:12

    • La referencia al librecambismo y proteccionismo la hice para ilustrar la manera en que la clase obrera podía aprovechar las disensiones al interior de la clase dominante, a fin de avanzar sus posiciones. Con respecto a la cuestión de si el proteccionismo representa en sí mismo una política capitalista progresista en la actualidad, pienso que, así planteada, el tema es abstracto. Podría ser progresivo si estuviera en el marco de un programa de desarrollo de las fuerzas productivas (lo mismo se puede decir del estatismo, los subsidios, y otras medidas). Y siempre hay que tener en cuenta que el proteccionismo genera reacciones nacionalistas, incluso alienta posturas de xenofobia. De hecho, las escaladas proteccionistas en los años 30 agravaron la crisis mundial.
      Para bajarlo a tierra, si Argentina escala en medidas proteccionistas contra Brasil o China, éstos van a responder con nuevas escaladas. De hecho, ya hubo algo de esto. Por esto tampoco es una medida solución. Como traté de explicar en otras notas, el problema central del capitalismo argentino en los últimos años es que ha habido una enorme evasión del excedente (unos 80.000 millones de dólares en fuga de capitales). Y esto no se debe a falta de proteccionismo. La cuestión es más compleja.

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      rolandoastarita

      23/11/2012 at 00:06

  12. Ojo, Rolando. Parece que el sistema está aceptando que distintos usuarios aparezcamos con el mismo nombre de usuario. Yo escribí lo que aparece bajo «Javier» el día 21, pero yo no escribí ni comparto lo que aparece bajo ese mismo nombre el día 22.

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    Javier

    22/11/2012 at 20:25

    • No sé a qué se puede deber, voy a averiguar.

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      rolandoastarita

      23/11/2012 at 00:06

    • Hola javier, los nombres de usuario (nick) no están restringidos para quien comenta sin registro (login).
      Si querés tener un usuario único que se diferencie de los demás te recomiendo que te registres en gravatar o en wordpress.

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      astadiego

      23/11/2012 at 20:37

    • Pero entonces, ¿cualquier usuario no registrado puede usar el nombre de alguien que sí está registrado? Porque yo sí lo estoy.

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      Javier

      23/11/2012 at 22:53

    • Si.
      Le recomiendo que a su usuario le ponga una imagen para diferenciarse o cambiar el nombre de pila por un nombre original.

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      astadiego

      23/11/2012 at 23:16

  13. me parece que estan en otro planeta, no se si llamarlos ultraizquierdistas o izquierdistas, , ¿porque creerle al relato de la declamada izquierda? que dice que fue masivo el paro? , no fue masivo!!!! hagan mejores caracterizaciones, fue marginal el paro y solo fue posible por los piquetes ? soy de hurligham y asi se vivio en mi distrito , todas las fabricas trabajaron …..se quieren justificar con la «unidad de accion» ? esto de la izquierda en la conferencia de prensa de la CGT Azopardo es oportunismo politico del mas genuflexo!… una cosa es parar acompañando como hacia el ex-Mas de Luis Zamora en los 90, que iba a los paros de Ubaldini y se retiraba cuando empezaban los discursos, esto mamita! hacen palco, acompañan codo a codo a Moyano y van a la conferencia de prensa con la nata de la burocracia sindical de Barrionuevo;Venegas y la patronal de Buzzi y Biolcatti, ahi estaba como reluciente Sobrero para demostrarlo junto con el mst, la ccc, barrios de pie y po, reinvindicando a Jose Ignacio Rucci

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    mario

    23/11/2012 at 00:40

    • Lo de Sobrero fue un error oportunista, no tenía nada que hacer ahí. Una cosa es el correcto y obligado frente único y el anuncio común de una medida de lucha, otra es participar de una conferencia de prensa a posteriori de una medida que más que servir para anunciar la continuidad de la lucha, se transformó en un acto de lisa y llana legitimación de la burocracia. igualmente extrapolar esa actitud con la posición de «toda» la izquierda no es correcto. El paro no fue marginal, lo tuvo que admitir hasta Weinfeld de pagina12…

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      germo

      23/11/2012 at 10:26

    • Compañero Mario. El balance de la incidencia del paro es materia de discusión. De seguro, la realidad se encuentra en un punto medio entre las versiones minimizadoras de los afectos al gobierno y las visiones apologéticas de los auspiciantes del mismo. En el contexto de división del espectro sindical no era de esperarse un paro absoluto, con más razón cuando hay un enorme porcentaje de la población no sindicalizada e incluso el 87% de las empresas ni siquiera tienen delegados. El paro fue consistente entre los gremios convocantes que representan un 30% de los trabajadores y mediante la metodología aplicada, se hizo extensivo a una franja mayor que desistió o se vio impedida de ir a trabajar, incluso tuvo repercusiones espontáneas en trabajadores cuyos sindicatos estaban en contra. El caso más sintomático fue el de Cetera, donde hubo un ausentismo cercano al 50% (20% reconoce el sindicato-80% dice la izquierda) pero a nivel del proletariado industrial, la repercusión fue mínima y solo pararon y movilizaron a los cortes (en mucho menor medida) delegados y trabajadores donde la izquierda tiene algún peso, como algunas gráficas del Gran Buenos Aires, es más, en la industria de la alimentación donde la izquierda dirige, no se logró parar y solo se movilizó el activismo. Los cortes, en gran medida se nutrieron de militancia, lo que es lógico en la medida que se había decidido apoyar y garantizar el paro. Lo que es menester reconocer es que el paro fue exitoso en su cometido de comenzar a poner una barrera a los planes de ajuste en curso. De momento, no obtuvo ninguna de sus reivindicaciones, pero mostró un camino de lucha que puede radicalizarse en la medida que la situación general se agrave. Lejos está del ‘triunfo histórico’ que pregona la izquierda, dando incluso lugar a un florido autobombo, pero también del fracaso que vende el gobierno. Los cortes y piquetes perfilaron una metodología combativa que puede potenciarse, especialmente en la medida que aumente el peso específico del clasismo en el movimiento obrero, que, continúa siendo la variable clave a desarrollar para que la continuidad y efectividad de la lucha no quede sujeta a los popes sindicales contrarevolucionarios, que usan a los trabajadores como tropa de maniobra de su propia ‘cuestión social’. El paro finalmente se orientó en razón de un conjunto de demandas defensivas que atañen a los intereses inmediatos de la clase trabajadora y dado que los marxistas no luchamos solo en condiciones ideales, sino, reales y concretas, se convirtió en el único canal de expresión para una huelga y protesta de orden nacional. Por consiguiente, pese a su dirección y al evidente trasfondo político burgués que encierra, no podía dejar de ser tácticamente aprovechado para intentar poner coto a la ofensiva que sufre el movimiento obrero. Fue una lucha necesaria aunque de su resolución no se deban sacar conclusiones apresuradas o caer en el existismo afiebrado que caracteriza a buena parte de la izquierda. Basta leer algunas prensas para advertir el diagnóstico de que ‘cambió la situación’ (?) o se abrió raudamente el periodo de fusión del movimiento obrero con la izquierda (electoral?) el todo aderezado con el método del inflador y el lente deformante. En cuanto a la ‘unidad de acción’ esta debe acompañarse de una denuncia sin cuartel contra el circunstancial aliado. En mi opinión, una pata floja, que, en algunos casos, adquirió ribetes oportunistas. No comparto la táctica de Sobrero de codearse con la burocracia y dar señales de conciliación. Obsérvese que Moyano le dedicó un aplauso, pero luego de una floja intervención, también lo admonestó, recordándole que de no haber sido por el paro de los señaleros, logrado a última hora, no se habría parado todo el ferrocarril. Por último, le recuerdo que no es cierto que el Mas de Zamora iba a los actos de Ubaldini y se retiraba cuando empezaba a hablar el llorón. Muy por el contrario, conspicuos dirigentes de la corriente, hoy chavistas, salían presurosos a acallar a las voces ‘imprudentes’ que gritaban ‘Se va a acabar la burocracia sindical’ para no romper la ‘unidad de acción’.
      Saludos.

