Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Inglaterra, India, Marx

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Una de las cuestiones por las que más han criticado a Marx los autores tercermundistas y de la izquierda nacional, es por su tesis acerca del rol que cumpliría, en el largo plazo, el capital europeo en los países atrasados. En unos conocidos pasajes referidos a la relación entre Inglaterra e India, Marx sostuvo que la entrada de los ferrocarriles británicos en India iba a generar, inevitablemente, fábricas y máquinas indias. Naturalmente, Marx denunciaba las atrocidades, la devastación y la miseria que provocaba la dominación británica en India. Pero también sostenía que se estaba sembrando con ello la simiente del desarrollo capitalista. Se trataba de un progreso que se realizaba “arrastrando a pueblos enteros por la sangre y el lodo, la miseria y la degradación” (Marx y Engels, 1976).

Este diagnóstico de Marx fue muy criticado en la izquierda. Algunos dijeron que su planteo era eurocentrista. Otros explicaron que podía ser válido en el siglo XIX, de libre competencia, pero ya no lo era en el siglo XX, cuando los monopolios tomaron el mando. Para los nacionalistas, se trataba simplemente de una glorificación del colonialismo; algunos marxistas trataban de disimular el asunto. Y no faltó quien dijera que Marx escribió lo que escribió “sólo para molestar a los norteamericanos” (Rey, 1976). En síntesis, la burguesía india sólo podía ser una burguesía raquítica y obediente a los dictados de las potencias. Esto se debía, siempre según esta tesis, a la imposibilidad de que pudiera desenvolverse un proceso de acumulación del capital con dinámica propia, basada en la ampliación del mercado indio, y la reinversión de la plusvalía generada por los trabajadores indios. La razón aducida era que los países del tercer mundo que tratan de industrializarse “deben hacerlo en un contexto saturado de mercancías occidentales”, de manera que el propio mercado mundial frena “la acumulación del capital industrial” (Mandel, citado por Toussaint, 2004, p. 254). También se sostenía que los monopolios del imperio ahogaban toda posibilidad de desarrollo del capitalismo nativo. En consecuencia, un país como India no podía ser sino una colonia (o neocolonia, ya que desde el fin de la Segunda Guerra fue formalmente independiente). Paul Baran (1969), uno de los marxistas más referenciados desde los años 1950, había tomado a India como un ejemplo paradigmático de cómo se reproducía el estancamiento, a partir de la explotación del imperio.

Destaco que hasta el día de hoy esta tesis se sigue repitiendo en muchos círculos de la izquierda. Por ejemplo, Eric Toussaint, un autor que resume prácticamente todos los lugares comunes del tercermundismo, sigue afirmando que los países del Sur tienen aún más reducidas sus posibilidades de desarrollo que hace unas décadas, y que se acentuó la imposibilidad de la “acumulación de capital industrial”. Sostiene que “el bloqueo del desarrollo no proviene solamente de las relaciones de subordinación de la Periferia con relación al Centro”, sino también “de la estructura de clase de los países de la periferia y de la incapacidad de las burguesías locales de lanzarse a un proceso acumulativo de crecimiento, lo que implicaría el desarrollo del mercado interno” (Toussaint, 2004, p. 255). Por eso en los países del tercer mundo no hay reproducción ampliada; la burguesía es incapaz de acumular; el estancamiento es crónico; y las burguesías se enriquecen principalmente con actividades parasitarias, o jugando el rol de intermediarias de los países del “primer mundo”.

Los hechos, inversión india en Gran Bretaña

Para aquellos que sostenemos que existe una realidad por fuera de nuestras creencias o ideas, la validez de una teoría está dada por su capacidad para dar cuenta de esa realidad. Es lo que se llama realismo epistemológico (Al pasar: en ambientes de la izquierda se ha difundido bastante la idea de que todo conocimiento no es sino ideológico, y que por lo tanto no existe ningún criterio de verdad. Todas son opiniones subjetivas. Para los que piensen así, la lectura de esta nota puede terminar aquí mismo).

