Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Marx y el teleologismo histórico

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Rolando Astarita [Blog]  Marxismo & Economía El paro general del juevesHace poco, una ex alumna me consultó debido a que en una maestría en ciencias sociales, un docente sostuvo que Marx, a igual que Hegel, tenía una concepción teleológica de la historia. Esto es, leída en clave marxista, la historia no sería más que la larga marcha de la humanidad hacia un fin preestablecido, la sociedad sin clases y la liberación de la humanidad. Se trataría de su propósito inmanente, del cual los hombres no serían conscientes. Por supuesto, a partir de aquí, el crítico de Marx no tuvo problemas para “triturar” al marxismo delante del curso. En esta nota presento pasajes en los que Marx critica la concepción teleológica de la historia, y hago luego algunas reflexiones.

De la Ideología alemana a la obra madura

Tal vez es en la Ideología alemana donde encontramos el rechazo más explícito de Marx, y Engels, a la idea de que la historia tiene un fin; leemos:

“La historia no es sino la sucesión de las diferentes generaciones, cada una de las cuales explota los materiales, capitales y fuerzas productivas transmitidas por cuantas la han precedido; es decir que, por una parte, prosigue en condiciones completamente distintas la actividad precedente, mientras que por otra parte, modifica las circunstancias anteriores mediante una actividad totalmente diversa, lo que podría tergiversarse especulativamente, diciendo que la historia posterior es la finalidad de la que la precede, como si dijésemos, por ejemplo, que el descubrimiento de América tuvo como finalidad ayudar a que se expandiera la Revolución Francesa, interpretación mediante la cual la historia adquiere sus fines propios e independientes y se convierte en una “persona junto a otras personas” (junto a la “autoconciencia”, la “Crítica”, el “Único”, etc.), mientras que lo que designamos con las palabras “determinación”, “fin”, “germen”, “idea”, de la historia anterior no es otra cosa que una abstracción de la historia posterior, de la influencia activa que la anterior ejerce sobre ésta” (La ideología alemana, pp. 49-50).

Por otra parte, a cada paso, Marx y Engels insisten en que hay que tomar a los seres humanos tal como existen, en lo que hacen; es el punto de partida del estudio. No hay que entender las formaciones sociales, y sus evoluciones, a partir de algún fin oculto de la historia, que debería cumplirse. En la misma idea, en La Sagrada Familia, Marx escribe que «la historia no hace nada, no posee riquezas colosales, “no libra ninguna batalla. Es más bien el hombre -el hombre real, vivo- el que actúa, posee y lucha. No es de ninguna manera la historia la que utiliza al hombre como medio para llevar a cabo sus fines, como si se tratara de otra persona; por el contrario, la historia no es más que la actividad del hombre en persecución de sus propios fines”. Aquí, de nuevo, se está diciendo que la historia no tiene fines. Son los seres humanos los que se proponen fines. Con esto Marx tomaba distancia de Hegel. Es que Hegel trató de explicar lo que ha sucedido en la historia en términos de una necesidad lógica. En su sistema, todo evento histórico entra en alguna totalidad en desarrollo, que mediante ese proceso revela su significado. En este marco, la marcha de la historia tiene como fin que el mundo tome conciencia de sí mismo, como obra del espíritu. La “astucia de la razón” remite a la idea de que la razón utiliza los intereses de los individuos para realizar sus fines; aunque los individuos no formulan de manera consciente estos fines, los realizan de todas maneras de manera no consciente, al perseguir sus fines particulares. Para Marx, no es más que una racionalización del estado actual de cosas.

En la obra madura, tampoco encontramos apelación alguna a un “fin” de la historia. En El Capital, sostiene que el capitalismo va a colapsar por agudización de contradicciones objetivas, no porque haya algún fin histórico, o alguna meta, a la que deba llegarse (ver aquí). De manea más clara, en Carta al director de Otiechestviennie Zapiski (Anales patrios), de fines de 1877 (ver Correspondencia Marx y Engels, Cartago, p. 289), se refiere a un crítico que “se siente obligado a transformar mi esbozo histórico de la génesis del capitalismo en occidente europeo en una teoría histórico-filosófica de la marcha general que el destino le impone a todo pueblo, cualquiera sean las circunstancias históricas en que se encuentre, a fin de que pueda llegar finalmente a la forma de economía que le asegure, junto a la mayor expansión de las potencias productivas, el desarrollo más completo del hombre. Pero le pido a mi crítico que me dispense (me honra y avergüenza a la vez demasiado)”. Luego da un ejemplo de cómo sucesos análogos dan resultados muy distintos, y estos resultados no están determinados por ningún “fin de la historia”. Y agrega: “Así, pues, sucesos notablemente análogos pero que tienen lugar en medios históricos diferentes conducen a resultados totalmente distintos. Estudiando por separado cada una de estas formas de evolución y comparándolas luego, se puede encontrar fácilmente la clave de este fenómeno, pero nunca se llegará a ello mediante la llave maestra universal de una teoría histórico-filosófica general cuya suprema virtud consiste en ser suprahistórica”. Aquí está explicando que la historia no se entiende a partir de postular un fin de la misma, o una marcha de la historia hacia un fin. Hay que estudiar concretamente las evoluciones particulares, sus especificidades, entender qué está sucediendo. ¿Qué tiene que ver esto con postular un «fin de la historia» y tratar de explicar la historia a partir de ello?

Aclaración sobre la explicación teleológica

Aclaremos por último, que una discusión distinta es si debiera descartarse toda explicación teleológica -o sea, que va desde los fines a los medios- por no científica. En lo personal, pienso que en las ciencias sociales las explicaciones teleológicas tendrían sentido, ya que los seres humanos se proponen fines. Esta parece ser la posición de Marx. Por ejemplo, en El Capital, cuando trata el trabajo, dice que el peor arquitecto se distingue de la araña en que el arquitecto tiene un proyecto mental de lo que va a hacer. No es casual que el tema del fin aparezca en este capítulo. Hegel había dado mucha importancia al fin, en relación a la herramienta (en la Ciencia de la Lógica). Lukacs, en El joven Hegel (apartado «El trabajo y el problema de la teleología», del capítulo 3) desarrolla el tema de forma muy clara. Si construyo una herramienta llamada martillo, la hago de determinada forma porque tengo en mi cabeza un fin, clavar clavitos. En cuanto al modo de producción capitalista, el capitalista lanza dinero a la circulación con el fin de valorizarlo; el fin es determinante en este proceso. Lo importante es dejar establecidos los mecanismos por los cuales se realizan los fines perseguidos; o se frustran, dando lugar a resultados no queridos por los seres humanos. Pero en cualquier caso, afirmar que los seres humanos se proponen fines, y actúan en consecuencia, no significa decir que la historia tiene un fin oculto, preestablecido.

En conclusión, no se entiende en qué se basan algunos estudiosos y doctores en ciencias sociales para sostener que Marx defendía una concepción teleológica de la historia.


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Marx y el teleologismo histórico

Written by rolandoastarita

14/11/2012 a 12:38

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101 respuestas

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  1. Pero Rolo, Marx también habla sobre que el motor de la historia es la lucha de clases. Y si se alcanza el comunismo, como Marx y Engels esperaban que ocurriría, dejarían de existir las clases sociales. ¿Esto no nos llevaría a un «fin de la historia»? Y es que si no hay clases, ¿de dónde viene el movimiento histórico?

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    Bruno

    14/11/2012 at 12:55

    • Primero hay que aclarar que cuando se habla de un concepto teleológico de la historia, el sentido del término «fin» es el del objetivo al que se tiende; no se lo emplea en el sentido de terminación. Si yo digo «el fin de la calle», es el lugar donde termina la calle. Si digo «el capitalista tiene como fin valorizar el capital», ahora fin es finalidad, objetivo, intención. Subrayo, es en este sentido que se discute si hay un fin de la historia.
      En segundo término, tampoco Marx o Engels dijeron que se terminaría la historia cuando se acabaran las clases sociales. Lo que afirman en el Manifiesto es que la historia (entendiendo el período a partir de la aparición de la escritura) había tenido como motor la lucha de clases; lo cual no es sinónimo a decir que si no hay clases sociales no habrá historia, ya que el motor del cambio puede no ser la lucha de clases (las sociedades prehistóricas evolucionaron y cambiaron sin que hubiera clases sociales). Esto dicho sin entrar en consideración que Marx en otros pasajes plantea que el motor último del movimiento histórico es el desarrollo de las fuerzas productivas. Pero además, el propio Engels, en un pasaje de «Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana», escribe: “La historia, al igual que el conocimiento, no puede encontrar jamás su remate definitivo en un estado ideal perfecto de la humanidad; una sociedad perfecta, un «Estado» perfecto, son cosas que sólo pueden existir en la imaginación; por el contrario: todos los estadios históricos que se suceden no son más que otras fases transitorias en el proceso infinito de desarrollo de la sociedad humana, desde lo inferior a lo superior”. Aclaremos que esta evolución está marcada por el desarrollo de las fuerzas productivas. Unos pasajes más adelante, todavía dice que para la filosofía dialéctica no existe «un estado absoluto de la humanidad».

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      rolandoastarita

      14/11/2012 at 14:24

    • Muy aclaratoria su respuesta Rolo, creo que ahora lo entiendo un poco más. Entonces tenemos que, según Marx y Engels, la tendencia hacia la que se dirige el capitalismo debido a su lógica interna es el comunismo. Pero esto no significa que bajo el comunismo no haya historia (debido a que ausencia de clases no es sinónimo de ausencia de Historia) y menos aun que el comunismo venga para quedarse.
      Pero me queda una duda: el desarrollo de las sociedades prehistóricas a las que hace referencia se explica, en última instancia y al igual que las sociedades con clases, por los medios de producción. ¿Pero qué pasa (en cualquier etapa histórica) con los factores como la geografía, el clima, la naturaleza, etcétera, que sin duda son relevantes para el desarrollo histórico? ¿Se cuentan dentro de la categoría de fuerzas productivas o son ignorados por completo? Por ejemplo, no se, la erupción de un volcán cerca de una ciudad importante.

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      Bruno

      14/11/2012 at 16:57

    • No tengo todas las respuestas a estas cuestiones, que exigen estudios específicos. De todas formas, Marx planteó que las condiciones naturales, geográficas, juegan un rol importante, en particular cuando existe bajo desarrollo de las fuerzas productivas. Puede consultar el cap. 14 del t. 1 de El Capital. La fertilidad del suelo y las condiciones naturales favorecen la producción capitalista, pero de aquí no se desprende que el suelo más fértil sea el más apropiado para el crecimiento del modo de producción capitalista. Una naturaleza demasiado pródiga, escribe Marx, «no convierte al desarrollo del hombre mismo en una necesidad natural». Muchas civilizaciones avanzadas surgieron, por caso, debido a la necesidad de economizar y controlar socialmente una fuerza natural relativamente escasa, como el agua (sociedades de riego, etc.). Por otro lado, cuando avanza la producción capitalista, las limitaciones que imponen las condiciones naturales tienden a retroceder. Yendo a un caso más cercano, es indudable que la geografía de lo que fue el territorio argentino influyó en el desarrollo capitalista (la inmensidad del territorio, las zonas semidesérticas, la escasez de población, la situación del puerto y la Pampa). Por ejemplo, basta leer el «Facundo» para asomarse a las dificultades que enfrentaba el afianzamiento del modo de producción capitalista a mediados del siglo XIX.

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      rolandoastarita

      14/11/2012 at 17:20

    • No sé si es un tema de traducción, pero ¿dónde en el manifiesto Marx y Engels dicen que la lucha de clases sea el motor de la historia? Para mí no lo dicen nunca

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      alejandro

      21/02/2013 at 13:06

  2. Althusser lo expresó sintéticamente: «La historia es un proceso sin sujeto ni fin(es)». Claro que el motor de la historia no es «la lucha de clases» (como sostenía Althusser) sino las fuerzas productivas.
    Saludos comunistas
    Fernando.

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    Fernando

    14/11/2012 at 14:28

  3. Pero acaso en Marx lo importante no es si la historia tiene una finalidad sino que tiene un hilo conductor, un eje por el cual discurre y sobre el cual los hombres no pueden influir: la esfera económica. Esto es, el determinismo económico. Me parece que esta es la idea, asociada al marxismo, que más rechazo suscita, y de alguna manera conecta con lo teleológico porque indica que la historia se mueve por sí misma, sin ser afectada por la voluntad de los hombres. De esta manera, si el fin último de la historia es la liberación o la destrucción definitiva de la humanidad, ya no sería tan importante. Si es correcto definir así el determinismo económico, me parece que es lo más difícil de digerir de Marx porque lo afecta todo, es decir, la cultura, y despoja a ésta tanto de la libre inspiración creativa como de la mera contingencia.

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    mario

    14/11/2012 at 14:36

    • En la nota critico a los que sostienen que Marx tenía una concepción teleológica de la historia. El tema no es entonces si tiene un hilo conductor, o cuál es la importancia de la esfera económica. Por supuesto, para usted puede carecer de importancia la crítica a Marx por su supuesto pecado de «teleologismo» histórico. Pero hay gente que le puede interesar el tema. Por ejemplo, a aquellos que participan en cursos dirigidos por doctores en ciencias sociales que dicen que Marx tenía una concepción teleológica de la historia.
      Por otra parte, sostener que existen hechos sociales que los seres humanos no dominan (a pesar de ser generados por los seres humanos), no es sinónimo de concepción teleológica. Las crisis económicas suceden como procesos objetivos, no queridos por los seres humanos (al menos, en la concepción de Marx; algunos piensan que se trata de catástrofes generadas por conspiradores, los monopolios, etc.). Sin embargo, esto no significa que las crisis económicas estén ocurriendo por alguna «astucia de la razón», porque el fin de la historia sea tal o cual (el socialismo, etc.). La relación entre cultura y economía no está tratada en esta nota.

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      rolandoastarita

      14/11/2012 at 15:26

  4. Rolo, otra fuente documental es la carta y los borradores de la carta que Marx le envió a Vera Zasulich (las leí en una edición de Cuadernos de Presente y Pasado). Zasulich le había escrito porque muchos «marxistas» rusos le habían dicho que para llegar al socialismo en Rusia, antes había que transitar por el estadio capitalista, y quería saber qué pensaba Marx. Entonces Marx le respondió que no estaba en condiciones de afirmar que se pudiera pasar directamente del mir al socialismo, pero tampoco estaba en condiciones de negarlo. E insiste en que hay que estudiar en concreto el caso de la formación económica de la sociedad rusa.
    Fernando.

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    Fernando

    14/11/2012 at 14:48

    • Sí, las cartas a Zasulich son interesantes, pero de todas formas no responden al cargo que se formula al marxismo de tener una concepción teleológica de la historia.

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      rolandoastarita

      14/11/2012 at 15:28

  5. Rolo, yo creo que hay aspectos teleológicos en Marx, pero no estoy seguro de mi posición y me gustaría saber qué pensas. A mi entender en el trabajo de Marx en su versión más madura podemos decir qué: 1) no hay una teleología general para el conjunto de la historia humana, pero 2) si hay algo que si bien no es teleología sí habla al menos de una cierta direccionalidad que no sería del conjunto de la historia humana sino exclusivamente del capitalismo. De hecho, yo creo que el capitalismo SI tiene una direccionalidad. A largo plazo tiende a haber concentración de capital, aunque el proceso de concentración no sea lineal y tenga retrocesos coyunturales. A largo plazo se da una proletarización de masas, a largo plazo hay una mercantilización progresiva del conjunto de las actividades humanas. Esto no es teleología en el sentido de algo que se aplique a toda la historia, sino sólo al capitalismo. Pero a mi criterio es absurdo negar que el capitalismo SI tiene esa y otras direccionalidades en su transformación. No se transforma en cualquier sentido el capital, sino que sigue una lógica, una dirección. Esto no es teleología en el sentido de que el futuro determina el presente, pero si implica que hay un sentido en la evolución del sistema. No es un sentido controlado por nadie sino más bien el resultado colectivo y abstracto de acciones humanas concretas, pero hay dirección. Es más, por ejemplo, si tomamos nociones como las de espacio y tiempo la cosa es aún más evidente. El capitalismo tiende a concentrar el espacio y el tiempo, a acortar las distancias, a acelerar los tiempos. Eso es una tendencia de hierro y marca nuevamente una dirección en el sentido del cambio histórico que no es aleatorio. Yo se que vos probablemente acordás con esto que estoy diciendo. Lo digo porque me parece que el impacto del postestructuralismo hizo que en parte veamos a cualquier noción de sistema que se transforma en una dirección como algo inadecuado. Y yo creo que hay instalado como latiguillo una idea de que todo lo vinculado a una «teleología» es como una especie de artilugio viejo que no sirve para pensar nada. Creo que la incapacidad de entender la evolución de nuestra sociedad hoy es en parte producto de la negación a aceptar que las transformaciones tienen una dirección.
    Igual me gustaría saber qué pensas sobre esto de aceptar que Marx SI acuerda con ciertos aspectos del pensamiento teleológico que de hecho necesitamos reivindicar abandonando un discurso anti-teleológico vulgar que asume que toda direccionalidad es metafísica.