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      AP

      23/11/2012 at 13:12

    • Algunas ampliaciones a lo que ya respondió AP. Primero, ratifico que no es cierto que el MAS se retiraba de las manifestaciones cuando comenzaba a hablar Ubaldini. Lo he vivido personalmente.
      Segundo, que el paro tuvo mayor repercusión que la esperada se evidencia en la reacción de la CGT colaboracionista. Caló dijo que compartía las demandas, y Daer pidió que el gobierno escuchara los reclamos que planteó la huelga. Esta gente «no da puntada sin hilo», como dice el dicho. Saben que en las bases hubo fuerte consenso con el paro. También que en algunos lugares incluso hubo adhesión a la medida de fuerza, por encima de las directivas del sindicato. Sucedió en algunas líneas de colectivos, en ferroviarios, en mecánicos de SMATA Córdoba y en empresas metalúrgicas de Tres de Febrero. El dato no es menor, porque es muy difícil parar en gremios en los que existe un fuerte control sindical, y la gente corre el riesgo de ir a la calle. Es en este marco que cobra relieve el masivo paro de las bases de CTERA: en un gremio donde no hubo temor al despido, el paro fue masivo.
      Tercero, no deja de tener un cierto olor a cinismo presentar la asistencia al trabajo en empresas industriales como el producto de una decisión libre de los trabajadores. En prácticamente ningún lugar la CGT y la CTA colaboracionistas llamaron a asambleas para que la gente pudiera decidir. El temor al despido por adherir al paro es muy grande, dado el control de la burocracia y su colaboración con las patronales y el gobierno. Al respecto, y ya que recuerda las posiciones del MAS de los 80, ¿dónde quedó la famosa consigna «que las bases decidan»? Bonita evolución: repudiar la unidad de acción por demandas concretas y sentidas por los trabajadores, para terminar avalando los peores métodos de la burocracia sindical.
      Por último, reitero lo que digo en la nota: los defensores K rechazan la unidad de acción con un sector de la burocracia porque defienden la colaboración de clases, apoyan a un gobierno capitalista que está aplicando un ajuste contra el trabajo, y para esto, terminan avalando a la CGT y CTA colaboracionistas. Hay poco nuevo bajo el sol.

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      rolandoastarita

      24/11/2012 at 08:51

    • Un comentario adicional a los de AP y Rolando, con los cuales coincido. La derecha está fuerte en los lugares de trabajo, incluyo al gobierno nacional y a la oposición del FAP de Binner (escribo desde Santa Fe), pero el paro fue importante. En Rosario, por ej. fue importante el paro de los bancarios y también de los maestros estatales. Ojo, entre los maestros hay que observar que si bien no hay amenazas de despidos, si de descuentos (que ya los hubo) y sin embargo se vota el paro y se lo lleva adelante. Viva la lucha de clases!!!

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      Omar

      24/11/2012 at 18:01

  14. Rolo, respecto al tema del proteccionismo. Pienso que es una variante que tiene que ver con la respuesta a las crisis de sobreproduccion, que no es decision de ningun estado bajo el gobierno transitorio de una fuerza progresista, es lo que se impone y se seguira imponiendo en la proxima decada. Bajo nuevas formas y reforzado por el caracter financiero de la acumulacion a escala global. Coincido que el probema de la Argentina ha pasado por la fuga de capitales. Eso es un apsecto mas del caracter periferico y deformado de nuestra estructura periferica, en una etapa del capitalismo en la que el capital dinero ha llevado su pretension de autonomizacion a un extremo jamas pensado, generando una centralizacion de esa masa en los fondos de inversion y bancos internacionales que tomaron como rehen a los Estados nacionales, incuso a Alemania. En Argentina tenes un escenario en donde tenes que generar superavits comerciales para financiar esa logica y no la industrializacion. Luego, el intento timido (y desprolijo ausente de toda planificacion) actual desde el Estado en Argentina de controlar esas dinamicas a contramarcha de la logica imperante en el resto del mundo hoy esta siendo cuestionada por multiples fuerzas bajo el comando de los capitales «nacionales e industriales» que fugaron y seguiran fugando. Y alli voy a lo de la unidad de accion. Esos capitales que comandan no quieren proteccionismo, ni un atisbo porque su acumulacion ´productiva es a escala global, y alimentan esa forma de isnercion (Techint principalmente), por la fuerza de choque mediatica (Clarin), por la aristocracia obrera (Moyano y sus pedidos de aumento del minimo no imponible), y por patrullas perdidas de una dirigencia combativa que se ha mediatizado, no se la ve en las puertas de las fabricas, etc…una real farsa de izquierda que sale a hacer lo que Moyano no puede, porque esta debilitado, a cortarle los accesos a la capital. La presciendencia frente a estos conflictos interburgueses, y la construccion de otra uniadd de accion, seria mas adecuada, creo…

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    Lupa

    23/11/2012 at 09:51

    • No estoy de acuerdo con usar las categorías tan a la ligera. Primero, la asociación «aristocracia obrera» con la demanda de que se eleven los mínimos no imponibles. Es el argumento del kirchnerismo para dividir a la clase trabajadora, y lo he discutido en otras notas del blog (aquí y aquí).
      En segundo lugar, Moyano no es «aristocracia obrera», sino burocracia (como los «gordos» y tantos otros).
      Tercero, el proteccionismo no depende solo de tarifas; también de subsidios y del tipo de cambio. En este respecto, afirmar que el gobierno K asume una postura proteccionista frente a los capitales internacionalizados (o sea, sería el representante de la nación frente a los «grandes grupos») no tiene fundamento. Para poner solo un ejemplo, la apreciación del tipo de cambio no es precisamente una política proteccionista. Agregando que es reductivo y simplista sostener que las diferencias inter-burguesas hoy pasan solo por «proteccionismo vs librecambismo».
      Cuarto, ya estoy cansado de esto de «la fuerza de choque mediática» sintetizada solo en Clarín. Sinceramente, me da lo mismo Clarín, Cristóbal López, el grupo Manzano, o el canal oficialista. Pienso que ninguno es más progresista que otro.
      Quinto, la idea de que no hay que apoyar los reclamos por salarios, contra el ajuste presupuestario, contra la ley antiterrorista, contra la precarización del trabajo, y un largo etcétera, porque es «funcional a la derecha», es solo repetir la cantinela de los defensores del gobierno. He criticado esta postura en numerosas notas del blog.
      Sexto, los problemas de la política económica y social del gobierno K no se reducen a que se trata de un «intento tímido y desprolijo». La cuestión es un poco más profunda, como lo he discutido en otras notas (por ejemplo, aquí, aquí y aquí).

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      rolandoastarita

      23/11/2012 at 10:52

    • Lupa, lo leo y me parece «escuchar» ‘la voz’ de Página/12 edulcorada con ropaje ‘marxista’…O quizás lo encandiló el último libro del periodista Alfredo Zaiat, «Economía a contramano», que desarrolla este tipo de posturas y trata de justificar al Gobierno y a sus supuestas políticas económicas «progresistas»…Saludos.

