Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

IDH y pobreza, silencio K-progresista

with 32 comments

El Informe 2011 sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ha sido silenciado por la prensa oficial, y apenas mencionado por los medios opositores. Lo interesante de este informe es que muestra a las claras que, si bien hubo una mejora en los índices argentinos, no existe ningún elemento para afirmar que haya habido algo distintivamente progresivo en el curso económico social del país en los últimos años.

El PNUD elabora desde 1990 el llamado Indice de Desarrollo Humano, que resume los datos sobre esperanza de vida, matriculación escolar e ingreso en un solo indicador compuesto. Se pueden hacer muchas críticas a este índice -que se inspira en la obra de Amartya Sen- pero de todas maneras es preferible a la forma tradicional de medir la pobreza, que solo considera el ingreso. La idea detrás del IDH es tomar en cuenta las condiciones de vida y las capacidades de funcionar (tener educación, salud, etc.) de que disponen las personas con determinado ingreso. El PNUD también corrige este índice según el grado de desigualdad de los países; y elabora un índice de desigualdad de género. Pues bien, en 2010, con un IDH de 0,775 Argentina ocupaba el puesto número 46 a nivel mundial. Pero ajustado por desigualdad, Argentina pierde 11 puestos, y el índice baja un 19,7%, a 0,622. En cuanto a desigualdad de género, Argentina se ubica (dato 2008) en el puesto número 60, con un índice de 0,534.

Más interesante es observar las tasas de progreso del IDH en los últimos 30 años. Entre 1980 y 1990 la tasa anual de crecimiento fue del 0,56%; entre 1990 y 2000 fue de 0,64%; y entre 2000 y 2010 del 0,55%. Es llamativo entonces que la tasa anual promedio de los 90 haya sido superior a la tasa anual de los 2000; y que ésta haya sido casi igual a la de los 80. Lógicamente, en esta baja tasa de la última década tiene gran incidencia la crisis de 2000-2002. Por eso es conveniente desagregar entre 2000 y 2005, y entre 2005 y 2010. El resultado es que en la primera mitad de la década el índice mejoró 2,2%, en tanto que entre 2005 y 2010 avanzó 3,5%. Existe una mejora significativa entonces entre 2005 y 2010. Pero no es sustancialmente distinta de lo que sucedió en América Latina o el resto del mundo, ya que en ese lapso el IDH en América Latina y el Caribe aumentó 3,4%; y a nivel mundial se incrementó 3,3% (debe tenerse en cuenta que muchos países importadores de alimentos se vieron muy afectados a partir de 2007 por el alza de los precios de los alimentos). Esto ratifica lo que hemos venido diciendo en otras notas: las mejoras de los ingresos de los sectores más pobres y los asalariados han estado vinculadas a la recomposición de la acumulación del capital en Argentina, que también ocurrió en América Latina, y no a una particular política “progresista” del gobierno K. Por lo menos no hay nada que pueda considerarse cualitativo, con respecto a tantos otros países. Tal vez esto explique entonces el silencio oficial alrededor del informe PNUD 2011 sobre desarrollo humano. Tampoco el progresismo izquierdista K hizo mención del asunto. ¿Será por no “hacerle el juego a la derecha”? ¿O están muy ocupados corriendo detrás de puestos bien pagados en el Estado, como para ocuparse de “menudencias”?

No a los índices del PNUD, sí a los del INDEC

En cualquier caso, y como suele suceder con los datos que “molestan”, los medios oficiales y el discurso oficial se conjugaron para tapar el informe del PNUD y seguir dando “bombo” a los índices del INDEC, según los cuales la pobreza de las personas en Argentina es menor al 10%, y la de los hogares inferior al 7% (diciembre 2010, Encuesta Permanente de Hogares, conglomerados urbanos). Claro que para lograr semejante cifra el INDEC ha establecido que una familia compuesta por dos adultos y dos niños no es pobre si recibe un ingreso de por lo menos $1253; y no es indigente si recibe $578. Tampoco sobre esto escucho discutir o criticar a nuestro “progresismo izquierdista K”. Pero la pregunta es elemental. ¿Qué familia puede alimentarse y sobrevivir con $578 por mes? ¿Puede encontrarse alguna familia que gane, por ejemplo, $1500 por mes, que no se considere pobre? Las canastas de pobreza e indigencia del INDEC son sencillamente un grosero insulto a la inteligencia de cualquiera. Al respecto recordemos que el concepto de pobreza es, en primer lugar, histórico y social, como señalaba Marx. Esto es, hay que incorporar a la canasta básica aquellos bienes que hacen a una reproducción de la fuerza de trabajo tal como está determinada por las condiciones sociales y el desarrollo de las fuerzas productivas. Una canasta básica no puede dejar de considerar la necesidad de disponer de ciertos electrodomésticos, de esparcimiento, o de educar a los hijos, y similares. Por eso los cálculos de la canasta básica realizados por CTA, CGT, Sindicato de Trabajadores de la Alimentación, Facultad de Ciencias Económicas de Rosario, entre otras instituciones, dan canastas que oscilan entre los $4000 y $5000 mensuales, por lo menos, para una familia tipo. Pero según los datos del INDEC (diciembre 2010), y según la escala de ingresos totales familiares, el 30% de los hogares recibe menos de $2180 mensuales, y el 60% menos de $4040.

A pesar del silencio, la realidad es que una gran masa de la población está desempleada o subempleada (entre ambos ítems, más del 15%), y otra parte importante está empleada, pero en trabajos informales o precarios (más del 35% de los que trabajan). Esto es un producto genuino de las leyes del capital, y de la acumulación, que al transformar en uno de los polos los medios de producción y de subsistencia sociales en capital, genera en el polo opuesto a la masa de asalariados, de “pobres laboriosos” libres, y a los ejércitos de desocupados (El Capital, cap. 23 t. 1). Que es exactamente lo que sucede en Argentina. A fines de 2010, y por totales de ingresos familiares, el 10% más pobre recibía el 1,8% del ingreso total, en tanto que el 10% más rico el 28,7%. Según la escala de ingresos individuales, el 50% más pobre ganaba el 22,5% del ingreso total, mientras que el 20% más rico ganaba el 47,4%. El tema es importante también para la evaluación de la pobreza. Es que no solo se es pobre en relación al nivel del desarrollo de las fuerzas productivas, sino también en relación a la riqueza que se acumula en el polo de la clase dominante. Como alguna vez explicó Marx, si poseo una casa, pero al lado se construye un palacio, mi casa pasa a ser una choza.

