Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Militancia exPC, raíces históricas de una posición

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Por estos tiempos parecen ahondarse las divisiones dentro de la izquierda, entre los que apoyan al gobierno de Cristina Kirchner, y los que critican esta postura. Dentro del grupo que respalda al gobierno de Kirchner, es importante la militancia del partido Comunista, pero más aún su exmilitancia (una gran parte de ella, pero algunos mantienen una postura crítica). Muchos ocupan puestos relevantes en el Estado, la cultura, o la actividad académica. A pesar de la diversidad de opiniones y matices, la mayoría critica los viejos regímenes stalinistas, incluidas antiguas prácticas del PC. Y casi invariablemente, toman distancia frente a las políticas más “indefendibles” del PC, como su participación en la Unión Democrática; o su apoyo al “ala institucionalista Videla-Viola”, bajo la dictadura. Pareciera entonces que el apoyo al gobierno de Cristina Kirchner se construye desde una renovada elaboración política, con criterios distintos de aquellos con los que se manejaba el PC.

Es en este marco que la “onda exPC” sostiene algunos argumentos concatenados. El primero dice que el de CK es un gobierno progresista, nacional burgués. El segundo afirma que, dada la correlación de fuerzas existentes, hay que apoyar al Gobierno “frente a la derecha” (encarnada en los diarios Clarín, La Nación, los “grandes grupos”, la SRA y todos los partidos de la oposición burguesa). El tercero afirma que todas las cuestiones del Gobierno que pueden ser criticables -desde un punto de vista  de izquierda- son producto de los “elementos reaccionarios y de derecha enquistados”. Este último argumento es esencial para responder a las críticas de la “ultraizquierda”. Si Aníbal Fernández o Moreno envían patotas a moler a palos a activistas en el INDEC, o el Hospital Francés, se trata de “desviaciones”, o “contradicciones”, que deben combatirse redoblando el apoyo a Cristina Kirchner y al ala de izquierda del gobierno. Y ejerciendo en alguna medida, una crítica responsable (algo así como “no estamos de acuerdo con todo, pero no hay que dar pasto a la derecha”). De resultas, y siempre con criterio amplio y fresco, muchos exmilitantes andan con el “progresímetro”, tratando de determinar ubicaciones relativas. Así, por ejemplo, Scioli es más progresista que Alfonsín, pero menos que Nilda Garré. Insfrán (parece que no ve TN ni lee La Nación) es más progresista que Binner (que ve TN y lee La Nación), pero menos que Boudou, que toca la guitarra en estilo nacional y popular. Son matices sutiles, que pueden escapar a los ojos de los no iniciados, pero decisivos a la hora de posicionarse políticamente. Pues bien, el objetivo de esta nota es mostrar que esta manera de pensar la política es producto de una sólida “educación” en el viejo PC, y que, desde el punto de vista de lo sustancial, no hay cambios. Esto se comprende cuando lo vemos en perspectiva histórica.

Los orígenes

En grandes rasgos, podemos decir que la política de los partidos marxistas en los años que siguieron a la Revolución Rusa se articuló en torno a la defensa de la independencia de la clase obrera frente al capital. Las luchas en el terreno ideológico, político y sindical, tenían esa referencia básica. Dentro de este encuadre, se distinguía, lógicamente, entre un régimen fascista y un régimen democrático capitalista; y se afirmaba la conveniencia de defender conquistas concretas, incluso en unidad de acción con corrientes burguesas. Pero estas tácticas no encerraban apoyo político a los Gobiernos de turno, o a determinadas fracciones de la burguesía, frente a otras. Por ejemplo, los socialistas marxistas podían defender la ley de ocho horas de trabajo, en caso de que se quisiera derogarla, pero no por ello apoyar al gobierno de Marcelo T. de Alvear (bajo su gobierno se sancionó esta ley). De la misma forma, defender la ley de educación 1420, frente a la educación católica, sin por ello apoyar al gobierno de Roca. Para hacer el ejemplo más cercano, los marxistas podrían compartir el reclamo de una Asignación Universal por Hijo junto a la oposición burguesa, sin por ello sostener políticamente a esta oposición (la AUH se consiguió cuando el gobierno de CK perdió las elecciones de 2009). Si se quiere un ejemplo con más “autoridad”, Marx consideró correcto que la clase obrera inglesa utilizara a su favor las divisiones en el seno de la clase dominante, en su lucha por la jornada laboral, sin por ello enfeudarse con alguna de las fracciones burguesas. Este criterio estuvo medianamente establecido hasta mediados de los años 30. Sin embargo, en 1935, el Séptimo Congreso de la Internacional Comunista, votó la orientación de los Frentes Populares, que fue radicalmente distinta. Incluso hay que recordar que hasta casi las vísperas de ese giro, la Internacional Comunista había tenido una línea ultraizquierdista. Por ejemplo, el PC alemán había sostenido que el fascismo y la socialdemocracia eran dos caras de la misma moneda; y el PC argentino había puesto un signo igual entre el gobierno de Yrigoyen y la dictadura de Uriburu. El giro de 1935 fue entonces muy fuerte, ya que implicó dejar la perspectiva del enfrentamiento de clase, para plantear la meta de una revolución democrática burguesa, antiimperialista y antioligárquica, en alianza con la burguesía “progresista e industrial”. Para esto, los PC debían respaldar toda ala o fracción de la clase capitalista que pudiera favorecer esa salida. Es a partir de aquí que adquiere una importancia imposible de exagerar el determinar, en cada momento, cuáles podían ser esas alas o fracciones progresistas.

Por otra parte, es necesario tener en cuenta otros dos factores que marcan la historia del PCA. El primero, es que la orientación de apoyo a la burguesía democrática progresista va a estar sobredeterminada, durante décadas, por la cuestión soviética. La posición frente a la dictadura de Videla, por ejemplo, no puede explicarse sin la correspondiente dosis del “factor soviético”. Seguramente se ha exagerado mucho esta variable (como señalan Campione, Casola), pero tampoco puede desconocerse. En segundo lugar, hay que tener presente que el PCA operará un largo giro desde su vieja caracterización del peronismo como “nazifascismo”, en los 40, hasta llegar a considerarlo, más tarde, la encarnación del progresismo burgués (y a los partidos radical o socialista de “la derecha”, cuando en los 40 eran “el progresismo”). En este punto, su historia es diferente de las de otros PC, que de manera más o menos constante buscaron conformar los frentes populares junto a la socialdemocracia y a corrientes de izquierda de la burguesía. Es en la intersección de estas líneas de evolución, y siempre en el marco estratégico de promover un desarrollo capitalista “progresista”, que se formará la mentalidad del militante del PC promedio; y del exmilitante promedio.

El giro de 1935 y apoyo a Ortiz

Ya en 1935, el año del viraje de la IC, el PCA convoca a su Tercera Conferencia Nacional, (conocida como la Conferencia de Avellaneda), que llama a la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista, el Demócrata Progresista, la CGT y otras organizaciones populares, a formar un gran frente nacional antiimperialista y antioligarquía, por las libertades democráticas. En su resolución decía: “Frente a la crisis política que madura en el país, a la inestabilidad creciente del gobierno de Justo, acompañado de serias amenazas de golpe de Estado de los uriburistas, el Partido Comunista expresa que la organización del blok de los partidos opositores tendría en breve plazo planteado ante sí el problema del poder. En tal situación, nuestro partido propiciará la lucha por un gobierno de concentración democrática, que con un programa democrático dé satisfacción a las reivindicaciones más urgentes de los obreros y campesinos y de la pequeña burguesía antiimperialista urbana y rural” (Esbozo…, p. 82). Resumida, es la línea estratégica que se repetirá a lo largo de los años. Línea que encerraba la posibilidad de respaldar alas o sectores de gobiernos. Por eso, el primer ejemplo ya lo encontramos en el apoyo del PCA al presidente Ortiz. Si bien los comunistas caracterizaron que Ortiz había sido elegido (en 1937) gracias a una maniobra de la oligarquía, sostuvieron que estaba dispuesto a respetar las garantías y derechos ciudadanos, y que por esta razón era atacado por la oligarquía, aliada al imperialismo anglo-yanqui. Por eso, el PC propuso “apoyar a Ortiz en todas aquellas medidas tendientes a devolver al país a la normalidad constitucional y criticarle aquellas que significasen conciliación con la oligarquía y el imperial”. En esta vena, llamó “a los restantes partidos democráticos a que depusieran una actitud de oposición sistemática y que sellaran la unidad de las fuerzas democráticas para levantar una valla a las fuerzas reaccionarias y asegurarle al país un camino progresista de desarrollo” (Esbozo… p. 87).

Destaquemos también que la línea del Frente Popular llevó a cambiar la orientación hacia las fuerzas armadas. En la estrategia estructurada en torno a la independencia de clase, los marxistas podían activar dentro del ejército, en la perspectiva de conseguir la adhesión de soldados y suboficiales, y eventualmente de algún oficial. En cambio, en la estrategia del Frente Popular, como señala Casola (2010), se buscaba que las fuerzas armadas, o por lo menos corrientes enteras de ellas, fueran ganadas para el programa de la revolución nacional. De ahí que cobrara importancia distinguir entre los oficiales “democráticos y progresistas” (sanmatinianos, dirá a veces el PCA) y los “reaccionarios fascistas”. Casola (2010) destaca que este factor está en los orígenes de las propuestas del PCA a favor de la convergencia cívico-militar. Para lo que nos ocupa, se agregaba así otra variable en la tarea de “distinguir progresismos”.

Surgimiento del peronismo y Unión Democrática

Siempre con la idea de que el partido Radical, el Socialista, el Demócrata Progresista y similares representaban a la burguesía progresista, el PC caracterizaría al golpe de 1943, del Grupo de Oficiales Unidos, como “un golpe de fuerza realizado para favorecer los intereses de la reacción pro-fascista nacional y de las potencias del ex Eje” (Esbozo… p. 109); y al gobierno de Ramírez como “militar-fascista”. Sostenía que el GOU “usufructuaba el poder en beneficio propio, servía a los intereses de la oligarquía terrateniente, comercial y financiera, y de las grandes industrias de nuestro país y de ciertos monopolios imperialistas; así como los planes del hitlerismo y el falangismo…” (ídem, p. 110). En esta coyuntura, vemos aparecer la orientación pro militar: dado el peso del Ejército en la política, la propuesta era “constituir una Junta Nacional Cívico-Militar en la que estuviesen representados los diversos movimientos de resistencia, haciendo de la misma el centro coordinador y dirigente de la lucha por derrocar a la dictadura y restablecer el régimen constitucional” (Esbozo… p. 116).