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      Armando

      24/11/2012 at 21:47

  15. Rolo, comparto en general el problema de la unidad de accion y la diferenciacion politica de las direcciones sindicales, pero esto ultimo solo es posible, en el sentido de fuerza material, en la medida que se lo haga desde un partido revolucionario con insercion e influencia en la clase obrera y con un programa que no se quede en las demandas minimas. En tu articulo solo hablas del PC y de las corrientes de la izquierda kirchneristas pero no decis nada sobre rol de la izquierda trotskista en el movimiento obrero. En importantes fabricas de la alimentacion, graficos, subte, etc., cuyas comisoines internas han sido recuperadas por la izquierda trotskista (fundamentalmente el PTS) se hicieron paros a pesar de que la burocracia de estos sectores (oficialistas) carnerearon el paro.
    Lastima que reniegues a tal punto del trotskismo que, aun cuando ha tenido un rol destacado y viene jugando un rol estrategico en la organizacion del sindicalismo de base clasista, ni siquiera lo puedas mencionar.
    Insisto que concuerdo con el tono general del articulo que escribis pero en el punto de la «critica ideologica o politica» (que no es lo mismo porque la critica «politica» implica la lucha de la clase obrera organizada en partido revolucionario) el articulo se vuelve abstracto.

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    emiliano

    24/11/2012 at 22:42

    • El eje de la nota es explicar qué entiendo por unidad de acción, no realizar un análisis de las corrientes que militaron por el paro. Por eso no mencioné a los trotskistas, ni a otras corrientes de izquierda que también militaron por el paro (por ejemplo, la CCC). Analizar la intervención de las corrientes de izquierda en el paro hubiera exigido analizar programas y tácticas, y eso excedía en mucho el objetivo de la nota.
      En cuanto a lo abstracto de la propuesta de la lucha ideológica y política, expliqué muchas veces que es uno de los temas sobre los que tengo más diferencias con el trotskismo, y es una de las razones por las cuales no coincido con el programa ni con la política con que los trotskistas intervienen en estas acciones. No tenía por qué decirlo de nuevo en esta nota que, insisto, solo quiere explicar qué entiendo por unidad de acción y por qué pienso que es necesaria.
      Por último, al trotskismo le he dedicado muchos escritos. ¿Por qué? Pues porque soy consciente de que influencia en sectores del activismo, obrero, estudiantil y popular, como se demostró en los votos que sacó el FIT. Además, el trotskismo representa una corriente relativamente importante del marxismo mundial. Por eso merece atención, y creo que se la he dado. Pero no puedo repetir a cada paso lo mismo.

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      rolandoastarita

      25/11/2012 at 00:20

  16. Comparto lo que se expone en cuanto a que facciones de izquierda deban apoyar reclamos de otros sectores que se les aparecen como antagonicos ideologica y conceptualmente (es algo logico que siempre se hizo mas en situaciones de convulcion social, sino como piensan llegar al poder?). Pero, yo me pregunto (saliendo un poco del analisis politico e historico) que nivel de credibilidad ,y si se quiere legitimidad, causan estas demostraciones. Es decir, cuantos trabajadores de la masa total de los mismos se sintieron netamente representados?, mas cuando uno de los ejes de los reclamos es la actualizacion del minimo imponible para ganancias de 4ta categoria (impuesto que segun dicen tributan solamente el 20 o 30 porciento de los tranajadores). Y aca entramos ya en el juego de lo politico, por que al ver partidos politicos participar con gremialistas y no de los mejorcitos (Moyano, Venegas, Barrionuevos , etc) se crea una confucion aun mayor. Entiendo que todo esta plasmado de politica, pero la contradiccion que me genera (a mi y tantos otros) es ver como desde la izq se marche u apoyen piquetes del gremio de Vengas (uno de los representantes de la actividad que mas explota trabajadores en arg, como los Uatre) que se oponia fervientemente a la modificacion del estatuto agrario solo para no perder una caja. O a la vez como respaldar el accionar de Moyano , por que todos sabemos que no es lo mismo lo que cobra un camionero que los que perciben subsidios estatales y los mandan a hacer un piquete para que el parao se mas «existoso».
    Se podria escribir muchimo mas, pero es temprano. Mi conclucion seria que lo que se expone en el planteo esta bien, la izq, puede y lo ha hecho, marchar y apoyar lo que crea justo. Pero dicho compartamiento se lleva a un plano de analisis en el cual, como planteas, la contradiccion es consecuente. Entonces la pregunta pasaria ya a que grado de aceptacion real tiene dicho acatamiento y por sobre todo: los trabajadores, se sintieron representados por esto?

    pd: muy bueno el blog, lo descubri hace poco y se convirtio rapidamente en pagina favorita!

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    Hugo

    25/11/2012 at 12:23

    • En primer lugar, he argumentado en otras notas por qué la lucha por elevar el mínimo no imponible es una reivindicación que afecta al conjunto de la clase trabajadora. No se puede seguir sosteniendo que no hay que apoyar esta reivindicación porque solo atañe a los trabajadores con ingresos más altos. Después de todo, grandes luchas de la clase obrera argentina (por ejemplo, de los mecánicos en los años 60 y 70) las llevaron adelante sectores que la burguesía calificaba de «privilegiados» (un calificativo que sale de gente que tiene millones de patrimonio).
      En segundo término, no es cierto que los objetivos del paro fuera solo el impuesto a las ganancias. Entre las demandas estaba: En defensa del empleo, los trabajadores y el mercado interno:a) Salario Mínimo, Vital y Móvil acorde con un ingreso digno para los trabajadores formales, informales, de planes sociales y jubilaciones mínimas. b) Universalización y unificación de las Asignaciones Familiares sin tope. c) Adicional anual compensatorio de $ 4.000 para trabajadores formales,informales y desocupados. d) Terminar con la tercerización y precarización laboral. e) 82% móvil para todos los jubilados y devolución del PAMI a sus legítimos dueños. f) Restitución de los fondos a las Obras Sociales de los trabajadores. g) Por una nueva Ley de Prevención y Reparación de Daños Laborales que elimine las ART y devuelva al Estado su rol de garante de la Seguridad Social. h) Cese de despidos y suspensiones. i) Eliminación de IVA a los productos de la canasta familiar. Congelamiento de los alquileres urbanos para terminar con el negocio de la corporación inmobiliaria. j) Derogación de la ley anti-terrorista.
      Por supuesto, había otras demandas que no comparto, o que me parecen problemáticas burguesas (como el precio sostén para los pequeños agricultores). Pero es importante señalar que las demandas no se reducían al tema ganancias.
      En tercer lugar, en tanto los sindicatos sean dirigidos por los Moyano, Benegas, Barrionuevo, Andrés Rodríguez, Cavalieri y semejantes, volverán a presentarse muchas ocasiones en las que habrá unidad de acción.

