Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

División obrera, no miremos para otro lado

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A raíz de la lucha de los tercerizados del ferrocarril Roca para ser incorporados a la empresa, y del asesinato del militante Mariano Ferreyra, mucho se ha hablado de las patotas y el rol de la burocracia sindical; también de la complicidad de las patronales y el Estado con la mafia sindical. Con abundantes datos, se ha echado luz sobre los beneficios que obtienen burócratas y empresarios (muchos de ellos también “dirigentes sindicales”) al mantener trabajadores con contratos precarios. También se puso en evidencia que estos negocios tienen la venia de altas instancias del gobierno y el Estado.

Existe sin embargo un hecho del que se ha hablado poco en la izquierda. Me refiero a la actitud frente a los tercerizados de muchos trabajadores de planta del ferrocarril. Esto que afirmo me lo han comunicado ferroviarios: muchos trabajadores no apoyaron la lucha de los tercerizados, y de alguna manera avalaron a la burocracia. Por lo menos, mantuvieron esa actitud hasta que ocurrió el asesinato de Mariano. Además, según me informan, en sectores del ferrocarril continúa habiendo un clima de hostilidad contra los compañeros, ex tercerizados, que han entrado a la planta permanente. Sabemos cómo se puede generar un entorno desfavorable para con un grupo de trabajadores. Por ejemplo, obligarlos a hacer “rancho aparte” para tomar un refrigerio; negarles solidaridad en tareas cotidianas; establecer un cerco de “silencio” a su alrededor, y muchas otras formas, sutiles o abiertas,  de “envenenarles la vida”. La razón de esta hostilidad es la defensa, de tipo corporativo, del “derecho a que mis hijos tengan prioridad para ocupar un puesto de trabajo vacante”. Es que en ferrocarriles, como en algunos otros lugares, se acostumbra que los familiares de los obreros empleados tengan prioridad, a igualdad de otras condiciones, frente a postulantes “sin conexiones”. De ahí que haya resentimiento con los “nuevos”, que entraron al ferrocarril después de una dura pelea para acabar con su condición de tercerizados. Estamos  por lo tanto ante un caso de división y discriminación, que no debería ser ocultado. Necesitamos reconocer el problema, y preguntarnos si no hay algo que cambiar en discursos y prácticas que, durante años, se consideraron “progresistas”.

Consideraciones generales

Uno de los pocos libros de marxistas dedicados a analizar las causas de la división en el seno de la clase obrera, es el de David Gordon, Richard Edwards y Michael Reich, Trabajo segmentado, trabajadores divididos (Madrid, Ministerio de Trabajo, 1986). Aunque está dedicado a la situación de EEUU, sirve de inspiración para abordar el problema en Argentina. Gordon, Edwards y Reich distinguen cuatro explicaciones principales de la división de la clase obrera.

La primera afirma que la división tiene que ver con las llamadas “tendencias posindustriales”, que habrían borrado las diferencias entre capitalistas y trabajadores. Se sostiene que en la sociedad “del conocimiento” solo importan las cualificaciones laborales; que los directores de empresas reemplazan a los propietarios; y que ahora la gente no se ve a sí misma como capitalista o trabajador, sino como individuos pertenecientes a grupos definidos por sus ocupaciones y consumo. Gordon, Edwards y Reich consideran que esta explicación tiene el mérito de reconocer que existen diferencias; pero deja de lado el que los trabajadores tienen más en común -en tanto asalariados y explotados- que lo que puede dividirlos el “estatus” o el consumo.

Una segunda explicación, que se basa en la obra de Harry Braverma (Trabajo y capital monopolista), afirma que las tendencias del capitalismo apuntan a una homogeneización creciente de la clase obrera. Los trabajos son simplificados y descalificados por el avance del capital, que busca dominar al obrero. Las divisiones, por lo tanto, tenderían a borrarse, y la clase obrera se estaría volviendo cada vez más homogénea. Gordon, et al., reivindican lo esencial del planteo de Braverman, que pone el acento en las tendencias del proceso de trabajo. Pero también señalan que existen recualificaciones, que han sido significativas históricamente, y por lo tanto el proceso no tiene la linealidad que plantea Braverman. Yo mismo he adoptado esta postura en Valor, mercado mundial y globalización, al sostener que en el capitalismo contemporáneo existen tanto el impulso a la homogeneización y descalificación, como la contratendencia de la recalificación de los trabajos; aunque con predominancia, en el largo plazo, del primer impulso.

Una tercera línea de explicación se centra en la “historia social”. Aplicada la idea a EEUU, sostiene que hubo un patrón de inmigraciones sucesivas que produjo jerarquías y antagonismos entre grupos étnicos y religiosos, en lugar de actitudes solidarias. También pone el acento en la herencia racista, que dejó la esclavitud, y en los efectos de la movilidad social, que habría inhibido la solidaridad y la conciencia de intereses comunes entre los trabajadores norteamericanos. A pesar de que esta perspectiva apunta elementos reales -y trata de articularlos con las luchas obreras- no logra explicar por qué, sostienen Gordon et al., la clase obrera estadounidense fue incapaz de superar las divisiones étnicas, raciales o religiosas.

Por último, Gordon et al., apuntan la corriente de los economistas institucionalistas. Estos sostienen que los sindicatos y los patronos crearon un sistema cooperativo de negociación colectiva, que llevó a una división entre sectores sindicados y no sindicados. Gordon et al., sostienen que si bien los institucionalistas destacan correctamente la incidencia de los aspectos cooperativos de la relación sindicatos-patronal anterior a la Segunda Guerra, no sitúan el problema en una teoría adecuada del desarrollo capitalista, y tampoco analizan qué determina calificaciones, tradiciones y normas en los centros de trabajo. En definitiva, Gordon et al., plantean que es necesario estudiar la segmentación y fragmentación de la clase obrera de EEUU partiendo de la interacción entre las tendencias largas de la acumulación (los autores defienden la tesis de las ondas largas); las estructuras sociales de la acumulación; y la organización del trabajo y los mercados laborales.

División del trabajo y acumulación en Argentina

Algunas de las cuestiones señaladas por Gordon et al., merecen ser exploradas por el pensamiento crítico de nuestro país, para avanzar en una explicación de la persistencia, y tal vez profundización en los últimos años, de las divisiones. Aunque estoy lejos de tener las respuestas -y mi objetivo con esta nota solo es llamar la atención sobre el problema- quisiera adelantar algunas cuestiones, a manera de hipótesis.

En primer lugar, habría que vincular la actual división de la clase obrera argentina a la forma de acumulación que se ha ido imponiendo en este país en las últimas décadas. A primera vista, parecen existir tres sectores definidos: los asalariados que están en el sector privado, con trabajo formal y altamente sindicalizados; los estatales; y los trabajadores que están en el amplio espectro del trabajo precarizado e informal (contratos a tiempo parcial; trabajo no registrado; por fuera de convenios; sin seguridad social; etc., en diferentes grados y combinaciones), y no están sindicalizados (o lo están en grado mínimo). El primer grupo es el que ha obtenido mayores aumentos de salarios y beneficios a partir de 2003. El segundo sector, los estatales, han obtenido menores subas salariales, pero están más protegidos de los despidos. El tercer grupo, que representa alrededor del 35% de la fuerza laboral empleada, tiene salarios reales por debajo (según fuentes privadas) de los niveles de 2000, y es altamente explotado.

La primera hipótesis que adelanto es que esta situación ha sido funcional al modo de crecimiento, e inserción en la economía mundial, del capitalismo argentino en los últimos años. Como he señalado en otros trabajos, la clave de la “competitividad” de la economía argentina han sido bajos salarios y un alto nivel de explotación de la fuerza laboral. Ya en los 90 el recurso al trabajo informal fue una manera en que el capital compensaba la revaluación relativa del peso, y recuperaba competitividad. Muchos pequeños y medianos capitales nacionales se mantenían a flote por esta vía. Además, a través de la tercerización y subcontratas, se abarataban costos para las grandes empresas, e incluso el Estado comenzó a beneficiarse con estas formas de sobrexplotación del trabajo. Luego, en los 2000, el paso a una acumulación sustentada en la moneda depreciada, lejos de revertir la fragmentación, la consolidó. La devaluación significó una enorme transferencia de valor hacia la clase dominante, que posibilitó la recuperación de la rentabilidad del capital. Pero a medida que la moneda argentina se fue revaluando -hoy el tipo de cambio real no está lejos del nivel de 2000- y a medida que aumentaron los salarios en el sector privado en blanco, la sobre explotación de los trabajadores que conforman el tercer grupo se convirtió en una necesidad imperiosa del “modelo productivo”. Muchos capitales “nacionales” mantienen su competitividad en base a esto. El trabajo precarizado y en negro es una fuente de sobrebeneficios para amplias franjas de la clase dominante (hay que acabar con el mito de que los únicos que explotan son “los grandes grupos monopólicos”). Y continúa siendo una vía para el abaratamiento de costos para grandes empresas, y el Estado. Pensemos en el caso de una gran empresa que contrata a una empresa de limpieza, que a su vez explota a trabajadores precarizados. Este tipo de casos se cuenta por miles, y aparece en todas las actividades: industria, comercio, transporte, agro, etc.

Esta fuente de división de la clase obrera, vinculada a la forma de acumulación, puede potenciarse por los prejuicios racistas, nacionalistas y otros. Por ejemplo, en el contexto de la miseria existente en países vecinos, o en zonas del interior del país, la gente acude a las grandes ciudades a intentar suerte. Los inmigrantes recién arribados a Buenos Aires, u otras ciudades, son objeto de los peores abusos, y estigmatizados como «paraguas» o «bolitas».  La identidad de clase, por encima de fronteras o procedencias, queda relegada. Por supuesto, todo esto es funcional al modo de acumulación vigente en Argentina. Naturalmente, estos factores podrían articularse, en el análisis de más largo plazo, con los estudios sobre la homogeneización y fragmentación que ocurren a raíz de los cambios en los procesos de trabajo, a los que hacían referencia Gordon et al.

Institución y tradiciones “progres y de izquierda”

A lo planteado en el punto anterior agrego las formas o comportamientos institucionalizados (cuarta explicación de Gordon et al.). Pero aquí lo paradójico es que algunos de estos comportamientos institucionalizados se han identificado con banderas que muchos consideran “de izquierda y proletarias”. Es que desde la izquierda, y sectores que se reivindican como progresistas, se alentaron “reivindicaciones” que profundizaron las divisiones. La más clara es la que está en el centro de la hostilidad de los ferroviarios “de toda la vida”, contra los ex tercerizados: el privilegio de que  los familiares de los «antiguos» tengan asegurado el puesto de trabajo. Se trata de una vieja tradición, que no es solo patrimonio de los ferroviarios. Recuerdo que ya hace años tuve una fuerte discusión con compañeros que defendían estos privilegios como “conquistas de la clase obrera”. No son conquistas, sino un caballo de Troya en el movimiento obrero, que es funcional a las patronales, y a los sindicatos burocratizados. Esta “conquista” fractura la necesaria solidaridad entre los que están en blanco, y los precarizados; y alimenta el dominio de los aparatos burocráticos sobre los trabajadores (dado que median en las contrataciones). Es hora de llamar a las cosas por su nombre. El famoso “proletario del mundo uníos”, del Manifiesto, no tiene nada que ver con estas “reivindicaciones”.