Naturalmente, el llamado a la unidad democrática nacional continuó bajo el gobierno de Farrel y Perón. Cuando en octubre de 1945 el general Avalos hace la intentona de golpe contra Perón, el PCA llama a “la formación de un gobierno de coalición en el que participaran todos los partidos democráticos”. Y el 24 de octubre, Orientación, el órgano oficial del PCA, describía en su editorial a los manifestantes del 17 de octubre como “bandas armadas del peronismo que entraban en acción para sembrar la confusión y el terror en la población desprevenida, con el propósito de crear el clima favorable para un nuevo golpe sorpresivo al gobierno” (citado por Real, p. 88). Precisaba también que se trataba de “sectores engañados de la clase obrera… dirigidos por el malevaje peronista”, que repetían consignas “dignas de la época de Rosas” y remedaban “lo ocurrido en los orígenes del fascismo en Italia y Alemania” (ídem, p. 89). Con estos precedentes, el PCA integrará la Junta de Coordinación Democrática, antecedente de la Unión Democrática. Entre otras cosas, la JCD reclamaba “la entrega inmediata del Gobierno al Presidente de la Corte Suprema de Justicia” (Esbozo… p. 121). Luego, la UD fue conformada por el partido Radical, Socialista, Demócrata Progresista, y también los conservadores; en este último respecto, el PCA publicó extensos editoriales en Orientación abogando por que el conservadorismo integrara “orgánicamente la Unión Democrática para forjar así la unidad sin exclusiones” (citado por Real, p. 93). Fue apoyada por la UIA, la SRA y otras instituciones patronales.

Comienza el viraje

Como quiera que el PCA haya tratado de disimularlo, la realidad fue que en las elecciones de 1946 la mayoría de la clase obrera votó por Perón; el 74% de los obreros, según dato que tomamos de Godio (1986). A partir de aquí, el PCA empieza a abandonar la postura de enfrentamiento cerrado al peronismo. El viraje comienza ya en 1946, y se plasma en tres ideas centrales. En primer lugar, se aconseja a los trabajadores que para asegurar sus conquistas, y que éstas sean reales, no deben confiar en “hombres providenciales” o “padres de los pobres”, sino organizarse en su partido de clase. En segundo término, y más significativo, se llama a la militancia a “participar fraternalmente al lado de los peronistas en todas las luchas de carácter obrero y popular”. Y se pide superar las diferencias, para confluir en un Frente de Liberación Nacional. Decía Victorio Codovilla: “Es preciso que liquidemos las anteriores líneas divisorias y juzguemos a los hombres y a los partidos no por lo que dicen, sino por lo que hacen efectivamente para resolver los problemas… Todos los argentinos… que están de acuerdo con un programa de justicia social y de prosperidad nacional, sean ellos miembros de los partidos que integraron la Unión Democrática, sean adherentes de los partidos que apoyaron la candidatura del presidente electo, deben unirse en un poderoso Frente de Liberación Nacional y Social del pueblo argentino” (Codovilla, citado en Esbozo… , pp. 130-1). Este discurso, que fija la nueva orientación, es del 1º de junio de 1946. ¿Y el “nazifascismo”? ¿Y el “malevaje peronista”? Desaparecidos. Ahora había que consolidar conquistas -otorgadas por el gobierno de Perón- y unirse en un gran frente. Pero no era tan sencillo desarmar las divisorias. En las elecciones presidenciales de 1951 el PCA presentó candidatura propia, Rodolfo Ghioldi y Alcira de la Peña, que obtuvo poco más de 71.000 votos, el 0,93%. Lo mismo en las elecciones a vicepresidente de 1954; Alcira de la Peña sacó el 1,12% de los votos. Hay que aclarar que el presentarse como PC no significaba que volvía a una política de independencia de clase. Obedecía al simple hecho de que el partido había quedado identificado, a los ojos de las masas trabajadoras, con posturas reaccionarias y enemigas de los obreros. Lo cual sería una pesada carga en los siguientes años, no sólo por lo que había que justificar ante los trabajadores peronistas, sino también explicar a las nuevas generaciones de militantes. La cuestión se agudizaba porque los responsables de la línea de 1946, Victorio Codovilla, Rodolfo Ghioldi, Arnedo Álvarez, etc., siguieron en sus cargos dirigentes. Todavía en 1958 Ghioldi decía que la UD había tratado de “ahorrarle al país diez años de despotismo nazi”, y reivindicaba su programa (Ciria, p. 184). Pero en 1946 se había llamado al “despotismo nazi” a formar un Frente de Liberación. ¿Cómo se explicaban estos discursos, lógicamente contradictorios?

Libertadora y los años siguientes

Cuando se desata el golpe de 1955, la primera reacción del PCA fue tratar de posicionarse por encima del enfrentamiento entre el gobierno y los golpistas, convocando a la “convivencia democrática”, (véase Campione). Pero en seguida del triunfo de los “libertadores”, caracterizó: “Entre las varias corrientes en lucha por el predominio en el poder, para imprimir al gobierno una u otra orientación política, destacan, hasta ahora, dos fundamentales: una, la que encabeza el general Lonardi, el presidente, que sufre una fuerte influencia clerical y proimperialista yanqui que lo empuja hacia la derecha; otra, la que encabeza el contraalmirante Rojas, el vicepresidente, que se inclina hacia las posiciones democráticas y de cierta resistencia al imperialismo” (Codovilla, en Nueva Era Nº 5, octubre-noviembre de 1955, citado por Real, pp. 172-3). Campione señala que aquí “el comunismo ensaya por primera vez, todavía con timidez, la idea de ‘diferenciar’ al interior de una dictadura militar, en lugar de condenarla en bloque por su carácter reaccionario y anticomunista”.

Luego, en el período que va de 1957 a 1963, se produce un paulatino acercamiento de posiciones entre comunistas y peronistas. Primero, los militantes comunistas se integran (aunque por un corto período) en las 62 Organizaciones; más tarde el PCA coincide con el PJ en votar, en las presidenciales de 1958, a Frondizi (aunque muchos obreros peronistas votaron en blanco); en 1962 llama a votar por Framini, candidato a gobernador de Buenos Aires por el PJ; y a votar en blanco en las presidenciales de 1963, también en coincidencia con el Justicialismo. Destaquemos también que durante los fuertes enfrentamientos dentro del ejército, de 1962 y 1963, entre los “azules” (partidarios de una posición más negociadora con el peronismo) y los “colorados” (más intransigentes), el PC se alineó con los primeros. Como señala Casola (2010), la división en el ejército no correspondía a ninguna diferencia importante en torno al régimen político, ya que ambas fracciones eran profundamente antidemocráticas. Después de todo, los azules estaban liderados por Onganía, que encabezaría el golpe de 1966. Pero bastaban matices para que el PCA tomara posición resueltamente a favor de uno de los bandos.

Apoyo al peronismo en los 70

A pesar de los antecedentes del período 1957 y1963, todavía a la caída de la dictadura de 1966-73 el PCA formó la Alianza Popular Revolucionaria, por fuera del peronismo. La APR presentó como candidato a presidente a Oscar Alende, un político burgués, proveniente de una rama del radicalismo. Así, la APR fue un frente popular en pequeño (obtuvo el 7,4% de los votos). El Frente Justicialista de Liberación, que llevaba a Cámpora, ganó con casi el 50%. El 25 de mayo asumió Cámpora, en medio del entusiasmo popular; al caer la noche de ese día histórico, una importante movilización forzó la liberación de los presos políticos de la dictadura. En los días que siguieron, hubo una fuerte radicalización de posiciones, entre la derecha y la izquierda. La izquierda peronista había llegado a posiciones importantes, entre ellas las gobernaciones de Buenos Aires (Bidegain), Córdoba (Obregón Cano) y Mendoza (Martínez Bacca). Aunque ninguno de estos gobernadores pertenecía a las organizaciones armadas de la izquierda, la derecha peronista, con el apoyo de la burocracia sindical, buscaba desplazar a la izquierda de cualquier puesto de relevancia. Paralelamente, en muchas fábricas se produjeron movilizaciones -dirigidas por la izquierda peronista o el clasismo- contrarias a los dirigentes sindicales burocráticos.

En este clima, se firma un pacto social entre la CGT y la Confederación General Económica, al que adhirieron el resto de las centrales patronales; fue defendido por el PCA, pero criticado por el resto de la izquierda. El 20 de junio se produce la masacre de Ezeiza, en ocasión de la vuelta de Perón al país. Grupos armados de la derecha peronista, comandados por López Rega, ministro de Seguridad Social, el Comando de Organización y CNU, emboscaron a las columnas de Montoneros y Juventud Peronista, matando a varias decenas (la cifra de 13 muertos que consignan los medios parece baja), y dejando centenares de heridos. Nunca se hizo una investigación oficial del hecho, pero está probado que los asesinos se movieron con total impunidad. Perón, sin embargo, acusó a la “ultraizquierda infiltrada”; el 13 de julio Cámpora renuncia, bajo presión de Perón, para dar paso a la breve presidencia de Lastiri, hombre de López Rega y de la derecha, quien llama a nuevas elecciones. Se proclama la candidatura de Perón, e Isabel Perón. Lo central es que todo indicaba que se trataba de un abierto curso a la derecha. Perón no ocultaba que su meta era barrer a la izquierda. El 30 de julio brindó respaldo explícito y abierto a la burocracia sindical; el 21 de agosto dijo que quería la colaboración con el radicalismo y la unidad de las fuerzas armadas para combatir a fondo a la ultraizquierda (Godio, 1986). A esta altura de los acontecimientos, los ataques contra la izquierda habían pasado a formar parte del paisaje cotidiano. La designación de Isabel para la vicepresidencia era otro mensaje inequívoco (al punto que Montoneros dijeron que preferían al líder radical, Balbín). Es en estas condiciones que el PCA llamó a votar a Perón para las elecciones de septiembre. Los argumentos fueron los de siempre: fortalecer un proceso de liberación nacional en marcha que, si bien tenía “contradicciones”, era globalmente positivo.

En camino al 76

Naturalmente, en los meses que siguieron al triunfo de la fórmula Perón-Perón, el curso represivo se acentuó, en particular después del asesinato del líder de la CGT, José Ignacio Rucci. En octubre, el Ejecutivo envió al Congreso proyectos de reformas a las leyes de Asociaciones Profesionales y al Código Penal, que buscaban reprimir a las organizaciones armadas, al activismo de izquierda, y asegurar el poder de la burocracia sindical. La represión se hizo cada vez más abierta, y ya asomaba, a fines de 1973, la Triple A. Comenzaron los crímenes de activistas y militantes de izquierda, pero nunca se investigaban. Las bandas de derecha se movían con total impunidad. Pero todavía en 1974 el PCA seguía caracterizando al Gobierno peronista como progresista. Luego, desde comienzos de 1975, propuso la formación de un gabinete cívico-militar, esto es, incorporar de manera permanente a las fuerzas armadas al esquema de poder. Se sostenía que era necesario formar un frente multisectorial, con todos los partidos, sectores de la iglesia y de las fuerzas armadas, para “evitar la caída del gobierno en manos de pinochetistas y gorilas” (véase Campione, Casola). Siempre dispuesto a resaltar “matices”, el PCA consideraba que el general Anaya o Videla eran “militares prescindentes”, y preferibles, frente a un general como Numa Laplane, al que se veía más cercano a Isabel y la Triple A (Casola, 2010). Así se llega al golpe de 1976 y a la famosa declaración que, entre otras cosas, decía: “En vísperas de los dramáticos sucesos del 24, bandas fascistas impunes asolaron con sus crímenes el país. (…) Nunca se había visto en nuestro país algo más cruel… El Partido Comunista está convencido de que no ha sido el golpe del 24 el método más idóneo para resolver la profunda crisis política y económica, cultural y moral. Pero estamos ante una nueva realidad. Estamos ante el caso para juzgar los hechos como son. Nos atendremos a los hechos y a nuestra forma de juzgarlos: su confrontación con las palabras y las promesas”.