Por último, vuelvo a preguntar. ¿Por qué nuestro progresismo K tampoco reflexiona sobre el significado de estas cifras? ¿Será que una reflexión semejante también es “hacerle el juego a la derecha”? Mi respuesta es que minusvalorar la pobreza y las necesidades que padecen amplios sectores de la población, ocultar datos, tapar o menospreciar el altísimo grado de explotación que existe en Argentina, solo es funcional a los intereses de la clase dominante, de conjunto, y contribuye a embotar las conciencias. Aunque se quiera disimular este hecho con consideraciones “táctico-políticas”. Y aunque algunos, incluso, quieran posar de marxistas.


Descargar en formato Word:
IDH y pobreza, silencio K-progresista

Written by rolandoastarita

26/04/2011 a 10:45

32 respuestas

Subscribe to comments with RSS.

  1. Sí, el silencio con respecto a este informe y estadísticas es brutal. Lo mismo que el ocultamiento y negación K de la verdadera cifra de inflación, que se esta «comiendo» los magros salarios e ingresos de la mayoría de la población trabajadora, y empeorando -lenta pero persistente y ostensiblemente- sus condiciones de vida y posibilidades de reproducción de la fuerza de trabajo. Saludos.

    Me gusta

    Armando

    26/04/2011 at 21:27

  2. Clarisimo y contundente. Es una confirmación sintética que demuestra que este «modelo» se sostiene en la superexplotación de la clase trabajadora.
    Considero que es más que evidente que este gobierno k es un fiel representante del capital. Pero a su vez tambien veo como un grueso de la clase trabajdora se «asusta» o corre por derecha a los k y sus medidas de «izquierda». Es decir, si bien la situación de la superexplotación habla por si sola el retraso político de un gran numero de trabajadores es preocupante.

    Me gusta

    dani

    26/04/2011 at 21:42

    • Buena apreciación dani.

      Me gusta

      Hernan

      27/04/2011 at 02:22

    • ¿Desde donde decis eso? Me refiero a por que te parece especialmente «atrasada» la clase obrera. Decime UNA medida de izquierda que hayan tomado los K… Sera que tuviste una discusion con algun laburante respecto del «matrimonio igualitario», o respecto de las «ley de medios», o incluso respecto de «6,7,8»? Donde yo si veo atraso en las universidades (quizas en esto te sientas tocado) donde el «movimiento estudiantil» esta enamorado de los K y su politica de superexplotacion, porque les esta permitiendo ubicarse en algun puestito en la «facu»(carguito administrativo, docente, o un oscuro etc.) Yo creo que tenes un kirchenerismo no admitido, sali del closet… y listo. Pero no hables del atraso de los trabajadores.

      Me gusta

      lisandro

      07/05/2011 at 11:55

  3. Buen artículo Rolo. Supongo que gran parte del progresismo k se metió en un laberinto cuando bancó la intervención del Indec y ahora no puede salir de él, menos en pleno año electoral. Pero no me interesa tanto lo q tengan para decir ellos. Es mas importante qué hacemos los q coincidimos con un diagnóstico parecido al tuyo. Hay muy buenos diagnósticos sobre la situación económica nacional, sobre problemas q persisten y que no se resuelven, y existen propuestas para intentar resolverlos. Lamentablemente las estrategias políticas y la reflexión sobre estas no me parecen en el mismo nivel. Saludos.

    Me gusta

    Gus

    27/04/2011 at 05:20

  4. Interesante artículo. De todos modos uno debe analizar las cosas con perspectiva histórica, y ver cómo estaba la Argentina en 2001.
    Respecto de la «superexplotación de la clase trabajadora» del comentario, me parece que hay que leer otros economistas además de a Marx. El capitalismo es un sistema «amoral» (ni inmoral, ni moral), en tanto sistema económico tecno-científico. Los seres humanos son los morales o inmorales. No hay que «moralizar la economía» sino a los seres humanos y a la sociedad. Supongo que no se entiende mucho lo que puse, pero tampoco puedo extenderme demasiado en un comentario.
    Gracias por el aporte!

    Me gusta

    • Buen post, se necesita un poco de sentido común de vez en cuando. Los kirchneritsas se quejan de la «cadena privada de medios» pero de a poco han ido construyendo su propia versión de lo mismo, con sentido inverso, mientras la proclamada «apertura a nuevas voces» nunca incluye la opinión de izquierda.
      Por otro lado, Roando, va el mangazo: un post (o seguidilla de posts) analizando más en detalle aspectos de la economía argentina desde tu perspectiva marxista, más en particular, m,e gustaría saber cuáles son desde tu punto de vista las causas actuales de los incrementos de precios que se observan y cómo se articulan con la ley del valor.
      Y gracias por no parecerte a otros espacios de izquierda que escriben palabras como «traidor» dos veces por oración.

      Aníbal.

      Me gusta

      anibal

      27/04/2011 at 12:47

    • Una dificultad que tenemos para estudiar la economía argentina es el INDEC. Además de los datos falsos, hay muchísimas series que están descontinuadas desde 2006. Es desalentador. También es indicativo del carácter lumpen de esta gente. Proclaman a los cuatro vientos que el Estado debe tener más intervención en la economía, pero el Estado no hace nada para conocer qué sucede en la economía. De todas maneras estoy recopilando con paciencia datos. Por otra parte en el último libro (Economía política de la dependencia) dediqué dos capítulos a discutir por qué se ha dado esta alternancia de períodos con tipo de cambio alto y bajo en Argentina en los últimos 30 años (ahora estaríamos en una transición a un tipo de cambio más bajo, pero está compensado hasta cierto punto por la caída del dólar y la revalorización del euro y el real). Y también a discutir aspectos de la acumulación capitalista en el agro. Tal vez te sean de interés.