Situación política y fragmentación de los trabajadores

Hace algunos días, en un reportaje que me hizo una revista de izquierda, sostuve que uno de los problemas más graves que enfrenta la clase trabajadora de conjunto, en Argentina, es la segmentación y fragmentación. En tanto la clase obrera no se reconozca como una, por encima de cualquier otra diferencia, seguirá prevaleciendo en su seno la ideología burguesa, o pequeño burguesa. Es imposible identificarse con la lucha contra el capital y su Estado, si el blanco del resentimiento, o la hostilidad, es el compañero que acaba de entrar al puesto de trabajo. Un paso decisivo para la recomposición política del trabajo, es la lucha contra la segmentación, contra el trabajo en negro, contra la precarización. Es el camino para debilitar al capital, atacarlo por donde le duele; y también al Estado que lo ampara. Es la manera en concreto de comenzar a contrarrestar la alta tasa de explotación en que se sustenta el “modelo K”. Asimismo, es el camino para empezar a erosionar en profundidad el poder de la burocracia sindical, esa casta que se enriquece participando de la plusvalía que producen los asalariados. No es casual que los defensores del “capitalismo nacional” no digan, ni hagan, nada de fondo para acabar con esto.

No puedo proponer alguna solución “rápida y efectiva” al problema. Sí sé cuáles no pueden ser soluciones: seguir mirando para el otro lado; seguir justificando a los que defienden privilegios corporativos; y seguir confundiendo esos privilegios con “conquistas de la clase obrera”.


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División obrera, no miremos para otro lado

Written by rolandoastarita

12/03/2011 a 15:47

73 respuestas

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  1. En la industria petrolera también existía esa política. Maristella Svampa, en alguno de sus libros, cita el testimonio de un sindicalista del estado (neuquino, de Plaza Huincul, si no recuerdo mal), donde cuenta lo mucho que le costaba movilizar a la gente de su gremio para enfrentar la privatización de YPF, en solidaridad con los petroleros. Los detestaban, más allá de los buenos modales los veían a través de una densa capa de (justificado) resentimiento. Nadie quería moverse a pesar de que obviamente era escupir al cielo.
    Desgraciadamente, el concepto de «aristocracia obrera» se ha usado en otros contextos de análisis, porque bien vendría para estos casos.

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    Fabian

    12/03/2011 at 16:16

  2. En la huelga ferroviaria de 1991 salieron a la lucha los tres gremios ferroviarios, el malestar era palpable pero la coordinación de la lucha fue sacada por los pelos por parte de los militamntes de la izquierda de aquella época, porque la verdad es que los trabajadores de los didtintos gremios no se podían ni ver. Los más reacios a la unidad eran los de la fraternidad, siempre creyeron que podian ganar la lucha solos, y creo que también pensaban que si peleaban solos, a Menem le daría lástima y no los despediría, los de la Unión ferroviaria veían a los fraternales con desconfianza; la izquierda del momento en su mayoría el MAS, les insistían que se hagan asambleas conjuntas, pero parecía que les salía ronchas unos a otros por estar compartiendo las asambleas, pero estas nunca fueron masivas, hasta se dió la circunstancia de que en una asamblea de la fraternidad se hablara mal de los compañeros de la union ferroviasria sin saber que algunos de ellos estaban presentes en el lugar.
    El otro gremio eran los señaleros que era el más pequeño, y su dstino quedaba a merced de los otros dos sindicatos.
    Gracias Rolo por sacar este tema, en verdad en esa época yo pensaba que esas diferencias se terminarían si los trabajadores ferroviarios y demás trabajadores argentinos construiíamos una organización política; claro que en esa época no veía el impacto que hacía en la consciencia la caida del muro de Berlín; bueno, digamos la falsa crisis idiológica que tuve, porque si sabía de antemano que la ex URSS No era un estado obero burocratizado y solo había caido por obvia contradicción capitalista universal podría ser que este tema lo hubieramos tratado antes.
    El asunto es la burocracia sindical, divide , enfrenta a los trabajadores pues ya sabemos todos lo que hace la burocracia.
    Pero el problema principal son los sindicatos, esta organización divide a la clase obrera en especialidades , en jerarquias, en escalafones en provincias en ciudades en un montón de sindicatos que es la mayor organización supuestamente para defender a la clase, pero los sindicatos son como miles de anclas en el cual estamos atados todos los trabajadores ; por algo la patronal descuenta contenta la cuota sindical.
    Hasta que la clase obrera no rompa con los sindicatos y cree organizaciones de poder como los consejos obreros, todo lo que se haga y se diga en favor de estas organizaciones del sistema capitalista será contraproducente para la toma de consciencia.
    Es que los sindicatos no sirven para nada, Cuando la clase obrera lucha nosotros los izquierdistas les decimos a los trabajadores que se sindicalicen, que derriben a la burocracia sindical, que formen un sindicato y a la vez les decimos que construyan un partido revolucuionario. Les decimos que luchen por las reformas que nunca obtendrán, pues la inflación se las comerá; que luchen por sus «derechos» ¿Que derechos? los derechos son todos.
    Todo estas mentiras, si, repito, mentiras, los decimos con grandes carteles y miles de volantes; Pero al oido y con voz muy baja Les decimos a los trabajadores, que en realidad queremos una sociedad comunista internacional, nos da verguenza de decirselo con voz firme a los compañeros, menospresiamos a la clase, y creemos que nos no van a entender.
    La clase obrera lucha igual sin nosotros,,,,nosotros les metemos mierda en la cabeza,le confundimos las ideas y por supuesto la burocracia se aprovecha de eso,.
    Miren en la página del «sindicato la fraternidad» y la discusión que tiene el secretario de prensa y propaganda Horacio Caminos con Pitrola,, dirigente del PO, este caradura de Horacio Caminos se caga de risa, Pitrola en la discusión siempre cae en la política de este burócrata, que es revindicar el sindicato como la casita de dios. Que si esa casita no existiera no exestiría la vida en el planeta.
    Por la existencia de los sindicatos los trabajadores discriminan a otros trabajadores. Por la mierda que les mete en la cabeza, a la clase trabajadora estas organizaciones del capital, pero lo más lamentable es que nosotros hacemos lo mismo, estamos destruyendo la consciencia no la estamos elevando.
    Se podrá discutir de los sindicatos del siglo XlX y parte del XX fueron progresivos para los trabajadores pero es que ahora no lo son.

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    Buitre

    13/03/2011 at 00:40

  3. ¡Cuánta razón tienes, Rolo! En España el crecimiento se hizo sobre la base de la especulación inmobiliaria, lo que generó mucha demanda de mano de obra; entonces, era necesario echar mano del trabajo del inmigrante para hacer los trabajos que nadie quería hacer… en muchos casos, mano de obra sin regularizar, sin contrato y sin pagar la seguridad social, precarizando más su salario… Esto era visto por algún sector de los trabajadores como un intento del inmigrante de vender su trabajo a menor precio, esa era la opinión que se mantenía desde los voceros institucionales y mediáticos,… Llegada la crisis de las hipotecas basura estadounidense, que en España adquiere un carácter especial porque había basado su crecimiento también en la especulación inmobiliaria (lo que generó una burbuja propia) todo esto voló por los aires. Muchos trabajadores comenzaron a echar la culpa al inmigrante de sus males, se ha desatado una campaña contra el inmigrante, la policía los persigue, les espera a la puerta de sus casas, en las estaciones, en las asociaciones vecinales, etc,… Se desata la «caza del inmigrante» con la aquiescencia de buena parte de la clase obrera, el silencio de IU, la complicidad de los dos sindicatos mayoritarios. Cerca de 5 millones de trabajadores inmigrantes se vieron en la picota, casi, de la noche a la mañana, perseguidos como delincuentes, arrancados de sus viviendas y encerrados en campos de concentración, llamados CENTROS DE INTERNAMIENTO DE EXTRANJEROS, en peores condiciones que una Prisión, donde abunda la tortura y la represión policial (¡los policías justifican no llevar placa que los identifique bajo la excusa de evitar que el inmigrante se dañe con ella!). La realidad siempre fue que los trabajadores inmigrantes en España fueron sobreexplotados por la patronal que, a su vez, hizo una labor de división entre la clase obrera. El trabajo del inmigrante fue fundamental para el crecimiento económico del país, permitió la acumulación, al ser un trabajo fundamentalmente de economía sumergida y precarizada (he llegado a conocer y conozco todavía casos de empleadas de hogar inmigrantes sin regularizar cobrando 330 euros/mes por una jornada de 10 horas diarias)…
    Y aún habría muchas más divisiones que comentar en los centros de trabajo donde la presencia sindical es nula o está enterrada por una Administración consentidora que impide y cercena el trabajo sindical en los casos en que hay una lucha por los derechos laborales. Ha salido recientemente publicada la noticia de que la mayoría de los Expedientes de Regulación de Empleo que originaron despidos y perdidas de empleo fueron ilegales, fraudulentos y consentidos por la autoridad laboral… Se pacta una reforma laboral y de pensiones regresiva consentida por los sindicatos mayoritarios y silenciada por IU que dice no querer hacer más sangre de los sindicatos… El panorama es muy feo aquí. Yo, en cuanto solucione mis papeles, ya sabes Rolo que me voy, creo que podré conseguir allí un trabajo.

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    josé

    13/03/2011 at 07:06

  4. Rolando me parece un tema a estudiar y fundamental para una práctica socialista. Es verdad que no se puede mostrar, desde ningun punto de vista, como conquistas de la clase obrera lo que solo es un privilegio de un grupo determinado. Pero este favoritismo de cierto sector de la clase obrera es expresión o hace pie en el eje vertebral del modelo k, que es la hiper-explotación de los «terciarizados» o trabajo en negro. Es decir, hay que combatir estas prácticas, pero el problema va más allá de las actitudes de estos grupetes. El problema me parece que tiene que ver con una disposición «objetiva»en la q se encuentra la clase trabajadora dentro de este modelo. Si mal no recuerdo, creo que debates de este estilo se mostraron(en un sentido bastante parecido al de ferroviario)en unos de los sectores mas combativos de los trabajadores como el subte…
    Y es verdad que no debemos mirar para otro lado. A los socialistas nos cuesta mucho militar y establecer un minima estrategia en sectores del tercere grupo(precarizados e informal).

