Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

«Aquí está Rodas, salta aquí»

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A raíz de algún comentario que recibí, quiero precisar el objetivo y el problema que planteé en la nota anterior, a fin de que no nos vayamos por las ramas. Básicamente, en la nota intento reivindicar el método materialista, aplicado a dilucidar un problema referido al pasado reciente de Argentina. Pongo las cosas de la forma más clara y precisa posible, para que no se responda con evasivas:

Primera cuestión, es necesario comprender y explicar la historia para comprender y explicar el presente. Por eso, no es un asunto menor que entre la intelectualidad K no se ponga a debate cómo y por qué el “movimiento nacional y popular” hizo lo que hizo en los 90.

Segunda cuestión, debemos tener en cuenta los hechos y datos (no es posible construir realidades en base a “relatos” u ocultamientos). Es una realidad lo que hicieron los K, ex montos, ex militantes de la JP, etc.

Tercero, aparece entonces el problema de caracterizar qué representaron las políticas de los 90, y por qué fueron aplicadas por el “movimiento nacional y popular”. Si se afirma que esas políticas solo beneficiaban a “los grupos concentrados”, y si se afirma que el “movimiento nacional y popular” no es la expresión política de los “grupos concentrados”, hay que explicar por qué “el movimiento nacional y popular” aplicó esas políticas. Este es el problema con que se enfrenta Basualdo.

Una respuesta posible hubiera sido “no sabían lo que hacían”. Parece imposible, pero podría haber sido una respuesta. Otra es la que da Basualdo: lo hicieron porque los grupos compraron a los líderes populares y nacionales con coimas y altos salarios. Aquí es donde un enfoque materialista enciende una luz de alerta: por los motivos que explico en la nota, la explicación “fueron las coimas” se cae a pedazos. Entre otras razones, porque si sirve para explicar políticas sistemáticas a lo largo de 30 años, sirve para toda experiencia histórica. Pero en ese caso la historia se convierte en una saga de chismes y anécdotas. Mi explicación entonces es: el neoliberalismo expresó necesidades del conjunto del capital (que se particularizaban en cada país); el PJ (con los K, ex montos, etc,) instrumentó esas políticas porque se trata de una de las expresiones políticas del capital.

Ahora bien, supongamos que mi respuesta es rechazada. ¿Cuál es la alternativa? ¿Acaso la explicación “fueron las coimas y retornos”? ¿Defiende la intelectualidad kirchnerista esta explicación? ¿Sí o no? Si no la defiende, ¿por qué no critican abiertamente la explicación de Basualdo? Después de todo circula desde hace años, ha sido reeditada en 2011, por una editorial en cuyo consejo están Enrique Arceo y Axel Kicillof, entre otros. Mucha gente lee la explicación de Basualdo, puesta en un texto que goza de la más alta estima en las ciencias sociales argentinas. Más aún, esa explicación está diciendo que muchos de los más altos funcionarios del gobierno actual, incluyendo la presidenta, fueron unos coimeros en los 90. ¿No tienen nada que decir sobre semejante afirmación? Por otra parte, no es menor el hecho de que guarden silencio sobre este asunto personajes que, además de ser destacados intelectuales, son hoy altos funcionarios.

Por último, pregunto, si la explicación “de clase” no sirve; si la explicación “fueron las coimas” no sirve; y si tampoco sirve la explicación “no sabían lo que hacían”, ¿cuál es la respuesta al interrogante planteado por Basualdo? Si se precian de ser rigurosos científicos sociales, y si consideran que el método del materialismo no sirve, ¿qué alternativa ofrecen? ¿Cómo explican lo que hicieron los K, los ex montos, los ex militantes de la «gloriosa JP de los 70», bajo el menemismo y el gobierno de la Alianza? “Aquí está Rodas, salta aquí”.

Written by rolandoastarita

20/09/2012 a 09:35

Publicado en General

119 respuestas

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  1. Rolando, las explicaciones de incentivos individuales, ya sean por coimas u otra cosa son típicas de la freakeconomics y no merecen mi atención, mucho menos mi defensa. No se puede saltar allí, donde vos te ubicas porque no comparto la crítica del discurso recortado. Es un argumento que vos incluso estas proponiendo como inválido. Me explico ¿Es posible negar las coimas? No, claro que no. ¿Es central, esencial e imprescindible para el análisis social? en absoluto. Es central en el discurso de Basualdo la hipótesis del transformismo, ahí es donde difiero. Yo creo que no, aunque puede ser importante, no es central y de hecho, quitarla del medio me acercaría más a tu posición. Como la explicación del transformismo – te creo – no aporta elementos esenciales, mi consulta fue hacia las posibilidades del materialismo histórico de dar una explicación de un proceso específico además de proveerle un marco general. Sin negar su utilidad, quiero exprimirlo más y la verdad que me cuesta encontrar cómo. Si a toda acción desde el Estado respondo que “La acción del estado incidió directamente en las relaciones de producción; fue poder de clase concentrado. Es que no hay poder político sin poder de clase, y no hay poder de clase sin la base de la propiedad privada”, entonces no estoy encontrando a Rodas, tampoco ahora, con suerte me acerco a Europa. No rechazo el camino pero me falta.
    Saludos

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    Mariano

    20/09/2012 at 15:03

    • Me parece miope considerar la comprensión marxista del giro neoliberal del peronismo (y de otras expresiones políticas «populares» de la burguesía, como la socialdemocracia, etc.) solamente como un marco general, abstracto, que no daría cuenta de los fenómenos y los procesos concretos, particulares, históricamente diferenciados.
      Las leyes del capital son generales -por eso son leyes- pero no son abstractas. En su desenvolvimiento, tan necesario como concreto, estas leyes asumen expresiones diferenciadas: Si bien las mismas leyes generales del capital enmarcaron tanto al estado de bienestar (con su correlato ideológico keynesiano-populista) como al desmantelamiento del estado de bienestar (con su correlato ideológico neoliberal, etc.), en la medida en que dichas leyes generales rigen los cambios, explican las alzas y las bajas en la tasa de beneficio, explican que las épocas de estabilidad sean sucedidas (necesariamente) por otras de estancamiento y, en esa misma línea, también explican mejor que nadie los correlativos giros ideológicos protagonizados por las expresiones políticas defensoras del orden capitalista.
      Lo dicho no implica desconocer la existencia de factores mediadores (las peculiaridades psicológicas o morales, las peculiaridades propias de una u otra cultura política, etc.) pero, como queda dicho, estos factores sólo median -de un modo relativamente azaroso- entre las causas más generales (económicas) -que, insisto, son causas concretas y no meros marcos abstractos- y los efectos (políticos, ideológicos, morales) en que dichas causas se difractan.

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      Vico

      20/09/2012 at 16:20

    • Un problema serio en las ciencias sociales es intentar disolver con palabrerío los problemas que no se pueden responder. A ver si nos entendemos: Basualdo dice que los representantes elegidos por el pueblo, durante tres décadas, aplicaron políticas neoliberales porque estuvieron sometidos al proceso del «transformismo», y que el factor decisivo fueron las mordidas (coimas) y altos salarios. Esto no se puede disolver diciendo «el argumento está recortado». Yo doy una respuesta basada en las leyes de la acumulación del capital, que explicó Marx (ver las respuestas del capital a las crisis). El estado actuó directa y abiertamente en este sentido. Como lo hizo en el resto del mundo. Claro que esto implica reconocer el rol de la tasa de ganancia en la acumulación, y las formas en que el capital intenta recuperar la tasa de ganancia. No puedo repetir todo esto, que lo he explicado en otros textos. De todas maneras, lo que señalo es que la intelectualidad pro K izquierdista está esquivando el problema de cómo se explica lo que hicieron los líderes del movimiento «nacional y popular» en los 90. Yo he presentado una alternativa, ¿qué tienen para decir los K-izquierdistas, que no sean las coimas? ¿O lo quieren arreglar mirando para otro lado? La realidad es que no pueden ocultar el sol con la mano.

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      rolandoastarita

      20/09/2012 at 20:43

    • Disculpame,, pero el tema del retorno y las coimas es central en la explicación de la cooptación de los «partidos populares» que despliega Basualdo en su escrito sobre el transformismo argentino en la épca de la valorización financiera. Argumentá más a fondo y con citas porque no sería tan importante, porque el mismo Basualdo le dedica bastante espacio y centralidad en ese escrito.

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      Carlos

      21/09/2012 at 00:28

    • Tratemos de mantener la claridad del debate. Basualdo sostiene que las coimas explican por qué, durante 30 años, los partidos elegidos por el voto popular para ejercer el gobierno, aplicaron políticas favorables a los grupos económicos. Dado que, en su opinión, esos partidos no representaban los intereses de los grupos económicos dominantes, su actitud se explica porque recibieron coimas. Esto es, el PJ en los 90, o la Alianza después, para poner un ejemplo, conformó una banda de coimeros.
      Mi argumento es que estas políticas no se explican por coimas (lo cual no niega que existieron, como siguen existiendo ahora). Las razones de por qué una política estatal, desarrollada a través de años, no se explica por coimas, las presento en la nota.
      Vuelvo ahora al argumento de Basualdo: está diciendo que los más altos funcionarios del actual gobierno, empezando por la presidenta, integraron una banda de coimeros en los años 90. Pregunto entonces: ¿qué dicen al respecto los intelectuales K? ¿Están de acuerdo? ¿Tienen otra explicación para lo que hizo el PJ en los 90? Me interesaría conocer la opinión de esta gente, amantes de la verdad y del saber científico, muchos de los cuales ahora tienen poder, mucho poder. ¿Deben ese poder a la banda de ex coimeros de los 90?

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      rolandoastarita

      21/09/2012 at 20:02

    • Debemos reconocer en el marxismo Revolucionario de los 70 a una corriente tributaria importante del actual Kirchnerismo.-entiéndase en sus objetivos últimos no en los medios de acceder a ellos- como marxistas debemos no solo sentir orgullo por ello sino apoyar en forma critica, todos aquellos logros obtenidos que a no dudarlo si el líder peronista que sucedió a Duhalde hubiera sido un peronista de la derecha tanto la neoliberal menemismo residual o como la fascista folklorica donde se incluyen Duhalde, Barrionuevo, el Moyano convertido, toda la burocracia sindical supérstite de las envestidas del sindicalismo popular y contestatario de los 70, burocracia sindical que se afianzo como casta durante el gobierno militar señalando y entregando compañeros combativos primero, disfrutando de los negocios, negociando con las patronales para beneficio propio y NO del de sus representados, después; el epitome es Armando Cavalieri el burocrata de empleados de comercio, quien esto escribe no recuerda un solo paro fomentado por este señor que si tiene o tubo un Parque temático llamado “Tierra Santa” logrado con la acumulación primitiva obtenida por oficiar de dique ante la presión de las bases descontentas.
      Debemos reconocer en el modelo K ciertos logros predicados por las corrientes marxistas.
      *Sus fines, sus objetivos: una sociedad con mayor equidad social a sabiendas que esto implica lucha y oposición con los grupos de poder.
      *Su repudio tenaz a la reconciliación con los integrantes de las FFAA que diezmaron, asesinaron y torturaron para afianzar un régimen político que asalto el poder por las armas con el fin de imponer un régimen Neoliberal diseñado en USA e implementado por los agentes internos.
      *Su intención genuina de ejercer el poder sin conciliar con los Grandes Grupos Capitalistas y Propietarios Agrícolas, develando y poniendo en evidencia el gran poder autónomo adquirido por Los Multimedios: CLARIN y NACION y todos sus satélites comunicacionales, el Kirchnerismo no solo los combate con mayor o menor suerte sino que nos revela la génesis de los mismos y su complicidad con la Dictadura Militar.
      La reacción de los multimedios ante lo que consideran desobediencia recalcitrante y contestataria es atacar virulentamente al gobierno, y ponerse a la cabeza de la oposición política desarticulada, dispersa, como factor aglutinante, ante la falta de inserción popular y descrédito de la misma.

      T
      odos estos logros y actitudes con esta cosmovisión socio-política y cultural de confrontación y lucha pocas veces la he visto en los Gobiernos Peronistas con excepción del primer Gobierno de Perón. No la he visto en la formula Luder-Iglesias del 83 ni en la oposición Justicialista a Raúl Alfonsín, un capitulo extenso requiere la entrega absoluta del Peronismo claudicante y desvergonzado de Carlos Menem a las multinacionales y al llamado consenso de Washington -que no es otra cosa que la planificación regional que la CIA diseña para America Latina-con privatizaciones de empresas estatales, ignominiosas una de ellas ejecutada 15 días antes de dejar el mandato. La década de Menem ha sido una rémora. De cuya responsabilidad no esta exenta la mayoría del Partido Justicialista su cúpula y mandos medios y hasta figuras históricas prestaron conformidad y aquiescencia a lo actuado con honrosas excepciones:
      Grupo de los ocho, y la oposición en muchos proyectos de la Senadora Cristina Fernández de Kirchner que ya en los noventa hacia ver su oposición al proyecto Neoliberal menemista.
      En este punto creo coincidir con Rolando el autor del Blog; la década de los 90 con la absoluta mayoría peronista entregada ante el neoliberalismo propuesto por la política norteamericana, es una afrenta, un claudicación muy grave, sin embargo no nos debe asombrar sabemos desde los 70 que el seno del peronismo alberga una corriente fascista que aliada a los militares y fuerzas policiales abrió las puertas al ejercito para que ocurriera la represión mas salvaje contra las fuerzas populares en la Argentina del siglo XX, el mismo Perón prohijó a las AAA y tomo partido a favor de la represión del ala Izquierda del peronismo y por supuesto de todas las corrientes marxistas revolucionarias, que cuestionaran el modelo corporativo: ejercito represor; sindicatos sumisos y capitalismo integrado, como remate de esta superestructura partido popular transformado en conservador y cúpula clerical integrista, pero me parece importante como marxistas que valoremos ciertos logros del modelo K y mas aun que pongamos sobre aviso ante una escalada reaccionaria ante un posible cuatrienio negro, ante una victoria en las urnas de los Neoliberales (Macri, Massa, De Narvaes etc) aliados con el Duhaldismo (fuerzas policiales y servicio penitenciario incluido) mas el Sindicalismo fascista Barrionuevo, Moyano y figuras no tan conocidas Noe Ruiz incluida. Mas los Grupos de medios Clarín y Nación cuya predica fogoneada y financiada por la CIA, recurre a cualquier energúmeno mentiroso lo pone al aire las 24hs del dia en los canales de TV y ahora veo que utilizan Yahoo y una pagina llamada Artemisa para posicionar en la WEB todos sus contenidos para sembrar inexactitudes que horaden la credibilidad de los televidentes con vistas a una conspiración que culmine en un golpe insurreccional.
      También debemos reconocer como marxistas una diferencia de los protagonistas sociales del cambio-social y politico- ocurrido, la clase obrera industrial sindicalizada no podemos considerarla como el sujeto de cambio actual, no fue esta clase la que lidero los cambios notables y palpables por el contrario el movimiento obrero esta sujetado por bridas que manejan en la mayorías de los casos burócratas sindicales adscriptos a concepciones neoliberales o corporativo fascistas, el modelo Kirchnerista no se afirmo con el apoyo sindicalista de la CGT sino a pesar de el; la actual posición de Moyano da cuenta de ello
      La elección de Rolando para finiquitar su entrada me parece muy acertada se halla en la fabula de Esopo donde un atleta en Atenas ante contertulios se ufanaba de haber dado un salto gigantesco en la ciudad de Rodas, uno de los parroquianos lo interrumpe y le dice «Hic Rhodus Hic salta» aquí es Rodas salta aquí, el compañero Marx la utiliza este giro en el Capitulo V del Capital, para auto imponerse demostrar en los capítulos siguientes como en la circulación de mercancías se produce en apariencia la génesis de la plusvalia. Una vez mas «Hic Rhodus Hic salta»

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    • Ampliacion de l primer párrafo del comentario anterior

      Debemos reconocer en el marxismo Revolucionario de los 70 a una corriente tributaria importante del actual Kirchnerismo.-entiéndase en sus objetivos últimos no en los medios de acceder a ellos- como marxistas debemos no solo sentir orgullo por ello sino apoyar en forma critica, todos aquellos logros obtenidos que a no dudarlo si el líder peronista que sucedió a Duhalde hubiera sido un peronista de la derecha tanto la neoliberal menemismo residual o como la fascista folklorica donde se incluyen Duhalde, Barrionuevo, el Moyano convertido, toda la burocracia sindical supérstite de de las envestidas del sindicalismo popular y contestatario de los 70, burocracia sindical que se afianzó como casta durante el gobierno militar señalando y entregando compañeros combativos primero, luego en la era democrática o de la “democracia cautiva”, disfrutando de los negocios, negociando con las patronales para beneficio propio y NO del de sus representados; el epitome es Armando Cavalieri el burocrata de empleados de comercio, quien esto escribe no recuerda un solo paro fomentado por este señor que si tiene o tubo un Parque temático llamado “Tierra Santa” logrado con la acumulación primitiva obtenida por oficiar de dique ante la presión de las bases descontentas. Si toda esta laya de bandidos digo, hubieran sido quienes se apropiaran del poder en aquel entonces otra seria la derivación y los lineamientos del país tal vez nos pareceríamos mas al Chile de Piñera o a la Colombia de Uribe o de Santos, y que yo sepa ningún grupo o partido Marxista llámese: Partido Obrero, MST (en sus múltiples subdivisiones consecutivas) Auto Determinación y Libertad (con rencillas internas de índole económica que nada tienen que envidiar a las peleas individualistas de los menemistas) PComunista Argentino, PTS o los Movimientos Piqueteros ninguno de ellos ni todos juntos hubieran generado un polo opositor de Izquierda con posibilidades reales de conducir a las masas a una genuina conspiración con miras a la toma del poder, fue la VOLUNTAD de un matrimonio idealista lo que genero el cambio, idealista pero con habilidad política para convertir al amasijo del Partido Justicialista un reservorio de corruptos tanto neo liberales como fascistas convertir digo a eso en un muelle para generar un poder popular desde 23% de apoyo popular a lo que es hoy este frente que vive disputándole el poder palmo a palmo, desde hace 10 años a los monopolios informativos de los que se vale la CIA para voltear gobiernos en Suramerica.
      Una diferente configuración de la superestructura también hubiera derivado en consecuencias para la gente de carne y hueso que representa las categorías sociales y económicas que aquí manejamos como eso, conceptos y categorías abstractas que a la hora de formularlas a veces no tomamos conciencia que representan también a personas.
      Debemos reconocer en el modelo K ciertos logros predicados por las corrientes marxistas.
      *Sus fines, sus objetivos: una sociedad con mayor equidad social a sabiendas que esto implica lucha y oposición con los grupos de poder.
      *Su repudio tenaz a la reconciliación con los integrantes de las FFAA que diezmaron, asesinaron y torturaron para afianzar un régimen político que asalto el poder por las armas con el fin de imponer un régimen Neoliberal diseñado en USA e implementado por los agentes internos.
      *Su intención genuina de ejercer el poder sin conciliar con los Grandes Grupos Capitalistas y Propietarios Agrícolas, develando y poniendo en evidencia el gran poder autónomo adquirido por Los Multimedios: CLARIN y NACION y todos sus satélites comunicacionales, el Kirchnerismo no solo los combate con mayor o menor suerte sino que nos revela la génesis de los mismos y su complicidad con la Dictadura Militar.
      La reacción de los multimedios ante lo que consideran desobediencia recalcitrante y contestataria es atacar virulentamente al gobierno, y ponerse a la cabeza de la oposición política desarticulada, dispersa, como factor aglutinante, ante la falta de inserción popular y descrédito de la misma.
      Una vez mas «Hic Rhodus Hic salta»

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  2. Estimado Rolando: me inquieta la forma que le da a su pregunta.
    En principio, opino que el materialismo sirve, pero no solo; debe ser complementado por otras dimensiones. La explicación en este caso no pasa por la economía, que determina la existencia de las clases, sino por la política. O sea, hace falta tener una explicación de cómo o a través de qué la determinación económica produce o se traduce en las conductas de los actores, o los sujetos visibles; mejor aún, cómo produce los sujetos políticos, que no son simplemente clases, que como vemos, van cambiando y transformandose, a veces velozmente, aunque no lo haga tanto la estructura económica.
    Sobre esto Gramsci tiene algo que decir.
    De otro modo, nos ahondamos en un poco productivo análisis de clases, subclases y fracciones de clases, al que el propio Basualdo ha recurrido en otras épocas, antes de resolverlo por la vía de simplificaciones que lo explican más a él mismo, como participante de una trama política, que lo que contribuyen a fortalecer el conocimiento científico de la sociedad capitalista, que se supone que perseguía.
    Creo que en los 90 no fue el “movimiento nacional y popular” el que llevó adelante las políticas mencionadas, y no fueron las coimas las que hicieron que sus anteriores -o futuros- dirigentes las avalaran. Porque, como expresión del plano político, este movimiento no existió permanentemente, ni es inmutable, ni está esencialmente constituido como reflejo de alguna esencia de clase, sino que es resultado tanto de luchas materiales como de luchas por la imposición de significados, o de explicaciones, o de razones por las que sucede lo que sucede en la realidad, y que llevan a que personas de carne y hueso crean o no en estas, se identifiquen con una causa o una pertenencia y se conciban a sí mismas como un sujeto político o parte de un sujeto, junto con otros, asumiendo como propio un interés y uniendose a acciones que creen que son las que persiguen ese interés. Por caso, el del movimiento nacional y popular.
    Sí: el movimiento popular puede existir hoy o haber existido en los 60 o 70, pero puede haber sido desintegrado como tal en otros períodos, aunque partes, sellos, restos o figurones otrora pertenecientes al mismo continuaran actuando en la política.
    Dicho más simple, el movimiento nacional y popular, que no es -como nada en el plano político- propiedad o reflejo directo de una clase económica, sino más bien herramienta con la cual los miembros de esa clase deciden luchar, o más aún, creen que los representa o que está constituida por ellos en un momento de la historia, puede ser derrotado, puede dejar de representar un interés o de ser la expresión política de clases o partes o fracciones de clases, que en un tiempo se identificaran en él como un mismo sujeto. Al punto de ser indigno de ser identificado con ese nombre, o al punto de ser vaciado y/o resignificado desde cualquier otro interés.
    Lo que, humildemente, considero que sucede en las últimas décadas es una fuerte autonomización de la esfera política de las determinaciones económicas o de la representación de los distintos intereses económicos de los actores según el lugar que ocupan en las relaciones de producción. Pero eso no hace que todos quienes pudieron enrolarse en las filas de ese «movimiento nacional» que creían constituido por «el pueblo» se retraigan o dejen de usar esa identidad para hacer política, y seguir batiendo el parche. Lo que sí sucede es que las mayorías explotadas están ausentes de las expresiones políticas existentes, y del «movimiento» en particular, por más que se las interpele continuamente desde algunas de estas. Y en consecuencia, la esfera política, aunque algunos pretendan que no es así, está imposibilitada por el momento de incidir sobre, o siquiera cuestionar, esas relaciones económicas.
    Lo que no significa que quienes se dedican a la política por ambición o ansias de poder, y no por representar un interés de clase específico, vayan por eso a dejar de usar el arsenal discursivo del movimiento popular o cualquiera otra de las tradiciones políticas históricas del país. Y tampoco que sean linealmente representantes de un interés de clase: son sólo pequeños burgueses que cuando las masas son derrotadas y expulsadas de la lucha política, que es el camino para iluminar u opacar la realidad de las relaciones de producción capitalistas y luchar contra las mismas, contra los beneficiarios de estas y por su superación mediante un régimen social más justo, continúan persiguiendo su pequeño rédito inmediato, a veces con conciencia de que refuerzan la vigencia de esas relaciones y a veces más bien como víctimas del propio sistema de ocultamiento.

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    HoracioPérez

    20/09/2012 at 16:49

    • Horacio, voy a hacer una síntesis de las ideas que Ud. expone y añadiré unos breves comentarios.

      Ud. afirma:

      1. Que el materialismo sirve, pero no solo… Debe ser complementado por otras dimensiones. La explicación pasa por … explicar las conductas de los actores y como estas conductas van transformándose; esto es lo que debería hacerse en vez de un poco productivo análisis de clases.

      Comentario: su punto de vista es esencialmente opuesto al materialismo; para Ud es más explicativo el rol de las personas que la estructura en la que estas viven.

      2. En los 90 no fue el “movimiento nacional y popular” el que llevó adelante las políticas mencionadas.

      Comentario-pregunta: ¿Quién fue entonces?

      3. Este movimiento no existió permanentemente, ni es inmutable, ni está esencialmente constituido como reflejo de alguna esencia de clase … el movimiento nacional y popular no es -como nada en el plano político- propiedad o reflejo directo de una clase económica,

      Comentario: Del artículo de Astarita se puede entender que el Movimiento Popular (MP) no es inmutable, pero tras esta aparente concordancia hay una diferencia enorme, ya que la conclusión que Ud. extrae es que el MP no refleja a clase alguna, en cambio para Astarita está claro que el MP responde a intereses de la clase capitalista.

      4. Lo que considero que sucede en las últimas décadas es una fuerte autonomización de la esfera política de las determinaciones económicas o de la representación de los distintos intereses económicos de los actores según el lugar que ocupan en las relaciones de producción.

      Comentario: La esfera política (supongo que se refiere a los políticos que ejercen el gobierno) siempre posee una autonomía relativa ante los «intereses económicos», a veces más, a veces menos, lo que nunca hacen ni van a hacer es sacar los pies del plato.

      5. Las mayorías explotadas están ausentes de las expresiones políticas existentes, y del “movimiento” en particular,

      Comentario: Los resultados electorales desmienten su afirmación.

      6. La esfera política está imposibilitada por el momento de incidir sobre, o siquiera cuestionar, esas relaciones económicas.

      Comentario: La esfera política no tiene la más mínima intención de cuestionar las relaciones económicas.

      Saludos.

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      Eduardo

      20/09/2012 at 18:58

    • Seguramente en los 90 fue el espíritu santo el que privatizó el banco de Santa Cruz, el que fue informante por el menemismo del proyecto de ley de privatización de las cajas jubilatorias, el que vendió a Repsol las acciones de la provincia de Santa Cruz, el que votó por los constituyentes de Santa Cruz el pacto de Olivos, etc. etc. Cuando hablo del «movimiento nacional» me estoy refiriendo a su máxima conducción actual: Cristina Kirchner (y antes Néstor Kirchner) y todos los altos funcionarios ACTUALES que ACTUARON BAJO EL MENEMISMO Y EL GOBIERNO DE LA ALIANZA. Es gente concreta, que tienen nombre y apellido. Esta gente aplicó a fondo las políticas neoliberales en los 90. La pregunta es concreta, y no hay que irse por las ramas. Entiendo que sea «inquietante» para muchos, pero la voy a seguir planteando, porque estoy cansado de que miren para otro lado. El doctor Basualdo explicó que ESTOS representantes del movimiento nacional adoptaron las políticas neoliberales porque los coimearon. El libro en que afirma esto fue publicado con el aval de los doctores y altos funcionarios kirchneristas Kicillof y Arceo. El libro del doctor Basualdo circula en los ambientes universitarios. ¿Avalan su explicación o no? Si la rechazan, ¿qué explicación alternativa presentan?