      Me gusta

      rolandoastarita

      27/04/2011 at 13:14

    • Es casi una constante que después de una gran crisis haya una recuperación de los niveles de vida y baja de pobreza e indigencia. No depende de las políticas sociales de los gobiernos. Entre 1989-90 y 1994, bajo el menemismo, hubo una fuerte baja de la pobreza en Argentina. Esto explica buena parte del voto de los sectores de menos ingresos por Menem en 1995. Esa caída en los niveles de pobreza se debió a la recuperación económica, luego de la crisis de hiperinflación. A partir de la recuperación de 2002 también empieza a bajar fuertemente la pobreza. De hecho, baja a una tasa muy rápida ya con el gobierno de Duhalde. Lo importante es observar que en el largo plazo ha tendido a estabilizarse una mayor desigualdad en los ingresos (por ejemplo en relación a los años 60 y 70, incluso los 80) y un alto nivel de pobreza.
      En cuanto al concepto «superexplotación», en Marx remite a la idea de que no se paga por el valor de la fuerza de trabajo. Por último, coincido en que hay que leer a muchos economistas. En mis clases en Económicas de la UBA o en Quilmes acostumbro presentar siempre a los alumnos varias corrientes, tales como neoclásicos, keynesianos de diversos matices, institucionalistas de izquierda o derecha, estructuralistas y marxistas. Pero no encuentro esa amplitud de puntos de vista en la mayoría de los cursos del mainstream económico.

      Me gusta

      rolandoastarita

      27/04/2011 at 12:48

  5. Por fin leo algo razonable , anoche cuando escuché a Timerman & Cia hablar del modelo Kirchnerista, en el lamentable programa de TN y conociendo una gran cantidad de gente que busca empleo y otra gran cantidad de gente que opta por contactarse con los políticos K para terminar teniendo un sueldo , sueldito o sueldazo , según sea el nivel de relación( no el de conocimientos) me indigné porque salta a la vista que el empleo no es el 7,5% , si fuera así ya podrían ir terminando con esas improductivas cooperativas que organizan para pagar $1200, o con los planes , y otros subsidios y dejar sólo el subsidio para la niñez . .Sufro el desempleo en varios familiares y me cuesta aceptar que cualquiera diga en los medios cualquier dato para hacer publicidad al gobierno

    Me gusta

    susana

    27/04/2011 at 15:39

  6. Rolo:
    El artículo es simple y aporta a quienes nos vemos obligados a discutir día a día tanto con los fervientes defensores del “modelo” como con quienes lo desechan (por izquierda o derecha) sin tampoco dar argumentos basados en cuestiones terrenales.
    Es casi imposible conseguir datos serios que aporten a un análisis mas detallado (tendremos que olvidarnos del INDEC por otros 4 años al menos) por eso me parece muy valioso el aporte que realizas desde este espacio.
    Es paradigmático la conversión sufrida por innumerables docentes antes progresistas o marxistas y su apoyo a las medidas económicas del “gobierno popular” repitiendo de memoria los datos del improbable INDEC.
    El blog se ha convertido en un espacio ineludible para reflexionar más allá del bombardeo mediático y de los planteos consignistas y oportunistas de nuestra izquierda revolucionaria.

    Me gusta

    Pablo F

    27/04/2011 at 20:36

  7. Compañero Rolo. Me agradó superlativamente su artículo, no solo por que desmitifica el ‘milagro kirchnerista’ sino, por que enfrenta sin tapujos la demagogia gubernamental. El trabajo, articula debidamente la condición actual de los trabajadores con la tendencia al empeoramiento que discurre por las últimas cuatro décadas. En ese sentido, el modelo kirchnerista no representa ninguna ruptura substancial con el pasado ni justifica la servil pleitesía que le presta toda la corte de plumíferos y charlatanes pagos y gratuitos, entre ellos, buena parte de la intelectualidad y militancia de izquierda que hoy se arrastra por los despachos oficiales, por estiptiquez de ideas o mera venalidad.
    Sería hora de que los que quedamos de pié y no estamos dispuestos a vender nuestros ideales y hasta nuestro más básico honor por veinte monedas, unamos fuerzas para enfrentar la mentira organizada con la confianza puesta en que solo la verdad es revolucionaria.
    Le envío un cordial saludo comunista.
    Gracias.

    Me gusta

    AP

    27/04/2011 at 23:04

  8. ¡Muchas gracias por la respuesta! Mi formación en economía es muy deficiente, luego trataré de hacerte algunas preguntas recurriendo a citar de autoridad, ya que es inevitable al no saber mucho sobre el tema.
    Me alegra poder intercambiar ideas para llenar huecos en mi aprendizaje.
    Saludos!

    Me gusta

    Dialogos

    28/04/2011 at 10:17

  9. Ahí te estoy siguiendo… gracias por el blog!!

    Me gusta

    Dialogos

    28/04/2011 at 10:26

  10. Me gustaría que me aclares este fragmento de Comte-sponville (el tipo es filósofo, no economista):

    “Esta amoralidad profunda del capitalismo no basta para condenarlo. Primero, porque es la de la economía, en general, de la que apenas se puede prescindir. Luego, porque ya no tenemos, que yo sepa, modelo alternativo creíble que oponer al capitalismo. (…) Es forzoso reconocer que la racionalidad inmanente y amoral del capitalismo le hizo prevalecer contra la moralidad pretendidamente razonable y trascendente (porque procedía de otro orden: del orden político) del socialismo supuestamente científico.

    El objetivo de Marx, en el fondo, fue moralizar la economía. Quería que el orden “tecno-científico” estuviera sometido al orden “moral”. Es lo que se discute, en su obra, en torno a las nociones de alienación y explotación. Están en la frontera entre la economía y la moral (…) Como buen materialista, piensa que los hombres se mueven, en primer lugar, por su interés o por lo que juzgan ser tal (…) ‘Los individuos persiguen únicamente su interés particular, el cual, en su opinión, no coincide en absoluto con el interés común’ (La ideología alemana)… Ahí es donde reside la dimensión utópica del marxismo. Para que el comunismo, tal como Marx lo había concebido, tuviera una oportunidad de éxito, era necesaria al menos una cosa: que los hombres dejen de ser egoístas y pongan finalmente el interés general por encima de su interés particular. Si se lograra esto, el comunismo tendría una oportunidad de éxito. De otra manera, no. Era, pues, inevitable que fracasara (es fácil decirlo retrospectivamente…). (…)
    Por tanto, era poco más o menos inevitable que el comunismo se volviera totalitario, porque fue necesario imponer por la fuerza lo que la moral, muy rápido, se reveló incapaz de obtener. Fue así como se pasó de la hermosa utopía marxista, en el siglo XIX, al horror totalitario que todo el mundo conoce, en el XX. Había que renunciar al sueño o transformar a la humanidad. Se acometió la transformación (propaganda, lavado de cerebro, campos de reeducación, hospitales psiquiátricos…), y fue el sangriento fracaso que conocemos.