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    daniel

    13/03/2011 at 13:28

  5. Como método, coincido en el planteo más general de Rolando respecto a que hay que buscar las explicaciones sobre la división al interior de la clase obrera desde una perspectiva materialista, en lugar de buscarla en fundamentos institucionalistas o funcionalistas. Habría que ahondar ahí en como han sido esas divisiones a partir de los cambios en la economía que Rolando describe, más allá de que eso es una tarea de investigación que excede a este artículo. Lo que resulta incomprensible de lo planteado en este artículo es lo expuesto en el apartado que lleva el título: “Institución y tradiciones “progres y de izquierda”. Allí se afirma, entre otras cosas, frases como ésta: “Es que desde la izquierda, y sectores que se reivindican como progresistas, se alentaron “reivindicaciones” que profundizaron las divisiones. La más clara es la que está en el centro de la hostilidad de los ferroviarios “de toda la vida”, contra los ex tercerizados”. Astarita adjudica a “la izquierda” la abierta política divisionista de la burocracia sindical que asesinó a Mariano Ferreyra, que hizo un paro cuando encarcelaron a Pedraza y que siempre discriminó a los tercerizados (al punto que impidió a piedrazos el corte de vías que reclamaba en favor de los tercerizados cuando asesinaron a M. Ferreyra). O Astarita considera a la burocracia de Pedraza como “la izquierda” (dicho sea de paso, en su artículo no dedica ni un solo apartado para criticar la política de la burocracia, sí a lo que él considera “la izquierda”) en lugar de verla como correa de transmisión de la burguesía en la clase obrera o desconoce que precisamente ha sido la agrupación La Bordó de ferroviarios (que posee militantes de partidos de izquierda) quien apoyada por partidos de izquierda y del sindicalismo de base luchó por el pase el pase a planta permanente de los trabajadores tercerizados.
    Lamentablemente, todo este planteo disparatado tiene un transfondo que no es nuevo en los trabajos de Astarita (y que puede verse en sus anteriores artículos sobre las Fuerzas productivas en Trotsky, Egipto, la URSS, etc), esto es, hablar de “la izquierda” en un sentido general o en ocasiones del “movimiento trotskista” (como si existiera un “movimiento” homogéneo en lugar de partidos con muchas diferencias entre sí) sin mencionar a quiénes se refiere en particular o qué programas políticos o agrupaciones políticas concretas está criticando. Si bien es totalmente legítimo ser crítico de visiones con las cuales uno no está de acuerdo (y es obligación de los marxistas señalarlas), hay que ser claro con quien se está discutiendo cuando se critica algo, porque de lo contrario, esta forma de exposición no hace más que alimentar implícitamente prejuicios contra “la izquierda” muy difundidos en ámbitos estudiantiles y de la pequeño burguesía en general, instalando la idea de que ser marxista es ser algo así como un “intelectual crítico” y no un militante político que pone la teoría al servicio de transformar la realidad.
    Después discutamos con nombre y apellido si los planteos específicos y las prácticas concretas de determinados partidos son correctos o incorrectos y que propuesta superadora tiene uno mismo, de lo contrario, no hacemos más que reproducir la misma lógica de la burguesía que para estigmatizar al marxismo lo ha asociado mecánicamente a Stalin, a la burocracia soviética o a tantos otros procesos siniestros.

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    JP

    13/03/2011 at 14:59

    • Habría que tratar de no ofuscarse para responder un planteo. Sostengo que la izquierda no ha criticado, y más bien alentó, la idea de que era una «conquista» el que los familiares (en particular los hijos) de los trabajadores de una empresa tuvieran prioridad en los empleos. No fueron solo los trotskistas, y esto no tiene punto que ver con posiciones sobre fuerzas productivas o cosas por el estilo. Ya en los 70 en muchos empleos existía la práctica que critico en la nota. Por lo menos lo recuerdo claramente en telefónicos (Entel) y en los trabajadores de Luz y Fuerza. Jamás leí una sola crítica, desde la izquierda, a este asunto. ¿Alguien puede mostrar algún trabajo en que se explicara las consecuencias de esto? Subrayo, no se trata solo de que no conozco ningún escrito proveniente del campo trotskista, sino tampoco de otras vertientes, PC, maoistas, guevaristas, etc. Yo no puedo dar «nombres y apellidos» de organizaciones de izquierda que hayan puesto este asunto en cuestionamiento, sencillamente porque no sé de ninguna que lo haya hecho. Recuerdo, además, que tanto la burocracia sindical, como los trabajadores que estaban beneficiados con estas prácticas, las consideraban «conquistas». Insisto, jamás leí un escrito de la izquierda argentina enfrentando esta idea.
      Más todavía, la polémica que tuve con compañeros sobre este asunto se debió a que exigían que los militantes de organizaciones de desocupados tuvieran prioridad para acceder a puestos de trabajo en algunas grandes empresas (ejemplo, en Astilleros). Pedían, además, que fueran las organizaciones las que decidieran quiénes entraban primero. Cuando critiqué esta postura, me respondieron diciendo que era una conquista de los trabajadores. No es un invento mío, lo he discutido porque existió esta demanda. Esta reivindicación existió en algunos movimientos de desocupados. De manera que cuando los trabajadores ferroviarios consideran que los tercerizados les están usurpando un «derecho adquirido» (que sus hijos tengan prioridad para entrar en ferrocarriles) están actuando según una tradición establecida, que no se cuestionó.
      Insisto con el consejo de no ofuscarse, ni enojarse con las críticas. Si no podes responder con coherencia una crítica, la culpa no la tiene el que critica.

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      rolandoastarita

      13/03/2011 at 15:27

    • El problema no está en mi ofuscación, el problema está en la incoherencia de tus planteos que por lo que veo en tu respuesta los seguís reproduciendo. Si decís que “la izquierda” ha alentado el ingreso de hijos o familiares de trabajadores en el Roca, decí entonces el nombre de qué agrupación o partido es el que está teniendo tal política (cosa que no hiciste en tu artículo, ni en tu respuesta, ni hacés habitualmente en tus escritos como ya critiqué en mi anterior post). Ahora si afirmás esto, es decir, si afirmás que un determinado o determinados partidos de “la izquierda” alientan la política de que ingresen hijos de trabajadores a planta permanente, entonces es incoherente que me pidas escritos donde “la izquierda” critique este accionar que según vos antes convalidó (sería esquizofrénico escribir en contra de uno mismo).
      Al margen de esta incoherencia, lo que planteás es falso, así como la discusión. Porque precisamente lo que criticás y le atribuís a “la izquierda” es la política que ha llevado adelante la burocracia de La Verde de Pedraza en ferroviarios (salvo que consideres a La Verde como “la izquierda”), donde para garantizar su poder “eternamente” privilegian el ingreso de hijos de trabajadores que responden a esa burocracia. Por el contrario, los trabajadores más próximos a “la izquierda” que ingresaron a planta permanente son trabajadores que ya venían trabajando bajo el régimen de tercerización (algunos ni siquiera eran tercerizados ya que limpiaban los baños teniendo como remuneración las monedas de los usuarios), con lo cual tu planteo de que la “izquierda alienta el ingreso de hijos de trabajadores” es algo que no tiene ni pie ni cabeza, no sé de donde sacaste semejante disparate.
      Por otra parte, desde ya que el pase a planta permanente de 2000 tercerizados en el Roca es una conquista de los trabajadores que se encuentran en organizaciones obreras antiburocráticas que lucharon por esto, o a vos te queda alguna duda? Sobre los casos concretos que mencionás de ENTEL la verdad que desconozco y, a diferencia de algunos todólogos del marxismo académico, no suelo opinar sobre lo que no conozco. Después mezclás todo lo anterior con otros procesos distintos al del Roca, en los que ponés bajo crítica que los movimientos de desocupados pidan prioridad para acceder a puestos de trabajo. Y qué querés que pidan los movimientos de desocupados si precisamente la esencia de su reclamo es algo tan elemental como tener un trabajo? Por eso mismo nacieron ese tipo de organizaciones, por falta de trabajo. El punto que en todo caso se puede llegar a criticar (si existiese, sino es una falsa discusión), es si esta política se lleva a cabo de forma burocrática y no es votada en asamblea por los propios trabajadores/desocupados, fuera de eso, quien puede decirle a un movimiento de desocupados que no tiene derecho a pedir trabajo? Además, nada mejor que unificar a trabajadores ocupados en planta permanente con trabajadores precarizados o desocupados, tomando los primeros los reclamos de los segundos (lo contrario a lo que hace la burocracia que divide), a eso debe tender una política de la clase trabajadora en la perspectiva de construir un partido de los trabajadores. De hecho, esto hicieron los propios trabajadores autoorganizados en Zanon cuando tomaron la fábrica bajo control obrero, uniéndose con la coordinadora del alto valle, tomando reivindicaciones de docentes, de desocupados y cuando existió la oportunidad, repartiendo los puestos de trabajo que se generaron entre trabajadores-desocupados provenientes de diversas organizaciones de desocupados y partidos políticos. Desde ya, podés estar en desacuerdo con todo esto, pero en todo caso decí cuál es tu propuesta superadora, aunque dudo que la tengas porque para eso no basta con escribir artículos, además hay que crear corrientes y partidos políticos que peleen por reivindicaciones superadoras.
      Asimismo y como ya dije antes, te invito a que cuando critiques algo digas a quien se lo estás criticando en concreto y no a “la izquierda” en general, para alimentar prejuicios contra los luchadores sociales de izquierda ya nos basta con la burguesía.

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      JP

      13/03/2011 at 19:49

    • Esimado JP, solo es cuestión de seguir el razonamiento. a) Existe una larguísima práctica, en muchos gremios, de priorizar la entrada de los hijos de trabajadores a las empresas en que están esos gremios. b) Esta práctica, de décadas, siempre fue presentada por la burocracia sindical, y vista por los trabajadores, como conquistas. c) Nunca, hasta donde conozco, la izquierda cuestionó esta situación, a pesar de que era ampliamente conocida y practicada. d) Lo que sucedió en ferroviarios es una consecuencia de estas tradiciones que, insisto, nunca fueron cuestionadas. Para ser más claros: en ferroviarios esta práctica tenía años. Nunca leí que la izquierda la criticara. e) Acerca de los movimientos de desocupados que demandaban prioridad en la contratación para «sus» militantes, sostengo que estaban reproduciendo la misma práctica. Como tuve que explicar en su momento, lo correcto es pedir trabajo (o seguro de desempleo, o lo que sea) para toda la clase obrera. Esta cuestión fue conocida por militancia y organizaciones de izquierda, y nunca fue criticada.
      En definitiva, sucedió lo que sostengo en el artículo: la izquieda miró para otro lado. Pero callarse durante décadas es avalar.
      Por otra parte, es un error pensar que cuando criticamos prácticas que en la izquierda están generalizadas, hacemos el juego al enemigo. Este razonamiento lo escuché y leí durante muchos años, y me parece que se ubica en lo mejor de las tradiciones stalinistas.

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      rolandoastarita

      13/03/2011 at 23:45

    • Señalo aquí, no encontrando otro medio, un comentario interesante sobre «Carácter de clase del docente y estudiante universitario» de R.A. en Indymedia Euskalherria, en el newswire:
      http://euskalherria.indymedia.org/eu/2011/10/77250.shtml
      donde se critica la posición de Rolando sobre la cuestión estudiantil como sector de clase obrera.