    Por otro lado, quisiera saber qué pensas de otro tema. Respecto del 8N yo pienso que son una manga de fachos y no apoye. Sin embargo, más allá de que no quiero saber nada con burocratas como Moyano, yo creo que estratégicamente el 14N puede ser una oportunidad para que la clase obrera luche por mejores sueldos en un contexto de crisis en el que el gobierno puede llegar a conceder algo porque está jaqueado por diferentes costados. Es decir, creo que apoyar el 14N es válido, a diferencia de apoyar el 8N que me parece facho. Pero me gustaría saber qué pensás vos.Con el 14N, además, podríamos poner la atención de la opinión pública sobre el tema de la nueva ley de ART que la oposición facha del 8N ignoró por completo.

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    Pablo de Quilmes

    14/11/2012 at 15:59

    • Decir que hay tendencias en el capitalismo (por ejemplo, a la concentración y centralización del capital, a la formación del mercado mundial, a la mercantilización, a la extensión del trabajo asalariado) no es sinónimo de concepción teleológica. La que hago es una discusión específica, con un argumento particular: el que sostiene que Marx compartía la concepción de Hegel, que la historia tiene un fin; en Marx, según esta versión, el fin sería el socialismo. Me importa porque esto se transmite a estudiantes como si fueran verdades científicas.
      Con respecto al 8N y 20N (la huelga está llamada para el 20, no el 14), se sale del tema. De todas maneras, brevemente: apoyo la huelga por la reivindicación salarial que contiene, me parece correcta y justa (no reivindico lo de las obras sociales). Con respecto a la composición del 8N, no acuerdo en tu caracterización, en mi opinión no son «una manga de fachos». Fue una manifestación con consignas y demandas burguesas (no a la reelección, corrupción, inseguridad, principalmente), que en sí mismas no son fascistas (tampoco socialistas, u obreras). Pero esto no tiene que ver con la concepción teleológica de la historia.

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      rolandoastarita

      14/11/2012 at 16:18

  6. Creo que el problema (más allá de la tergiversación que realizan a propósito algunos) es que suele confundirse la noción de Progreso de Marx (heredada de la Ilustración) con el supuesto carácter teológico que esta parece implicar.Lo cual llevaría a otro debate más complejo ¿Ese Progreso debe llevarse a cabo según unas leyes? ¿Que relación guardarían entonces las contradicciones «esenciales» (lucha de clases,desarrollo tecnológico) con otras tradicionalmente consideradas secundarias?

    Saludos.

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    JHaydn

    14/11/2012 at 19:01

  7. No es que no sea importante aclarar si Marx daba o no un sentido teleológico a la historia sino que de una cosa se pasa a la otra, eso es lo interesante, profundizar en el pensamiento de Marx y en el pensamiento crítico en general. Esa es la razón por la cual consulto éste blog y los comentarios, periódicamente. Si ese profesor de ciencias sociales en el nivel de maestría solo se quedó en el dicho de que Marx achacaba a la historia un sentido teleológico y que el fin era el socialismo pues dijo muy poco, eso mismo lo he oído en pregrado, lo he leído en diversos sitios de internet y en la prensa, y también se lo he escuchado a comentaristas e «intelectuales» en programas de televisión.

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    mario

    14/11/2012 at 19:45

  8. Compañero Rolando. Me parece importante que salga al cruce de determinadas afirmaciones ‘profesorales’. En su momento, fue el Márx ‘resentido social’ ahora, según veo, el Marx ‘teleológico’. Las artimañas para desprestigiar el marxismo ante los ojos de jóvenes estudiantes, parecen ser infinitas. Márx era un materialista. Su crítica al idealismo hegeliano lo quebró en su eje, la idea absoluta como hacedora de lo real, en última instancia, una sofisticada metafísica, en que la profunda disección de la dialéctica material, terminaba subordinada a la idea desplegada yendo al encuentro de si misma y encarnada en el estado prusiano. Mal entonces, podría asimilarse la concepción de Márx a cualquier forma de metafísica en que principios inmutables y formas eternas (aún si generadoras de un desarrollo materialmente cierto) rigen el mutable devenir de la existencia. El propósito de la retórica sofística en cuestión (pagada, ignorante o mixta) es manifiesto. Inculcar la idea de que el marxismo es una falacia anticientífica, lo que, por supuesto, no impide a muchos de estos ‘profesores’ creer en dios o considerar al capitalismo o la democracia moderna como ideales autorealizados y fines hacedores incrustados en la ‘naturaleza humana’. Muy por el contrario, la pretensión de Márx siempre fue una interpretación científica de la realidad natural y social estudiando las causas materiales eficientes de los fenómenos para actuar conforme la necesidad que de ellas derivan, es decir, como seres conscientes y en consecuencia, revolucionarios. No hay manera intelectualmente honesta de hacer encajar esta concepción en un esquema de un mundo material siguiendo los designios de una inteligencia sobrenatural que inviste de causas finales a las entidades materiales, incluso las dotadas de autoconciencia. Incluso si se atacara a Márx por su ‘determinismo económico’ (ataque que ya es un clásico gastado) no habría manera de demostrar que este ‘determinismo’ no responde a una causa material eficiente y productora de un cambio y resultado, sino, a una ‘causa final’ inscripta en el firmamento de la idea eterna y absoluta. Como usted bien ha demostrado citando a Márx y Engels, Rolando, estos rechazaron tajántemente la existencia de ‘leyes suprahistóricas’ (es decir, ajenas a la realidad material de la organización social en desarrollo) y también la acusa de ‘determinismo económico’. A las fuerzas productivas y a las relaciones de producción las consideraron determinantes ‘en última instancia’ en palabras de Engels y no con un criterio mecanicista que supedita la agencia humana al rol de mero vehículo involuntario de la conservación o transformación de un sistema económico y social. El esfuerzo del pensamiento burgués, en cambio, se centra en hacer de Márx un Hegel menos conservador, aunque, igualmente liquidado por la ciencia, arguyendo la banalidad que solo cambió una fábula por otra. Pese a lo dicho y como ya había mencionado con motivo de la discusión sobre dialéctica, soy del pensar que alguna partícula del idealismo hegeliano puede haber sobrevivido y haberse recreado como un cierto trasfondo mecanicista que preside la evolución de las sociedades con fuerza de inevitabilidad histórica, aunque esta no dependa de ningún dios socialista que va revelando las etapas de su obra inexorable. Siempre estuve intuitivamente peleado con el criterio de inevitabilidad presente en Marx y muy fuerte en Lenin al punto de asumir cariz de propaganda. Si bien Márx aclaró que se refería a una tendencia cuya fuerza se agiganta al compás del pronunciamiento de la contradicción, su uso, no siempre prudente (lo digo con toda humildad y respeto) adquirió proporciones de retórica flamígera alimentada en un criterio ciego apuntalado por la predisposición moral. Es lo que, en última instancia, se tradujo en un criterio de revolución y cambio protagonizado por el proletariado ‘lo quiera o no lo quiera’. Para mi, en cambio, el socialismo será objetivo consciente, fervoroso deseo, compromiso vital, o no será. El final es abierto.

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    AP

    14/11/2012 at 21:22

  9. Gracias por tu respuesta, Rolo, ya se que en un punto me fui de tema.
    Respecto de la teleología, estoy de acuerdo con lo que planteas. Entiendo que la noción de dirección de la que hablo no es teleología. Lo menciono por lo siguiente: el tipo de argumentos baratos que critican un marxismo hecho a la medida de la crítica y que refleja cuan poco estos docentes saben del tema que critican… esa misma actitud es MUCHO más profunda. Y una de sus características es descartar la mera posibilidad de que haya cualquier tipo de dirección en la historia. Como producto de una anti-teleología fanática que es profundamente reaccionaria, hay un rechazo a la idea misma de que los procesos históricos tengan algún sentido. El axioma del que se parte es que la sociedad puede transformarse en cualquier dirección. NO hay noción de necesidad, de estructura, cualquier intento de señalar eso es denunciado como reduccionismo que ignora la agencia humana. Pareciera que por axioma hay que encontrar como la gente «resiste» y moldea las cosas, aún en los momentos históricos para los cuales todos los datos sugieren que la reificación prevalece por sobre la capacidad de acción humana. Es desde ahí que se asevera que en el futuro cualquier cosa puede pasar, todo es posible, porque no hay dirección alguna en los procesos. Y yo no digo que el futuro esté predeterminado, pero los caminos posibles son limitados. No se, me pareció que el tema está vinculado. A mi me pasa que cuando salgo a decir que la historia tiene una dirección, te acusan de querer imponer una «gran narrativa» que se supone que es una ficción.
    En relación a lo otro, acuerdo con tu posición sobre la huelga del 20N (pensé que era el 14…). Tenés razón que no son fachos, esa fue una palabra facilista de mi parte. Pero si son sectores de centro-derecha que piden mano dura y ajuste, a eso me refería.

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    Pablo de Quilmes

    14/11/2012 at 21:24

    • Aunque no sea el tema, te aclaro que tampoco pienso que se pueda reducir la composición de la manifestación a «sectores de centro derecha que piden mano dura y ajuste». Las consignas principales fueron no a la reelección, contra la corrupción, por seguridad, y asuntos más variados como el dólar, contra la manipulación del Indec. Veamos un poco la composición. Si sumamos los votos a CK, Binner y Alfonsín de la elección de 2011, hacen el 85% del total. Es imposible que no haya habido una buena porción de este electorado en esas manifestaciones (algunas encuestas hablan de más del 20% que había votado a CK). Recordemos que los programas económicos y sociales de esos 3 candidatos fueron muy semejantes; de hecho, el FAP y radicales votaron leyes que los que apoyan al gobierno consideran centrales (por ejemplo, la estatización de YPF). La Asignación Universal por Hijo, otra de las medidas que se consideran claves y muy progresistas del gobierno K, fue defendida por años por estas fuerzas de la oposición (y Carrió). El gobierno la sacó por decreto cuando vio que en el Congreso, después de 2009, la oposición la imponía. El 82% para los jubilados es defendido por el FAP y Alfonsín, y vetado por CK; la elevación del mínimo no imponible a las ganancias también es defendido por el FAP y radicales (y el peronismo disidente), y rechazado por CK. Todo esto indicaría que es un poco aventurado decir que los manifestantes del 28N está por el ajuste (y CK lo resiste).
      Con esto no estoy diciendo que no haya habido sectores muy gorilas (en especial porque están contra los planes sociales) en la manifestación, pero lo que digo es que el cuento «gobierno K de izquierda versus oposición de derecha» es eso, un cuento. Los tantos están mucho más mezclados. Macri no es más de derecha que Alperovich, Insfrán, Boudou, Berni o Scioli (todos altos funcionarios del kirchnerismo).
      Por último, tampoco es correcto caracterizar a una manifestación por las opiniones de los manifestantes. Es un elemento, pero lo más importante son las consignas que se levantan. Se ha hecho un gran punto en decir que lo único que preocupaba a los manifestantes era comprar dólares para ir a Miami. Al margen de que el problema del dólar es más grave y amplio que esto (no lo puedo desarrollar aquí), y que se dio relevancia a otras consignas, hay que recordar que los cacerolazos contra De la Rúa del 2001 empezaron por la clase media y alta que no podía sacar sus ahorros (y quería pasarse al dólar). A veces advierto que no hay equilibrio en las caracterizaciones. Por aquellos años polemizaba con quienes veían en los cacerolazos casi una revolución proletaria (y en las asambleas de Pque Centenario el congreso de los soviets argentinos). Hoy, es la inversa, «son todos de derecha», «fachos», etc. Mi opinión es que se trata de una movilización burguesa por las consignas que levantó, con composición heterogénea (al pasar, habría que dejar de considerar «clase media» a trabajadores bancarios, docentes, personal técnico asalariado, etc.).

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      rolandoastarita

      15/11/2012 at 00:04

  10. En mi opinión, aunque velado, el enfoque teleológico no está ausente en la obra de Marx. En la Introducción a la Crítica de la EP hay un singular pasaje que compara la evolución de las especies con la de los modos de producción, y lo hace de un modo teleológico, no darwiniano. Ahí Marx dice, aproximadamente, que ciertos elementos que aparecen aislados o escasamente desarrollados en modos de producción precapitalista, desarrollan plenamente su contenido en el modo de producción capitalista, del mismo modo que un órgano de desarrollo incipiente en el mono SE EXPLICA POR el mismo órgano completamente desarrollado en el ser humano. Aunque Marx era admirador de Darwin, me parece que en la analogía mencionada se cuela un evolucionismo no-darwiniano cuya fuente debía ser la filosofía natural alemana, ciertamente teleológica, de marcado cuño romántico, y que dejó su impronta en el pensamiento de Hegel.

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    Vico

    15/11/2012 at 10:43

    • No veo por qué ese pasaje de la Introducción (aclaremos de paso que es un borrador) contiene un sesgo teleológico. Marx allí sostiene que las formas de producción más complejas y evolucionadas permiten entender las menos desarrolladas. Es bastante distinto de decir que las formas menos evolucionadas existieron porque la historia debía desembocar en las formas más desarrolladas (que es la concepción teleológica). Escribe Marx:
      «La sociedad burguesa es la más compleja y desarrollada organización histórica de la producción. Las categorías que expresan sus condiciones y la comprensión de su organización permiten al mismo tiempo comprender la organización y las relaciones de producción de todas las formas de sociedad pasada, sobre cuyas ruinas y elementos ella fue edificada, y cuyos vestigios, aún no superados, continúan arrastrando, a la vez que meros indicios previos han desarrollado en ella su significación plena, etc.» Puede verse que aquí no hay ningún intento de explicación teleológica. Luego viene el famoso pasaje:
      «La anatomía del hombre es la clave para la anatomía del mono. Por el contrario, los indicios de las formas superiores en las especies animales inferiores pueden ser comprendidos sólo cuando se conoce la forma superior». Se puede discutir si es correcta la afirmación desde el punto de vista de la biología, pero de nuevo, aquí no hay teleología, simplemente la idea de que lo posterior permite comprender mejor lo anterior. En seguida vuelve a la economía, y dice «la economía burguesa suminstra así la clave de la economía antigua, etc.».
      Más aún, un poco más adelante parece criticar a los economistas burgueses que piensan que las formas anteriores existieron porque deberían generar la forma definitiva, el modo de producción capitalista. Escribe:
      «La así llamada evolución histórica (Nota mía: es la concepción que Marx está criticando) reposa en general en el hecho de que la última forma considera a las pasadas como otras tantas etapas hacia ella misma…». Esto está bastante lejos de la idea de que la historia discurre inevitablemente hacia algún fin predeterminado.
      Por último, aprovecho para recomendar el análisis que hace A. Shamsavari de la «Introducción a la Crítica de la Economía Política», especialmente las relaciones entre las formas simples y complejas, evolucionadas y no evolucionadas, etc., en Dialectics and Social Theory, Inglaterra, Merlin Books, 1991.

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      rolandoastarita

      15/11/2012 at 11:46

  11. Con respecto al 8N, la izquierda se dividió entre las que la apoyaron y marcharon acriticamente (IS, MST, etc) y los que la caracterizan como una movilización de las clases medias altas con consignas neoliberal-conservadoras (PTS, MAS, PO). Me parece que tu mirada es más matizada, pero igualmente no creo que tu posición hubiera sido la de marchar no?

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    germo

    15/11/2012 at 12:06

    • Efectivamente, no marchar. Es un conflicto interburgués en el que no veo que globalmente algunos de los sectores enfrentados sea más progresivo que otro. La fundamentación de mi posición está en los análisis que hice en el blog sobre la economía argentina, modelo K, rol del estatismo burgués, etc.