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      rolandoastarita

      20/09/2012 at 20:34

    • Según Alcira Argumendo hay un proporción, superior al 80%, de protagonistas destacados del actual modelo kirchnerista, que estuvieron en la época menemista. Según ella, «la Jota Pe» se convirtió «en la Yuppie Pe, acompañando la conversión del 5×1 en la 4×4». Todos están tratando de buscar una explicación al fenómeno, a la de Rolo parece que no hay con qué darle.

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      Omar

      22/09/2012 at 16:59

  3. Rolo, excelente tus notas y la polémica que tiraste. Yo no puedo evitar un chisme, qué hace Basualdo en YPF? Lamentablemente no puedo opinar mucho porque no leí el libro de Basualdo, pero a propósito de tus tus preguntas (por ej.: «¿Cómo explican lo que hicieron los K, los ex montos, los ex militantes de la “gloriosa JP de los 70″, bajo el menemismo y el gobierno de la Alianza?»,), me llegó recientemente un mail donde se ensaya una variante a lo de Basualdo aunque no se aleja de su «tesis» fundamental (tema coimas y privilegios). Me refiero a un artículo de Eduardo Rulli, ver http://www.pararelmundo.com/opinion/progresistas-generadores-fracasos-politicos/. Ahí se habla de que la «Globalización» provocó nuevos coloniajes, como en la Argentina y termina obviamente reivindicando la necesidad de volver a un «proyecto nacional» (coincidentemente hace poco lo escuché a Pino Solanas decir que somos una colonia de China, etc.). Bueno, por supuesto critica a lo que dijo nuestro presitigioso Basualdo no conozco. Saludos

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    Omar

    20/09/2012 at 17:35

    • Carlos, no está en el centro de la discusión el tema del retorno y las coimas sino su poder explicativo. Creo que Astarita no niega la existencia de esos retornos y esas coimas sino que lo que sostiene es que el llamado MNyP defiende y es representativo de los intereses de la burguesía. Por ser parte orgánica, por ser parte de la pequeñoburguesía, o por ser parte de la burocracia sindical, pero mucho más por encarnar una forma de ideología pro capitalista aunque con apariencias «progresistas».

      La explicación «retorno y coimas» es demasiado general. Podríamos decir que el capitalismo es caldo de cultivo de retornos y coimas pero de esa forma no explicamos la ideología NyP o «progre». Tampoco se explica porqué millones votan a esos coimeros sin beneficio (vg. «retorno») propio. En cambio la explicación ideológica es más consistente. El MNyP le sirve a los intereses dominantes y además es atractivo para gran parte del electorado. Una parte de la sociedad -sectores medios y trabajadores en blanco- reciben ciertos beneficios relativos bajo el gobierno NyP. Lo mismo se puede decir de quienes habiendo perdido sus fuentes de trabajo pasan a recibir un subsidio y en consecuencia le dan un voto de confianza al MNyP.

      En definitiva, de lo que se trata es de transparentar y entender qué es el MNyP, qué es el progresismo. Son corrientes de pensamiento y acción que se desenvuelven por entero dentro de los marcos del sistema capitalista, y por lo tanto deben ser caracterizados como agentes del capital.

      Saludos.

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      Eduardo

      21/09/2012 at 19:10

  4. Se imaginan al general Perón aplicando y defendiendo políticas neoliberales. No haber previsto y preparado una sucesión fue su error más grande. Dio lugar a que el movimiento nacional y popular perdiera el perfil que sólo él supo darle, oscilando de un lado al otro hasta diluirse. Hoy es una frase vacía. Es el problema de los liderazgos carismáticos. En Venezuela Chávez tampoco se ha preocupado por la sucesión. De ganar, promete un gobierno a medias y si muere ejerciendo el cargo, nadie estará preparado para conducir al chavismo. Qué será de éste, ¡imposible saberlo!

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    mario

    22/09/2012 at 22:03

    • No se trata de un problema de liderazgos carismáticos, la cuestión es el funcionamiento del modo de producción capitalista. Por otra parte, el general Perón muere en medio del fracaso del plan nacionalista de Gelbard y cuando su gobierno ya había tomado un claro rumbo derechista (con represión de la Triple A incluido). Bajo el gobierno de Isabel, Gelbard se tiene que ir y le sigue Morales que aplica un plan de austeridad. Este último también se tiene que ir y lo reemplaza Rodrigo que aplica el famoso plan económico de shock, que puede considerarse el primer intento directo de aplicación de una política económica neoliberal (a propósito, se considera autor intelectual del plan a Ricardo Zinn, quien después seguiría con el equipo de Martínez de Hoz). El Rodrigazo fracasa, pero al nacionalismo ya no tenía más margen de maniobra y al poco tiempo el golpe «cívico-militar» se encarga de derrotar la resistencia de la clase obrera y de abrir con toda sus fuerza un nuevo proyecto de acumulación capitalista (que algunos le llaman neoliberalismo, de reestructuración capitalista y globalización, etc,). Subrayo, el primer «experimento neoliberal» en nuestro país vino de la mano del tercer gobierno peronista, la cuestión es poner fin al capitalismo para acabar con todas sus lacras.

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      Omar

      22/09/2012 at 23:32

    • No veo por qué no sería imaginable que Perón aplicara recetas neoliberales cuando los cambios en las condiciones de la reproducción capitalista lo impulsaran en esa dirección (sostener lo contrario sería, en mi opinión, dar por el pito más de lo que el pito vale). En los hechos, fue bajo el segundo gobierno de Perón que comenzó el intento de re-privatizar el petróleo. Si no recuerdo mal, Gómez Morales comenzó su siniestra carrera en aquel período. Si los planes privatistas no se desarrollaron más fue porque Perón cayó. Y cayó no por bloquear todo viraje «aperturista» sino porque una vez asumida la necesidad de ese viraje, Perón no podía ser lo suficientemente veloz en su implementación, ni podía dar todas las garantías que el gran capital se consideraba en condiciones de exigir. En este sentido, la esfera político-ideológica manifestaba restricciones (secundarias) al viraje aperturista, pero no lo impedía, no podía impedirlo. Puede trazarse una analogía con el golpe bancario que hizo retirar prematuramente a Alfonsín (después de haber sustituido a Grispun por un tecnócrata primero y por Aslogaray al final, como ya había hecho décadas antes Frondizi, otro radical «nacional y popular» que había contado con el aval de Perón). Alfonsín cayó no porque bloqueara las privatizaciones, el endeudamiento externo, el aperturismo, etc., sino porque no podía implementarlos con la celeridad suficiente. La tendencia económica se imponía con necesidad, pero esta necesidad se difracta de modos variables -contextualizados- al atravesar las esferas política, ideológica, cultural, etc.
      En fin, en algun comentario alguien dijo que la esfera política no puede incidir sobre los procesos económicos. No puedo estar de acuerdo con eso, al menos no enteramente. Creo que la incidencia de la esfera política en los procesos económicos es secundaria en la medida en que la reproducción social se mantiene dentro de las relaciones de producción capitalistas, pero los procesos revolucionarios socialistas consisten justamente en esto: en que la esfera política (hegemonizada por una expresión política de los intereses históricos de la clase obrera) produce alteraciones radicales en la esfera económica y se orienta a reformar las relaciones sociales de producción, una vez que se han presentado las condiciones objetivas y subjetivas que lo hacen posible.

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      Vico

      25/09/2012 at 11:13

  5. Compañero Rolando. Sus dos últimas notas son una impresionante mojada de oreja, no tanto para el trabajo de Basualdo, que, por fuera de la superficialidad del análisis, no merecería tanta preocupación, sino, para quienes no están en condiciones de presentar una explicación alternativa y al mismo tiempo plausible, de las actuaciones de prestigiosos funcionarios K , allá por los 90 y que hoy se presentan a su mismos como paladines del ‘antineoliberalismo’. Demás está decir que extirpar el concepto de ‘transformismo’ gramsciano de su contexto y universalizarlo a tal grado que se lo convierte en factor explicativo de la supuesta perversión de una entelequia llamada ‘movimiento nacional y popular’ es una maniobra intelectual. Basualdo es un reformista que, a lo sumo, aspira a mejorar los términos de la distribución de ingreso, agitando el fetiche de la lucha contra los monopolios y los grupos ‘concentrados’, como si las patronales más débiles o menos integradas a nivel internacional, fueran, en esencia, menos explotadoras o represoras de las luchas obreras. A esos deberes de clase, remite toda su ciencia y su saber, reforzando el mito de la posibilidad de un capitalismo más ecuánime y humano, dirigido por intelectuales consustanciados con ideales elevados y dotados de incorruptibilidad. En definitiva, si el origen del poder de los ‘grupos concentrados’ es la capacidad de corromper a los líderes ‘populares’, lo que se necesita es una legión de santos varones refundadores de la nación y no un cambio social profundo protagonizado por y en beneficio de las masas trabajadoras. Por eso y para evitar una explicación más penetrante y verdadera, es que se queda nadando en las aguas tranquilas del ‘transformismo’ soslayando cuestiones elementales. El estado no es asexuado. Posee un esencial y manifiesto carácter de clase y para integrar el dispositivo político de esta maquinaria de opresión y violencia organizada, así como de persuasión y engaño, al servicio de perpetuar la explotación capitalista del proletariado, existen los partidos burgueses. Sus integrantes son una fracción dela clase capitalista, especializada en la demagogia profesional, más o menos sofisticada según lo imponga el grado de cuestionamiento de las masas populares. Naturalmente, si la clase subordinada no puede ser contenida con el verso, la burguesía conserva en sus manos la carta de la represión total. Ello no obsta que, cotidianamente, y a lo largo de gobiernos elegidos por el voto, la represión no opere en forma gradual y planificada, aunque no como medio principal. Peronistas, radicales, socialistas amarillos, y otras yerbas intermedias y de ocasión, son partidos burgueses, vendidos en cuerpo y alma al capital. No por que los sujetos se hayan corrompido a nivel individual, sino, por que su función es coherente con su naturaleza y viceversa. Al mismo tiempo, plenamente conscientes. A quien dios da oficio, también da entendimiento, reza el viejo proverbio alemán. Nada quita que, junto con los faraónicos estipendios que se fijan, no se hagan panzadas extra, cobrando al mejor postor los servicios ‘lobbistas’ para tal o cual camada de empresarios, o mediante fabulosos negociados a costa del erario público. La corrupción es solo el lubricante del mecanismo. No su motor.
    Los charlatanes del kirchnerismo ni siquiera amagan a dar explicaciones por su pasado ‘menemismo’ . Al parecer, habían caído en una especie de ‘influjo diabólico’ que los sedujo y apartó momentáneamente de su fe verdadera. Podrán negarse a admitir su mero rol de ‘coimeros’, de ladrones para la corona (quedándose con más que un vuelto) pero no podrán ocultar su rol de tartufos y amanuenses del trono cuyas determinaciones de clase pesan inequivocamente en favor del capital a cuya sombra pacen y disfrutan de los placeres de la vida. Si la teoría de Basualdo fuese cierta sería interesante que nos explicara, dado que la era K implica un ‘quiebre’ con el neo liberalismo, quien les puso la torta a los liberales de ayer, para que sean los progresistas de hoy. ¿Habrán sido los piqueteros? ¿Las madres e hijos sin recursos? ¿Los jubilados que hoy cobran estratosféricas jubilaciones? ¿Los obreros inmigrantes de la confección? O les habrá agarrado una crisis de arrepentimiento. No parece, puesto que chorean más que nunca. Son múltiples interrogantes a responder por este prestigioso académico. Pero más grande aún es el desafío a los defensores del modelo de explotación potenciada, con amplio trabajo en negro, licuación de los salarios por inflación y socialización de los magros ingresos obreros y jubilaciones, manteniendo intangible la ganancia empresaria. No van a saltar en Rodas. Ni siquiera en Lanús o en Merlo, Pcia de Buenos Aires.

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    AP

    23/09/2012 at 00:13

    • «La corrupción es solo el lubricante del mecanismo. No su motor», me anoto esta frase, la voy a usar. Me gusto la ironía del final.

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      Omar

      23/09/2012 at 11:20

  6. Estimado compañero profesor: quisiera preguntarle si la cuenta de correo de Gmail que aparece en su página web (rolandoastarita.com), está activada. Un saludo y gracias. SPM.

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    SPM

    23/09/2012 at 07:47

  7. Decir que la coima no explica el fondo de la cuestión, es decir una verdad. Decir que la lógica del capital era antes el neoliberalismo y ahora el populismo, no lo es. No es materialismo histórico, sino un paradójico materialismo abstracto. Es tomar a la clase capitalista como un todo. Es no saber distinguir las luchas dentro de las distintas burguesías.
    ¿Por qué antes menemistas y ahora ‘progresistas’? Muy simple: porque el contexto lo permite. Este gobierno, como buen gobierno burgués, no va a hacer la revolución; ni siquiera una revolución burguesa: la burguesía criolla es dependiente. Pero eso no quita que sí intente cierta autonomía. Si simplemente fuera un gobierno burgués genérico, y si tal cosa existiera, por qué entonces la Oposición y el Cacerolazo Reaccionario? Por qué entonces los grupos multinacionales -incluida buena parte de la burguesía local- están en contra de este gobierno? Sólo porque es un gobierno corrupto? Por la inflación? En parte sí. Pero si nos limitamos a esto no veremos, entonces, las diferencias inter-burguesas. Eso es, al fin y al cabo, hacer el mismo discurso que los más reaccionarios. No sé trata de pensar que este gobierno es la salvación. Pero sí debemos saber que los gobiernos populistas, por las medidas de nacionalizaciones que toman, por las conciencias que despiertan, aunque no lo quieran, son terreno propicio para la revolución. Si no lo vemos así, si criticamos ciegamente, caemos en la táctica traidora del partido comunista y de otros sectores de la izquierda que en el cincuenta y cinco apoyaron a la Libertadora.
    Y no quiero decir que Perón haya sido igual a Cristina. Pero sí que hay similitudes (Perón, después de todo, también representaba a la burguesía).

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    rebecca

    23/09/2012 at 11:37

    • Usted pregunta: «¿Por qué antes menemistas y ahora ‘progresistas’? Muy simple: porque el contexto lo permite». ¿Qué contexto? ¿Y por qué solo «permite»? ¿El menemismo, con el apoyo de los K y similares, aplicó las recetas neoliberales porque el contexto «lo permitía»? Esto es, en cuanto «el contexto lo permite», aplican políticas como las de los 90?? Además, la «autonomía» del estado y del gobierno en los 90, ¿qué es lo que «permitía»? Y…¿autonomía en relación a qué?
      El tema es que hablando de «contextos» que «permiten» o «no permiten», no se logra entender por qué el PJ, de conjunto, aplicó las medidas que aplicó en los 90, y por qué esas medidas tuvieron el apoyo de prácticamente todo el arco burgués. Un «permiso del contexto» no explica una política defendida de conjunto por una clase.
      Por supuesto, entender las bases para una política de clase no implica desconocer las diferencias entre las fracciones de clase. Pero a la inversa, no se pueden entender las diferencias entre las fracciones de clase si no se parte de la hermandad de clase. Este último aspecto es el que no pueden captar los análisis «fraccionalistas», al estilo Basualdo. De ahí las piruetas teóricas que tienen que hacer para explicar cómo pudo suceder que «el movimiento nacional y popular» estuviera al frente de las políticas pro-capital en los 90. El problema de explicar por qué el PJ, con la activa colaboración de los K, ex montos y ex JP de los 70, hizo lo que hizo en la década de 1990, no se resuelve diciendo que hoy la mayoría del capital preferiría otro gobierno. Esto es cierto, pero no es una respuesta al problema planteado en el artículo.
      Por otra parte, caben algunas aclaraciones en relación a sus afirmaciones:
      a) las estatizaciones o nacionalizaciones nunca nos acercaron al socialismo, ni a nada parecido. Ya he explicado esto en otras notas. Es una vieja idea de los reformistas y del «socialismo estatista». En ningún lugar del mundo las estatizaciones burguesas acercaron al socialismo. Solo sirvieron para fomentar la colaboración del trabajo con el estado capitalista.
      b) El hecho de que el capital prefiera otro gobierno no implica necesariamente que el gobierno actual sea progresista, o favorable a los trabajadores. Sobran incluso los ejemplos históricos: el capital no quería al gobierno de Isabel Perón, a pesar de que era un gobierno violentamente represivo. El establishment económico internacional no quería a Berlusconi, a pesar de que era un gobierno de derecha. Lo mismo se aplicó a otros muchos gobiernos.
      c) Por otra parte, ni siquiera es cierto que el conjunto de los grandes grupos económicos estén en contra de este gobierno. En notas anteriores expliqué cómo sectores que vienen beneficiándose desde los 90, continuaron haciéndolo en los 2000. Ejemplo, el agronegocio (Monsanto, Sygenta, etc.); la megaminería (Barrick, etc.); las grandes automotrices; además de nuevos grupos: Electroingeniería, Vila Manzano, Cristóbal López, etc. Remito a las notas recientes sobre economía argentina.
      d) Tampoco se puede decir que el programa de la oposición sea siempre y sistemáticamente más reaccionario que el de CK. Ejemplo, la Asignación Universal por Hijo se aprobó recién cuando el kirchnerismo perdió las elecciones de 2009, y era inminente su aprobación en el Congreso. ¿Por qué era reaccionario pedir la AUH antes de las elecciones, y no era establecer la AUH después de las elecciones? Otro ejemplo: el 82% para los jubilados lo planteó la oposición, y lo vetó el kirchnerismo. ¿Por qué es reaccionaria esta reivindicación? Otro ejemplo: la actualización de los montos no imponibles a ganancias lo plantea la oposición (Moyano en primer lugar) y la niega el kirchnerismo. ¿Por qué es reaccionaria esta demanda? Otro ejemplo: que el Indec deje de mentir lo pide la oposición, y lo niega el kirchnerismo. ¿Qué tiene de progresista decir que alguien se alimenta con 6 pesos por día? ¿Qué tiene de progresista negar la desocupación? Y así podría seguir. Con todo esto no estoy diciendo que la oposición burguesa sea progresista con relación al gobierno. Simplemente estoy planteando que no hay nada sistemáticamente más progresista en el gobierno de CK que en la oposición, de conjunto. Es paradójico que quienes están tan interesados en «los matices» de las «fracciones burguesas», etc., nos quieran hacer creer que todo el que critica al gobierno CK lo hace porque está alentando un golpe militar al estilo del 55. Binner, Alfonsín, Claudio Lozano, Lavagna, Ocaña, según ustedes son todos «fascistas», pagados por Clarín, golpistas (pero Gerardo Martínez o Zanola son «democráticos», etc.), y por eso hay que alinearse con el gobierno. Es la típica argumentación reaccionaria, favorable a la colaboración de clases, con el estado y el gobierno.
      Por último, vuelvo a lo central de la nota: ¿Cómo explican que el movimiento nacional y popular haya sido vanguardia de las medidas favorables al capital, y enemigas del trabajo, en los 90? ¿Sólo porque «el contexto lo permitía»? Bonita explicación: ni siquiera hacían falta las coimas, solo se necesitaba un «contexto que lo permitiera».

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      rolandoastarita

      23/09/2012 at 12:46

  8. Me anticipo a una crítica:
    El populismo sí entra en la lógica del capital. Pero como concesión hecha muy a su pesar. La inflación, justamente, es el arma burguesa para ir borrando las concesiones que el capital hace a la clase trabajadora. Es keynesianismo tercermundista. Y como tal, lleno de contradicciones: los enfrentamientos interburgueses así lo demuestran. El gobierno puede estar compuesto por una banda de impresentables, pero por ciertas políticas que toman, por la necesidad de apoyarse en las masas, están obligados a exacerbar dichas contradicciones. Y esto es lo que hace a dichos gobiernos propicios para la lucha de clases.
    Recomiendo un ensayo de Silvio Frondizi del cincuenta y nueve al respecto. Lleno de actualidad.
    (Silvio Frondizi es muy respetado dentro de la izquierda pero muy poco leído: el sí que denunciaba el Imperialismo; hoy habría que hacer esto último de mayor manera)

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    rebecca

    23/09/2012 at 12:07

  9. Yo no leí a Basualdo, pero, tal como son formuladas en este post sus tesis, dicho autor no parecería negar que fueron las necesidades del capital concentrado lo que explica las políticas en los ’90. Todo lo demás describiría el modo o procedimiento o mecanismo por medio del cual esos capitales concentrados operaron en el sistema político para realizar sus intereses, lo que no quiere decir que esos mecanismos explican lo ocurrido en esa década. Si llueve, no explico el porqué de abrir el paraguas describiendo las acciones que me llevan a abrirlo, eso es el cómo, el porqué es la lluvia.

    El «movimiento nacional y popular» no aplicó esas políticas, sino que esas políticas fueron aplicadas por el capital (concentrado) a través de dicho movimiento.

    En los ’90 el capital dominaba en alto grado en las relaciones sociales económicas, políticas e ideológicas. Ahora no es tan claro ese dominio como era antes, aunque siguen siendo dominantes, pero la situación de crisis global hace que ese dominio tenga más dificultades frente al aumento del poder relativo de otras clases.

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    oti

    23/09/2012 at 12:33

  10. Lo del «contexto» es solo una forma de referirse a lo singular o complicado del momento o periodo objeto de revisión. Múltiples relaciones causales podrían explicar la paradoja de un movimento nacional popular impulsando medidas directamente procapital. Pero creo que la principal es el inmenso vacío que dejó en ese movimiento el incompleto tercer gobierno peronista. Incompleto por la incapacidad y muerte del personaje que llegó a sintetizar en sí mismo la identidad del movimiento, es decir, qué era y qué no era éste. Desaparecido ese referente tan fundamental, quedó un vacío que ha podido ser llenado de una manera u otra, incluso de un modo tan paradójico.

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    mario

    23/09/2012 at 14:30

    • El «contexto» es una crisis de acumulación del capital. ¿Tan difícil les es entender esto? Las «múltiples relaciones causales» derivan de esa matriz fundamental. Una crisis de acumulación que se particularizó de diferentes maneras en regiones y países (crisis de la ISI en América Latina), que explica en lo fundamental las políticas de los gobiernos capitalistas de ofensiva contra el trabajo. El palabrerío sobre «paradojas», y «múltiples relaciones causales», trata de ocultar este hecho esencial. No lo pueden encajar en el relato que quieren construir. Las políticas de los 90 no fueron «paradojas», respondieron a una lógica, que deriva de un modo de producción, y de la manera en que resuelve sus crisis. Agrego: el personaje que «sintetizó la identidad del movimiento» la sintetizó con Isabel, López Rega, Osinde y otro montón de fascistas dedicados a asesinar por decenas a compañeros de izquierda y del movimiento popular. ¿Paradoja de nuevo?

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      rolandoastarita

      23/09/2012 at 15:30

  11. Justamente en los 90 el contexto no permitía otra cosa que aplicar el plan neoliberal. Fue una avanzada total del capital, como la de ahora en la periferia europea. Las diferencias, de antes y ahora, usted sigue sin verlas. Por otro lado, claro que grupos multinacionales se siguen beneficiando del gobierno kirchnerista! Vaya novedad! Si es un gobierno burgués! Pero usted mismo reconoce que los capitales preferirían otro gobierno. Por qué? Vuelvo a preguntarle: sólo por la corrupción? Y es obvio que el kirchnerismo dista de ser verdaderamente progresista, por eso lo puse entre comillas, pero si usted ve lo mismo en este gobierno que si gobernara la oposición, le está haciendo un enorme favor a dicha oposición. La asignación universal por hijo? Me hace reír.

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    rebecca

    23/09/2012 at 17:47

    • Tratemos de criticar lo que dice el interlocutor, y no lo que se nos ocurre. En muchas notas he explicado que la política del capital y su estado es distinta en la crisis que en la fase de ascenso del ciclo económico, o en la fase de madurez de un ciclo. Efectivamente, ante la crisis, lo dice usted misma, «el contexto no permitía otra cosa que aplicar un plan neoliberal». Esto es, la receta de toda la vida del capital es desvalorizar al trabajo, restablecer la disciplina del mercado y la moneda, favorecer la centralización del capital. Es exactamente lo que digo en cantidad de notas. Por eso sostengo que no hacía falta la coima, como sostiene Basualdo. Por eso también se explica por qué las mismas políticas fueron aplicadas por todo tipo de gobiernos, a nivel mundial. Obedecen, con sus más y sus menos, a una lógica del capital. Los K, los ex montos y los militantes de la JP de los 70, que se habían incorporado al menemismo, hicieron precisamente eso: favorecieron los intereses del capital, atacando brutalmente a la clase trabajadora, para elevar la tasa de plusvalía. Es lo que sostengo en la nota. Es lo que no dice «el relato K». Es lo que no dicen los análisis del progresismo.
      Acerca de las diferencias entre la oposición y el gobierno CK, la primera cuestión a precisar es que una tontería que nos quieran hacer creer que la oposición está hoy por un golpe fascista, o del tipo de la Libertadora. En segundo término, no veo por qué tengo que considerar más progresista a CK que a Binner; más progresista a Aníbal Fernández que a Alberto Fernández; más progresista a Lescano que a Moyano; más progresista a Boudou que a Prat Gay, etc. Se trata de matices, que son más o menos comunes en cualquier situación burguesa normal. Se lo explico con un ejemplo sencillo: la oposición a Alfonsín fue tanto por derecha como por izquierda, y de hecho, quienes lo sucedieron (el PJ, con los K,los ex montos y ex JP incluidos) aplicaron incluso un programa más de derecha que el del radicalismo. ¿Teníamos por esto que habernos alineado con Alfonsín? Desde la defensa de una táctica socialista, es claro que no. Esto a usted seguramente no le entra en la cabeza, pero el socialismo defiende la independencia de clase. Esto es, la idea de que los trabajadores no deben apoyar políticamente a programas y políticas de la burguesía «progresista». Es la base de las diferencias que hemos tenido las alas de izquierda marxista con los partidos comunistas (analizo esta cuestión aquí).
      Por otra parte, insisto con el dato: la AUH la defendió la oposición antes que el kirchnerismo, y este último solo la aprobó cuando vio que se imponía en el Congreso, después de haber perdido las elecciones de 2009. Es un hecho, aunque a ustedes les moleste. Por supuesto, yo no defino mi posición política por esto (tampoco apoyé a Alfonsín por la caja PAN, ni a Duhalde por los Planes Trabajar). Pero la realidad fue esa.
      Por último, la principal crítica del capital al gobierno viene por reclamos que tienen que ver con la estructura social de la acumulación (discuto esto aquí). El hecho de que un gobierno sea más o menos funcional a esta necesidad del capital no lo define necesariamente como más o menos progresista. Se lo explico con un ejemplo sencillo: la política de transporte ferroviario es cuestionada por amplios sectores de la burguesía, entre otras razones porque afecta a la estructura de acumulación. ¿Significa esto que deberíamos apoyar la política del gobierno K en materia de transporte ferroviario? ¿Hay que apoyarla por el hecho de que la mayoría de la burguesía la critica? Le doy otro ejemplo, también muy sencillo: el vaciamiento de YPF en manos de los Eskenazi (y los K) fue denunciado y criticado por amplios sectores de la burguesía, entre ellos el diario La Nación. ¿Había que apoyar entonces lo que estaban haciendo los Eskenazi y los K en YPF, solo porque los criticaba La Nación? Pero eso es lo que hicieron ustedes: aplaudían a rabiar, y acusaban de «golpistas» a los que decían que estábamos ante una maniobra escandalosa.
      En definitiva, pensar y analizar política es un poco más complicado que aplicar la estúpida lógica 6,7,8 y decir «todo el que está en contra de CK está con los monopolios, los fascistas de la Libertadora y el imperialismo».