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      rolandoastarita

      25/11/2012 at 17:25

  17. Compañero Rolando. En general a nivel de la izquierda hay un consenso instalado de que el paro resultó exitoso, lo que se reflejó en los respectivos balances sintetizados en eufóricas tapas de prensa. Medir el grado de ‘éxito’ , sobre todo en lo que atañe efectivamente a los trabajadores, no es tarea fácil, pero no por ello menos necesaria. Hay que lograr el equilibrio necesario y no dejarse seducir por lo enfoques unilaterales y facilistas. En mi opinión, pese a que fue correcto apoyar el paro y este reflejó el descontento de una importante fracción de los trabajadores, la mayoría de los balances están inflados, exageran artificialmente la incidencia y sobredimensionan el rol jugado por la izquierda con propósitos autoproclamativos. Para la mayoría de los grupos, sobre todo de cuño trotskista, hay un antes y un después del paro. Con este, ahora sí se abrió raudamente el período de fusión del movimiento obrero con la izquierda, inaugurado por el cacerolazo (PO) o cambió la situación, abriéndose un período ‘de transición’ después de un largo lapso ‘no revolucionario’ (PTS). Es palpable la visión de que el paro empezó a modificar la relación de fuerzas. Personalmente, estas conclusiones me parecen apresuradas y abusivas, además de embellecer una medida que no reflejó, a excepción de los pequeños tramos clasistas, en ningún grado la democracia de base y respecto de la cual, la burocracia sigue teniendo las riendas. No se si tiene una opinión formada en este respecto, pero me parece un debate actual y necesario. Otro aspecto es la necesaria crítica de los circunstanciales aliados que debe acompañar la unidad de acción. En mi opinión se manifestaron severas falencias, particularmente evidentes en algunos casos. Aclaro que no hago este planteo desde la ‘torre de marfil’ sino, desde la participación en el proceso aunque sin arredrarme frente a la importante construcción clasista que desarrollan algunas organizaciones de izquierda, que , sin embargo, no debe ser fetichizada al punto de perder el análisis crítico. No se como vio usted, en términos generales, la intervención de las fuerzas antiburocráticas en el paro y dado que es probable que se produzcan nuevas confluencias en la acción, cuyos ritmos y alcances, lamentablemente está sujeto a la relación de fuerzas interna al movimiento obrero, sería interesante discutir si la diferenciación crítica con la burocracia debe acentuar su perfil y como hacerlo, para que la necesaria unidad de acción no derive en un frente de oposición sindical indiferenciado bajo la batuta del moyanismo.
    Lo último. No se como ve las perspectivas de la lucha en subtes. Es un tema que ahora está caliente, pero que involucra importantes discusiones, tanto sobre la hipotética estatización y el grado de control que puedan ejercer los trabajadores en ella, como en lo que respecta a la evolución de la construcción sindical clasista y sus límites bajo el estado capitalista.

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    AP

    04/12/2012 at 11:31

    • No creo que haya cambiado mucho la situación, ni en la relación de la clase trabajadora con respecto al capital, o con relación al Estado. El paro tuvo un éxito relativo, expresando efectivamente el descontento de un sector. Sin embargo, hay que tener en cuenta que amplios sectores de lo que tradicionalmente se considera la izquierda progresista, e incluso gente que en el pasado militaba en corrientes clasistas, o en la izquierda, esta vez estuvo abiertamente contra el paro. El argumento más extendido fue «no voy a hacer un paro con Moyano y Barrionuevo» o «no voy a hacer un paro con la FAA y la SRA». En realidad, no hicieron el paro porque apoyan al gobierno, es decir, en contenido el argumento no es por izquierda.
      El gobierno ha ganado ideológica y políticamente a sectores muy amplios del activismo. Los ha ganado para militar por un programa nacionalista burgués, de tipo capitalismo de Estado. Gente que hasta hace algunos años atrás al menos aceptaba de palabra que la clase obrera no debería apoyar a ninguna fracción del capital, ahora nos dice que el conflicto central pasa por «la lucha del pueblo contra el monopolio Clarín». Organizaciones de derechos humanos y militantes populares que años atrás defendiían a víctimas del gatillo fácil, o de la brutalidad de la justicia burguesa, hoy solo aplauden lo que hace el gobierno.
      Por otra parte, han logrado dividir a muchos movimientos sociales, centros de estudiantes, organizaciones gremiales. Noo son divisiones progresistas, porque la mayor parte de las veces obedecen a alineamientos detrás de fracciones burguesas (cuyo contenido político es similar, por otra parte). De conjunto, más del 90% de la población (y por lo tanto la inmensa mayoría de los trabajadores) vota a los partidos, o frentes, que son defensores del capital (esto es, enemigos del socialismo).
      En estas condiciones, no veo posibilidad de que se altere muy radicalmente la relación de fuerzas entre el capital y el trabajo. Los marxistas estamos reducidos a una pequeña expresión. Pienso que hay que reconocer esta realidad; que por otra parte, la contextualizo en el marco de una derrota histórica de las fuerzas socialistas a nivel mundial. Cuando digo que hay que reconocer esta realidad es para adecuar las tácticas y formas de hacer política a ella.
      Por último, no creo que la diferenciación con la burocracia, o con cualquier corriente con la que se haga unidad de acción, pase por levantar consignas, en el curso de la movilización, contrarias a los aliados circunstanciales. Si se hace un acuerdo para convocar a un acto con Moyano, por ejemplo, no veo cómo se puede ir al acto con la consigna «Abajo Moyano». Esto y dividir el acto, es más o menos lo mismo. Pero entonces, no se hace unidad de acción; directamente, no hay que ir a ese acto. En realidad, la unidad de acción debe acompañarse de la diferenciación ideológica y política, y de la crítica; pero esto hay que hacerlo sin romper la unidad de acción. Y la diferenciación pasa por los aspectos programáticos; es de fondo.

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      rolandoastarita

      04/12/2012 at 15:58

  18. Rolando
    Muy importante lo que planteas: «El gobierno ha ganado ideológica y políticamente a sectores muy amplios del activismo. Los ha ganado para militar por un programa nacionalista burgués, de tipo capitalismo de Estado. Gente que hasta hace algunos años atrás al menos aceptaba de palabra que la clase obrera no debería apoyar a ninguna fracción del capital, ahora nos dice que el conflicto central pasa por “la lucha del pueblo contra el monopolio Clarín”.
    En Venezuela, desde el año 1999 el régimen bonapartista burgués de Chávez ha cooptado ideológica y políticamente al 99,99% de la izquierda venezolana. Hasta grupos trotskistas entraron en la variante de un «un programa nacionalista burgués, de tipo capitalismo de estado».
    Para estos «izquierdistas» el conflicto central pasa por la «lucha del pueblo contra el imperio».
    Las consecuencias de esta cooptación de la izquierda han sido nefastas. En estos catorce años de desmadre de la izquierda, el movimiento obrero venezolano sufrió una derrota histórica de la cual aún no se ha recuperado.
    Como muestra de este proceso podemos decir lo siguiente: en la Asamblea Constituyente de 1999 el régimen colocó un artículo en la Constitución que le da la potestad al Consejo Nacional Electoral (CNE), institución idéntica a la Dirección Nacional Electoral de Argentina, de regir todas las elecciones sindicales del país. El CNE -el Estado-, decide en Venezuela cuales son las listas sindicales «legales» que pueden participar en cualquier proceso electoral de los sindicatos. Como resultado de esta política tenemos aquí sindicatos de «maletín» y pseudo centrales obreras, al servicio total del régimen chavista.
    La izquierda venezolana que apoya al régimen chavista jamás ha cuestionado este artículo que viola la libertad sindical en forma salvaje.
    Saludos

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    La duda metódica

    04/12/2012 at 19:53

    • Compañero. No dudo de que el control político y sindical del chavismo sea más fuerte que el ejercido en Argentina. El proceso de estatización de los sindicatos es muy profundo y la oposición política de izquierda muy débil. Pero aquí también los sindicatos están estatizados y nadie desde la izquierda cuestiona demasiado el asunto. Por ejemplo, la ley de Asociaciones profesionales (23.551) en su inciso 41 otorga al estado el poder de decidir cuales son los sindicatos reconocidos, incluso en flagrante contradicción con el 14 bis de la Constitución nacional que asegura la libertad sindical. Las voces que se levantan desde la izquierda contra esta situación son casi inexistentes. De hecho, centrales como la CTA o el sindicato de trabajadores de subtes reclaman infructuosamente el reconocimiento. La crítica al modelo sindical peronista de sindicatos estatizados es, en general, retórica.