    La genialidad del capitalismo, al contrario, o más bien (porque nadie lo inventó) su propia lógica, su esencia actual y activa, como diría Spinoza, su potencia intrínseca (su conatus), consiste en no pedir a los individuos nada distinto, para funcionar más o menos, que ser exactamente lo que son.

    Aclaración: Comte-sponville distingue, RACIONALMENTE, 4 órdenes distintos (que obviamente no funcionan separadamente, por eso “distingue”, no “separa”: 1) orden tecno-científico; 2) jurídico-político; 3) moral; 4) ético… agrega un 5to para quienes creen en Dios (el religioso).

    Me gusta

    www.dialogandodemiconmigo.blogspot.com

    28/04/2011 at 20:15

    • Se me permite la intromisión al sujeto de su interrogante. La cita que usted presenta, en apretada síntesis, dice que el capitalismo carece de moral trascendente. Es la mera expresión racional de la esencia humana: El egoísmo. En contraposición, el marxismo es un puro idealismo ético que contraviene esta racionalidad antropológicamente dada y por consiguiente una utopía irrealizable. El sentido de lo expuesto es tan superficial y banalmente explícito que no requiere de mucho esfuerzo en la interpretación. Distinto sería preguntar cuanto hay de cierto en estas afirmaciones. Comte Sponville es un filósofo ateo caratulado de materialista y de izquierda. Pero si se hurga un poco bajo la cáscara, se encuentra rápidamente un idealista que encontró formas ingeniosas de marketing para vender viejas y rancias mentiras bajo el manto de nuevas verdades aptas al gusto de snobs intelectuales y defensores sutiles del sistema capitalista. Su ateísmo es una formal renuncia a Dios, para proyectarlo en el principio inmutable del bien encarnado en el estado, herramienta suprasocial destinada a combatir el egoísmo inherente a la sociedad y expresado en las relaciones de mercado que el filósofo de marras defiende como el alfa y omega de la creación humana.
      Políticamente hablando, un liberal conservador de pura cepa, que no requiere de confesarse ante dios.
      Filosóficamente hablando, se manifiesta admirador de Spinoza, pero en la práctica se inspira en los imperativos categóricos de Kant y los ideales judeo cristianos. Su crítica a Marx, quien supuestamente reconoce el egoísmo como principio rector de las acciones humanas, obvia que los seres humanos se hallan divididos en clases sociales y que es bien distinto el egoísmo del esclavista que el del esclavo y en ambos casos no impiden que se agrupen en razón del interés común, los unos contra los otros, los primeros defendiendo la desigualdad, el privilegio, la apropiación del trabajo ajeno, los segundos, la igualdad, el bien común, la solidaridad, la apropiación íntegra del fruto de su trabajo físico e intelectual, en última instancia, el reparto proporcional a la necesidad del plusproducto generado por el trabajo social. El hecho de que en la lucha milenaria de las clases y castas opresoras y explotadoras, contra las masas oprimidas y explotadas, las primeras hayan triunfado, es erigido por el filósofo en supremo criterio de verdad y racionalidad, apto a la demostración de la imposibilidad de subvertir ese estado de las cosas.
      En esta lucha, bajo el pretexto del ‘moralismo trascendente’ del marxismo, el filósofo se alinea sin ambages con el ‘realismo capitalista’, pero no ofrece más prueba de la cientificidad de su concepto, que no sea la influencia ordenadora del mal (egoísmo) contenido en todos los hombres, es decir un principio moral encarnado. Para Marx, en cambio, la naturaleza humana no es más que la expresión intelectualizada de las relaciones de producción que imperan en una sociedad. El hombre no es bueno o malo, sino expresión de estas relaciones y la moral revolucionaria se deriva de la lucha consciente de los explotados contra los explotadores, solo por su intermediación será posible la liberación de la humanidad toda, la abolición de la esclavización del hombre por el hombre y la extinción de la moral de clase. En este último sentido, queda claro que moral defiende Comte-Sponville y quienes tributan a su filosofía.

      Me gusta

      AP

      29/04/2011 at 23:29

    • Está muy bueno tu aporte, ¡muchas gracias! Entiendo y en gran medida comparto lo que decís de Comte-Sponville. También debemos admitir que lo mío fue una síntesis polémica para discutir algunos puntos. Es interesante leerlo porque el tipo es una suerte de sentido común sofisticado que expresa lo que muchos piensan. Sé más o menos quién es. Bourdieu lo calificaba de «fast-thinker», de intelectual televisivo que piensa con «ideas preconcebidas»; etc. También es cierto que el sociólogo francés no se bancaba mucho ni a C-S ni a sus amigotes: Luc Ferry, Finkielkraut, Zarkozy (hoy presidente), etc. Ni a Marcel Gauchet (este último me parece un intelectual muy interesante, más allá de lo ideológico). De todos modos me gustó leer «El capitalismo, ¿es moral?», porque es muy didáctico. Está clarísimo que no podemos comparar ese libro con obras realmente grosas como la de Marx, Polanyi o Braudel, ¡pero leerlas da más trabajo! Jeje.

      Me gusta

  11. Me permito reflexionar sobre algunos equívocos que encuentro en este texto:

    1) Para empezar, parece ignorar el funcionamiento del Índice de Desarrollo Humano. Según Astarita, el IDH “es preferible a la forma tradicional de medir la pobreza”. El problema es que este índice directamente no tiene ninguna utilidad para medir la pobreza. Se compone de tres variables (niveles de alfabetización, de esperanza de vida, y PBI per cápita) cuyo peso se reparte por igual para el cálculo del IDH de un país. Según Astarita, “la idea detrás del IDH es tomar en cuenta las condiciones de vida (…) de que disponen las personas con determinado ingreso”. Eso también es falso, el IDH no discrimina según tipo de ingreso. A lo sumo, el IDH es una “nota” que se le adjudica al país (así, en general, al “país” como un todo homogéneo) en función de esas tres variables.