Pues bien, en varios trabajos he planteado que la tesis del estancamiento crónico del tercer mundo no resiste la prueba de los hechos. Por ejemplo, podría citar que los llamados “países en desarrollo” crecieron a una tasa anual promedio del 3,8% entre 1989 y 1998; al 6,5% anual entre 1999 y 2008; y volvieron a crecer al 7% desde mediados de 2009 a principios del 2011. O que la inversión promedio de los países asiáticos entre 1986 y 2001 superó cómodamente el 30% del PBI. Y que la participación de las exportaciones industriales de los países del tercer mundo en el total mundial ha tendido a crecer. Pero ahora solo quiero destacar un dato que trae The Economist del 11/09/11, referido a las inversiones del conglomerado indio Tata en Gran Bretaña. En 2007 Tata Steel adquirió la empresa del acero Corus (que pertenecía a una compañía anglo-holandesa, y antes a British Steel) por 12.000 millones de dólares. Actualmente Tata Steel emplea 19.400 trabajadores. En 2008 el conglomerado Tata compró la empresa de automóviles Jaguar, por 2.300 millones de dólares; Jaguar emplea 19.000 trabajadores. Antes había adquirido TGB, de bebidas y Brunner Mond, de química. Además, el conglomerado posee una cadena de hoteles, y empresas de servicios. De conjunto, Tata actualmente es el mayor empleador de mano de obra en la industria británica, y el 60% de los ingresos del grupo provienen de este país. ¿Cómo se explica esto con la tesis tercermundista?

Mi respuesta es que no hay forma de explicarlo. Pero sí se puede explicar con las leyes de la acumulación expuestas en El Capital. Por supuesto, se puede criticar a Marx porque se equivocó en el pronóstico temporal, ya que pensaba que la industrialización en India posiblemente fuera más rápida. Pero estuvo acertado en lo que respecta a la dirección profunda, y de largo plazo, del proceso. La entrada de los ferrocarriles británicos terminó dando lugar a un capitalismo indio. Por eso la dinámica del capitalismo indio -y de tantos otros países del tercer mundo- no es un mero “reflejo especular” de las economías centrales, como acostumbró pensar la corriente de la dependencia. Los capitalismos de India, Brasil, Argentina o México son más atrasados (en tecnología) y más débiles (en poder económico) que los capitalismos de los países centrales, pero esto no implica que estén condenados al estancamiento crónico, ni que sus burguesías carezcan de bases propias. En estos países existen procesos de acumulación interna -que incluyen ampliaciones de los mercados internos- y se evidencia que fracciones de sus burguesías tienen capacidad para exportar capital y desarrollar inversiones productivas (esto es, donde se emplea trabajo generador de plusvalía). Es lo que explica que hoy un conglomerado indio se haya convertido en el mayor empleador de mano de obra en la industria manufacturera de Gran Bretaña. En el trasfondo de esta cuestión está, por supuesto, el debate acerca de cuál es la naturaleza profunda de la globalización del capital (sobre este tema, Distintos enfoques globalización 1 y 2).

Textos citados:

Baran, P. (1969: La política económica del crecimiento, México, FCE.

Marx, K. (1999): El Capital, Madrid, Siglo XXI.

Marx, K., y F. Engels (1976): Sobre el sistema colonial del capitalismo, Madrid, Akal.

Rey, P. P. (1976): Las alianzas de clase, México, Siglo XXI.

Toussaint, E. (2004): La bolsa o la vida. Las finanzas contra los pueblos, Buenos Aires, Clacso.


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Inglaterra, India, Marx

Written by rolandoastarita

01/10/2011 a 12:55

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13 respuestas

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  1. Esta critica tercermundista a Marx por sus apreciaciones a la India la extienden también a su texto sobre Simon Bolivar y las apreciaciones de Engels sobre Mexico. Hasta hablan de un prejuicio eurocentrista de Marx para con América Latina ¿Tan equivocada estaba la apreciación de Marx para con el dirigente venezolano?

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    dani

    01/10/2011 at 13:16

  2. Por cierto, cabría preguntarse a quién pertenece en realidad el eurocentrismo, si a Marx, o a la izquierda que lo acusa de eurocentrista, siendo que ella misma identifica al capitalismo tercermundista como impotente frente al europeo/primermundista. Ella parece decir: el capitalismo europeo es todopoderoso, y por ende, nada bueno puede venir de él. Pero si es todopoderoso, entonces lo estamos convirtiendo nosotros en todopoderosos, y nosotros somos los eurocentristas.
    Es válido hacerse esta pregunta.
    A riesgo de repetir elementos del artículo de Rolando, agrego lo siguiente:
    Quizá Marx, autor que desarrolló una teoría extraída de la experiencia, de la observación e interpretación de un mundo externo a sí mismo y que se contrasta inacabadamente con éste, haya tenido más en claro el carácter real de las relaciones productivas entre las personas, y por eso, no dudó en en afirmar que la colonización de lo que ahora es tercer mundo suponía una dolorosa evolución. Seguramente jamás creyó que el imperio europeo haya tenido la capacidad de inhibir el desarrollo autóctono del capitalismo colonial, porque eso contradecería la dialéctica, estableciendo una relación omnipotente/impotente que si bien puede parecer real, no lo es, es aparente.