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      rolandoastarita

      15/11/2012 at 12:22

  12. Bueno, lo que tiene de teleológico ese pasaje es que postula la explicación de lo que es por lo que llegará a ser (lo segundo daría «la clave» de lo primero), así se postula una predeterminación de lo presente por lo futuro. Quizás usted no note el sesgo teleológico del pasaje por identificar teleología con determinación de los medios por los fines en el sentido intencional. Si bien la intencionalidad es un concepto teleológico, no todo proceso teleológico debe ser intencional (no lo es en Hegel, por ejemplo). Precisamente en los ejemplos de evolución animal que se mencionan, el teleologismo es ostensible: ¡la anatomía del hombre se debe explicar por la de su ancestro, y no a la inversa! A diferencia del darwinismo, que explicó un proceso aparentemente teleológico reduciéndolo a principios causales, el evolucionismo -más antiguo- de la filosofía natural alemana proponía una explicación teleológica, a partir de determinaciones prefijadas que, según la especie, se desarrollarían más o menos. Aclaro desde ya que mi resumen es burdo, puede leerse más y mejor al respecto en «Filogenia y ontogenia» de S. Jay Gould.
    Es verdad que este pasaje de Marx está en contradicción con otros del mismo autor. Yo solo quise señalarlo. Si me permite el excursus, es frecuente que el trabajo de interpretación propenda a dejar de lado las fisuras o incoherencias del autor que se busca comprender, como si realmente fuera posible un pensamiento que careciera por completo de ellas. En la medida en que incluso un genio -como fue Marx- forja su teoría «zurciendo retazos» de ideas preexistentes muy diversas, es inevitable que existan en dicha teoría «descosidos» o «desgarraduras» más o menos visibles (generalmente se van descubriendo con el paso del tiempo, una vez que la teoría del caso dio de sí todo lo que podía y empieza a chocar con límites o escollos desconocidos en el momento en que fue pergeñada).

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    Vico

    15/11/2012 at 12:26

    • Sostener que un determinado futuro está predeterminado en el presente no es sinónimo de explicación teleológica. Un enfoque tal puede ser criticado por determinista mecánico (habrá que ver), pero no por acudir a la mteleología. Las explicaciones teleológicas intentan explicar un fenómeno en términos de un objetivo o estadio final intrínseco que el fenómeno intenta alcanzar. En Hegel la historia utiliza la astucia de la razón para alcanzar determinados objetivos. Los que critican a Marx por teleología sostienen que Marx explicó la evolución histórica en términos del objetivo final a alcanzar, el socialismo. Esto no es lo mismo que decir que un estadio posterior se explica por la evolución anterior. La «sendero dependencia» está ampliamente aceptada en ciencias sociales, y no tiene por qué verse en esto una concepción teleológica.
      Por otra parte, no tengo problema en criticar lo que me parezca mal de Marx, o de quien sea. Simplemente tengo que estar convencido. Por caso, en este blog he explicado por qué me parece que la fundamentación que da Marx a la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia es equivocada (y el teorema Okishio tiene razón), un tema que muchos pueden considerar vital. Insisto, lo importante es someter las cosas a discusión razonada y pruebas o datos. Volviendo al tema que nos ocupa. en la nota pregunto si alguien tiene algún pasaje de Marx que avale la idea de que tuvo una concepción teleológica de la historia. Hasta ahora, lo único que se ha presentado es lo suyo, tomado de un borrador no publicado, y que no encaja en la noción de lo que es teleología histórica. Parece bastante poco como para decir que Marx tuvo una concepción teleológica de la historia. Más aún cuando Marx es un autor que no ahorra repeticiones de sus tesis centrales. Y su concepción histórica es vital en su obra.

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      rolandoastarita

      15/11/2012 at 12:44

    • Yo no dije que la teoría de Marx como un todo sea teleológica. Más bien dije -o eso creo- que en ella hay resabios o rastros, en algunos casos muy ostensibles, de un enfoque teleológico (y, en ocasiones, también los hay de conceptos intencionales sin elaborar, lo que no es extraño para esa época, e incluso para la actual). Hay partes de la teoría donde la sutura es perfecta (o casi) y otras donde no.
      Cuando en su último post usted escribió: «Sostener que un determinado futuro está predeterminado en el presente no es sinónimo de explicación teleológica», prácticamente invirtió la idea que yo expuse: Yo no consideré críticamente la determinación del futuro por el presente -éste sería un orden causal- sino que, al revés, critiqué la idea de que pueda ser el futuro el que determina el presente, puse en tela de juicio las explicaciones basadas en la idea de que el futuro suministra la clave -la explicación- del presente. Esto último sí es teleología.

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      Vico

      15/11/2012 at 13:08

    • De acuerdo, lo malinterpreté en el anterior comentario. De todas maneras, sostener que el presente (no el futuro, que no conocemos) nos suministra claves para entender el pasado (es la idea contenida en el pasaje de la Introducción), no es caer en una posición teleológica. En última instancia, es algo que se hace frecuentemente; a la luz de desarrollos posteriores reinterpretamos o resignificamos hechos del pasado (por ejemplo, porque no les habíamos dado relevancia, etc.).

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      rolandoastarita

      15/11/2012 at 13:43

  13. Si se considera que la estructura económica ha tenido, históricamente, capacidad de afectar aún en última instancia el diseño social, dando lugar a la explotación y la injusticia sistemáticas, es lógico plantearse que la rutura de ese condicionamiento sea un «telos histórico». Una misión, una tarea planteada en términos de praxis. Como ha tocado cumplirla a la clase obrera en tanto legítima representante de la humanidad en éste estadio histórico, sin que hasta ahora haya podido hacerlo, pues cabe cuestionar por ahora la validez o importancia de ese componente «teleológico» que aún no siendo de tipo teórico, se desprende del tratamiento materialista histórico de Marx. Y si no fuera así, ¿como se justificaría entonces la militancia revolucionaria?.

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    mario

    15/11/2012 at 13:40

    • Por eso mismo sostengo en la nota que las explicaciones teleológicas tienen cabida en ciencias sociales. Lo cual no significa decir que la historia tenga un fin (cargo que se le ha hecho a Marx). Si entiendo que en la sociedad actual hay explotación, y me propongo como fin acabar con ella, va a haber acciones y fenómenos que se explicarán por ese fin. Insisto, los seres humanos se proponen objetivos y fines.

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      rolandoastarita

      15/11/2012 at 13:46

  14. Hola Rolando. Me gustaría saber cuál es su opinión acerca de la lectura que hace Hobsbawm acerca de la interpretación de la historia de Marx. En la Introducción que escribe este autor a las «Formen», asegura que Marx no tiene una interpretación evolucionista de la historia, pero que, de todos modos, sí considera que la historia tiene un «contenido» y que ese contenido es el «progreso». «[E]l progreso para Marx es algo objetivamente definible y que al mismo tiempo apunta hacia lo deseable. El vigor de la creencia marxista en el triunfo del libre desarrollo de todos los hombres depende no de la fuerza con que Marx abrigaba esta esperanza, sino de la supuesta justeza del análisis según el cual el desarrollo histórico conduce en definitiva a la humanidad a esa meta» (p. 14). Este texto fue escrito por Hobsbawm en el marco de la «desestalinización» de los Partidos Comunistas oficiales, y por eso critica el evolucionismo (que había convertido Stalin en dogma), pero, de alguna manera, ¿mantener la idea del «progreso» como «contenido» de la historia no implica no romper completamente con esa postura?

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    F.

    15/11/2012 at 19:28

    • Me alegra que se reivindique este prólogo de Hosbawm, y el estudio de las «Formen» (texto contenido en los Grundrisse, pero también publicado por separado, con el prólogo de Hosbawm). Pienso que uno de los ejes del texto de Hosbawm es reivindicar el punto de vista del desarrollo de Marx más abierto, mucho menos esquemático, de lo que se acostumbró a presentar en los manuales tipo stalinistas, y también de lo que el mismo Marx planteó en el famoso «Prólogo» de la Contribución de la Crítica de la Economía Política. En las «Formen» las formas histórico-sociales surgen del estudio concreto, del análisis del material empírico (que Hosbawm se encarga de recordarnos que era necesariamente limitado), y no de la aplicación de algún esquema apriorístico a la historia.
      Por otro lado, Hosbawm toma partido por la tesis de que el motor del desarrollo es la interacción del hombre y la naturaleza. Recordemos que hay otro punto de vista en el marxismo, que ha hecho más hincapié en la lucha de clases, en el conflicto social como motor de desarrollo. Seguramente más adelante voy a poner una nota en el blog con esta polémica (y adelantaré mi propia posición), que es muy interesante. Pues bien, en cualquier caso Hosbawm encuentra en esa interacción el motor del progreso humano. Aquí la idea del progreso está dada por el desarrollo de las fuerzas productivas, que permite la emancipación creciente del ser humano de la naturaleza (un punto que hoy habría que examinar a la luz de los desastres medioambientales que produce el capitalismo).
      El desarrollo de las fuerzas productivas es lo que genera el lazo de continuidad histórica (una revolución socialista parte de un cierto desarrollo de FP heredadas), así como también pone en primer plano la centralidad de lo social en cuanto condicionamiento del individuo (nacemos en un entorno de FP heredadas, que condiciona nuestras formas de pensar, etc. Desconocer esta realidad lleva a los Quijotes, etc.). Es lo que también condiciona y modifica las formas en que los seres humanos se relacionan entre ellos (ejemplo, el desarrollo de las ciudades es imposible sin un cierto desarrollo de las FP en el agro, etc.). Aquí aparece entonces un planteo clave de Hosbawm, al desarrollarse la riqueza material, se universalizan las capacidades del individuo, y sus potencialidades. En Marx por eso la idea de progreso está vinculada a esta posibilidad de desarrollo humano, despliegue de capacidades, posibilidad de disponer de tiempo libre. Como dice Hosbawm, hay aquí un ideal humanista, que el ser humano pueda dominar su destino. Pero esto es posible si existe una base material de desarrollo de la producción (aclarando que el desarrollo no puede ser reducido a crecimiento del PBI per cápita). Por otra parte, cuando Hosbawm plantea que esto, no está concediendo al evolucionismo mecánico y lineal del tipo stalinista. Precisamente rescata que en las «Formen» Marx no pretende presentar un esquema general de desarrollo, ni que «necesariamante» una forma social deba dar lugar a otra superior. Esto es, se puede sostener que hay progreso en la historia (si se pasa de un estadio inferior a uno superior del desarrollo de las FP), sin por eso sostener que la historia evoluciona linealmente, o que las etapas deban sucederse necesariamente.

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      rolandoastarita

      16/11/2012 at 09:04

    • Hola Rolando, hace tiempo que quería consultar si hay nota sobre el motor de la historia en base a lucha de clases o en base a desarrollo de las FP -no la encuentro en el blog-, (idem con la nota crítica sobre la estrategia del gobierno obrero y campesino, que también mencionas en otra nota).

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      Darío

      04/12/2017 at 07:57

    • En el blog no escribí sobre el tema FP – lucha de clases. Sobre este asunto, remito a un texto que escribí para mis clases, «Concepción social de Marx», en https://rolandoastarita.com/ncCONCEPCINSOCIALDEMARX.htm.

      Sí escribí en el blog sobre la táctica del gobierno obrero y campesino, aquí.

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      rolandoastarita

      04/12/2017 at 08:27

  15. Sobre la posición de Marx acerca de la teleología, una rotunda afirmación en la correspondencia con Engels: ‘El libro de Darwin es muy importante y me sirve como base en la ciencia natural para la lucha de clases en la historia… Aquí se da por primera vez un golpe mortal a la teleología en las ciencias naturales y su significado se explica empíricamente’. Va de suyo que su intención era aplicar un golpe semejante en las ciencias sociales, como lo reconoce expresamente Engels. La admiración por Darwin era manifiesta, al punto que le enviaron sin cargo el primer libro de ‘El Capital’. Marx buscó un acercamiento y dedicarle el segundo tomo, pero la esposa de Charles se opuso tajantemente. ‘No quiero que tengas ningún tipo de relación con ese ateo’.

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    AP

    16/11/2012 at 13:25

    • ¿AP hay pruebas de eso o es una especie de «relato»?

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      Esteban

      16/11/2012 at 17:28

  16. Rolando: ¿Qué piensa usted de la teoría de juegos? ¿Choca de alguna manera con el marxismo?

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    Esteban

    16/11/2012 at 17:36

    • Nunca estudié mucho el tema. Con el famoso dilema del prisionero (dos prisioneros enfrentan diversas penas según cada uno decida cooperar con la policía o traicionar a su compañero, y el comportamiento de traición resulta ser el más beneficioso) se ha pretendido socavar la idea de accionar de clase. Esto es, atendiendo a sus intereses personales, lo conveniente para cada trabajador es no colaborar con sus compañeros en una huelga, por ejemplo. De esta manera, no hay unidad de clase, a no ser que intervengan factores de coerción (Mancur Olson hizo todo un punto de esto hace ya muchos años). Se trata entonces del individualismo llevado a su extremo.
      La realidad es que existen ideales de cooperación, solidaridad y altruismo, que se forjan a lo largo de las experiencias de las luchas de clases, y dominan por sobre la traición y la búsqueda del mero provecho individual. Desde el punto de vista lógico, tengo entendido que incluso cuando el juego del dilema del prisionero es repetido, no hay una clara estrategia dominante (ser solidario o traicionar). En cualquier caso, en la vida real, la clase trabajadora (o los sectores oprimidos) no están compuestos por esos individuos que actúan como computadoras maximizadoras del beneficio propio, que suponen las teorías de los juegos. Hay experiencias sociales y aprendizajes históricos, a través de los cuales se forjan actitudes de clase. Esto que digo es muy provisorio, es un tema sobre el que otros seguramente podrán opinar con mayores elementos y autoridad.

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      rolandoastarita

      17/11/2012 at 09:47

    • Una pequeña corrección: el «dilema del prisionero», no es en realidad que la mejor opción sea traicionar al otro, de hecho es la peor.
      Por ejemplo:
      Tenemos al sujeto F y al sujeto M:
      Si F confiesa y M no = F obtiene una reducción de la condena y M la condena completa
      Si M confiesa y Fno = M obtiene una reducción de la condena y F la condena completa
      Si F y M confiesan = Condena completa para ambos
      Si F y M no confiesan = Condena mínima para ambos (por falta de pruebas).

      Según la teoría de juegos, ambos escogerían delatar al otro.

      A mi esto se me hace pecar de mecánico y autolimitante, y como dice el compañero AP: parece más un intento para justificar el estatu quo, el cual pongo a la par de la sociobiología actualmente -nada más preguntémonos qué dirían los sociobiólogos en año 1600- :no es que me oponga a dicha rama de la biología, pero el simplismo de las conclusiones de tipo «del lab a la calle» está presente en cantidades industriales en dicha rama actualmente.

      Parece que el problema fundamental es la interpretación de la realidad, es decir, las conclusiones de la sociobiología: ésta se aplica de tal manera que, en vez de fungir como vía para entender un fenómeno social, sirva para justificar, «empastándose» sobre la realidad del momento, en vez de explicarla.

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      Esteban

      27/11/2012 at 21:12

  17. Esteban. Sobre la cita en cuestión no hay dudas. Sobre el envío de la segunda ( o tercera edición del Capital) tampoco. Está la carta de Marx y la concisa y respetuosa respuesta de Darwin, quien no se siente a la altura de opinar sobre economía política, además del tomo, que al parecer, nunca fue abierto, en la biblioteca del naturalista. Sobre la dedicatoria, su inquietud me hizo investigar más sobre el recuerdo que tenía del tema. Al parecer hay discusión acerca de si la respuesta de Darwin (habiéndose perdido la carta que la motivara) no está, en realidad dirigida a Aveling, yerno de Marx y también ateo recalcitrante. Hay quienes suponen que esta carta se habría deslizado por error entre los papeles legados por Marx. Parece ser que en Márx el entusiasmo inicial hacia Darwin y su obra se fue enfriando un poco, dando paso a observaciones más críticas y hasta irónicas sobre sus reservas religiosas (pese a que este hubiese declarado su ruptura personal con el cristianismo y su agnosticismo filosófico) aunque no por ello, dejó de admirar el valor de su teoría evolucionista acerca de la naturaleza, ni rompió con ella. La referencia a la oposición de ‘su familia’ está en la propia respuesta de Darwin y es netamente deducible que se refería a su esposa. El matrimonio Darwin (además eran primos) sufrió la trágica perdida de una hija a los diez años de edad. Las creencias religiosas de Charles, se quebrantaron, no así las de su esposa, que lo desalentó en la publicación de sus descubrimientos, hasta que la salida de un estudio de Wallace sobre el tema, motivó a Darwin a ordenarlos y darlos a conocer al público. Su esposa, que le sobrevivió 17 años. hasta truncó parte de su biografía para intentar hacer desaparecer su ateísmo.

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    AP

    16/11/2012 at 20:54

  18. Adicionalmente, se puede agregar que se encontró una carta de Aveling a Darwin (de 1881) en que le solicita permiso para dedicarle su libro ‘Students of Darwin’. La creencia sobre la dedicatoria de Marx se mantuvo firme hasta principios de los setenta. Muy útil su observación, Esteban, para tomar nota de este malentendido.

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    AP

    16/11/2012 at 21:25

    • ¿Me puedes dar enlaces?

      Qué gracia tienen algunas vivencias de personajes famosos -y que de verdad meritan su fama-.

