Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Enseñanza de macroeconomía y crisis griega

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Macroeconomía, de Olivier Blanchard y Daniel Pérez Enrri, constituye hoy el texto “base” de los cursos de macro en las facultades de Ciencias Económicas argentinas. A pesar de que es ampliamente utilizado, ha sido cuestionado por docentes y estudiantes de izquierda y heterodoxos, interesados en que haya un cambio en los contenidos de las carreras de economía. Centralmente  objetan que el texto solo expone la teoría neoclásica dominante, que desconoce otros enfoques, y que al imponerlo como único texto se silencian otras campanas. Frente a esto, algunos docentes de macroeconomía argumentan que el manual de Blanchard y Pérez Enrri (en adelante BPE) es keynesiano, y en el fondo “heterodoxo”; y que suministra los elementos teóricos adecuados para interpretar la realidad contemporánea, incluso con un sentido crítico. Los críticos responden que el libro ofrece una visión distorsionada del capitalismo, y que su utilidad es muy dudosa. En lo que sigue presento argumentos en apoyo de esta segunda postura, a partir de analizar cómo se aplica la teoría de BPE a la presente crisis económica griega (un análisis alternativo en «crisis griega«). Al hacerlo, sigo una recomendación de los propios BPE. Es que según BPE, los macroeconomistas deben preguntarse continuamente si sus modelos explican las experiencias que observan (p. 2). ¿Puede dar cuenta entonces el conocido manual de lo que está sucediendo en Grecia? Para responder, comienzo sintetizando el enfoque general de BPE.

Un mundo neoclásico

Contra lo que dicen sus defensores “heterodoxos”, el manual de BPE se ubica explícitamente en un terreno neoclásico. Es que BPE suscriben la tesis -pilar del edificio neoclásico- de que los fenómenos macroeconómicos, y por lo tanto sociales, deben deducirse de los comportamientos individuales. Sostienen que “la mayoría de los macroeconomistas resuelven rutinariamente sus modelos suponiendo que hay expectativas racionales”, y agregan que el objetivo de la escuela de expectativas racionales es “reconstruir la macroeconomía a través de los conceptos microeconómicos primitivos de preferencia y tecnología” (pp. 210-211; énfasis añadido).

Me detengo un momento en esta última afirmación, porque muchas veces su relevancia escapa de la atención de los estudiantes (y en los cursos raramente se discute). Lo que están afirmando BPE es que el comportamiento social se debe derivar  de los gustos individuales y la tecnología. Lo cual implica afirmar que existen comportamientos individuales presociales, ya que de lo contrario no podría derivarse lo social de lo individual. Para “derivar”, el antecedente no debe depender del consecuente. ¿Cuáles son entonces esos comportamientos individuales presociales? El manual no dice palabra sobre el asunto; ni advierte al lector que en esto pueda residir algún problema. Pero la realidad es que esos comportamientos individuales presociales no existen. Salvo algún comportamiento instintivo, todo el resto de nuestros comportamientos es socialmente adquirido. A igual que el resto de los neoclásicos, BPE parecen desconocer que los individuos son sociales, y que lo que una persona hace, sueña o piensa, es generado en el contexto de prácticas sociales. Esas prácticas sociales suministran los recursos materiales y conceptuales, las habilidades, los procedimientos, y las técnicas con las que actúan los individuos. Para decirlo con un ejemplo sencillo, el desarrollo tecnológico de Grecia, o de cualquier otro país, no puede explicarse desde el agente individual, sino analizándola en su contexto material e histórico-social. Pero si esto es así, no hay manera de realizar el principio metodológico que postulan BPE. Esta cuestión de principio pesa largamente sobre todo el resto del tratado.

La cuestión de todas maneras tiene sin cuidado a nuestros macroecomistas. Establecido el enfoque metodológico, BPE precisan los supuestos que recorren el manual: los agentes (no hay clases sociales, solo átomos individuales) son maximizadores; toman decisiones óptimas; utilizan toda la información disponible; se forman expectativas racionales y los gobiernos no pueden engañarlos; los  mercados se equilibran; los precios y salarios se ajustan para igualar la oferta y la demanda; y el desempleo es voluntario, ya que cualquier trabajador desempleado puede bajar su nivel de salario hasta encontrar una oferta de empleo (por lo tanto, habrá una tasa “natural” de desempleo, que solo podrá bajarse precarizando más y más el trabajo).

¿Qué tiene todo esto de “heterodoxia”? Respuesta: nada que ver. Alguno tratará de salvar la máscara del “progresismo” del BPE, apuntando que después de todo el manual habla de rigideces e imperfecciones de los mercados, que pueden generar retrasos en los siempre inevitables (aunque sea a la larga) ajustes. Estos desacoples constituyen las delicias de los “nuevos keynesianos”, de los cuales Blanchard es uno de sus máximos exponentes. Pero se trata de un matiz apenas disonante en la melodía neoclásica. En esencia, es una economía sin contradicciones sociales, en donde los problemas, a lo sumo, residen en los tiempos en que los agentes tardan en “ajustar sus expectativas” y corregir “fallas de coordinación”. Como explican Argandoña, Gamez y Mochón (1997, p. 5), estos economistas “son neoclásicos en cuanto admiten la existencia de una tasa natural de desempleo y la formación racional de las expectativas, y en cuanto el origen de las rigideces se busca no en factores institucionales o sociológicos, sino en la competencia imperfecta de los mercados, es decir, haciéndola compatible con la conducta optimizadora de sujetos racionales”. Es con este “menú” que algunos quieren conformar a los estudiantes críticos.

Ajuste a lo BPE

Podemos abordar ahora una situación típica “de manual”, de reducción del déficit fiscal, que es en última instancia la receta que se está aplicando en Grecia. Me interesa mostrar la manera en que un terrible proceso de desocupación, hambre y miseria del pueblo trabajador, y de desvalorización violenta de capitales, es transformado en un “ajuste” suave y ascéptico, casi “técnico”, desprovisto de contenido social. Es que no puede ser de otra manera si todas las dificultades surgen de fallas de coordinación, en un contexto de mercados que de todas maneras se equilibran, y donde fenómenos como la desocupación solo pueden ser voluntarios. Los modelos “concretos”, del IS-LM, o de oferta y demanda agregada, están atravesados, de principio al fin, por ese universal, por la idea de las armonías (en otras palabras, por la idea de que en los mercados libres y bien informados, todo el que quiso vender, vendió, y todo el que quiso comprar, compró). Para verlo, nos instalamos en el equilibrado mundo del IS-LM, y de las curvas de demanda agregada y oferta agregada.