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      AP

      05/12/2012 at 11:07

  19. Rolando, coincido con tu último comentario. La hegemonía k se puede ver incluso en sectores muy combativos como SUBTE. En mi opinión la dirigencia de metrodelegados siempre fue un ejemplo a seguir, ellos marcan con su práctica algo fundamental que es enfrentar al capital desde los lugares de trabajo. Esto último ha sido olvidado por muchos grupos de izquierda que solo militan desde la denuncia a «gobiernos». Pero lamentablemente la cooptación del kirschnerismo ha sido fuerte y ha enturbiado las propuestas políticas de dirigentes que son referentes en el ámbito sindical que hasta hace poco eran clasistas.

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    Dani

    04/12/2012 at 23:13

    • Compañero Dani. Una pequeña acotación. Ciertamente la presión de estado y gobierno sobre dirigentes combativos es muy fuerte y esta se ha manifestado incluso en un proceso de reorganización clasista tan arduo y combativo como el que se viene dando en subtes. Pero ello también empalma con la concepción de ‘sindicalismo’ puro o apoliticista que esgrimen determinados dirigentes y no desde ahora, sino, de larga data. En mi opinión, clasismo es más que ‘sindicalismo honesto y combativo’ y entraña la lucha por la independencia política de los trabajadores respecto de gobiernos y estado capitalista. Se puede decir que la defección de un Segovia (ex militante de MST) hacia el Miles de Lúis D’ Elía , es algo reciente, pero en el caso de Beto Pianelli, la cosa es de larga data. Su modelo de ‘sindicalismo puro’ se reveló como lo que es y no puede dejar de ser, sindicalismo burgués que termina a los pies de una fracción de la burocracia y por su intermedio, del gobierno que la apaña. Todavía tengo fresco en la memoria el recuerdo de sus particulares teorías acerca de ‘cavar trincheras junto a la burocracia’ y el rechazo frontal y desdeñoso hacia cualquier propuesta de coordinación clasista, avalado por una amplia franja centrista. En mi opinión, el derrotero ulterior era enteramente previsible. El argumento es sencillo, dado que la revolución no está a la vuelta de la esquina (lo que es enteramente cierto) solo hay lugar para ‘sindicalismo’ y maniobra política en defensa de la fracción específica que representamos (lo que es enteramente falso). Me sorprendió más lo de Nestor, sobre todo después que bajaba a las asambleas a propagandizar el ejemplo clasista de los trabajadores de subte y por lo menos llamaba a votar al MST un partido de cada vez más vaga filiación trotskista, pero aunque sea identificado con el socialismo. Ahora se cada fotos con Cristina. Las consecuencias se pagan ahora que el gobierno tranza con Macri y les pega la puñalada trapera. Pero insisto, el derrotero de disfrazar la colaboración de clases como ‘sindicalismo consecuente’ ya estaba implícito en la concepción de ‘clasismo’ de Beto y otros compañeros. No tratar de hacer de un sindicato un partido revolucionario, es correcto. Abandonar la independencia de clase no y mucho menos reforzar los prejuicios reformistas de los trabajadores, esperanzándolos en el apoyo puntual de la burguesía, que eso es el kirchnerismo, como si fueran una isla inmune a la marea que se viene.

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      AP

      05/12/2012 at 11:57

  20. Compañero Rolando. Le agradezco su respuesta. Un paro burocrático, aunque cuente con el apoyo de un sector importante de la clase trabajadora, no altera substancialmente la relación de fuerzas entre las clases ni justifica hablar de un cambio en la situación de la lucha de clases. Estaba seguro que usted lo veía de este modo, pero, a veces es importante discutir los matices para sopesar la dinámica real, aunque esta siga siendo enteramente defensiva. Coincido especialmente en que la situación estratégica de la clase obrera mundial se inscribe en un marco de derrota insuperada que sobredetermina los procesos de resistencia social e impide la apertura de una ofensiva que cuestione las bases del sistema. Sus orígenes remotos se remontan a la derrota de la única situación revolucionaria mundial, abierta en la inmediaciones de la primer guerra mundial y aplastada definitivamente por el estalinismo y fascismo cuya labor cosecho finalmente la democracia capitalista. Es un punto sobre el que tengo diferencias históricas con numerosas corrientes. No puedo desarrollar aquí este punto. Destaco la importancia de tomar las elecciones como un índice importante de la influencia socialista. Este aspecto, en general es minimizado por numerosas corrientes de izquierda que sostienen la teoría de que los obreros ‘son una cosa cuando luchan’ y otra ‘cuando votan’ . Una especie de ‘bipolaridad’ extraña. De este modo, la izquierda podría ser hegemónica en las luchas y, sin embargo, insignificante en los comicios. Muy por el contrario, los alcances, métodos y objetivos de los procesos de lucha están cruzados fuertemente por la conciencia reformista instalada y esta se refleja de manera coherente en los procesos electorales. Así, un síntoma claro de que una situación se radicaliza, no es solo el aumento de las huelgas y luchas populares, sino, el crecimiento claro de los partidos que se identifican con la revolución socialista y de las fuerzas antiburocráticas en los sindicatos y movimientos sociales. No estamos hablando de crecimientos mínimos que oscilan en torno al piso tradicional, sino, de un crecimiento geométrico. Pese a algunos avances, esto no se verifica en Argentina. En el caso de las elecciones, incluso está disfrazado, puesto que ‘el recuento globular’ no se censa mediante un reactivo rojo, sino, por plataformas electorales ‘digeribles’ en termino de mejora del sistema y no de erradicación revolucionaria. No puedo seguir desarrollando sin desplazarme del tema del paro y la unidad de acción. Lo único que mencionaría es que paros o huelgas y ‘actos’ no son estrictamente la misma cosa y la formalización de la crítica puede ser diferente en uno y otro. En efecto, se puede evaluar si se apoya un paro, pero no un acto. También se debe evaluar si se apoya un paro y se participa, o no, de una conferencia de prensa convocada por los figurones de la burocracia y si se decide participar de estos últimos, en mi opinión, es necesario marcar la diferencia. Por supuesto, una cosa es decirlo y otra es hacerlo. Puede haber consecuencias desagradables, pero no creo que hagan peligrar la unidad de acción en el paro o la movilización. Ejemplo: No creo que criticar la inexistencia de real democracia de base en la convocatoria de CTA , que resolvió por fantasmales ‘plenarios regionales’ implique se pierda la unidad, con más razón en tanto el poder movilizador de la burocracia se sostiene con las muletas que le prestan los grupos de izquierda. Es una discusión urticante donde no hay que crucificar a nadie, pero no se puede perder el perfil diferenciado, antes, durante y después de la unidad de acción. Con importantes diferencias, esto se hace extensivo a la burocracia moyanista. No se puede estar a las piñas, con más razón cuando la relación de fuerzas es enteramente desfavorable, pero tampoco a los besos y los abrazos. Coincido con usted en que la diferenciación principal pasa por aspectos programáticos, pero creo que usted coincidirá conmigo en que la lucha por la democracia obrera es un aspecto programático central. De lo que se trata es discutir como se la defiende en cualquier instancia de unidad en la lucha.