    Como opinión, creo que Marx afirmó que la introducción del capital europeo en las colonias era un avance porque tenía muy claro que no se trataba de una entidad opresora, un «imperio» todopoderoso que oprime a una «colonia» desprotegida. Las que eran o no opresoras eran las relaciones entre ambos, pero las relaciones cambian con el correr del tiempo, y lo que ayer fue de una manera, hoy puede ser de la inversa.
    Por eso quienes critican a Marx de eurocentrista, le critican en realidad el concepto de la relación dialéctica, y no van a permitirse jamás afirmar que la colonización, junto con sus perjuicios, tuvo sus beneficios. No es posible aceptar esto último si se parte de la victimización permanente, es decir, si el imperio es el permanente agresor y el tercer mundo el permanente agredido. Esta cosmovisión -sin la necesidad de adherir a su opuesto, es decir, la negación de la opresión-, es en realidad una victimización que no resiste el contraste con la realidad externa.
    ¿Y cómo victimizarse de esta manera, es decir, exhacerbadamente, puede ser revolucionario, o al menos, un horizonte emancipador?
    Saludos

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    Juan Pablo

    01/10/2011 at 17:25

  3. Para ver un artículo que reivindica a un Marx antiimperialista, denunciando al colonialismo británico en la India ver Chris Harman en http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=952. De todos modos me parece que Harman no llega a comprender la visión profunda de la dinámica del capital «a lo Marx». Me resulta cada vez más claro que la mayoría de los autores de izquierda que teorizaron sobre el imperialismo (incluido Lenin) se «despegaron» de la teoría de la acumulación de Marx y generaron toda una serie de equívocos importantes.

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    Omar

    01/10/2011 at 17:59

  4. Le planteo una inquietud que me surgió al revisar su nota sobre Althusser y que conecta con la antepenúltima entrada. En concreto, si la caída tendencial de la tasa de ganancia en el largo plazo debe asumirse como una ley interna del capitalismo no es que se verifica hasta hoy una línea de tendencia descendente en la tasa de ganancia, si no que dicha tendencia o impulso, subyacente, es el que explica la búsqueda incesante de plusvalías extradordinarias por parte de los empresarios. Dicha tendencia opera a través de la competencia capitalista y motiva inversiones en maquinaria y equipo destinadas al aumento de la productividad. En los hechos, la tendencia decreciente de la tasa de ganancia es contrarrestada, de ciclo en ciclo, por la conducta de la clase capitalista.

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    mario

    02/10/2011 at 00:31

    • Sí, pienso que el movimiento de la tasa de ganancia es más complejo (en particular, mucho menos lineal) que lo que han presentado muchas veces los marxistas (cometí este error durante mucho tiempo también). En la nota sobre el teorema Okishio discuto esto.

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      rolandoastarita

      02/10/2011 at 10:31

  5. cuan grato es leer a Rolando. Lo complicado, lo vuelve simple en su discurso. Indudablemente Rolando sabe redactar: sin perder la esencia del tema , la explicación es accesible para todos. Lo felicito por este artículo, y también , en especial, me gusto mucho el artículo títulado «Valor Trabajo, el problema de la transformación y critica srafiana», el cual me aclaró mis dudas sobre un tema tan debatido entre los economistas marxistas y no marxistas. Gracias, Rolando Astarita, tu labor es altamente positiva, en el plano de la economía politica marxista y en la lucha ideologica.

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    abdel

    02/10/2011 at 15:18

  6. Vivo en Venezuela y comparto la opinión de Rolando, ezbosados en dos artículos, referente el llamado «socialismo» chavista , el cual constitulle una farsa, que todavia lamentablemente muchos en Argentina lo consideran un regimen de izquierdas. En otro orden de ideas, y en relación a lo dicho, quisiera que Rolando en algun artículo , hablara sobre la economía china . Algunos dicen que es capitalista, mientras otros señalan que en China se establecio el llamado socialismo de mercado. Saludos .