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      rolandoastarita

      23/09/2012 at 18:52

  12. No es que sea difícil de entender sino que cuesta aceptarlo por lo que significa, por sus implicaciones. Dónde quedaron entonces las unidades básicas como formas genuinas de representación desde lo micro dentro del movimiento popular, dónde quedan o quedaron los sindicatos y otras formas más espontáneas de organización de los trabajadores como los cordones industriales. Fueron iniciativas condenadas al fracaso de antemano, no tuvieron posibilidad de resguardar su integridad, de llegar más alto en su desarrollo e independencia. Se dejaron cooptar y ya. Es que la crisis del modelo de acumulación y en concreto del modelo ISI llevó asociada como algo inevitable la debilidad del campo laboral, su incapacidad de ganar en conciencia y unidad, de reaccionar.

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    mario

    23/09/2012 at 18:11

    • Es que en el peronismo hubo un «hecho maldito», y estuvo en sus orígenes. Fueron las comisiones internas y los cuerpos de delegados. Pero por esto mismo Perón tuvo que regimentar y controla férreamente. En los 70 esta cuestión se puso en el máximo de tensión (lo planteo aquí). La reacción de Perón, con Triple A incluida, no fue casual. Como no fue casual que personajes siniestros de nuestra historia, como Mariano Grondona, aceptaran y aprobaran el «necesario trabajo sucio» que estaba realizando López Rega.

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      rolandoastarita

      23/09/2012 at 18:58

  13. Rolo, ¿podría hacer un artículo (o recomendarme algún texto) sobre este asunto?
    http://es.wikipedia.org/wiki/Debate_sobre_el_c%C3%A1lculo_econ%C3%B3mico_en_el_socialismo

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    Bruno

    23/09/2012 at 22:31

    • Eduardo, estimado ROlando,

      Se malentendieron mis palabras, yo me dirigía a Mariano, quién niega la importanciaque le asume Basualdo al tema de las coimas, cuando yo leí ese libro en 2004 y hace pocos meses y reitero que el poder explicativo y el espacio que le da Basualdo es absolutamente central.

      Por eso le pedía a Mariano que discuta seriamente y que ponga fuentes porque es poco serio decir que n oes improtante, cuano lo es.

      Por lo demás, yo acuerdo con las posiciones de ambos, solamente quería que Mariano contestarara, pero no apareció más.

      Saludos

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      Carlos

      24/09/2012 at 01:40

  14. ‘¿Significa esto que deberíamos apoyar la política del gobierno K en materia de transporte ferroviario? ¿Hay que apoyarla por el hecho de que la mayoría de la burguesía la critica?

    Sí, y 10 veces sí: hay que apoyar. No como ilusos, sino como críticos que debemos presionar para que se vaya más a fondo. Es muy simple: todo conflicto con los capitalistas debe ser apoyado y fomentado. Es la lucha de clases. Y estas políticas hay que apoyarlas aplique quien las aplique. Y vuelvo a decirlo: presionar porque se vaya más a fondo.
    En YPF no hay que apoyar el vaciamiento noventero, eso es obvio. Sino aprovechar la nacionalización de la parte de Repsol para movilizar, para que los autores, más allá de que hayan estado implicados en las privatizaciones previas, se vean superados; se vean obligados a agravar aún más el conflicto con los capitalistas.
    Obviamente hay que tener en cuenta que conflictos con algunos capitalistas pueden implicar uniones con otros no necesariamente más convenientes. Ante esa posibilidad también hay que estar alertas.

    La Oposición. Usted mete todo en la misma bolsa. Moyano… Moyano es un líder sindical que rompe con la Burocracia. Precisamente por eso, por esa acción, hay que apoyarlo a fondo. Y presionar para que sus bases se movilicen, para que no quede todo en una nueva tranza. Hay que apoyarlo por lo que tiene de potencialmente revolucionario.

    Se trata de ver dónde se está planteando la lucha de clases. Y ayudar a que los trabajadores tomen conciencia y se movilicen. ‘El socialismo defiende la independencia de clase’, dice usted. Ya lo dije antes: con esa excusa el partido comunista apoyó a la Libertadora. Con esa excusa, este mismo año, el partido comunista griego no apoyó al Frente de Izquierdas liderado por Syrisa. Es la misma táctica, en defensa de la ‘pureza’ marxista. Y usted se quiere desmarcar de dichos partidos comunistas?

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    rebecca

    24/09/2012 at 04:55

    • Más clara su posición, imposible: en la «lucha de clases» hay que apoyar a bandidos como Cirigliano-De Vido contra otros bandidos capitalistas. Claro que «críticamente». En YPF «no hay que apoyar el vaciamiento noventero», pero callan la boca cuando la vacía Eskenazi, de la mano de los K. A esto usted le llama «lucha de clases» y «agravar el conflicto con los capitalistas». ¿A qué clase social pertenecen estos grupos? ¿Vienen de Marte? Le doy otro ejemplo sencillo: ahora el gobierno K está a punto de entregarle a Monsanto la ley de semillas que pedía. La SRA y la FAA seguramente van a oponerse (con el casi seguro apoyo de La Nación y Clarín). ¿En qué bando hay que alinearse para «agudizar el conflicto entre los capitalistas»? Son los callejones sin salida en que terminan estas tácticas «progresistas».
      Para colmo, según usted, Moyano «rompe con la burocracia», y hasta tiene «potencial revolucionario». ¿Tiene idea de lo que es la burocracia sindical? Con semejante caracterización es imposible desarrollar políticas de independencia de clase.
      Además, decir que el PC apoyó a la Libertadora por defender la independencia, es otro disparate mayúsculo. Desde el «unionismo» de los 30 el PC argentino estuvo siempre, y sistemáticamente, por la alianza de clases, por el frente entre la clase obrera y la «burguesía nacional y progresista». Lo he explicado en la nota a la que ya hice referencia, pero lo sabe cualquiera con un mínimo de cultura política. Ahora apoyan al gobierno capitalista como antes apoyaron a tantas coaliciones burguesas.
      Le explico brevemente que la táctica socialista (al menos la que históricamente recomendaron Marx y Engels, y seguía el socialismo clásico) no tiene punto que ver con estas políticas frentistas, y menos todavía con el apoyo al estados y gobiernos capitalistas, y menos aún con participar en ellos (como están haciendo tantos ex PC y stalinistas). Lo cual no niega la unidad de acción en defensa de conquistas puntuales. Por ejemplo: los socialistas defendemos la ley de 8 horas de trabajo si es atacada por la derecha; pero esto no significa que apoyemos o defendamos globalmente al gobierno de Alvear, que estableció esa ley. Los socialistas defendemos la educación laica y gratuita, si es atacada por la derecha, sin por eso solidarizarnos con un gobierno como el de Roca. Podemos defender una alianza táctica con sectores de la burocracia sindical (como Moyano) por puntos concretos, sin por eso abrigar esperanzas en sus «potencialidades revolucionarias». Las políticas que ustedes defienden, en cambio, siempre terminaron fortaleciendo a una u otra fracción de la clase dominante.
      De todos modos, nos hemos ido un poco de lo que fue el origen de este intercambio. El punto permanece: el «movimiento nacional y popular» aplicó en los 90 las políticas que aplicó porque expresa los intereses del «capital en general». Es lo que ocultan y disimulan los defensores «por izquierda» del gobierno actual. Extraordinaria muestra de honestidad intelectual.

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      rolandoastarita

      24/09/2012 at 09:16

  15. A ver:
    En el tema transportes, lo que hay que apoyar no son los subsidios a mafias privadas, sino el que se vaya más allá: la nacionalización. No porque esta sea ya socialismo, sino porque es quitarle negocios a empresas privadas. Qué después pueden afanar igual? Sí, pero ya estamos en terreno público, ya la expropiación, primer paso indispensable para un futuro socialista, está hecha.
    Lo mismo con YPF.
    Lo mismo con Moyano. Claro que el tipo no tiene ninguna intención revolucionaria! Pero los que sí pueden tenerla, son sus bases. Es más si usted es marxista sabrá de sobra que la revolución la harán las clases trabajadoras o no la hará nadie. Entonces, el apoyar el quiebre de Moyano es para superar a Moyano. Se trata de avivar el fuego, no de ir apagándolo, como hacen muchos, con la excusa de que los dirigentes no son revolucionarios. No lo son porque responden a la burguesía; pero si no queremos volvernos metafísicos debemos saber que son ellos los que tienen, en momentos no revolucionarios, la llave para movilizar o desmovilizar. Obligarlos a movilizar más allá de sus intenciones. Para eso hay que hacer que sus propias bases los presionen, aprovechando los momentos de quiebre.

    ‘ Podemos defender una alianza táctica con sectores de la burocracia sindical (como Moyano) por puntos concretos, sin por eso abrigar esperanzas en sus “potencialidades revolucionarias”.’

    Me replica usted más arriba. Y entonces sí estaríamos de acuerdo. Sólo que las potencialidades revolucionarias sí existen; como le dije: más allá de Moyano. Si en cambio pregonamos que lo mismo da que Moyano haga esto o haga lo otro, que se quede o que se vaya, lo que logramos es un escepticismo tremendo en la clase trabajadora. Y el marxismo no se caracteriza por pregonar el escepticismo. Como tampoco es marxista mantener una ilusión abstracta de que debemos esperar que las masas trabajadoras hagan la revolución sin procesos intermedios que implican pactos estratégicos.

    Respecto a su conclusión final, que es la premisa de su nota, la del pasado negro de muchos integrantes del actual gobierno y su ocultación, totalmente de acuerdo. Pero como ya dije antes: el contexto es otro. Las posibilidades son otras. Si no queremos volver a un neoliberalismo bestial, obliguemos a los impresentables a ir más allá de sus intenciones. A agudizar las contradicciones. Y que llegado el momento revolucionario muestren su verdadera cara. Y que todos los trabajadoras y trabajadores, ya movilizados, la vean. Y que cada uno sepa en qué bando está. Sin disfraces.

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    rebecca

    24/09/2012 at 09:55

    • Esta orientación política es la que aplicó el stalinismo, la socialdemocracia y muchísimos marxistas que militaron en el peronismo, u otros movimientos nacionalistas, durante décadas. Apoyo al capitalismo de Estado, a las burocracias sindicales «progresistas», a la «burguesía progresista». Así le fue al movimiento socialista. Defienden la colaboración de clases con los explotadores. He criticado todo esto en numerosas notas, es aburrido repetirlo. «Si no queremos volver a un neoliberalismo bestial, obliguemos a los impresentables a ir más allá de sus intenciones. A agudizar las contradicciones». Es precisamente lo que pensaba la izquierda peronista que podía hacer en los 60 y 70 (ver por ejemplo aquí). ¿Es todo lo que se les ocurre? «Que muestren su verdadera cara». Es la mejor receta para nuevas derrotas (¿acaso Perón no mostró «la verdadera cara» en 1974?). Sus argumentos son un calco de lo que me decían los militantes del PC en 1973, cuando votaban al peronismo. ¿No aprendieron nada?

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      rolandoastarita

      24/09/2012 at 16:04

  16. No lo puedo dejar pasar:

    ‘Además, decir que el PC apoyó a la Libertadora por defender la independencia, es otro disparate mayúsculo. Desde el “unionismo” de los 30 el PC argentino estuvo siempre, y sistemáticamente, por la alianza de clases, por el frente entre la clase obrera y la “burguesía nacional y progresista”. Lo he explicado en la nota a la que ya hice referencia, pero lo sabe cualquiera con un mínimo de cultura política.’

    Dice usted, en respuesta a lo que yo había dicho antes respecto al PC y la Libertadora.

    Conoce, por casualidad, el informe presentado por Victorio Codovilla en la Conferencia Nacional del Partido Comunista del 22 de diciembre de 1945? En el que habla de ‘batir al mazi-peronismo para abrir una era de libertad y progreso’?
    De ahí en más, guiados por vaivenes oportunistas, los comunistas del partido comunista estarán en contra y a favor del peronismo, hasta que la Libertadora los encuentre ‘por encima del conflicto’. ‘Neutralidad’ que no es otra cosa que apoyar el golpe.

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    rebecca

    24/09/2012 at 13:35

    • ¿Usted confunde a propósito? Yo sostuve que el marxismo no defiende la táctica de frentes de clase. Frente a esto, usted escribió: «con esa excusa el partido comunista apoyó a la Libertadora». Pero el PC nunca pudo haber tenido esa «excusa» porque defendió explícitamente la estrategia del frente policlasista. Solo que cambió con el tiempo: de la alianza con la UCR, el PS, la Sociedad Rural y la UIA (los sectores que consideraba «progresistas») pasó al apoyo al peronismo, hasta terminar hoy siendo parte integrante del «frente nacional». En 1945 Codovilla y el PC acusaban de «trostista» y «contrarrevolucionario» a todo el que criticara la estrategia del frente de clases. La independencia política de clase no la defendieron los stalinistas, sino sus críticos. Vuelvo a remitir a esta nota, donde explico el asunto.

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      rolandoastarita

      24/09/2012 at 16:14

  17. Tiene razón. Evitemos confusiones. Los del PC, desde la época de Stalin, son expertos en ellas. El PC en Argentina, desde los 30, como ud. dice, estuvieron por la alianza democrático progresista; progresismo que, como en el informe de Codovilla que cito, en el que se llama nazi-peronismo al Peronismo, interpretaban a su manera. Y es verdad que ante el golpe del 55, se abrieron con la excusa de formar, otra vez, una alianza democrático progresista. Pero hablar de semejante alianza en semejante momento sabemos era fantasía, era escaparle a la realidad! Con lo cual, apoyaron el golpe. Si hubieran dicho ‘no entramos en el conflicto porque estamos por la independencia de clase’, el resultado hubiera sido el mismo: darle las espaldas a las masas trabajadoras y apoyar el golpe. Esto último, lo de mantenerse neutrales por ‘la independencia de clase’, fue lo que hizo el PC griego para provocar que el Syrisa pierda.
    Entonces, con la excusa que sea, alianza o independencia, de lo que se trata es de darle las espaldas a las posibilidades reales con las que cuenta, en determinados momentos, la clase trabajadora.

    Respecto al marxismo ‘puro’… ‘En Alemania, el Partido Comunista luchará al lado de la burguesía, mientras esta actúe revolucionariamente’. No son palabras de Lenin, sino de Marx y de Engels, en El Manifiesto Comunista. Podrá decirse que hoy las burguesías ya no son revolucionarias. De hecho, los propios Marx y Engels así lo vieron cuando la burguesía alemana pactó con el absolutismo prusiano. Y entonces hablaron de revoluciones parciales y de revolución permante, y de dictadura del proletariado. Sí sí, no son los bolcheviques los que hablan, sino Marx y Engels.

    Preguntas:
    Cuál debería haber sido la postura marxista pura ante el golpe del 55? cuál ante las elecciones griegas? A un marxista puro le da igual el Peronismo que la Libertadora? o el Syrisa que un gobierno armado por la Troika? Conjeturemos: a un socialista sin tacha le daría igual trabajar en el terreno actual que en un terreno gobernado por un Macri, o un López Murphy, o un Duhalde, posibilidades estas últimas que obviamente significarían un nuevo vuelco neoliberal?
    Vayamos más lejos: a un socialista de pura cepa le sería indiferente que mañana el FMI, previa campaña mediática y cacerolazos pequeño burgueses, pusiera a un tecnócrata -o sea muñeco al mando del capitalismo yanqui- en el lugar de Cristina? Y no hablo de votar al kirchnerismo en vez de al Frente de Izquierdas. No hablo de hacer entrismo, como hizo el PC en sus momentos de coqueteo oportunista con Perón. Hablo de saber distinguir, de saber trabajar, en cada momento, con lo real objetivo.

    Conclusión: Criticar al kirchnerismo? Sí. Saber que el kirchnerismo no va a hacer la revolución? Sí. Criticar la corrupción y los negociados? Sí.
    Ahora, meter en la misma bolsa a todos… Generar la sensación de que todo lo que haga el gobierno, o lo que hagan los sindicalistas, es exactamente igual; que todo está mal porque viene de representantes de la burguesía y no de la independencia de clase… Esto no es otra cosa que desalentar toda movilización. No es otra cosa que, diciendo se trabaja por una revolución ‘independiente’, trabajar en contra de la revolución. El lema de esta actitud sería: ‘qué culpa tengo yo de que las masas no sean marxistas?’, y seguir tan tranquilo.
    Si las masas fueran marxistas no haría falta ni usar el marxismo: Marx defendía el utilizar las herramientas democrático-parlamentarias, justamente para que llegado el momento de la reacción (que siempre llega, por el sencillo hecho de que los expropiadores tienen el vicio de no dejarse expropiar), las masas estuvieran ya movilizadas y concientizadas por su propia experiencia.
    Si todos los trabajadores fuéramos marxistas, bastaría ponernos de acuerdo un día y terminar con el Capitalismo en el acto.

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    rebecca

    25/09/2012 at 07:48

    • ¿Por qué no se informa un poco antes de escribir parrafadas y parrafadas sin sentido? En muchas notas expliqué que la lucha por la independencia de clase no es sinónimo de cruzarse de brazos o abstenerse de luchar frente a un golpe militar, una dictadura o el fascismo. Precisamente, en 1954-5 fueron corrientes marxistas (por ejemplo trotskistas) las que llamaron a enfrentar el golpe de la Libertadora; las que pidieron armas a la CGT y Perón. Entre 1955 y 1973 muchos marxistas luchamos por el derecho de Perón a volver al país y ser votado. El marxismo no mete a todos los regímenes en la misma bolsa, lo expliqué en este blog en una cantidad de notas. ¿Por qué tergiversa de esta manera? ¿Por qué atribuye a su interlocutor cosas que éste no dice? ¿No puede debatir con limpieza?
      Por supuesto, una cosa es distinguir entre una dictadura y una democracia burguesa, y otra muy distinta es apoyar a un gobierno capitalista con la excusa de «se viene el golpe», y «todos los opositores a CK son golpistas». ¿Es tan difícil de entender esto?

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      rolandoastarita

      25/09/2012 at 08:30

  18. No hace falta me aclare la acción de algunos marxistas, en su mayoría trotskistas, en el 55. Justamente es a ese marxismo, al verdadero marxismo, al que defiendo. Si tergiversé en algún punto su discurso… creo que no, aunque quizá me anticipé con algunas conclusiones. Creo que las diferencias están a la hora de encarar la crítica a este gobierno. Veo, en muchos ‘marxistas’, un mayor ímpetu crítico ante el gobierno que ante opciones más reaccionarias. Que es porque es el gobierno… muy bien. Pero a veces sospecho. No creo sea igual un gobierno que se apoya en las clases medias, al estilo fascista, que uno que se apoya en las clases más desfavorecidas. Este último tipo de gobierno está obligado, por lo menos para mantener las apariencias, a tomar medidas a favor de la clase trabajadora: a favorecerla. De lo contrario, corre peligro de perder ese apoyo. Por eso creo es terreno más propicio para la lucha de clases; porque esas clases tímidamente favorecidas, cuando las contradicciones del sistema bonapartista explotan, querrán mantener esos logros, y pueden entonces volverse revolucionarias.
    También sospecho de los ‘marxistas’ que callan ante el Imperialismo; o para quienes el Imperialismo es más o menos una abstracción. Si no vemos esto último en toda su dimensión, no vemos el trasfondo de mucho de lo que pasa. Y, por favor, no me tergiverse ahora ud. a mí, diciendo que yo sostengo que todo lo que pasa y deja de pasar es obra de los yanquis.

    Una pregunta a usted que vivió esa época y estuvo ahí: la política seguida por la izquierda revolucionaria peronista de Cooke, no era acaso la verdadera opción? O sea, ni el Peronismo de Perón, ni el foquismo del Che, sino una vanguardia que apostaba por ganarse a las masas peronistas dentro de los sindicatos? No obligaron acaso a los peronistas tradicionales, a Vandor a separarse? No tuvieron en jaque a dos gobiernos militares? Fracasó. Pero, había otra opción? Y otra pregunta: dónde está, hoy, esa opción?
    (Feinmann nos quiere hacer creer que esa opción la encarna el kirchnerismo, que justamente representa, hoy, lo que Perón en el 73)

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    rebecca

    25/09/2012 at 13:08

    • Sobre el peronismo de izquierda, remito a esta nota. Sobre el imperialismo, creo que es necesario cambiar las concepciones clásicas de Lenin y otros marxistas de principios de siglo XX. Soy mucho más favorable a un enfoque desde la teoría de Marx; lo discuto aquí y aquí.

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      rolandoastarita

      25/09/2012 at 13:18

  19. ‘En otras palabras, el peronismo no era “superado” en ningún sentido socialista. No bastaba con el bendito “empujoncito”. La izquierda revolucionaria podía estar “dentro” del peronismo indefinidamente, pero no podía dar el tono general del movimiento nacional. Esto fue así cuando estuvo Perón, y continuó luego de su muerte. Agreguemos otra cuestión: para estar en la lucha tampoco era necesario tomar la bandera del peronismo, como muchas veces se insinuó. Tosco, Paez, Salamanca, Flores, fueron grandes dirigentes del Cordobazo y de otras gestas obreras, y no eran peronistas, sino marxistas. Tenían un enorme ascendiente sobre las masas trabajadoras; aunque éstas permanecieron en el peronismo, sin traspasar sus límites.’

    Dice usted. No traspasaron sus límites? O quienes lo hicieron, y quienes no también, fueron perseguidos y asesinados?
    Por otro lado, está más que claro que no hacía falta ser peronista: Cooke más que peronista era marxista. El peronismo, para él, era una herramienta.

    ‘Lenin plantea explícitamente que la principal característica del imperialismo es el monopolio, que consiste en “la dominación de las asociaciones monopolistas de grandes patronos” (Lenin, 1973, p. 451). Considera que el capitalismo monopolista ha reemplazado al capitalismo de la libre competencia. La competencia se ha transformado en monopolio, que es la base de la vida económica. Esto implica que prevalece la violencia en la manipulación de precios; la ley mercantil pierde relevancia, y las ganancias son más el producto de “maquinaciones financieras y estafas”, y del robo, que de la ley económica.’

    Dice en la nota del imperialismo. Una pregunta: usted leyó a Lenin?

    Y después me dice a mí que tergirverso? Cuando ud. se atreve a tergiversar a Lenin?

    Ahora me queda claro porqué ud. pone en el mismo plano para el trabajo socialista a una época de gobierno populista que a otra de gobierno neoliberal. Y cuando digo de preferir a un gobierno populista para dicho trabajo no hablo de entrismo ni de votarlo: fue ud. quien tergiversó mi opinión al respecto.

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    rebecca

    25/09/2012 at 18:14

    • Esto se está haciendo un poco aburrido. Primero, en la nota planteo que el movimiento peronista no traspasó ningún límite. Esto es un dato, un hecho histórico. Precisamente Perón lanzó la Triple A contra la izquierda porque no estaba dispuesto a pasar ningún límite capitalista. Segundo, en cuanto a la pregunta sobre si leí a Lenin, no se la voy a responder. Además, si de la lectura de Lenin usted deduce que hay que apoyar a CK, pues bien, allá usted. Tampoco ya me interesa seguir explicando cosas tan elementales.