[Aclaración para gente que no introducida en “economics”. El modelo IS-LM es el ABC de los cursos de macro. Según este modelo, la inversión (I) es igual al ahorro (S). La inversión depende de la tasa de interés; al bajar ésta, aumenta la inversión, y por lo tanto aumentan el producto y el ingreso. El ahorro depende positivamente del ingreso. De manera que en el espacio tasa de interés – ingreso, la curva IS tiene pendiente negativa. Por otra parte, la oferta monetaria (M) está determinada por el Banco Central y por definición es igual a la demanda de dinero (L). La demanda de dinero aumenta cuando aumenta el ingreso (los agentes necesitan más dinero para sus transacciones); y disminuye cuando aumenta la tasa de interés (los agentes se desprenden de dinero y compran bonos). Como resultado, en el espacio tasa de interés – ingreso, la curva LM tiene pendiente positiva. Donde se cruzan IS y LM se determinan la tasa de interés y el ingreso de equilibrio. En cuanto a la curva de demanda agregada (DA), se deriva del modelo IS-LM. Se postula que cuando bajan los precios, aumenta la oferta monetaria en términos reales, baja la tasa de interés y aumentan la inversión y el ingreso. Por eso DA tiene pendiente negativa en el espacio precios – ingreso. Para establecer la curva de oferta se postula que los salarios suben (bajan) cuando baja (sube) la desocupación y cuando aumenta (baja) la inflación esperada; y que los precios están relacionados con los salarios por medio de un mark-up (del que nadie termina de explicar su naturaleza). Por lo tanto la curva de oferta agregada tiene pendiente positiva en el espacio precios – ingreso; cuando aumenta el ingreso, baja el desempleo, aumentan los salarios, aumentan los precios, etc. La intersección de DA y OA determinan los precios y el ingreso de equilibrio].

Supongamos entonces que el gobierno quiere reducir el déficit para disminuir la deuda, y para esto reduce los salarios de los empleados públicos, las transferencias por pensiones y despide trabajadores. ¿Qué sucede según BPE? Pues nada demasiado grave. A corto plazo, siempre según “el modelo”, habrá una caída del consumo, la producción y del ingreso (para los entrenados, la curva IS se desplaza hacia la izquierda, cortando LM “más abajo”). La tasa de interés baja, debido a que se demanda menos dinero por transacciones. La inversión baja, en la medida en que depende del ingreso (por el principio de aceleración), pero es estimulada por la baja de la tasa de interés, de manera que el efecto total es ambiguo. En definitiva, en el corto plazo el resultado es medianamente negativo. Pero si se introducen expectativas, esta conclusión puede incluso matizarse en el sentido positivo. Es que los individuos y las empresas pueden esperar que la caída del déficit provoque una caída mayor de las tasas de interés en el futuro, lo que puede generar un aumento del gasto privado, que contrarreste la caída del gasto público. En ese caso, es posible que la reducción del déficit presupuestario provoque un aumento neto del gasto, y por lo tanto de la producción en el corto plazo; aunque raro, puede darse, nos dicen BPE (véase p. 356).

Sin embargo, lo más importante es lo que sucede en el largo plazo. Es que, continúan BPE, dada la reducción del ingreso por debajo de su nivel “natural” (esto es, por debajo de lo que, arbitrariamente, se llama tasa natural de desempleo), bajan los salarios (la desocupación es más alta que la “natural”), y bajan los precios (que se relacionan con los salarios por el mark-up). Con lo cual se desenvuelve un muy cómodo proceso deflacionario, que nos lleva al ansiado equilibro del pleno empleo. Es tan sencillo, que solo un enceguecido fanático heterodoxo (o un trabajador griego que acaba de perder su empleo, o al que le redujeron su salario, etc.) puede no entenderlo: al bajar los precios, aumenta la oferta monetaria en términos reales; por lo tanto sigue bajando la tasa de interés (la curva LM ahora se desplaza hacia la derecha); por lo tanto aumenta la inversión; y por lo tanto aumenta el producto, hasta volver al equilibrio (= a tasa natural de desempleo). En otras palabras, la acumulación de capital toma el lugar del gasto público, y todo vuelve a la normalidad. A este proceso básico se pueden agregar algunos aditamentos, todos beneficiosos. Por ejemplo, el gobierno puede instrumentar una política monetaria expansiva, para acelerar la recuperación de la inversión; además, si los hogares y empresas prevén que el gobierno hará esto, ya en el corto plazo pueden comenzar a aumentar el gasto, que contrarreste en parte la caída inicial de la demanda, debida a la caída del gasto estatal. Además, siempre está el beneficio que deriva del hecho de que al caer los precios, mejora el tipo de cambio real. A mediano o largo plazo, un “ajuste” deflacionario no puede dejar de ser beneficioso. Lo importante es tener fe en la mecánica del proceso, y resistir las presiones de los ignorantes, que salen a las calles a protestar contra los ajustes.

Todo esto es el alimento básico de los cursos de macroeconomía “ad usum”. Una y otra vez se hacen los correspondientes ejercicios, en los cuales los alumnos aprenden a “ajustar” desplazando curvas, calculando efectos multiplicadores, aceleradores y amortiguadores, y formulándose cuestiones de “alta política económica”. Como puede verse, no se trata solo de recetas trasnochadas del FMI, o de algún círculo neoliberal extremista, sino del discurso académicamente aceptado incluso por buena parte del progresismo. Un discurso que estructura la receta que hoy se está recomendando a los griegos, para seguir adelante con el “ajuste” hasta el fin, hasta que se vea la luz al final del túnel…

La realidad brutal de las crisis

La elección de los términos no es inocente, las palabras tienen su carga. Un “ajuste” hace referencia a una acción o proceso por el cual las cosas se ponen en armonía unas con otras, o en alguna correspondencia que sea conveniente. Si el déficit aumentó mucho, hay un “desajuste” que se soluciona con algunas medidas “de ajuste” para volver a las armonías perdidas. De manera que las preguntas relevantes, por ejemplo, las que atañen a productividades, tasas de ganancia y de acumulación del capital, condiciones de inserción de una economía en la economía mundial, y similares, quedan en las penumbras. Como también queda oscurecido el significado verdadero de un proceso deflacionario, como el que se está intentando aplicar hoy en Grecia. Es que un proceso deflacionario es una intensa desvalorización de los capitales, y del valor de la fuerza de trabajo. Y ésta es la característica esencial de una crisis económica: una “revolución de los valores”, como decía Marx. Por esto mismo no se trata de un sendero tranquilo, sino extremadamente violento, donde hay  procesos acumulativos que se retroalimentan, y conducen a escenarios cada vez peores, generando catástrofes en términos de costos humanos y sociales. Solo a este precio el capital termina reinstalando las condiciones para la acumulación de plusvalía. Por eso, donde BPE hablan despreocupadamente de “los efectos dinámicos de una reducción del déficit presupuestario”, hay que hablar de quiebras de empresas, destrucción de fuerzas productivas, aumento de las necesidades, caída de los salarios y de las condiciones laborales. Son dos lenguajes completamente distintos, porque son dos mundos totalmente distintos: uno es el de los macroeconomistas, con sus fórmulas abstractas. Otro es el  que viven o sufren los millones de seres humanos que con su trabajo sostienen a la sociedad actual (o no trabajan en absoluto, y mueren de hambre). Ese mundo real es el que piden entender los estudiantes heterodoxos que cuestionan.