      Me llamó la atención casi al instante, que Marx le hubiese dedicado algo a Darwin, precisamente porque a pesar de sus increíbles aportaciones científicas se dio el lujo de «suprimir» lo que no acordaba de su creencia con la realidad inmediata y quedarse con el resto.

      Siempre pensé que Darwin siguió siendo (a pesar de lo anterior) cristiano.

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      Esteban

      17/11/2012 at 05:29

  19. Compañero Rolando. Como usted dice, espero que sobre el tema de la posible aplicación de la teoría de los juegos a las ciencias sociales, haya quien pueda opinar con mayor conocimiento, por lo menos que yo. Algo había leído hace mucho sobre dicha teoría y sobre el ‘dilema del prisionero’ aplicado a las elecciones racionales en las transacciones económicas. Siempre me pareció una trampa formalista para justificar el ‘statu quo’ que parecería derivar del egoísmo ancestral del ser humano como ‘principio’ inmutable. Pese a que el propio ‘dilema del prisionero’ en su versión iterada, demuestra formalmente que la decisión altruista es la más beneficiosa para el conjunto, quienes aplican la teoría de juegos a la interacción humana, como la mayoría de los marxistas analíticos, concluyen que lo racional es el individualismo maximizador de beneficios (consecuente a los instintos de la especie) y no lo que aconsejaría una ética ‘carente de sustento’ en un contexto en que estamos rodeados de enemigos, mentirosos, traidores y calculadores. Es la apología del sálvese quien pueda y cagar al prójimo, como norma invariable de la evolución de las sociedades. Algunos de estos ‘marxistas’ sostienen que, dado que la historia social es demasiado breve como para que en un marco evolutivo, el instinto asociativo pueda predominar hasta derivar en amor al semejante y búsqueda de la felicidad colectiva, los único que puede cambiar el rumbo es el planteamiento de problemas límites, como la inminencia de holocausto nuclear o el desastre ecológico. Siguiendo con esta tónica terminamos en las glaciaciones o la invasión de los marciamos, temas explotados por la cinematografía de todos los tiempos y en particular la etapa abierta con el fin de la guerra fría. Agreguemos el ‘terrorismo internacional’ y completamos en línea reaccionaria el seudoargumento. Muy por el contrario, la asociación sobre bases de clase ha sido y será una conducta enteramente racional y coherente que hay que desarrollar en base a a lo polimórfico de la canalización psicológica del inconsciente colectivo. Supongamos la teoría de los juegos aplicada al problema de los bajos salarios. En un contexto compulsivo dado (la amenaza de morirse de hambre) un desocupado aceptará trabajo duro y mal pagado a sabiendas que si no lo toma lo hará otro. El resultado de conjunto es que la decisión ‘racional’ individual impondrá una baja del salario del conjunto. Pero, por fuera del hecho que la lógica del capital incide desigualmente sobre la demanda de mano de obra, dentro de ciertos límites, la asociación de los obreros, como se ha demostrado históricamente, puede vencer la competencia entre los obreros y si la conciencia y organización trasciende al plano político, puede, incluso cuestionar las ‘reglas de juego’ es decir, la esclavitud asalariada. Todo esto es descartado por los apologistas del capital disfrazados de marxistas o ‘igualitaristas’ como varios ‘analíticos’ con la ‘demostración’ que, a la larga, el egoísmo es más fuerte. Algo así como, dando vuelta el aforismo, ‘El tiempo vence a la organización’. Sería interesante aplicar la teoría de juegos a las elecciones (no se si tiene precedentes) Si yo te voto y tu cumples las promesas, ambos ganamos, parece rezar el sentido común. Pero el resultado es que unos siempre pierden y otros siempre ganan. El problema es que la perinola está cargada. Las opciones no arrojan resultado ventajoso. No siquiera de mal menor. La ‘probabilidad calculada’ (que es en lo que se resumen estos ‘juegos’ como diría Von Neuman) es A siempre pierde y B siempre gana. La única manera de romper el ‘dilema del prisionero’ en estos términos es no jugar. O mejor plantear otras reglas de juego en que A (Los trabajadores) puedan ganar. Es la Revolución.
    Esteban, en breve le pongo enlaces, es que soy medio bruto para eso. Voy a pedir ayuda.

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    AP

    17/11/2012 at 21:38

  20. Esteban. Hay tiene un enlace muy interesante. Luego pongo más. http://old.kaosenlared.net/noticia/darwin-marx-dedicatorias-capital

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    AP

    17/11/2012 at 22:31

  21. Fe de errores. Donde dice Hay debe decir Ahí o Aquí. Ni siquiera leí los dos últimos comentarios antes de publicar.
    Gracias

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    AP

    18/11/2012 at 01:12

  22. La teoría de los juegos no es una elucubración carente de fundamentos que deba ser aceptada o desechada como un todo. Simplemente pone de manifiesto una parte de la realidad. Y para quienes se sientan impulsados a cambiar la realidad nada mejor entonces que tratar de captar qué hay de cierto en dicha teoría.

    Es cierto que las conductas humanas están regidas, ora por el egoismo, ora por el altruismo. ¿De qué depende que un tipo de respuesta se imponga por sobre el otro? De múltiples factores, pasados y presentes. La percepción acerca de cuál es la estrategia más ventajosa tiene en cuenta ambos momentos. Pero es innegable que la historia va dejando su huella tanto en las ideas como en los instintos. El peso del pasado no es nada despreciable. Dice el dicho que «quien se quema con leche vé una vaca y se pone a llorar». Esta conclusión aparentemente irracional funciona en todo momento durante nuestra existencia. ¡Y funciona bien!, aunque parezca mentira. Tanto es así que perdura. Y cómo es que semejante prejuicio funciona, y además digo que funciona bien. Es que nos resuelve una gran parte de la vida, sobretodo cuando se trata de cosas de la vida cotidiana. Por ejemplo, ¿ese camión que viene hacia aquí justo por donde pretendo cruzar la calle, frenará o no frenará?, ¿será capaz el conductor de frenar esos doce mil, catorce mil quilos, en los cuarenta y cuatro/cuartenta y ocho metros que lo separan de mí, viniendo a una velocidad estimada de 40/55 km/hora? Nadie hace este tipo de deducciones y menos que menos todo el tiempo y en todos los órdenes de la vida. Simplemente se deja llevar por sus instintos y sus ideas preconcebidas. Y no cruza por delante del camión. Gran parte de los que sí cruzan no están acá para contarnos porqué decidieron mal, y sus configuraciones mentales dejarán menor descendencia que el resto de los mortales que optamos automáticamente por no cruzar.

    El estudio de la conducta humana revela que en nuestra evolución como especie (y lo mismo ocurre en todas las demás especies) se van conformando instintos, que serían algo así como paquetes pre elaborados de conductas. En nuestra especie la expresión de los instintos es mucho más variada y florida que en especies más rudimentarias, pero no por ello tenemos más instintos, sino más. Saber que nuestra conducta está mediada de tal forma nos permite obrar con mayor efectividad que desconociendo esa poderosa fuente de motivación y decisión. Por ello, no se trata de descartar a la teoría de los juegos como una teoría individualista sino entender que tal individualismo existe y que muchas veces ese individualismo prevalece sobre el altruismo -que es tan real y poderoso como el individualismo-, para de ese modo poder tomar mejores decisiones en aquellas cuestiones que requieren altas dosis de raciocinio.

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    Eduardo

    18/11/2012 at 10:19

    • Con lo del camión cometes un error garrafal, esos cálculos en la cabeza suceden, lo que pasa es que no van a la misma velocidad que la boca, o la mano con la pluma. Cuando ves el camión, piensas si puedes cruzar o te esperas a que pase, no hay instinto ahí.

      Lo que ignora la teoría de juegos, es precisamente gran parte de la realidad, no la presente, sino la realidad que concibe a la realidad presente. Por ejemplo, si yo quedo con el otro prisionero de no confesar si nos atrapan, igualmente, si el llegara a traicionarme simplemente hago lo mismo cuando me entere de que él sí habló, y eso ignorando precisamente el altruismo del que habla Rolando.

      Como dije anteriormente, mi opinión es que la teoría de juegos me parece bastante autolimitada y por ello simplista, casi en extremo.

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      Esteban

      27/11/2012 at 21:26

    • Ok, tal vez no fue un ejemplo correcto sobre instintos. Sin embargo la idea subsiste. Los instintos manejan gran parte de nuestras vidas. El egoismo y el temor son sentimientos naturales, están en nuestros genes, en nuestra preprogramación, del mismo modo que lo está en cualquier forma de vida. Esto se deduce lógicamente y se puede demostrar. Cerrar los ojos a esa realidad va en menoscabo del éxito de cualquier intento. No hay conocimientos «de derecha» y conocimientos «de izquierda». Desechar aquellas partes del conocimiento que pudiera paracer que contradicen nuestros deseos no cambia el resultado final, o si lo cambia lo hace para peor.

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      Eduardo

      28/11/2012 at 11:53

  23. Rolando, voy a hablar como «abogado del diablo».
    Decís al comienzo del artículo que un docente sostuvo que si el marxismo sostuviera que la historia no es más que la larga marcha de la humanidad hacia un fin preestablecido se trataría entonces de una concepción teleológica, se trataría de un propósito inmanente, del cual los hombres no serían conscientes, pero del cual no podrían apartarse, y que tal concepción es facilmente «triturable».

    ¿Pero qué es lo que sostuvo realmente Marx respecto a esto?
    Si bien escribió que «sucesos notablemente análogos pero que tienen lugar en medios históricos diferentes conducen a resultados totalmente distintos», Marx también planteó que el motor último del movimiento histórico es el desarrollo de las fuerzas productivas. Y si ese desarrollo es tal desarrollo, tendríamos que concluir en que, dejando de lado las elevaciones y las depresiones de la línea de desarrollo, existe una tendencia clara desde los albores de la humanidad hasta el presente en que el dominio del hombre sobre las fuerzas de la naturaleza se va acrecentando. Siendo así, no sería una mera especulación concluir en que al capitalismo lo ha de suceder el comunismo sino que se trataría de un resultado lógico del devenir histórico.

    Engels escribe en el Manifiesto Comunista: «La idea central que inspira todo el Manifiesto, a saber: que el régimen económico de la producción y la estructuración social que de él se deriva necesariamente en cada época histórica constituye la base sobre la cual se asienta la historia política e intelectual de esa época, y que, por tanto, toda la historia de la sociedad -una vez disuelto el primitivo régimen de comunidad del suelo- es una historia de luchas de clases, de luchas entre clases explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas, a tono con las diferentes fases del proceso social, hasta llegar a la fase presente, en que la clase explotada y oprimida -el proletariado- no puede ya emanciparse de la clase que la explota y la oprime -de la burguesía- sin emancipar para siempre a la sociedad entera de la opresión, la explotación y las luchas de clases; esta idea cardinal fue fruto personal y exclusivo de Marx.» – Friedrich Engels, Prólogo a la edición alemana de 1888 del Manifiesto Comunista.

    A tenor de lo escrito por Engels, la «emancipación para siempre de la opresión y la explotación» -el comunismo- es algo inevitable, inmanente, que está más allá de nuestras intenciones. No hay posibilidad de resultados disímiles sino un fin que podríamos decir «predeterminado», los pormenores de la historia podrán variar, pero el desarrollo de las fuerzas productivas es inevitable, imparable, podríamos decir que «la organización vence al tiempo», lo complejo es cada vez más complejo, todo es cuestión de tiempo para que el comunismo se constituya en la forma de organización de la humanidad.

    Segurtamente se podrán encontrar muchos pasajes en Marx y también en Engels en los que se opongan a un teleologismo religioso, sin embargo no puedo dejar de percibir al marxismo como una concepción teleológica (y no digo que esté bien o que esté mal).

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    Eduardo

    18/11/2012 at 10:55

    • Hay varias cuestiones implicadas aquí. En primer lugar, está la cuestión de si sostener que existe un impulso al desarrollo de las fuerzas productivas implica una concepción teleológica de la historia de la humanidad. No veo por qué debería ser así. La afirmación de que existe un impulso al desarrollo de las fuerzas productivas no se sustenta en algún fin implícito de la historia, sino en una noción materialista. Los que sostienen esta tesis (que hasta donde sé, habrían compartido Marx y Engels), lo hacen porque piensan que ese impulso deriva de la interacción entre el ser humano y la naturaleza, a fin de procurarse bienes de uso. Oscar Lange y Geraldo Cohen (éste en su libro sobre materialismo histórico), para citar solo dos autores importantes, defienden esta tesis, sin por ello sostener una postura teleológica.
      Una segunda cuestión, por supuesto, es el tema de si existe o no ese impulso; hasta donde conozco, parece que los antropólogos encuentran sociedades en las que los seres humanos trabajan solo una pequeña parte del día para procurarse su sustento, casi no hay excedente, y no existe ningún impulso al desarrollo de la tecnología.
      En tercer lugar, la afirmación de que la lucha de clases en la sociedad capitalista lleva necesariamente a la abolición de la propiedad privada, puede ser pasible del cargo de «determinismo», o «determinismo mecánico». No veo aquí una concepción teleológica, del tipo «sucede porque el fin último es el socialismo», sino «sucede porque dadas las condiciones económico y sociales, no puede ser de otra manera». Por eso yo estaría de acuerdo en criticar la postura de Marx y Engels por un excesivo optimismo en que las cosas van a ser de esa forma. Por ejemplo, en El Capital, cuando Marx sostiene que la polarización social creciente llevará a la caída del capitalismo. En este respecto, pienso que Trotsky tuvo un enfoque más abierto, ya que planteó la posibilidad de que no hubiera una superación del capitalismo, y la humanidad retrocediera hacia regímenes peores que el capitalismo (por ejemplo, especuló con el colectivismo burocrático atrasado; etc.).

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      rolandoastarita

      18/11/2012 at 11:48

    • Rolando, respecto a la cuestión de si sostener que existe un impulso al desarrollo de las fuerzas productivas implica una concepción teleológica de la historia de la humanidad.

      A mi me parece que si consideramos que ese impulso es inherente e inmanente entonces podríamos decir que se trata de un impulso teleológico. Lo cual no lo hace menos material.

      Yo veo al desarrollo de las fuerzas productivas como un aspecto de la evolución en general. Creo que era inevitable que en algún punto y en algúin momento surgiera la vida (de hecho, así ocurrió), que esa vida se hiciera más compleja, y luego, si bien no creo inevitable que hubiera surgido la especie humana, una vez surgida nuestra foerma de vida creo que inevitablemente tendería a complejizarse. El mismo fenómeno que se puede apreciar en cualquiera otra forma de vida.

      De lo general a lo particular, entonces en nuestra especie creo que es inevitable el desarrollo de las fuerzas productivas. La observación de culturas aparentemente estáticas no veo que desmientan esta afirmación (pieso que se trata de observaciones «fotográficas»; sin duda esas culturas sin excedentes ni sensibles desarrollos tecnológicos proceden de algún otro estadío aún más inferior al observado por los antropólogos).

      Acuerdo parcialmente con que la afirmación de que la lucha de clases en la sociedad capitalista lleva necesariamente a la abolición de la propiedad privada, puede ser pasible del cargo de “determinismo”, o “determinismo mecánico”. El acuerdo es parcial o también podría decir «desacuerdo parcial». En realidad es algo que no tengo resuelto. No dudo del desarrollo de las FFPP pero no estoy seguro adonde nos llevará.

      Por ultimo, una pregunta: ¿no creés que se podría hacer una diferenciación conceptual entre «concepción teleológica materialista» y «concepción teleológica religiosa».

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      Eduardo

      19/11/2012 at 19:30

    • En la nota polemizo con una posición: la que sostiene que Marx tenía una concepción teleológica de la historia, entendiendo por ésta que existe un fin de la historia, que los seres humanos no conocen. Cuando se habla de un impulso inmanente, o inherente, de la actividad del ser humano al desarrollo de las fuerzas productivas no se está haciendo alusión a ningún fin de la historia. Simplemente se está diciendo que al obrar sobre la naturaleza los seres humanos tienden a desarrollar las fuerzas productivas, y que este impulso surge de ese accionar. Hasta donde alcanza mi conocimiento, ninguno de los marxistas que sostuvo, o sostiene, esta idea, habla de algún objetivo de la historia. Sí se reconoce que los seres humanos se proponen fines. Es en este sentido que la explicación teleológica tiene sentido. Precisamente cuando se analiza la herramienta, y su relación con el trabajo, el fin aparece claro. Desde este punto de vista diría que una explicación teleológica es compatible con el materialismo.

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      rolandoastarita

      19/11/2012 at 23:19

    • La idea marxista de que el desarrollo de las fuerzas productivas es la «fuerza motriz» de la historia, puede entenderse en clave darwiniana: Cabe tomar como criterio de progreso el desarrollo de las fuerzas productivas porque el modo de organización social que más desarrolla la capacidad productiva de la sociedad -sus fuerzas productivas- es lo que permite proliferar al conjunto social organizado de ese modo, que así se extiende y prevalece sobre los modos de organización social comparativamente menos productivos.