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      Kimu

      18/10/2011 at 13:43

  6. En España sucede lo mismo aunque no este «escrito» en ningún convenio o pacto laboral.
    Una reciente convocatoria de 50 plazas para cubrir un servicio municipal quedó cubierto por plazas de familiares y «sugerencias» de sindicatos. Finalmente quedaron 5 plazas que fueron cubiertas por concurso. Conseguir una de esas 5 plazas era casi imposible debido a la alta calificación que debía obtenerse para optar a ellas.
    Tengo constancia de que burócratas sindicales de UGT, CCOO y CGT pactan siempre en las grandes empresas con el responsable de personal el cubrir las plazas vacantes. Por lo general tener mayoría en el Comité de empresa facilita un mayor número de «enchufados» ingresados.
    Aunque no siempre es así. Una empresa de logística con mayoría en el Comité de empresa de CGT ha pactado con UGT cubrir las nuevas plazas con afiliados de este sindicado y así cambiar la relación de fuerzas en la empresa.

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    antonio ortiz

    13/03/2011 at 17:02

  7. las divisiones de la clase obrera son impuestas por la burguesía y sostenidas por la burocracia sindical. para terminar con las divisiones hay que tener un programa para quitarle la dirección de los sindicatos a la burocracia y de esa forma también terminar con la tercerización, los bajos salarios y todas las reivindicaciones de los trabajadores. que sea o no sea progresivo que los sindicatos manejen las bolsas de trabajo depende de las direcciones de los sindicatos.
    por eso es tan criminal que sectores de la izquierda levanten la idea de hacer sindicatos paralelos y no disputarle la direccion de los sindicatos a la burocracia

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    horacio

    13/03/2011 at 20:20

    • Cumpa, no es (o no sólo) una conspiración de la burocracia y la burguesía. Es también seguir «el propio interés» de parte de los propios trabajadores, que obviamente prefieren acaparar privilegios (relativos) para los suyos contra el resto de la sociedad. No se puede tapar el sol con la mano. En los ferrocarriles, los regularizados no sólo ganaban más, también se beneficiaban directa e indirectamente de la explotación de los tercerizados.
      En YPF esta cultura «aristocrática» se verificaba en todas las esferas de reproducción de esas condiciones. Las familias de «ypefeanos» (así se denominaban, no eran simples trabajadores) se beneficiaban de accesos privilegiados a ciertos institutos de enseñanza. A tiendas de consumo corporativas. Al crédito. Etc.. Y hasta en los enlaces matrimoniales predominaba la lógica endogámica.

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      Fabian

      14/03/2011 at 18:18

    • Las direcciones sindicales son un reflejo (un poco más distorsionado, un poco más fiel)de lo que piensan las bases.
      En todo caso, debería ser una lucha conjunta por las reivindicaciones propias de la clase, por la dirección de los sindicatos, y por la conciencia de los trabajadores.
      Si no hay reforma de la conciencia, el encumbramiento en de cualquier dirección revolucionaria queda agarrada con alfileres (por no decir «pegada con moco», que queda feo…)

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      roberto

      14/03/2011 at 21:13

  8. Coincido con el enfoque del artículo, ahora bien yo soy de izquierda y estoy en crisis sobre este punto porque no le encuentro la vuelta al problema. Trabajo como docente estatal en el nivel medio. Tenemos para los reemplazos escalafones con puntaje por título, antigüedad, cursos, etc., históricamente defendido como el mecanismo más democrático. El problema es que quién maneja los escalafones es la patronal personificada en las escuelas, o sea las directivos (admito que aquí ya hice una caracterización polémica porque muchos de ellos son ex-compañeros o cros. en otras escuelas ¿pero compañeros de clase?). Pues bien, es sabido que hay innumerables caso de designaciones «a dedo», «arreglos» entre «cros.» (incluso suelen entrar en complicidad secretarios y docentes) para quedarse con vacantes por reemplazos. Claro que esto no sucede siempre, o sea, el «escalafón» te puede favorecer, pero ¿y en el caso contrario? ¿cómo haces en estos casos para que se respete cuando no tenes poder? Aunque hay casos en que el sindicato o el delegado te ayude (haciendo respetar el escalafón), es innegable que toda esta corrupción ocurre y…mientras tanto no tenes laburo.
    Recientemente tuvimos titularización de cargos en el nivel, luego de largos años que no hubieron concursos. Se confeccionó un nuevo escalafón, se priorizo la antiguedad, supuestamente también la pertenencia a la escuela(no importo la calificación). Muchos docentes titularizaron, también muchos se quedaron sin trabajo. Me faltan datos, pero doy fe de compañeros mayores de 50 años de edad que hace más de 10 años eran reemplazantes y PERDIERON todas sus horas (vos elegías 6 escuelas, pero no sabías quién se anoto en ellas y si «elegiste mal» chau! como le pasó a este cro.). Hubo innumerables críticas a esto que se llamó «concurso», la ministra de educación de la provincia se defendió diciendo que el gremio lo avaló. En definitiva, cada día más divididos: hay bronca entre cros. en las escuelas por los resultados de la titularización, divisiones entre «viejos» (que acumulan horas y cargos) y «nuevos» que les cuesta un montón entrar en el sistema (que no conocen la estabilidad laboral, hacen cursos para sumar puntos pero que como en este caso no les sirve de nada, etc.), docentes que renuncian al sindicato (tal vez casos aislados) porque se sienten que no fueron defendidos, etc. El asunto es complejo, porque ¿qué le opones al sistema del escalafonamiento? no creo que haya fórmula ideal, la única vía es generar ccia. y contrapoder en las escuelas. ¿Cómo acabar con las divisiones? ¿qué decimos de los «viejos», que se aprovechan de las ventajas del sistema? (¿conquistas o prebendas?) ¿y del individualismo que en general predomina? Si vas a la lucha tenes que juntarte, pero entonces ¿se puede rechazar al sindicato? ¿es un paso adelante la desafiliación? Aunque en otras cosas si, no estoy de acuerdo sobre este punto con el comentario de «Buitre» (en este blog). Aclaro que no tengo «amigos» en el gremio, pero ¿se puede perder la referencia de este tipo de organización? En el caso de la docencia es un dato que muchos cros. (incluso reemplazantes siguen acudiendo al gremio). Además, mientras no se acabe con el capitalismo no podes renegar de la lucha sindical… Saludos, y felicitaciones por el blog marxista que no para de criticar todo lo existente!!.

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    Omar

    13/03/2011 at 21:22

  9. Hola JP, ¿estás segur@ que leíste el artículo?
    Un abrazo.

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    Tavo

    13/03/2011 at 21:28

  10. Sí Tavo, muy seguro. Leí el artículo y conozco bien el proceso del Roca, por eso escribí 2 comentarios bastante extensos. Aunque por tu pregunta presumo que no entendiste el debate o la falsa discusión que Astarita plantea en su artículo. Te invito a leerlo nuevamente.
    Un abrazo.

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    JP

    13/03/2011 at 22:12

    • Compañero JP, me gustaría leer su respuesta al razonamiento que plantea Astarita en el artículo. Bien lo resume en su segunda respuesta con la linea de razonamiento-síntesis del núcleo de la polémica. (Le dejo el enlace corto para que no se maree entre tantos comentarios http://tinyurl.com/6hwuvh7)
      Por mi parte entiendo que Astarita no es un «buchón» por ende no hace falta sustentar la polémica dando nombres y apellidos como si fuera un sitio de la Federal. Además no es el eje de la discusión delatar. Otros ya le comentaron que vuelva a leer la nota, lo mismo le recomiendo. Me explico. En sus dos largas respuestas no le encuentro sentido de replica a lo planteado por el autor.
      JP, también me gustaría que desarrolle sus criticas que a vuelo de pájaro hace. Lo cito:
      «Lamentablemente, todo este planteo disparatado tiene un transfondo que no es nuevo en los trabajos de Astarita (y que puede verse en sus anteriores artículos sobre las Fuerzas productivas en Trotsky, Egipto, la URSS, etc)»
      Este práctica, en mi barrio, se le llama embarrar la cancha. Si se ofusca (qué preciso, Rolando) quedamos muchos sin compartir su posición, compañero.
      Fraternales saludos, celebro el debate sin chicanas, por favor.
      JuanCa.

      PD: La ofuscación se refiere a encubrir el significado de una comunicación haciéndola más confusa y complicada de interpretar.

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      JuanCa

      14/03/2011 at 12:08

    • Compañero Juanca:
      Ese encadenado de razonamiento que presenta Astarita es falso en toda la línea precisamente porque parte de una premisa que es absolutamente falsa; esto es, la de considerar que en el Ferrocarril Roca las fuerzas “progres y de izquierda” (sin definir que es eso) alientan la política de ingreso de hijos de trabajadores a planta permanente. Esto es un disparate que lo único que demuestra es un desconocimiento sobre aquello que se está escribiendo, ya que en el Roca los trabajadores ligados a la lista La Bordó en esta lucha (la oposición de izquierda a la burocracia sindical) no son trabajadores fijos que tienen la posibilidad de hacer ingresar a sus hijos sino todo lo contrario, son trabajadores precarizados que no gozan de los más mínimos y elementales derechos laborales para sí mismos, ya que trabajan para empresas tercerizadas cuyos dueños son burócratas sindicales como el propio Pedraza (por eso mismo, entre otras razones, el sindicato se opone a que ingresen a planta permanente ya que se le terminaría el negocio a Pedraza!). Esto último sucede en el mejor de los casos, ya que tal como comenté antes, hay laburantes como por ejemplo el sector de limpieza, que se encuentran en peores condiciones, ya que su “sueldo” por limpiar baños son las monedas que dejan los usuarios. Quienes sí pueden hacer entrar a sus hijos son los trabajadores fijos que responden a la burocracia (y de esa manera la burocracia sigue reproduciendo su poder) y esto es una práctica viejísima que Astarita tiene el tupé de endilgarle a “la izquierda”. Por esto mismo que te acabo de explicar es que no ubico el problema en los términos de que Astarita “sea un buchón”, en todo caso estaría bien criticar y no encubrir acciones de determinadas agrupaciones si uno no está de acuerdo (asimismo insisto en que hay que nombrar a quien se critica para que esta acusación no recaiga sobre otras agrupaciones que también se reivindiquen de izquierda, de lo contrario, se alimentan prejuicios contra toda la izquierda en general), pero el problema de Astarita como bien expuse es que miente descaradamente sin ninguna fundamentación. De hecho, en mis anteriores comentarios lo incité a que precise a quien criticaba y de donde sacaba semejante calumnia, pero se negó a responder tanto en su artículo como en sus 2 comentarios. Encima busca reforzar sus argumentos “embarrando la cancha” (para utilizar tus términos), ya que trata de justificar lo que sostiene haciendo referencia a otros procesos de lucha que busca justificar a partir de vivencias personales que, desde luego, ninguno de nosotros conoce (por tanto no hay manera de saber si es verdad, cosa no menor cuando uno ve que en este mismo artículo está mintiendo abiertamente). Por otra parte, lo que sí fue conocido públicamente en su momento (en otra época del país y en procesos de lucha con características distintas a la del Roca), fue el proceso de los movimientos de desocupados que pedían prioridad para tener trabajo en determinadas empresas donde había puestos de trabajo libres, para ocupar, a partir de luchas en las que el movimiento obrero había tenido alguna conquista. De hecho, si te fijás en mi anterior comentario puse el ejemplo de Zanon. Ahora bien, la crítica que Astarita hace a esto es bastante pobre y abstracta, ya que si los propios trabajadores votan democráticamente en asambleas priorizar el ingreso de desocupados militantes para que tengan laburo y refuercen políticamente su lucha contra la patronal y la burocracia, no veo cuál es el problema en ello. Salvo que Astarita espere que los propios trabajadores después de su conquista pidan currículum y entrevisten personal al igual que una patronal. Es por eso que todo debate planteado no tiene ningún asidero, pero el problema no es ése, el problema es que Astarita plantea este falso debate, con falsas premisas, en un contexto de lucha que ha tenido como saldo el asesinato de un compañero militante como M. Ferreira, compañeros perseguidos por el gobierno con causas judiciales abiertas y años de basureo, apriete y violencia de la patronal y la burocracia contra los trabajadores tercerizados. Entonces, no se puede salir a escribir cualquier cosa. Respecto a la cita que hacés de mi comentario eso no lo hago para embarrar la cancha sino que lo digo porque en este artículo se expresa la misma lógica que Astarita utiliza en otros trabajos, es decir, la costumbre de atribuirle a toda “la izquierda” en general o a los “movimientos trotkistas” en general posiciones políticas que posee alguna que otra agrupación política “de izquierda” en particular (que efectivamente suelen tener posiciones grotescas también criticadas dentro de la propia izquierda). Pero bajo esta forma, Astarita pretende poner en ridículo a toda la izquierda de conjunto atribuyéndole posiciones que sólo algunas agrupaciones poseen, siendo que él fue militante trotskista y conoce las diferencias que hay en los distintos tipos de corrientes. Eso, además de demostrar resentimiento contra la izquierda (que bien puede tenerlo, no digo que no ni es algo que me incumbe) el problema que conlleva es el de una profunda deshonestidad intelectual cuando se pretende transformarlo en posiciones políticas críticas.
      En fin, espero haber respondido tus inquietudes.
      Un saludo fraternal.