Para profundizar en estas diferencias, compararemos con lo que sucede en Grecia. El “ajuste” del déficit que ya se ha realizado equivale al 7% del PBI griego, y se anuncia más medicina por otros 40.000 millones de euros de aquí al 2015. Sin embargo la economía hace dos años que está cayendo en picada (la producción industrial hoy se derrumba a una tasa anual del 11%, el PBI caerá en 2011 más del 4%); la desocupación supera el 16%; las tasas de interés están por las nubes (los bonos del gobierno pagan 17,5%); el déficit de cuenta corriente sigue altísimo (4,5% del PBI), y la desesperanza cunde por todos lados. ¿La medicina BPE no tendría que estar mejorando al enfermo? La realidad es que los males se retroalimentan. La caída del gasto público y de los salarios lleva a la baja del ingreso; lo que provoca la baja de la recaudación; lo que impide que mejoren las cuentas fiscales; por lo cual se recomiendan nuevas bajas del gasto, y la ronda vuelve a empezar. A su vez, la caída de la demanda disminuye las perspectivas de la inversión, que no responde mecánicamente a las tasas de interés (como dicen los manuales), sino a las perspectivas de ganancias. Dado que éstas son negras, los capitalistas se refugian en la liquidez, y de ser posible, sacan su dinero del país, y la economía sigue sin recuperarse. Pero en estas condiciones de no acumulación, y peligro de insolvencia, no hay manera de que bajen las tasas de interés. Por eso la idea de Marx, de que el nivel de la tasa depende de las condiciones de la realización de plusvalía, parece más aplicable a lo que sucede hoy en Grecia. Pero Marx es un autor “pasado de moda”, y hoy estamos en el reino de los nuevos keynesianos. Por lo que recurrimos una vez más al BPE en busca de consejos. ¿Qué encontramos? Abstracciones, paseos aleatorios por las nubes de Valencia.

Pero también cabe preguntarse si se verifica lo que anuncian los manuales, a saber, que la caída de los salarios provoca la caída de los precios. ¿Sucedió en Grecia? No. Los salarios bajaron (los empleados públicos entre el 15% y 20%, los privados tal vez en menor proporción; las pensiones el 10%), pero los precios en los últimos 12 meses subieron un 5,4%. ¿En qué quedó la formulita del mark-up? ¿No es que los precios “debían” bajar? Misterio. Una vez más el BPE está en silencio porque lo que sucede no encaja en sus ecuaciones. Además, si los salarios bajaron y los precios subieron, la diferencia, ¿no fue al capital? Aunque si planteamos las cosas así, nos introducimos en el peligroso terreno de los conflictos sociales, y la distribución del ingreso (¿no era que los factores son remunerados según sus productividades, que son iguales a sus precios? Pero dejemos aquí este espinoso cuestionamiento, que de nuevo nos acerca a Marx…).

Y no nos olvidemos de la bendita “tasa natural de desempleo”, ese invento de Friedman y Phellps, incorporado de manera durable a todos los esquemas de macro. “La tasa no aceleradora de la inflación”, y que solo pude disminuirse quitando seguridad social, precarizando el empleo y “flexibilizando” leyes laborales. En Grecia el desempleo está por encima del 16%, y los precios aumentaron 4 veces más que en el promedio del área del euro. ¿A cuánto debería llegar entonces el desempleo para que estemos en la “tasa natural”? Además, ¿cuál sería la tasa “natural” en España, que hoy tiene un desempleo mayor al 20%, y una inflación también superior a la media europea? ¿Cómo se aplica todo este dislate de la tasa “natural” a la crisis griega? BPE estructuran todo el planteo sobre desempleo e inflación sobre esta idea. ¿Cómo se aplica a Grecia? ¿Qué tasa “natural” deberían aceptar los griegos? ¿Alguien puede responder estas sencillas preguntas?

Supongamos ahora que se iniciara en Grecia el “venturoso” camino deflacionario, aconsejado por la ortodoxia de manual de BPE. ¿Mejorarían las cosas? Toda la experiencia histórica indica que no. Como ya señalaba Keynes (capítulo 19 de la Teoría General), en tanto continúa la caída de precios, los inversores se mantienen líquidos, porque cada día que esperan aumenta su poder de compra. ¿Por qué alguien iba a pensar entonces que a medida que caen los precios sube la demanda? Eso está muy bien para el papel, pero no siempre sucede en la realidad. Además, cuando caen los precios, aumenta el peso de las deudas. ¿Por qué entonces se dice que la deflación lleva a una baja de las tasa de interés, si lo que importan son las tasas de interés reales? Por otra parte, al aumentar el peso de las deudas, hay que acelerar la liquidación de capitales mercancías, que a su vez agrava el peso de las deudas, etc. ¿Por qué van a aumentar la producción y el ingreso en estas condiciones? A todo lo cual hay que agregar las dificultades crecientes de los bancos, que deben mandar a pérdidas partes enteras de sus activos (préstamos incobrables y títulos desvalorizados); lo que obliga a recapitalizarlos, o alternativamente liquidarlos. Hoy los bancos griegos están pagando más tasa a sus depositantes, porque todos son conscientes del peligro de que sobrevenga un escenario como éste. En definitiva, lo que se discute es de qué manera se reparten las pérdidas entre los capitales -sobre el telón de fondo de que la pérdida esencial la padecen los explotados- y cómo encajan las desvalorizaciones inevitables las diferentes fracciones de la clase dominante, nacionales y extranjeras. Las privatizaciones anunciadas -por unos 70.000 millones de euros- se inscriben en este contexto, y se explican por estas necesidades del capital. Pero nada de esto puede registrarse en el paraíso de los mercados que ajustan siempre al equilibrio. Al borrarse una perspectiva social (insistimos que el enfoque individualista es clave en el tramado neoclásico) no hay forma de entender al capital como una relación social; y por lo tanto tampoco hay manera de entender la dinámica de las contradicciones y conflictos de clases que atraviesan a la crisis. La idea de establecer a la economía como una ciencia “dura”, asentada en el comportamiento de átomos, donde los fenómenos de agregación literalmente desaparecen (donde el todo solo es la suma de las partes), hace aguas por todos los costados. No se puede tapar el sol con las manos, como reza el dicho, ni la magnitud colosal de una crisis con esquemas matemáticos.

Por supuesto, la crisis griega no es “sin salida”. Llega un punto en el que la desvalorización de los capitales, las quiebras de empresas improductivas, las caídas de salarios que acompañan al aumento de la desocupación, terminan generando las condiciones para que se reanude la acumulación. Sucedió en EEUU y Europa en el 30, de nuevo en 1974-5, en México en 1994-5, en Asia del Pacífico en 1997-8, en Argentina en 2001, en el mundo desarrollado en 2007-09, y en tantos otros lugares y episodios. En este respecto Grecia seguirá las generales de la ley. En tanto continúen las relaciones de producción capitalista, no habrá salidas indoloras para el pueblo trabajador. Por supuesto, puede discutirse cuál es el camino más “práctico” para desvalorizar a la fuerza de trabajo y restablecer la acumulación. En Argentina, la caída del salario se inició en 2000 y 2001 por medio de la deflación; y luego se completó y profundizó por vía de la devaluación e inflación (la receta “progre” de los economistas K, o de Stiglitz). En Grecia, el capital intenta mantener el euro, y por lo tanto la vía devaluatoria está vedada (al menos por ahora). Cambian las formas y dinámicas, pero la sustancia permanece. Pero esta sustancia es borrada del radar analítico por los manuales al estilo BPE. Lógicamente, enfoques como el de BPE proporcionan una coraza ideológica para que los intelectuales al servicio del capital, resistan las presiones de las calles, sean sordos a los gritos y al dolor, y sigan adelante, con la fe de los que se creen dotados de un saber superior. Esto explica la persistencia con que se sostienen y repiten las “recetas científicas” de “la macro”.

En conclusión, decenas de “modelos”, llenos de fórmulas matemáticas, no acercan un ápice a la comprensión de lo que sucede. Aunque en esta nota me he enfocado en BPE, consideraciones similares podría hacer de otros muchos textos que andan circulando. También sobre modelos distintos del IS-LM, como el de los nuevos keynesianos (el último “hit” de la moda macroeconómica; lo analizo brevemente en mi libro sobre Keynes y los poskeynesianos). Son variaciones cosméticas, dentro del mismo encuadre global. Pienso que hay bastantes razones para dar la razón a aquellos estudiantes que cuestionan lo que se les está enseñando en economía.