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    AP

    05/12/2012 at 00:04

  21. Compañero Rolando. Compañeros del blog. La discusión acerca de los alcances de la unidad de acción y las modalidades de la crítica a los circunstanciales aliados, tiene planteada una nueva prueba en la convocatoria por parte de Moyano, Micheli y Barrionuevo a una movilización y acto para el 19 de diciembre. Esta convocatoria es presentada como una continuidad directa del paro del 20N y por el momento excluye la perspectiva de una nueva medida de fuerza, por lo menos hasta marzo, con lo cual, los llamados inmediatistas de la izquierda acerca del ‘paro de 36 hs’ caerían transitoriamente en saco roto. Evidentemente el ‘plan de lucha’ de la burocracia tiene ritmos y connotaciones bastante diferentes a las que requieren las circunstancias de ofensiva patronal y gubernamental sobre el movimiento obrero, o las que desearía la izquierda. En paralelo, resalta la puja por la apropiación simbólica de los acontecimientos de 19-20 D del 2001 que ya no es solo entre izquierda y kirchnerismo, sino, complementada con la irrupción de nuevos ‘actores sociales’. El gobierno atacó a los convocantes con el argumento de que en esa instancia, estaban del otro lado del pueblo, dando muestras de un caradurismo a toda prueba, parecen olvidar que de conjunto y como parte del PJ integraban fervientemente del componente conspirativo que actuaba a todo vapor por darle el empujón final a la alianza y reprimían ferozmente a los trabajadores del estado en su propia provincia. A diferencia de ocasiones anteriores, la izquierda, especialmente la agrupada en el FIT (Con excepción del último paro-movilización-acto de CTA en que PTS se abstuvo de este último con el argumento de la presencia de exponentes patronales) se movió como un todo ante las convocatorias burocráticas. Pero ahora la cosa cambia. PTS ya anunció que participa, llamando a la formación de un ‘polo antiburocrático’ al que pretende sumar al resto del FIT, en un encuentro la próxima semana y en tanto la burocracia no diluya el carácter del acto (?) sin contar con que el Partido Obrero ya se cortó con el argumento de que no hay paro y el horario es inconveniente (?) el Mas ya afirmó que por el momento se terminó la unidad de acción (?) y hay que abocarse a la preparación del 20D y la Izquierda Socialista no hizo ni mención al asunto, aunque es de suponer que su presencia es ineludible, pero, por ningún concepto en un ‘polo antiburocrático’ como quiere el PTS y ya demostró en el primer acto convocado por el moyanismo que abrió con el minuto de silencio por los ‘compañeros gendarmes muertos’ (Sí, los que venían de reprimir a los obreros de Sitraic) algo que no es de extrañar en organizaciones que los consideran parte del movimiento obrero. Se descuenta que el acto contará con presencias patronales, amén de que sobrevuela el proyecto burgués de recambio, desde el PJ o a través del FAP , que posiblemente también aporte su amable presencia. Los interrogantes que se nos plantean son: ¿Hay que concurrir el 19 a la Plaza? ¿Es el acto una continuidad del paro y la unidad de acción? ¿Son válidos ahora los reparos que plantean varios grupos de izquierda, o invalidan retroactivamente la presencia? ¿Es posible formar siquiera una columna compacta antiburocrática? Colateralmente: ¿Adonde va el FIT? A título personal, pienso que la discusión acerca de la necesaria unidad de acción en la lucha, resumida en el aforismo ‘Golpear juntos, marchar separados’ sigue teniendo validez, puesto que, no parece haber claridad al respecto. Por empezar, como dice el compañero Astarita más arriba, habría que cuestionarse si es correcto participar en actos burocráticos en que, ni por relación de fuerzas, ni por unidad real de la izquierda, o pertinencia política, se puede efectuar una crítica de fondo a la burocracia. Yo pienso que no. La unidad se da en las huelgas, en los piquetes, en las protestas callejeras, movilizaciones, no en los ‘actos policlasistas’ que procuran visibilidad ‘opositora’ con fines netamente electorales.

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    AP

    08/12/2012 at 12:25

    • En primer lugar, pienso que es un poco esquemático decir que una movilización callejera es una medida de lucha, pero no lo es un acto. Muchas veces se hicieron actos para protestar o reclamar alguna medida.
      En segundo término, y vinculado a lo anterior, lo central son las consignas con que se llama al acto, y si las mismas son progresivas, o no. Si se convoca para reclamar por los salarios, o contra la precarización laboral, el acto tiene un carácter, y si se convoca para apoyar la candidatura de Scioli o CK, etc,. tiene otro muy distinto.
      En tercer lugar, en caso de que las consignas sean progresivas, hay que preguntarse si las consignas convocan a un sector de los trabajadores, y si éstos lo entienden como una forma de manifestarse por sus reivindicaciones.
      En cuarto lugar, discrepo con la idea de que para participar en una marcha o movilización haya que poner como condición el organizar una columna que lance consignas contra la dirección que convoca al acto, o a la marcha. Incluso esto puede resultar en divisionismos que son imposibles de explicar a la gente. Hacer política es un poco más complejo que esto.
      En quinto lugar, si la inmensa mayoría de los trabajadores vota y apoya a partidos que defienden al capitalismo, es inevitable que las movilizaciones reivindicativas estén profundamente influenciadas por las direcciones y los programas de esos partidos. Buena parte de la burocracia sindical que convoca a estas movilizaciones está integrada completamente al sistema capitalista. Por lo tanto, si se pone como condición para participar en un acto, o movilización, que el mismo no tenga participación de fuerzas políticas burguesas, o pequeño burguesas, se desprende que no vamos a ir a ninguna movilización de la clase trabajadora hasta que ésta no tenga una dirección socialista. Con lo cual caemos en el mismo argumento ultraizquierdista que critico en la nota.
      En conclusión, aquí el punto central es que hay que partir de lo que somos los socialistas: una ínfima minoría en la sociedad. La política hay que hacerla a partir de lo que existe (un análisis materialista) y no de lo que nos gustaría que sucediera.