    2) Lo más grave es lo que sigue. Astarita sostiene que el IDH en los últimos años en Argentina se comportó del mismo modo que en el resto del mundo, de lo cual deduce que no existe ninguna política progresista de los K. Aquí hay otro “desconocimiento” grave: el IDH no puede ser utilizado para analizar comportamientos de pocos años. No hace falta ser un especialista en estadística, sino leer con algo de cuidado el IDH. Si un tercio del IDH está compuesto por la esperanza de vida de la población, es básicamente imposible que ningún gobierno logre modificar sustancialmente esa variable. Algo similar vale para el nivel de alfabetización. De modo que es cierto que durante el gobierno K el ritmo de crecimiento del IDH fue similar al del resto de los países, y que también es similar al ritmo de crecimiento durante los ’90. Pero Astarita podría ir un poco más allá, y encontraría que, de hecho, el IDH en Argentina viene creciendo al mismo ritmo desde… 1970! O sea, ni siquiera la dictadura militar incidió significativamente en el IDH! (ver gráficos 1.3, 1.4a y 1.4b del Informe sobre Desarrollo Humano en Argentina 2010)
    Esto puede implicar que, a fin de cuentas, el IDH no dice demasiado. Y es cierto. Al fin y al cabo, se usa para decir que Noruega tiene el mayor IDH, y que a Zimbawe no le va nada bien, lo cual no es precisamente un gran hallazgo. El punto es que el IDH no pretender ser más de lo que es. En cambio, Astarita lo quiso convertir en otra cosa, para desgracia de la estadística. El IDH sólo pretende comparar características generales de los países, y sólo a muy largo plazo permite ver cambios dentro de un mismo país (de hecho, el IDH establece comparaciones en plazos de 40 años). Decir que el gobierno K no produjo crecimientos significativos en el IDH, equivale a “acusar” a los K de sólo haber subido la esperanza de vida de la población de 73,8 a 76,1 años. Es cierto, no es un crecimiento descomunal. ¿Deberían, quizás, haber prohibido la muerte? Es una buena consigna para un programa trotskista.

    3) El propio programa de las Naciones Unidas admite que el IDH no se vincula con los niveles de igualdad o desigualdad de un país. De hecho, sólo aquéllos países que estaban en situaciones sociales dramáticas (esperanza de vida de 40 años, niveles de analfabetismo casi totales), pueden registrar crecimientos significativos en su IDH. El propio informe advierte que “pasar de una esperanza de vida de 40 años a una de 50 o 60 puede hacerse relativamente rápido (gracias por ejemplo a la masificación de la vacunación), mientras que expandir la esperanza de vida de 80 a 90 años es más difícil”.
    El PNUD comenzó entonces –recientemente- a vincular el IDH con la desigualdad en la distribución de salud, educación e ingresos. No es una medición directa de la desigualdad, sino una relativización parcial del IDH en función de ciertos parámetros de desigualdad. Pero algo es algo. Así y todo, el informe sostiene que “luego de 2001 hubo una tendencia a la disminución de la desigualdad en el desarrollo humano. Después de alcanzar el valor de 4,9% en 2001, la reducción porcentual del IDH cayó a 4,4% en 2006, y a 4% en 2009” (pág. 105 del informe). Tampoco es que eso sea la gran cosa. El mismo informe, sin embargo, no se priva de advertir que medidas como la Asignación Universal por Hijo tendrán una incidencia.

    4) Finalmente, para tranquilidad de la pregunta que motivó a Astarita, los medios oficialistas sí parecen haber tomado nota de este informe, destacando sólo algunas cosas, claro: http://tiempo.elargentino.com/notas/argentina-hay-una-reduccion-sistematica-de-desigualdad

    Pero la pregunta que deberíamos hacernos, sin embargo, es por qué en este blog se leyeron con tanto equívoco las cifras. ¿Será mayor la urgencia que el análisis? En todo caso, no sigamos bastardeando el rigor analítico. De lo contrario, este blog tendrá el efecto inverso al previsto, pues nos llevará a pensar que, si se manejara desde aquí, el INDEC podría estar, todavía, mucho peor…

    Me gusta

    Pablo

    29/04/2011 at 00:36

    • El índice no tiene ninguna utilidad para medir la pobreza si se mide la pobreza según el método neoclásico tradicional. Por ejemplo, se dice que una persona no es pobre si recibe más de US$1,25 por día (o más de US$ 2). De la crítica a esta manera de medir la pobreza que hace Amartya Sen se deriva el IDH. La idea es que hay que preguntarse qué capacidades y funcionamientos logran los individuos con ese ingreso. Cuando se introduce esta variable es que, por ejemplo, aumenta la cantidad de pobres en el mundo, con respecto a la medición que tradicional neoclásica. Medición a la cual parece adherir buena parte del progresismo K, lamentablemente. Por otra parte, al país se le adjudica un determinado índice de IDH, como un todo homogéneo. Pero ese IDH se corrige también por desigualdad del ingreso.¿Por qué? Pues porque se considera que entre dos países con igual índice, hay más gente en condiciones peores en el país con mayor desigualdad de ingresos. Argentina baja 11 puestos cuando se corrige el IDH por desigualdad de ingresos.
      Tercero, el comportamiento similar de Argentina con respecto al resto de América Latina ya lo había señalado con respecto a otros indicadores, como reducción de pobreza, o desigualdad en el ingreso. Surge también de las estadísticas de CEPAL. No es novedad. El IDH solo confirma el asunto. Con respecto al aumento del índice bajo el gobierno K, aumenta no solo por elevación de la esperanza de vida, sino también por aumento del ingreso. Por supuesto, jamás he negado que con las recuperaciones económicas mejoren los indicadores sociales. Pero esto también sucedió con la recuperación económica bajo el menemismo, entre 1990 y 1994. De hecho en ese período la pobreza bajó en mayor proporción que lo que bajó entre 2003 y 2007. De la misma manera, la tasa a la que bajó la pobreza desde mediados de 2002 a fines de 2003 (gobierno de Duhalde) fue mayor que la tasa a la que bajó la pobreza entre 2003 y 2007. Algo similar ocurre con la disminución de la desigualdad. Desde 2001 han disminuido los índices de desigualdad. Esto ya surge de las mediciones del INDEC. Pero no hay nada que distinga cualitativamente a Argentina al respecto, con relación a la evolución promedio que ha habido en América Latina desde 2003. Esto también se puede advertir en las estadísticas recogidas por CEPAL, y que he citado en otras notas del blog. En general, los índices de desigualdad tienden a bajar con las recuperaciones económicas.
      Cuarto, es una realidad que hubo un llamativo silencio sobre el informe PNUD 2010. Usted lo único que presenta como prueba en contrario de lo que afirmé es una nota de Tiempo Argentino. Por empezar, es bastante pobre como prueba de que se le dio importancia. Pero lo más interesante es que esa nota a la que usted remite no hace referencia al informe PNUD 2010. ¿No le llama atención que el índice que cita Tiempo Argentino no coincide con el que cité en mi nota? Tiempo Argentino no aclara que está haciendo referencia al informe elaborado recientemente en Argentina. Este último informe aplica una metodología distinta del que aplica el PNUD 2010. Esto se hizo para poder empalmar las series de Argentina con las de 1970. Es extraño que Tiempo Argentino no haya aclarado el asunto. ¿Es una prueba de «rigor analítico»?. Es extraño que usted cite esta nota de Tiempo Argentino como si hiciera referencia al informe PNUD 2010. ¿Una prueba de su «rigor analítico»?. Es extraño que ni Página 12, ni Tiempo Argentino, ni los otros medios de propaganda del gobierno (Canal 7, por ejemplo) hayan hecho referencia al informe PNUD 2010. ¿Esto se debe a «rigor informativo»?
      Todo apunta a la misma conclusión. Ocultan lo que no les conviene. Tiempo Argentino y Página 12 no informan sobre PNUD 2010 pero informan (20 de abril) sobre cómo bajó la pobreza y la indigencia en Argentina, basándose en las mediciones del INDEC. Seguramente, para usted la afirmación de que con 1300 pesos por mes una familia no es pobre, es una muestra cabal de «rigor analítico». De todas maneras, y al pasar, a propósito del INDEC, medición de pobreza e indigencia, e incidencia de la Asignación Universal por Hijo. ¿Se fijó cuánto bajó la indigencia a partir de la AUH, de acuerdo a las estadísticas del INDEC? ¿Será esto también una consecuencia del «rigor analítico»?