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      Juan

      14/03/2011 at 14:32

  11. Amigo Antonio Ortiz:
    La izquierdaa Argentina hace lo mismo que la izquierda del capital del mundo entero, y también hace lo mismo que la burocracia sindical que dice combatir, divide a la clase, en listas sindicales PO, conta PTS, PTS contra MAS, el MAS contra la lista Bordó, la Bordó contra la lista roja etc etc. Su prestigio es tener candidatos obreros; el 10% de una fábrica aporta los candidatos obreros en las elecciones legislativas, el otro 10% vota al otro partido revolucionario que a su vez están separados en listas sindicales.Pero al final los trabajadores votan al peronismo.
    Estuve leyendo en la web las discuciones de una agrupación estudiantil en Buenos Aires llamada CAUCE , critican por entrismo al PTS, el Partido Obrero se ríe del PTS porque les saca los militantes ,, es que son patéticos,,.
    Amigo antonio Ortiz, Vives en España estás en una página de otro país, te prendes en discuciones desde otro continente , Tú si que eres comunista internacionalista compañero,, como puedes apreciar la discución entre nacionalistas no incluye al resto del proletariado del mundo y auque tú des ejemplos de experiencias de tu país, que me imagino que es para que se saquen conclusiones para un buén análisis,como verás es en vano, es que no te escuchan, o no te leen mejor dicho, los marxistas nacionalistas no estan en condiciones de expresarce para el proletariado en general, osea mundial. La izquierda del capital a nivel mundial deducen que, las masas de tal país son nacionalistas y ellos se adaptan, es que tienen miedo de perder votos para sus candidatos calienta sillas del congreso de la nación; o como hace la derecha con la consciencia xenófoga del pueblo en las campañas electorales europeas. Piensan que son los dueños de la verdad; pero también se los puede entender a los pobres, es que han aportado gran parte de sus vidas por una causa, y nadie, pero nadie les va a tirar el castillo de naipes, ni siquiera la realidad. El loco Don quijote es un poroto comparados con estos tíos.
    Tú lo sabes bien amigo Antonio Ortiz, y ves al govierno del PSOE cantar la internacional junto a los líderes sindicales levantando el puño.
    El psoe renunció publicamente al marxismo en los tiempos de Felipillo, pero igual intetan llevar a los trabajadores luchadores para el lado de sus políticas explotadoras , cosechar votos y para los sindicatos,,, el anhelado subsidio del Estado capitalista.
    Esta izquierda del capital entiende al internacionalismo informando de las lucha obreras y populares en el mundo nada más, después los partidos amigos de su internacional hace lo que se le da la gana en sus paises todos se creen que son el partido mundial, y si hay alguna diferencia los echan del partido y listo.
    No se discute el rol de los sindicatos.
    Ni la economía mundial, por ejemplo los trinta gloriosos.
    La política de autodeterminación de los pueblos (Que también la tiene y defiende el PSOE).
    ¿Qué fue la URSS?.
    ¿Qué es Cuba?
    ¿Qué es Corea del Norte?
    Por eso felicito a Rolo porque por lo menos se expone a la polémica, y se que no lo hace ahora, sino desde hace mucho tiempo, aunque no coincido con algunas de sus posturas pero reconozco que es valiente ante las críticas de los cobardes; porque se hacen los gallitos discutiendo en la página web pero en las reuniones de sus partidos «revolucionarios» se quedan bién en el molde.
    Bueno amigo Antonio Ortiz te seguiré escuchando reflexionando y aprendiendo gracias.

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    Buitre

    13/03/2011 at 22:33

    • Muy bueno, cosas así provocan ganas de seguir leyendo y debatiendo.

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      roberto

      14/03/2011 at 20:45

  12. Los sindicatos saben que el problema de la precariedad laboral y la desocupación es desde hace 70 años, poreso tienen el privilegio de tener contenta a su base, que los hijos de sus socios seran proletarios.
    Sencillo, los patrones quieren tener proletarios y los sindicatos desean tener patrones.
    Sino para qué está un sindicato?
    Se forma una gran camarilla en favor del capital trabajo- explotación. Por eso digo que no hay salida sindical.
    Ahora ¿Es el momento de decirles a los trabajadores que con el capitalismo ya no se puede vivir?.
    O separamos a los trabajadores en listas sindicales opositoras y en candidatos a las elecciones?.
    Cuando digo a los trabajadores me refiero a los de todo el mundo.
    Cuando el tsunami capitalista intente arrasarlo todo entenderán que se lo estamos diciendo en serio.

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    Buitre

    14/03/2011 at 00:21

  13. Querido Buitre… gracias por tu mensaje
    Con mi intervención he querido expresar que el problema que plantea rolo no solo nacional sino que sucede en todos los paises debido en gran medida a esa «convivencia» que se da entre la burocracia sindical y la patronal.
    La burocracia sindical (independientemente de sus tendencias e ideologías políticas) explota inteligentemente esas conquistas de la aristocracia obrera que nunca fueron conquistas sociales sino un pago de la burguesía a unos trabajadores adocenados que sabían que si se portaban bien sus hijos también tendrían su empleo asegurado.
    Tal como explica rolo en una situación de crisis brutal que vivimos plantear que los hijos o familiares de los empleados de las grandes empresas o del Estado deben tener trabajo asegurado crea división y además facilita que la inmensa mayoría de los trabajadores se levanten contra estos cuando emprenden movilizaciones.
    La patronal, que es a la vez quien acepta y facilita estas prácticas, explota hábilmente estas situaciones y cuando reivindican algo que es positivo les presentan a los otros trabajadores como unos «insolidarios» y «corporativistas» sembrando la confusión y rompiendo ese liderazgo que siempre han tenido los trabajadores de las grandes empresas en las movilizaciones obreras.

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    antonio ortiz

    14/03/2011 at 05:25

  14. 03.03.2011
    Sólo un 15% de los trabajadores españoles está afiliado a un sindicato, uno de los porcentajes más bajos de la Unión Europea (UE). Únicamente Estonia, Francia y Letonia registran tasas de sindicación más bajas (por debajo del 10%), mientras que Suecia, Dinamarca y Finlandia encabezan la clasificación con cifras cercanas al 70%, según un estudio publicado este jueves por la Comisión Europea (CE).

    La situación en España se explica por la alta temporalidad y por la falta de una tradición sindical, según fuentes comunitarias.

    En todo caso, Bruselas alerta de que estas cifras deben interpretarse con precaución porque en algunos países, como en Francia, el apoyo a los sindicatos en las elecciones profesionales es más alto de lo que indican las cifras de afiliación.

    Otro de los datos que revela el informe de Bruselas es la brecha que existe en España entre las afiliaciones de los trabajadores indefinidos (el 20% pertenece a un sindicato) y los temporales (no llegan al 10%), una de las mayores diferencias en toda la UE.

    Nueve de cada 10 trabajadores españoles, cubiertos por convenios colectivos
    Según el estudio de la CE, cerca del 90% de los trabajadores españoles están cubiertos por un convenio colectivo, frente a alrededor del 60% de media en la UE. Los estados comunitarios con mayor cobertura de convenios colectivos entre 2007 y 2009 fueron Austria y Bélgica (con porcentajes cercanos al 100%), mientras que los que registraron menos fueron Lituania y Eslovenia, donde no se llegó al 25%.

    En el conjunto de la UE, la tasa de afiliación sindical ha caído desde un 27,8% en 2000 hasta un 23,4% en 2008. En España, el número de afiliados a los sindicatos se ha reducido dos puntos entre 2000 y 2008.

    Por esa razón, según el informe, el reto actual de los sindicatos españoles es atraer a los inmigrantes. «Un desafío particular de los sindicatos es reclutar al creciente número de inmigrantes y autónomos. Los inmigrantes, muchos procedentes de fuera de Europa, son un gran reto para los sindicatos en Malta, España e Italia», señala el documento.

    Por lo que se refiere a las empresas, tres de cada cuatro de las españolas pertenecen a alguna patronal, frente a menos del 60% de media comunitaria. Los países con mayor cuota de empresas afiliadas a una organización patronal son Austria (donde es obligatorio), Suecia y Países Bajos, mientras que en el extremo contrario de la clasificación se sitúan Polonia y Lituania (20%).

    Diálogo social: buena cura para la crisis y el paro
    El informe de la CE pone de relieve la importancia del diálogo social en la búsqueda de respuestas a la crisis. Así, según fuentes europeas, la industria del automóvil y la manufacturera han sido las que, gracias a los acuerdos entre los interlocutores sociales, han soportado mejor el impacto de la crisis en términos de mantenimiento del empleo.

    En esa misma línea, el comisario europeo de Asuntos Sociales e Inclusión, Laszlo Andor, ha indicado en un comunicado que «los Estados miembros que mejor están superando la crisis son aquellos en los que el diálogo social es más solido».