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      rolandoastarita

      25/09/2012 at 21:26

    • Rebeca. Me sorprende su afán de polemizar. Evidentemente, está muy convencida de que entre el populismo kirchnerista y la ‘oposición’ existe una diferencia abismal. Personalmente opino que si bien existen diferencias, ello no justifica una defensa política de tal gobierno. Política es economía concentrada y un gobierno burgués se sostiene por que representa el interés de las principales fracciones de la clase capitalista. Cuando su estilo de servir deje de ser funcional, lo echarán a patadas, cosa que no está a la vista. Es una puja interburguesa, en que los trabajadores son un convidado de piedra. Lo que pienso en este respecto, lo he dejado claro en numerosas intervenciones que usted puede repasar. Ante la perspectiva de una dislocación violenta por parte de una opción con tintes más reaccionarios, se la deberá enfrentar sin asumir la defensa de un gobierno, que, pese a las apariencias, solo administró una etapa de auge económico y aplicó una tibias concesiones para formar una base política de maniobra. Usted, lamentablemente, se mofa de la idea de la ‘independencia de clase’. Le repele como una alternativa impráctica y banal. Un puro sectarismo inoperante que juega ‘objetivamente’ para la derecha, como si la saga de gobiernos K representaran alguna manifestación de izquierda (Tal vez , la izquierda de la derecha¡) a la que haya que priorizar en beneficio del pueblo, de los electores obreros, etc. Es el argumento clásico de todos los oportunistas de ayer y de hoy. Yo le devolvería el argumento, en el sentido de preguntarle en que se han beneficiado los trabajadores del seguidismo crónico a los lideratos populistas, cuando, en realidad, siempre ha sido el pródromo de trágicas derrotas y ha condenado al pensamiento y la acción revolucionaria de millones de potenciales revolucionarios a la dispersión y la esterilidad ¿Aferrarse a un gobierno burgués travestido y mentiroso, explotador y represor como el que más, no juega también a favor de la derecha? De todos modos, lo que más me sorprende de sus intervenciones es que destilan inconsecuencia. A cada afirmación de las ventajas de defender este gobierno frente a los embates de la ‘derecha’, le agrega una válvula de escape. No significa dejar de criticarlo. No significa votarlo. No significa hacer entrismo. No significa confiar en la profundización espontánea de sus medidas progresistas. Su planteo es ser la conciencia crítica del kirchnerismo, su pata izquierda informal, pero sin comprometerse demasiado. En el ámbito local, existen un sinnúmero de grupos que forman parte de la flota de barquichuelos que pretenden navegar en la estela que deja el buque insignia K. No se si usted se identifica con alguno de ellos, aunque, en todo caso me parecería lo más lógico. Dentro de la oferta existente le recomiendo el análisis de las posiciones del grupo ‘El Militante’. Desarrollan argumentos con notables puntos de contacto con los suyos, en una versión criolla de la política de seguidismo crónico (Pablismo, en terminología trostkista) a la ‘Revolución Venezolana’ encabezada por Chávez. A diferencia suya, si han defendido el entrismo en el peronismo (En sus sindicatos) e intentaron aplicarlo, con el resultado de que se terminaron haciendo peronistas, en un remedo de su crónico ‘entrismo’ en el laborismo británico. Si han llamado a votar a Cristina, para ‘defenderse de la derecha’ y hoy abogan por la re elección, con argumentos ‘democráticos’ del mismo tono. Instan a que las masas tomen en sus manos la profundización de sus conquistas (?) bajo la forma de exigencia y presión sobre el gobierno. Abogan a ultranza por las estatizaciones efectuadas por el estado burgués, como pre requisito facilitador de la tarea socialista. etc.
      Rebeca, no alcanzo a entender, porqué, si usted coincide tan a fondo con los argumentos de corrientes como esta, se detiene ante las conclusiones. ¿O no es así?
      Lo último. Si usted sostiene que Astarita tergiversa a Lenin, debería explicar con argumentos en que se equivoca. No preguntarle de modo ofensivo, si ha leído a Lenin. El compañero Astarita ha dado sobradas muestras de un profundo conocimiento de las obras marxistas. Se esté de acuerdo, o no, con sus conclusiones, es un punto de referencia por su inmensa cultura aquilatada por miles de horas de contracción al estudio y se debería opinar con más prudencia en este respecto.
      Gracias.

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      AP

      26/09/2012 at 13:39

  20. No dudo de la dedicación de Astarita. Y sólo por el respeto que eso merece, y por el tiempo dedica a debatir desinteresadamente, aclararé, muy sintéticamente, primero, mi postura; y segundo, mi duda acerca de si leyó a Lenin.
    Respecto a lo primero, lo que defiendo no es al kirchnerismo, sino a lo que no quiere llegar el kirchnerismo:
    ejemplo: YPF. Nacionalización de las acciones de Repsol. Se nos vende como una victoria bélica. Debemos sumarnos al festejo? No. Pero tampoco criticar sin rescatar nada bueno de ello. Rescatarlo para presionar: ‘muy bien, estamos ante un proceso de nacionalización, pero exigimos no haya indemnización a Repsol’ Si en cambio, damos a entender que igual da se nacionalice o no, ‘que las nacionalizaciones no acercan al socialismo’, caemos en el escepticismo que le critico a Astarita.
    Otro ejemplo: Los sindicatos. Mafias espantosas. El kirchnerismo, como buen gobierno bonapartista, sabe aceitarlos. Pero de repente, uno de los pilares, Moyano, se les planta. El gordo se da cuenta de que puede ir a más. Y que si el kirchnerismo maneja el mensaje popular, el sabe hacerlo mejor aún. Esta es una oportunidad casi única para intentar que sus bases realmente pidan más. Más de lo que está dispuesto el gobierno a darles. Más de lo que incluso Moyano está dispuesto a darles. Los gobiernos bonapartistas son ricos en contradicciones: contradicciones inter-capitalistas y contradicciones capital-trabajo. Y por ser gobiernos que se apoyan en las masas, no pueden simplememente cagarse en todos: por lo menos no de manera explícita. Deben aparentar, y contentar. Esta es su debilidad.Pero no hablo de entrismo pablista, son tácticas que creo coherentes con todos los grandes marxistas; incluido Marx.
    Respecto a lo segundo, le pido antes que nada disculpas a Astarita. Fui brusca. Fue un momento de calentura. Pero el tema es que malinterpreta a Lenin. Este nunca habló de que la ley del valor dejara de prevalecer. Al contrario, el imperialismo, Lenin, lo explica, justamente, por la ley del valor. Y de la ley del valor, y de las dificultades de realización de plusvalía, saca la conclusión de la decadencia capitalista. Pero no es subconsumista, como sostiene Astarita en otro párrafo. Creo que si simplificamos su pensamiento es fácil concluir que Lenin se equivoca respecto a la decadencia del capitalismo, que es a lo que llega Astarita. Que el capitalismo está en crisis cada vez más fuertes, de las que sólo puede salir vía guerras, y esto de manera engañosa, porque las armas las compran los estados con dinero público, o sea plusvalía ya creada antes, es algo que está cada vez más vigente. Pero esto es un tema que daría para otro debate. Y no creo sea el momento ni el lugar para seguirla.
    Como dije antes, gracias por su tiempo.

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    rebecca

    26/09/2012 at 15:43

    • No es un buen camino defender lo indefendible. Lenin habla de una nueva etapa del capitalismo porque sostiene que hubo un cambio cualitativo, la aparición del monopolio (de hecho, oligopolios). Es un cambio cualitativo en relación a la etapa que llama de libre competencia. ¿Qué es la libre competencia? Es la dinámica del capitalismo que Marx tiene presente al escribir El Capital: la competencia impone a cada capitalista individual la necesidad del cambio tecnológico y de acumular permanentemente capital. Es también el presupuesto del funcionamiento de la ley del valor trabajo, como ya había precisado Ricardo, y aprueba Marx. Este es el hecho central que Lenin, siguiendo a Hilferding y Hobson, plantea que ha cambiado entre finales del siglo XIX y principios del XX. ¿En qué se manifiesta? En que «unas cuantas decenas de empresas gigantescas pueden ponerse de acuerdo fácilmente» para establecer los precios (Imperialismo, fase superior…). Pero si esto es así, no opera la ley del valor trabajo en la formación del precio. Esta es la tesis de la competencia imperfecta, no hay manera en que pueda funcionar la ley del valor.
      Hilferding era muy consciente de esto, y por eso empieza el tratamiento sobre el monopolio diciendo que con este cambio desde la libre competencia, la ley económica deja de ser objetiva. Lenin cita extensamente a Hilferding, y nunca cuestiona esto. No lo podía cuestionar porque acepta la idea de que las empresas «se ponen de acuerdo» para fijar los precios. Si las empresas «se ponen de acuerdo», no hay competencia. Si no hay competencia, subrayo, la ley del valor trabajo no existe. En particular, con acuerdos de precios no puede entenderse la guerra de precios; pero la guerra de precios es clave en la explicación teórica de El Capital: en el cambio tecnológico, en la plusvalía relativa y en la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. No se pueden comprender estas cuestiones si se parte de la idea de que los monopolios se ponen de acuerdo para establecer los precios. Por eso Lenin dice que la ley económica en el siglo XX «está quebrantada». Hay coherencia. Por eso mismo sostiene que la bolsa de valores tenderá a perder fuerza. «… el viejo capitalismo, el capitalismo de la libre competencia, con su regulador indispensable, pasa a la historia» (ídem). ¿Cómo se puede comprender la formación de los precios de producción con este esquema? Es imposible. La comprensión de las leyes de la crisis, por supuesto, es imposible si no se parte de entender lo básico. En el capitalismo del siglo XX, como en el actual, la competencia y la guerra de precios son, por lo menos, tan intensas como en el siglo XIX, cuando escribía Marx. Por supuesto, estos problemas fueron heredados y profundizados por la mayoría de los marxistas del siglo XX.
      No voy a responder todas las otras cuestiones. Solo señalo que me resulta divertido el cargo de «escéptico» frente a los «logros» del capitalismo estatal. En 1980 el capitalismo de Estado en EEUU tenía más peso en la economía que en 1930. El ala «no escéptica» del marxismo estaba muy contenta, porque consideraba que el socialismo estaba más cerca en 1980 que en 1930. El ala «escéptica» decía que no se había avanzado nada. En 2012 el capitalismo de Estado en EEUU tiene más peso en la economía que en 1980. De nuevo, el ala «no escéptica» está muy contenta, porque volvimos a avanzar hacia el socialismo, con respecto a la situación en 1980. En fin. los «no escéptico» pueden seguir con el ejercicio por el resto del mundo. El viejo Bernstein los felicitaría. A esto le llaman «ciencia» en los días que corren.

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      rolandoastarita

      26/09/2012 at 16:22

    • Rebecca, con todo respeto, mire hacia donde se dirige Moyano para «ir a más» como ud dice:
      http://www.lanacion.com.ar/1511704-moyano-y-el-pj-antikirchnerista-se-unen-y-desafian-al-gobierno

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      Armando

      26/09/2012 at 21:00

  21. Ay, me parece mentira estar discutiendo esto con alguien tan leído. Insisto: vuelva a leer a Lenin. Los monopolios no anulan la competencia. Que los monopolios puedan poner precios por encima de su valor no anula la ley del valor. Lo que hacen es quitar plusvalía de otros capitalistas menos productivos. Por eso la concentración de capitales. Por otra parte, los monopolios compiten entre ellos, según la ley del valor. Esa tendencia, ya implícita en Marx, se transforma en un cambio cualitativo en la época de Lenin. Y sigue exacerbándose.La acumulación de capitales sigue rigiendo la baja tendencial en la tasa de ganancias. Hoy eso lo vemos en la desesperada búsqueda de ganancias vía especulación. Con la limitación propia del sistema capitalista: de que la plusvalía, de donde sale la ganancia, necesita del trabajo productivo. Por eso las crisis que estallan, primero, en el mundo financiero, pero que tienen su origen en la acumulación, en la baja tendencial de ganancia y en los problemas de realización del capital. Por eso Marx habla de que toda crisis es una crisis de sobreproducción; de plusvalía que no puede realizarse. Lenin no se desprende de esto, ni mucho menos…

    Obviamente que en 1980 el mundo tenía una economía más estatizada que en 1930. Por las políticas keynesianas, que no resolvieron la crisis del 30, sólo postergaron la posterior crisis, que estalla hacia fines de los 60. El capitalismo, incapaz de mantener las políticas keynesianas, en los 80, con Reagan a la cabeza, empieza a destrozar dicho estado de bienestar. Y en todo el mundo. Y hoy más que nunca. Los únicos gastos estatales que el capitalismo está dispuesto a mantener, son los de compra de armas a empresas privadas. Por eso, hoy en día, un gobierno que aplique políticas keynesianas, es casi revolucionario. Porque se enfrenta directamente a los grandes monopolios: los más fuertes son de origen estadounidense. Por eso lo importante de defender las conquistas de la clase trabajadora. Porque sólo por eso ya nos estamos enfrentando con los monopolios. Si a las masas trabajadoras les pedimos que se hagan marxistas sin el derrotero previo que lleva a la conciencia de clase, sin la praxis que los lleve cada vez más a la izquierda, nos quedamos solos. Las masas no tienen nunca la culpa, son las direcciones la que fallan. Perderse una oportunidad de lucha por tildar a esta de ‘reformista’, es aislarse. Es volverse marxista metafísico; o estético.

    Cuando lea, otra vez, a Lenin, volvemos a hablar.

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    rebecca

    26/09/2012 at 18:02

    • No le parezca mentira, todo es cuestión de no ser dogmático y abrir la cabeza. Su argumento lo he leído decenas de veces, y no se sostiene, teórica ni empíricamente. Yo mismo lo he defendido, y tuve que abandonarlo por este motivo. Veamos:
      «Los monopolios no anulan la competencia. Que los monopolios puedan poner precios por encima de su valor no anula la ley del valor». Aquí ya viene el primer problema teórico: ¿qué determina la diferencia de nivel de precios entre el sector monopólico y no monopólico? ¿Cómo regula la ley del valor esa diferencia? Nunca los teóricos del precio de monopolio pudieron resolver esta cuestión. Pero si esto no se puede resolver, el nivel de precio del monopolio con respecto al nivel del precio del sector no monopólico no está determinado. Y si no está determinado, toda la estructura se cae. Si se sostiene que la diferencia se establece por relación de fuerzas, la ley del valor trabajo no se cumple (estamos en el escenario de Hilferding). Si se sostiene que la diferencia se establece por competencia, la teoría del monopolio se disuelve en la libre competencia. Por este motivo, nunca los teóricos del precio del monopolio pudieron llegar a una teoría general de formación de precio del monopolio. Las explicaciones de competencia imperfecta son en el fondo tautológicas. Baran y Sweezy, quienes más quisieron avanzar por este camino, debieron reconocer que no tenían respuesta. Le pregunto: ¿por qué cree usted que los mejores economistas no pudieron elaborar esa teoría general del precio del monopolio? ¿Solo porque eran incapaces?
      Pero además, está el problema empírico. No hay evidencia empírica alguna de que los precios de los sectores más concentrados de la economía sean sistemáticamente más altos que los precios de los sectores menos concentrados. Tampoco hay evidencia empírica de que haya una tasa de ganancia sistemáticamente más elevada en los sectores más concentrados. Los datos sobre estas cuestiones los aportan Shaikh, Semmler, Dumenil, Byran y otros. Yo mismo traté durante años de encontrar evidencia empírica, y no lo logré (una de las razones que me llevó a la crisis con esta teoría).
      Sobre que Lenin «no se desprende» de la teoría de Marx sobre las crisis y la ley de la tasa de ganancia, pues bien, parece más una expresión de deseo suyo. ¿Me puede decir en qué parte del Imperialismo, fase superior del capitalismo, se discute la relación entre la ley de la tendencia de la tasa de ganancia y el precio y las ganancias del monopolio? ¿En qué parte se discute esta ley en relación a la crisis capitalista? ¿En qué parte Lenin opone esta ley a la explicación de Hobson sobre la crisis? (la explicación de Hobson que Lenin cita sin crítica teórica, sino política).
      Por supuesto, si no se aclaran estas cosas, no se puede abordar con éxito el estudio de las crisis. De todas maneras dejo sentado que en mi opinión es un disparate sostener que la crisis del 30 nunca se resolvió, solo se postergó, y esto debido a las políticas keynesianas. Esa idea de que la crisis del 30 nunca se cerró la sostenían grupos trotskistas (el llamado Secretariado Internacional) en pleno boom de los 50 y 60. Finalmente, cuando estalló la crisis del 75-75 dijeron «teníamos razón». Un viejo amigo me decía al respecto que a esto se aplicaba el chiste inglés de «un reloj parado tiene razón dos veces por día». Además, de hecho, las políticas keynesianas prácticamente no se aplicaron para salir de la crisis. La economía de EEUU empieza a recuperarse con la devaluación del 33; políticas de seguro de desempleo y gasto público recién se instrumentan desde 1934-5, cuando se estaba en plena recuperación. Además, en términos de PBI, en los 30 el gasto público fue menor que en los 1920 y 1930.
      Por último, ya llevan décadas los reformistas estatistas diciendo que van a convencer a las masas de las bondades del socialismo, apoyando al capitalismo estatal.Al respecto, me sigue pareciendo muy correcta la crítica de Engels a los socialistas estatistas alemanes, de los tiempos de Bismark. Mutatis mutandi, pienso que se aplica enteramente a las cosas que usted dice.

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      rolandoastarita

      26/09/2012 at 18:27

    • Rebecca o como te llames, sin ánimo de ofender, estás siendo demasiado gorsera/o. Moderate un poco, más arriba pedías disculpas por un «momento de calentura» y volvés en este comentario a la provocación personal.

      Saludos

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      Ilichito

      26/09/2012 at 21:34

  22. Con cuántos astaritas estoy debatiendo?
    Y yo tan sóla.
    O sea que a mí me pueden decir dogmática, que ‘no me entra en la cabeza’, que digo disparates, que escribo parrafadas sin sentido… Pero yo no puedo decir nada. Yo debería asentir, y terminar diciendo ‘profesor astarita, cuánta razón tiene’, y así dejar de ser dogmática. Será porque el blog es de astarita.

    Que las políticas keynesianas no se aplicaron para salir de la crisis, como dice ud., no es verdad. Se aplicaron, tímidamente, sólo que de la crisis se terminó saliendo con la guerra, con el keynesianismo aplicado a la industria privada de destrucción, que es la misma forma que buscan para salir de la crisis de hoy: con guerras. Con inyecciones públicas a la industria privada. Que como ya dije, es provocar nuevas crisis. Y que demuestra la decadencia de un sistema capitalista, ya desde los años 30, incapaz de salir sin dicha ayuda pública de las crisis. Lo que confirma la teoría de Lenin respecto a la mencionada decadencia del sistema.

    Y respecto a Lenin… Ud. me pregunta en qué parte de ‘Imperialismo, fase superior…’ habla de la relación de precios y de la tasa de ganancias, yo le pregunto a ud: en qué parte dice Lenin que la ley del valor deje de actuar?

    Respecto a la relación, o transformación, valor -precio… Empíricamente nunca se pudo demostrar. Ni siquiera en en la época de Marx, cuando los monopolios aún no eran tan fuertes. Ni Shaihh & Cia pueden demostrarla, de manera convincente, vía numérica. Leyó a Rubin, al respecto? Leyó a Mattick? Leyó a Gill? Si la teoría de la competencia monopólica cae por esa no demostración numérica, entonces cae, también, la teoría del valor toda.

    y ya no sigo (si algún tercero aún nos está leyendo, hay que darle un premio)

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    rebecca

    27/09/2012 at 05:49

    • Entiendo que la falta de argumentos la esté poniendo un poco nerviosa, pero trate de razonar un poco. Le he argumentado por qué teóricamente no es compatible la división «ganancia monopólica-ganancia no monopólica» con la ley del valor. ¿Qué responde a esto? Nada. Le he planteado que no hay evidencia empírica de esta división. ¿Qué responde a esto? Nada, habla de otra cosa, de la transformación en valore a precios (un desatino, como lo explico luego).
      Le he planteado que si las grandes empresas se ponen de acuerdo para fijar de precios (lo que pensaba Lenin), el capítulo 1 de El Capital (ley del valor) no tiene aplicación. ¿Qué responde a esto? Nada. Le he preguntado en qué parte del Imperialismo fase superior del capitalismo Lenin pone en consonancia su teoría de formación monopólica de precios con la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. ¿Qué responde a esto? Nada. Le he preguntado en qué parte del libro Lenin explica la crisis por esa ley. ¿Qué responde a esto? Nada.
      Le he planteado que el capitalismo no sale de la crisis del 30 por el gasto keynesiano, y me responde diciendo que sí sale, aunque sin aportar ningún dato. Esto a pesar de que le dije que la recuperación comenzó antes de que se instrumentara el gasto fiscal, y que en términos de pbi el gasto fiscal fue menor en los 30 que en los 20 y en los 40. Le aclaro, esto lo reconocieron los mejores keynesianos, como Hansen, que se quejaban de que en EEUU no se aplicaban las recetas de Keynes. El mismo Keynes tuvo un intercambio con Roosevelt por eso. Más en general, el capitalismo no salió de ninguna crisis estructural (por caída tendencial de la tasa de ganancia) aplicando las recetas keynesianas. Lo demuestran los 70s, lo demuestra la depresión japonesa iniciada en los 90, lo demuestra la actual crisis.
      Por otra parte, insiste en que el capitalismo está en decadencia desde 1930. Es la vieja tesis trotskista que he discutido muchas veces. No hay evidencia empírica para esto, ni razón teórica para decir que esto sea así. Pero a usted todo esto la tiene sin cuidado. Sigue repitiendo y repitiendo. Y después se enoja cuando se le pide que sea un poco menos dogmática. Sí, creo que usted es muy dogmática. ¿Por qué? Porque no argumenta, ni responde argumentos. No responde con argumentos teóricos, ni tiene en cuenta ninguna evidencia empírica.
      Voy ahora al único argumento que intenta ser teórico de su última respuesta, a saber, que dado que la transformación de valores a precios no se pudo demostrar, no importa que no haya evidencia empírica de la diferencia entre tasas de ganancias monopólicas y no monopólicas. Este es otro desatino. Le señalo algo elemental: la tasa de ganancia es una variable esotérica, está a la vista, porque es la que tienen en consideración los empresarios para tomar decisiones de inversión. Por eso es cualitativamente distinta del valor o la plusvalía. Por eso no tiene sentido decir que la tasa de ganancia está oculta, y que no es comprobable su movimiento. No es lo que sucede con el valor y la plusvalía. La comprobación del valor es indirecta. Le aclaro, al pasar, que Marx pensaba que, a pesar de que el valor no er directamente visible (se manifiesta en precios), no por ello la ley del valor trabajo carecía de evidencia empírica. Lo cual es lógico: el valor no es un «en sí kantiano». Se manifiesta, aunque no de manera directa.
      Por último: ¿por qué me tomo el trabajo de responderle puntualmente? Porque desde hace años estoy tratando de hacer entender a los marxistas que la repetición dogmática de «verdades» no sirve para nada. Aunque usted no preste atención, si esta respuesta sirve aunque sea a una persona para pensar los problemas, me doy por satisfecho. La crisis del movimiento marxista es muy profunda, y tengo plena conciencia del daño que ha provocado el dogmatismo.

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      rolandoastarita

      27/09/2012 at 08:31

  23. Una intervención más. De una contestación suya a una pregunta mía que se me pasó.
    Respecto al tema de hacer trabajo dentro de los organismos donde están los trabajadores, o sea sindicatos, que según ud. sería reformismo, entrismo y pérdida de tiempo. Miremos el ejemplo del 73:

    Decía ud:
    ‘Tosco, Paez, Salamanca, Flores, fueron grandes dirigentes del Cordobazo y de otras gestas obreras, y no eran peronistas, sino marxistas. Tenían un enorme ascendiente sobre las masas trabajadoras; aunque éstas permanecieron en el peronismo, sin traspasar sus límites.’

    Pregunté yo:
    ‘No traspasaron sus límites? O quienes lo hicieron, y quienes no también, fueron perseguidos y asesinados?

    Contestó ud:
    ‘Perón lanzó la Triple A contra la izquierda porque no estaba dispuesto a pasar ningún límite capitalista’

    Entonces me da la razón. El problema no fueron las bases peronistas, sino la represión peronista! Se da cuenta de la diferencia entre bases y dirección? Se da cuenta de la importancia de ganarse a las masas donde están, en sus organizaciones de clase tradicionales? Ud. mismo lo dice. Fue Perón, la Triple A… No los trabajadores! Si hubo represión fue porque la radicalización obrera estaba siendo un éxito.
    Qué hacer, sino? Crear sindicatos rojos? o de otro planeta? ‘Que las masas vengan a mí’. A eso es a lo que llamo marxismo metafísico.

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    rebecca

    27/09/2012 at 06:50

    • Le doy un consejo: cuando polemice no atribuya a su interlocutor lo que éste no dice, porque no sirve. Mejor dicho, sirve para programas como los de 6,7,8 o para escribir en prensas partidarias que lee gente que no escucha ni lee lo que dicen los criticados. Por fuera de eso casos particulares, el procedimiento no sirve.
      Veamos. ¿dónde sostuve que no hay que militar en los sindicatos? Jamás sostuve semejante estupidez. Siempre critiqué las políticas ultraizquierdistas de crear sindicatos «rojos», y cosas por el estilo. En la nota a la que usted hace referencia («Reflexiones sobre el peronismo de izquierda») la polémica es otra: si había que hacer entrismo en el peronismo. El peronismo fue un movimiento político, de masas, pero un movimiento político. No era un sindicato. Para entrar al peronismo había que aceptar la doctrina peronista y la conducción de Perón. Para estar en un sindicato no.
      En fin, trate de entender lo que se le está diciendo. Es la primera condición para mantener una polémica coherente.

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      rolandoastarita

      27/09/2012 at 08:42

  24. Creo que ya hay demasiado escrito por ambas partes. Si algún valiente se atrevió a seguir el derrotero (lo dudo), que juzgue quien tergiversa más, quien se contradice más, quien busca esclarecer y quien oscurecer, quien busca razonar y quien se va por la tangente.
    Un saludo

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    rebecca

    27/09/2012 at 11:54

    • Vengo siguiendo el debate entre ambos y… qué querés que te diga, Rebecca… Dejaste varios puntos flojos.

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      Juan Carlos C.

      27/09/2012 at 12:04

    • Rebecca, creo que somos varios los valientes que venimos siguiendo este debate…
      Hasta donde entiendo o al menos creo entender, no tengo objeciones que hacer a la esencia de las respuestas de Rolando. Respecto a tus comentarios, me parece que si bien sos dogmática, tal vez podría haberse profundizado el debate, ya que, repito, a pesar de ser dogmática, creo que sos muy franca en la exposición de tu pensamiento. Tal vez yo hubiera preferido un poco menos de dureza por parte de Rolando y de tu parte más argumentaciones y menos declaraciones, menos preguntas retóricas tipo, ¿leyó a tal, leyó tal cosa? Te puedo asegurar que Rolando no solo leyó todo lo que ponés en duda que él haya leído sino que lo ha estudiado y lo ha revisado del derecho y del revés, y como buen librepensador que es no «se come» nada sino que lo desmenuza hasta donde su capacidad -que no es poca, por decir lo menos- le da.

      Acerca de si Lenin dijo o no dijo -si escribió o no escribió- que la ley del valor deja de actuar en la época de los monopolios, lo que Rolando te está tratando de hacer entender es que esa es la conclusión lógica de lo que Lenin expuso; si querés considerá que esa conclusión está tácita pero no sigas afirmando que Lenin no sostenía eso, porque tal afirmación sería meramente formal y vacía de contenido.

      En este debate tocaste un montón de «lugares comunes», piezas del dogma «para-marxista» que Rolando viene desmenuzando en su blog a través de decenas de artículos, y con excelente tino Rolando te indicó, con la inserción de los links correspondientes, donde había tratado ya esos temas. Te invito a que los leas con espíritu crítico, que no es lo mismo que decir con espíritu opositor. Tratá de captar la novedad de lo que Rolando expone toda vez que trata alguno de los dogmas de la izquierda marxista y no marxista. Podrás estar de acuerdo o no, o parcialmente de acuerdo, pero sería muy bueno que te formaras tus propias opiniones en vez de ser meramente una propaladora de ideas remanidas que ya se han convertido en piezas de un dogma.