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      rolandoastarita

      09/12/2012 at 11:07

  22. Compañero Rolando. Agradezco su reflexión crítica. Sobre los actos. Yo no hablé de un ‘acto’ en general, sino de: ‘actos policlasistas’ que procuran visibilidad ‘opositora’ con fines netamente electorales. Las consignas que se levantan son importantes para definir el carácter, pero no son todo, con más razón cuando la burocracia prioriza instrumentalmente tal o cual parte del catálogo. Empezó con ‘impuesto a las ganancias’ + torta de las obras sociales y luego fue ampliando el palenque. Ahora el eje es ‘Vamos a decirle basta a Cristina’ y vía judicial, que, con todo lo importante que pueda ser como ‘última trinchera’ patea para un futuro indefinido medidas de acción directa. De luchar por un mínimo vital y móvil equivalente a la canasta familiar real, ni noticias. Sobre el trabajo en negro que azota a las franjas más explotadas del proletariado, dos boludeces declamativas en la previa y vía de séquito. Está bien, no le vamos a pedir a la burocracia lo que no puede ser ni aquello por lo que no quiere pelear a menos que no se vea compelida por una intensa presión independiente, que, por el momento no se avizora y a la cual trataría de descarrilar a vía muerta. Pero de ello no podemos concluir que estos actos son expresión obligada de ‘unidad de acción’ a la hora de escuchar calladitos las monsergas de Moyano, Micheli o Buzzi. El punto de vista ultraizquierdista, por lo menos como yo lo veo, sería no paramos, no hacemos piquetes para garantizar la medida, no movilizamos hasta que haya una dirección revolucionaria en los sindicatos, pero no lo sería abstenerse de hacerle de aplaudidores a la burocracia en los actos. La unidad de acción, por lo menos a como yo lo veo, requiere de no mezclar las banderas y de una crítica implacable al circunstancial aliado y la crítica a la burocracia, incluida la ‘combativa’ no puede quedar en el terreno de la propaganda. Por supuesto, hay que medir si esto es tácticamente propicio en un acto burocrático-burgués y efectivamente, hay que medir si es conveniente o no quedarse a pegar estentóreos gritos de ‘plan de lucha ya’ o ir más allá en la confrontación y exponerse a que te inflen a boyos. La primer convocatoria de Moyano y cia surgió como una amague de ‘paro general’ luego reducido a ‘paro de camioneros’ y movilización-acto. Apoyar el paro? Si. Movilizar en apoyo? Si. Quedarse a escuchar elegías por gendarmes muertos en el cumplimiento del deber o la apología de las 20 mentiras peronistas? No. No hay que olvidar que la izquierda pidió audiencia para conseguir un orador y un lugar privilegiado en la Plaza y le dijeron ‘juira’. Ni voz, ni voto, ni lugar, no sea caso que digas algo que rompa las pelotas, ni quieras competir por el cartel. Solo los ferroviarios de Sobrero y el MST lograron ‘perforar las líneas’, con acordada tolerancia. El FIT en el borde. O no tenían que haber participado o se tenían que haber retirado. Me parece que esto se hace extensivo a la convocatoria del 19. Compañero Rolando, respeto su punto de vista. Entiendo perfectamente la actual correlación de fuerzas y el hecho de que los marxistas somos una ínfima minoría en la sociedad. Si se toman las elecciones como parámetro, incluso sumando un plus de abstencionistas, con suerte el 2%. La influencia dentro de los sindicatos ha de estar en ese orden, aunque se concentra en sectores más combativos, sigue siendo marginal, embrionaria y como si fuera poco, dividida por pujas de aparato. Pese a ello, no hay manera de cambiar las cosas en serio, si no es a través de la potenciación de estos embriones clasistas y su extensión, así como el agrupamiento independiente, obstruido conscientemente, pese a los periódicos saludos a la bandera efectuados por los partidos hegemónicos. La resolución de esta tarea se asocia a la puesta en pié de una fuerza política marxista unificada, que, no se avizora en el horizonte inmediato. Acompañar diluidos, a lo sumo, agitando las banderitas, los actos proselitistas auspiciados por la burocracia, no creo sea una necesidad irrenunciable pata aportar a estas tareas.
    Saludos.

    A
    08/12/2012 a 12:25

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    AP

    09/12/2012 at 15:19

  23. Fe de erratas: Al final ‘para’ y no pata. AP en la firma.

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    AP

    09/12/2012 at 15:23

  24. Rolando

    ¿Qué opinas de este análisis del PO, desde el punto de vista de la unidad de acción, en donde plantea que el FIT debería haber participado con sus banderas en la movilización del 19D, criticando a Izquierda Socialista y al PTS por no haber aceptado esta propuesta?

    «Por qué no hubo una columna del Frente de Izquierda el 19D
    Gabriel Solano | 20 diciembre, 2012 | Comentarios (0)
    http://po.org.ar/blog/2012/12/20/por-que-no-hubo-una-columna-del-frente-de-izquierda-el-19d/
    En la movilización a la Plaza de Mayo organizada por Moyano, Micheli y Barrionuevo no hubo una columna del Frente de Izquierda; en la movilización anterior, el PTS había decidido no participar. Tanto el PTS como Izquierda Socialista rechazaron hacerlo bajo las banderas del Frente de Izquierda. Argumentaron que se trataba de una “marcha sindical” y que por ello había que organizar una columna de los sectores “combativos” del movimiento obrero, al cual la izquierda debía “acompañar desde atrás”. Agregaron que estos sectores tendrían prejuicios con la izquierda e incluso “serían en muchos casos peronistas”. Si este criterio se aplicara consecuentemente, el Frente debería desaparecer y sus integrantes acompañar a los sectores con prejuicios. Setecientos mil votos, en octubre pasado, no pesan en este enfoque, ni menos la continuidad de una política.
    Bien visto, esta vez, más que nunca, el Frente de Izquierda debía desplegar toda su fisonomía. A nadie escapa que las reivindicaciones contra el impuesto al salario y otras ocultan la política de la dirección de la marcha de procesar un acuerdo opositor de carácter patronal. Para las reivindicaciones, no hay plan de lucha. Se ha sustituido la política revolucionaria por el sindicalismo. En las actuales circunstancias políticas sólo una columna del Frente de Izquierda puede cumplir el objetivo de establecer una clara delimitación política, solamente así podemos elevar la comprensión de las relaciones con obreros con ‘prejuicios’, que son un puñado. La batalla es de orden político y requiere separar aguas políticamente. El PTS boicoteó la marcha anterior por su carácter patronal, ahora da una voltereta redonda y no quiere siquiera plantar una diferenciación política plena. Gira hacia el sindicalerismo, que objetivamente sirve de furgón de cola de la maniobra política. El trabajo ‘estructural’ en la clase obrera debe ser político; de lo contrario, como ocurrió en varios lugares de trabajo donde influye alguno de los partidos del Frente, la mayoría votó a la burguesía en octubre pasado. Es una característica que afecta la política de la izquierda desde la aparición del peronismo.
    En las reuniones que hemos tenido para discutir el punto, rechazamos escudarnos en los eventuales o supuestos prejuicios de un sector de los trabajadores que, se nos decía, estaría dispuesto acompañarnos en la marcha, que a todas luces es una minoría insignificante, sin que importara el sacrificio político, de una magnitud colosal, que es borrar al Frente de Izquierda como protagonista político. En el Frente no hay un acuerdo sindical: hay un acuerdo político. No se puede introducir por la ventana lo que no se acordó por la puerta, con la única finalidad de posar de obrerismo. Era necesario aprovechar el carácter patronal de la dirección de la marcha, para que estos compañeros comprendieran la importancia de una delimitación política de la burocracia y de los partidos a los que se subordina. Como se puede apreciar, el rechazo a iniciar la campaña electoral, como propuso nuestro partido, no tiene un fundamento anti-electoralista, sino un carácter liquidacionista de la construcción frentista. Es una advertencia que llamamos a tener en cuenta. Desde un punto de vista objetivo, la ausencia de una delimitación política concluye en una adaptación a la burocracia sindical y su política. En un proyecto de convocatoria presentado por los compañeros del PTS para hacer la “columna sindical”, la crítica y la delimitación ante la convocatoria de Moyano, Micheli y Barrionuevo era, por lo menos, anodina.
    Hay que concluir que se ha planteado una autoproscripción del Frente: ya no es el 1,5% que se nos exigía para las primarias, sino que viene desde adentro.»
    Saludos