      Me gusta

      rolandoastarita

      29/04/2011 at 09:31

    • No me sorprende que Tiempo Argentino resalte algunas cosas y oculte otras (aunque sí está mencionando el informe del PNUD). Pero sí me sorprende que eso mismo ocurra aquí. Por ejemplo, usted bien dice que, al considerar la desigualdad en el IDH, Argentina baja un 19,7%. Pero no dice dos cosas: a) que el propio informe del PNUD dice que el promedio de todos los países es bajar un 22% cuando se considera la desigualdad (http://hdr.undp.org/es/estadisticas/idhi/); b) que se trata de indicadores de largo plazo, y que si uno aisla un valor de un año en particular, está deformando el sentido del IDH.
      En ese sentido, comparto lo que dice respecto a que mismos valores de crecimiento se pudieron observar durante los ’90. Pero sigue sin mencionar que durante la dictadura militar el IDH siguió con su tendencia de crecimiento. Y que eso se debe a variables casi imposibles de alterar en pocos años (esperanza de vida, alfabetización, etc.). Por eso, me parece que el IDH no sirve para fundamentar su argumento.

      Por otro lado, no termino de entender el sentido político de la argumentación. Mostrar que el INDEC no produce mediciones verdaderas (insisto, en cuanto al rigor analítico recurrir al IDH no es una forma de demostrarlo) no veo en qué afecta la legitimidad del gobierno K. Porque de hecho, el INDEC no tiene ya ninguna legitimidad, con un nivel de desprestigio como acaso nunca tuvo. La verdad es que yo no sé cómo construye sus indicadores el INDEC, pero sé -siguiendo la retórica dominante- que el INDEC no tiene credibilidad.
      Para colmo, en el informe del PNUD participan no pocos kirchneristas, y los datos que emplea para confeccionar el IDH (datos de salud, educación, ingresos, etc.) provienen, en buena medida, del INDEC… No veo cómo, si el INDEC tiene minada su legitimidad, el IDH (que se basa en el INDEC) proporciona una fuente verídica. Pero igual, creo que el problema principal aquí radica en la forma de usar el IDH.
      Además, si el objetivo del argumento era decir que la desigualdad ha disminuido pero sin mostrar un cambio cualitativo, ¿apunta eso a la médula del discurso kirchnerista? ¿No asume éste que sus cambios centrales pasaron por otro lado y que, en todo caso, su única política en ese sentido ha sido la AUH, pero que la distribución de la riqueza es aún una asignatura pendiente?

      Si me permite una reflexión, no creo que la aceptación que genera el kirchnerismo radique precisamente en el INDEC, sino más bien en un efecto contraste: el resto de los discursos convencen menos. Y este texto no me pareció la excepción.

      Me gusta

      Pablo

      29/04/2011 at 11:20

    • El informe del PNUD que menciona TA es el informe local. De lo contrario habrían saltado a la vista la discordancia de entre los dos índices. La nota de TA no dice palabra sobre el asunto.
      Segundo, es cierto que al considerar la desigualdad bajan los índices. El tema es que Argentina además baja 11 puestos. ¿Considera usted que todos los países bajan sus lugares en el ranking, una vez que se corrige sus IDH por la desigualdad? Parecería un poco extraño….
      Acerca de los índices bajo la dictadura militar, después de la crisis iniciada a fines de 1974 y la larga recesión con alta inflación de 1975, hubo una recomposición del ingreso. El pbi per capita bajó (a precios de 1960) de 752 en 1974 a 701,7 en 1976, para remontar a 737,2 en 1980, y recién hundirse a 681,9 en 1981. Esta variación incide rápidamente en el IDH; por este motivo la mejora no se debe solo a las variables educación y salud, que efectivamente evolucionan más lentamente. Demuestra además que las variaciones del IDH están muy ligadas al ciclo económico.
      Por otra parte, no pretendo cuestionar la legitimidad del gobierno K, y menos a partir del desastre que pueda ser el INDEC. Es cierto, además, que PNUD (también CEPAL) utilizan los datos del INDEC. Pero sucede que al incluir el PNUD en el IDH otros datos referidos a salud y educación, pone el acento en el carácter multidimensional de la pobreza, algo sobre lo cual no se desea discutir en el discurso oficial.
      En cuanto a si la distribución del ingreso constituye la médula del discurso kirchnerista, sostengo que es uno de sus puntos centrales. Permanentemente se nos está bombardeando con que este gobierno está instrumentando políticas a favor de una mejor distribución del ingreso, y que esto lo distingue de todos los gobiernos anteriores, por lo menos desde 1976 en adelante. Por supuesto, existen otros temas que son «pilares» del modelo K. Por ejemplo, la idea de que es un modelo «industrialista», y que ha reducido el poder de la «patria financiera». Acerca de estas cuestiones escribí en otras notas. Por ejemplo, con los datos de cuentas nacionales se ve que la participación del sector financiero en el PBI no es cualitativamente distinta que la que existía en los 90. Tampoco lo es la participación de los sectores «productivos»; o de la industria.
      En cuanto a la aceptación que tiene el kirchnerismo, su base no son los datos del INDEC, sino la fase ascendente del ciclo capitalista, iniciada en 2003, y apenas interrumpida por la recesión 2009 (a igual que en el resto de América Latina). Mi crítica al INDEC en la nota es específica: se refiere a su medición de los índices de pobreza e indigencia. Realizo esta crítica al margen de que el gobierno sea popular o no. Sostengo que están ocultando el nivel real de pobreza e indigencia existente en Argentina; que este ocultamiento es funcional a la clase dominante de conjunto; y que el progresismo K participa de este oculatamiento.