      Basar la idea marxiana solamente en la apreciación de que es propio de la especie humana el «fin de procurarse bienes de uso», aunque contiene un elemento teleológico (una finalidad como punto de partida) es igualmente acertada y materialista (viene a ser una versión de la tradición eudemonista o, quizás, hedonista). Sucede que, a partir de cierto grado de su desarrollo, las formas que adopta la vida exigen alguna clase de hipótesis intencional para ser comprendidas, y la interpretación intencional es intrínsecamente teleológica. Por qué esto es así, es un tema que merece su propia discusión. Pero no depende de esa discusión determinar si la explicación de la historia por el desarrollo de las fuerzas productivas -la tesis marxiana- es teleológica o no. No lo es, como no lo es el evolucionismo darwiniano.

      En cuanto a lo que, a lo largo de esta discusión, algunos han llamado «teleologismo», otros «evolucionismo» y otros «determinismo», yo creo que se trata de «fatalismo» (de «fatum», destino). La teoría de Marx no debe asociarse a este último «ismo», ya que una tendencia evolutiva originada causalmente -y no teleológicamente- puede verse alterada por la incidencia de una cadena causal exterior a los hechos que determinan aquella tendencia. Por eso es que la extinción de los dinosaurios no «refuta» la teoría darwiniana de la evolución.

      En fin, sobre la cuestión de la vigencia perenne de los «instintos egoístas» de la especie humana, conviene recordar que hace ya algún tiempo los propios evolucionistas que encontraban una contradicción entre el imperio darwiniano del «egoísmo» y las formas cooperativas y moralizas que asume la vida en su dimensión social, vienen desarrollando el concepto de «altruísmo recíproco», que considera al altruísmo como un desarrollo del interés individual, desarrollo que niega dicho interés a la vez que lo conserva integrándolo en la esfera más amplia del interés común o colectivo.

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      Vico

      18/11/2012 at 21:41

  24. Compañero Rolando. Por lo que expuse con anterioridad, y dado que el intercambio producido en este debate, en mi opinión, lo refrenda, coincido en que ver en el análisis de Marx aplicado al desarrollo de la sociedad, una teleología es un error. Por lo menos si entendemos a la teleología en un sentido estricto, es decir, como el movimiento de la realidad material en consonancia con un plan emanado de un ideal sobrenatural. Si por el contrario, transformamos el concepto en la lucha consciente y activa del ser humano por realizar una idea presente en su imaginación o ingenio, o el movimiento determinado por causas materiales que se dirigen objetivamente a un resultado específico, por más que este no sea necesariamente alcanzado, existiría una ‘teleología’ e toda acción o proceso que propende a un fin, pero, en mi opinión, tal manera de razonar sería desnaturalizar el concepto. El ‘determinismo tecnológico’ con independencia del lugar que ocupe en Márx, es un supuesto plausible, entendido como la evolución de la sociedad humana desde un muy precario control sobre el entorno natural, hacia uno progresivamente mayor. Forma parte y corona el proceso evolutivo que desde la materia inorgánica asciende hasta formas de vida inteligente, plenamente autoconsciente y no simplemente adaptada, en razón de la selección natural, a un entorno respecto del cual es pasiva, sino ‘revolucionaria’ procurando transformar la realidad en función de sus necesidades y deseos. Yo no critico a Márx por el ‘determinismo tecnológico’ asumido como causa primordial y ‘en última instancia’ decisivo del proceso de desarrollo social, sino, por hacer (pese a las prevenciones) de la necesidad, creciente si se quiere, mano a mano, la contradicción fundamental se acentúa, un absoluto, que impone un desenlace, con la mediación de los hombres, pero a pesar de ella. No hay aquí una dialéctica teleológica, vale decir, una teodicea, pero sí una sobrevaloración objetivista respecto del desenlace final. Es cierto que en el Manifiesto se plantea una alternativa, pero, lo dominante, tomando el enfoque de conjunto es la unidireccionalidad hacia el reemplazo de una sociedad basada en la propiedad privada y el mercado, por una de productores libremente asociados. Es decir,Comunismo, Anarquía como reflejo intelectual de un proceso material ineluctable. Lo que usted define como ‘exceso de optimismo’ es el sutil equilibrio entre apreciación objetiva y posicionamiento ético revolucionario activo que acelera el vuelco y minimiza la posibilidad de desvío o aplazamiento indefinido. Pese a que nos parezca que ya a pasado demasiado tiempo, este factor de la ecuación, aún imponderable, puede resultar decisivo en la resolución del dilema de la barbarie, capitalista o de otro tipo y el socialismo, como consecuencia de la dialéctica objetiva. Tal vez, futuras generaciones puedan dar plenamente la razón a Márx acerca de que si el proceso no se ve interrumpido por factores exógenos (una guerra devastadora, una epidemia desconocida, una catástrofe ecológica o celeste etc.) el proceso se impondrá con fuerza de ‘ley histórica’ y llegará a su conclusión (la sociedad de clases) expresándose a través de la acción consciente de los hombres. No podemos predecir el porvenir. Pero, mientras tanto, aferrándonos a la necesidad que recrea y potencia el antagonismo social, aún punzados por la duda sistemática sobre el hipotético desenlace final, debemos luchar por hacer real lo plenamente posible.

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    AP

    18/11/2012 at 14:16

  25. Compañero Vico. Sobre su última observación, le quería hacer una pregunta para mejor entender el punto de vista. Cuando usted se refiere a factores ‘exogenos’ que pueden perturbar la cadena causal evolutiva ¿Incluye en ellos la capacidad de una clase para adquirir conciencia revolucionaria y actuar en consecuencia? Yo creo que el factor subjetivo es endógeno (la materia determina la conciencia) y sin embargo indeterminado en cuanto al umbral cualitativo para llevar la dinámica a término. Si no fuera así, y la sociedad capitalista no se destruyera por el camino o mutara por factores externos imprevisibles, dado el tiempo suficiente, la conciencia revolucionaria debería aparecer y finalmente imponerse y triunfar. En una analogía un tanto burda con los procesos fisiológicos, Guevara llamaba ‘catalizador’ al factor subjetivo, que, en su interpretación particular vendría a ser el ‘foco guerrillero’ anticipo concentrado del ‘hombre nuevo’. Como sabemos, la función de los catalizadores orgánicos, como las enzimas, es acelerar procesos fisiológicos que en ausencia de estos, ocurrirían tan lentamente que nunca llegarían a término, o durarían una eternidad. Pero en los procesos biológicos, los catalizadores no se forman sobre la marcha, están dados, a consecuencia del proceso evolutivo. Son parte de la máquina bioeléctrica. No ocurre lo mismo con la conciencia de las clase. Esta se forma a partir del proceso, pero no necesariamente en la magnitud necesaria o cualitativamente apta. La aceleración necesaria para que el proceso no devenga eterno, puede alcanzarse, con más razón en tanto autoconciente, pero solo como posibilidad, como desafío a la conciencia y voluntad humana. No es una consecuencia inevitable, incluso en ausencia de factores exógenos perturbadores. Por consiguiente, en mi opinión, la determinación es solo tendencial, pero, ‘a priori’ indeterminada en cuanto al resultado final. Lejos de ser fatalmente inevitable, la revolución (triunfante y portadora de un cambio definitivo) es siempre evitable, a menos que los explotados logren desarrollar una conciencia revolucionaria. En otras palabras, asuman una teoría, un programa, construyan una organización y dirección revolucionaria. Estoy seguro que coincidimos en esto último, pero subsiste la pregunta ¿Como se concilia esto con un esquema determinista mecánico? ¿Haría la clase obrera, dado el tiempo suficiente, la revolución ‘lo quiera o no lo quiera’? ¿Es metodológicamente válida la incertidumbre?

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    AP

    19/11/2012 at 13:36

    • No entiendo por qué, según usted, la conciencia, aunque endógena, perturbaría la cadena causal evolutiva que constituye la reproducción capitalista (ampliada). En verdad, la existencia de contradicciones al interior de las fuerzas motrices -las fuerzas causales- que activan el modo de producción capitalista, es lo que perturba la cadena evolutiva que se asocia con el desarrollo de las fuerzas productivas.

      Lo que espera el marxismo es que la conciencia socialista opere como un factor que reconduzca la vida social hacia esa misma línea evolutiva que el capitalismo hace fluctuar o, en un punto, interrumpe (me refiero al desarrollo de las fuerzas productivas).

      Además ¿”exógeno” o “endógeno”, respecto de qué? Quizás no estemos hablando de lo mismo… Como sea, es claro que si existe una línea causal -bucles incluidos- asociada al desarrollo de la productividad, también existen aspectos de la vida social -para no mencionar hechos no sociales pero que pueden condicionar la vida social- que son ajenos a dicha cadena causal. Algunos aspectos de la conciencia humana deben integrar la mencionada línea causal, y otros no.

      De todos modos, los hechos de conciencia son afectados por diferentes cadenas causales, y ello hace que la influencia de la marcha del proceso productivo sobre la conciencia política no siempre trace la misma línea. Hablar de “determinismo parcial” o “tendencial” no aclara nada, a menos que se indique la medida y el modo en que un factor -entre tantos otros- entra en la determinación de una línea causal. Como es sabido, la impredecibilidad tiende a crecer a medida que el número de factores causales intervinientes se incrementa.

      En cuanto a la incertidumbre… Por lo que yo conozco sobre el tema -que no es mucho- la incertidumbre no se opone al determinismo, incluso mecánico, sino que es resultado de la inseparabilidad (indiscernibilidad) de condiciones iniciales o de la existencia de múltiples factores interactuantes (al menos, cuando se trata de sistemas que se alejan del equilibrio). En mi opinión, la incertidumbre es un supuesto del conocimiento, antes que su contrario. Prácticamente desde los orígenes de la ciencia moderna la incertidumbre la acompaña, enmarcándola discretamente bajo el inocente nombre de “margen de error”. ¡Todos sabemos, desde la escuela media, que no hay manera de saber cuál de todas las mediciones representa “la medida justa”, si es que alguna lo hace! Desde un punto de vista pragmatista -pienso en “la búsqueda de la certeza” de Dewey- el conocimiento científico parte de la incertidumbre y busca acotarla para dotar a la especie humana de mayor autonomía y mayores posibilidades de subsistencia y desarrollo, pero no está entre las potestades de la ciencia hacerla desaparecer por completo.

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      Vico

      21/11/2012 at 12:52

  26. En las universidades, en los postgrados de Planificación, existe una materia llamada Prospectiva.
    Existen varias definiciones de lo que es la Prospectiva. Una de ellas dice que «es la identificación de un futuro probable y de un futuro deseable, diferente de la fatalidad, y que depende únicamente del conocimiento que tenemos sobre las acciones que el hombre quiera emprender».
    En la Prospectiva no existe de ninguna manera la teleología. Sólo existen múltiples futuros probables.
    Pienso que el Manifiesto Comunista fue el documento prospectivo más importante de la historia de la humanidad.
    Desde la Comuna de París y la Revolución Rusa se demostró que se puede marchar, mediante la lucha de clases, hacia ese futuro probable y deseable, el socialismo, planteado en el Manifiesto. Y esto a pesar de las derrotas sufridas.
    Saludos

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    La duda metódica

    19/11/2012 at 16:19

  27. Otro documento prospectivo del marxismo es la Tercera Parte, Socialismo del libro Antidühring de Federico Engels. Este capítulo fue publicado posteriormente como un folleto titulado «Del socialismo utópico al Socialismo Científico.»
    Es interesante destacar que cuando Marx y Engels consideran que el socialismo que ellos proponen es científico, niegan implícitamente que exista una teleología de la historia.
    Vaya esta cita para comprobar lo dicho: “Al posesionarse socialmente de los medios de producción, cesa la producción de mercancías, y con ella el dominio del producto sobre el productor. La anarquía en el seno de la producción social es reemplazada por una organización consciente y sistemática. La lucha individual por la existencia termina. Sólo entonces el hombre sale, en cierto sentido, definitivamente del reino animal y abandona las condiciones animales de vida por condiciones verdaderamente humanas. El conjunto de condiciones de vida que rodean al hombre, y hasta ahora los dominaban, pasan al cabo bajo el dominio y regulación de los hombres, que por primera vez llegan a ser los dueños conscientes y verdaderos de la naturaleza, en virtud de que son los amos de su propia organización social. Las leyes de su propia acción social que, hasta aquí le eran exteriores, extrañas y lo dominaban como leyes naturales, son desde entonces aplicadas y dominadas por el hombre con plena competencia. La asociación misma de los hombres, que hasta ahora les era extraña, concedida por la naturaleza y la historia, se convierte en acto libre y propio.
    Las fuerzas objetivas y extrañas que hasta entonces dominaban la historia pasan al dominio de los hombres. A partir de ese momento los hombres harán su historia plenamente conscientes; a partir de ese momento, las causas sociales puestas por ellos en acción producirán, sobre todo y en medida cada vez mayor, los efectos deseados. La humanidad saltará del reino de la necesidad al reino de la libertad.
    Cumplir ese acto liberador del mundo constituye la misión histórica del proletariado moderno. Estudiar sus condiciones históricas, y con ellas su naturaleza, infundir a la clase hoy oprimida y llamada a esa acción, es la obra del socialismo científico, expresión teórica del movimiento proletario”. (Engels, F. El Antidühring, Editorial Claridad, Buenos Aires, 4ª edición de 1972, Pág. 296).
    Saludos

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    La duda metódica

    20/11/2012 at 13:53

  28. Compañero Vico. Le agradezco haber respondido. Si mi pregunta no se entendió, de seguro es de mi entera responsabilidad por no haberla formulado más claramente. Intento de nuevo. Usted dice: En cuanto a lo que, a lo largo de esta discusión, algunos han llamado “teleologismo”, otros “evolucionismo” y otros “determinismo”, yo creo que se trata de “fatalismo” (de “fatum”, destino). La teoría de Marx no debe asociarse a este último “ismo”, ya que una tendencia evolutiva originada causalmente -y no teleológicamente- puede verse alterada por la incidencia de una cadena causal exterior a los hechos que determinan aquella tendencia. Por eso es que la extinción de los dinosaurios no “refuta” la teoría darwiniana de la evolución’ La idea es neta. El planteo de Márx es una tendencia evolutiva originada causalmente. Este proceso de dinámica causal puede extinguirse como consecuencia de una causalidad externa (ejemplo de los dinosaurios, extensible al género humano) y no por ello invalida la evolución. En su planteo, parece estar claro y su respuesta lo refrenda, que estamos hablando de causalidades externas a la evolución de la sociedad. Ejemplos: Catástrofe cósmica. Enfermedades desconocidas asoladoras. etc. Pero también pueden considerarse fenómenos destructivos que surjan del propio desarrollo social. Gérmenes de laboratorio. Fisión en cadena a consecuencia de un desastre nuclear que incinere la faz de la tierra. O de procesos económicos: Una crisis irreversible. O político sociales: un empate ruinoso entre las clases que hunda a los contendientes. O político militares: Enfrentamiento nuclear entre potencias que culmine en el overkill. En cualquier caso, la dinámica evolutiva se vería interrumpida. No por ello, la evolución de origen causal se vería cuestionada. Pero, supongamos que nada de ello ocurre. El desarrollo continúa. La reproducción capitalista ampliada prosigue, en una sucesión de auges y crisis que plantean oportunidades revolucionarias, es decir, instancias en que del lento cambio evolutivo puede surgir un cambio cualitativo -a condición de que la clase revolucionaria se lo proponga- vale decir, el resultado al que se orienta la tendencia de desarrollo, crisis que, de no resolverse mediante el cambio socialista (la negación de la negación) dan lugar a un auge más poderoso, que, a su vez, por su naturaleza capitalista conduce a una crisis irreductible aún mayor. La secuencia puede repetirse al infinito, con lo cual, la incidencia probabilistica de factores perturbadores ‘exógenos’ o ‘endógenos’ aumenta. Podría decirse que, si no hay autodestrucción del sistema o extinción de la especie, el resultado ‘socialismo’ sería inevitable? Podría decirse que la causalidad objetiva determinada se transmutará en conciencia determinada y acción determinada, lo suficientemente poderosa para dar el salto? Yo pienso que no. Que en el curso de desarrollo, el factor subjetivo adquiere una relativa autonomía y se torna decisivo a la hora de rematar la tarea de la historia, que no suplanta la abnegación, bravura e inteligencia de los hombres que se proponen el cambio. En mi modesta opinión, en Márx y Engels subyace una dicotomía en cuanto al destino del capitalismo y en cuanto a la inevitable absorción por la clase obrera de los ideales y la ciencia socialista. Por un lado nos habla de un capitalismo cuya condición de existencia es revolucionar las fuerzas de producción, por el otro, hay una teoría de derrumbe implicada en su ley de la tendencia decreciente en la tasa de ganancia. No es casual que R. Luxemburg, comenzara su análisis de la crisis, preguntándose por que la predicción de Márx, acerca del derrumbe no se había verificado. Por un lado, Márx no habla de la tendencia inevitable hacia la dictadura del proletariado, a que conduce la lucha de clases. (La célebre carta a Wademayer) por otro, admite la posibilidad de que de la lucha de clases no surja un claro ganador y la sociedad entera se hunda (Es la alternativa que Rosa planteará como ‘Socialismo o Barbarie) Obsérvese que Trotski considerará la posibilidad de que otra carnicería imperialista, con el triunfo del fascismo y el hundimiento de la URSS, podrían abrir paso a otra forma social, poniendo en tela de juicio no solo la prematurez de Octubre, sino, el propio entendimiento marxista acerca de la evolución social. ¿Por que era presa de una duda tan existencial, sino, por que la teoría marxista, desde sus propias fuentes había abrevado en los manantiales de la inevitabilidad?
    En fin. Me fui de la pregunta básica: ¿Considera que la aparición de la conciencia y voluntad de cambio necesarios son una consecuencia inevitable del proceso de desarrollo capitalista?
    PD: Estoy bastante de acuerdo con que la incertidumbre acompaña la ciencia. Para eliminarla haría falta ser el demonio de Laplace. Precisamente, por que aún no hemos comprendido totalmente la lógica del capital, ni en que grado y forma la conciencia puede originarse a partir del proceso material y reactuar sobre este, es que no podemos convertir la fatalidad en predicción racional irrefutable.
    Discúlpeme Rolando por la extensión. Estoy seguro que en algún momento escribirá una nota sobre esto y se abrirá una gran polémica. Corto con el tema.