    En los últimos meses se han firmado acuerdos en respuesta a la crisis entre patronal y sindicatos o entre los interlocutores sociales y los gobiernos en 11 Estados miembros: España, Bélgica, Países Bajos, Francia, Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Bulgaria, República Checa y Eslovaquia.

    En seis de los países de la ampliación (Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, República Checa y Eslovaquia) se trata de la primera vez que se han alcanzado acuerdos sociales a escala interprofesional.

    En otros siete países de la UE, los interlocutores sociales participaron en el diseño de medidas anticrisis, como la reducción del tiempo de trabajo: Alemania, Luxemburgo, Eslovenia, Italia, Austria, Dinamarca y Finlandia.

    Por lo que se refiere al nivel sectorial y de empresa, se alcanzaron otros acuerdos anticrisis específicos entre patronal y sindicatos en España, Italia, Alemania, Francia, Dinamarca, Suecia, Polonia y Países Bajos.

    En cinco Estados miembros, el diálogo fracasó, como ocurrió en España con la reforma laboral: Hungría, Irlanda, Luxemburgo, Eslovenia y Finlandia.

    Por lo que se refiere al sector público, los salarios se han congelado o recortado en España, Bélgica, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, Bulgaria, Grecia, Hungría, Irlanda, Francia, Italia, Países Bajos, Portugal y Reino Unido. Ello ha provocado huelgas en España, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Portugal y Rumanía

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    Buitre

    14/03/2011 at 15:38

  15. Washington, 21 ene (EFE).- Los sindicatos estadounidenses perdieron 612.000 miembros el año pasado hasta los 14,7 millones de trabajadores, lo que dejó la afiliación sindical en el 11,9 por ciento frente al 12,3 por ciento del 2009, según un nuevo informe.

    El estudio divulgado hoy por la Agencia Estadounidense de Estadísticas Laborales destaca que en 1983, el primer año para el que hay cifras comparables, la tasa de afiliación en el país era del 20,1 por ciento, equivalente a 17,7 millones de trabajadores.

    En general, la afiliación sindical ha caído de forma progresiva desde la década de los 50 cuando más de la tercera parte de los trabajadores pertenecía a un sindicato.

    El informe muestra que la afiliación sindical en el sector público, del 36,2 por ciento, es mucho mayor que en el sector privado, de tan solo en 6,9 por ciento.

    Por sectores, la mayor afiliación es en el sector de la educación, con una tasa del 37,1 por ciento.

    El estudio señala también que la afiliación sindical es mayor entre los afroamericanos que entre los asiáticos y los hispanos.

    Según las estadísticas divulgadas hoy, un 13,4 por ciento de los afroamericanos pertenece a un sindicato, frente al 10,9 por ciento de los asiáticos y el 10 por ciento de los hispanos. En total hay 1,8 millones de latinos miembros de sindicatos.

    Por otro lado, el estudio indica que el salario medio de los trabajadores afiliados a un sindicato es de 917 dólares semanales, frente a los 717 dólares semanales de los que no están afiliados.

    El estado en el que los sindicatos tienen más miembros es Nueva York, con una afiliación del 24,2 por ciento, que contrasta con el 3,2 por ciento de Carolina del Norte, la cifra más baja en el país.

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    Buitre

    14/03/2011 at 15:49

  16. yo creo que horacio tiene razon en cuanto a que depende de la direccion del sindicato la situacion de los trabajadores, todo lo demas me parece que no tiene mucho sentido colgarse.
    hay que sacarles a los burocratas la direccion de los sindicatos y que sirvan como herramientas verdaderas para la clase obrera.

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    mirtha

    14/03/2011 at 20:07

  17. jp: lo suyo es lamentable.
    No es que el artículo diga que la lista «tal color» en el Roca esté alentando que se elijan a hijos de empleados para cubrir vacantes.
    Lo que plantea es que eso es visto como «una conquista», que defienden con orgullo no pocos ferroviarios. Y te lo dice un ex-ferroviario.
    Eso sí, una «conquista» que no tienen los tercerizados… eso lleva a divisiones y enfrentamientos… no solo los intereses de la burocracia los provocan
    Y es verdad que nunca se planteo nada al respecto. Yo la única crítica que escuché a eso, fue hace un par de años y fue de parte de Rolo.
    JC, llamá mentiroso o «deshonesto intelectual»(sic – JP no dice de que partido es…) o resentido con la izquierda a quien quieras, pero tratá de responder a ese argumento.
    Te aclaro que fui ferroviario a causa de que mi padre lo fue.
    Con respecto a que Rolo pone ejemplos que nadie conoce .. Mira en tu afán de embestir con todas tus encendidas declaraciones de principios fundamentales de la clase obrera … (y patatin y patatan) decis que Rolo argumenta con casos que no conoces… y no podemos saber si es verdad o no.
    …. bueno, bueno…
    Tenes todo el derecho a no saber que en la EPE de Santa Fé ingresan los hijos de empleados (y hay un listado oficial en poder de la empresa para cubrir vacantes), y que en Aguas Santafesinas, en la vieja EnTEl y la actual Telecom ocurre lo mismo… Te digo que tenes todo el derecho a no saberlo … Como cualquiera de nosotros, conociendo esos casos, puede presentarlos como ejemplos.
    Es más, tengo presente a un delegado de telecom, en Rosario hace un par de años que en una asamblea mocionoó que los hijos de los carneros salgan de las listas de «Hijos» para cubrir vacantes…
    Jp: por último, lo de zanon, dando trabajo a los que luchan no es lo es lo óptimo. El que está en desacuerdo… no quedará afuera? quien tiene el luchómetro? Si la izquierda se saca los ojos por un delegado -lo veo, no me lo contaron (tampoco me lo dijo Astarita) no se sacará los ojos por un ingreso?
    Tan idílico es todo? No sería mejor ver que contradiciones tiene ese tipo de fenómeno social, para mejorar continuamente, en lugar de presentarla como el soviet de petrogrado, solo porque lo tal (o tu – no se, ya estoy confundido…) organizacion.
    JP: Tus comentarios son irritantes, y respondí en forma irritada.. así que pido disculpas por los exabruptos y los saludo a todos muy atentamente.

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    roberto

    14/03/2011 at 20:29

    • Me mató lo del luchometro!
      Hay muchos en la izquierda que creen que lo tienen, posta.
      Comparto tu bronca roberto! La verdad que es un irreverente JP llamando al profe mentiroso. No tiene ni idea de su honestidad.
      Saludos a tod@s!

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      Nuria

      14/03/2011 at 20:40

    • Es verdad Nuria, en algo tenés razón: soy un irreverente. Soy tan irreverente que voy a luchar junto a los oprimidos de esta sociedad capitalista hasta donde me dé el cuero, contra la burguesía y contra todo tipo de privilegios, de la misma manera que no me voy a callar ante «académicos» y farzantes que desde sus cómodos sillones se dedican a proferir mentiras y a querer plantear falsos debates.

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      JP

      15/03/2011 at 02:22

    • Compañero Roberto:
      Por lo visto, más que la discusión en sí, parece ser que lo que más te inquieta es que yo le haya discutido a Rolando sin ningún tapujo y con objeciones y argumentos políticos bien claros, a lo cual no respondió más que con abstracciones o axiomas supuestamente lógicos que parten de premisas falsas.
      Vos decís: “No es que el artículo diga que la lista “tal color” en el Roca esté alentando que se elijan a hijos de empleados para cubrir vacantes”. Bueno volvé a leer el artículo porque lo que decís es incorrecto y para demostrártelo no voy a hacer más que transcribirte lo que escribió el propio Astarita. En el 1° párrafo arranca con una introducción sobre el crimen de Mariano, los métodos de la burocracia, su relación con el estado, etc. Luego sigue denunciando la discriminación que hay en el Roca entre contratados y tercerizados (hasta ahí tengo total acuerdo) pero después el artículo empieza a oscurecer cuando remata la primera parte diciendo: “Estamos por lo tanto ante un caso de división y discriminación, que no debería ser ocultado. Necesitamos reconocer el problema, y preguntarnos si no hay algo que cambiar en discursos y prácticas que, durante años, se consideraron “progresistas”. Si no fuera por esta última oración uno tendería a pensar que Astarita venía criticando a la burocracia sindical, pero no, acá ya se empieza a oler un tufillo de izquierda cuando utiliza la palabra “progresistas” (sin decir nunca a quien se refiere) como responsables de la situación de discriminación a tercerizados en el Roca. Por eso, no tranquilo con este abstracto concepto de “progresistas”, Astarita avanza en su diatriba pasando de hablar de “progresistas” para hablar ya sin tapujos de “progres y de izquierda” (sin definir tampoco quien es “la izquierda” así como tampoco antes definió quienes son los “progresistas”), me refiero aquí al apartado del artículo que lleva por título: “Institución y tradiciones “progres y de izquierda”. Allí Astarita dice animaladas tales como: “Es que desde la izquierda, y sectores que se reivindican como progresistas, se alentaron “reivindicaciones” que profundizaron las divisiones. La más clara es la que está en el centro de la hostilidad de los ferroviarios “de toda la vida”, contra los ex tercerizados: el privilegio de que los familiares de los “antiguos” tengan asegurado el puesto de trabajo.” Siendo que la principal lista de izquierda en el Roca es La Bordó, no te parece a vos que ésta una abierta acusación a La Bordó? Si me respondés que no, es porque realmente no leíste el artículo. Bueno, mi respuesta a este planteo de Rolando es la siguiente: esta acusación de Astarita es una falacia total que no tiene pies ni cabezas. 1° Porque los integrantes de La Bordó que ya estaban en planta permanente, son precisamente quienes tuvieron la política de pelear junto con los trabajadores tercerizados y precarizados para que éstos pasen a planta permanente (todo lo contrario a la “profundización de divisiones” de las que habla Astarita en el párrafo que antes cité). 2° Porque lo que acá estuvo en juego es el pase a planta permanente de tercerizados, no el ingreso de hijos de trabajadores “de izquierda” (no sé donde inventó esto Astarita). 3° Porque lo que ha hecho Astarita en este artículo es acusar a La Bordó (sin mencionarla ya que habla de “la izquierda”) de las prácticas que llevan adelante desde hace años sus enemigos, es decir, la burocracia sindical.
      Después vos mencionás las prácticas comunes como el caso de la EPE, Telecom y ENTEL y sí… nadie te discute eso, los gremios que intervienen en esos sectores son los que responden a la burocracia, no se puede esperar más. Pero lo que acá veníamos discutiendo es otra cosa, lo que yo acá puse en discusión es la acusación de Astarita de endilgarle a “la izquierda” posturas divisionistas y discriminatorias, lo cual como ya dije, es una acusación falaz que no se de dónde la inventó.
      Respecto a lo de Zanon te recomiendo que leas más sobre este interesante proceso o si algún día andás por Neuquén pases por esa fábrica maravillosa para que los propios obreros te cuenten cómo fue esa lucha, ya que precisamente sucedió todo lo contrario a lo que vos decís cuando preguntás que pasa con “el que está en desacuerdo..” 1° Porque en ese proceso se incorporó gente de distintos movimientos de desocupados, mientras que el dirigente de ese proceso era Raúl Godoy, dirigente del PTS, ingresaron a laburar gente del PO e incluso muchos desocupados que no eran de izquierda, eran sencillamente sindicalistas, es decir, peleaban simplemente por su trabajo. 2° El que está en desacuerdo con algo en la fábrica lo puede manifestar democráticamente en las asambleas que realizan los propios trabajadores, órgano en el cual se toman todas las decisiones correspondientes a producción, salarios, rotación obligatoria del personal (ya que todos los laburantes rotan cada 6 meses pasando por todos los sectores de la fábrica), etc. En fin, una experiencia sumamente interesante, por algo desde todo el mundo miran este proceso, desde famosas periodistas de izquierda como Naomí Klein, hasta dirigentes obreros como Manu Georget de Francia de la fábrica Philip, dirigente éste último que además integra el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) de Francia.
      Esto que te cuento Roberto no es “idílico”, esto es realidad. Por eso no se puede salir a escribir cualquier cosa con falsas acusaciones cuando hay experiencias como éstas que a los obreros y militantes le cuestan sudor y lágrimas.
      Te mando un saludo fraternal.
      JP