Libros citados

Argandoña, A.; C. Gamez y F. Mochon (1997): Macroeconomía avanzada I, McGraw Hill.

Blanchard, O. y D. Pérez Enrri (2000): Macroeconomía, Prentice Hall.


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Enseñanza de macroeconomía y crisis griega

Written by rolandoastarita

30/06/2011 a 12:14

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36 respuestas

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  1. «todo el resto de nuestros comportamientos es socialmente adquirido»…

    Puedes documentar esta afirmación? Esto que dices es ideológico (la hipótesis del «blank slate») pero no científico.

    Hay por supuesto afinación e incluso quizá modelado social de los comportamientos pero hay mucho que es «instintivo» (es decir definido por genética y epigenética prenatal) que es en parte colectivo (humano) y en parte individual.

    Además una buena parte, quizá la gran mayoría de los componentes adquiridos de la personalidad aparecen antes de que el niño/a sea escolarizado, con lo que la sociedad en general tiene poca influencia.

    Después hay sin duda un afinamiento de esto que es en parte social pero en parte también formado por decisiones personales (la sociedad puede decir misa que si tú te empeñas en lo contrario, como a menudo ocurre… sobre todo entre las personas más inteligentes y determinadas… pues como que no).

    No somos mera arcilla para la manipulación social, sino actores vivos altamente autónomos, aunque flexibles y adaptativos.

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    Maju

    30/06/2011 at 12:51

    • Ni muy mucho ni tan poco, Maju. En distintas sociedades han prevalecido pautas de comportamiento muy diferentes y no parece fácil ni siquiera útil imputarle la razón de esas variaciones a los genes. Hubo sociedades que sacrificaban a algunos de sus miembros en altares dedicados a sus dioses; en otras sociedades se impuso el monoteísmo; en ciertas épocas el infanticidio más o menos casual o más o menos deliberado a manos de los mismos padres fueron prácticas comunes y más tarde las mismas sociedades renegaron de tales costumbres; en distintas épocas y regiones el aborto fue alternativamente prohibido y tolerado; en ciertos lugares se admite la poligamia y en otros no, en fin… Una cosa es hablar del grado de introversión y extraversión o del C.I., que bien pueden estar genéticamente determinados, y otra cosa muy distinta es hablar del tipo de bienes en los que se centra el consumo, de los estándares morales declarados como válidos, o si de vivimos en regímenes basados en la propiedad privada, el señorío feudal o la socialización de los medios de producción.

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      anibal

      30/06/2011 at 14:16

    • Igual no me explico bien. La cultura influye, incluso define el comportamiento en algunos aspectos pero eso no niega la individualidad: en todas esas sociedades cada individuo era único. Esto no es ideología burgesa o cristiana: es una realidad. En las sociedades en las que la homosexualidad es tabú por ejemplo no dejan de existir homosexuales sólo por eso (aunque se manifiesten o dejen de manifestarse de acuerdo a las leyes socio-culturales).

      Yo no me creo que por el mero hecho de suprimir el «libre mercado» aquellas personas que disfrutan de manera casi patológica de la propiedad or posesión de caprichos y lujos vayan a dejar de existir, quizá sean menos comunes o su compulsión se manifieste de otras maneras pero las diferencias de personalidad subyacentes existen y existirán. Lo mismo que en condiciones capitalistas de competencia extrema y saturación publicitaria hay gente que desdeña la competición y el consumo.

      Yo entiendo que las personalidades son en gran medida pre-sociales porque, si no fuera así, no habría disidentes en esta sociedad capitalista: todos seríamos perfectos competidores y perfectos consumidores. Y en realidad no solo no lo somos sino que a menudo ni siquiera lo deseamos, con certeza porque estas demandas atentan contra nuestra naturaleza, ya sea naturaleza humana general o naturaleza de sub-fenotipo en equilibrio dinámico históricamente (nótese que digo fenotipo, manifestación, y no genotipo, código – pero también digo que el fenotipo no es muy predecible por el contexto socio-cultural).

      Si acaso podríamos quizá hablar de tendencias estadísticas causadas por esta influencia social, por ejemplo volcando casi todas las personalidades inicialmente neutras, e incluso algunas hostiles, hacia un fenotipo deseado socialmente, ya sea el trabajador-competidor-consumidor o el heterosexual. Insisto en el ejemplo de la homosexualidad porque me parece fácil de estudiar: al margen del contexto socio-cultural, ya sea por genética o por formación temprana impredecible, un porcentaje de gente tiene tendencias homo- y bisexuales. Muchas sociedades históricas y presentes han reprimido esa característica personal, pero no ha acabado con la homosexualidad y solo la ha ocultado, a veces incluso a los propios homosexuales que se negaban a sí mismos/as.

      Es muy claro: la sociedad sólo puede determinar a los individuos hasta cierto punto. Ejerce un influjo innegable pero no todo-poderoso. Los individuos, incluidos los +/- disidentes, a su vez redefinen la sociedad activamente en cada generación – y es así como ocurre la evolución social. Podemos considerar a los innovadores y disidentes como mutaciones culturales (pero también biológicas, ya que están vivos).

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      Maju

      30/06/2011 at 15:00

    • La afirmación «clásica» de que los comportamientos son socialmente adquiridos (salvo unos pocos comportamientos instintivos) pertenece a la crítica, también «clásica» de Lukes al individualismo metodológico, que he citado en otros trabajos (por ejemplo en «Valor, mercado mundial…»), y se puede ver en la compilación de Ryan «La filosofía de la explicación social» (FCE, México). Pero reconoce también una larga tradición en la antropología, la sociología y en general en el pensamiento crítico social. Yendo al caso más concreto de los «gustos y preferencias» individuales que invocan los neoclásicos, la idea no es negar que tenemos necesidades biológicas o impulsos instintivos, sino remarcar que esas necesidades toman forma a través de los condicionamientos y prácticas sociales. Como advertía Marx, nuestra hambre es «civilizada», no es el hambre animal, etc. Esta idea también estaba en Hegel. En este punto hay que subrayar que afirmar todo esto no significa que postulemos la anulación de la personalidad, o la imposibilidad del cambio social porque el individuo sea un mero títere de lo social. Aclaro que después de todo también podríamos decir que no escaparíamos a la trampa del determinismo mecánico, o de la anulación de la personalidad, negando lo social. Si sostengo que nuestros comportamientos están férreamente determinados por lo instintivo, por caso, también puedo terminar en una visión que anule la capacidad del ser humano para cambiar las cosas.
      La idea de que somos productos sociales no anula entonces la personalidad, ni la capacidad del ser humano de actuar y cambiar lo social. Este es un punto fundamental tanto en Hegel como en Marx. En Marx es muy claro, pero también en Hegel. La sittlichkeit (algo así como eticidad, que algunos traducen como fábrica social) hegeliana contiene la tesis (que suscriben muchos autores contemporáneos) de que el sujeto individual solo es lo que es en virtud de la sociedad y la tradición que lo trajo hasta aquí, y que lo mantiene y promueve su identidad (tomo esta formulación del libro de David Rose «Hegel’s Philosophy of Right»). La «sittlichkeit» se refiere a un mundo construido por razones sociales para nuestras acciones; actuamos como actuamos en virtud de que somos miembros de una sociedad. En otras palabras, la «sittlichkekeit» es una «segunda naturaleza», es el mundo constituido por razones sociales para la acción, antes que naturales.
      Es cierto que el planteo de Hegel (o de Marx) podría ser interpretado como una renuncia a la posibilidad de crítica y de rebelarse o cambiar. En este punto, lógicamente, aparece entonces la alternativa individualista. Por ejemplo, desde el liberalismo kantiano se sostiene una salida desde lo trascendental, de manera que la perspectiva crítica descansa en valores (de libertad, justicia) que trascienden la sociedad. Hegel (y Marx) rechazan esta alternativa, que es ahistórica e improductiva (algunas de estas cosas las discuto en la nota sobre la concepción ética en Marx). La posibilidad de acción está dada porque reflexionamos sobre nuestras experiencias, cambiamos de acuerdo a ellas, e interactuamos socialmente y con el medio natural. En un sentido profundo, esto nos hace mucho más libres de lo que suponen los que niegan nuestra naturaleza social. Pero no podemos dejar de ser «hijos de nuestro tiempo», como decía Hegel. Después de todo, nuestros condicionamientos sociales ya están marcados por el simple hecho de que heredamos fuerzas productivas creadas por las generaciones anteriores, y nacemos inmersos en cierto tipo de relaciones sociales de producción.