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    AP

    21/11/2012 at 21:11

  29. Fe de erratas: Donde dice, por un lado Marx no habla… debe decir : nos habla de la dictadura del proletariado… Una letra o un acento pueden cambiar el sentido de la oración. Por eso no es lo mismo estar en la remisería que en la remiseria. (Chiste para desalmidonar la discusión)

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    AP

    21/11/2012 at 21:36

    • Más que de causas externas a «la evolución de la sociedad» (un concepto que me parece demasiado amplio) yo pensaba en causas externas a los mecanismos de la reproducción capitalista ampliada, que constituyen la línea causal sobre la que se soporta, bajo el capitalismo, el desarrollo de las fuerzas productivas. En consecuencia, no prejuzgué sobre si la interferencia de otras líneas causales debía ser de naturaleza social o extrasocial. El desarrollo de las fuerzas productivas puede verse detenido por un fenómeno natural, por ejemplo un tsunami (que, a su vez -fantaseo un poco- podría tener como causa una explosión nuclear, o bien podría ser el caso de una epidemia originada en un laboratorio, etc.) o, simplemente, el parate podría deberse a una conflagración bélica (con lo cual la causa externa a los mecanismos reproductivos del capital sería, sin embargo, enteramente interna al organismo social), etc. Para lo que yo afirmaba, es indistinto. Mi afirmación intentaba dar cuenta de por qué puede sostenerse que cabe tomar el desarrollo de las fuerzas productivas como un criterio válido de progreso (evolución) social, sin apelar a premisas teleológicas (he ahí la analogía con la teoría darwiniana de la selección natural).

      Por otra parte, mi posición particular es que la sucesión de auges y crisis no debe considerarse como potencialmente interminable. Pienso que en algún punto debe alcanzar un límite absoluto (o, al menos, un límite absoluto -un «cuello de botella»- para toda una etapa histórica, cuya continuación dependerá, de modo decisivo, de eventos extraeconómicos). En este sentido, soy catastrofista.
      No juzgo “inevitable” el socialismo, pero sí el derrumbe del capitalismo. Esto tiene que tener efectos importantes sobre la conciencia política de las masas pero, como dije, no creo que pueda establecerse a priori una probabilidad objetivamente dada (aunque, si asumismos la naturaleza racional de la especie humana, pienso que las probabilidades favorecerán al socialismo). En definitiva, ésa es la función de la militancia política revolucionaria: someter prácticamente a prueba las distintas alternativas estratégicas para favorecer el cambio de conciencia racionalmente necesario, y cotejar esas estrategias a la luz de los resultados que van dando (el crecimiento cuantitativo y cualitativo de la vanguardia). Francamente, hablar de determinismo en este terreno es como pretender predecir milimétricamente los resultados de un partido de fútbol, que no por impredecible deja de ser una serie de eventos causalmente eslabonados (esto es: determinados).
      Pienso que cuando es mucho lo que depende del sujeto interviniente, mensurar las cosas en términos puramente objetivos nunca puede ser acertado. La «actitud física», que comprende hechos a partir de causas, pierde eficacia en el ámbito de la vida, y más la perderá cuanto más compleja sea la forma de vida que se busca comprender. La comprensión de los hechos humanos a base de hipótesis puramente causales (es decir, prescindiento de toda hipótesis intencional) es inviable.

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      Vico

      22/11/2012 at 11:00

  30. «En un programa de investigación progresivo, la teoría conduce a descubrir hechos nuevos hasta entonces desconocidos. Sin embargo, en los programas regresivos las teorías son fabricadas sólo para acomodar los hechos ya conocidos. Por ejemplo, ¿alguna vez ha predicho el marxismo con éxito algún hecho nuevo? Nunca. Tiene algunas famosas predicciones que no se cumplieron. Predijo el empobrecimiento absoluto de la clase obrera. Predijo que la primera revolución socialista suceder
    ía en la sociedad industrial más desarrollada. Predijo que las sociedades socialistas estarían libres de revoluciones. Predijo que no existirían conflictos de intereses entre los países socialistas. Por tanto, las primera predicciones del marxismo eran audaces y sorprendentes, pero fracasaron. Los marxistas explicaron todos los fracasos: explicaron la elevación de los niveles de vida de la clase trabajadora creando una teoría del imperialismo; incluso explicaron las razones por las que la primera revolución socialista se había producido en un país industrialmente atrasado como Rusia. «Explicaron» los acontecimientos de Berlín en 1953, Budapest en 1956 y Praga en 1968. «Explicaron» el conflicto ruso-chino. Pero todas sus hipótesis auxiliares fueron manufacturadas tras los acontecimientos para proteger a la teoría de los hechos. El programa newtoniano originó hechos nuevos; el programa marxista se retrasó con relación a los hechos y desde entonces ha estado corriendo para alcanzarlos.» Imre Lakatos; Escritos Filosóficos I

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    Rober

    22/11/2012 at 20:37

    • No es cierto que Marx haya predicho, en su obra madura, el empobrecimiento absoluto de la clase obrera. Expliqué esta cuestión en otras notas. Con respecto a que la revolución socialista sucedería en las sociedades más avanzadas, Marx y Engels revisaron esta idea cuando trataron el caso ruso. Y por supuesto, no hablaron jamás de regímenes burocráticos entrando en conflicto entre sí; mucho menos pensaron que podía tratarse de sociedades socialistas. Pero lo más importante es que el marxismo lo que estableció fue algunas tendencias del sistema capitalista: a la centralización y concentración del capital; a la polarización social (empobrecimiento relativo de la clase obrera); a la proletarización creciente (extensión de la relación asalariada, subsunción del trabajo al capital); a la formación de un mercado mundial. Pienso que se trató de un diagnóstico mucho más acertado que todo lo que escribieron los neoclásicos o los keynesianos.

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      rolandoastarita

      23/11/2012 at 00:14

  31. Parece que no se ha comprendido la cita a Lakatos, comienza así; «En un programa de investigación progresivo, la teoría conduce a descubrir hechos nuevos hasta entonces desconocidos.»

    En este espacio y en este tema del historicismo continúan, como diría Lakatos, poniendo cáscaras a la cebolla para proteger el núcleo. Hasta el autor de este blog lo hace sin darse cuenta cuando dice «la obra madura». La «obra madura» es un artilugio ad hoc para defender lo indefendible, pero podrá el señor Astarita decir entonces -siempre en términos de Lakatos-; «en los escritos posmortem..» Y si no alcanza, se podrá decir; en los «extractos de su juventud». Y si no alcanza será un «ataque de los burgueses». No alcanzan a advertir que no están hablando de lo que intentó indicar Marx, sino que están construyendo interpretaciones remanidas para proteger el núcleo de algo que conlleva a la obsolescencia analítica ab-ovo. Y lo van creyendo: «el perro es perro, pero no lo sabe», dice un famoso aforismo.

    Las revisiones de Marx y Engels no llegaron a ninguna conclusión artera al respecto de ser una muestra histórica que refute lo que Lakatos allí indica, a no ser que alguna «brillante interpretación» del autor de este blog nos muestre algo que nunca nadie vio y reinterprete las sagradas escrituras.

    Las «tendencias» establecidas por el marxismo no son sino más macaneo: «subsunción del trabajo al capital» es algo que parece indicar contenidos de alta potencia, pero si les decimos: «subsunción de la vida a la muerte» ya tenemos al poeta marxista. Y ni que hablar si decimos: «subsunción de la velocidad a la lentitud», seremos aplaudidos por un congreso de físicos marxistas. En realidad no son otras cosas que redundancias de acontecimientos y hechos que van de suyo propio. Aunque entiendo que los aquí escribientes no lo comprenderán por que están manejando una magia muy particular, obviamente que espero los ataques a mi intervención, como de costumbre, las cofradías ven conspiradores permanentes cuando alguien viene a mostrar un camino de apertura. Espero que no se filtre esta intervención, un cordial saludo

    Ps. por cierto, en una de las contestaciones el señor Astarita habla de «la acción humana», nuevamente como el aforismo, ha citado a Von Mises pero sin darse cuenta…

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    Rober

    23/11/2012 at 08:12

    • Esto ya es macaneo, puro macaneo. Lo real es que El Capital ofrece la teoría más ajustada para interpretar las tendencias actuales de la acumulación capitalista, y las crisis.

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      rolandoastarita

      23/11/2012 at 09:10

  32. No, El capital ofrece una distracción intelectual rayana a la estafa. La realidad mostró que de los infinitos intentos de aplicación de lo que en el subyace en esa novela, ninguno dio un resultado ni remotamente esperado a lo que se preveía. Nombre un país, sociedad, reglamentación, aplicación, política económica o revolución que haya decantado en un progreso de las fuerzas productivas mediante los elementos subyacentes a «El Capital» y podrá sustentar su respuesta. Ahí veremos quienes macanean y quienes humildemente toman con seriedad el conocimiento -con yerros por cierto, de eso se trata la ciencia- para mejorar la condición humana no para desintegrarla.

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    Rober

    23/11/2012 at 12:06

    • Su pedido es un absurdo, solo revela que no comprende ni jota de lo que trata El Capital. Precisamente el texto analiza por qué la sociedad capitalista se basa en la explotación; por qué este modo de producción desarrolla las fuerzas productivas como ningún otro modo de producción lo hizo en el pasado; y por qué ese mismo desarrollo lleva a crisis económicas, así como a la polarización social. ¿Qué rayos tiene que ver esto con su pedido de que nombre «los elementos subyacentes a El Capital que hayan decantado en un progreso de las FP? Para mantener una polémica hay que tener algún sentido de lo que se está leyendo. Lo suyo, ¿es simple ignorancia, o anda provocando en los blogs de izquierda?

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      rolandoastarita

      23/11/2012 at 20:15

  33. El texto analiza los “por qué” –las causas y consecuencias- de los análisis a los que pretende criticar y, de rebote, termina construyendo un orden categórico parcializado de los procesos que en su momento sorprendieron al autor; lo que él llamó «la explosión de la fuerzas productivas» fenómeno que lo abordó en aquel contexto. En esta entrada es pretensión indagar en el orden categórico en el sentido de una predictibilidad efectiva o un determinismo inexorable conducente a una conclusión irrefutable, el teleologismo histórico.

    Como herramienta operativa el marxismo es nulo de nulidad absoluta, como herramienta analítica es solo un regodeo conceptual que cierra en sus propios términos. La teoría de la explotación ya ha sido refutada, lógica y metodológicamente, al igual que la teoría laboral del valor. Los nutrientes categóricos aquí desarrollados no descansan en hipótesis sino en elucubraciones. Reitero mi pregunta; si estas categorías son tan superadoras, mencione un país, sociedad, reglamentación, aplicación, política económica o revolución que haya decantado en un progreso de las fuerzas productivas mediante los elementos subyacentes a “El Capital” como herramienta analítica efectiva y podrá sustentar su respuesta. El resto es regodeo, elucubraciones y macaneo. Mi intención no es pulular por blogs de izquierda, sino un profundo compromiso con el conocimiento científico y la claridad en las ideas. Saludos

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    Rupert

    23/11/2012 at 23:39

    • Cuanta huevada pedante y hueca. Porque no nos ahorra su basura señor.

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      Gerardo Daniel

      23/11/2012 at 23:48

    • Su desafío es una tontería. Usted dice: «Reitero mi pregunta; si estas categorías son tan superadoras, mencione un país, sociedad, reglamentación, aplicación, política económica o revolución que haya decantado en un progreso de las fuerzas productivas mediante los elementos subyacentes a “El Capital”. Respuesta: Inglaterra. El desarrollo de las fuerzas productivas en Inglaterra es analizado por Marx con las categorías científicas correspondientes (ley del valor trabajo,teoría de la plusvalía, leyes de la acumulación del capital).

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      rolandoastarita

      24/11/2012 at 08:29

    • jajaja, Astarita sus respuestas, a veces, son muy graciosas. Me parto al medio de risas con su respuesta a rupert.

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      mortalcombat

      24/11/2012 at 12:43

  34. La teoría del valor trabajo de Marx es clave para enteder el problema de la explotación en el capitalismo. Efectivamente, se la ha acusado de inconsistente y también se cuentan intentos por reinterpretarla en el sentido de superar esa inconsistencia y validarla empíricamente, como el que ha hecho el profesor Valle Baeza. Según la entiendo, contiene ella dos consideraciones con respecto de la realidad a la que busca acercarse: una referida a la «comprensión» del fenómeno y otra propiamente positiva o empírica. Como éste no es lugar para ahondar en esos dos aspectos de la teoría y como en realidad no los domino como quisiera, no me queda más que defenderla sobre la base de la simple observación: si creyera que cada quien es remunerado bajo el capitalismo exactamente según contribuye con su trabajo al producto social, pues no me parecería injusto que la mayoría de la gente esté condenada a vivir de un salario o de un sueldo como contrapartida de largas, extenuantes y en muchos casos creativas jornadas de trabajo, mientras un grupo comparativamente muy reducido, por el sólo hecho de ser favorecido por las relaciones de propiedad imperantes, pueda plantearse vivir la vida con el único límite de su capacidad de goce y disfrute. Tampoco creo que el mucho o poco empuje emprendedor de estos últimos alcance para explicar semejante asimetría.

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    mario

    24/11/2012 at 00:58

  35. Señor Astarita ¿No ha advertido usted que continúa contestando con el «cassette»? Es claro que es imposible interactuar con posesos. Mario, no debe olvidar que en el siglo XIX el Barón Rotschild murió de un forúnculo. Hoy, esa causa que otrora llevó a la muerte a una de las personas más poderosas de Europa, se soluciona en unos minutos en la salita más humilde de cualquier barrio de las zonas más periféricas y marginales del planeta. Esa descripción que acaba de hacer continúa incorporando lo que palabras comadreja, como la palabra «social», famoso artilugio para quitar de contenido concreto a la palabra acompañante. Así, la palabra producto conserva su cáscara pero queda sin contenido al hablar de «producto social». Esto descansa en un mito Nórdico el cual indicaba que la comadreja por las noches vaciaba los huevos dejando intacta su cáscara. Lo demás, solo elucubraciones. Saludos!

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    Rupert

    24/11/2012 at 09:25

    • Sí, lo suyo es una sarta de incoherencias y disparates. Tengo cosas más interesantes que hacer que intentar que diga dos palabras seguidas con alguna lógica.

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      rolandoastarita

      24/11/2012 at 09:56

  36. Señor Astarita, observo que no puede salir de una postura autoreferencial y cerrada, aunque también un tanto agresiva e intolerante. No son buenos síntomas para profundizar el conocimiento, lo siento mucho.