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      Eduardo

      27/09/2012 at 19:15

  25. Uf, vaya intercambio. Debo decirle a Rebecca que si dudaba alguien lo estaba leyendo, aquí estoy yo. Y juan Carlos. Y el premio es el debate en sí.
    Pero profesor, la llama dogmática y no lo es. De hecho es usted quien, me temo, parece escapar un poco a ciertos razonamientos de Rebecca. Sé que en el fondo es usted quien tiene razón. Por eso, como otros, lo sigo. Por eso espero, como seguramente otros lo esperan, salga de esto de una manera más racional y contundente, profesor. Quienes lo seguimos, así lo esperamos.
    Por otro lado, esta Rebecca, insinúa usted es un marxista metafísico y estético. Déjeme le conteste a esta mujer: el profesor es un investigador empírico, el profesor estuvo en el Cordobazo!!

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    Maxi

    27/09/2012 at 13:03

  26. Rebecca, yo lo seguí todo al debate. Se aprende mucho en estos debates, están buenos, lástima que no contestaste una sola pregunta e hiciste que el que se tomase el trabajo de argumentar sea Rolando, lo lograste, supongo que también habrás aprendido bastante porque te dieron todas las respuestas.

    Saludos

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    Ilichito

    28/09/2012 at 03:48

  27. A pedido del público:

    ‘… teóricamente no es compatible la división “ganancia monopólica-ganancia no monopólica” con la ley del valor. ¿Qué responde a esto? Nada’

    No hay tal división. Simplemente cada empresa, mono o no mono, obtiene su ganancia. Los monopolios, justamente por serlo, tienen más posibilidades de ampliar sus ganancias, o sea de superar la tasa de gcia media.

    ‘…si las grandes empresas se ponen de acuerdo para fijar de precios (lo que pensaba Lenin), el capítulo 1 de El Capital (ley del valor) no tiene aplicación. ¿Qué responde a esto? Nada’

    Pero que puedan fijar precios, no quiere decir que se invalide la ley del valor. Esto se lo inventa ud. La ley del valor sigue actuando, sólo que algunas empresas obtendrán más de la ganancia media y, por lo tanto, otras menos. No quiere decir que todos los monopolios lo hagan, que todos obtengan una ganancia mayor (ni que esta sea la misma para todos los monopolios): sólo quiere decir que tienen la posibilidad de hacerlo; lo lograrán siempre que sus tasas de ganancia superiores contrarresten el coste de capital fijo superior al de otras empresas (la mayor acumulación de capital). Y suelen lograrlo, por eso la concentración de capitales es cada vez mayor. Y es una realidad empírica.

    ‘Le he preguntado en qué parte del Imperialismo fase superior del capitalismo Lenin pone en consonancia su teoría de formación monopólica de precios con la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. ¿Qué responde a esto? Nada’

    Lenin no lo dice porque no apuntaba a eso. Es algo que me me vi obligada a aclararle yo, por la patraña suya de que Lenin niega la ley del valor.

    ‘Le he planteado que el capitalismo no sale de la crisis del 30 por el gasto keynesiano, y me responde diciendo que sí sale, aunque sin aportar ningún dato.’

    Me tergiversa. No dije que de la crisis se saliera con el gasto keynesiano en sí, sino con el gasto keynesiano aplicado a la industria bélica. Y esto es una realidad. Obviamente para esto, para salir de la crisis, tuvo que aumentarse la productividad, vía desarrollo tecnológico, y esto se logró gracias a las investigaciones pagadas en última instancia por el Estado. Ya que las empresas de armas venden al Estado. O sea que la mejora de productividad se dio vía gasto público.
    Las políticas keynesianas aplicadas a empresas públicas, las empresas públicas en sí, siempre fueron un estorbo para el capital. Igual que el gasto público en salud, educación, etc. Porque quitan la posibilidad de nuevos negocios al capital. Las primeras, las empresas públicas, fueron una necesidad durante la guerra (los países necesitaron transformarse, un poco, en ciertos sectores estratégicos, en capitalismos de estado); y el segundo, el gto público destinado a educación, sanidad… fue una concesión a la clase trabajadora, en una época de radicalización obrera.
    Hoy de la crisis se busca salir de la misma manera: gto público destinado al sector privado de las armas, que genera la mercancía ideal para el capitalismo, la mercancía que se destruye y que destruye. Y a los bancos, para pagar las deudas de acreedores que hacen circular capitales que prefieren (que no le queda otra, en realidad) buscar su realización en la especulación que en la producción.
    Y, la diferencia cuantitativa que se torna cualitativa con respecto a los años 30, es la de los recortes brutales del gto público que estorban al capital.Y eso habla de que la decadencia capitalista es cada vez mayor: sólo puede salir de la crisis inyectando dinero público al sector privado y aplicando políticas de austeridad al mismo tiempo. Todo esto con la contradicción inevitable de que se usa plusvalía ya generada y recaudada anteriormente. Esto, también es una realidad.

    Usted niega a Lenin porque niega, en el fondo, el imperialismo. Para eso se apoya en académicos que les va muy bien con sus investigaciones y obtienen así mayores subvenciones. Académicos que son algo exóticos en el ámbito universitario, por ser marxistas, pero que en realidad defienden un marxismo castrado. Un marxismo que se pretende empírico pero que es metafísico. Desconectado de la realidad. Marxistas que se pasan años y años buscando la transformación del valor en precio.

    Usted niega a Lenin porque niega el capitalismo esté en decadencia; decadencia que se refleja en que genera más pobreza que riqueza; en que destruye más de lo que construye. Y esto es una realidad.
    Un capitalismo, que según ud., en nota anterior, en Argentina, en su época neoliberal, recibió capitales para modernizarse. Para aumentar la productividad del país.
    Que los capitales buscan aumentar su productividad es una realidad. Porque es una necesidad de los mismos para competir y para contrarrestar la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. Pero decir que el objetivo fue ese, que los capitales entraron para mejorar la productividad del país es no ver lo más importante: los capitales entraron en buena parte con fines meramente especulativos, como en los países de Europa ahora.
    El neoliberalismo, abriendo las fronteras, aboliendo las políticas monetarias propias de cada país, entra en con el fin de obtener ganancias especulativas y con el fin de comerse a las industrias locales. Y claro que quedan las empresas más productivas! Justamente eso confirma a Lenin! La concentración de capitales es cada vez mayor! Cada vez son menos los países industrializados. Porque los países por donde pasa el neoliberalismo, los semi-coloniales, se desindustrializan. Quedan los monopolios, casi siempre de origen foráneo, quedan las empresas de dentro que pueden competir, y unos mejoran la productividad vía tecnología y reduciendo los salarios, y otros sólo reduciendo los salarios.
    Esto pasó en Argentina. Y está pasando en Europa. Y, por favor, no me venga con los BRICS, que es donde sí hay crecimiento industrial, pero que lo hay por la mano de obra super-barata, por la mayor plusvalía se puede obtener a costa de esa mano de obra casi esclava. Países sin mercado interno. Países donde se están generando nuevas burbujas especulativas y cuyos capitales pertenecen, en sumayoría, a los países centrales. Es la desesperada búsqueda de ganancias. Es el ganar a costa de endeudar, de destruir. Y es una realidad.

    La ley del valor es abolida? Para nada. Sigue totalmente vigente. Es más, lo explica todo.
    Usted cree que Marx, a la hora de desarrollar la ley del valor pensaba en una competencia perfecta; ideal. Marx explica la ley del valor haciendo abstracción de la realidad. Porque así funciona el pensamiento. Y porque así se explican las teorías. Pero era muy conciente de que en la realidad, incluso en la de su época, el capitalismo no funcionaba con leyes de competencia perfecta. Hasta A. Smith, muy anterior y liberal, era conciente de que en la realidad capitalista la competencia perfecta no existía.
    Y sí, se lo tengo que decir: usted niega a Marx.

    Respecto a la discusión en torno izquierda peronista… Usted habla de los límites del peronismo como sistema, y de los límites de las masas peronistas. Yo le demostré, con sus propias palabras, que segundo límite no era tal: los obreros se estaban radicalizando, y por eso la represión.
    Echarle la culpa a las masas proletarias es algo que Marx nunca hizo: eso es algo típico de la reacción; de la derecha.

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    rebecca

    28/09/2012 at 13:33

    • Rebecca, las incoherencias no pueden mantenerse indefinidamente. Primero dice que no hay «tal división» entre la tasa de ganancia media de los monopolios y la tasa de ganancia media de los sectores no monopólicos. Dos frases después sostiene que los monopolios «justamente por serlo, tienen más posibilidades de ampliar sus ganancias, o sea de superar la tasa de gcia media». Pero entonces hay dos tasas de ganancia medias. Y si hay dos, hay división entre ambas. Hay una ganancia media del sector monopólico, y una ganancia media del sector no monopólico. Y si esto es así, no hay manera de evitar la pregunta: ¿qué determina esa diferencia entre ambos promedios? Usted no puede responder, como no han podido responder nunca los teóricos del monopolio. Para colmo, poco después afirma que no todos los monopolios obtienen la tasa de ganancia superior. Pero esto no es un argumento teórico. Lo que se trata de responder es si existe sistemáticamente una tasa de ganancia superior del sector monopólico, derivada de su poder de fijar precios. Si los pretendidos monopolios no tienen poder de fijar precios por encima de los valores, no hay manera de que se apropien de ganancia monopólica. Pero si esto es así, se derriba toda la teoría del monopolio.
      Segundo. es un error, y grave, pretender que los precios que se fijan por acuerdo responden a las leyes de la competencia. Precisamente se fijan por acuerdo para evitar la competencia. Es lo que, supuestamente, les permite obtener una ganancia diferenciada. En el capítulo 1 de El Capital Marx no establece ningún tipo de mecanismo por «acuerdo» de precios, y por eso no aparece apropiación de plusvalía por medio de mecanismos de mercado. Esto es, actúa la ley del valor. Cuando menciona (tomo 3) el monopolio, reconoce que no hay ley interna que determine el precio. ¿Por qué? Por lo que expliqué en el punto anterior.
      Tercero, ¿quién le dijo que la mejora de productividad en los 30, en EEUU, se dio por gasto público? ¿No puede parar de inventar cosas? Ya le expliqué que la recuperación se da, y muy fuerte, a partir del verano de 1933, y hasta 1938. Luego está la crisis de 1938, y en 1939 ya estaba creciendo de nuevo. El gasto de guerra comienza a partir de 1940.
      Tercero, como no tiene argumentos, cae en el agravio personal. Escribe: Usted niega a Lenin porque niega, en el fondo, el imperialismo. Para eso se apoya en académicos que les va muy bien con sus investigaciones y obtienen así mayores subvenciones. Académicos que son algo exóticos en el ámbito universitario, por ser marxistas, pero que en realidad defienden un marxismo castrado. Un marxismo que se pretende empírico pero que es metafísico. Desconectado de la realidad. Marxistas que se pasan años y años buscando la transformación del valor en precio.
      Paro aquí. Esto ya lo he visto muchas veces. Es stalinismo, y en el sentido más puro. Es la idea de que pienso como pienso porque detrás están los puestos y las subvenciones universitarias. Entiendo que la impotencia para responder la haya llevado a esto. Me da un poco de pena por usted, pero no estoy dispuesto a seguir. Después de todo, ha revelado su naturaleza profunda. El espectáculo me resulta muy desagradable. Que le vaya bien.
      Agrego: lamento que haya abusado de la libertad que existe en este blog para agraviarme. También esto revela lo que es usted.

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      rolandoastarita

      28/09/2012 at 14:11

  28. Me resulta algo oscuro el «punto teórico» de la discusión (los aspectos políticos e históricos no son de mi interés en esta ocasión).
    No entiendo si Astarita niega la existencia de monopolios (y, en consecuencia, de precios de monopolio), o niega que la existencia de monopolios (y precios de monopolio) se halle en contradicción con la ley del valor, o niega la tesis de que la supremacía del monopolio ha liquidado definitivamente la vigencia de ley del valor (como sostienen los defensores de la teoría del capital monopolista).
    Lo primero me parece una realidad empírica innegable: existen monopolios y, en consecuencia, precios de monopolio. La competencia necesariamente conduce a la formación de monopolios, como señaló el propio Marx. Y si los monopolios existen, existen los precios de monopolio (de lo contrario ¿qué sentido podría tener la formación de monopolios?).
    Lo segundo no parece cuestionable: si los monopolios se forman para escapar de la competencia, deben también escapar de la nivelación de la tasa de ganancia que vehiculiza la regulación de los precios por el tiempo de trabajo socialmente necesario. En consecuencia, hay una contradicción entre la formación de monopolios y la ley del valor. ¡No será la primera ni la última contradicción interna -y necesaria- que experimenta el capitalismo!
    Si se trata, en cambio, de una crítica a la tesis que sostiene que la supremacía del monopolio anuló definitivamente la vigencia de la ley del valor, por supuesto que estoy de acuerdo con Astarita: Si hay capitalismo necesariamente debe estar en vigencia la ley del valor (en este sentido, «capitalismo monopolista» me suena como una contradicción en los términos).

    En una segunda ronda de conclusiones, quisiera considerar lo siguiente: Que monopolio y ley del valor se hallen en contradicción, no supone que esa contradicción deba terminar resuelta en favor del monopolio… ni de la ley del valor (a fin de cuentas, el capitalismo mismo engendra sistemáticamente los factores que lo niegan).
    Recuerdo que Astarita una vez dio el ejemplo de las empresas de peaje en autopistas, que a la larga vieron erosionados su precios de monopolio por mecanismos competitivos. Él parecía considerar que esto resolvía definitivamente la contradicción a favor de la ley del valor. Yo no creo lo mismo, ya que durante un lapso más o menos extenso existieron precios de monopolio, refractarios (siquiera temporariamente) a la nivelación de la tasa de ganancia. Todo el tiempo aparecen monopolios, rentas extraordinarias y precios de monopolio. Y también todo el tiempo son erosionados por la competencia capitalista que vehiculiza la ley del valor.
    En este punto, creo que conviene recordar algo que decía Lenin: que la formación de monopolios de ningún modo supone la eliminación completa de la competencia. Incluso si una rama de la producción quedara en manos de un solo capitalista, la competencia seguiría verificándose entre esa rama y las demás (por ejemplo, si un solo capitalista se adueñara de toda la producción de papas del mundo, su arbitrio sobre el precio de la papa estaría de todos modos limitado por la posibilidad de que los consumidores elijan comer otra cosa en lugar de papa, o elijan comer menos y adquirir otro tipo de mercancía, etc.). El único monopolio que podría anular la ley del valor sería el monopolio absoluto, el famoso ultracapitalismo de Kautsky, que nunca existió y, hasta donde se sabe, no parece que vaya a existir jamás. En consecuencia, las rentas monopólicas existen dentro del límite impuesto por la ley del valor y a la vez en contradicción con ella, y estimo que podrían ser consideradas como transferencias de valor (de plustrabajo) más o menos compulsivas de una rama a otra, de un capital a otro, etc.

    Creo oportuno señalar que no coincido con afirmaciones que ha hecho Astarita en otros artículos, como que el precio del petróleo o de los medicamentos no está inflado a causa de la naturaleza monopólica de los capitales que los producen sino que refleja ¿competitivamente? precios de costo que incorporan la prospección (en el caso del petróleo) o de la investigación científica (en el caso de los laboratorios medicinales). Contra este argumento muy característico de los ideólogos neoliberales, sin embargo, parece apuntar el hecho de que buena parte del precio que paga el consumidor por el combustible esté destinada a las arcas del estado, lo que parece indicar claramente que se trata de una renta extraordinaria -como la que produce, por ejemplo, la exportación de soja- cuya apropiación es objeto de disputa entre distintas fracciones del capital.
    No puedo dar una demostración propiamente dicha de esta opinión mía (y dudo de que se puedan demostrar tampoco las opiniones de Astarita que mencioné precedentemente) pero me inclina a pensar así el hecho de que antes de conformarse la OPEP (que encarna el oligopolio mundial del petróleo) los precios eran sensiblemente más bajos. Retratando aquél paso de la regulación competitiva al establecimiento compulsivo de los precios, el historiador Eric Hobsbawm caracterizó aquél hito como «el momento en que las empresas petroleras decidieron cobrar por el combustible tanto como los consumidores estuvieran en condiciones de pagar por él».

    En fin, es posible que haya algún aspecto de la argumentación de Astarita (de este artículo y de artículos anteriores) que se me haya escapado. Como dije al principio, no logro captar claramente el punto teórico de la discusión.

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    Vico

    28/09/2012 at 16:50

    • El tema lo expliqué en dos capítulos de «Valor, mercado mundial y globalización». y tal vez vaya desarrollándolo en próximas entradas, a medida que tenga tiempo. Ahora solo adelanto la idea principal: sostengo que la formación de precios en el capitalismo contemporáneo (y en todo el siglo XX) se explica, en lo fundamental, por las mismas leyes discutidas por Marx en El Capital. Por supuesto, en el siglo XIX había muchos nichos en que los precios eran monopólicos, o cuasi monopólicos. Pero esto no niega que en lo fundamental la ley de la competencia «a lo Marx», y las leyes que gobiernan los precios de producción y de mercado, explicadas por Marx, no operaran. Hoy hay menos nichos de monopolio que en el siglo XIX, y las leyes a lo Marx tienen más vigencia, y no menos, que en el siglo XIX. Agrego: lamentablemente no hay ninguna teoría para explicar el precio de monopolio. Y agrego: es una equivocación pensar que si negamos la tesis del dominio del monopolio debemos aceptar la idea de competencia perfecta. La oposición «competencia perfecta/competencia imperfecta» es una problemática de la economía del mainstream.

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      rolandoastarita

      28/09/2012 at 20:05

    • Otro tema es renta de la tierra. Lo he discutido en mi último libro «Economía política de la dependencia y el subdesarrollo». Conceptualmente, la cuestión de la renta del petróleo es del mismo orden. Por supuesto, la renta se forma por monopolio del recurso natural. Pero esto no es lo que está implicado en la discusión sobre el precio de monopolio. Habría que tratar de no mezclar las cosas.

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      rolandoastarita

      28/09/2012 at 20:10

  29. Compañero Astarita. Suele ocurrir que el desarrollo de los comentarios a las notas deriven en polémicas colaterales, aunque, a veces, por caminos tortuosos que no ahorran infamias. Deseo pensar que es el fruto amargo de una educación de manual , cuya impotencia para procesar las críticas deriva en improperios, sobre todo, cuando esas críticas parecen amenazar el deslumbramiento con el populismo, a cuya coyunda se arrastran todos los seguidistas, pagos y gratuitos. Cambiando el ángulo de la cuestión. Imperialismo, Monopolios, son una realidad. Pero son términos que ameritan ser concretizados. Una cosa es reconocer su existencia y otra convertirlos en factores explicativos definitorios y definitivos de la dinámica capitalista y de la existencia o ausencia de competencia capitalista. El modo tradicional por el que los marxistas hemos entendido el aporte de Lenin en este campo, es que la susbtitución de la ‘libre competencia’ por el monopolio (y en mayor escala de grandes corporaciones trasnacionales asociadas a cabeceras estatales imperialistas) entendiéndolo como una acepción absolutizadora de una situación ‘oligopólica’, no significaba abolición de la competencia, sino, su traslado a un nivel superior y encarnizado. Pero esta afirmación es susceptible de diversas interpretaciones, sobre las que, sus notas me han hecho reflexionar con más profundidad. Una sería la conversión de la competencia entre empresas de pequeña escala, por empresas de gran concentración, poderío y eficacia productiva, con o cual no estaríamos lejos de la competencia tradicional -en lo esencial- y del esquema de mercados en disputa y otra, la de la mutación de la competencia económica en impulso bélico permanente por apropiarse del botín del rival. Lenin se inclina por esta última opción, como ‘última etapa’ en el desarrollo del capitalismo, de cuyas explosivas contradicciones no podrá emanar más que la conflagración mundial o la revolución triunfante, en el marco de Imperialismos consolidados en permanente puja por el reparto de áreas de dominio directo e influencia. Para Lenin, el marxismo no es repetición dogmática de fórmulas, sino, explicar la realidad concreta a partir del método del materialismo dialéctico. De alguna forma, es consciente de la ruptura con el análisis de Márx, en teoría, condicionado por las determinaciones de su época, aunque la crítica no sea manifiesta y se proponga como la continuación férrea de su método. Subyace la apreciación de un cambio cualitativo en la fisiología del capitalismo, a partir del cual, la cartelización de las principales economías y el mundo repartido, relegan la competencia ‘libre’ a un plano secundario y , como lógica consecuencia, ensalzan la conspiración de los monopolios por sobre una ‘ley del valor’ que ya no opera como regulador general de los precios y la distribución de la plusvalía. La apreciación de Lenin parte del tantas veces invocado ‘Tempora mutatur’ (Los tiempos hacen cambiar las cosas) y del impacto irrefutable de ‘los hechos’. El problema reside en la evaluación concreta de estos ‘hechos’, algo que, sinceramente, no tengo bien estudiado. He leído algunas críticas a las estadísticas e informes económicos utilizados por Lenin, pero, en general, no me parecieron consistentes como para poner en tela de juicio su conclusión sobre la cartelización generalizada, decididamente en Alemania y en segundo lugar en EEUU. El punto, consiste en dilucidar si esta fue una tendencia transitoria, convertida en piedra de toque de un cambio permanente que no fue, o incluso no existió, siquiera temporalmente. Márx pensaba al monopolio capitalista, como una forma transitoria sometida a la competencia, el monopolio no puede existir más que pasando continuamente por la competencia. No asimilaba la centralización y concentración del capital a una situación de monopolio permanente, que, por otra parte sería socialmente insoportable. Humildemente, me inclino a pensar que la realidad del capitalismo que lo sobrevivió, tomada en su conjunto, le ha dado la razón. El capital no puede sobrevivir más que como guerra permanente de capitales entre si. Si la guerra es la continuación de la política y esta última ‘economía concentrada’, la estimación de conjunto de la historia del siglo XX y principios del XXI, sigue demostrando la primacía de la determinación económica, por sobre la política y militar. Con todo el respeto del caso, tal vez Lenin, adelantó conclusiones apresuradas e impresionistas. Una mayor escala histórica permitiría una apreciación más definitiva. Pese a ello, la axiomatización del ‘leninismo’ ha sido dominante en la izquierda revolucionaria. Sus fundamentos en el respecto que nos ocupa, merecen ser sopesados una y otra vez sin cerrazones ni prejuicios dogmáticos.

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    AP

    28/09/2012 at 22:49

  30. Dice Astarita
    ‘…sostiene que los monopolios “justamente por serlo, tienen más posibilidades de ampliar sus ganancias, o sea de superar la tasa de gcia media”. Pero entonces hay dos tasas de ganancia medias.’

    No hay dos. Hay desviaciones de una tasa de ganancia promedio, tasa que obviamente se ve afectada por dichas desviaciones: que algunos puedan ganar por encima de dicha tasa hace que otros ganen por debajo (la ganancia total es igual a la plusvalía total). La nivelación de la tasa de ganancias nunca se da de manera total en la realidad.

    Dice Astarita
    ‘Lo que se trata de responder es si existe sistemáticamente una tasa de ganancia superior del sector monopólico, derivada de su poder de fijar precios. Si los pretendidos monopolios no tienen poder de fijar precios por encima de, los valores, no hay manera de que se apropien de ganancia monopólica. Pero si esto es así, se derriba toda la teoría del monopolio.’

    Esa teoría del monopolio que ud. critica, es una exageración defendida por teóricos tan alejados de la realidad como ud.
    Como bien interviene uno de sus lectores (Vico), la fijación de precios monopólica, es siempre transitoria. Existe, pero es momentánea. Justamente porque la ley del valor sigue actuando, la fijación de precios no puede escaparle siempre a la competencia. La contradicción está en la realidad capitalista misma! Los carteles existen y determinan precios por encima de la ganancia media, sólo que los carteles no se sostienen intactos de manera eterna. Se van modificando.

    Dice Astarita:
    ‘Segundo. es un error, y grave, pretender que los precios que se fijan por acuerdo responden a las leyes de la competencia. Precisamente se fijan por acuerdo para evitar la competencia. Es lo que, supuestamente, les permite obtener una ganancia diferenciada.’

    Exacto. Los acuerdos de precio evitan momentáneamente la competencia. Son un obstáculo para la competencia. No es otra cosa la que sostengo.

    Dice Asrarita:
    ‘En el capítulo 1 de El Capital Marx no establece ningún tipo de mecanismo por “acuerdo” de precios, y por eso no aparece apropiación de plusvalía por medio de mecanismos de mercado. Esto es, actúa la ley del valor. Cuando menciona (tomo 3) el monopolio, reconoce que no hay ley interna que determine el precio. ¿Por qué? Por lo que expliqué en el punto anterior.’

    Claro que no hay ley interna! Ya lo dije varias veces! Y en el cap. 1 del tomo 1, no aparece apropiación de plusvalía ni por mecanismos de mercado ni por ningún otro, porque en el tomo 1 Marx trabaja con el capital abstracto: la ley del valor es explicada, pero no actúa en un plano real. Es justamente en el tomo 3 donde Marx trabaja con los capitales concretos, y por eso define los precios de producción; y habla de nivelación de tasas de ganancia! Y es por el mercado, por la nivelación de las tasas de ganancia a través del mercado (nivelación que por las dificultades creadas en parte por los monipolios nunca llega a ser total) que, a plusvalías iguales, se produce transferencia de plusvalía: a plusvalías iguales, y a una misma tasa de ganancia, hay una transferencia de plusvalía de las empresas con menor composición orgánica de capital, hacia las empresas con mayor composición.

    Entonces, los monopolios, que tienen mayor composición orgánica del capital, reciben plusvalía ajena aún a una misma tasa de ganancia.

    Después, por esa mayor concentración de capitales, concentración inaccesible a capitales no monopólicos, pueden permitirse el transgredir dicha tasa de ganancia; aumentándola. Así como previamente, si tienen que enfrentar competencia de pequeños capitalistas, oueden hacer ‘dumping’: precios bajísimos, que hasta les acarrean momentáneas pérdidas, para aniquilar toda competencia.

    Aparte, los capitalistas, están obligados, por la competencia y por la baja tendencial de la tasa de ganancias a la que lleva dicha concentración, a aumentar la productividad del trabajo, produciendo así una apropiación de plusvalía producto de una mayor tasa de plusvalía respecto a las de sus competidores. Esto sin necesidad de aumentar los precios de venta.

    Los monopolios son un obstáculo a la ley de la competencia y a la ley del valor, leyes de las que no pueden escapar salvo temporalmente.
    Los carteles monopolistas son la debilidad de los fuertes. En cuanto uno de los cofrades logra una ventaja tecnológica, puede romper con sus socios sin necesidad de alterar los precios: se beneficia por el aumento de la productividad.

    Usted, defendiendo la teoría del valor en abstracto, y criticando una teoría monopólica igual de abstracta, le da la espalda al capitalismo concreto.
    Los monopolios no sólo existen, sino que la concentración capitalista es cada vez mayor. Esto, dentro del sistema capitalista; sistema regido por la ley del valor.