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      rolandoastarita

      01/07/2011 at 09:33

  2. Maju, usted parece hacer un corte entre la socialización temprana y la posterior (la del período de la escolarización) que no entiendo a qué se debe (aclaro que no sé nada de psicología). Es decir, no entiendo porqué los primeros años no entrarían dentro del influjo de la sociedad en general.
    Tampoco entiendo porqué el hecho de afirmar que los rasgos de la personalidad son en su mayoría socialmente adquiridos, implicaría negar la diversidad y la posibilidad de rasgos contradictores, más si tenemos en cuenta que las sociedades son contradictorias.
    Saludos.

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    Ezequiel

    30/06/2011 at 17:36

    • Sí a lo primero. Lo digo porque no me parece que se eduque realmente a los bebés (no se les enseña religión ni sacrificios humanos ni a comerciar ni a trabajar, sólo lo más básico) y sin embargo ahí es cuando se forman las personalidades en gran medida.

      A lo segundo, creo que es darle demasiado peso a al control social y ignorar la inmensidad subyacente de Caos, es casi proclamar que somos robots programables, cuando es obvio que no nos dejamos programar mucho (dependiendo de las personalidades individuales y el tipo de «programación, claro). Es una forma de pensar mecanicista-newtoniana, clásica pero imperfecta y muy obsoleta.

      Es posible que nuestras mentes sean como bio-computadoras muy complejas pero programadores ni programas… sólo hasta cierto punto (si acaso), puesto que seríamos «inteligencia artificial» (natural) que aprende sola, no es programada.

      No es la sociedad las que nos programa sino nosotros los que aprendemos en la sociedad y eventualmente modificamos la sociedad a su vez.

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      Maju

      30/06/2011 at 20:39

  3. Hola a todos:
    Rolando dice:»Salvo algún comportamiento instintivo, todo el resto de nuestros comportamientos es socialmente adquirido», y maju ¿refuta?: «… la sociedad sólo puede determinar a los individuos hasta cierto punto. Ejerce un influjo innegable pero no todo-poderoso.» No sé si maju quiere introducir otro debate, es decir, descubrir qué es un institno y que no; porque de otra manera no vería la refutación.
    Acerca de la nota en general. Agradezco que se deschaben de esta manera las imaginaciones neoclásicas. Y espero que la lucha inciada en las facultades de ciencias económicas de la UBA y La Plata y otras universidades del país realtiva a el contenido de los planes de estudio avance más hacia las concepciones heterodoxas y que se desarrollo el pensamiento crítico. Enfatizo algo con un comentario: creo que para quienes nos etamos formando es tan buena la lectura crítica como lo es el desnudar la fragilidad de algunas construcciones fantasiosas de los economistas ordinarios. Abrazo, Ari.

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    Ari Kacharí

    30/06/2011 at 17:50

  4. Maju:el ejemplo que das de la homosexualidad es muy bueno para ilustrar mi punto: que a un individuo le atraigan los hombres, las mujeres o ambos puede estar totalmente determinado por el genoma, ahora, lo que cada sociedad haga con eso varía y no precisamente según condicionamientos genéticos, ahí es donde se aprecia con más claridad la influencia de variables sociales en las pautas de percepción y conducta de las personas. En la antigua Grecia no se veía mal que un varón adulto practicara coito interfemoral con jóvenes mancebos, en ciertas tribus guineanas los jóvenes, quizás paradójicamente para nosotros, felan a varones adultos como parte de su proceso de maduración y masculinización, en Inglaterra hasta no hace mucho la homosexualidad era castigada penalmente (¿te suena Oscar Wilde?) y creo que hoy no. Es decir: acuerdo en que hay cuestiones muy importantes que a nivel individual llevan una fuerte carga de determinación «pre social», como decís, pero a nivel colectivo son mucho más importantes las variables propiamente sociales. Lo preciso un poco más: un homosexual de hace 50 años en casi cualquier sociedad occidental, por más genética que fuera su orientación sexual, ocultaba su condición, la vivía con verguenza o como maldición o, en caso de que la asumiera en plenitud, se volvía un marginal a la fuerza; hoy, alguien con la misma orientación sexual genéticamente determinada, se casa en público con su pareja, participa en marchas del orgullo gay y según dónde puede adoptar niños. Y no creo que tamaño cambio en unas pocas generaciones se deba a que los heterosexualessufrimos mutaciones genéticas que nos hagan más tolerantes con la diversidad sexual.

    Pido disculpas al profesor por desvirtuar su post, adhiero a los comentarios de Ariel, la tarea de exponer las falacias e irrealidades de la teoría económica estándar es indispensable.

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    anibal

    30/06/2011 at 22:07

  5. estimado Rolando Astarita:

    ¿Usted ha visto los vídeos de las clases de economía de Jesús huerta de soto, sobre todo las cuatro lecciones sobre la refutación de la teoría de la explotación? Si así seria bueno que publique algo refutandolo. Aquí están http://www.youtube.com/watch?v=cPrBhM5leX4

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    jorge

    30/06/2011 at 22:11

    • No puedo acceder a videos desde mi computadora. ¿No está escrito el argumento en algún lugar?

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      rolandoastarita

      01/07/2011 at 09:02

    • No es más que la argumentación austríaca, es bastante popular entre los militantes de derecha en internet.

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      Ezequiel

      01/07/2011 at 09:17

    • Estimado Rolando.
      Ni se gaste en ver el video. En su blog hay publicaciones y datos de sobra para que el compañero Jorge se esmere un poco más en argumentar una respuesta a Jesús Huerta de Soto. (Linkeo su web, solo para su intriga: http://www.jesushuertadesoto.com/)

      De todas formas el comentario de Jorge me huele a spam o provocación.

      Un última cosa, si bien no comulgo con todas sus posiciones, quiero felicitarlo por el excelente trabajo que viene realizando en su blog. De un tiempo a esta parte me ayuda a pensar en los problemas que atraviesan y/o atravesamos los marxistas.

      Mis sinceras felicitaciones.

      Alberto Comunero.