    En otro orden de cosas debo agregar algo a mi última intervención que no aparece y deja a una de las frases un tanto desarticulada, en el tramo de mi respuesta a mario y al respecto de la palabra «producto social», la frase es la siguiente; «Esa descripción que acaba de hacer continúa incorporando lo que Hayek denominaba palabras comadreja, como la palabra social». Muchas veces los liberales han despreciado los debates terminológicos para atenerse prioritariamente a los hechos. Esta actitud ciertamente les ha permitido contribuciones notables al desarrollo de la ciencia económica, pero también los ha hecho víctimas de numerosas estratagemas.

    Hayek advirtió, por ello, contra la perversión del lenguaje y denunció la existencia de lo que el llamaba palabras-comadreja. Inspirado en un viejo mito nórdico que le atribuye a la comadreja la capacidad de succionar el contenido de un huevo sin quebrar su cáscara, Hayek sostuvo que existían palabras capaces de succionar a otras por completo su significado.

    El denunció entre otras a la palabra social. Así explicó que esta palabra agregada a otra la convertía en su contrario. Por ejemplo, la justicia social no es justicia; la democracia social, no es democracia; el constitucionalismo social, no es constitucionalismo; el estado social de derecho, no es estado de derecho:

    «The noun ‘society’, misleading as it is, is relatively innocuous compared with the adjective ‘social’, which has probably become the most confusing expression in our entire moral and political vocabulary. […]

    As a weasel is alleged to be able to empty an egg without leaving a visible sign, so can these words deprive of content any term to which they are prefixed while seemingly leaving them untouched. A weasel word is used to draw the teeth from a concept one is obliged to employ, but from which one wishes to eliminate all implication that challenge one’s ideological premises.»

    Friedrich von Hayek: The Fatal Conceit: The Errors of Socialism

    Y finalmente en tanto argumentación sobre lo que he indicado al respecto del Barón Rotschild, que tan vacío le parece a Astarita, dejo un vídeo interesante de 4 minutos. En él se sintetizan 200 años de historia. Lo amerita la entrada del blog al respecto del teleologismo. Saludos

    http://youtu.be/V8lbiiTF2P0

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    Rupert

    25/11/2012 at 07:43

    • ¿Qué tiene que ver la sarta de cosas que escribe con la discusión sobre la teleología en Marx? Ni siquiera conoce la terminología que utiliza el marxismo (los marxistas no hablamos de «democracia social», sino de democracia capitalista; no hablamos de «justicia social», sino de justicia capitalista, etc.), y pretende que lo suyo es un aporte al conocimiento, y que nos pongamos a discutir sobre las comadrejas neoliberales de Hayek. Y si no le llevo el apunte a las incoherencias que escribe, soy «autoreferente», «intolerante» y «autoritario».

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      rolandoastarita

      25/11/2012 at 11:19

    • Rober. Rupert o Rigoberto. De todos los provocadores de derecha que han intervenido en este blog, se destaca por su insolencia, charlatanería y falta de mérito intelectual. No hace más que repetir manidos lugares comunes de la biblia liberal. Un amasijo de improperios, sin que aflore medio argumento serio. Por que, por lo menos, no sigue el camino de algunos que le precedieron y discute bajándose del caballo. Caso contrario, ya se compró 99 números en la rifa del cachetazo político.

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      AP

      26/11/2012 at 03:05

  37. Señor Astarita, evidentemente usted no quiere entregarse a la interpretación conceptual más allá de aquella que cubre sus elucubraciones. Podría ser por que no lo desea, por que no le conviene, o sencillamente por que no puede. Cuando debe aprehender el concepto lo transmuta en forma literal, cuando ha de literalizarlo, lo aprehende acompañandolo con «palabras comadreja».

    Bueno, continúe en su gesta, tal como se hace en el tarotismo y la quiromancia, la tendencia de las fuerzas sociales macaneadoras en pleno auge de la tecnología de la información que ha creado el capitalismo avanzado, así lo permite; disfrútelo y no se enoje!.

    Dentro del capitalismo todo, fuera del capitalismo nada. SALUDOS!

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    Rupert

    25/11/2012 at 12:14

  38. Señor Rupert, se expresa como si le hubieran hecho tragar unas píldoras de Von Hayek, mezcladas con jarabe de Von Mises saborizado con edulcorante Fiedmaniano. Eso se llama indigestión intelectual. Seguramente Marx no es el mejor purgante,le recomiendo unos tragos de economía evolutiva, y de nuevo y viejo institucionalismo.

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    mario

    25/11/2012 at 19:47

  39. Yo hace mucho que dejé de enojarme con los austriacos y comencé a reírme con ellos.

    Dice un profesor que conozco: «Los austriacos son tan buenos encontrando errores en el razonamiento ajeno que los encuentran hasta donde no hay».

    Simplemente inhale y exhale, luego recuerde que discute con alguien con la mentalidad y limitaciones intelectuales correspondientes de un niño mimado y ególatra de 12 años.

    Lo genial en este es que viniendo de una escuela que se pasa por los huevos el método científico le viene a decir que el marxismo es similar al tarot, le digo.

    Encima con lo del «pleno auge de la tecnología de la información que ha creado el capitalismo avanzado», el cual por desgracia, en realidad no fue así, sino que la Internet tuvo origen la inteligencia militar, no en el «capitalismo avanzado».

    Me recuerda a una discusión en un foro donde un erudito me fulminó diciendo: «si eres socialista: ¿Entonces por qué tienes computador?».

    Rupert me recuerda al dueño de este blog: http://elporquenosoyateo.blogspot.mx/

    Les advierto, son críticas racionales y contundentes contra el ateísmo, palabra de Dios.

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    Esteban

    25/11/2012 at 23:14

    • Compañero Esteban. A mi hacen recordar los documentales del Moody Bible Institute que pasaban en la tele a fines de los sesenta, en defensa de la cientificidad de la creación, el diluvio universal etc.
      Amén.

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      AP

      26/11/2012 at 20:04

  40. No pierda tiempo conmigo Esteban, mire que conozco muchas personas a las que el tarotismo le ha cambiado definitivamente la vida; tanto de un lado como de otro; ¡y para bien! El intento de traducción y desplazamiento que intenta en su última metáfora, no me atañe, aunque si creo que puede andar bien el siguiente soneto para su caso y, por que no, también para el grueso de los aquí participantes.

    Oh, éste es el animal que no existe.
    Ellos no lo sabían y con todo
    -sus andares, su porte, su cuello,
    hasta la luz de su mirar callado- lo amaron.

    Es verdad, no existía. Pero porque lo amaron llegó a ser
    un animal puro. Dejaban siempre espacio.
    Y en el espacio, claro y reservado,
    levantó levemente la cabeza y apenas necesitó

    existir. No lo alimentaban con grano,
    únicamente con la posibilidad de ser.
    Y ésta le dio tal fuerza al animal

    que de su frente salió un cuerno. Un solo cuerno.
    A una doncella se acercó él, blanco,
    y fue en el espejo de plata y en ella.

    Rainer María Rilke, Sonette an orpheus

    Como es probable que los ironistas y adláteres que frecuentan esta entrada probablemente den rienda suelta a una nueva ronda embates -principalmente por falta de comprensión del soneto y no por exceso de ella-, he de recordar que no deben olvidar que el profeta Carlos Marx gustaba de las obras de literatura para citar momentos de vida, como las de Dante y Shakespeare. La idea es aportar algo para ver si usted, mi estimado Mario, puede incorporar el motivo que lo ha llevado a escribir todo un blog completo, y aun así no haber captado lo esencialmente fenoménico de la operatividad científica.

    Espero que el Señor Astarita no tome esto como la intromisión de un dramaturgo a sus largas charlas historicistas, no es mi intención. Por cierto, es mi última intervención. SALUDOS!

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    Rupert

    26/11/2012 at 08:58

    • Que manera de ensuciar a Rilke. Saludos Ruperto la nulidad de su pensamiento solo ayuda a resaltar la belleza del soneto.

      Lamentablemente demasiado tardia su ultima intervención. La primera ya estuvo de más.

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      Gerardo Daniel

      26/11/2012 at 14:53

  41. Hostia, me habló, casi me desmayo: pensé por un momento que era un sueño.

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    Esteban

    26/11/2012 at 18:56

  42. Y se me fue lo que iba a preguntar.

    Entonces Rolando: ¿el decir que la historia se mueve por los fines que el hombre se propone es algún «tipo» de teleologismo?

    Según yo no.

    Algo que se me olvidó preguntarle en el artículo donde menciona al marxismo analítico, si podría definir bien las diferencias o discrepancias con éste; sé que trata de «limpiar» al marxismo de «ideología». ¿Qué diferencia al marxismo analítico del marxismo, digamos «clásico» -que me imagino es al que más se acerca usted-?

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    Esteban

    26/11/2012 at 19:09

    • Pienso que la explicación teleológica tiene aplicación para las acciones humanas, en la medida en que nos proponemos fines y actuamos según objetivos. Pero no tiene sentido hablar de una totalidad, o una historia, que se mueva según fines u objetivos. Precisamente el marxismo analítico hizo este cargo al marxismo. Fundamentalmente porque quiso extirpar a la dialéctica, a la cual identificó con un razonamiento teleológico. De acuerdo a los autores del marxismo analítico, el marxismo vendría a decir (dialéctica mediante) que las cosas suceden de determinada manera porque deben suceder a partir de una totalidad casi metafísica. Por ejemplo, por las necesidades del capital, sin explicitar los mecanismos por medio de los cuales las cosas suceden de esta manera. Pero la realidad es que Marx identifica esos mecanismos (por ejemplo, los que llevan al reemplazo del trabajo vivo por la máquina; a la centralización de capitales, etc.). No hay ningún principio metafísico en esto, los capitalistas actúan obedeciendo a una lógica de ganancia, etc.
      En mi opinión, lo principal del marxismo analítico fue el intento de reemplazar la dialéctica con el análisis formal, matemático (ver aquí para esta historia de intentos de marxismo sin dialéctica). El programa de investigación y desarrollo teórico del marxismo analítico, en mi opinión, terminó en un callejón. Desde el punto de vista de las herramientas de análisis del capitalismo, fue muy poco lo que aportó.

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      rolandoastarita

      26/11/2012 at 19:22

  43. «Primero hay que aclarar que cuando se habla de un concepto teleológico de la historia, el sentido del término “fin” es el del objetivo al que se tiende»
    Una pregunta, si se me permite: ¿No estaría Engels incurriendo en un teologismo al afirmar que el proletariado tiene una «misión histórica»?

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    Ukraine

    27/11/2012 at 23:11

  44. disculp ud, mi intención era decir «incurriendo en un teolologismo»

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    Ukraine

    27/11/2012 at 23:25

  45. teleologismo, última vez que me corrijo, gracias, sepa ud. disculpar

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    Ukraine

    27/11/2012 at 23:29

  46. Muy bueno. Mire esto @ http://nodulo.org/ec/2012/n126p02.htm

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    Jorge Hernández

    28/11/2012 at 05:50

  47. Comparto la siguiente cita de Engels: «…La historia, al igual que el conocimiento, no pueden encontrar jamás un remate definitivo en un estado ideal perfecto, son cosas que pueden existir en la imaginación, por el contrario: todos los estadio históricos que se suceden no son más que otras fases transitorias en el proceso infinito de desarrollo de la sociedad humana, desde lo inferior a lo superior. Todas las fases son necesarias, y por tanto, legitimas para la época y para las condiciones que las engendran; pero todas caducan y pierden su razón de ser, l surgir condiciones nuevas y superiores, que van madurando poco a poco en su propio seno, tiene que ceder el paso a otra fase más alta, a la que también llegará, en su día, la hora de caducar y perecer…» («Ludwig Feuerbacha el fin de la filosofía clásica alemana» Editorial Progreso pag 9).

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    dani

    28/11/2012 at 16:14

    • Imagino que los «doctores en ciencias sociales» que mencionaba el profesor en su artículo ni nadie que esté en sus cabales imagina que Marx y Engels indican un fin de la historia similar a un paraíso terrenal. El texto de Engels aclara que ellos no piensan eso, está claro.
      De lo que estamos hablando es de cierta finalidad que se le adjudica, por ejemplo, al proletariado, según Engels «Del socialismo útopico al socialismo científico» (última página) el proletariado tiene la «misión histórica» de hacer la «revolución proletaria», una misión, dicha sea de paso, de la que muchos de sus individuos no son conscientes, aunque igualmente es inexorable según las leyes históricas. Me parece que el «teleologismo histórico» del que se caracteriza al marxismo tiene que ver con esto.

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      ukraine

      01/12/2012 at 01:38

    • Vuelvo a aclararlo: el cargo de teleologismo tiene que ver con algún fin de la historia, no entendido como terminación, sino como objetivo final. Ya lo he explicado con relación a lo que sostienen los marxistas analíticos.
      Por otra parte, Marx y Engels jamás sostuvieron que la revolución la harían personas sin conciencia de estar haciendo la revolución. Lo que sí plantearon es que el proletariado debería tomar conciencia, inevitablemente, de la necesidad de hacer la revolución. Por esto sostuve en otros comentarios que esta idea sería pasible del cargo de «determinismo», de tipo mecánico. Lo cual es distinto del teleologismo.
      Además, tampoco el pasaje de Engels sobre que el proletariado tiene la misión histórica de acabar con la explotación, conlleva necesariamente una noción teleológica. Si se piensa que la clase obrera en algún momento tomará conciencia de que las relaciones sociales deben ser cambiadas, y que con esto acabará la explotación, puede hablarse de una misión histórica, entendida la expresión como un llamado a asumir ese programa y la acción consecuente. Siempre que se especifiquen los mecanismos por los cuales se postula que una clase social (una organización, un grupo de personas, etc.) puede asumir un objetivo, no estamos ante teleologismo entendido en el sentido en que se le ha hecho el cargo a Marx (esto es, que la historia tiene un fin oculto, como postulaba Hegel).

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      rolandoastarita

      01/12/2012 at 12:11

    • Gracias por su respuesta profesor, entiendo que «fin» está planteado como «objetivo final», es decir, el objetivo final es la sociedad sin clases, lo que de alguna manera, termina con el desarrolllo histórico (como lo conocemos hasta ahora), ya que según Marx la lucha de clases es el motor de la historia.
      Al mismo tiempo el fin está oculto para la conciencia de los proletarios.

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      ukraine

      28/12/2012 at 13:14

  48. Muy atinado y constructivo el punto de vista de Rolando Astarita, hay sin dudas una eseñanza en su particular mirada de Marx. También hay un aporte interesante en Rober y Rupert. Observando esos intercambios y posturas uno puede comprender con mayor precisión los dilemas a los que el ser humano se expone a medida que construye categorías analíticas para comprender su vida y sus acciones. No hay una verdad revelada ni verdadera, sino entornos cognitivos que vamos creando y nos van recreando. Un cordial saludo

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    Pablo

    29/11/2012 at 11:13

  49. hola, en ves de hablar con palabras marxistas o pelearse si marx era teleologico o no,
    ¿porque mejor no ponen ejemplos porfavor? de como las fuerzas productivas tiende hacia un desarrollo logico de la sociedad?

    seria para mi mucho mas pedagogico,

    gracias

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    paco

    12/12/2012 at 02:54

  50. Mmmmm Ese Rupert habria que juntarlo con Lacan o … con Rumpelstiltskin y por que no con los hermanos Grimm o con cualquier otro ser de la fantasia Germana ya que los duendes son asi «buscas» y de ahi la narracion «LAKATOS» Uuuuuuuuhhhh ess el fantasma que recorre Europa,la diatriba entre significado y significante,que le cuesta a «Rumpelstiltskin» entender y a la misma vez usarlo para engañar.
    Pero bueno Ud vio lo positivista son medio asi,finalmente Don Rolando no se caliente como novio en baile es lo que el duende quiere !!!!!!

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    maxwellsmar

    22/02/2013 at 00:37

  51. 1.- Usted comienza diciendo:
    «En la obra madura, tampoco encontramos apelación alguna a un “fin” de la historia. En El Capital, sostiene que el capitalismo va a colapsar por agudización de contradicciones objetivas, no porque haya algún fin histórico, o alguna meta, a la que deba llegarse».

    Y precisamente aquí, yo veo que hay dos vías o caminos por los que el Capitalismo se bifurca: la primera que tiende hacia un «fin» (teleo-logía) que no es otro que la superación del antagonismo de clases. Sí «superación, y disolución» de la dialéctica en una síntesis final: la propiedad pública de los medios de producción. Disolución de clases y disolución del ESTADO (ver interpretación de Lenin en El Estado y la Revolución). Por tanto, el objetivo final está claro: una sola clase y sin-Estado.

    La Segunda: la del capitalismo al margen de la producción (capitalismo de la financiación o gaseoso).Que el Capitalismo vaya a colapsar deibdo a la «agudización de contradicciones objetivas»….eso es el capitalismo del capital ficticio (qué mayor contradicción para la lógica marxista que esta naturaleza monstruosa del capital sin la mediación-de-la producción).