      Me gusta

      rolandoastarita

      29/04/2011 at 11:57

  12. Me permito unos comentarios parciales sobre esta discusión. La distribución de la riqueza no es lo mismo que la distribución de los ingresos, podemos seguir esperando que el capitalismo siga vivo y la distribución de la riqueza poco se va a alterar dado que la misma está determinada por las relaciones de producción.
    Respecto a la distribución de los ingresos entiendo que la nota muestra avances en esta materia bajo el gobierno K, pero que desmienten la vida «color de rosa» que pinta la propaganda oficial (y no crea que exagero con la metáfora que ya ha sido empleada por algunos oficialistas). Pero además lo importante es que la nota demuestra la relación entre el ritmo de acumulación y la distribución de los ingresos desde un enfoque distinto al de muchos izquierdistas (no hace falta ser catastrofista para plantear un aumento de salarios, ni mucho menos la revolución).Incluso, para apreciar en su justa medida esta lectura de la realidad, es recomendable leer también en este blog las notas sobre las limitaciones estructurales de este modelo(basado en el tipo de cambio alto, con falta de inversión en la industria, segmentando la clase obrera, etc.). Tomar conciencia de cómo se despliegan estas tendencias del capitalismo argentino y basarnos en datos es clave para que no caigamos como se dice, en una discusión de ranas y sapos. Y podemos diferir o no sobre estas interpretaciones, pero tienen un sentido político preciso: son requisito básico para pensar una política revolucionaria.
    Por último, el gobierno pide que le demos tiempo a resolver esta asignatura pendiente ¿pero qué hay de nuevo en esto? Es la misma expresión de deseos que realiza cualquier gobierno capitalista (y este gobierno defiende «su» modelo capitalista ¿alguna duda?), pero que luego la historia se encarga de enviarla a la basura. Efectivamente, hoy hay muchos «convencidos» en el kichnerismo y no a todos se logrará cambiar de opinión con estas discusiones, pero es un error creer que esta situación va a seguir igual para siempre. Los marxistas no estamos para asesorar a ni a este gobierno, ni a los opositores que defienden este régimen social, luchamos en todos lados(incluso por internet, ¿cuál es el problema?)para que la resolución de los actuales problemas sociales se resuelvan progresivamente en el socialismo.

    Me gusta

    Omar

    29/04/2011 at 13:05

  13. El IDH del PNUD y los indicadores del INDEC, que se refieren a la pobreza, la desigualdad del ingreso, entre otros aspectos, surgen de indicadores estadísticos que se elaboran dentro de un marco conceptual e ideológico, que en forma intencional o no, desconocen la existencia de las clases sociales en la sociedad.
    Lamentablemente, los intelectuales marxistas trabajan con muchas dificultades con este tipo de indicadores, que reflejan en forma bastante distorsionada la realidad. Me recuerdo todavía las clases de un profesor de estadística, muy crítico por cierto, que nos decía lo siguiente: las estadísticas actuales son como las minifaldas, siempre ocultan lo más importante.
    En este sentido, quiero destacar un estudio epidemiológico realizado hace varios años en la ciudad de Pelotas, Brasil, sobre una cohorte de 6.000 niños seguidos durante los primeros años de vida, incluyendo muertes, hospitalización, alimentación, crecimiento, desarrollo psicológico y condiciones de vida. Este estudio fue publicado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en 1992, mediante un libro titulado Epidemiología de la Desigualdad. Ver http://paltex.paho.org/bookdetail.asp?bookId=PXE27.
    Lo más interesante de este estudio, es que la clasificación de cada niño se hizo utilizando la definición de clase social de Lenin. Ese fue su marco conceptual fundamental. Los descubrimientos que hicieron los epidemiólogos fueron muy impactantes. Las desigualdades que encontraron fueron mucho más significativas y cercanas a la realidad que las estadísticas que no utilizan este tipo de clasificación.
    Estoy seguro que si se utilizara esta metodología en la elaboración del IDH del PNUD y en la elaboración de los indicadores del desprestigiado INDEC, nos encontraríamos con desigualdades mucho más adecuadas a la realidad, que las reflejadas actualmente.

    Me gusta

    ladudametodica

    29/04/2011 at 14:16

    • Perdón, aquí va la definición de clase social de Lenin.

      «La definición más famosa y más exacta, de clase social la ha dado Lenin (Una gran iniciativa, tomo XXXI pág. 275, Obras Completas) y es la siguiente: «las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupa en un sistema de producción históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran frente a los medios de producción (relaciones que las leyes fijan y consagran), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo y, por consiguiente, por el modo y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que disponen. Las clases sociales son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse del trabajo del otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social».

      Me gusta

      ladudametodica

      29/04/2011 at 14:40

    • El problema que tengo con algunos enfoques del «marxismo-leninismo», por ponerle una etiqueta, es que no tienen vocación de poder. A mí me parece que Marx era un groso. Ahora, ¿cuándo van a tomar el poder para realizar los cambios? ¿Y si el resto de la sociedad no los acompaña, qué camino proponen? Porque si sistemáticamente, al presentarse a elecciones no llegan a sacar ni por asomo un 10% de los votos, ¿qué quieren hacer? ¿La revolución socialista? ¿De qué manera? O bien, ¿no creen en las elecciones porque son un invento formal de la clase dominante?
      Ojo, sé q no estoy «refutando» lo dicho x Astarita. Mi competencia en economía es muy limitada, y le agradezco mucho sus esfuerzos para iluminar aspectos de la realidad económica que están ocultos en el discurso hegemónico.
      Creo que hay que criticar al capitalismo, porque «es lo que hay». Entiendo que no hay que «naturalizar la realidad», etc. Pero, «Duda metódica», ¿qué ejemplo histórico de Estado o colectivo social con más de 10 millones de habitantes se ha regido por un sistema económico que vos hayas considerado igualitario a lo largo de TODA la historia?
      ¿Dónde y cuándo triunfó el «verdadero socialismo»?
      Soy consciente de estar «chicaneando». Pero lo hago porque realmente quiero aprender. ¿Cómo proponen generar riqueza y distribuirla? Porque tampoco se trata de distribuir pobreza. Quiero decir: ¿cómo generar riqueza y crecimiento y al mismo tiempo distribuirla? Repito que mis «chicanas» son de buena leche. Quiero tratar de ir enriqueciéndome con aportes de personas que piensan distinto.