    Respecto a lo que dice AP, que siempre intenta ir aclarando lo que previamente dice Astarita:

    ‘Para Lenin, el marxismo no es repetición dogmática de fórmulas, sino, explicar la realidad concreta a partir del método del materialismo dialéctico. De alguna forma, es consciente de la ruptura con el análisis de Márx, en teoría, condicionado por las determinaciones de su época, aunque la crítica no sea manifiesta y se proponga como la continuación férrea de su método. Subyace la apreciación de un cambio cualitativo en la fisiología del capitalismo, a partir del cual, la cartelización de las principales economías y el mundo repartido, relegan la competencia ‘libre’ a un plano secundario y , como lógica consecuencia, ensalzan la conspiración de los monopolios por sobre una ‘ley del valor’ que ya no opera como regulador general de los precios y la distribución de la plusvalía’.

    La primera frase lo define muy bien a Lenin. Lo que viene después define muy bien al dúo AP – Astarita: poner en boca de Lenin lo que este nunca dijo. Decir cualquier cosa.

    Después dice, AP:

    ‘Márx pensaba al monopolio capitalista, como una forma transitoria sometida a la competencia, el monopolio no puede existir más que pasando continuamente por la competencia. No asimilaba la centralización y concentración del capital a una situación de monopolio permanente, que, por otra parte sería socialmente insoportable…’

    Claro que Marx no decía los monopolios fueran permanentes ni absolutos! Pero a qué se refería al hablar de centralización y concentración de capitales sino a monopolios! Monopolios que, dada la competencia que siempre regirá en el sistema capitalista, están expuestos a cambios; a la ley del valor.

    Vico, usted se pregunta cual es el ‘punto teórico’ de la discusión, punto que le resulta oscuro? Le explico:

    Astarita, diciendo que Lenin dijo lo que nunca dijo, busca: que creamos que los monopolios no existen como tales; que el imperialismo es una abstracción; que, y esto es lo más importante, el capitalismo no está en decadencia.

    Astarita, en toda su infinidad de notas a las que siempre nos remite, busca que creamos que el capitalismo es un absoluto: siempre idéntico a sí mismo; siempre capaz de salir de las crisis intacto.

    Esta forma de presentar las cosas es la misma del neoliberalismo: la creencia de que el capitalismo es capaz de un progreso eterno. Es ideología, en el sentido marxista de la palabra, que vive de fomentar la oscuridad en el pensamiento; un pensamiento que se alimenta a sí mismo, fuera de la realidad; o sea, en la escolástica.
    Niega la realidad, porque la misma nos muestra día a día que el capitalismo, lejos de generar progreso, genera destrucción y pobreza. Los monopolios, el imperialismo, cada vez reducen más las zonas civilizadas del mundo. Y esto dentro de la ley del valor y de las mejoras de productividad.

    El cambio cuantitativo que se hizo cualitativo se produce a fines del siglo xix. Pero la tendencia ya estaba reflejada en Marx. Después de la 2º guerra mundial, se produce otro cambio cualitativo, que también ya venía siendo pronosticado por los marxistas más serios y comprometidos: la integración capitalista. Con EEUU a la cabeza. La misma se termina de afianzar con la inconvertabilidad del dólar en 1971. Inconvertabilidad que trasluce la debilidad y la fortaleza de EEUU; y la dependencia de todas las burguesías respecto a la de los EEUU. Pero la ley del valor sigue rigiendo. Como dije antes: lo explica todo. Las contradicciones del sistema son cada vez más fuertes.
    (agregar que dicho liderazgo de los EEUU, y su tremenda concentración de capitales, no se produce fuera de la ley del valor, sino todo lo contrario: es producto de su mayor productividad histórica)

    Hubo una gran revolucionaria, Rosa Luxemburg, de esa izquierda revolucionaria que tanto espanta a Astarita (y a la que perteneció Marx, por cierto), que más allá de sus errores teóricos, que no fueron muchos, planteó una disyuntiva: ‘Socialismo o Barbarie’: cada vez tiene más vigencia.

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    rebecca

    30/09/2012 at 06:24

    • Rebecca, por favor, no siga acumulando disparates. Primero, en un régimen de competencia como el que tiene presente Marx (tomado del siglo XIX) existen permanentemente empresas que tienen tasas de ganancia por encima y otras por debajo del promedio. Pero esto no tiene nada que ver con una teoría de precios de monopolio, o fijación de precios por acuerdos de mercado. Ni siquiera las ganancias extraordinarias por economías de escala (que Marx tiene presente en El Capital) avalan una tesis de monopolio. Por lo tanto, el problema teórico central es: ¿sirve ese enfoque de Marx para explicar la formación de precios en el siglo XX y XXI? Esta es la cuestión central a responder. ¿Sirve o hay que introducir cambios, debido al pretendido poder de control de mercado?
      Segundo, usted afirma que los acuerdos de precios evitan la competencia. Efectivamente, éste es el punto de partida de la visión Hilferding Lenin. Por eso también, en este esquema la competencia no opera por guerras de precios. Este es el punto central de todos los teóricos marxistas sobre monopolio más relevantes (Mandel, Baran, Sweezy). No es casual que en Lenin y Hilferding la guerra de precios desaparezca. Pero la guerra de precios es clave en El Capital, en la explicación del cambio tecnológico, en el aumento de la composición del capital y en la ley de la tendencia decreciente de la t. de g. Cuestiones que también desaparecen en Lenin y Hilferding (vuelvo a preguntarle, ¿dónde Lenin o Hilferding tratan de encajar su tesis de formación de precios con la ley de la tendencia decreciente de la t. de g.?).
      Por otra parte, sostener que los monopolios son un obstáculo a la competencia, es una obviedad. El tema es que ese «obstáculo» a la competencia no es mayor a partir de fines del siglo XIX, que antes de esa fecha. Este es el punto en que Lenin y Hilferding erran. Subrayo: no hay mayores obstáculos a la competencia en el siglo XX que en el siglo XIX. Por eso, no tiene sentido decir que se pasó a una era cualitativamente distinta, «capitalismo monopólico», por oposición al «capitalismo de libre competencia».
      Tercero, usted no parece entender siquiera lo elemental. Escribe: » a plusvalías iguales, se produce transferencia de plusvalía: a plusvalías iguales, y a una misma tasa de ganancia, hay una transferencia de plusvalía de las empresas con menor composición orgánica de capital, hacia las empresas con mayor composición». ¿De dónde saca que las plusvalías son «iguales»? Si las composiciones de capital son distintas, a igual tasa de explotación, las plusvalías son desiguales. No se lo puedo explicar ahora, pero por favor, repase lo elemental.
      Cuarto, escribe: «Entonces, los monopolios, que tienen mayor composición orgánica del capital, reciben plusvalía ajena aún a una misma tasa de ganancia». ¿Quién le contó que sistemáticamente los monopolios tienen mayor composición orgánica? ¿Mayor composición orgánica en relación a qué? ¿En relación al promedio de la rama en que actúan? ¿En relación a la tasa media de ganancia? Además, aquí está suponiendo lo que debería probar. Además, si una empresa obtiene plusvalía extraordinaria (y por lo tanto ganancia extraordinaria) por abaratamiento de costos (cambio tecnológico o economías de escala), no está recibiendo plusvalía de ningún lado, porque se trata de trabajo potenciado (categoría que Marx introduce en el capítulo 10 t. 1 de El Capital). Pero si esto es así, la ganancia extraordinaria no se explica por monopolio. Esto se relaciona con otro error que usted comete una y otra vez: confundir la mecánica de monopolio con el abaratamiento de costos que ocurre por economías de escala. Las economías de escala, que acompañan a la concentración y centralización del capital, pueden dar lugar a ganancias extraordinarias. Pero esto está perfectamente reconocido en El Capital, y no tiene que ver con la tesis de monopolio.
      Quinto, concentración y centralización del capital no es sinónimo de existencia de monopolio. Marx registra la concentración y centralización del capital, y sin embargo mantiene el mecanismo de determinación de precios y tasa de ganancia por competencia. Sostengo que este mecanismo no tiene por qué ser modificado. Además, le aclaro que es de una ignorancia supina pretender que si no estamos a favor de la tesis de la competencia imperfecta, estamos a favor de la tesis de la competencia perfecta, y que en el medio no hay nada. ¿Conoce usted la diferencia, en este tema, entre Joan Robinson y Marx? Vuelvo sobre esta cuestión, que afirmó en su anterior comentario.
      Voy ahora a otras cuestiones:
      a) Efectivamente, sostengo que no existe una decadencia del capitalismo a través de las décadas, como plantea usted, y en general los trotskistas. Ya lo he explicado en otras notas y artículos. No hay evidencia empírica alguna de que el capitalismo esté estancado desde 1914, o 1930, o 1960, o 1980. Ya lo expliqué muchas veces, en polémica con los trotskistas.
      b) Es una tontería sostener que por lo anterior planteo que el capitalismo es un absoluto. Lo he explicado en otras notas.
      c) No resiste el análisis sostener que con una teoría basada en El Capital no se puede entender el capitalismo actual, y sus evoluciones. Pienso, por el contrario, que fenómenos como el surgimiento de capitalismos en los países dependientes, la mundialización del capital, el cambio tecnológico y las crisis, se comprenden con las leyes de Marx. Remito a las notas que escribí. Sostengo que las tesis de las corrientes que se apoyaron en la teoría del monopolio (un ejemplo, toda la visión dependentista) fracasaron precisamente por no entender que continuaban primando las leyes de la acumulación «a lo Marx».
      d) Es una tontería pensar que la tesis del monopolio es «crítica» o «revolucionaria». En el fondo, es una tesis que lleva agua al molino de la pequeño burguesía reformista, que cree que el problema del actual modo de producción es el «capital monopolista» (o «los grupos», o «el capital financiero monopolista»), y no el sistema capitalista. Es una teoría muy apta para explicar, por ejemplo, la inflación en Argentina por «los grupos concentrados formadores de precios»; una tontería que repiten todos los K, incluidos algunos ex marxistas encaramados al gobierno. También es una tontería decir que no me trago este relato porque «me espanta» el marxismo revolucionario. ¿No tiene límites? ¿Para usted vale todo?
      Por último, pienso que lo que hizo en su anterior comentario, es stalinismo, y de la más pura cepa. Usted dijo que yo pienso como pienso porque estoy atado a salarios y prebendas universitarias. Es la vieja idea de que todo el que discrepe con lo establecido por Lenin, Marx, el partido, el Comité Central, o lo que fuera, es «indudablemente», un enemigo a sueldo del enemigo. Es el razonamiento que tienen también los defensores del gobierno K. Todo el que critica lo hace porque está pagado por los grupos económicos, y cosas por el estilo. Discuto esta cuestión aquí. En lo personal, no le acepto el agravio, y le pido que lo retire. Lo que ha hecho es un ataque personal, que busca destruir moralmente al oponente. Busque argumentos limpios. Agrego: yo discuto dando la cara, poniendo mi nombre y apellido. Usted discute desde el anonimato. En este blog he permitido que la gente envíe notas sin decir quién es, a fin de dar más libertad y facilitar el diálogo. Por eso, es muy feo (aunque comprendo que está en la naturaleza de su estilo) hacer lo que hizo. Hay otra forma de relacionarse en la izquierda. Hay otra forma de cultura política. Trate de asomarse, aunque sea un poquito, a ese otro mundo…

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      rolandoastarita

      30/09/2012 at 11:05

  31. Respecto a la acusación de que soy stalinista… Me hace reír. Es precisamente la técnica difamatoria del stalinismo, que en los años 30 acusaba de fascistas a los trotskistas.

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    rebecca

    30/09/2012 at 07:06

  32. un error en mi expresión: donde digo ‘a plusvalías iguales’, quise decir ‘a tasas de plusvalía iguales’; o sea, a la misma tasa de explotación.
    Aclarado esto, diga lo que quiera. Y que lo sigan quienes quieran. Creo que en el debate queda más que claro que usted oscurece; y que tergiversa a quien haga falta para seguir vendiendo irrealidad.

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    rebecca

    30/09/2012 at 11:38

    • El cargo de «oscurecer» es absurdo. La explicación de Marx de la ley del valor, de la plusvalía extraordinario,de trabajo potenciado, de formación de precios de producción y precios de mercado puede ser compleja, pero no es «oscura». Por lo tanto, la afirmación de que esa explicación es aplicable al capitalismo contemporáneo en, por lo menos, igual medida que al capitalismo del siglo XIX, no puede ser «oscura». En cuanto a «tergiversaciones» de mi parte, no ha podido indicar una. Por último, es ridículo hacerme el cargo de » vender irrealidad», cuando le empecé diciendo que las dos premisas de la tesis de monopolio, a saber, que no hay guerra de precios, y que hay ganancias monopólicas (esto es, derivadas de control de mercado y colusión en la fijación de precios) sistemáticas, no se verifican empíricamente en el capitalismo contemporáneo.
      Por último, veo que no retrocede del agravio. Lamento que de este cruce no haya podido aprender lo esencial: debatir sin ataques personales. Lo que usted hizo es muy feo, sinceramente, me da un poquito de asco. Aclaro: no es lo mismo decir que alguien afirma o defiende algo porque está presionado, o porque no comprende, o porque está atado a prejuicios, etc. (todas estas cosas me las han dicho una y otra vez), que decir que alguien afirma o defiende algo porque vendió su alma. Hay una diferencia cualitativa. Se lo explico con un ejemplo, que tal vez pueda entender: Trotsky dijo muchas veces que las posiciones de Bujarin en los años 20 eran la expresión de la presión de los campesinos más acomodados. Esto es una explicación sociológica, con la que se puede acordar o no, pero que no tiene por qué considerarse agraviante. Muy distinto es lo que hizo el stalinismo cuando atacó a Bujarin; lo acusó de ser agente pagado por los alemanes. ¿Se da cuenta de que no es lo mismo? Trate de pensar un poquito en esta diferencia: no es lo mismo decir que un dirigente sindical tomó una decisión equivocada porque no pudo resistir tal o cual presión, o porque no midió las consecuencias, etc, a afirmar que tomó esa decisión porque recibe dinero de la patronal. Lo suyo repitió el ataque que me hizo Hebe Bonafini, cuando me acusó de ser un agente pagado por los radicales. Todo porque le critiqué una posición política (su defensa del ataque de Al Qaeda del 11 de septiembre de 2011). Por eso digo que es un método horrible. Hacen esto porque quieren destruir al oponente. Lo que buscan es acallar a los críticos. No aguantan el disenso. Los efectos de estos métodos se hacen sentir sobre otra gente, que no se atreve a decir lo que piensa por temor a verse sometida a estos agravios. Subrayo, además, lo que ya dije antes: lo suyo es más grave porque lo hizo desde el anonimato. Sinceramente, ¿no le da un poquito de vergüenza?

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      rolandoastarita

      30/09/2012 at 12:50

  33. Rebeca. Acabo de leer sus últimos comentarios y la pertinente respuesta que le propinó el compañero Astarita. Concluyo con pesar que su comportamiento es hipócrita, especialmente en lo que respecta a las excusas que presentó respecto de su velada calumnia. Usted parece defender a ultranza el legado de Lenin. Lástima que se olvida de ello a la hora de reivindicar el ‘apoyo crítico’ a un gobierno burgués, convenientemente disfrazado luego, con un manto de ‘exigencias’ y ‘profundizaciones’ que, supuestamente, ‘acercarían’ a la revolución socialista. Todo eso es vieja música conocida. A lo único que conduce, no es al progreso de las condiciones para la revolución, sino, el de las billeteras de los oportunistas, ya sea en su versión transfuga o en su modalidad mentecato, que, como decía Trotski, trafican su mercancía a la sombra del Frente Popular, y en este caso, ni siquiera, sino, de la demagogia de un partido burgués reaccionario como el peronismo, transitoriamente mimetizado tras de fraseología ‘progresista’. Respecto de la cuestión del imperialismo y el monopolio, cuya crítica parece haber tocado alguna fibra íntima de su estructura de pensamiento, de la cual, al parecer deduce el esquema de apoyo a la progresía burguesa como fase introductoria del socialismo. La que dice ‘cualquier cosa’ es usted. Donde Lenin expresa taxativamente, que la ley del valor ya no opera bajo el imperialismo? En ninguna parte. Donde afirma lo contrario. En el corolario lógico de su aproximación teórica a los cambios introducidos por la fase imperialista. Para Lenin la ‘libre competencia’ es cosa del pasado, dando paso a la lucha militar por la posesión de los mercados. Entre medio, no hay nada. Pero si la ‘libre competencia’ está perimida, la competencia a nivel de los monopolios, pertenece a una dimensión cualitativamente distinta. Lenin coincide con Bujarín en que la competencia a nivel nacional está casi abolida y solo prosigue en el ámbito internacional. (Economistas como Katz que reflejan bien la descripción censitaria de los autores marxistas de todo pelaje, lo reconoce así) Pues bien, si la competencia está abolida a nivel nacional y cada imperialismo domina una fracción del mercado, la competencia se traduce en confrontación directa por el desplazamiento del rival. En guerra. Y la masa aumentada de proletarios descontentos de cada nación, en revolución. Es la matriz básica de ‘Imperialismo…’ En otras palabras: En el plano nacional la ‘libre competencia’ es vestigial y en el internacional hay una tendencia inevitable a la guerra por los mercados. Esta situación conduce al estancamiento económico. Si bien Lenin reconoce que la periferia se desarrolla aceleradamente por la exportación de capitales, las economías centrales se marchitan y se hacen rentistas. Si bien el capitalismo como un todo, crece más que nunca, el fuego de la competencia económica languidece, sus fuerzas se estancan y rebelan contra las relaciones sociales. El subconsumo de masas se hace crónico. El sistema entra en agonía. Es la etapa de ‘crisis, guerras y revoluciones’. Sin duda es la descripción de un momento histórico. Puede concluirse de ello que para Lenin el imperio de la ley del valor estaba fuertemente inhibido en esta etapa histórica? Sí, se puede. Puede concluirse que según su estimación de la evolución del capitalismo, se estaba en presencia de un cambio irreversible? Es, cuando menos, una hipótesis muy probable. La tendencia general prevista por Lenin era la de una serie de confrontaciones interimperialistas, separadas por intérvalos ‘semipacíficos-semiviolentos’ de 10 o 20 años. Bajo estas condiciones florecerían las posibilidades de levantamientos revolucionarios del proletariado y, de haber revoluciones triunfantes, de guerras revolucionarias del proletariado contra los frentes imperialistas, enfrentados, pero, a su vez, hermanados contra el peligro rojo. Que lugar ocuparía en su composición de situación la ley del valor? No lo podemos saber. Pese a haber leído exahustivamente la obra de Marx, Lenin no era economista, sino, un abogado que se convirtió en revolucionario profesional y se volcó en cuerpo y alma a la victoria de los explotados. Del análisis de su corteza cerebral, efectuada por los sacerdotes estalinistas, solo se destacaron neuronas con axones extremadamente largos. Puede ser que se encontrara la vigencia de la ley del valor bajo el imperialismo. Lo que no imagino es la capitulación al populismo burgués.
    PD: Con el compañero Astarita, tenemos coincidencias en algunas ideas básicas. Con frecuencia no tenemos acuerdo en temas políticos y no nos une ningún pacto personal. Pero no se haga la víctima. Usted no está tan solita.

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    AP

    30/09/2012 at 18:01

  34. Prof., estuvo increíble… ‘No siga acumulando disparates’… Superior. ¡Y la piba tuvo que abandonar! No pudo con su constancia y fortaleza. Sólo que nos hubiera gustado no tanto repetir que la teoría del monopolio esto y aquello… porque la chica esta sí que le remarcó no compartía dicha teoría por usted presentada y criticada. Creemos, en ese punto, usted simplifica el punto de vista de ella. Pero bueno, la pasión del momento… Debe de ser difícil mantener la calma y ponerse a pensar.
    Otro punto fue la explicación que ella le hace de porqué en el tomo I no hay transferencia de valor, por ser dicha explicación -si no entendimos mal- hecha en abstracto. Nos gustaría ella nos explique un poco más al respecto. Somos un grupo de amigos que todos los viernes nos reunimos a debatir de política y economía, y Marx es el centro de nuestras discusiones. Trabajamos con una versión resumida de El Capital. Y por eso se nos escapa lo que ella dice. A usted, centrado en otros aspectos, se le pasó.
    Sabemos, profesor, encontrará las respuestas adecuadas a estos y demás problemas.
    Como AP, y muchos otros, siempre estaremos a su lado: usted es un empírico en permanente evolución.

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    Maxi

    01/10/2012 at 09:15

    • En primer lugar, no entiendo eso de «piba». No conozco quien es Rebecca, pero no hay por qué tratar a nadie de «piba» o «pibe». No estamos en una «conferencia de prensa universitaria» de CK. Segundo, no creo haber simplificado el punto de vista de mi interlocutora. La tesis fundamental del monopolio es que los precios son fijados por dominio de mercado, debido a que el monopolio desplaza a la competencia. En todo caso, le pido que me precise en qué he simplificado su postura. Tercero, es Marx quien plantea, en el capítulo 10 del primer tomo, que las ganancias extraordinarias no se producen por transferencia de valor desde otras empresas, o ramas. El argumento reside en el trabajo potenciado. Por eso mismo es absurdo sostener que las ganancias extraordinarias son sinónimo de monopolio. No entiendo qué «se me pasó» en este punto. Quinto, los argumentos que presento no son solo empíricos. La pregunta es ésta: si la concentración del capital a partir del principios de siglo XX (o fines del XIX) introdujo un cambio cualitativo en la formación de precios, ¿en qué sentido hay que cambiar la explicación de Marx de El Capital? Hilferding, Bujarin y Lenin, son conscientes de que hay un cambio esencial, pero lo dejan solo esbozado; en particular, no hay una explicación teórica de cómo funciona la formación de precios en la nueva etapa. Esto exige una discusión teórica, no se resuelve solo con datos empíricos.

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      rolandoastarita

      01/10/2012 at 10:08

    • Estimo que con «ganancias extraordinarias» usted se ha querido referir sólo a aquellas alcanzadas por aplicación de nueva tecnología en un contexto donde esa innovación está lejos aún de generalizarse. En ese caso sí, no cabe hablar de transferencia de valor entre capitals o ramas.
      Parece claro, sin embargo, que la incorporación de tecnología innovadora tiene más sentido en contextos de competencia que en condiciones de monopolio y, además, en condiciones normales la tendencia es que la aplicación de la nueva tecnología termine generalizándose, anulando toda ganancia extraordinaria.

      Bastante distinto, me parece a mí, es el caso de la ganancia extraordinaria originada en situaciones de monopolio, que en lo esencial se parece bastante a la renta agraria diferencial y, por eso mismo, ilustraré la idea basado en ésta última. Cuando un terrateniente que monopoliza la tierra más productiva obtiene un beneficio extraordinario engendrado por la diferencia entre la productividad de su tierra y la menor productividad de las tierras que intervienen en la producción agrícola, tiene sentido preguntarse de dónde sale la capacidad de compra correspondiente a un valor que materialmente no ha sido producido en esta rama, con qué se solventa el hecho de que una mercancía sistemáticamente esté siendo vendida por encima de su valor (esto es: del tiempo de trabajo socialmente necesario para producirla). Ello no sucede en el caso comentado en el primer párrafo, donde la ganancia extraordinaria no resulta de una venta por encima del valor establecido para esa rama sino de una reducción de los precios de producción que aún no se ha generalizado pero que con el tiempo se generalizará. En este caso, nadie está pagando «de más» y por lo tanto no tiene sentido buscar el rastro de ninguna transferencia de valor.

      Si existiera un régimen (como sucedía en algunas sociedades antiguas) que estableciera la distribución proporcionada de las tierras con diferente productividad entre los diferentes productores agrícolas, la renta diferencial no podría existir y además los precios de los productos agrícolas descenderían, porque habría nivelación hacia abajo de la tasa de beneficio tal como sucede en las demás ramas de la producción (salvo, justamente, cuando se presentan casos de monopolio).
      Como en condiciones de desigual distribución de tierras con productividades diferentes, el precio se establece sobre la base de las de menor productividad, en la composición de dicho precio intervienen costos mayores a los del terrateniente privilegiado. Ese costo debe estar compuesto por salarios y aplicación de tecnología que compense la menor fecundidad de la tierra y por eso puede considerarse que hay una transferencia de valor, ya sea de los capitalistas que producen esa tecnología (aunque y porque el terrateniente privilegiado no necesita aplicarla y, en consecuencia, no la insume), ya sea por vía de una mayor participación de los productos de esta rama en la canasta salarial, lo que condiciona un menor consumo de productos de otras ramas, reduciendo el beneficio de sus respectivos capitalistas.

      En resumen: los precios de monopolio implican transferencia de valor y, precisamente por eso, se explican sobre la base de la ley del valor, aún cuando dentro de la rama violenten de modo más o menos sostenido los mecanismos de mercado que vehiculizan «normalmente» la aplicación de dicha ley. La transferencia de valor entre capitales y ramas es un modo de competencia más indirecto que el que vehiculiza la competencia en los mercados.
      Así como el marxismo no niega la realidad empírica de la oferta y la demanda sino que establece la ley que las determina esencialmente y la manera en que lo hace, entiendo que tampoco se debería negar la formación de precios por acuerdo o de modo discrecional, sino que la tarea del marxista consiste en establecer qué determina esencialmente los puntos de acuerdo o los límites de la discrecionalidad, y cómo lo hace. En mi opinión, lo que determina en última instancia los precios de monopolio sigue siendo la ley del valor, y lo hace por medio de transferencias más o menos compulsivas de valor. La competencia entre capitalistas, lejos de desaparecer, experimenta un cambio de forma.

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      Vico

      01/10/2012 at 12:18

    • Usted comete el error del profesor Juan Iñigo Carrera, y que ha repetido casi todo el marxismo argentino (y ex marxistas, como el doctor Kicillof). Lo he criticado extensamente en mi último libro. Hasta ahora, nadie ha podido responderme, pero sigo esperando. Lo explico ahora brevemente: si usted acepta que en el caso de la formación de plusvalía extraordinaria, tratada por Marx en el capítulo 10 del tomo 1, no hay transferencia de valor desde otras empresas o ramas, necesariamente debería aceptar que en el caso de la renta diferencial tampoco hay transferencia de valor (atento a que quiera explicar la renta diferencial por la teoría de Marx). La razón es muy sencilla: la base teórica de la explicación de la renta diferencial es el capítulo 10 tomo 1, como explícitamente señala Marx. El trabajo aplicado a la mejor tierra es trabajo potenciado. Pero a diferencia de la industria, esa mejor tierra es pasible de ser monopolizada. De ahí que esa plusvalía extraordinaria se haga permanente, y constituye la renta, la parte de la plusvalía que va al propietario de la tierra. Es claro que por no comprender este asunto se han escrito cantidad de disparates acerca de las transferencias de plusvalía. Lo fundamental: si el trabajo aplicado a la tierra mejor es trabajo potenciado, la renta diferencial se explica sin necesidades de postular transferencias de valor de ningún lado. Por eso también, la renta diferencial no la explica Marx por un recargo debido a poder monopólico de mercado. Una última aclaración: antes de introducir diferentes dosis de capital (y trabajo), es conveniente hacer el análisis «puro». Esto es, iguales dosis de capital (y trabajo) en tierras de distinta productividad, como hace Marx. Luego pasar a los casos más complejos. La discusión completa del tema la hago en «Economía política de la dependencia y el subdesarrollo».