La continuidad de una orientación

No pretendo con este breve esbozo agotar, ni mucho menos, la compleja cuestión de la historia del PCA. Además, no soy especialista, ni estoy preparado para ello. Lo que pretendo con esto, de todas maneras, es mostrar que existe una continuidad en la manera de encarar la táctica política, que se prolonga hasta el día de hoy, tanto en el PC, como en un vasto abanico de su exmilitancia. Algunos  exmilitantes se han transformado en cuadros de otros partidos, la mayoría no continúa la actividad política, pero son muchos los que mantienen la matriz aprendida en el PCA: distinguir líneas, incluso cuando llegan a ser matices apenas perceptibles, a fin de dar el apoyo “crítico” (siempre es “crítico”) a alguna variante capitalista. En el fondo, el razonamiento es inmune a las críticas, en tanto no se desarme la matriz desde la que se razona. Por supuesto, alguna vez se cuestionará algún aspecto secundario. Por ejemplo, que en 1976 la dirección comunista “no advirtió” tal o cual aspecto de los “matices” que creía distinguir, y se confundió, etc. Pero son rectificaciones de superficie que garantizan que nada cambie en lo sustancial. Si se agrega el recuerdo de los militantes muertos y los sacrificios realizados -que los hubo, y en gran cantidad-, el impulso indagador y crítico se diluye aún más rápidamente. De esta manera, llegamos a casi ocho décadas aplicando el mismo enfoque básico. Alguna gente, con la que he charlado, defiende hoy su apoyo al kirchnerismo casi con los mismos argumentos (y la misma pasión) con que en algún lejano día de 1979 defendía la línea del partido frente a la dictadura (“son temas tácticos”; “estamos poniendo muchos muertos”); o todavía antes, en 1973, abogaban por el voto a Perón (“solo los sectarios ultras no apoyan el proceso de liberación”, etc.). Siempre distinguiendo matices y líneas burguesas progresistas, y reaccionarias. Siempre brindando sus juiciosos apoyos críticos. Hoy como ayer.

Textos citados:

Campione, D. “Hacia la convergencia cívico-militar. El Partido Comunista 1955-1976”, publicado en Herramienta Nª 29, http://www.herramienta.com.ar/revista-herramienta-n-29/hacia-la-convergencia-civico-militar-el-partido-comunista-1955-1976.

Casola, N. (2010): “El partido Comunista Argentino y el golpe militar de 1976: las raíces históricas de la convergencia cívico-militar”, Izquierdas, Año 3, Nº 6.

Comisión del CC del PC (1948): Esbozo de Historia del Partido Comunista de la Argentina, Buenos Aires, Anteo.

Ciria, A. (1985): Partidos y poder en la Argentina moderna, Buenos Aires, Hyspamérica.

Godio, J. (1986): Perón. Regreso, soledad y muerte (1973-1974), Buenos Aires, Hyspamérica.

Real, J. J. (2006): Treinta años de Historia Argentina, Buenos Aires, Fondo Nacional de las Artes.


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Militancia exPC, raíces históricas de una posición

43 respuestas

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  1. No vivo en Argentina, por tanto mi opinión puede ser superficial, pero por lecturas y amigos militantes de la izquierda que viven en la nación platense, debo considerar que el gobierno de CFK -al igual que el de Lula- consiguierón logros superiores al llamado gobierno «socialista» de Chavez , régimen que en Argentina mantiene muchos apoyos de organizaciones de izquierda, no sabemos si por conocimiento real o por haber recibido algún «regalo» del gobierno venezolano. Compartoen lineas generales el espiritu del artículo – pues yo milite muchos años en el PC venezolano- que el razonamiento de un militante o exmilitante del PC tiende al simplismo ramplón, quizas por acostumbrarse, durante mucho tiempo, a obedecer los líniamientos de Moscú; pues la verdad sea dicha: en Moscú pensaban por los comunistas latinoamericanos. En el caso venezolano, el PCV mantiene críticas al gobierno de Chavez por su corrupción y su política contraria al movimiento sindical; pero sin embargo siguen apoyando al gobierno, en parte por el bajo nivel intelectual de lo que queda de «comunismo» en Venezuela, ya que el PCV es un cascaron vacio, en el que milita una izquierda retardataria y «cavernicola», muy el gusto del Chavismo; pero fundamentalmente, el apoyo del PCV a Chavez se debe a la estrecha relación de dicho gobierno con Cuba, Rusia y China; es decir, para el PCV sigue existiendo el llamado «socialismo real», dónde Rusia y China siguen siendo potencias «socialistas». Creo, en cuanto a la hermana Argentina, que hay que darle algún crédito al gobierno de CFK, pues no es, ni por asomo, igual a los gobiernos neoliberales de Menen y De La Rua. Se deben reconocer los logros, sin aplacar las criticas constructivas que vengan de la izquierda. El problema es que ,quizas la estructura mental de la mayor parte de la «comunidad» de militantes y exmilitantes del PCA, no puedan o ,no quieran entender, que el gobierno de CFK tíene sus límites de clase. La crítica que se hace al conglomerado del PCA, hay que hacersela al trozkismo, cuyas organizaciones son incapaces de reconocer algún logro del gobierno de CFK. Definitavamente en Latinoamerica hay que reconstruir una izquierda renovada, que asuma el marxismo de manera creadora, con un programa que admita tanto la reforma como el cambio social.

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    abdel

    09/11/2011 at 22:13

    • creo que los «logros» de cfk no son más que los resultados de las demandas de la clase trabajadora, conjugados con su paupérrima situación, y la necesidad de apoyo de un bloque de clases hegemónicas. que la clase trabajadora tiene que aprovechar las disputas dentro de la burguesía para lograr conquistas, no lo dudo. pero de ahí a «reconocer logros» de gobiernos burgueses… mmmm no comparto. todos sabemos que el capitalismo no tiene como fin último el bienestar de los trabajadores… y sabemos que si nos dan algo… es porque se espera la devolución de ese algo y algo más…

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      Cristian

      10/11/2011 at 00:44

    • suponiendo que el objetivo de la nota es hacer un paneo de cómo la burguesía nos chupa militantes e inducir el debate en torno a ello, opino en esa línea aunque no es precisamente el tema específico que se trata, o sea, no voy a hablar del PC, del que conozco poco por cierto.

      abdel, no conozco venezuela, por ello, no opino mucho de chávez, aunque su socialismo del siglo XXI es una fantochada, creo que en eso coincidimos, sobre todo si se tiene en cuenta que el 54 % de la economía venezolana se explica por el petróleo, si fuera zurdo ya tiene la mitad del problema resuelto.

      con respecto al kirchnerismo, es cierto que en su período hubo una recuperacíon de algunas reivindicaciones obreras. Hay una serie de cuestiones a tener en cuenta.

      en los años 90 kirchner gobernador acompañó el proceso de neoliberalismo y de hecho fue el lobbysta sureño del mismo (en las provincias de la Patagonia), sin contar que en epoca de la dictadura vio crecer su patrimonio por una serie de cosas que si lo googleas te vas a enterar rapido,asi como llega a la intendencia y se hace gobernador gracias al apoyo castrense

      cuando llega a la presidencia empieza a apagar incendios, entre ellos sale a contener al movimiento obrero, o sea, lo copta en alguna manera, y hoy dicen que el tipo «ayudo a los trabajadores en el momento mas dificil», si no lo hacia no iba a durar

      despues tenes los negociados, subsidios sin contraprestacion ni condiciones y demas que son cosa chica al lado de las concesiones mineras por ejemplo, que no pagan retenciones ni ganancias, y que recien hoy, y porque los numeros no le cierran en la balanza de pagos salen a «exigirles» que el 5% (corrijanme si me equivoco) de la facturacion la tienen que liquidar en el mercado local de divisas. eso se lo ve como un acto de soberanía, que logro!! en realidad habria que ponerles un impuesto a la renta del 40 % o mas, y exigirles que hagan una mineria mas limpia y se dejen de volar montañas y ensuciar rios

      y si les seguis el hilo a las medidas progres del kirchnerismo, todas tienen alguna historia de este tipo atras, lo cual deja en claro que los tipos hacen eso de «tirar para no aflojar, y aflojarle pa que no se corte».el liberalismo y la flexibilizacion laboral por su parte,estan intactas.

      bueno, dejo aca, porque me fui al pasto y ademas me parece que ya me excedí en la longitud del comentario. no nos engañemos. saludos

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      ilichito

      10/11/2011 at 03:36

  2. La posición del PCA ante la dictadura de Videla siempre me pareció inverosímil para un partido comunista con algún desarrollo doctrinal y base social. Creo que ahí está el problema histórico del PCA, en principio opuesto al del PCCH, por ejemplo, y es que en Chile el PCCH pudo crecer con un sostenido apoyo de clase hasta ser uno de los dos pilares fundamentales de la UP. El peronismo impidió que el PCA desarrollase una base de sustentación que le diera alguna relevancia y lo condenó tempranamente a una táctica de sobrevivencia. Eso es lo que explicaría sus idas y venidas históricas. De cualquier manera, creo que la azarosa historia de los partidos comunistas en América Latina tiene como correlato el subdesarrollo económico. De ahí su incapacidad para representar a los importantes segmentos marginales de la población, aquellos que no entran con facilidad en la categoría clase trabajadora, no porque no sean desposeídos sino porque siempre se mantuvieron, y se mantienen, en los bordes exteriores del capitalismo dependiente y atrasado.

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    mario

    09/11/2011 at 23:33

    • Mario: creo que el subdesarrollo no explica la estrategia de los frente populares con los sectores progresistas. Fue una línea política para todo el planeta, que arranca de pronto en 1935 y se extiende inclusive en los países más desarrollados.
      Francia es un ejemplo.
      Si fue menos «exitoso» en otros países desarrollados fue por dificultades en llevar a cabo esa orientación, y no por falta de intenciones.
      Es un giro muy importante, porque cambia toda la forma de pensar la política. Hasta el pasado se reinterpreta, y se busca progresismos en los próceres de los estados burgueses para entender las nuevas alianzas (estratégicas) en el presente
      En cuanto a la matriz ideológica, que busca siempre el «ala» más progre, creo que se mantiene en el tiempo, y en gran medida está presente en el comentario del compañero Abdel.
      Creo que Rolo posteó un artículo muy apropiado para hacer un interesantísimo debate, como a los que nos estamos acostumbrando en este blog.
      Saludos

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      Roberto

      10/11/2011 at 06:54

  3. Muy buena la nota, muy interesante, le haré unas menciones, creo que dos momentos uno es el ENA encuentro Nacional de los Argentinos, y origen del armado de la la Alianza electoral del 73 , experiencia de la que participo Tosco y otros dirigentes clasistas no peronistas, y otro momento es la autocritica del 16 congreso.