      Me gusta

      www.dialogandodemiconmigo.blogspot.com

      29/04/2011 at 15:41

    • Coincido en lo que planteas. Tenemos que basarnos en estadísticas que son realizadas y orientadas por la clase dominante. Por eso siempre nos pueden dar algunas aproximaciones, muy imperfectas, a la realidad. Lo ideal para los marxistas sería poder calcular la tasa de plusvalía global. Pero los problemas con las cuentas nacionales para hacer este cálculo son gigantescos. Por empezar porque bajo el trabajo improductivo se paga con plusvalía, pero aparece bajo la forma de salarios, y no está discriminado en las estadísticas. Por otra parte, bajo la forma de salarios aparecen muchas plusvalías. Por ejemplo, los salarios de los directorios de empresas constituyen en sentido estricto plusvalía. Y así podríamos seguir.

      Me gusta

      rolandoastarita

      29/04/2011 at 15:18

  14. Muy certero el post, Rolando. Lo que se dice, la contundencia de llamar las cosas por su nombre. Un dato para mencionar al caso es el orgullo con que la progresía K defendía (y defiende) la intervención del INDEC contra los «buitres» del FMI, aunque esta defensa significara patoteros y despidos. Y con esto, la gesta patriótica del «desendeudamiento».A pesar de esas ilusiones, no sólo el FMI volvió en vías de establecer nuevos vínculos financieros, sino que la deuda creció por los ajustes de los bonos al crecimiento del PBI. En el «modelo del valor agregado» los bancos encabezan las ganancias por la valorización de la deuda en el mercado; pasivo fraudulento que se paga con los aportes jubilatorios. La chantada kirchneriista es simple: cuanto sea necesario del trabajo, para financiar al capital.
    Muy bueno el blog. Siempre es bueno encontrar espacios críticos entre todo el pensamiento consumado y cobarde intelectual y políticamente.

    Me gusta

    Guido

    30/04/2011 at 00:15

  15. Es muy bueno el planteo. Sirve mucho para reflexionar con los compañeros que ilitan hoy en día en la filas del kirchnerismo. Hace tiempo que vengo polemizando con muchos compañeros, incluso mucho de ellos provenientes del marxismo (trotskistas, maoistas, etc.) sobre la verdadera profundidad del llamado “modelo”. La tesis que las pequeñas mejoras que se evidencian se enmarcan en un crecimiento general de la economia en Latinoamérica la comparto plenamente. Y mucho mas interesante y difícil para la mayoría de los marxistas es polemizar sobre la verdadera intención de los comunistas (distribución del ingreso – abolición de la explotación.) El concepto de pobreza relativa que tiras al final es valido para la polemica actual. Que debe ser fraternal, ya que hay compañeros honestos que piensan que se puede cambiar algo a parir del Kirchnerismo, además de los que están corriendo por un puestito en los aposentos del estado. Abrazo.

    Ari

    Me gusta

    aristides

    04/05/2011 at 00:59

  16. Hay algo que nadie dijo acá y es que el El Índice de Desarrollo Humano se calcula a partir Producto Nacional Bruto por cápita (PNBpc) ajustado por Paridad de Poder Adquisitivo (PPA).

    Estos datos los recopila el Banco Mundial y el FMI:

    http://hdrstats.undp.org/en/indicators/100106.html

    El problema es que no son datos de ellos. El factor PPA se calcula como dice la página del Banco Mundial: «cada país provee un conjunto de … precios … de una selección de productos elegidos de una canasta común de bienes y servicios»

    http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/DATASTATISTICS/ICPEXT/0,,contentMDK:22391015~menuPK:6782152~pagePK:60002244~piPK:62002388~theSitePK:270065,00.html

    Estos no son ni más ni menos que los relevamientos de precios del Indec. Todos sabemos que las canastas de precios del Indec son una farsa. Entonces esos datos no son confiables.

    Me gusta

    G-Dogg

    25/06/2012 at 18:28

    • Ah, ahora que leo todos los comentarios, sí mencionaron arriba que los datos salen del Indec. Igual vale porque muchos dan por válidos todos los datos del Indec que no tengan que ver con el IPC pero la parte económica que mide este índice está íntimamente relacionada con los precios del Indec.

      Me gusta

      G-Dogg

      25/06/2012 at 18:38

  17. Compañero Rolando. Dados los últimos sucesos de público conocimiento (Cerca de 300 entre intentos y saqueos) sería interesante discutir la vinculación de los mismos con la real situación de las masas trabajadoras en Argentina (Un millón y medio entre desocupados y subocupados, cerca de cinco millones de trabajadores en negro con ingresos en torno a los 2000 pesos, enormes bolsones de marginación, especialmente afectando a los jóvenes,etc.) que conforman la faceta más oculta y sumergida de la explotación. También la posición de los revolucionarios frente a este tipo de fenómenos nacidos de la desesperación, odio, insatisfacción y falta de alternativas. Las explicaciones ‘conspirativas’ del oficialismo resultan poco convincentes. Aunque no se descarta la mano negra del peronismo opositor y la burocracia, experta en fogonear estallidos controlados en contra de gobiernos -algo que bien sabe el kirchnerismo por ser astilla del mismo palo- , los hechos no parecen descartar, sino, más bien exponer las necesidades contenidas de franjas cada vez más amplias de la población trabajadora, que empeoran con cada punto de inflación real, congelamiento de subsidios y ajustes sobre la asistencia social.

    Me gusta

    AP

    23/12/2012 at 00:03

  18. Hace un tiempo en la red había una clase tuya sobre el IDH en la UNQ. ¿Hay alguna posibilidad de que suba el video? HabÍa sido subido por «El Tunel» en un formato que ya no se puede ver.
    Saludos

    Me gusta

    daniel

    19/02/2013 at 20:24


Dejá tu comentario