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      rolandoastarita

      01/10/2012 at 12:33

    • Agrego una cuestión, no referida a la renta, sino al tema monopolio. Cuando hablamos de ganancias extraordinarias monopólicas, nos estamos refiriendo al caso de ganancias derivadas del poder de control del mercado. Al respecto, Marx precisa que su explicación de la renta diferencial NO es por este tipo de monopolio (esto es, por posibilidad de recargar sobre el precio que correspondería al precio de producción). Cuando se habla de ganancia de monopolio, hay transferencias de valor, porque es una ganancia que surge por recargo (un plus sobre el precio de producción), recargo que es posible por el control del mercado. De cuánto puede ser este recargo no está determinado por la ley del valor trabajo, ni por la tendencia a la igualación de la tasa de ganancia. De ahí que Marx considerara que no había ley económica que lo determine. En cualquier caso, nadie ha logrado establecer esa ley. Pues bien, el tema es que en el siglo XX, y hasta el presente, este tipo de ganancia no tuvo mayor relevancia que en el siglo XIX. Podemos decir que en promedio, los precios se siguen estableciendo por los mecanismos explicados por Marx en El Capital.

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      rolandoastarita

      01/10/2012 at 13:35

    • Me había olvidado: tengo una crítica a la concepción del profesor Juan Iñigo Carrera sobre la renta de la tierra en mi página web. La entrada es http://rolandoastarita.com/novRespuestaaInigocarrera.htm; está en «novedades», porque hace tiempo que no la actualizo (me concentré en el blog). El artículo es una respuesta a una crítica que me hizo el profesor Iñigo Carrera. Ahí trato, además, varias cuestiones referidas a renta diferencial II. En «Economía política de la dependencia…» publiqué un extracto de esa polémica.

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      rolandoastarita

      01/10/2012 at 13:58

  35. Le agradezco la atención que dedicó a mis intervenciones, y también la remisión a su discusión con Iñigo Carrera, que acabo de comenzar a leer (quizás convenga aclarar que desconocía las posturas de I.C. sobre este tema, a pesar de las coincidencias que usted señaló). Como su artículo polémico es bastante largo, es posible que no alcance a terminar de leerlo hoy (y quizás tampoco mañana).

    No obstante, hay un punto de su artículo que se presenta desde el principio y que me llama mucho la atención: Usted habla de una «plusvalía extraordinaria» -en lugar de «ganancia extraordinaria»- cuya fuente sería el «trabajo potenciado» que, entiendo, no es otra cosa que la mayor productividad de la fuerza de trabajo explotada por los capitalistas que monopolizan las tierras más fértiles (mayor productividad que resulta, justamente, de la mayor fertilidad/productividad del recurso natural que obra como medio de producción y que, a causa de su condición natural, no representa un costo para el capitalista privilegiado).

    Si no lo entendí mal, y más allá de otros comentarios que querría dedicar a su asimilación entre la renta agraria y la renta tecnológica (a diferencia de la asimilación que postulé yo, entre la renta agraria y la renta monopólica), su planteo me sorprendió porque, hasta donde yo sé, dentro de la teoría marxista un incremento de la plusvalía debe resultar del incremento de la explotación de la fuerza de trabajo y no del incremento de la productividad del trabajo, salvo en el caso de que éste último -el incremento de la productividad- sea el vehículo de un incremento de la explotación por tener lugar en las ramas que producen bienes-salario (lo que es el caso de la producción agrícola) pero sólo si ello origina una disminución del valor de los bienes-salario (lo que NO es el caso de la producción agrícola cuando se da precisamente el caso que estamos analizando: que el monopolio de las tierras fértiles impide la nivelación hacia debajo de las tasas de beneficio y de los precios).

    Por lo demás, creo que el punto crucial no debe ser la mayor productividad del trabajo en sí misma o por sí misma, sino el costo que por ella debe pagar cada capitalista. Si no estoy comprendiendo mal el concepto, el capitalista menos favorecido puede alcanzar una productividad igual a la del más favorecido (quiero decir favorecido por el monopolio de los recursos naturales más fecundos) pero, para el primero, alcanzar ese grado de productividad tendrá un costo que el segundo no deberá erogar y podrá embolsarse la diferencia.

    Hay más puntos que me resultan problemáticos y me gustaría analizar, pero esperaré hasta terminar de leer su discusión con I.C.
    Por ahora me limitaré a comentar que si usted comienza estableciendo -no entiendo cómo o por qué- que un incremento de productividad es causa de un incremento de la tasa de plusvalía (y no sólo de su masa, que debe incrementarse correlativamente con la cantidad de mercancías y de valor producidos), queda expedita la vía para sostener luego que una renta tecnológica expresa una apropiación excepcional de plusvalor producido en la empresa tecnológicamente innovadora, y no una transferencia de valor desde otra parte.
    Pero lo que no puedo entender es cómo un aumento de la productividad que no se aplica a la desvalorización de la fuerza de trabajo puede, por extraordinario que sea, generar un aumento de la tasa de plusvalía que, a su vez, solvente una renta extraordinaria.

    ¿Qué es lo que se me está escapando?

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    Vico

    01/10/2012 at 19:34

    • Respondo brevemente: a) una plusvalía extraordinaria también da lugar a una ganancia extraordinaria. En un pequeño «modelo» de tres ramas, con 5 empresas de tecnología media en cada una, 1 empresa de tecnología superior y otra de tecnología inferior al promedio, que presento en mi libro «Valor…», perfectamente se puede mostrar cómo hay igualación de la tasa de ganancia entre ramas, y ganancias extraordinarias (y tasa de ganancia más alta) de las empresas tecnológicamente adelantadas; así como lo inverso en las menos desarrolladas.
      b) La plusvalía extraordinaria surge del aumento de productividad en la empresa adelantada, con respecto a las modales, o promedio. Esto significa que en esa empresa aumenta la tasa de plusvalía, pero no porque se abarató la fuerza de trabajo. Le sugiero que lea el cap. 10 t. 1 de El Capital. Cuando la tecnología avanzada se generaliza, la mercancía se abarata. En ese caso, si no se trata de industria de bienes de lujos, se abarata el valor de la fuerza de trabajo y aumenta la plusvalía relativa.
      c) en la explicación de Marx, el aumento de la productividad se logra, generalmente, por mejoras en la maquinaria, o mecanización creciente. El valor de la máquina debe ser menor que el trabajo pago que desplaza (ver, por ejemplo, capítulo sobre la gran industria). Puede haber aumento de productividad por mejor organización de la producción,pero es más raro.
      Insisto: la base para comprender la renta diferencial es entender primero el mecanismo por el que se produce plusvalía extraordinaria.

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      rolandoastarita

      01/10/2012 at 23:28

    • Ya traté de revisar el cap. X del tomo I de El Capital (como usted me había propuesto en un comentario anterior), pero en la edición que tengo a mano ese capítulo está dedicado a la jornada de trabajo.
      Me pregunto si usted se estará refiriendo al cap. X del tomo 3, que trata sobre la renta agraria (de cuya consulta, sin mebargo, no obtuve «prima facie» ningún apoyo decisivo para sus afirmaciones).

      a) No discuto -ni osaría hacerlo- que si se extrae una plusvalía extraordinaria (esto es: un incremento extraordinario en la explotación de la fuerza de trabajo) debe también obtenerse una ganancia extraordinaria. Más bien discutía la recíproca: que una ganancia extraordinaria deba expresar necesariamente la existencia de una plusvalía extraordinaria. Mi actitud es que esto último habría que demostrarlo antes que darlo por sentado (y hasta ahora no pude reconocer ninguna demostración de su parte). Demostrar la extracción de plusvalía extraordinaria, hasta donde yo entiendo, exigiría demostrar un incremento en la tasa de explotación de la fuerza de trabajo, algo que no me parece evidente en el caso de la renta agraria.

      b) Lo cito: «La plusvalía extraordinaria surge del aumento de productividad en la empresa adelantada, con respecto a las modales, o promedio. Esto significa que en esa empresa aumenta la tasa de plusvalía, pero no porque se abarató la fuerza de trabajo».
      Esta no me parece una respuesta satisfactoria a lo que cuestioné. Puedo entender que de la diferencia de productividad surja una ganancia extraordinaria pero, como señalé en (a), lo que no veo es cómo ni dónde demuestra usted que esa ganancia extraordinaria esté expresando una plusvalía extraordinaria, un aumento extraordinario en la tasa de explotación de la fuerza de trabajo. No descarto que el malentendido pueda ser resultado de mi dificultad para comprender correctamente el concepto de «plusvalía extraordinaria», en parte porque 1) considero que cualquier incremento de plusvalía debe resultar de un incremento del tiempo de trabajo no remunerado y, en consecuencia, de un aumento en la tasa de explotación, y en parte porque 2) no logro acertar con el capítulo de El Capital que, según usted, debo consultar (quizás si me dijera cómo se titula…), capítulo que debe explicar -según usted me dio a entender- que la plusvalía puede aumentar (extraordinariamente) como resultado de un incremento de la productividad del trabajo ¡sin que se desvalorice, siquiera relativamente, la fuerza de trabajo! (confieso que esta idea se me aparece como un galimatías o, si no, como un misterio equivalente a la multiplicación de los panes y los peces que menciona Iñigo Carrera).

      c) Lo cito: «la base para comprender la renta diferencial es entender primero el mecanismo por el que se produce plusvalía extraordinaria». Por lo ya dicho en (a) y (b) es evidente que no consigo entender «el mecanismo que produce plusvalía extraordinaria» mediante el incremento de la productividad de la fuerza de trabajo y sin que medie una desvalorización de la misma.

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      Vico

      02/10/2012 at 00:34

    • Se trata del capítulo 10 del tomo 1, que lleva por título «Concepto del plusvalor relativo», y está al comienzo de la sección cuarta. Algunos comentarios sobre lo que escribe en su último mensaje: Primero, estoy de acuerdo en que no toda ganancia extraordinaria expresa una plusvalía extraordinaria del tipo de la explicada por Marx en el capítulo 10. Puede haber otras fuentes de plusvalía extraordinaria, distintas de las que provienen del cambio tecnológico en las empresas más avanzadas. Por ejemplo, si una empresa consigue incrementar la intensidad del trabajo con respecto al promedio social imperante en la rama, conseguirá una plusvalía extraordinaria. También si una empresa tiene poder de monopolio en un mercado, y puede recargar por encima del precio de producción (en este caso habrá transferencia de plusvalía desde otro sector). Pero el caso que trata Marx en extenso es el que tiene importancia para el desarrollo de las fuerzas productivas, y el que subyace luego en su explicación de la plusvalía relativa, de la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia (por elevación de la composición orgánica) y también de la renta diferencial de la tierra. Es el caso más general porque atañe a la competencia mediante cambio tecnológico.
      Vamos ahora al mecanismo de plusvalía extraordinaria. Si en una empresa se introduce un cambio tecnológico que aumenta la productividad con relación al promedio de la rama, el trabajo en esa empresa genera más valor por unidad de tiempo que en el resto de la rama. Es lo que Marx llama trabajo potenciado. De aquí que en esa empresa se obtenga una plusvalía extraordinaria, y por lo tanto también, la relación plusvalía/valor de la fuerza de trabajo aumente. Pero este aumento no se produjo por mayor intensidad del trabajo, o por disminución del valor de la fuerza de trabajo. Incluso, si al generalizarse el cambio tecnológico al resto de la rama, no se abaratan los medios de subsistencia del trabajador (supongamos que se trate de una industria de lujo), no habrá aumento finalmente de la tasa de plusvalía.
      Lo anterior conecta con una cuestión también importante: hay que distinguir la plusvalía extraordinaria, obtenida por el cambio tecnológico, de la plusvalía relativa. Esta última es un resultado de la búsqueda de la primera por las empresas. El «esquema» es así: las empresas introducen cambio tecnológico en busca de plusvalías extraordinarias. Cuando lo consiguen, obligan al resto de la rama a adoptar la nueva tecnología, so pena de desaparecer (aquí entran las reflexiones de Marx sobre el rol de la competencia, verdadera guerra entre los capitales). Cuando se generaliza la nueva tecnología, si el producto entra, directa o indirectamente, en la canasta salarial, tendremos aumento de la plusvalía relativa (siempre que consideremos que el salario real permanece constante). Observe que esto es imposible en el caso en que la plusvalía extraordinaria hubiera provenido del poder monopólico de mercado de alguna empresa. Por eso, es muy importante entender la naturaleza de la plusvalía extraordinaria que proviene del cambio tecnológico.
      Por último, en todo esto es clave entender el concepto de trabajo potenciado. Subrayo: si tengo dos tipos de tierra, A y B, si A es más fértil que B, y B es la que determina el precio (la producción en la peor tierra es la que determina el precio de venta), el trabajo aplicado a A opera como trabajo potenciado. El que produce en A obtiene una plusvalía extraordinaria, que es permanente (B no puede tener la fertilidad de A) y corresponde al propietario de la tierra. Es la renta diferencial. Todo esto está en El Capital. Observe que Marx inicia la explicación de la renta diferencial recordando lo que explicó en el cap. 10 t. 1 sobre plusvalía extraordinaria. no es de extrañar que el doctor Iñigo Carrera no pueda entender la explicación de Marx, ya que no entiende qué es plusvalía extraordinaria. Y a esta altura, tampoco me llama la atención que el doctor Kicillof estuviera de acuerdo con la explicación de la renta del doctor Iñigo Carrera. Para entender la teoría de la renta de la tierra, hay que empezar por el principio, la teoría del valor y de la plusvalía.

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      rolandoastarita

      02/10/2012 at 08:26

    • ¡Por fin encontré el capítulo! En su primera parte, Marx hace exactamente las mismas consideraciones que hice yo, pero luego la cosa cambia en la dirección que usted había señalado: Se produciría -estima Marx- un incremento del plusvalor a pesar de no haberse devalorizado la fuerza de trabajo, ni haberse prolongado la jornada laboral, ni haberse intensificado el ritmo de trabajo. Mi impresión es que se trata de un «como si»: todo ocurre «como si» -en términos dinerarios, fenoménicos- la proporción entre trabajo necesario y sobretrabajo se hubiera modificado en favor de éste último.
      No obstante, sigue habiendo puntos que me parecen confusos.

      En primer lugar, Marx especula sobre una aumento de la productividad que no lleva implicado ningún aumento en el valor erogado por los medios de producción (lo que, por cierto, vuelve bastante misteriosa la causa del aumento de la productividad). Más bien, en su argumento parecen confundirse materias primas y medios de producción (salvo que se trate de algún error de traducción): En el ejemplo del caso el aumento del capital constante (medios de producción+materias auxiliares+materias primas) mantiene su proporción proporción con el valor producido, se incrementan en la misma medida en que se incrementa la producción.

      Otro punto difícil: En un primer momento de su argumentación, Marx contrasta el valor (menor) de la mercancía individual con su valor social o promedio (que se establece sobre la base de la productividad media, menor a la del capitalista innovador). Pero, luego, como Marx asume que el aumento de la productividad debe conducir a un aumento de la producción y éste último debe impedir la venta de las mercancías a su valor social (ya que la oferta excede la demanda efectiva), concluye que el capitalista que ha incrementado la productividad del trabajo que explota deberá vender sus mercancías por debajo de su valor social pero, de todas maneras, por encima de su valor individual. Todo esto es más o menos obvio.

      Ahora bien, al situar el precio de sus mercancías por debajo del valor social, el capitalista innovador obliga a sus competidores menos productivos a hacer lo mismo o, en caso contrario, a dejar sin vender una parte más o menos significativa de las mercancías que han producido. En consecuencia: o estos últimos venden perdidosamente todas sus mercancías (con lo que no recuperan el valor erogado) o, si no, venden gananciosamente sólo una parte de ellas (con lo que no realizan una parte más o menos decisiva del valor previamente generado en el proceso fabril de producción).
      Acá el punto crucial es que resulta difícil no ver en ello un caso de transferencia de valor, semejante a la que se produce cada vez que una rama produce más de lo que corresponde a la necesidad social (sólo que en este caso la transferencia sería interior a la rama). ¿No le parece?

      Confieso que aún no terminé de releer y analizar el capítulo de referencia, así como los del tomo III referidos a la renta agraria. Pero no me pareció mal anticiparle los comentarios precedentes.

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      Vico

      02/10/2012 at 16:55

    • Con respecto a la fuente de mayor productividad, es claro que la misma deberá provenir, en la mayoría de los casos, de la introducción de maquinaria más productiva. Este punto es esencial, en el razonamiento de Marx, para explicar la tendencia al aumento de la composición orgánica del capital. No es el único factor, porque el otro es el aumento del capital constante circulante por unidad de trabajo. Buena parte de las discusiones relacionadas con el teorema Okishio están vinculadas a estas cuestiones. De todas maneras, es muy sencillo demostrar que con aumento del valor del capital constante fijo, puede haber plusvalía extraordinaria. Para esto es condición que el valor de la maquinaria sea menor que el trabajo pago que desplaza. En el ejemplo de Marx, se considera que en el capital constante está incorporada la proporción que entra por desvalorización de la maquinaria. Al respecto, el mismo ejemplo admite el supuesto, ya que el monto que entra por producto por desvalorización del capital fijo puede ser igual al que había antes de la introducción del cambio tecnológico, y sin embargo puede haber aumentado el valor del capital fijo. Observe que al aumentar la cantidad de productos, por día es mayor la cantidad de capital fijo que se amortiza.
      Por otra parte, la competencia ocurre efectivmente por abaratamiento del producto. Aquí lo central es prestar atención al concepto de trabajo potenciado. Si alguien trabaja con una tecnología superior a la tecnología social promedio, está generando más valor por unidad de tiempo que el promedio. Inversamente, si alguien trabaja con una tecnología inferior al promedio, genera menos valor por unidad de tiempo. Este punto se lo he planteado a Carchedi y también a Shaikh, en discusiones sobre intercambio desigual. Lo explico con un ejemplo sencillo: si para hacer una mesa se emplean 10 horas de trabajo social promedio, y yo empleo 15 horas de trabajo, no habré generado valor por 15 horas de trabajo, sino por 10 horas. Mi trabajo está despotenciado. Por esta razón, no puedo transferir valor a nadie. Inversamente, si empleo 7 horas de trabajo para construir la mesa, y la vendo por el equivalente de 10 horas (el valor que rige en el mercado) mi trabajo está potenciado. En 7 horas genera un valor de 10 horas. Todo pasa por comprender que el valor es una categoría social.

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      rolandoastarita

      02/10/2012 at 19:49

  36. Compañero Vico. Yo tenía dudas parecidas a las suyas y me sirvió mucho la re lectura del capítulo X para enfrentar la concepción tradicional de la ‘transferencia’ de plusvalía en la competencia intra rama. El trabajo potenciado, no solo incrementa la cantidad de valores de uso producidos en la unidad de tiempo, sino, hace a la unidad de tiempo más fecunda en materia de valor, al perforar los estándares de trabajo social necesario imperantes en la rama. El efecto, aunque efímero, es análogo al del abaratamiento de la canasta de bienes del obrero, al generarse más valor por unidad de tiempo y por consiguiente ‘abaratar al obrero’ alterando la relación entre trabajo necesario y trabajo excedente a escala de la empresa más productiva. El compañero Astarita define a este tipo de plusvalía extraordinaria como una forma de transición hacia la plusvalía relativa. Habíamos tocado el tema en la nota sobre intercambio desigual, cuya lectura es muy recomendable. En mi opinión, rescata un factor explicativo que ha sido bastante subestimado por los marxistas. La polémica con I.C es contundente. Si bien no hay respuesta por parte del interpelado, la mayoría de las apreciaciones que he podido leer solo aluden a ‘dogmática’ en relación a Márx, pero ni amagan a explicar por que no sería plausible y por que habría que corregirla. El capítulo en cuestión lo encuentra fácil en internet. Yo lo leí allí y después del libro.

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    AP

    02/10/2012 at 11:34

  37. Profesor, acá hay una respuesta a sus post:

    http://www.centrocultural.coop/blogs/surdesarrollo/2012/11/el-transformismo-en-basualdo-y-las-transformaciones-de-astarita-%E2%80%9C%C2%BFtu-tambien-bruto%E2%80%9D/

    Si bien está escrito en términos bastantes irónicos creo que aporta mucho al debate.

    Saludos!

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    José

    28/11/2012 at 16:47

    • Gracias por el envío. Sinceramente, no veo que refute mis argumentos. En mi texto cito a Basualdo, y critico lo que dice. Explica la continuidad de las políticas neoliberales después de la dictadura, y hasta el kirchnerismo por las coimas. El texto de respuesta trata de disimular lo afirmado por Basualdo remitiendo a otros textos, y con mucha adjetivación. Pero no responde las cuestiones planteadas. Si la tesis «coimas y altos salarios explican las políticas neoliberales de los Menem (y los Kirchner) de los 90», la misma explicación puede aplicarse a cualquier otro período histórico o gobierno que no encaje en los moldes establecidos.
      Por otra parte, y al pasar, me parece muy divertida la manera en que los kirchneristas tratan de disimular lo que hicieron en los 90. Mi crítico escribe:
      «Ni Kirchner, ni Marx, ni Messi (este ya no sé, por ahí sí) podría haber presentado una opción lo suficientemente obrera en los 90 que lograra organizar a la clase trabajadora sobre un esquema político de que venía de las hiperinflaciones producto de la brutal puja entre los acreedores externos y los grupos económicos locales y que se asentó sobre el transformismo político, es decir: la cooptación directa de las dirigencias populares, en este caso. A lo que va este largo razonamiento: ¿en los 90 podemos seguir diciendo que estaba “el movimiento” en el gobierno? ¿Menem es pueblo?»
      Bonita manera de pasar por alto las dificultades. En los 90 Kirchner apoyaba activamente al menemismo. ¿Qué tienen que ver Marx o Messi con este apoyo? ¿Por qué no aplican la tesis del transformismo a los Kirchner? ¿No se atreven a sacar las conclusiones de lo que afirman?
      Espero que la gente lea y compare las posiciones.
      En una próxima nota voy a tratar críticamente la tesis de la financiarización (o régimen de acumulación financiera) aplicada a la Argentina post 1976 y los 90. Una cuestión que se vincula con toda esta historia que inventó el progresismo izquierdista argentino.

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      rolandoastarita

      28/11/2012 at 21:13

    • Rolando, realmente felicito su postura de publicar todos los comentarios. QUIERO DENUNCIAR que en el blog del Centro Cultural de la Cooperación NO PUBLICARON MI COMENTARIO en donde cito esta última respuesta que da a la polémica. Son unos impresentables. Espero que si tenga tiempo los deje al desnudo como usted bien sabe hacer porque me indignan.
      saludos, compañero.

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      Pamela

      29/11/2012 at 10:47

    • Es que se trata de gente con un largo entrenamiento en el stalinismo, ahora enriquecido por la adhesión al modelo 6,7,8. Pero a esta altura de mi vida, ya no me enojo. Tenemos concepciones ideológicas muy distintas. Yo defiendo un proyecto de socialismo muy alejado de esa visión burocrática. Pienso que la gente debería tener acceso a todas las posiciones, y formarse su propia opinión. En la concepción burocrática, unos pocos deciden qué se puede leer y qué no, qué información se puede dar, y cuál no.

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      rolandoastarita

      29/11/2012 at 11:28

  38. Estimado Rolando: si su interpretación de los 90 tienen el mismo matiz que las que tiene sobre el blog del CCC, tengo que decir que está frito. No soy estalino, no sé bien a qué se refiere en cuanto a modelo 678 (Apertura al debate? Ley de medios democráticos? no entiendo qué critica de ese programa), simplemente me colgué para subir el comentario de la compañera. Estoy haciendo algo que se nota no hace hace mucho (si es que alguna vez lo hizo): laburando. Y entonces estar al tanto de los comentarios que postean en el blog y responder a cada uno no es para mi una prioridad, lo hago cuando puedo. Ud sabe muy bien que es el CCC porque los invitamos a una charla, donde nos dijo que las retenciones y en general los impuestos progresivos son tan malos como los regresivos para la clase obrera. Siempre a contramano del pueblo, como tiene que ser. Y sobre el tema de fondo, creo que ya se dijo todo, Rebecca contestó bastante cosas (tenes una paciencia terrible querida, querés casarte conmigo?). Basicamente pretender encontrar una continuidad entre este gobierno y el actual es una causa perdida. Todo los diferencia, ni siquiera este gobierno se presenta con el sello del PJ. Hablar del gobierno de Menem como un gobierno «nacional y popular» es simplemente una burrada. No tenía nada de nacional, y nada de popular. Decir que hubo altos sueldos en dolares durante los noventa es una mentira en términos estadísticos, no hay ningun dato que puede corrobar ese dato. Decir eso es simplemente haber vivido esos años lejos del desempleo, la informalidad, el mercado de trabajo flexible, la pobreza y la miseria que se vivia entonces.
    Saludos
    Martin

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    martin

    29/11/2012 at 12:57

    • Mis posiciones sobre impuestos; sobre el gobierno de Menem; sobre lo que hicieron los K bajo el gobierno de Menem; sobre lo que hacen los stalinos y progres varios para disimular lo que hicieron los K bajo el gobierno de Menem; sobre la continuidad en la trayectoria del PC y amigos en ser amigos de gobierno burgueses; sobre las profundas continuidades de este gobierno con los 90; sobre los monopolios y los que reducen la lucha por el socialismo a la lucha por el capitalismo «nacional, democrático y popular», y sobre los que sistemáticamente están a contramano de un socialismo sin burócratas y campos de concentración, las he explicado largamente en estas notas. No tiene sentido volver a repetirlos en estos comentarios. Simplemente sirva el recordatorio para marcar la diferencia abismal, ideológica y política, que tengo con ustedes. Efectivamente, estamos en veredas opuestas.
      Agregado: ahórrese el «estimado» Rolando. No sean cínicos, el socialismo que defienden ustedes me enviaría a un campo de concentración, si pudiera.