    Hay también hechos que no se mencionan, desde mi punto de vista, muy importantes , la promesa de Codovilla de preservar la democracia burguesa a cualquier precio, hay película y comunicados al respecto, y la traición del PC a Guevara, interviniendo directamente en la relación de éste con el PC Boliviano.

    Otro elemento muy importante es la relación especial en términos comerciales de las dictaduras bonapartistas argentinas con la ex URSS, de la que la Sociedad Rural y los grandes exportadores de productos agrícolas eran grandes proveedores. De hecho el PC argentino fue el más reaccionario y mas burocrático de latinoamerica, y la necesidad de preservar los intereses de la madre Rusia, siempre se antepusieron a las perspectivas y proyectos locales , De ahí se desprendió la teoría de las etapas , las colaboraciones con los sectores «democráticos» de la FF.AA. y la política de frente populares.
    Desde mi punto de vista está claro que el PC ya NO EXISTE en la realidad politica del país, salvo como tradición, sobretodo después de las catástrofes IU y Proyecto SUR.
    Y también esta claro para mi, que nunca fueron marxistas, mas que en la retorica soviética,. Y el stalinismo tenia de Marxista lo que Barak Obama de cristiano.

    Para terminar pienso que el señor Abdel, es el típico ex PC, el típico NI-NI , que no aporta nada, descalifica a los supuestos Troskistas desde el exterior «según lo que le contaron», Compara a Chavez con Stalin y con CFK y termina diciendo «lo que los latinoamericanos deberíamos hacer». Exactamente, casi de manual de la escuela pequeñoburguesa urbana PC Argentina. Seguro que no se ha enterado que hay una «izquierda» como la que el reclama, que saco 17% de los votos, que no es socialista mas que de nombre y que podríamos llamar ¿socialdemocracia posmoderna?(o Capitalistas en broma ) Libres del sur , De Genaro, etc. Porque de «Izquierda» el oficialismo, es una buena comedia televisiva, Digamos es la izquierda capitalista seria, ¿o no ? ¿Los capitalistas ridículos serian el PRO y el Duhaldismo?

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    Diego

    10/11/2011 at 01:18

    • En la nota solo quise marcar algunos ítems, para mostrar la permanencia de un método de análisis, pero es cierto que podríamos agregar muchos otros casos. Uno que estuve tentado de escribir, y finalmente no lo incluí para hacer más «limpio» el texto, es cuando el PC, en 1973, llamó a votar por De la Rúa para el Senado de la Capital Federal, en contra del candidato del PJ, al que habían calificado de reaccionario. De manera que ese año lo comunistas votaron a Perón por ser la variante progresista en presidenciales, pero a De la Rúa por serlo en la senaduría de Capital. Es decir, la línea daba piruetas por todos lados.

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      rolandoastarita

      11/11/2011 at 16:45

  4. En America Latina tan sólo cuatro Partidos Comunistas tuvierón relevancia, estos son: el PC de Chile, el PC méxicano, el PC brasileño y el PC de Venezuela. El PC méxicano llegó a acariciar el 6% de lo votos a ptincipios de los 80, y llega a contar con más de 100.000 militantes; desaparece en los noventa cuando se fusiona con otras organizaciones de izquierda, primero en el PSUM, luego en el PMS, para despuer diluirse en la organización de Chautemoc Cardenas, el actual PRD. Durante los 80 el PCM mantenía las banderas de un marxismo renovado, semejante al PC italiano. Hoy en México existe un Partido Comunista de México- muy distinto al origal PCM- con una ideología de ultraizquierda, contrario a la participación electoral. En el caso de Brasil, el Partido Comunista Brasileño (PCB) llegó a tener en los 80 más del 6% de los votos, con gran implantación en el Estado de Sao Paulo. Con la caída de la URSS , se tranforma en el Partido Popular Socialista. Un grupo pequeño de militantes reconstruyen el PCB, pero con poco exito; el actual PCB es antilulista, con posturas ultraizquierdistas. No debe confudirce el PCB con el Partido Comunista do Brasil (PCdB), organización (en un principio maoista) surgida de una división del PCB en los años 60, debido al famoso informe «secreto» de Kruschev. En el actualidad de PCdB mantiene las banderas de un marxismo adapatdo a la relidad nacional, y tiene fuerte implantación en los estado de Amazonas, Acre y Sao Paulo; mantiene una fuerte presencia sindical en la CTB. En las últimas elecciones saco el 3,5% de los votos, y cuenta con alrededor de 250.000 militantes. EL PCV fué fuerte despues de la caída de la dictadura de Perez Jimenes, en 1958, al obtener el 6,5 % de los votos en las elecciones de 1959. Tenía una fuerza sindical enorme, equiparable al partido socialdemocráta Acción Democratica; en dichas elecciones obtuvo en Caracas más del 30% de los votos, con implantación en los barrios marginales y obreros. La aventura de la lucha armada, durante los 60, acabarón con la presencia del partido en las grandes ciudades, y por consiguiente la perdida de su poder sindical. El PCV se divide en 1971, cuando nace el Movimiento al Socialismo, fuerza que se lleva toda su Juventud Comunista. Cuando se legaliza, y termina la lucha armada, el PCV se incorpora a la lucha electoral , pero núnca llega al 2% de los votos. Con el gobierno de Chavez, probablemente desaparesca ese partido histórico (actualmente tíene apenas 1 diputado principal). En cuanto al PC de Chile, creo que sobran los análisis; Sabemos que fué la principal fuerza sindical chilena hasta el golpe del 71, así como el segundo partido en importancia de la UP. Si mi memoria no falla llegó a tener el 17% de los votos cuando vence la UP. Hoy el PC de CHile se recupera sostenidamente, e integra la coalición «Juntos Podemos «, la cual logra alrededor del 6% en las últimas elecciones. Podemos decir que hoy en la América Latina tan sólo dos PC tíenen importancia : el PCdoB y el PCCh. ¿Qué conclusion podemos sacar?, en mi modesta opinión es muy dificil , por lo menos en América Latina, que vuelvan a crecer los PC. Me parce que pueden emerger nuevos partidos marxistas, con enfoques novedosos. En México se intentó con el Partido del Trabajo, pero sin obtener los exitos esperados. En Brasil el PT, sigue siendo en esencia un partido de inspiración marxista, aunque no sabemos hacia donde puede derivar. En Argentina las organizaciones del FIT hablan de formar un partido de los trabajadores, pero todavía son muy dógmaticos y sectarios. En Venezuela, los trozkistas de la Unión Socialista de Izquierda, opositores al régimen chavista, dominan actualmente el movimiento obrero venezolano,y estan impulsando la formación de un Partido de los Trabajadores de Venezuela. Habra que esperar, pero en mi opinión núnca estuvieron las condiciones, tanto objetivas como subjetivas,tan faborables para la construcción de novedosos partidos marxistas, los cuales deben estar alejados tanto del tradicional movimiento comunista como de la socialdemocrácia., visiones agotadas y desfasadas.

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    abdel

    10/11/2011 at 02:51

  5. Muy interesante la nota.No conocia la historia del PCA salvo los items más conocidos como su participación en la Unión Democrática y el apoyo a Videla,así que el artículo me ayudó a comprender dichos acontecimientos.
    Con respecto al «progresímetro» y las diferencias sutiles a la hora de tomar posición,eso es algo común a todo el Kirchnerismo.Se llega a un punto en el cual todo el debate gira en torno de «quien esta con quien» para determinar si tal actor político es «nacional y popular» o no.En cuanto a los partidarios «críticos»,por ej.,si hay contradicciones pueden estimar que los responsables son elementos indeseables de la derecha o algún colado que estan enquistados en el movimiento y hay que tratar de removerlos.Por ahí me causa gracia verlo a Sabbatella criticar duramente a Scioli y a la vez apoyar con tanto énfasis a Cristina,cuando ella misma es quien le da todo su apoyo al gobernador reelecto.Scioli aparece aquí como un colgado o algo asi.
    Leyendo me surgió una pregunta profesor:por qué se da este giro en el PCA?,más allá de los contextos históricos y las estimaciones que en cada caso realizó el partido,me imagino que inicialmente debe haber habido factores ideológicos que influyeron en el quiebre y en las consecuentes tácticas políticas,pero no sé particularmente cuales podrían ser.

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    Andrés Alejandro

    10/11/2011 at 17:53

    • No se trata de un proceso ideológico, Andrés, el giro obedeció a las órdenes recibidas «de la central»; el PCA era en realidad una agencia exterior del gobierno estalinista.

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      Eduardo

      11/11/2011 at 03:37

  6. Aclaro que yo núnca compare a Chavez con Stalin. Stalin industrializó un país atrasado, y defendió a la URSS del cerco nazi. Stalin fué un despota -revolucionario. Chavez, por el contrario, desindustrializo el país , y aplica un pobre programa «populista-militarista» que no le llega a los pies de los años dorados de la socialdemocracia venezolana, durante los 60 y 70. Leo todos los días la prensa argentina, y mantengo mucha amistad con exprofesores argentinos de la Universidad Central de Venezuela, que retornaron a la Argentina. Me leo las paginas web del PO, PTS ,el nuevo MAS y IS, así como tambien me llegan materiales del PCA y el PS. Leo el blog de Rolando para aprender y comprender. No tengo que recomendar nada a nadie, pero lo que puedo decir es que los partidos trozquistas argentinos, al igual que todos los de América Latina, son muy dogmaticos y siguen manteniendo en muchos casos posiciones ultraizquierdistas. En cuanto al gobierno de CFK, sostengo que ni de lejos se asemeja a los gobiernos neoliberales que destrozarón a la Argentina. A mi modo de ver todo gobierno que favoresca en algo al movimiento obrero, es digno de reconocimiento, más aún en un mundo en plena crisis , donde las recetas neoliberales siguen aplicandose. Resalto que hay condiciones objetivas y subjetivas para la conformación de novedosos partidos marxistas en Latinoamerica, que deberian estar distanciados , en lo político e ideólogico, del moviento comunista y de la socialdemocrácia. Saludos.