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      Alberto Comunero

      01/07/2011 at 10:10

  6. Hola Rolando. Me pareció muy bueno el blog. Soy profe e intentó enseñar economía desde una perspectiva crítica pero muchas veces me encuentro falto de bibliografía. ¿me puede recomendar algún libro de Macro que tenga una orientación distinta a la neoclasica. Agradecido a su permanente aporte al debate. Saludos

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    Mario Lopez

    04/07/2011 at 17:38

    • Me alegra que te sirvan las notas. No conozco ningún texto alternativo de macro. En mis clases de macro presento de todas maneras visiones alternativas y críticas. Por ejemplo, frente a la idea de dinero exógeno, presento la teoría de dinero endógeno; hago la crítica a la idea de tasa natural de desempleo; a la idea del ahorro como flujo que siempre va a la inversión; explico el marco walrasiano del IS-LM; que el interés no determina la inversión de la forma que lo dice el mainstream, etc. Varias de estas cuestiones las puse en mi libro sobre Keynes y los poskeynesianos; en especial en la segunda parte.
      Pero, te repito, lamentablemente no tenemos algún texto más o menos integrado, alternativo a los manuales tipo Blanchard, o Dornbusch y Fisher. Más adelante voy a ir publicando otras críticas; por ejemplo, la mayoría de los alumnos que hacen macro desconocen que teorías como paridad de intereses, el efecto Fisher, etc., no se verifican, y que los propios neoclásicos lo admiten en «papers», que nunca llegan a los manuales.

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      rolandoastarita

      04/07/2011 at 22:02

    • Muchas gracias. Tu libro lo tengo y me sirve mucho. Creo que en cuanto a la bibliografía , el pensamiento neoclasico nos lleva ventaja y es lógico que sea así. Creo que todos los que nos consideramos críticos debiéramos aunar esfuerzos para socializar los materiales alternativos. En ese sentido tu aporte es importante. Saludos

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      Mario Lopez

      06/07/2011 at 18:58

    • Si no hay manuales de Macro heterodoxos, por ahí le sirve al menos este Manual de economía política, de Guerrero y otros, hay un capítulo de Macro y otro de Micro, por ahí le sirven, aunque probablemente ya los haya leído: http://www.4shared.com/document/axIHG0ob/Diego_Guerrero_et_al_-_Manual_.html

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      Ezequiel

      04/07/2011 at 22:58

    • No conocía este libro, gracias por el envío.

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      rolandoastarita

      05/07/2011 at 08:41

  7. La crisis de los intrumentos de analisis marxistas se manifiesta una vez mas en toda el articulo sobre «macroeconomia y la crisis griega». Al mismo tiempo, en los comentarios subsiguientes, toda la extructura del articulo es un simple debate (de actualizacion local, si se quiere de la izquierda argentina) de oposicion a la teoria economica academica y su evolucion atravez de las decadas. Es casi ridiculo a esta altura de las cosas negar «la macroeconomia», como asi tambien, sobredimensionar el rol de lo «socialmente adquirido» negando decenas de estudios y evidencias que posicionan la dinamica del individuo y la sociedad como un sistema complejo, multidireccional. Al igual que negar todos los estudios geneticos y su influencia en la formacion de los individuos.Cuando terminaran de simplificar todo a las clses sociales???, esa no fue nunca la posicion de C. Marx, como tampoco fue nunca su postura un dogma inamovible hasta que acabara el sistema capitalista. Por otra parte, la vision expresada sobre la crisis griega suena en mis oidos como la cantinela de CFK cuando trata de «explicar al mundo los errores en la crisis griega, las falsas soluciones que se aplican». Da para seguirla, pero la conclusion mas general que tengo es de una pobreza meridiana que solo tiene el merito de tratar de ponerse al dia con los avances y debates actuales en los dos campos: teoria economica y sociedad e individuo.
    Les doy una ayudita: La historia ni empezo ni termino con C. Marx.

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    yuyo

    05/07/2011 at 11:55

    • Es un error apelar a lo «socialmente adquirido» para defender la macroeconomía del mainstream. El hecho de que muchos repitan lo mismo no convierte a un disparate en una verdad científica. Pero incluso desde el propio mainstream se ha tenido que reconocer que los modelos estallaron por los aires ante la crisis de 2007-9. ¿En qué quedó, por ejemplo, la hipótesis de los mercados eficientes? Miles de papers elaborados sobre la base de esa idea, sin ningún asidero en la realidad. Y así podríamos seguir con muchas otras «verdades socialmente adquiridas», cuyo único respaldo es el consenso fácil del mundo académico. ¿Qué hay, por ejemplo, de los modelos de tipo de cambio, que invariablemente «no testean»? ¿También son «verdades socialmente adquiridas»?
      Incluso Krugman tuvo que admitir que la crisis había evidenciado que todo el programa de investigación macroeconómica de los últimos 15 o 20 años fue, en el mejor de los casos, inútil (aunque esto no impide que su manual de economía internacional siga usándose profusamente). Con respecto a la teoría de Marx, le doy también una ayudita: además de la chicana sobre el principio y el fin de la historia, haría falta ofrecer algún argumento para refutarla.

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      rolandoastarita

      05/07/2011 at 12:54

    • Al menos citen a Mandel, que hizo un esfuerzo serio, escrito (no oral como se acostumbra en nuestros circulos capitalinos) para actualizar y adaptar los conceptos de C. Marx (nunca negados en mi nota anterior) a las nuevas transformaciones del sistema capitalista. Al igual que todos los autores como Schumpeter, Keynes, Galbraith, Kindleberger, etc etc que desde «el campo de la macroeconomia del sistema capitalista» aportaron nuevas ideas y conceptos acerca de la teoria economica o sabiduria economica, si te gusta mas. Es casi infantil, aplicar siempre el mismo ‘reduccionismo que concluye que aqui no ha pasado nada nuevo, que …»Cambian las formas y dinámicas, pero la sustancia permanece…»
      La macroeconomia al igual que la microeconomia son dos herramientas importantes, que un buen marxista incluiria en su analisis del sistema……pero no, ya sabemos que todo lo que se ha pensado y escrito fuera de esa logica «fundamentalista» del «devenir de la verdad morenista» sera siempre negado con argumentos morales y no con hechos o evidencia empirica.
      En realidad, ni argentina 2001 es grecia 2011, como asi tampoco las soluciones que esta manejando la burguesia de la UE, en esta guerra velada entre la profunda crisis de la economia americana y su translacion a la UE y al resto del mundo. Tampoco fue la inflacion, como usted afirma (que casi no existio) el instrumento mas importante de la recuperacion post-2001 de argentina , si , como usted dice la devaluacion brutal …y, tambien (que usted no menciona y es crucial) el default y la posterior reestructuracion de la deuda (con el visto bueno de los Americanos, por supuesto).
      Bueno amigo Rolo…hasta la proxima.