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      JP

      14/03/2011 at 22:55

    • Es interesante estudiar la respuesta de JP, porque es un botón de muestra de la forma en que discuten muchos compañeros de izquierda. En mi artículo sostuve que la izquierda no criticó la práctica «prioridad a los familiares». Que esto ocurrió en muchos lugares, y tiene una vieja tradición. Otros lectores del blog aportaron más datos. Entre ellos, que incluso en Subterráneos (donde participan varios grupos de izquierda) se ha incluido en la lista de reivindicaciones. También he planteado que la reivindicación se planteó en movimientos de desocupados. Nadie pudo presentar un solo escrito de la izquierda, en que se criticaran estas prácticas, o estas «reivindicaciones». Se trata de un tema general, y que ha sido naturalizado. La misma reacción que provoca mi planteo, muestra que el asunto estaba naturalizado.
      ¿Qué responde JP?: a) que ataco a la lista Bordó, b) que los integrantes de la Bordó que estaban en planta permanente lucharon por los tercerizados; c) que se peleó por el pase a planta de los tercerizados; d) que yo inventé el cuento de que en ferrocarriles se priorizaba la entrada de hijos de planta permanente; e) que acuso a la Bordó de tener las prácticas de la burocracia sindical; f) que en EPE Telecom y Entel la dirigencia es burocrática; g) elogios a Zanon y su dirección.
      Bien, si esta es la argumentación con que se refuta lo que planteo en la nota, y lo que ampliaron los compañeros que enviaron comentarios, considero que el debate con JP no da para más. Que cada cual saque sus conclusiones, Cuando leo argumentaciones como las de JP, además de sentirme un poco apenado, me acuerdo de aquella frase de Hegel: «la magnitud de pérdida de un espíritu, se mide por aquello en que se satisface». Si a JP sus argumentos lo dejan satisfecho, no tengo más comentarios al respecto.

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      rolandoastarita

      14/03/2011 at 23:42

    • Ya fue, Rolando.
      Es totalmente entendible su planteo.
      No sé como hace para aguantar este nivel de debate (e incoherencia).

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      Edy

      15/03/2011 at 00:08

    • JP: lo que a mí me molesta de tus intervenciones es que tergiversás las cosas, por ejemplo, que no sos capaz de diferenciar entre decir que la izquierda «mira para otro lado» de decir la izquierda impulsó la división. Lo que se está diciendo es que ante algo que hacen la burocracia y la patronal la izquierda en general no ha respondido adecuadamente y hasta -equivocándose- ha tomado por bueno (como una «conquista») algo que no lo es. Es como una idea «troyano» en la inteligencia de izquierda que tiene consecuencias en la práctica.
      No sos capaz de discutir esa idea y en cambio tenés una actitud de sesgo paranoico: te lo tomás como algo personal y particular. Decís que parte de «premisas falsas», bueno, argumentá sobre eso, guardá la escopeta y toda la munición que tenés, dejá de llamar mentiroso, falso y toda la serie de epítetos y utilizá argumentos.
      Intentalo, dale que a lo mejor podés.

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      Eduardo

      15/03/2011 at 00:26

    • Las Jp lucharon tanto contra los privilegios y «Combatiendo al capital» que ahora están en el poder.

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      Buitre

      15/03/2011 at 15:42

  18. El tema del artículo, expuesto en la introducción, es la existencia de una división entre trabajadores permanentes y tercerizados, «muchos trabajadores no apoyaron la lucha de los tercerizados, y de alguna manera avalaron a la burocracia», «La razón de esta hostilidad es la defensa, de tipo corporativo, del “derecho a que mis hijos tengan prioridad para ocupar un puesto de trabajo vacante”, «en ferrocarriles, como en algunos otros lugares, se acostumbra que los familiares de los obreros empleados tengan prioridad, a igualdad de otras condiciones, frente a postulantes “sin conexiones”.

    En el último cuarto del artículo Rolando llama la atención acerca de cómo se ha posicionado la izquierda frente a la situación descripta hasta allí, «desde la izquierda, y sectores que se reivindican como progresistas, se alentaron “reivindicaciones” que profundizaron las divisiones. La más clara es la que está en el centro de la hostilidad de los ferroviarios “de toda la vida”, contra los ex tercerizados: el privilegio de que los familiares de los “antiguos” tengan asegurado el puesto de trabajo. Se trata de una vieja tradición, que no es solo patrimonio de los ferroviarios.»

    Esta afirmación ha provocado la reación del copañero JP quien afirma que «Astarita adjudica a “la izquierda” la abierta política divisionista de la burocracia sindical … O Astarita considera -dice JP- a la burocracia de Pedraza como “la izquierda” (..) o desconoce que precisamente ha sido la agrupación La Bordó de ferroviarios (que posee militantes de partidos de izquierda) quien apoyada por partidos de izquierda y del sindicalismo de base luchó por el pase el pase a planta permanente de los trabajadores tercerizados.»

    Me parece que la primera crítica no se condice con el tema del artículo y la segunda directamente no tiene nada que ver con el tema.

    Si bien JP al comienzo de su comentario parece acordar con Rolando, ya que dice que coincide en que hay que «buscar las explicaciones sobre la división al interior de la clase obrera desde una perspectiva materialista», crítica a Rolando por algo que él no ha dicho, ya que una cosa es «alentar ‘reinvindicaciones'» -tal lo escrito por Rolando- y otra cosa es haber sido el impulsor de esas medidas. Astarita no «adjudica a “la izquierda” la abierta política divisionista de la burocracia sindical», no la critica por haber impulsado esa división sino que critica el silencio y el apoyo de la izquierda ante una tradición que se considera habitualmente como una «conquista». Es decir, no dice que la izquierda sea lo mismo que la burocracia como JP pretende hacerle decir, sino que trata de llamarnos la atención acerca de un error de la izquierda, de un error por omisión y por incomprensión del problema.

    Los ejes de artículo son esos y como método de discución creo que hay que remitirse a esas dos o tres ideas centrales, tanto para criticarlas como para profundizar en ellas. No tiene ningún sentido acá cuestionar la vida y la obra de Astarita. Las ideas centrales son:

    1. Si es cierto que existe una división entre trabajadores permanentes y terceriados/precarizados.
    2. Si es cierto que existe una tradición que favorece la entrada a los puestos de trabajo de familiares de los trabajadores permanentes.
    3. Si es cierto que esa tradición es considerada una conquista, incluso por las corrientes de izquierda.

    Creo que Rolando acierta en lo esencial. La respuesta a las tres preguntas formuladas es SÍ.
    Sí, existe la división, sí existe esa tradición, y sí, también es cierto que la izquierda no ha reparado en esta cuestión tomando una postura «de izquierda» ante la misma.

    En el caso particular de ferroviarios desconoco si la iquierda impulsó esta tradición pero todo parece indicar que al menos se mantuvo en silencio. Donde sí está claro que la izquierda alienta y ve como progresivas estas medidas es por ejemplo en el Subte, donde dicha costumbre ha sido incluida en el Anteproyecto de Convenio Colectivo de Trabajo elaborado por los trabajadores, los delegados y el TEL -que puede descargarse desde el siguiente link http://www.metrodelegados.com.ar/IMG/pdf/AnteproyectoCCT-Subterraneo.pdf en donde podemos leer: «19. BOLSA DE TRABAJO Para cubrir las vacantes de ingreso la parte empleadora dará prioridad a los parientes de trabajadores con antigüedad mayor a los 5 (cinco) años encuadrados en el presente Convenio Colectivo, conforme a un listado que periódicamente le actualice y suministre el Cuerpo de Delegados».

    Saludos.

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    Eduardo

    14/03/2011 at 21:19

    • Eduardo:
      Creo que ya te respondí, pero aprovecho a contraargumentar a la crítica que me hiciste en tu post, allí decís: “no sos capaz de diferenciar entre decir que la izquierda “mira para otro lado” de decir la izquierda impulsó la división”. Sobre ello te invito a leer lo que escribió el propio Astarita, allí éste dice: “Es que desde la izquierda, y sectores que se reivindican como progresistas, se alentaron “reivindicaciones” que profundizaron las divisiones. La más clara es la que está en el centro de la hostilidad de los ferroviarios “de toda la vida”, contra los ex tercerizados”. Astarita es claro, sostiene que la izquierda alentó “reivindicaciones” que profundizaron las divisiones”. Chequeá esta parte en la nota así corroborás que esto lejos está de ser una tergiversación mía, más clarito que esta frase, echále agua.

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      JP

      16/03/2011 at 02:38

  19. Rolando: Nunca pudiste responder quien era el sujeto político de «la izquierda» al que dirigías tu crítica, ni de donde sacaste la falacia de que los trabajadores del Roca «de izquierda» profundizaron las divisiones, la discriminación y sostienen «como una conquista» meter a sus hijos en los puestos de trabajo. No lo hacés en tu artículo y te negás a hacerlo en tus 4 comentarios. Recordá que los marxistas para llegar a algún tipo de abstracción teórica comenzamos primero mirando lo concreto, después conceptualizamos. Vos hiciste todo lo contrario, comenzaste hablando con conceptos vacíos de contenido, «la izquierda», «el progresismo», nunca definiste que era eso o a quien te referías y encima pretendiste ponerlo bajo crítica (que raro!) hasta citando a Hegel en contra mío y todo! Recordá que mientras vos realizás este tipo de provocaciones intelectualoides, los laburantes del Roca «de izquierda» son patoteados por la burocracia, le asesinaron un compañero y son perseguidos con causas judiciales. Asimismo, te vuelvo a invitar por 3° vez a que cuando critiques algo digas a quien se lo estás criticando en concreto y no a “la izquierda” en general, ya que para alimentar prejuicios contra los luchadores sociales de izquierda tenemos bastante con la burguesía. Y decir eso no es ser stalinista como mencionaste antes, ni es un antídoto contra toda crítica, ya que las críticas sólo pueden tener lugar si existen bases reales, por el contrario, cuando hay falacias de por medio, eso es stalinista.