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    abdel

    10/11/2011 at 20:07

    • De todas formas creo que vale una precisión, los Kirchner en los 90 también aplicaron las llamadas recetas «neoliberales»; lo pongo entre comillas porque en mi opinión son las medidas que adoptó todo el capital en los 80 y 90 para restablecer las condiciones de acumulación.
      El ejemplo más palmario es el caso de la empresa petrolera estatal YPF, que fue privatizada por el gobierno de Menem en 1992. En ese momento Néstor Kirchner era gobernador de la provincia de Santa Cruz. Destaco que cuando se vota la ley de privatización en la cámara de diputados, los diputados del partido Radical se retiraron del recinto. El partido Justicialista pudo formar quórum con la ayuda de los legisladores del partido de derecha UCEDE. Era la sanción definitiva, porque el proyecto de ley ya había sido aprobado por el Senado. La ley se aprobó sin modificaciones, por orden del Ejecutivo. Entre los miembros de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados que trató el proyecto y recomendó que se lo aprobara sin modificación, estaba Oscar Parrilli, por Neuquén, hoy alto funcionario del kirchnerismom (nada menos que secretario general de la Presidencia).
      En aquel tiempo Cristina Kirchner era diputada por Santa Cruz. CK criticaba públicamente a los diputados que se negaban a aprobar la ley sin modificaciones. La ley fue votada entonces. Por esto Santa Cruz recibió muchos millones de dólares. Este dinero no fue invertido en la provincia en algún proyecto productivo, sino girado al exterior y colocado en el sistema financiero. Nunca se rindió debida cuenta de ese dinero; en 2002 eran algo más de 600 millones de dólares.
      Otra más de Parrilli: fue el informante por parte del Ejecutivo en el proyecto de privatización de las jubilaciones, en 1993.
      Otra muestra de la participación de los Kirchner en las políticas del menemismo fue el caso del banco de la provincia Santa Cruz. En 1996 fue privatizado por Kirchner. El 51% del paquete accionario lo adquirió Eskenazi, actual titular de Petersen Inversiones, un personaje que venía del grupo Bunge y Born. Eskenazi tiene intereses en la construcción y ahora entró en YPF, siempre ayudado por los K.
      Podría seguir con los grupos y gente que se enriqueció con negociados derivados de las privatizaciones menemistas, y hoy están también en el gobierno. Un ejemplo, el ministro de Trabajo, Tomada, vinculado a burócratas sindicales de ferroviarios, que se beneficiaron con negocios. Pero con esto basta.

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      rolandoastarita

      11/11/2011 at 00:14

  7. La actitud del PCA ante la última dictadura argentina es lo que lo condena, no la que sus militantes y exmilitantes exhiben ante el gobierno de CFK. Puede haber rasgos comunes en ambas, asentados en antecedentes históricos, pero los años sesenta y setenta en Argentina, en el Cono Sur y en América Latina fueron algo único por la envergadura del avance de masas, y no haber sabido participar y destacarse en el mismo es una vergüenza para un partido depositario por definición de la herencia doctrinaria del marxismo-leninismo, sin importar su tamaño. Si a eso se agrega su tácita aceptación del golpe del 24 de marzo de 1976 y su incapacidad para conceptualizarlo, de entrada, como lo que a ojos vista se mostraba, es decir, la hora de frenar y hacer retroceder por la fuerza y en toda la línea a la sociedad argentina pues queda poco qué decir, antecedentes más antecedentes menos,es imperdonable.

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    mario

    11/11/2011 at 00:25

  8. Rolando,para ser más preciso en mi pregunta:a parte del importante factor soviético de índole político e ideológico y de los contextos históricos mencionados,qué otros factores ideológicos,si los hubo,influyeron en el giro?.Me refiero particularmente a filosofias o sistemas de pensamientos ajenos al marxismo que pudieron influir,así como se intentó combinar marxismo con psicoanálisis por poner un ejemplo.Pregunto desde el desconocimiento de la historia del PCA.Si puede responderme se lo agraderé.

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    Andrés Alejandro

    11/11/2011 at 00:26

    • No conozco con tal detalle la historia del PCA. De todas formas el giro que se produce en toda la Internacional entre 1934 y 1935 es muy brusco, y parece más bien que estuvo dictado por el fracaso de la línea ultraizquierdista en Alemania, así como por la respuesta al fascismo en Francia, en 1934. En 1933 Hitler llega al poder. Esto representó una catástrofe para los partidos obreros, y en particular para los PC. Alemania había sido la fortaleza del movimiento obrero socialista y comunista en el mundo capitalista. Luego, en 1934, los obreros comunistas y socialistas se unen en grandes movilizaciones para detener el fascismo. A partir de aquí la IC gira hacia la línea de los Frentes Populares, esto es, unir en un frente estratégico no sólo a la clase obrera, sino también a las fracciones de la burguesía que se consideran liberales y democráticas. No encuentro que en ese lapso haya habido alguna influencia ideológica que haya llevado a ese cambio; tampoco en el PCA. De todas formas, si alguien encuentra algo de esto, habría que examinarlo. A primera vista, todo indica que el giro se debió a razones políticas.Y el giro tenía su origen en la URSS, y se transmitía a los PC a través de la Internacional.

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      rolandoastarita

      11/11/2011 at 09:27

    • Es muy difícil hallar algún elemento filosófico-ideológico, los que he leído no superan el mero intento de justificación. Y creo que esto se debe a que el impulso para semejante giro fueron las nuevas necesidades políticas de Stalin tras el ascenso del nazismo. Para el PCA, como para la enorme mayoría de los PC, esta necesidad política era transmitida por una fuerza material inconmensurable -el Estado ruso-, que no sólo podía sostener al PCA, dar empleos internacionales a sus dirigentes (ver el caso de Codovilla en España), sino también reprimir, perseguir y asesinar en cualquier lugar del mundo al disidente (en el caso de Trotsky tenemos la cumbre de ese accionar, en lo que respecta a individuos, pero también eran capaces de participar en el boicot a revoluciones gigantescas en cualquier punto del globo). Mucho más que una ideología, era una organización física que a veces en forma política, otras veces en forma administrativa, otras veces en forma militar, etc, era capaz de marcar rumbos -y hacerlos seguir- en primer lugar a sus miembros, luego a sus adversarios, y en ocasiones a sectores de masas.

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      Rubén&

      01/12/2011 at 15:11

  9. Eduardo,yo no hablé de proceso ideológico,sino de influencias.Saludos.

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    Andrés Alejandro

    11/11/2011 at 15:57

  10. Comprendo. Se ve que el impacto de lo sucedido en Alemania marcó a fuego el rumbo primero de la IC y después del PCA. Sin embargo me llamó la atención que el partido no haya podido escapar en ningún momento a esa «lógica», equivocándose tanta veces. Por ejemplo, la crónica práctica de las diferencias sutiles entre actores políticos que se describe, me lleva a pensar en un idealismo subjetivo. Pero quizá, como hasta ahora se evidencia, la estrategia del PC haya obedecido solo a los factores políticos de los acontecimientos, en especial lo de Alemania que revestía especial gravedad.
    De todas formas este tipo de accionar debió ser revisado desde hace tiempo. No se puede caer en una práctica marcada solo por las circunstancias del momento o por las consignas como usted dijo en otra nota. Si no se vuelve a la teoría (en especial la de Marx),a lo que ya ha sido estudiado, para confrontarlo con las situaciones actuales y reelaborar lo que haga falta, la militancia se vuelve estéril. Esto va más allá del peso soviético que recaía en los PCs, al punto de extenderse hasta el día de hoy.
    Dentro de otra fracción política y a modo de simple acotación, recuerdo un artículo de Miguel Bonasso en Página 12 poco antes de ser elegido Kirchner como presidente. Allí llamaba a votarlo ante la posibilidad de que Menem vuelva al ejecutivo. Daba, salvando las distancias, el ejemplo de la izquierda en Alemania que no pudo frenar al nazismo por falta de unidad con la socialdemocracia. Desde hace un tiempo esta distanciado del gobierno y hoy califica al kirchnerismo como una continuidad del menemismo (La Nación 03/10/11).
    Muchas gracias por la respuesta. Saludos.

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    Andrés Alejandro

    11/11/2011 at 16:00

  11. Sí,entiendo,el tema puede tener muchas «aristas» para analizar pero no se puede comprimirlas a todas en una sola nota si no,se pierde el eje;eso puede quedar para el debate u otras notas.

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    Andrés Alejandro

    11/11/2011 at 18:16

  12. Los PC`s de América Latina basaron su política, en lo fundamental, conforme a la politica exterior y conveniencia de la URSS. Es que quienes militabamos en el PC veíamos a la URSS como la patría del socialismo, el porvenir de la humanidad. Quiza esto no lo entiendan los que militarón en otras organizaciones de izquierda, pero esa es la realidad. De ahí los cambios en la poítica de los PC´s, que van desde las posiciones «ultraizquierdistas» donde se situaba a la socialdemocrácia como una fuerza reaccionaria hasta la politica de los Frentes Populares, que incluía tanto a los socialdemocratas como a radicales y liberales-progresistas. El caso de PC do Brasil (PCdoB) es digno de estudio. Este partido surge en los años 60 como una división maoista-stalinista del PC brasileño, al que denuncia como «revisionista». Luego, en los años 80, el PcdoB denuncia el maoismo, y rompe con el movimiento comunista encabezado por el PC de China; para luego, posteriormente desligarse de la política hoxista del Partido del Trabajo de Albania. El PCdoB es desde hace 3 decadas, un partido comunista que se inspira en el marximo-leninismo, pero bajo las caracteristicas de la nación brasileña, aspira, por tanto, a un socialismo a la brasileña. El PCdoB es la organización comunista que más crece en América Latina. Creo que su secreto esta en combinar , sabiamente, la teoría marxista con la realidad histórica del Brasil. lejos de todo dictamen de potencia internacional alguna. La producción teórica del PCdoB es interesante , y rebasa con creces a la de los demás PC´s latinoameticanos. Tengan en cuenta, que ese partido crece en medio de la «competencia» de muchas organizaciones vinculadas al marxismo. No veo en la actualidad, níngún otro PC de nuestra América, que pueda crecer y vincularse a las masas como lo hace el PCdoB, ello, claro esta, a su particularidad histórica. Saludos

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    abdel

    11/11/2011 at 23:46

    • El socialismo «a la brasilera» del PCdoB no varía mucho de lo que estamos acostumbrados a ver en el pensamiento nacional y popular: Se caracteriza al país como dependiente, por lo tanto se necesita un período de democracia popular para impulsar el desarrollo económico independiente.

      «Antes de alcançar o objetivo estratégico, há a possibilidade de ocorrer em países da “periferia” do sistema mundial e de democracias recentes como o Brasil formas de poder transitório, que durem mais, ou menos, tempo de equilíbrio contestado e instável.» (…)
      «O caminho para se alcançar esse objetivo maior consiste no delineamento e execução de um Novo Projeto Nacional de Desenvolvimento (NPND). Seu conteúdo deve partir das condições políticas e econômicas do Brasil e do mundo, do nível de organização e mobilização das massas populares e do âmbito eleitoral que, na atualidade, é o cenário das batalhas políticas principais na luta pelo poder.» (Programa del PCdoB)

      Para esto hay que luchar contra las fuerzas retardatarias en alianzas con sectrores progresistas, democráticos y populares, y como el frente de fuerzas es muy amplio, existen tensiones que se resolverán según las relaciones de fuerzas

      «A vitória das forças democráticas, progressistas e populares em eleições presidenciais impulsionará a luta pela aplicação do NPND. A derrota, ou o êxito, eleitoral da tendência política avançada, ou circunstâncias políticas imprevisíveis, podem influir na trajetória e no nível das batalhas, na correlação de forças e nas condições de luta. Todavia, em qualquer situação, a transição ao socialismo deve ser o norte constante do PCdoB.»