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      rolandoastarita

      29/11/2012 at 13:24

    • La solución no radica en marcar diferencias. Todos los intelectuales se diferencian, por definición, porque tienen que ser originales. Es el pecado del intelectual. Lo más difícil pero lo más constructivo es marcar las semejanzas y encontrarse junto al pueblo. Eso es lo dificil para gente como ud, que ni siquiera toma el bondi (podria decir que ahi se junta con el pueblo, pero ni eso). Ya sé que está peleado con medio mundo, pero no sirve de nada, a lo sumo para alimentar su ego. Pero le tengo que decir una triste verdad: no lei ni tengo ganas de leer nada de lo que escribe. Y lamentablemente lo que puede escribir ya lo adivino, no requiero leerlo, porque me parece que no es util. Decir que el capitalismo es el capitalismo a mi no me sirve de nada para cambiarlo. Yo sé que sus reflexiones lo llevaran a estar siempre en la vereda de enfrente del pueblo cuando este logre avances politicos y economicos. El suyo es «un socialismo a contramano del pueblo». No lo molesto mas, me permiti irrumpir en su blog porque referian al del ccc, nada más. Saludos
      Martin

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      martin

      29/11/2012 at 13:35

    • Usted escribe: «no leí ni tengo ganas de leer nada de lo que escribe». ¿Para qué escribe entonces comentarios en este blog?
      Por otra parte, las diferencias entre los que apoyan al gobierno K y los que estamos en contra desde la izquierda son irreconciliables porque son ideológicas. Puede haber algún acuerdo circunstancial, por algún punto concreto, muy delimitado, pero las diferencias son profundas, porque estamos en veredas opuestas. Ustedes defienden a un gobierno capitalista, que defiende el modo de producción capitalista. Yo estoy en un punto de vista opuesto. Por eso es una tontería decir que se trata de «egos».

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      rolandoastarita

      29/11/2012 at 14:35

  39. Agregado: ud tambien entonces lucha contra la «dictadura K»? Claro, ahora que no se puede ir de viaje a Brasil, Argentina se transformó en una gigantesca prisión que lo obliga a irse a bañar a Mar del Plata con los pobres. Eso sí que son «campos de concentración»!! Cuanto sufrimiento Astarita!! cuanta tortura!!

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    martin

    29/11/2012 at 13:40

    • Ya entró en el plano de la tontería. Jamás dije que este gobierno fuera una dictadura. Pero sí he criticado las dictaduras stalinistas, las mismas que tanto PC y ex PC jamás denunció.

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      rolandoastarita

      29/11/2012 at 14:04

    • Basta de perseguirse con el PC, señor, la Unión Soviética ya no existe!! Yo estoy hablando del presente: para nosotros, este proyecto es el camino al socialismo: distribución del ingreso, trabajo, democracia, ampliación de derechos, y lucha contra el imperialismo. Porque el socialismo se lo hace caminando junto al pueblo, luchando, y no escondido en las aulas/blogs. Este es el socialismo que defendemos. Y ud? Usted no está en la cárcel señor, ni nunca lo va a estar, asi que despreocupece. Por eso me pareció que su comentario era de lo más parecido al de la dictadura k.
      Para su conocimiento yo soy peronista de tendencia kirchernista y es bien sabido en mi entorno, y le agradezco al CCC haberme abierto las puertas y poder ayudar al modelo desde aqui. Esta apertura a los compañeros, más allá de su ideología, es la que hay que reivindicar para el bien del pueblo argentino.
      Saludos
      M-

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      martin

      29/11/2012 at 14:29

    • Sobre la vigencia de la línea histórica del PC, la analizo aquí. Por supuesto, el PC desde hace muchos años es amplio con los amigos del capitalismo «nacional y popular». Sobre que avanzan al socialismo de la mano del gobierno K, parece un chiste.

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      rolandoastarita

      29/11/2012 at 14:41

    • Sostener que este gobierno puede llevar a algo remotamente parecido al socialismo es delirante. Y yo pateo el conourbano bonaerence todos los días, en los contaxtos más pauperizados, puedo atestiguarlo bien.
      Todo lo demas: «caminar junto al pueblo», «luchando»… es palabrerio hueco.

      Saludos.

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      Gerardo Daniel

      29/11/2012 at 14:43

  40. Profesor, soy el autor del artículo. Le agradezco por haberme solucionado una dicotomía que como militante lleva años en mí y en la que aún (pese a mi formación de grado y pos-grado) todavía no estoy del todo resuelto. Digo, sin conocerme en lo más mínimo me pone el mote de «kirchnerista»… En estos términos no hay caso, si por mostrarle que si leyó a Basualdo lo hizo de manera errada (yo sigo sosteniendo que no lo leyó) usted me denomina despectivamente: «kirchnerista»… INcluso, y esto ya bordea el escándalo, usted sigue sosteniendo que «citó y criticó a Basualdo»… ¿Publicó los textos correctos? Hay una sola cita en los 2 textos, ¡UNA SOLA!…
    SU rta es más bien una desautorización para conmigo, q en sí no me molesta pero no construye nada. Le cité a Basualdo diciendo las cosas diametralmente opuestas a las que usted expone, vamos… Argumente, muéstreme sus citas de Basualdo…
    En Basualdo, le aclaro porque no lo leyó, se habla del transformismo hasta 2008 como forma de praxis institucionalizada, y más allá de aquel año, si bien el mismo entra en crisis aún persiste como fenómeno… Nadie ocultó eso, está clarísimo en los textos… Este gobierno se propuso romper con ese esquema, cuando concentró la cantidad de fuerzas suficientes lo confrontó y logró (en gran parte, al menos) terminarlo.
    Y para concluir, eso de que «disimulo» lo que (como «kirchneristas») «hicie en los noventa» no me alude en lo más mínimo porque en los 90 tenía apenas 3 años (que cosa la izquierda desoyendo a la juventud ¿no?); en todo caso usted debería explicar «qué hizo en los noventa» para defender los intereses de sectores humildes, que ya estaba bastante grandecito… Que, sin ir más lejos, es lo que estoy haciendo yo ahora, más allá de las banderas: defendiendo la AUH, la inclusión al sistema jubilatorio de más de 2 millones de personas, los 6 millones de puestos de trabajo generados, el aumento sustancial de la participación del salario en el ingreso, la reducción de la pobreza y la indigencia, el fenomenal proceso de desendeudamiento, entre otras… Tantas otras…
    El debate que le propongo es claro: Muéstreme que no entendió mal a Basualdo y que mi artículo está errado, pero desde Basualdo… Desde la línea de FLACSO… Su respuesta es una muestra clara (a mi humilde entender) de que el debate ya está saldado, a menos que nos traigas sus famosas «citas»…

    Bueno no me quiero extender más, le agradezo el espacio… Usted no es stalinista como los del CCC que EFECTIVAMENTE PUBLICARON EL COMENTARIO DE PAMELA y lo que lo coloca a usted en un pésimo lugar de «charlatán» (se lo digo con respeto), producto de esa sistemática actitud suya de ponerle mote a todo y todos sin conocer en los más mínimo! Lo hizo con Basualdo, lo hizo conmigo y lo hizo con el CCC… Pero no se deprima, si bien quedó demostrado la falsedad de sus juicios apresurados, para conmigo no fue del todo errado, efectivamente: SOY KIRCHNERISTA!!! (pese a haberme perdido la fiesta de vender todo de los 90; ¿?)…

    Saludos, Leandro.

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    Leandro

    29/11/2012 at 14:01

    • Dice: «si bien quedó demostrado la falsedad de sus juicios apresurados»

      Es gracioso, para un lector mirando todo desde afuera eso no esta demostrado en lo absoluto.

      Saludos.

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      Gerardo Daniel

      29/11/2012 at 14:15

    • Son muchos los que disimulan lo que hicieron los K en los 90 sin haber vivido los 90. Otros lo disimulan habiéndolo conocido en directo. Es lo que hace Basualdo cuando disimula y pasa por alto la aplicación de su tesis del transformismo a lo actuado por los K en los 90. Es una manera más de disimular el contenido profundo de las políticas instrumentadas por entonces. Como he sostenido, responden a toda una actitud de clase. Naturalmente, me importa muy poco lo que usted hizo en los 90. Pero sí me importa bastante lo que dicen los izquierdistas progres sobre lo que hicieron los K en los 90. Y más todavía cuando se trata de altos funcionarios del gobierno K. Es evidente que hay un afán de ocultar esta historia, porque se les cae el relato.
      En este respecto,es en aras de ocultar o disimular el carácter de clase de las políticas de los 90 que Basualdo explica la política del PJ en aquella década con la tesis del transformismo. Lo he citado, es lo que escribe Basualdo, y afirmo que se trata de una tontería. Todo un movimiento «nacional y popular» aplicando las recetas neoliberales es explicado por Basualdo por coimas y altos salarios.
      Por supuesto, no he afirmado que Basualdo extendiera el transformismo a los años anteriores a 1976, ni al presente. Es claro que para disimular la vacuidad de su tesis tiene necesidad de limitar el período. Soy yo quien, como una forma de poner en evidencia la superficialidad de la tesis, planteo que cualquiera podría explicar todo lo que no le encaja en términos de la supuesta correspondencia entre «movimiento nacional y popular» y «políticas liberales efectivamente desarrolladas». ¿Por qué el gobierno K apoya a la gran minería? Ustedes dirán que no es por transformismo (porque decretaron que desde 2008 ya no existe), pero cualquiera puede aplicar la categoría. ¿Por qué el gobierno K tiene tan buenas relaciones con Monsanto y favoreció la sojización? Ustedes dirán que no es por transformismo, pero cualquiera puede decir que sí, que es transformismo. ¿Por qué el gobierno K emitió bonos de deuda en 2010 que reconocían los tribunales de NY? La misma respuesta, cualquiera puede decir que es «transformismo». De manera que estamos ante una categoría cuya falta de contenido solo lo pueden disimular con palabrerío.
      En cuanto a que publicaron el comentario de Pamela, pues bien, Pamela escribió diciendo que no le publicaban el comentario. Es en este respecto que no me extraña que los defensores del gobierno K (PC, ex militantes del PC, aliados al PC y similares) no publiquen y limiten la opinión de los críticos.

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      rolandoastarita

      29/11/2012 at 14:25

    • Claro, publican el comentario cuando ya no les queda otra.
      El papelón ya lo hicieron. Vuelvo a preguntar lo que allí pregunté, qué onda con Basualdo, no salta a la palestra?

      Leandro, qué te pasa con las citas… estás nervioshito? Acaso no las ves al final del texto «Menemismo, los K y la tesis del “transformismo” o te quedaste mirando la ilustración???

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      Pamela

      29/11/2012 at 17:15

  41. Las citas profesor… Traiga las citas… Como lo hice yo…

    Me soprende igual el grado de perjuicio que tiene para debatir… No entiendo porque tanto asunto con el PC, ¿es otra de sus apresuradas suposiciones? ¿que yo vengo del PC al kirchnerismo? Si es así, está más cerca de atinarle a Basualdo que de tener razón en eso… Y mire que como ya demostré yo, pero más y mejor aún usted: está muy lejos de comprander a Basualdo.

    Bueno le agradezco igual su intención de contestar pero veo que elude el debate teórico que hay por detrás… Mis argumentos siguen más que firmes: usted no leyó a Basualdo; por eso no lo cita, y por eso lo satiriza del modo que lo hace… No creo que siga extendiendo las respuestas, a menos que aprezcan sus famosas «citas» o al menos deje de tirar tiros al aire acusando a todo el mundo de lo primero que se le viene a la boca… No me queda otra que pensar que se ha quedado sin argumentos, en tal caso con un: «tienen razón, me equivoqué», alcanzaba…

    Saludos, Leandro.

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    Leandro

    29/11/2012 at 15:29

    • ¿Cómo que no cito a Basualdo? En la nota sobre transformismo lo cito, textualmente, cuando explica las posiciones del PJ en los 90 (y en general la continuidad de las políticas neoliberales después de 1983) por las coimas y los salarios altos de los funcionarios. Comprendo que a usted le moleste sobremanera que haya desnudado de esta forma la pavada en torno a la cual se dictan altísimos cursos de doctorado. Pero es la triste realidad. Es lo que escribió Basualdo, y es lo que anduvieron adorando muchos, como si eso se tratara de alta ciencia social. No sé cómo piensa usted que cité esos pasajes sin haberlos leído, pero me tiene sin cuidado. Es lo que afirmó Basualdo en el libro del que, por otra parte, puse las referencias. No lo pueden disimular hablando de otros textos. Tampoco pueden disimular el papelón teórico (porque en verdad, es un papelón teórico) diciéndome «usted no comprende la profundidad de la tesis». Pueden meter todo el palabrerío que quieran (es una costumbre de muchos escritores de «Cartas» progre-izquierdistas), pero no pueden ocultar que la explicación «transformista» de los 90 es una reverenda pavada. Por eso también tiene tanta importancia insistir con la pregunta: ¿Eran los K unos coimeros en los 90, y por eso participaron de la privatización de YPF, de la del Banco de Santa Cruz, de la de las cajas jubilatorias? ¿Por qué no responden esta simple pregunta desde las altas cumbres en que pretenden ubicarse? ¿Por qué no lo hacen? ¿Por qué no demuestra que la cita de Basualdo en que habla del rol central de las coimas y de los altos salarios no es cierta? Si yo cito página y edición del libro, ¿cómo dice usted que la inventé? Y si eso es lo que dijo Basualdo, ¿cómo se aplica a los K, y a tantos héroes «nacionales y populares» de los 2000? ¿Pueden responder algo tan elemental? No, no pueden, de ahí la necesidad de confundir el eje del debate.
      El debate teórico de fondo, por supuesto, pasa por entender que las políticas que se aplicaron en los 90 (y antes, y a nivel mundial) respondieron a una lógica del capital, a la manera en que el capital enfrentó la crisis de acumulación. Por eso también voy a continuar en una próxima nota con la crítica a la tesis de la financiarización, aplicada a la Argentina post 1976.
      Acrca del PC, su postura es muy importante. Primero, porque el PC apoya al gobierno K. Segundo, porque muchos de los cuadros del gobierno provienen de la militancia PC. Tecero, porque una gran parte de la gente que apoya al kirchnerismo es militancia ex PC. Cuarto, y lo más importante, porque la lógica de apoyar a la burguesía «progresista y nacional», en la idea de que se está avanzando al socialismo, es la cantinela que desde hace décadas se repite en estos ámbitos «progre-izquierdistas», y uno de los discursos fundamentales del apoyo al gobierno K. Y el PC fue, históricamente, la fuerza que impuso este pensamiento en Argentina.

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      rolandoastarita

      29/11/2012 at 16:26

    • Ah bueno… ud tiene un asunto no resuelto con el PC. Me parece que le da mayor importancia de la que tiene realmente. Porque Kicillof y Sabatella a los 15 años militaron en la juventud, pareciera que el kircherismo es comunista. Delirante.
      En cuanto a la continuidad entre los noventa y ahora, y si los kirchner fueron corruptos en los noventa y lo siguieran siendo ahora, qué cambiaría? Acaso la historia se hace con nombres propios? No entiendo qué pretende probar con eso. Me extraña para un marxista que se respete le de tanta importancia al caso. Peron era malvado sin embargo el pueblo lo siguió y el 17 de octubre lo fue a buscar provocando una verdadera revolución en el país, de la cual no quieren acordarse. Acaso el discurso que realizó desde el balcón de la casa rosada aquel dia podia ser distinto? Acaso podia decir que era capitalista y queria la explotacion de lo obreros? No importa si Peron era defensor de la burguesia, no importa si era fascista, lo que importa es la plaza llena de obreros, lo que importa es la clase, porque ese dia nadie podia decir otra cosa que no sea un pliego pro-obrero. Entonces: los hombres politicos son publicos, en el sentido en que sus actos no les pertenecen, le pertenecen a los intereses que representan y se mueven en función de ellos. En el caso de Peron y de los Kirchner: se mueven en función de los intereses populares.
      No creo que sea muy dificil de entender…
      Saludos
      M-

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      martin

      29/11/2012 at 16:39

    • Trate de no insultar la inteligencia del interlocutor. Jamás sostuve que el kirchnerismo fuera comunista. Sí sostengo que el enfoque frente populista y los argumentos de apoyo al capital «nacional y popular» tienen sus raíces en los viejos planteos de los PC. Se trata de una educación que ha ido sedimentando a lo largo de décadas, al punto que hoy parece natural que un socialista plantee las contradicciones fundamentales en términos de «monopolios vs pueblo», «capital financiero vs capital productivo», y similares. También hoy está aceptado que «marxistas» colaboren abiertamente con gobiernos burgueses. Hubo una larga «educación» para llegar a eso. Los argumentos de Nuevo Encuentro, o Sabatella, son un calco de lo que aprendió esta gente en el PC.
      Acerca de la posición de los K en los 90,le pido que haga un pequeño esfuerzo mental y trate de entender qué se está discutiendo. ¿Sabe qué se discute en torno al tema «transformismo»? Respuesta: a qué obedecieron esas políticas. Lo que hicieron los K (y tantos otros «héroes nacionales y populares») tiene importancia porque afecta a la comprensión del carácter de clase de ciertas políticas. Se lo explico de manera que hasta un niño pueda entenderlo: aquí hay dos historias.
      Una, que viene a decir que durante mucho tiempo «los grupos monopólicos» compraron dirigentes de los movimientos populares y del pueblo, y gracias a esas compras, llevaron adelante políticas en su exclusivo interés. Hasta que apareció alguien providencial, un verdadero Eternauta, venido de no se sabe dónde, que puso las cosas en orden, echó a los fariseos coimeros del templo, y empezó la marcha hacia el reino de la felicidad eterna del pueblo, y el socialismo.
      Otra historia (que tiene que ver con una concepción que se llama materialismo histórico) sostiene que las políticas de los gobiernos y estados responden a intereses de clase; que no existen «Eternautas» en política venidos de otro planeta. Y que las políticas de los 90 no fueron el resultado de coimeros, sino respondieron a intereses de clase; por lo tanto, existen trayectorias de clase, y políticas económicas que se adaptan o responden a diferentes fases del ciclo capitalista. Cuando se ven las cosas así, es difícil decir que los K privatizando YPF, el banco de Santa Cruz, las cajas de jubilación, votando la reforma de la constitución en 1994, aplicando ajustes en Santa Cruz durante la Alianza, o emitiendo bonos de deuda que reconocían soberanía en Nueva York, se estaban moviendo «en función de los intereses populares». Como puede ver, este enfoque es el opuesto al que subyace a la historia del «héroe» que quieren inventar. Por supuesto, desde el punto de vista político e ideológico, la discusión no es menor, porque el enfoque materialista hace trizas el discurso mistificador de ustedes.

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      rolandoastarita

      30/11/2012 at 14:24

    • Rolando: ud me está diciendo que su tesis es que seguimos viviendo en el capitalismo, desde los 90, y que con el kircherismo el capitalismo no se acabó. Y que el Estado defiende los intereses del capitalismo. Y que los partidos mayoritarios son partidos capitalistas. No tengo ninguna objeciones al respecto: es así, seguimos viviendo en el capitalismo y el Estado y partidos mayoritarios son capitalistas. Pero eso cualquier estudiante de sociología/economía podría decirlo. Es una obviedad, la complejidad del análisis es nulo. Claro: bajo ese punto de vista kircherismo y menemismo es lo mismo. Ahora: porqué no avanzamos un poco más en la reflexión? Porque no nos interrogamos sobre los conflictos que desató el menemismo con muchos sectores populares? Porque no nos interrogamos sobre los conflictos del kirchnerismo con los capitales concentrados? Sería una discusión un poco más interesante. Todo esto se está tornando muy aburrido en verdad, salvo cuando nos habla del PC. Ahi se vuelve tierno.
      Pareciera que la política argentina se dirimiera entre el PC y el trotskismo, dos partidos marginales en la historia politica argentina, algo asi como decir que el futbol argentino se define a través de los clásicos entre Quilmes A.C. y Argentinos de Quilmes. O peor aún: que el futbol argentino se define en el partido CSKA Moscu-Spartak Moscu. Porque trata de explicar la política argentina a través de una interna rusa del año 20. Asi de ridiculo es su analisis.

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      martin

      30/11/2012 at 16:02

    • Si usted sostiene que todo lo que digo de la economía argentina en los 90 y en los 2000 es que es una economía capitalista, pues bien, no tengo más nada que decirle. Lamento que eso sea todo lo que haya sacado en limpio de lo que publiqué (en este blog y en Economía política del subdesarrollo), pero no tengo forma de remediarlo. Solo me permito sugerirle que dedique su tiempo a otras lecturas. Después de todo, lo mío es marginal.

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      rolandoastarita

      30/11/2012 at 17:08

    • Más palabrerio hueco.
      No, lo que importa no es la clase, es la conciencia de clase. Y la conciencia de clase del peronismo es la de la clase burguesa, no importa cuantos obreros haya en la plaza, esto es bastante elemental.
      Por supuesto decir que Peron y los K se mueven por intereses populares no califica ni siquiera de ridiculo, es digno de una pelicula de Disney, algo completamente delirante e irreal.

      Saludos.

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      Gerardo Daniel

      29/11/2012 at 20:49

  42. Uno no sabe si reír o llorar al leer posts donde personas que se jactan de su íntimo contacto con los más explotados reivindican al mismo tiempo una entidad ¿cultural? sostenida por los beneficios de la banca «cooperativa» (habría que agregar muchas más comillas a esta última palabra).
    Rolando: Más esclarecedora que mil polémicas virtuales sería una nota que explique la verdadera naturaleza de la banca «cooperativa».
    En fin, me llevé una gran sorpresa al constatar la subsistencia de estos kirchneristas pc, semi-pc, para-pc y cuasi-pc, que la memoria popular condenó y que se habrían extinguido si no fuera por su hablididad para los negocios capitalistas. ¿Todo bien por la avenida Corrientes? ¡Saludos al amigazo Heller!

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    Vico

    29/11/2012 at 16:40

  43. Una sola cita en dos artículos, como bien dije… Yo, en cambio, puse varias y repasé más de un ensayo, en todas esas fuentes Basualdo dice poco menos que «pienso lo contrario a lo que AStarita dice que pienso» (ironía al margen)… Usted prefirió ignorarlo, ¡y claro!. En fin, si le alcanza una cita que no dice nada para inventar conclusiones sobre un trabajo de cientos y cientos de hojas, allá usted… Pero a lo largo de las respuestas quedó mostrado que usted habla siempre desde el prejuicio y que no leyó a Basualdo o aún si decidiera concederle que lo ha hecho (cosa q sigo sosteniendo falsa) evidentemente no lo ha hecho de manera crítica y reflexiva, sino simplemente con un curioso recelo intelectual-burgués…
    En tanto por lo del PC (que veo es bastante recurrente) su paranoía ya toma un tinte gracioso.

    En fin, creo q dejar los comentarios y los artículos es el mejor instrumento para que los lectores sepan que conclusiones sacar. Cada cual sabe…
    Le mando un saludo cordial, en serio.

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    Leandro

    29/11/2012 at 17:17

    • Es que es bastante tipico de los autoritarios, no solo los del PC. Hachacar las posiciones discordantes a problemas mentales o psiquiatricos, algo bastante tipico. Es mejor que argumentar absolutamente nada.

      Uh! Que problema, no voy a poner ninguna cita.

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      Gerardo Daniel

      29/11/2012 at 20:54

    • Mil disculpas, achacar.

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      Gerardo Daniel

      29/11/2012 at 20:56

    • Sres. Leandro y Martín, sus intervenciones me generan verguenza ajena: ¿los denostados gobiernos de los ’90 surgieron por generación espontánea? ¿O acaso cayeron del cielo? ¿O en realidad fueron, lamentablemente, apoyados masivamente por ese ‘pueblo’ que uds. ahora endiosan y por la clase trabajadora, y por los Kirchner -y tantos más dirigentes patronales- desde un lugar de interés de clase: es decir desde el PJ y la UCR? ¡Por favor! Me parece que Rolando acierta totalmente en su crítica a Basualdo. ¿Por qué alertamos tanto acerca del PC ‘residual’? La respuesta está en la historia (y tiene mucha actualidad): liquidación de la revolución rusa con campos de concentración, política de colaboración de clases y derrota en la revolución española en los ’30, coadyuvar indirectamente con sus posturas políticas al surgimiento de la Alemania nazi, y un largo etc., que podrán encontrar en este blog si se ‘dignan’ a leerlo…Saludos.

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      Armando

      29/11/2012 at 22:03

    • Da verguenza ajena, si Armando. Y no leiste los profundos razonamientos de JdZ más abajo, completamente demoledores.

      Saludos.

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      Gerardo Daniel

      29/11/2012 at 22:54

  44. jaja veo que el profe astarita tiene una secta de «seguidores perseguidos»… Estuvieron muy bien rebecca, martín y leandro… Y hasta AStarita, pero el resto (me refiero a los comentaristas «lamebotas» como gerardo y vico) deja mucho que desear…

    Vico: si tenés alguna prueba de algo en contra del CCC andá a la justicia gato, sino «chito»…
    Gerardo: primero aprendé a escribir máquina y dsp vemos!!!! «hachacar», madre mía, dicen que uno «escribe como lee» no me extraña que no entiendas una goma de nada…

    Muy bueno el debate, me gusta que se armen estos idas y vueltas, si bien hubo algunas bardeadas se pueden sacar algunas cosas interesantes del lío.
    Abrazo changos!

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    JdeZer

    29/11/2012 at 21:56

    • Gerardo: primero aprendé a escribir máquina y dsp vemos!!!! “hachacar”, madre mía, dicen que uno “escribe como lee” no me extraña que no entiendas una goma de nada…

      Argumento demoledor. Basha (para que vea que prefiero escribir mal a como escribe usted) a lamerle las botas a la estimable presidenta de los argentinos!

      «Estuvieron muy bien rebecca, martín y leandro…»

      Ni una idea como usted, porque no nos ahorra la basura de su verba y se va a babear su basura al blog del CCC. Tal ve ahí escriba algo con contenido.

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      Gerardo Daniel

      29/11/2012 at 22:51

    • Tratemos de no responder a provocaciones. JdeZer, te invito a leer la siguiente entrada que da lineamientos generales para comentar en el blog.
      Tratar a los lectores de secta y lamebotas no aporta intelectualmente al debate. Si tus comentarios vuelven con esa virulencia serán moderados.
      Vico, Gerardo Daniel y comentaristas, no alimentemos al debate de chicanas.
      Gracias.

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      astadiego

      29/11/2012 at 23:15

  45. La paciencia en usted fuerte es Rolando. Yo esos comentarios no los pasaba ni con el dedo de Dios en la nuca. Aunque por otro lado se da un matiz a las críticas a su blog.

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    Esteban

    30/11/2012 at 00:39


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