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      yuyo

      07/07/2011 at 05:51

    • No entiendo por qué tengo que citar al autor que a usted se le ocurre. He tratado aspectos de la obra de Mandel en otros trabajos, pero no veo en qué encaja para explicar la crisis griega.
      En segundo lugar, en cuanto al cargo de «fundamentalismo», no tiene sentido. En cualquier análisis social entran en juego algunos puntos de vista «fundamentales». Por ejemplo, en el análisis neoclásico el individualismo metodológico, el principio subjetivista, la inclinación por el formalismo matemático antes que por la comprensión del contenido, etc. Lo mismo sucede en el marxismo. Mandel, para tomar el caso que usted menciona, adoptó algunos puntos de vista también «fundamentales», de los que no se apartó hasta el final de su vida. Entre ellos, la tesis del predominio del monopolio (de Lenin y Hilferding). He criticado este punto de vista extensamente en otros trabajos. Mi punto de vista «fundamental» es entonces otro. ¿Por qué debería dejarlo de lado y adoptar el de Mandel, si no estoy convencido de que sea el adecuado para interpretar el capitalismo contemporáneo? ¿Solo por el hecho de que a alguien se le ocurre andar acusando de «fundamentalistas» a todos los que no acuerdan con su enfoque particular? Es necesario argumentar un poco más, antes de repartir calificativos.
      En tercer lugar, jamás sostuve que rechazo los análisis macroeconómicos. Sí sostengo que los análisis macroeconómicos del mainstream están equivocados en los fundamental.
      En cuarto lugar, no entiendo a qué viene su referencia al «devenir de la verdad morenista». ¿De qué está hablando?
      En quinto lugar, sostener que la devaluación y caída del salario no jugó un rol fundamental en la salida de la crisis argentina, es desconocer los hechos. La devaluación produjo una brusca caída del salario, medido en términos de la moneda internacional. A partir de ese momento aumentó la demanda de bienes transables, y hubo una importante sustitución de importaciones, con el consiguiente aumento de la demanda.

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      rolandoastarita

      07/07/2011 at 09:20

    • Que paso??? hubo censura???

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      yuyo

      07/07/2011 at 07:48

    • En este blog las únicas limitaciones que se ponen a los comentarios son que no se insulte, y que no se extralimiten en la extensión (esto es, no mandar un artículo bajo la forma de comentario). A lo largo de poco menos de un año que funciona este blog, jamás censuré opinión o crítica alguna. Usted no tiene ningún derecho a insinuar que aquí hay censura. Su comentario representa una agresión gratuita, y sin fundamento.

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      rolandoastarita

      07/07/2011 at 09:27

  8. Muy bueno el manual heterodoxo que aportó Ezequiel!!! En Rosario estamos organizando talleres de lectura heterodoxa, para los estudiantes de la carrera de economía. Hace poco encontramos en la biblioteca de la facultad un manual de Joan Robinson de introducción a la economía. Paso los datos por si tienen la posibilidad de encontrarlo. Igual me parece que no se edita más el libro.
    «INTRODUCCIÓN A LA ECONOMÍA MODERNA», Joan Robinson/John Eatwell, Fondo de Cultura Económica México. Primera edición en español:1976, Segunda edición en español: 1982.
    Por lo menos en Rosario notamos un rechazo creciente a la teoría neoclásica, por supuesto más que nada en los últimos años de carrera. Por sobre todo por su ínfimo aporte a la realidad económica. Incluso hasta los propios austríacos son reacios a la misma, y eso que muchos los consideran dentro del mainstream. En definitiva los estudiantes sabemos que si nos graduamos solo conociendo la teoría neclásica, poco podremos hacer con ella.
    Muy bueno el blog Rolando, lo sigo hace bastante. Por las lecturas de notas anteriores, me interesó mucho en particular filosofía del individuo. El debate entre individualismo metodológico en contraposición al individuo social. Si tenés alguna lectura sobre el tema te agradecería que me lo hagas saber. Muchas gracias!!!

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    Gustavo

    05/07/2011 at 13:10

    • Gustavo: me salgo un poco del tema para consultarte por los talleres que mencionaste.
      La verdad es que me interesa relacionarme con quienes estén preocupados por organizarse para desarrollar este tipo de cosas.
      Siempre me interesaron las reflexiones críticas desde grupos organizados, la militancia y esas yerbas. Pero lo cierto es que desde hace una década aprox que no encuentro ambientes propicios; parece que no existieran más posibilidades que adherir a las sectas que propician un apocalipsis revolucionario a la vuelta de la esquina (como las religiones que nos avisan de la inmediata llegada del mesías), o las cátedras del libre pensamiento que permiten opinar de lo que sea, siempre y cuando el fín último no se aventure más allá del cargo en la cátedra, el subsidio o la beca.
      Es muy grato que haya círculos de personas que se reúnan para impulsar discusiones que se plantean en este blog, en el que uno ha encontrado algún alimento intelectual para comprender un poco más los problemas que afrontamos.
      Pienso que en esta situación de aislamiento debo estar más por cansancio que por inexistencia de personas con las mismas inquietudes. Pero la necesidad de encontrar un sentido útil a la existencia siempre tira a juntarse con compañeros con preocupaciones afines para enfrentar el día a día . Así que te comento que también soy de Rosario y estoy interesado en saber más de ustedes y de todos aquellos que se estén organizando.
      Mi correo es roberto187@arnet.com.ar
      Saludos

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      roberto

      05/07/2011 at 22:44

    • No conozco bibliografía en particular sobre el individualismo metodológico. De todas maneras te comento que, por fuera del marxismo, he sido muy influenciado por algunos autores hegelianos. A Rose lo cité en otro comentario, y también en la nota sobre ética en Marx. Y vuelvo a mencionar a Kenneth Westphal, a quien cité extensamente en la nota sobre conocimiento y Althusser. La reivindicación de Westphal del «colectivismo moderado», en contraposición al individualismo, pero también al holismo al estilo Durkheim, me parece muy convincente.

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      rolandoastarita

      06/07/2011 at 10:20

  9. Interesante artículo. Me queda una duda ¿Como explica Marx cuando las empresas pierden dinero? Esta pregunta es crucial para toda la teoría marxista porque si tomamos a la plusvalía como una teoría válida, se desprende que si una empresa pierde dinero la plusvalía debe ser negativa (!). Otra cosa que me llama la atención es que critique el enfoque individualista como si fuese un capricho de la escuela neoclásica, cuando Max Weber (uno de los fundadores de la Sociología) tomó ese mismo enfoque en sus estudios de la sociedad.

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    Francisco

    06/07/2011 at 03:52

    • De la teoría de la plusvalía no se desprende que las empresas siempre tengan ganancias, o no puedan experimentar pérdidas. Por empezar, en períodos normales siempre hay empresas atrasadas tecnológicamente que no pueden resistir la competencia, y van a la quiebra. Y durante las crisis las pérdidas suelen ser generalizadas. Si hay una crisis de sobreproducción, los valores no se pueden realizar, bajan los precios, y las empresas no pueden cubrir siquiera los costos.
      Por otra parte, en la nota no busqué criticar a todas las corrientes y pensadores que adoptan el individualismo, sino a su adopción por parte de los neoclásicos. Es cierto que Weber tiene un enfoque individualista. El grupo en Weber es concebido simplemente como conglomerado de individuos o de actos individuales. El sentido del grupo se reduce al sentido subjetivo de las acciones individuales, llamadas sociales. También en otros autores; por ejemplo, en Pareto cuando incursiona en la sociología, el conocimiento del hecho social se identifica con el estudio de la naturaleza de los hechos individuales. Pero todo esto exigiría un estudio más amplio, para el cual no estoy capacitado. Por esto me limito a los neoclásicos.