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    abdel

    02/10/2011 at 23:47

    • Comparto mi opinión sobre este tema tan interesante que traes, como el de Venezuela o China y especialmente el llamado «socialismo de mercado». No soy ni especialista ni nada en estos temas, pero sí los leo y estudio cuando tengo tiempo porque me interesa mucho.
      En primer lugar, no tengo en claro qué significa, qué implica, el concepto de «socialismo de mercado».
      Si se refiere a países en los cuales el Partido Comunista ejerce monopólicamente el poder político, y por ende autodefine a su estado como «estado socialista», pero en simultáneo en su economía existen múltiples empresas que no son de propiedad colectiva, sino de propiedad privada capitalista -en la que el propietario se queda con parte del trabajo de los trabajadores-, entonces el término me parece un engaño, un sinsentido, o lo que es mejor, representa lo contrario de lo que en realidad es.
      Si en cambio el término se refiere a unidades productivas de propiedad colectiva que ofrecen el producto de su trabajo en el mercado, ahí lo entiendo más coherente.
      Me parece difícil de entender que sea posible un socialismo de mercado: ¿las unidades productivas son colectivas, o de los trabajadores que participan de la empresa, y el producto de su trabajo se ofrece a quienes no pertenecen a la empresa como mercancía? Si es el caso, tendría que asegurarse o intentarse que todos los ciudadanos sean parte de alguna empresa colectiva, para tener su propia mercancía colectiva que ofrecer y así poder intercambiarla por otras.
      No me es nada fácil figurarme cómo sería esto, pero si las empresas son colectivas, y ofrecen sus mercancías en el mercado, y con lo que obtienen de su venta lo distribuyen de acuerdo a la participación de sus integrantes en la producción de éstas, se eliminaría esa forma de plusvalía, por lo menos a nivel de la empresa.
      Estoy bastante convencido que no es lo que ocurre en China, pero no puedo afirmarlo del todo.
      De todas maneras, esas empresas colectivas, no podrían dejar de competir entre sí por una porción mayor o menor del mercado, con lo cual existiría la posibilidad de que se desarrolle una acumulación fruto de la competencia entre empresas colectivas…y más tarde o más temprano, unas se comerían a otras.
      Si esto fuera así, no habría posibilidad de que coexistan el socialismo con el mercado, porque uno sería incompatible con el otro. Es el supuesto que poseo, me interesaría mucho conocer tu opinión y la de otros.
      Saludos,

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      Juan Pablo

      03/10/2011 at 13:59

  7. Hay que preguntarse :¿ es la economía china actual semejante a la NEP aplicada en Rusia o es la reestauración del capitalismo lo que impera en china?. Oskar Lange hablaba de mercado para una economía socialista. Parece ser que en China el Estado domina la banca, pero a desnacionalizado la mayor parte de los medios de producción, junto a la salud y la educación. El tema es complejo. Yo considero que mercado no es lo mismo que capìtalismo, y que en una primera fase del socialismo puede exister a condición de que los principales medios de producción sean de la sociedad . Lenin decia que su concepción del socialismo habia cambiado radicalmente; consideraba al final de su vida que el socialismo es igual al cooperativismo, sobre la base de medios de producción pertenecientes al Estado,y bajo la gestión de trabajadores cultos. Todo lo dicho es un debate a tener en cuenta. Los que considerabamos a la URSS -con todos sus defectos- como «La Meca» del socialismo nos preguntamos siempre sobre las verdaderas causas que provocaron el fracaso del modelo soviétivo de socialismo. Necesitamos, por tanto, un nuevo paradigma de socialismo, que no es el «socialismo» chavista en Venezuela, país donde despues de 12 años de gobierno de Chavez, todavia no hay ningún tipo de seguridad social. Los argentinos deben saber que en Venezuela la medicina esta en realidad totalmente privatizada, no hay seguro de desempleo, los trabajadores independientes no puden cotizar el seguro social, y en fin trate de no enfermermarse -de algo grave- porque se arruína. Se lo digo por experiencia. Mi esposa murio recientemen de un cancer dificil (oligondroma grado 3) , y la tuve que tratar en clinicas privadas, porque el estado venezolano no hace biopsias complejas ni tíene radioterapia de 3 D, y la quimio que proveé el seguro social es escaza (en ocasiones tuve que comprarla o que me fuera donada por la farmaceutica). En Venezuela se ha formado en torno a Chavez una nueva burguesía , con intereses en el sector bancario y de los seguros, a la sombra del Estado; es lo que denominamos la nueva «boliburguesía». Yo milité en el PCV hasta la caída de la URSS, me volvi a incorporar a la vida política en 1998, con la candidatura a la presidencia de Hugo Chavez. Hoy me considero defraudado de semejante gobierno, muy corrupto y autoritario . No voy a hablar más de Venezuela, disculpenme si abuse del tema; pero los marxistas debemos dar un debate sobre un nuevo paradigma de socialismo, lo cual es pertinente ante la actúal crisis mudial.