      Según el PCdoB a partir del gobierno de Lula se abre una nueva etapa el poder está en manos de enemigos del imperialismo, de la oligarquía y de los latifundistas.

      «O Novo Projeto Nacional de Desenvolvimento, nas condições atuais, deve atingir patamar superior em relação ao aplicado no período político aberto pelo governo Lula. Ele tem essência anti-imperialista, antilatifundiária e antioligarquia financeira e visa a suplantar a fase neoliberal, de culminância do capital rentista e parasitário. Seu fundamento programático compreende a luta pela soberania e defesa da Nação, a democratização da sociedade, o progresso social e a integração solidária da América Latina.»

      Es decir: explica porque hace frente popular en defensa de la nación, de la democracia, el desarrollo y la integración latinoamericana.

      Tiene un programa nacionalista, anclado sobre una ideología etapista, de los que se pueden encontrar en cualquier PC de la 2º mitad del siglo XX

      «O fortalecimento e a defesa da Nação. União de interesses nacionais em conjugação com as reivindicações sociais e a ampla participação democrática do povo. Isto se manifesta numa ação comum nacional contra os intentos de dominação imperialista na região, na luta para vencer a dependência econômico-financeira, científica e tecnológica e cultural. Na definição e execução de uma estratégia de defesa nacional que assegure ao país a soberania sobre seu extenso território.»

      Y en lo económico su programa se reitera en definiciones de tipo capitalistas progresivas

      «O NPND deve responder a um conjunto de tarefas fundamentais: construção de uma nação democrática, próspera e solidária, de um Estado democrático e inovador de suas instituições; um país de alta tecnologia, avançado na indústria do conhecimento e grande produtor de alimentos e energia; vida digna para o povo. Iguais oportunidades e universalização dos direitos básicos; desenvolvimento contínuo e ambientalmente sustentável; afirmação e florescimento da cultura brasileira e da consciência nacional; aprofundamento e consolidação da integração da América do Sul e das parcerias estratégicas em âmbito
      mundial.»

      El proyecto socialista se deja para más adelante. No se mencionan los límites que tiene el capitalismo para resolver el problema de las masas. Es más ni siquiera habla del capitalismo.
      De lo que se habla es de una era liberal plagada de injusticias que este nuevo frente popular está llamado a superar.
      Y por si quedara alguna duda del carácter «frentepopulista» del PCdoB (más allá de que se sombre en algún lugar al «marxismo-leninismo»), el remate de su programa las despeja completamente

      «Esta é a proposta deste Programa Socialista para o Brasil. Esta é a mensagem de esperança e luta do PCdoB ao povo e aos trabalhadores, aos seus aliados, e a todos os brasileiros compromissados com o país e com o progresso social. Os comunistas alicerçados na força e na luta do povo estão chamados a construir um PCdoB forte à altura dos desafios desta grande causa. É hora de forjar, no curso da luta, uma ampla aliança nacional, democrática e popular que impulsione a jornada libertária para que o mais breve possível, neste século XXI, o Brasil se torne uma nação livre, plenamente soberana, forte e influente no mundo, justa e generosa com seus filhos e solidária com os povos do mundo.»

      (El progrma completo se puede leer en http://www.pcdob.org.br/documento.php?id_documento_arquivo=1)

      Pido disculpas por las extensión del comentario y le dedico un par de líneas a la cuestión mencionada en un comentario anterior sobre lo «exitoso» del PCdoB. Ignoro su tamaño e insersión, pero hago la siguiente observación: el planeta está lleno de gobiernos constituidos por organizaciones políticas «exitosas», y de eso no se deriva la justeza de sus programas.

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      Roberto

      12/11/2011 at 01:07

  13. En nombre de esos programas y de esas estrategias estos partidos autotitulados comunistas y marxistas-leninistas caen en posiciones absolutamente antiobreras. No se trata de errores ni de «lineas» equivocadas o de problemas ideológicos. Hay una línea coherente. Históricamente defendieron y se nutrieron de la burocracia de la URSS. Una vez desaparecida la URSS la línea política de los PC’s, aprendida y repetida durante tantos años sigue por los mismos carriles de la colaboración de clases y el etapismo. Son maestros de esa escuela y, o siguen por ese derrotero o desaparecen. Esa estrategia política es aceptada de buena gana por la clase capitalista porque es una trampa para la clase trabajadora que los capitalistas apoyan de buen grado. Por supuesto que ambos tienen que hacer como que son adversarios que apenas se toleran por motivos «táctivos» y tienen que ocultar ante las masas que en realidad se trata de unos (los PC’s) que sirven a otros (los capitalistas) porque de develarse el engaño no tendría ya ningún valor ninguno de los «socios».

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    Eduardo

    12/11/2011 at 18:21

  14. En lo particular, comparto plenamente el programa del PCdoB. Creo en el etapismo, y en el necesario desarrollo de las fuerzas productivas en las naciones subdesarrolladas como paso previo hacía el socialismo. He roto desde hace tiempo con el «socialismo» estatista y con aquellos que creen que nacionalizando absolutamente todo se llega al socialismo. Me parecen interesantes los planteamientos de Lenin y Bujarin sobre la NEP en la Rusia de los años 20 , y aplicables en nuestros países. Creo, como señala S. Cohen en su liro «Bujarin y la Revolución Bolchevique», que la NEP es el único socialismo posible . Sostengo que el camino al socialismo debe apoyarse en un bloque social encabezado por la clase obrera, la cual esta compuesta por todos los trabajadores que producen plusvalia y, tambien, los que comtribuyen a su realización, desde el obrero industrial , pasando por el maestro y el médico asalariado, hasta llegar al obrero comercial, entre otros. En los portales del PCdoB, puede bajarse gratuítamen el organo teórico de esa organización, se trata de la revista «Principios», la cual me parece muy interesante, en especial el # 99 de la revista títulado » O desafio de conter o declinío de o império» dedicado principalmente a los Estados Unidos; tambien invito a que se lean el # 100 de «Principios» títulado «Crise» , con artículos sobre la actual crisis y sobre el marxismo. Se encuentran también otros materiales de la «Fundación Maurício Grabois», perteneciente al PCdoB. Para finalizar voy a permitirme citar una frase del «Programa Socialista para o Brasil», texto citado por Roberto en su interesante intervención; el parrafo en cuestión dice: «2) A grande crise do capitalismo -a par dos ricos e danos- descortina un período histórico oportuno para o Brasil atingir un novo patamar civilizacional que solucione estruturalmente as suas contradicoes. Este novo passo é o socialismo renovado, com feicao brasileña. O socialismo é o sistema que pode realizar as potencialidades de Nacao, defende-la con firmeza da ganancia estrangeira, e garantir ao povo, seu grande constructor, o dereito a uma vida digna e feliz. Por isto, o socialismo é o rumo. O fortalecimiento da Nacao é o caminho. É imperativo, portanto, agora e já, a luta pela realizao de um novo projeto nacional de desenvolvimiento como meio para fazer o país progredir e avancar.» Algunos se preguntaran por qué quien escribe le da tanta importancia a la fortaleza, teoría y programa de un partido marxista. La respuesta es la experincia venezolana: la debilidad de los partidos de izquierda en Venezuela, dió paso a que un «caudillo» militar como Chavez -en principio el era anticomunista- se erigiera como el salvador nacional ante la derecha reaccionaria y neoliberal; apoyado en un principio por toda la izquierda venezolana. Hoy en el llamado «socialismo del siglo XXI» impera una extraña mezcla de lo peor del llamado «socialismo real» con lo peor del capitalismo; es decir la burocracia militar-civica domina todas las instancias del país, transformandose en «Boliburguesía» , apartir del negocio importador y la banca y seguros. En el país impera la escacez de todo tipo de productos, la falta de seguridad social con hospitales públicos inservibles, donde la medicina privada es la gran ganadora; por primera vez en la historia tenemos racionamiento elélctrico, por falta de inversión de el Estado. Hay un cuello de botella: la burguesía tradicional no invierte, pero el Estado tampoco lo hace; por ello el aparato industrial decrece y el país se hace más dependiente del petróleo. Concluyo, en Venezuela en nombre del «socialismo» se libra un guerra encarnizada entre la burguesía tradicional y la nueva «boliburguesía». Lo que acontece en Venezuela se debe, en buena medida, a la no existencia de fuertes partidos de izquierda; caso totalmente distinto al de Brasil, donde las organizaciones de izquierda son muy fuertes. Saludos

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    abdel

    12/11/2011 at 19:40

    • Yo solo quisiera puntualizar una cosa de este comentario que es el momento en que decis: «Creo en el etapismo, y en el necesario desarrollo de las fuerzas productivas en las naciones subdesarrolladas como paso previo hacía el socialismo.» Yo asocio el etapismo directamente con el stalinismo, y sigo con mis asociaciones, y el stalinismo me parece totalmente contrarrevolucionario… creo que fue Trotsky que dijo que el stalinismo es el camino más largo al capitalismo.

      Además, más arriba sostenés que estás de acuerdo con la lógica de la nota que critica la toma de posición del PC y el estilo exPC de apoyo táctico a las fracciones progresistas de la burguesía. No obstante esto veo una cosa contradictoria pocas líneas después en las que decis que debe reconocerse cualquier gobierno (aunque sea burgués) que permita un pequeño avance de los trabajadores: según este criterio «apoyaríamos al gobierno K» (reservándonos el derecho a crítica) al más puro estilo PC. Entonces no sé si entendí mal o esto es realmente así y tu posición es acorde a la nota y a la vez contraria a la nota.

      Saludos

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      Eldanesh

      12/12/2011 at 21:34

  15. Me gustaría preguntarle a Abdel y Roberto hasta qué punto las proposiciones programáticas del PCdoB que son principistas se pueden transformar en políticas viables y concretas de acuerdo a cómo funciona el capitalismo. Hasta qué punto son rupturistas y no simplemente reformistas. En varias entradas de este blog se ha hecho énfasis en que la inversión, la innovación, la dinámica del capital en general tienen como contrapartida la agudización de las contradicciones de clase; es decir, que entre capital y trabajo hay una oposición insalvable en la medida en que la explotación del trabajo es una realidad en cualquier punto del ciclo. Luego, socialismo y capitalismo no tienen puntos de contacto, son dicotómicos. Entonces, si en el programa del PCdoB ni siquiera se nombra al capitalismo quiere decir que se asume como algo distinto pero qué plantea con respecto a cuestiones clave como la propiedad privada del capital.

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    mario

    13/11/2011 at 00:16

    • Me parece que son preguntas abstractas, fuera de contexto, son preguntas que dejan de lado, omiten, ignoran todo cuanto ha explicado Rolando en el artículo y enfatizó luego en un comentario. Las políticas de estas organizaciones (los PC’s) no obedecen a cuestiones ideológicas, por lo tanto es un ejercicio distractivo ponerse a especular si se trata de organizaciones reformistas, si sus prácticas son rupturistas, si son interpretativas sui-generis del «marsimo-leninismo-, o si sus proposiciones programáticas son «principistas». ¿Principistas de qué? ¿Qué principio defendió el PC argentino cuando defendía a Videla mientras muchos de sus propios militantes de base eran asesinados? ¿Y porqué habríamos de suponer que una vez caida la URSS estas agencias de confusión política exterior -o de propaganda, si se prefiere el eufemismo- irían a transformarse en genuinas organizaciones políticas populares?