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    ladudametodica

    22/12/2012 at 17:35

  25. Compañero de Ladudametódica, no se que opinará el compañero Rolando de este análisis de PO, pero el tema es interesante para todos. Si le sirve de algo, le doy mi opinión personal. Sobre la unidad de acción en general, no parece haber criterios comunes en la izquierda, empezando por el hecho de suponer que los actos convocados por la burocracia se corresponden con un ‘frente obrero’ cuando son expresión de una unidad de acción policlasista. El componente obrero pone la lucha y la burocracia y distintos sectores patronales copan la parada. Unos calientan la pava y otros se chupan el mate. Por eso se la pasan discutiendo acerca de si Moyano y cia, ‘diluye’ en mayor o menor grado el carácter ‘obrero’ de los actos, sin advertir que este supuesto carácter, está ‘diluído’ desde el vamos. Así, por ejemplo, para el PTS, la primer convocatoria moyanista no estaba tan ‘diluída’ , por eso se justificaba asistir. No así el acto de remate del paro de la CTA, cuyo carácter estaba ‘diluído’ por la presencia de Buzzi. Para PO, en cambio, ambos tenían un carácter marcadamente obrero, pero no así el llamado para el 19D, después que el Comité Central le metió a fondo el ‘diluyómetro’. Las declaraciones de Solano, escritas en el arquetípico estilo PO, no pueden entenderse sin recurrir a las declaraciones previas de Ramal y Pitrola y especialmente sin analizar la evolución del FIT y las expectativas particulares de sus integrantes. Sobre lo primero, los argumentos de Pitrola para justificar no concurrir fueron, la inexistencia de paro, el horario inconveniente y el intento por parte de la burocracia de apropiarse políticamente de contenido del 19 y 20 diciembre de 2001. También la intención manifiesta de poner estas medidas a los pies de la oposición patronal. Ramal abundaría en este último argumento ‘poniendo el guiño a la izquierda antes de girar a la derecha’ y ahora Solano vuelve a la carga, pero después de haber participado, con la excusa de la ‘columna antiburocratica del FIT’ que no pudo ser, aunque con una escasa concurrencia de militantes, tal vez por una combinación de repudio a hacerle de aplaudidores a la burocracia y desorientación frente a los virajes imprevistos de sus dirigentes. En su artículo, Solano acusa al PTS de pegar una voltereta, respecto de su posición (presencia patronal) sobre el acto de CTA , siendo que para el 19 hasta estaban invitados los radicales, y el PTS les retruca que la voltereta la pegan ellos al haber argumentado que no había que ir y después aparecer como peludo de regalo. Les dicen, además que su resistencia a revistar con presencias ‘sindicales’ es producto de una débil inserción en el movimiento obrero, cuya miseria no quieren exponer. Por otra parte, tanto PTS como IS hicieron sus respectivos llamados a la ‘columna antiburocrática’, pero me parece que les falló el GPS. Como nota de color, se puede mencionar que, por supuesto, el MST estaba firme como un ‘Pino’ y el ‘Nuevo’ MAS, que venía de afirmar en su prensa que por el momento se había terminado la ‘unidad de acción’ y había que abocarse con todo a preparar un acto poderoso de la izquierda el 20D, se terminó tirando de cabeza en la convocatoria moyanista. Como se lo explicarán a sus propias bases, no está del todo claro. Ahora, la mayoría de los renuentes recurre al viejo cliché de la ‘cuestión táctica’ y que nunca cerraron del todo la puerta. Faltan un par de citas (descontextuadas como siempre) de ‘Izquierdismo enfermedad Infantil del Comunismo’. Respecto del FIT. Nunca prosperó más allá de lo que fue, una tabla de salvación, una cooperativa electoral para escaparse del descenso. Lo que se planteó como el embrión de un ‘frente obrero’ e incluso una plataforma para la formación de un solo partido que aglutinase a sus integrantes, terminó en una serie de guerrillas, donde abundaron las zancadillas, golpes bajos y boicots recíprocos. Ni siquiera pudieron presentar listas comunes en las elecciones sindicales. Solo sacar, y a veces, un par de declaraciones comunes. En el primer acto moyanista ya fue dividido en dos, dado que. IS, básicamente los ferroviarios que acompañaron a Sobrero (cien según el PTS y mil según el Pollo) se cortaron solos hacia el flanco de Pablo Moyano. Ahora se partieron en tres. Como factor explicativo, rondan los cálculos de conveniencia de cada aparato. IS está aglutinada tras de la figura del compañero Sobrero, al que llegan a llamar el más importante dirigente clasista de la Argentina, no obstante su táctica de confraternización con el moyanismo y el hecho de que se lo viera chichoneando alegremente en la proclamación de candidaturas del FAP en Costa Salguero, asunto sobre el que pesa un manto de silencio por parte de su dirección. El PTS parece estar bastante agrandado después del ‘parazo’ del 20 por la que caracteriza como una destacadísima participación de ‘si mismo’ , aunque Zanon y Kraft donde cumple un rol dirigente, no pararon. Anticipa un ‘cambio de situación’ y vaticina un crecimiento del clasismo por la ‘irrupción en escena del movimiento obrero’. Pareciera que esta caracterización influye en la actitud esquiva en lo respectivo a la discusión de las candidaturas del FIT, apurada por el PO. Este último, por su parte, pontifica a diestra y siniestra que llego la hora de ‘la fusión del movimiento obrero con la izquierda’ bajo el impulso irrefrenable de la crisis mundial. Hace recordar ‘La hora del troskismo’ que, tarde, pero llega, por lo que habría que poner a punto la máquina imparable del FIT cuanto antes, especulando con cosechar una fracción del aluvión de votos opositores, que permita, esta vez sí, mojar la vainilla, es decir, meter un par de diputados, en primer lugar Altamira. Por supuesto, como siempre, tras de estos acuerdos ronda la presunción de cada cual, respecto a como jugar mejor la carta electoral y en el caso de que sea imprescindible revitalizar el FIT por que la intención de voto ‘no da’ o no hay ninguna propuesta más atractiva, el vital asunto de las candidaturas que marcan el reparto. En síntesis. Que le quiero decir compañero, la discusión sobre si ‘sindicalismo’ o ‘política’ parece más una cortina de humo que otra cosa. Como ya lo expresé con anterioridad, en mi opinión, el 19D no se debía concurrir. El Acto era una ‘Plaza del NO’ (Vamos a decirle basta a Cristina) y una plataforma de lanzamiento del partido de Moyano que inundó con sus panfletos de afiliación. Aparte, venía a cerrar por el momento la perspectiva de lucha real, no a anunciar un plan de lucha definido y mucho menos contundente. Es el respiro que necesitan para seguir cocinando el guiso burocrático y patronal. Si pese a ello, se considerase vital participar, todos los embriones clasistas en los sindicatos debían haber formado un bloque, claramente diferenciado por sus banderas y consignas, no el salpicado amorfo que terminó siendo. ‘Vote FIT 2013’ no podía ser el eje, con más razón en un acto ‘diluído’ y con un frente en estado comatoso. ¿Que querían, ir a cambiarle el contenido con 200 comisiones internas y un antecedente del 2% de los votos? Ello no exime a quienes plantearon la ‘columna clasista’ (cada cual la suya) de su responsabilidad más general y criterios vacilantes.

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    AP

    23/12/2012 at 17:49

  26. Pienso que esta nota debe de haber sido interesante para algunas personas que postearon criticamente, sobre todo por el medio que la publico:

    http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/40-6500-2012-12-28.html

    No es que sea nada extraordinario, sino p12 no la hubiese publicado, pero esta bien.

    Saludos.

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    Gerardo Daniel

    28/12/2012 at 23:08


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