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      rolandoastarita

      06/07/2011 at 10:14

  10. Una crítica a la economía neoclásica – y no sólo a ella – se puede leer en el libro de Steve Keen «Debunking economics», que acaba de conocer una segunda edición ampliada. Gran parte de su contenido puede consultarse en su blog .En inglés, por ahora. Para Keen la corriente neoclásica es un programa de investigación degenerativo, en el sentido lakatosiano del término, que se mantiene en pie no sólo por intereses ideológicos sino también por la ausencia de alternativas suficientemente comprehensivas.En mi modesta opinión tiene razón. Teniendo en cuenta lo que se enseña en la Universidad en los niveles básicos e intermedios de Economía todo lo que dice es muy oportuno. Y merecería una traducción.

    También hay cosas interesantes de Bernard Guerrien traducidas al español . Y por supuesto está «el Diego Guerrero». Pero conviene recordar que van contra la «economía de manual», que hay formulaciones neoclásicas que no son reducibles a sus críticas, lo que no quiere decir que sean inexpugnables, por supuesto.

    En la página de Samuel Bowles del Santa Fe Institute hay una traducción en español de su «Microeconomía. Conducta,Instituciones y Evolución». Samuel Bowles fue socialista – y marxista- y es coautor con Herbert Gintis de un clásico marxista en sociología de la educación- «Schooling in capitalist America» que ha envejecido muy bien.Hoy se incluyen en la corriente llamada «behavioral economics» , o sea son neoclásicos postwalrasianos. Ya no son los «radicals» que fueron , aunque desgraciadamente Gintis ha llegado mucho más lejos que Bowles – leánse sus recensiones en Amazon- pero es gente seria y, teniendo en cuenta lo que son las facultades de economía y las escuelas de negocios realmente existentes , hombres de izquierda les guste o no.
    El libro, traducido al ruso, chino, italiano… no es realmente un manual de microeconomía , y de hecho se ha usado en cursos de posgrado , requiere un nivel de matemáticas intermedio, incluida teoría de juegos. Absolutamente recomendable con las adverrtencias anteriores, aunque en temas particularmente sensibles a un lector socialista no esté a la altura de la bibliografía citada , por ejemplo el gran libro de Gregory Dow sobre el control obrero.

    Me dicen que Fabio Petri no se quiere jubilar sin publicar su manual de microeconomía avanzada … En Argentina tengo entendido que tiene muchos amigos , así que tendrán noticias suyas.

    En el blog «Socialdemocracy for the 21st century: a postkeynesian perspective» de un tal Lord Keynes – que si es sólo un tipo tiene que una tener capacidad de trabajo formidable- puede abrevarse una enorme cantidad de material crítico- auténtica erudición- sobre la corriente austriaca, muy poderosa entre la intelligentsia media de la derecha estadounidense. De hecho el blog debería llamarse algo así como «Anti-austrian economics». Lord Keynes contesta prácticamente uno por uno a los posts de sus contradictores. A veces hay que tirar de diccionario, mi inglés se oxida, pero merece la pena ver rabiar a los doctores Pangloss del neoliberalismo…

    En fin.

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    Karl Mill

    06/07/2011 at 19:23

  11. Estoy tratando de recopilar algunos puntos muy generales pero a la vez fundamentales de teoría económca, que me permitan concentrar objeciones básicas a la economía vulgar, en una breve lista que explique sencillamente estos puntos. Leyendo El Capital he encontrado tres: el hecho de que el intercambio capitalista no es trueque; el hecho de que el valor no puede producirse en el ámbito de la circulación para la economía como un todo; y ligado a lo primero, la refutación de la idea de que las crisis de sobreproducción generalizada son imposibles.
    Creo que esto puede explicarse de un modo accesible para cualquiera, y que tiene la virtud de deslegitimar los fundamentos de toda la economía vulgar anterior y posterior a Marx. Por eso pienso difundirlo en algún sitio popular de internet.
    Lo que me gustaría pedirle a Rolando y a cualquiera que pueda hacerme una recomendación, es solamente que me señalen algún otro punto que deba investigar para completar esta lista.
    Muchas gracias.

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    Ezequiel

    07/07/2011 at 15:08

    • Es difícil aconsejar sobre algo que por lo general se va definiendo a medida que investigamos. De todas maneras te recomiendo también estudiar la crítica que han hecho los autores de Cambridge a los neoclásicos. En particular, hay una cuestión que merece una especial atención crítica, es la idea neoclásica de que se remunera a los «factores» según su productividad marginal. Es curioso cómo cuando le pregunto a los alumnos qué evidencia empírica tienen de que los salarios se paguen según la productividad marginal del trabajo, casi inmediatamente todos reconocen que no hay ninguna. La cosa se hace más evidente cuando se les señala que en la realidad siempre se está discutiendo sobre la canasta básica, esto es, sobre algo que estaría bastante próximo a la noción de valor de la fuerza de trabajo. No obstante, cuando en las clases de micro o macro se les dice que los salarios se determinan según la productividad marginal, se acepta la idea sin cuestionamiento. Ahora bien, si se acepta que los salarios se fijan según el valor de la fuerza de trabajo, también se cae buena parte del edificio neoclásico.

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      rolandoastarita

      08/07/2011 at 09:20

    • Gracias, hasta ahora no he profundizado en ese punto, espero que pueda entenderlo lo suficiente como para simplificarlo, voy a releer sus artículos.
      Saludos.

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      Ezequiel

      08/07/2011 at 19:11

  12. Que difícil es estudiar economía cuando te presentan estas cuestiones. Yo en la carrera de sociología vivo una contradicción que no se resalta mucho y tiene que ver con lo que está expuesto acá. Parten del individuo como un ser pre social, como dice usted aquí, y sin embargo voy a cursar otras materias y me hablan sobre que el hombre es un ser social. Lo remarcás en clase y hablas sobre las clases sociales y sus contradicciones y te mirán como si fueras un trasnochado marxista que quiere hablar de la revolución y sólo estás presentando un problema en la coherencia sobre este tema.
    Después se puede hablar sobre las características del mercado y también tenés que aceptarlo sin chistar. Porque así es el modelo teórico te dicen. Pero este modelo teórico no existe. Ellos dicen no importa, es para aprender el método. Pero creo que se puede entender al mercado sin aceptar supuestos que nunca se concretan, no?
    En fin, me plantee hacer un trabajo sobre este tema y lo que viene escribiendo desde hace un tiempo para esta parte me viene muy bien. Saludos!

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    DNCIDO

    08/07/2011 at 17:05

  13. Profesor una pregunta respecto al texto. Usted explicando el modelo IS-LM dice que: ¨Es que los individuos y las empresas pueden esperar que la caída del déficit provoque una caída mayor de las tasas de interés en el futuro¨ porque los individuos y empresas podrían esperar ese efecto del ¨saneamiento fiscal¨ sobre la tasa de interes?

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    alfonso

    30/03/2013 at 15:21

    • Si cae el déficit se supone que disminuye la demanda de créditos (si el déficit se cubre con deuda), lo cual debería favorecer la baja de la tasa de interés (en la teoría de Marx, la tasa de interés depende de la oferta y demanda de créditos).

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      rolandoastarita

      30/03/2013 at 17:39

  14. Cuando hay crisis, hay desvalorización del capital y de la mano de obra, si el valor es algo objetivo, producto de la aplicación del trabajo, y solo la tecnología hace que las mercancías disminuyan su valor relativo (las mercancía se crean con menor esfuerzo y en menor tiempo), se debe llegar a la conclusión que en tiempos de crisis, no es una perdida de valor lo que ocurre, sino mas bien una baja en el precio de mercado porque los valores ?

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    alfonso

    31/03/2013 at 01:33


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