    Si las contradicciónes son «objetivas»….es que hay una realidad allí-afuera: afuera de dónde? de la conciencia subjetiva que es la conciencia humana de la Historia: la razón del marxismo. Si hay doble plano entre «lo objetivo» y «lo subjetivo» es que el marxismo está en el marco de concepción clásico pertenciente a la tradición metafísica.

    2.-Usted habla también de cierto teleologismo a nivel formal, cuando Marx explica el acto de toda «producción» vinculado al concepto de herramienta y sobre todo al ejemplo del arquitecto y la araña. Ahí, Marx muestra un logos claramente aristotélico e hilemórfico cuya razón de todo acto es la Forma.

    3.- El tercer aspecto que es interesante, es cuando usted comenta una y otra vez, que el «mecanicismo materialista» no tiene porque ser «teleológico». Esto es el núcleo del problema ontológico. Quiero decir, que bajo mi punto de vista, !y tanto que implica un teleologismo!. Todo materialismo mecanicista, es teleológico no porque sea materialista sino porque se sustenta sobre la concepción mecanicista del mundo (kosmos), y de la Historia. Si Hegel es podríamos decir que practica un «idealismo mecanicista», Marx practicará un «materialismo mecanicista». La Revolución industrial induce a ello: al mecanicismo, al logos de cualquier artefacto mecánico. Como la ciencia de Newton implica pensar en una «materia tonta» o «inercial». El materialismo, no es «materia-lista» sino «materia-tonta». Puesto que el concepto de materia, es heredado de la tradición metafísica, hasta tal extremo que desemboca en la materia cartesiana en tanto «res extensa» y «tonta» o «inerte». La materia por sí sola, no se impulsa sino que es impulsada, de ahí el concepto de «fuerza inercial» de la materia. Lo mismo sucede en el plano de la Historia, y específicamente de la Historia de la producción.

    4.- Por último, quisiera observar una cosa que parecerá ridícula. Ustedes presentan a Marx como un darwiniano convencido. Pero en contra de lo que sostiene aquí: que el darwinismo no es teleológico; yo diría que no es así. El darwinismo es mecanicista y teleológico. Que el fin no esté definido de antemano por un Creador con forma de persona (1ª persona de la trinidad o panto-crator) no implica descartar el runrún teleológico. La naturaleza como impulso sustituye a la persona divina. La voluntad de la natura, es Eros: impulso desde dentro de ella misma pero que tiende a un fin pre-establecido: la evolución de los mejor adaptados. En contra de este teleologismo, surigirá un nuevo paradigma a-teleológico, que ya no se sustenta en el darwinismo sino en la evolución fruto de «ciertos saltos» genéticos que situará a la genética-de-poblaciones como motor de la evolución. Este enfoque sí que enlaza con cierta teleonomía a-teleológica.

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    ERS

    08/03/2013 at 05:01

  52. Una rectificación esencial ……cuando escribí:
    El materialismo, no es “materia-lista” sino “materia-tonta”.
    debería haber escrito:
    El mecanicismo, no es «materia-lista» sino «materia-tonta». Queriendo reafirmar que todo mecanicismo implica pensar en la idea de la «materia» como «massa» como materia tonta, es decir como materia inerte que «cae por su propio peso» estando sujeta a fuerzas inerciales que la conducen allá donde estas quieran. La materia no se mueve por sí misma, bajo el enfoque mecanicista. Sino que «es-movida», de modo que el mecanicismo implica una noción de materia pasiva, no activa. Que es movida-por-otro, ese otro es una causa externa a ella misma. Luego hay algún principio que la hace mover….hacia un fin pre-determinado de antemano. Eso es teleologismo mecanicista y materialista.

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    ERS

    08/03/2013 at 05:31

  53. Creo que Rolando da en el clavo cuando afirma:

    Sostener que un determinado futuro está predeterminado en el presente no es sinónimo de explicación teleológica. Un enfoque tal puede ser criticado por determinista mecánico (habrá que ver), pero no por acudir a la mteleología. Las explicaciones teleológicas intentan explicar un fenómeno en términos de un objetivo o estadio final intrínseco que el fenómeno intenta alcanzar. En Hegel la historia utiliza la astucia de la razón para alcanzar determinados objetivos. Los que critican a Marx por teleología sostienen que Marx explicó la evolución histórica en términos del objetivo final a alcanzar, el socialismo. Esto no es lo mismo que decir que un estadio posterior se explica por la evolución anterior. La “sendero dependencia” está ampliamente aceptada en ciencias sociales, y no tiene por qué verse en esto una concepción teleológica.

    Ahora bien, creo que la predeterminación del futuro sí es afirmada por Marx, y choca con lo que Rolando afirma en la continuación de este artículo:

    Para terminar esta nota, quiero adelantar dos conclusiones de tipo político. La primera, es que, de acuerdo a la concepción materialista, no existe ninguna “garantía” de que la historia marche, de alguna manera ineluctable, hacia el socialismo, por fuera o por encima de las acciones que los seres humanos -más específicamente, los explotados y oprimidos- estén dispuestos a encarar. Una idea que también estuvo presente en Trotsky. Lo relevante de esto es que contiene un llamado a la acción. Ninguna “ley histórica” operará en reemplazo de las masas explotadas y oprimidas. La liberación, en última instancia, solo será obra de los trabajadores mismos, como rezaba el lema de la Primera Internacional.

    (Ver mi comentario respecto a que para la crítica que aquí se hace al fatalismo, es indiferente si se viene de una teleología o de un predeterminismo a secas: https://rolandoastarita.wordpress.com/2013/02/19/ampliacion-sobre-marx-y-el-teleologismo-historico/#comment-7216)

    Me duele poner en jaque esta última afirmación, porque entiendo y aprecio el espíritu que la anima, pero creo que es un error. Sin embargo, considero que se le puede dar una vuelta de tuerca al asunto y llegar a la misma conclusión. Sería algo así: no necesariamente de la idea de una «razón histórica» totalista deba desembocarse en un totalitarismo, ya que afirmar la existencia de una “razón histórica” (o “ley histórica” si se quita la teleología) no implica poder conocerla, y conocerla no implica representarla. Estoy de acuerdo con Rolo en que de cualquier manera esta forma de ver la historia como Historia, ayuda bastante a la entronización de estos regímenes, pero siempre si se olvida esto último.

    Ahora bien, tal vez sea esta visión “historicista” (uso el término en el sentido que le da Popper) tiende a tener consecuencias funestas, pero la cuestión no es probar que es falsa por sus consecuencias. Y tampoco basta con citar ciertas frases de Marx para refutarla, ya que lo que hay que hacer es probar que no se deduce la misma de su obra tomada como un todo sistémico (y, a mi juicio, sí se deduce de la misma, por no hablar de varias citas impactantes al respecto que refuerzan este hecho). En ese sentido, la obra de Marx nos habla de una pretederminación del futuro que, en cuanto a sus consecuencias totalitarias, no se diferencia gran cosa de las implicancias políticas de la visión teleológica. Y esas implicancias las describe el mismo Rolando en términos políticos que suenan al oído casi popperianos:

    La segunda conclusión es que la tesis materialista de la historia -“a lo Marx”, para ser más preciso- pone en primer plano una concepción humanista del programa socialista. La misma advierte sobre el peligro de racionalizar y justificar la entronización de regímenes burocráticos que terminan en la barbarie (pensemos en el stalinismo en la URSS, los Khmers rojos en Camboya, hoy Corea del Norte) en nombre de alguna “razón histórica” a la que debiera subordinarse la vida práctica -sus anhelos, sentimientos, expectativas, expresiones culturales, etc.- de millones de seres humanos. Una idea que vuelve a interpelar a los explotados, a la necesidad de que ellos mismos cambien el mundo.

    O sea: me parece que está claro que el problema se da igual, se trate la obra de Marx de un teleologismo colectivo o de un determinismo colectivo, y que la única solución dentro de -y sin salir de- este esquema orgánico y holista, sería afirmar que la acción de los individuos es producto de una determinación y a través de la cual la historia se desarrolla. De esta manera, podría plantearse así: “el mismo totalitarismo en nombre del socialismo fue un desarrollo necesario cuya forma ideológica necesaria fue la creencia en que la acción colectiva requiere un pensamiento colectivo impuesto a los individuos. La historia necesitaba desarrollarse de esa forma, y eso se hizo posible mediante la creencia de que esa forma era la propia del socialismo. Ahora la historia necesita desarrollarse de otra forma, y eso se hace posible en el mismo momento en que dejamos de creer que esa forma es la propia del socialismo.” O sea, algo así como el calvinismo: se vive como libre elección desde el sujeto (y no hay forma de que así sea), pero la propia voluntad es en realidad una determinación. Por tanto no tiene sentido un partido político que afirme que él mismo encarna el debido rumbo de la historia, ya que incluso si lo fuera, y todo disidente que no se sometiera a su disciplina fuera un reaccionario, tales resistencias reaccionarias al partido serían a su vez encarnación necesaria de una necesidad histórica. Por ende no tengo forma de probar que dicho mesianismo partidario, a pesar de su unidad, es prueba suficiente de que el futuro histórico es el que éste me dice, y sus triunfos probarían a lo sumo que debía triunfar, no la verdad de la ideología que posibilitó su triunfo, y por tanto no que la historia perpetuará su provisorio triunfo.

    Y, continuando con esta medio compleja reflexión (pero que no es nada gratuita desde que el mismo Astarita ha comprendido como corolarios el fatalismo histórico, el elitismo autocrático, el totalitarismo y la burocratización, y ha señalado la relevancia causal de la política y la ideología sobre el fenómeno) si el partido revolucionario aseverara que el disidente respecto al rumbo histórico es el que se sale de la Historia, entonces significaría afirmar que la reacción es libre y el progresismo está determinado. Y hacer eso es un suicidio, ya que tranquilamente se podría afirmar lo contrario. De hecho, en parte esto último hacen los marxistas fuera del poder, Rolando incluido: afirman que los regímenes burocráticos son prácticamente una especie de accidente histórico en el rumbo al socialismo provocado por razones diversas y posibilitado por un teleologismo histórico, idea cuyo desarrollo no está explicado epifenoménicamente sino que es analizado en sus mecanismos internos (y Rolo, al hacer esto en estos dos posteos, es bastante weberiano).
    Más allá de los problemas que esto implica al modelo marxiano, la cuestión clave es que así como el argumento se puede deformar para un lado, también puede torcerse para el otro. Rolando tiene a su favor que Marx nos prometió un futuro libertario (cabría preguntarle a Marx: ¿por qué? Ya que no se aclara salvo pateando la cuestión hacia adelante, como demuestra Kelsen). Ahora bien, los marxistas-leninistas y demás ortodoxos pueden afirmar que, por eso mismo, si no se quiere terminar pensando como Bakunin, lo que parece totalitario en realidad debe ser libertario (o que la coerción es un medio necesario para la liberación; en pocas palabras: que un buen fin no tiene por qué realizarse a través de buenos medios; esa época donde las personas individuales importen, ya llegará en la etapa superior). Y entonces buscan un fundamento para su realpolitik de revolucionario profesional, y lo encuentran: la expresión de una voluntad unificada no requiere millones de individuos con capacidad de disentir, sino por el contrario una elite que represente la conciencia revolucionaria de la clase-para-sí y la infunda coercitivamente sobre la clase-en-sí que sin una unidad impuesta tienda a tener una “conciencia falsa” aburguesada, como decía Guevara:

    El grupo de vanguardia (los conductores del proceso de ideologización) es ideológicamente más avanzado que la masa; esta conoce los valores nuevos, pero insuficientemente. Mientras en los primeros se produce un cambio cualitativo que le permite ir al sacrificio en su función de avanzada, los segundos solo ven a medias y deben ser sometidos a estímulos y presiones de cierta intensidad; es la dictadura del proletariado ejerciéndose no solo sobre la clase derrotada, sino también individualmente, sobre la clase vencedora.

    Volviendo a lo anterior: no sólo se podría afirmar lo contrario (esto es: que la Historia va en el sentido del partido revolucionario y la reacción es libre pero no tiene futuro), sino que la Historia sólo puede ir en un sentido, pero que todos son libres de hacer lo que quieren y fracasar (partidos y masas). Ahora bien, aun de eso se podrían aprovechar: la Historia, en este modelo teórico, no estaría representada por el partido, pero siendo que la Historia va en una dirección necesaria, el partido puede argumentar que siendo que la historia sólo puede cambiar en una dirección entonces tiene poca importancia quién lo haga ni cómo, y puesto que la verdadera libertad se encuentra al final del camino, la libertad de oponerse a la dirección del partido no tiene sentido, ya que, de acuerdo al marxismo, no hay una futura clase dominante en el futuro socialista, y por ende, entonces, viniendo la opresión sólo de las clases, cualquier cosa nueva que no sea capitalismo será liberador. Siguiendo el razonamiento (y es este, de hecho, el razonamiento que hacen) ¿qué es más probable? –nos han dicho tantas veces– ¿que la revolución política que instaura el socialismo devenga de “la vida práctica -sus anhelos, sentimientos, expectativas, expresiones culturales, etc.- de millones de seres humanos”? ¿o que devenga de una vanguardia inescrupulosa cuya única opresión para el proletariado sólo serían los muertos de sus oponentes obreros en el camino de la aventura revolucionaria?
    En este razonamiento, la unidad de los revolucionarios que en mayor grado hagan cambios contra el capitalismo, será la expresión del fin emancipador al que deben subordinarse todas las cosas (libertades incluidas). ¿Qué queda a los marxistas más humanistas como Rolando, e incluso qué queda a los partidos rivales que se disputen esta carrera totalitaria por la Revolución? Acusar al partido totalitario triunfante de no imponer el socialismo, e incluso de imponer un “nuevo capitalismo”. Rolando no hace lo último, y creo que explica correctamente por qué no tiene sentido hablar de “capitalismo de Estado” (de hecho Marx coincidía con Rolando en los Grundrisse, y creo que con razón). Pero Rolo sí hace lo primero, y en el acto se mete, a mi parecer, en un berenjenal: ¿qué es ese nuevo orden social opresivo que es capaz de exterminar con mayor facilidad toda resistencia, obrera incluida? ¿y cómo encaja en la teoría marxiana de las clases?
    Pero bueno, ahora sí me estoy yendo de tema, aunque no tanto, puesto que todos estos problemas (y otros muchos que ahora no me vienen a la mente) son inseparables de la idea de una ley histórica por la cual del capitalismo pasamos al socialismo. O sea, está en el corazón del marxismo, y ya sería hora de que alguien le intente al menos una cirugía.

    Ahora bien, demos otro paso atrás: el determinismo no tiene por qué ser holista (darse en grupos sociales como totalidades orgánicas) y por ende tampoco tiene que ser ontogenético. Pero esto último, a mi entender, es ya salirse de Marx y del marxismo. Desarrollo este punto acá: https://rolandoastarita.wordpress.com/2011/05/25/argumento-sencillo-sobre-la-explotacion/#comment-7219. Como se verá, a mi parecer Darwin no es teleológico (en esto disiento con ERS), pero precisamente Marx no es darwinista en lo más mínimo, y si bien no es exactamente teleológico, como ya repetí varias veces, tampoco deja de defender un predeterminismo holista. En esto coincido, quién diría, con el “compañero” Vico, y no puedo más que criticar el relato explicativo de AP, por lo demás más que sospechoso de fraudulento, sobre la esposa religiosa castradora de Charles (siendo que éste era agnóstico), que por otra parte incluso si fuera cierto poca importancia tendría. Además, si de citas se trata, basta con leer con qué autor Darwin más se identificaba en la teoría social: Malthus; y con qué autor Marx llegó a identificarse más en la biología: Trémaux. Como si algo faltara, nos dan las razones para dichas identificaciones, y son bastante esclarecedoras.

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    Pablo

    08/03/2013 at 16:36

  54. Otra fe de erratas: donde puse «(y no hay forma de que así sea)» va «(y no hay forma que así no sea)». Debe haber más accidentes por ahí, pero bueno, ahora sí: debo irme. Saludos a todos.

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    Pablo

    08/03/2013 at 16:45

  55. Buenas profesor.

    ¿Conoce el libro «Una epistemología para el marxismo»? Si es así me gustaría saber cuál es su opinión sobre él.

    Gracias de antemano.

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    baxo

    30/10/2013 at 20:04

  56. ¿Podemos entonces decir que la crítica teleológica de la historia se puede aplicar al sistema cerrado del marxismo-leninismo?

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    André Le Néant

    01/11/2013 at 08:13

    • Pienso que en algunas versiones del tipo manuales soviéticos de «materialismo histórico», se pueden encontrar enfoques tributarios del teleologismo histórico. No tengo presente que esté en escritos de Lenin.

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      rolandoastarita

      01/11/2013 at 08:34


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