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      Eduardo

      13/11/2011 at 11:44

  16. Compañero Rolo. Como usted mismo lo aclara, el artículo no tiene la pretensión de historiar de modo exhaustivo la evolución del PCA, sino, poner el acento en las concepciones (prácticamente tradiciones después de 80 años) que explican la actitud colaboracionista de miles de militantes autoidentificados con el comunismo hacia el peronismo kirchnerista. Como ocurre con toda corriente de pensamiento, su actitud no puede medirse exclusivamente por el puñado de funcionarios que hoy integran el PCA. Como acertadamente me señaló un compañero hace unos años, el PCA ha llegado a ser un banco con partido. El mayor problema no lo representan los miles de trepadores que se han incorporado directamente al aparato estatal y político burgués, sino las decenas de miles de compañeros que se formaron bajo el influjo de esta corriente y que se comportan como tropa de maniobra de distintos movimientos y formaciones políticas susbsidiarias al gobierno, como ‘La Campora’ incorporando su discurso y reiterando por esta vía el rol de policía sobre el movimiento popular que históricamente ejerció el estalinismo sobre todo atisbo de independencia política. Hace poco (creo haberlo mencionado en este blog) tuve un encuentro poco feliz con uno de estos ‘militantes’. Los argumentos incorporados al ‘speech’ son tal y cual usted los retrata, llegando a límites rayanos en el absurdo. A través de este gobierno se está dando ‘La revolución’ bajo la forma de un movimiento que excluye las ideas comunistas pretenciosas y ‘demodé’. CFK es la gran capitana del proceso, aunque el movimiento se halle infestado de reaccionarios (Ej. Scioli- Otacheé) que configuran peligroso ‘entorno’ al que se debe desplazar. La izquierda radical (trotskista-marxista etc.) medra electoralmente con la generosidad de este gobierno progresista y con las amplias libertades de acción que garantiza la amplia democracia instalada y se comporta como vehículo de sutiles conspiraciones de la CIA. Toda esta bosta aderezada con el omnipresente respeto místico hacia la dirección cubana, formas autoritarias de discutir y un discurso pedante ‘avalado’ por los años de lucha contra la dictadura (?) del charlatán en cuestión. Demás está decir que, más aún cuando se tapan las orejas para no escuchar argumentos, se corre el riesgo de perder los estribos (casi lo surto) que en el fondo es lo que buscan para acusarte de provocador. Sin embargo, soy consciente de que no toda la militancia proveniente del PCA entró por el mismo aro. En Argentina, también surgió el fenómeno de la ‘Refundación’. Frente al balance de las más nauseabundas capitulaciones de la corriente. El frentepopulismo fue criticado a fines de los noventa por algunos centenares de militantes y dio lugar a una plataforma para el reagrupamiento de los comunistas sobre una base de independencia política, aunque con un sesgo guevarista acusado y una ruptura inconsecuente con el estalinismo, entendido este como la ideología de la burocracia soviética, luego extendida a otras variantes de naturaleza análoga. En su momento hice una crítica extensa a esta plataforma (ratificada en 2002) y que dio lugar a discusiones y algunas actividades en común. Este intento, que representó un amague de recomposición por izquierda frente a la troupe de los gurkas de Echegaray, al no poder ir al fondo de los problemas políticos y sobre todo teóricos, sufrió una cadena de escisiones, de la cual surgieron varios núcleos. El año pasado retomamos discusión con uno de ellos que mantiene una actitud independiente respecto del gobierno y el estado, aunque después se cortaron. Es un hecho que ocurre con frecuencia cuando la ‘terapia’ se aproxima al trauma. Con ello no estoy diciendo (con el perdón del compañero Altamira que había acuñado esta teoría en los ochenta) que las diferencias que nos separan son ‘piscológicas’ pero algo de eso hay. Es una constante dentro del sistema de pensamiento estalinista la referencia a un liderato, que, aunque con ‘imperfecciones’ producto del medio adverso, está construyendo ‘en los hechos’ el socialismo, hoy proyectada en una carismática figura de mujer. La concepción de la revolución es en el fondo ‘heroica’ y esencialista, una aproximación a la historia que ya en su momento había destrozado Plejanov. Dislocar el peso de estas ideas muertas requerirá de una palanca formidable, pero no solo discursivas, sino de organización. Sobre la base de la independencia respecto del gobierno y el estado capitalista hay que impulsar a los sobrevivientes de la debacle del colapso de la URSS que aún conservan alguna fuerza crítica a un balance profundo que se comporte como piedra de toque de la reorganización de las fuerzas revolucionarias, sin distingo de ‘familias’ o ‘etiquetas’ que acrediten la buena calidad.
    Disculpe la extensión y gracias.

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    AP

    13/11/2011 at 12:40

  17. La nota resume los antecedentes históricos que explican la defensa que el PCA hizo de la dictadura de Videla. Más allá de ellos, la actitud del PCA constituye una aberración sin parangón en ningún otro PC de la región, pese a los errores que estos hayan cometido y en los cuales la ideología siempre fue importante aunque en su conducta pesaran, además, otros factores. El PCV fue a la lucha armada, el PCCH llevó a cabo a partir de una alianza de gobierno un programa de avance al socialismo, etc. Se presenta el programa del PCdB como expresión de una renovación que puede resultar exitosa o que lo está siendo. Pregunté, simplemente, si esa renovación incluye el tratamiento de problemas que antaño entraban de lleno en la discusión programática de los PCs y que no ha perdido vigencia en absoluto como el de la propiedad privada del capital.

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    mario

    13/11/2011 at 14:43

  18. Estando de acuerdo con usted cuando dice que:

    «En grandes rasgos, podemos decir que la política de los partidos marxistas en los años que siguieron a la Revolución Rusa se articuló en torno a la defensa de la independencia de la clase obrera frente al capital. Las luchas en el terreno ideológico, político y sindical, tenían esa referencia básica. Dentro de este encuadre, se distinguía, lógicamente, entre un régimen fascista y un régimen democrático capitalista; y se afirmaba la conveniencia de defender conquistas concretas, incluso en unidad de acción con corrientes burguesas. Pero estas tácticas no encerraban apoyo político a los Gobiernos de turno, o a determinadas fracciones de la burguesía, frente a otras.»

    queria saber si usted se desdice de lo escrito con respecto a Libia donde llama a apoyar a una fracción burguesa frente a otra tirando por la borda la independecia obrera

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    Pedro

    13/11/2011 at 15:42

    • No me desdigo de lo que dije con respecto a Libia. Mi posición más general sobre la necesidad de unidades de acción con corrientes burguesas o pequeño burguesas en la lucha contra regímenes fascistas o dictaduras la explico en la nota «Los marxistas y las luchas contra dictaduras».

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      rolandoastarita

      13/11/2011 at 16:36

    • La unidad de acción es el frente único, que significa luchar con los obreros de partidos burgueses o pequeñosburgueses contra un enemigo común mientras en ningún momento se deja de denunciar a las dirigencias de esos partidos y por eso no se pierde la independecia de clase.
      Apoyar a esos partidos en su enfrentamiento con otro sector burgues, como usted plantea en el caso Libio, es el frente popular.
      Por eso los estalinistas y socialdemocratas nunca quisieron conformar los frentes unicos de lucha a los que los invitaba Trotsky mientras armaban frentes populares por doquier.
      Usted lo que está planteando en el caso libio es un frente popular y no un frente único.

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      Pedro

      13/11/2011 at 18:15

    • Lo que usted sostiene es un disparate. ¿Cómo voy a recomendar a algún partido u organización en Libia que forme un Frente Popular, o que entre en el gobierno de Transición, etc., si ni siquiera conozco a nadie en Libia? Yo tengo paciencia, pero le pido algún límite a las tonterías (a no ser que lo suyo sea simple provocación). Si digo que en la lucha entre un bando que defiende a una dictadura, y otro que plantea abrir libertades democráticas capitalistas, estoy a favor de que gane el segundo, esto no significa que plantee que los socialistas deberían entrar a un frente político con éstos. Ya que menciona a Trotsky, cuando éste decía que no le era indiferente que ganara el FP o el fascismo en España, no por ello estaba diciendo que los marxistas debían integrar el FP. Le recuerdo que el Gobierno del FP y el bando fascista eran ambos bandos burgueses. Lo mismo se aplica cuando en Rusia, en agosto de 1917, hubo un intento de golpe de Estado. Que Trotsky y los bolcheviques enfrentaran a Kornilov (el general golpista) no significa que plantearan entrar al Gobierno Provisional, o apoyarlo políticamente. No se necesita demasiada inteligencia para entender esto.

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      rolandoastarita

      13/11/2011 at 18:29

  19. Sobre el interesante planteamiento de Mario, voy a señalar lo siguiente: Actualmente el PCdoB apoya una política Industrialista del Brasil, la cual ancabeza el PT. Esta política llega , tan sólo a médidas de reforma social, cooperativismo agrario de los «sin tierra», y reforzamiento del poder estatal en Petrobras y la banca; aunado a la política de crecimiento económico y replanteo del Brasil como potencia mundial. Estamos ante una alianza de la burguesía industrial brasileña con el movimiento obrero. La izquierda brasileña, en su mayoría (PT, PSB, PDL y PCdoB) no se plantea, en los actuales momentos la construcción del socialismo. La étapa actual es de reformas y modernización del país. De todas formas es bueno señalar, que tanto el PCdoB como el PT y el PSB, plantean, programaticamente, como base del socialismo la socialización de los principales medios de producción. En segundo lugar, hay que enfatizar una cuestión sumamente importante, que señalo Eduardo en una de sus intervenciones: la tendencia de los PC´s -una vez en el poder- a implantar un política antiobrera , dictatorial. Ello es , desgraciadamente, una realidad; Hay, ciertamente, PC´s profundamente democráticos, como el PC frances, los dos PC´s italianos o el PC japones, que plantean un socialismo profundamente democrático; estas organizaciones lucharon contra el fascismo durante la II Guerra Mundial. En el caso latinoamericano el PCdoB por romper con los modelos del «socialismo real» y luchar contra las dictaduras brasileñas, plantea un socialismo democrático y renovado. Quizas debamos incluir al PC de Chile y al PC de Uruguay, como organizaciones comunistas que no construirian un «socialismo» con dictadura del partido. Pero realmente, me temo que la gran mayoría de PC´s, sumamente pequeños por lo demás, de América Latina mantienen en el fondo el «disco rayado» del modelo del «socialismo» real, es decir del socialismo cuartelario. Hay organizaciones aberrantes como el llamado PC de México, con una política antielectoral y contraria a la izquierda con presencia en la sociedad, que postulo a López Obrador. El PC de México habla de un socialismo para mañana, sin étapas, implantando la «dictadura del proletariado». Me imagino que será la dictadura del proletariado del socialismo cuartelario. Hace un año, me encontre a un dirigente del PCV, que conocí en mi época de militante; con él converse un buen rato. Le manifeste mi incuetud sobre el rumbo del país y hablamos sobre la caída de la URSS. Según este dirigente, la URSS se derrumbo porque «no hubo un ajuste de tuercas», me señaló que todo lo malo que sucedía en el país se debía «a los infiltrados y al imperialismo». Interprete que lo que se debió hacer en la URSS fue sacar los tanques e inponerer una cruel dictadura tipo Stalin; con respecto a la situación de Venezuela, no entendi como tras 12 años de gobierno chavista no se detectarón aún «los infiltrados». Lo que quiero señalar es que sigue en vigencia el viejo dicho: «loro viejo no aprende a Hablar», y lo peor de todo ya se percibe en el gobierno de Chavez sus carácteristicas autoritarias, e incluso totalitarias. Saludos