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    abdel

    03/10/2011 at 21:17

    • Abdel: con respecto a China, creo que un criterio para saber si se ha convertido en una economía capitalista, es que pasa con las relaciones sociales de producción. Hace años estudié sobre las transiciones del feudalismo al capitalismo en el continente europeo. Hay un debate en casi toda la segunda mitad del siglo XX sobre el tema. Creo que la conclusión más acertada a la que se llegó es que allí teníamos capitalismo cuando la fuerza de trabajo se convertía en una mercancía que se adquiere libremente en el mercado y donde había compradores de esa mercancía que acumulaban plusvalía.
      También se podría hacer extensivo esto para caracterizar a los estados: un estado que beneficia ese tipo de relaciones sociales, que busca ampliarlas y hacerlas dominantes al conjunto de la sociedad, es un estado burgués (más allá de la composición social de sus funcionarios).
      En Francia, el estado Jacobino era burgués, pues propiciaba relaciones sociales capitalistas, aunque su estructura económica estaba dominada aún por relaciones de producción que no eran las asalariadas burguesas de hoy día.
      En mi opinión ese debería ser el criterio para caracterizar un estado, o una formación económica, más allá de las estatizaciones que pueden estar más o menos extendidas.
      Para esta temática son muy útiles los textos sobre la URSS que están en éste blog.
      Saludos

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      roberto

      04/10/2011 at 06:52

  8. En cuanto a mi respecta, considero un privilegio la información que compartís sobre Venezuela. No tengo realmente ninguna otra fuente directa, y considero que aunque todos «vemos» al mundo con nuestros ojos y de manera distinta a los demás, contar con una fuente directa es un privilegio.
    Lo que mencionas de que mercado y capitalismo no es lo mismo, lo recuerdo haber leído en El Capital. Marx hace ahí la separación entre sociedad mercantil y sociedad mercantil capitalista.
    Para mi estado de conocimiento, es un asunto del que no puedo discutir mucho, pero si me hago con algo para manejarme un poco, lo haré, porque me interesaría, aunque ahora supere mis posibilidades.
    Saludos!

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    Juan Pablo

    03/10/2011 at 23:27

  9. Y qué pasó con Haití, Paraguay o África? Gracias.

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    Jorge Anibal Sena

    11/01/2023 at 23:39

    • El típico comentario del que no sabe cómo responder lo que dice la nota. Recapitulemos: Marx dijo que la entrada del capitalismo inglés en India generaría, en el largo plazo capitalismo indio. El dependentismo dijo que eso era una equivocación de Marx, producto de su enfoque eurocentrista. Ahora publico una nota en la que digo que el pronóstico de Marx se cumplió, y no el pronóstico del dependentismo. ¿Qué hace el dependentista? Pues bien, no reexamina sus posiciones, sino desplaza el tema. «Hablemos de Haití o Paraguay». O sea, generalicemos, a ver si por algún lado «demostramos» que Marx se equivocó. Pero la realidad es que la expansión del capitalismo a las periferias tendió a generar capitalismo.
      Remarco: capitalismo, no modos de producción precapitalistas. Esto incluye, por supuesto, a África, Asia y América Latina. Que haya algunas regiones en que esto, por motivos particulares, no haya ocurrido no revierte la tendencia general. Tendencia que, dicho sea de paso, también habían señalado Lenin; o Hilferding. África hoy es más capitalista que hace 100 años. Lo mismo ocurre con Paraguay y la inmensa mayoría de los países latinoamericanos. Y asiáticos. La tesis del «bloqueo» de Amin (las formaciones precapitalistas estaban bloqueadas en su transición al capitalismo por la acción de los monopolios, no se ha verificado, tendencialmente. El surgimiento de multinacionales del Tercer Mundo se explica por la tesis de Marx (y Lenin) y no por el enfoque dependentista.
      De todas maneras, no tengo esperanzas de que el dependentismo alguna vez admita estas realidades. Ha transformado al marxismo en un dogma. Y ante eso, no hay dato que valga.

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      rolandoastarita

      12/01/2023 at 09:35


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