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    abdel

    13/11/2011 at 17:04

  20. Abdel: Respecto a tu defensa del etapismo me parece importante destacar que Lenin “de joven” estudió El Capital para analizar concretamente Rusia y sacó conclusiones políticas “etapistas”, pero él nunca fue defensor de la colaboración de clases o del frente popular como estrategia política. En cambio, los PCs -bajo la órbita de Stalin- en todo el planeta históricamente defendieron la teoría de “la revolución por etapas” y la línea del frente popular. Los análisis de la “formación económica-social” en América Latina se hicieron en clave política para justificar las políticas del frente popular. Pero para ir a la actualidad, no entiendo cómo reivindicas hoy el etapismo (vos hablas especialmente para los países atrasados) cuando el modo de producción capitalista es dominante en prácticamente todos los países del mundo. La discusión sobre el programa del PCdoB nos lleva a este mismo problema, se plantea un frente progresista o popular porque se supone que la contradicción principal es entre el imperialismo-oligarguía-latifundismo-neoliberalismo financiero versus la Nación ¿y el conflicto de clases?, ¿hay que desarrollar una conciencia nacional, de izquierda o una conciencia socialista? Vos sostenes que “el camino al socialismo debe apoyarse en un bloque social encabezado por la clase obrera”, pero en cuanto al objetivo del socialismo lo decisivo es realizar una clara delimitación política respecto al nacionalismo burgués y pequeñoburgués, hay que plantear el internacionalismo (o sea la imposibilidad del socialismo en un solo país), hay que hablar de democracia obrera (para que efectivamente el socialismo no se confunda con el dominio de un partido o de una burocracia estatal). Para terminar, tu afirmación de que es “necesario desarrollo de las fuerzas productivas en las naciones subdesarrolladas como paso previo hacía el socialismo”, esto nos conduce de nuevo a la política del frente popular. El punto es que pueden haber (y de hecho hubo) gobiernos burgueses que desarrollan las ff.pp y no por ello deberíamos apoyarlos. Por supuesto que no puede haber socialismo sin desarrollo de las ff pp, pero tampoco es el único requisito como lo demostró la experiencia de la Rusia estalinista.Bueno lo que de que “la NEP es el único socialismo posible”, nos lleva a otras discusiones.

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    Omar

    13/11/2011 at 18:12

  21. Hablo de frente popular porque usted dice que del lado de los rebeldes está la masa del pueblo bajo una dirección burguesa por lo tanto ¿si hubiese un gran partido revolucionario en Libia que siguiese sus ideas y apoyara a los rebeldes, no quedaria conformado un frente popular integren o no formalmente el gobierno?
    Lo importante es que usted apoya a un sector burgues contra otro y no existe en su analisis la independencia de la clase obrera.
    Los revolucionarios no debemos apoyar a un sector burgués sino tener una estrategia para terminar con los dos bandos aunque eso implique en algún momento luchar codo a codo con la base de uno de esos bandos mientras desenmascaramos a su dirigencia y llamamos a que rompan con ella. Que es lo que hicieron los bolcheviques con Kerenski contra Kornilov donde no apoyaron a Kerenski por cuestiones politicas como que defendia la democracia contra la dictadura sino que lucharon al lado de las tropas de Kerenski sin dejar de denunciarlo nunca porque tenian una estrategia revolucionaria que iba más alla de democracia o dictadura burguesas. Nada de esto es lo que hace usted que sin más apoya a un bando contra otro porque es más democratico o menos dictatorial.

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    Pedro

    13/11/2011 at 20:31

  22. Amigo y cámarada Omar, la experiencia histórica comprueba que las Revoluciones Socialistas se originan como consecuencia de las guerras, donde la cirisis y la depauperización social alcanza su nivel máximo . Tíene razón Gerald A. Cohen en su libro «La Teoría de la Historia de Karl Marx: una defensa», cuando señala que «los pueblos abrazan la revolución cuando no tíenen ya nada que perder». Así, la Revolución Rusa estalla como consecuencia de la I Guerra Mundial , por lo que los pueblos del Imperio Ruso dirigen su apoyo a quien les garantizaba la paz : los bolcheviques. La II Guerra Mundial fue el telón de fondo de la Revolución China y de las transformaciones socialistas de Asia Oriental y Europa Oriental; posteriormente las revoluciones de liberación nacional aceleraron las tranformaciones progresistas en países de Africa y Medio Oriente. La caída del llamado «socialismo real», el demoronamiento de la URSS y la transformación hacia el capitalismo salvaje de China, infligieron una grave derrota al movimiento obrero internaciónal, asistimos por tanto, a un retroceso histórico de inclaculables conseciencia. La practicamente desaparición del movimiento comunista internacional y la derachización de la socialdemocracia son consecuencia de lo dicho. A diferencia de Europa, en América Latina la izquierda, bajo distintos matices, vive un importante auge y explendor, quizas como reacción al modelo neoliberal imperante an el continente hasta los 90. No es facil , bajo las actuales circunstancias de reflujo del movimiento obrero internacional, plantearse un vía hacia al socialismo. Lo conveniente y prudente, en tales circunstancias , es la política de conformar amplios frentes antineoliberales, que apuntalen las conquistas del movimiento obrero e impulsen el crecimiento económico junto al desarrollo social, que garanticen la salud y la educación públicas y gratuitas. Necesitamos un frente que impulse la propiedad pública de nuestros recursos naturales y los monopolios naturales (energía, agua y telefonía fija) , así como la creación de una banca estatal fuerte. Requerimos un gobierno progresista que fomente el cooperativismo, tanto en el area productiva como en la comercial. Para mi, dadas las circunstancias internacionales, lo expuesto anteriormente tíene un carácter socialista. Saludos

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    abdel

    13/11/2011 at 22:55

    • Abdel, coincido en que las revoluciones las hacen “los pueblos”, pero para que las crisis revolucionarias no se pierdan y para que los procesos revolucionarios avancen hacia el socialismo hacen falta partidos marxistas. Los bolcheviques en Rusia agitaron las consignas democráticas de “Paz, pan y trabajo” para ganar el apoyo de la revolución, pero ese partido se forjo en la lucha y ganó en autoridad educando a la vanguardia en un programa revolucionario desde mucho tiempo antes (ver “El infantilismo …” de Lenin). Coincido con vos en líneas generales en que atravesamos una situación de retroceso y de derrota a nivel mundial, pero una cosa es plantear la política de “frente único” defensivos siguiendo la tradición de Marx, Engels, Lenin, Trotsky o de toda la tercera Internacional (tal como se discutió hasta el cuarto congreso), y otra cosa es alentar la política del “frente popular”. Tu idea de “conformar amplios frentes antineoliberales” repite la lógica de los frentes populares, y a mi entender como se ha explicado en este blog lleva a nuevas derrotas y desmoralizaciones. Agrego un ejemplo de la experiencia argentina más reciente: En los noventa el PC en la Argentina alentó la formación de un frente antineoliberal contra Menem (“Frente Grande”) en alianza con los sectores “progres y nacionales”. Menem fue derrotado electoralmente por la Alianza, pero lo esencial es que las “políticas neoliberales” continuaron, aunque por supuesto con varios ajustes de sintonía (con bastante éxito a partir del kirchnerismo). A todo esto, como supondrás la opción revolucionaria socialista quedó en la nada y sigue archivada. Otra cosa, en otros comentarios dijiste que no confundías estatizaciones con socialismo, pero ahora planteas que la propiedad pública y hasta “un banco estatal fuerte” tienen “un carácter socialista”, entonces ¿en qué quedamos?. Desde ya te digo que hubo empresas privatizadas que fueron re-nacionalizadas y no cambió casi nada (ni para los trabajadores, ni para los usuarios). Para finalizar, insisto en que hoy domina el capitalismo en todas partes, aunque susbiste la diferencia entre países adelantados y atrasados la liberación nacional ya no se plantea como necesidad en casi ninguna parte del mundo, por eso entonces la próxima revolución será socialista o no será. Saludos y gracias por tu cordialidad.

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      Omar

      14/11/2011 at 20:54

  23. quisiera señalar una cuestión quizas lateral a lo que se esta tratando en este foro pero que tiene que ver con esa suerte de «migración» y adaptabilidad de numerosos cuadros medios de base intelectual del ex pc a las filas del funcionarato (no se si esta palabra existe…) kirchnerista. No puedo generalizar pero lo he observado muchas veces que muchos sujetos ex pc, que eran de clase media, intelectuales, ahora cuarentones y mas acceden y ascienden con facilidad en estructuras de gobierno, sobre todo en areas de politicas sociales, educacion, etc. Ahora bien, esta claro que desde el punto de vista ideologico y discursivo esa adaptacion no es traumatica, sino cuestion de proyeccion, de la misma manera que muchos izquierdistas nacionales devinieron simplemente en nacionalistas a secas.
    Pero no me refiero tanto al discurso, junto con ex peronistas de izquierda y ciertos periodistas e intelectuales progres son los fogoneros de ese remedo discursivo que es el k como «etapa superior del peronismo», hago notar que hay otros rasgos que expresan en el hacer, en las actitudes como funcionarios (cosa que poco podian poner en practica en años pasados ya que eran rechazados desde los espacios del estado), me refiero a que son autoritarios, intolerantes, despreciativos del debate participativo, se molestan con la critica, etc.
    Quizas sea la expresion de una formacion y una practica autoritaria, burocratica, la del estalinismo y que ahora, junto con esa «matriz desde la que se razona» (como dice astarita) se explaya y desenvuelve, entonces es matriz desde la que se razona y «matriz desde la que se actua», que van juntas.

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    esteban5

    21/11/2011 at 01:28

  24. un partido degenerado totalmente por el pepe stalin, que asco. al igual que los ‘maoistas’ del pcr que apoyaron a Isabel Perón y no a la clase obrera.

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    mmG

    24/11/2012 at 14:33

  25. Hablando de estalinismo. Que opinión merece esto?http://www.wsws.org/es/articles/2018/06/30/crci-j30.html

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    AP

    31/07/2018 at 13:30

  26. Acá lo confirman desde su sección Uruguaya: http://pt.org.uy/un-extraordinario-acto-internacionalista/

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    AP

    31/07/2018 at 13:33


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