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    JP

    15/03/2011 at 02:11

    • Agrego:JP, tu manera de polemizar me ayuda a responder una pregunta que muchas veces me hicieron: ¿por qué desde hace años no quiero participar de ciertos foros de debate que se arman desde organizaciones de izquierda? Mi respuesta: porque prevalecen tus formas de polemizar. Hace un tiempo me habían medianamente convencido para participar en uno de esos encuentros, que finalmente se postergó para este año. Tus comentarios me convencen de la necesidad de revisar esa decisión. No tengo nada que hacer allí. Seguí entonces adelante con tu revolucionaria cruzada de desenmascarar «provocadores intelectualoides» y «académicos farzantes» que sentados en «cómodos sillones» son enemigos de los laburantes, actúan como colaboracionistas de las patotas sindicales, son funcionales a las persecuciones judiciales y amigos de los asesinos de militantes. En definitiva, te agradezco JP., porque me hiciste tomar conciencia de que nada ha cambiado, en esencia, en ciertos ambientes de la izquierda.

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      rolandoastarita

      15/03/2011 at 10:16

    • JP, de dónde saca este nivel de desatino y chicanería? El conocimiento no avanza con este nivel dialogo, todo lo contrario, retrocede. Quitan las ganas de poder tener una conversación con usted.
      Ayer comentaba, aparte de pedirle respuestas a la linea de razonamiento del artículo (que no me fueron dadas, aunque piense lo contrario), que celebraba el debate sin chicanas. Pues, lo felicito, hizo todo lo contrario. Lo más probable que alguien que lea toda esta discusión, si tiene la paciencia, piense que los marxistas seamos prepotentes, brutales e incapaces de mantener un dialogo coherente.
      Estoy seguro que por esta forma de intervención hemos perdido valiosos compañeros en la lucha contra el capital.
      Astarita, de por cerrada esta conversación. Quien se impaciente y lea los comentarios antes que su nota, allá él. Pero ya todos podemos sacar nuestras propias conclusiones.
      Fraternales saludos, para usted también, JP.

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      JuanCa

      15/03/2011 at 10:49

    • Juanca:
      Ayer te respondí extensamente todo lo que me preguntabas, vos en 2 renglones y sin ningún argumento decís que “no te fueron dados”. La realidad es que sí te fueron dados, en todo caso podrás decir que no tenés acuerdo, pero en ese caso entonces, tendrás que argumentar por qué no tenés acuerdo conmigo y por que sí lo tenés con Astarita. Me imagino también que estarás muy bien informado sobre el proceso del Roca como para definir qué argumentaciones se acercan a la verdad y cuáles no, de lo contrario, esto sería como hinchar para un equipo de fútbol (aunque tu comentario de ¡Fuerza Rolando! parece sugerir lo primero). Asimismo, si tan seguro estás que con “esta forma de intervención hemos perdido valiosos compañeros en la lucha contra el capital” seguramente mucho más insoportable te debe resultar la explotación capitalista y seguramente habrás conformado una agrupación con muchos de estos supuestos compañeros que según vos tienen tus mismas ideas para luchar contra el capital.

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      JP

      16/03/2011 at 02:23

    • JP, respondeme una vez a mí, dale. Dejá de acusar y razoná un poco.

      1. Si es cierto que existe una división entre trabajadores permanentes y terceriados/precarizados.
      2. Si es cierto que existe una tradición que favorece la entrada a los puestos de trabajo de familiares de los trabajadores permanentes.
      3. Si es cierto que esa tradición es considerada una conquista, incluso por las corrientes de izquierda.

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      Eduardo

      15/03/2011 at 17:58

    • Te respondo sin ningún problema Eduardo, aunque por alguna razón estimo que ya tomaste una postura a favor de Astarita más por una cuestión de mis “malas formas” que por el contenido de lo que puse en discusión. No obstante, no creas que un “fabulador educado” es mejor que un “maleducado con razón”.
      Tal vez me equivoque, pero aún así paso a responderte cada una de tus preguntas:
      1- Sí existe una división entre trabajadores permanentes y tercerizados/precarizados, esa división la promueve la burocracia por su carácter material y político. Precisamente porque ¿qué es la burocracia? La burocracia definida en términos materialistas es una capa al interior de la clase obrera con ciertos “privilegios”, es decir, es un sector de la clase obrera que goza de mejores convenios, mejores sueldos, etc. ¿Y cuál es su política? Su política es la conciliación de clases, por eso se alinean políticamente con distintos partidos burgueses y no con partidos revolucionarios o de izquierda, por lo tanto, ante despidos, privatizaciones o cuestiones que en general afecten a los trabajadores van a decidir burocráticamente (aunque aquí defino burocracia en términos de métodos políticos) yendo a conciliar de cualquier manera, aceptando coimas, dejando en banda trabajadores despedidos, etc. Ahora bien, una cosa es decir que esta división es promovida por la burocracia y otra cosa es decir que las divisiones las promueve “la izquierda”, tal como expone Astarita cuando dice: “Es que desde la izquierda, y sectores que se reivindican como progresistas, se alentaron “reivindicaciones” que profundizaron las divisiones. La más clara es la que está en el centro de la hostilidad de los ferroviarios “de toda la vida”, contra los ex tercerizados: el privilegio de que los familiares de los “antiguos” tengan asegurado el puesto de trabajo.” Centralmente esta parte del texto me parece falsa para el caso del Roca, ya que el proceso que se dio aquí es totalmente inverso a lo que sostiene Astarita, puesto que agrupaciones de izquierda como La Bordó justamente luchan contra la división en el movimiento obrero que hace que haya trabajadores “de segunda” que no puedan acceder a los mismos derechos que los trabajadores que están en planta permanente. Astarita podrá decir que esto no fue así en otros lugares, bueno, que escriba entonces sobre esos otros lugares, pero que no se lo atribuya a “la izquierda” en el Roca porque eso es falso. Asimismo, por las razones que expliqué en otro comentario anterior tampoco me parece correcto que mezcle este proceso con otros procesos obreros que tuvieron un origen distinto, ya que se dieron en épocas de alto desempleo que tuvo como protagonistas a otros sectores de la clase obrera tal como los movimientos de desocupados.
      2- Sí, es cierto que existe una tradición que favorece la entrada a los puestos de trabajo de familiares de los trabajadores permanentes. Incluso en ferrocarriles ésta es una práctica bastante extendida. Pero volvemos a lo mismo: quien lleva adelante esta práctica, la burocracia o la izquierda? La burocracia, y por eso, entre otras razones, tiende a tener un poder casi consuetudinario e incluso la impunidad como para salir a matar compañeros de izquierda como M. Ferreyra. No es casual entonces, que gran parte de los trabajadores efectivos apoyen a la burocracia mientras que una minoría de esos efectivos que es de izquierda salga a luchar junto a los tercerizados y precarizados.
      3- No, por lo menos en el caso del Roca. Y menos aún es cierto que trabajadores “de izquierda” de ese ferrocarril consideren esto una conquista para utilizarlas contra los tercerizados. En todo caso, vuelvo a insistir, si Astarita considera que esto sí sucede en otro lugar, entonces que escriba un artículo dando el ejemplo de ese otro lugar. O si considera que esto es así en el Roca entonces que lo demuestre y que explique por qué contrariamente a lo que él sostiene “la izquierda” en el Roca sale a luchar junto a los tercerizados en lugar de dedicarse a hacer entrar a sus hijos poniéndose en contra de los tercerizados.

      En fin, cuando se escribe un artículo hay que tener la elemental claridad como para no confundir a la burocracia con “la izquierda”. Además, hay que definir a quien se considera como “la izquierda”, cosa que nunca hizo Astarita pese a que se lo pregunté varias veces.
      Saludos.

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      JP

      16/03/2011 at 01:29

    • Eduardo, es inútil, no hay manera de debatir, porque no hay manera de que alguien que busca «ganar» discusiones (y aplastar «al contrarrevolucionario») preste atención a los hechos que lo contradicen. Veamos un hecho: todos los que tuvimos durante años alguna relación con el movimiento obrero conocemos que existe, en muchos gremios, una tradición establecida que considera una conquista el «derecho al trabajo para los hijos». Esto entró siempre dentro del paquete de «conquistas obreras». Cualquier viejo trabajador telefónico, de Luz y Fuerza, etc., lo consideraba así. Es un hecho que la izquierda jamás cuestionó este pensamiento, que estaba establecido. El que está dispuesto a defender a cualquier costa la actuación de la organización de izquierda que pueda verse cuestionada por esto, no dice palabra de este hecho. ¿Por qué? Pues porque no puede explicar a qué se debió este silencio ATRONADOR durante años. Pero esto lo tiene sin cuidado, porque no deja de insultar, y pregunta: «¿dónde la izquierda dijo que eso era una conquista?» En la nota presento otro hecho. Expliqué que movimientos de desocupados habían aplicado esa lógica, que conectaba con esa tradición. Agrego que esa reivindicación fue conocida por la izquierda, y nadie dijo palabra sobre el asunto. Pero hay más, Alguien recuerda otro hecho. Explica que en Subterráneos se levantó como demanda la entrada de familiares. ¿Qué responde el que está dispuesto a defender a cualquier costo su verdad? Pues sigue insultando, sin atinar a decir palabra sobre lo que se está señalando. ¿Es significativo lo de Subterráneos? Claro que es significativo. Es por lo menos tan significativo como lo del movimiento de desocupados, porque enSubte están muchas agrupaciones de izquierda, que saben perfectamente que esa demanda existió. ¿Qué agrupación o partido de izquierda habló del asunto? Hasta donde conozco, NINGUNO. Solo se siguió defendiendo de conjunto las reivindicaciones presentadas. ¿Pero no incluyen la defensa de la «prioridad del trabajo familiar»? Sí, lo incluyen, pero no se dice palabra sobre el asunto. ¿Qué dice nuestro crítico? Nada sobre el hecho, pero sigue insultando y diciendo que nadie le puede responder. ¿Qué sentido tiene seguir este «debate»? Hay un punto en el que lo mejor es exponer los textos, y que cada cual saque sus conclusiones. Dado que el conocimiento es un fenómeno social, el someter a escrutinio de otros los argumentos, nos da un buen parámetro. Es lo que hice con otras polémicas que tuve con alguna otra gente de este tipo. Da muy buen resultado.

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      rolandoastarita

      16/03/2011 at 08:56

  20. Sisisi, todo lo que quieras. Pero seguís sin responder las preguntas básicas que te hice en los anteriores comentarios. No decir a quien se está criticando ni respaldar «críticas» hacia «la izquierda» en el Roca es montar un debate falso. Si no querés debatir en foros de debate no lo hagas, siempre va a ser más «cómodo» sostener disparates por escrito, en cambio si hay que defenderlos en debates públicos con gente que te resonde, ahí ya no es tan fácil. De hecho, ya te he visto abandonado instancias de este tipo tal como sucedió en el debate con RyR, donde había discrepancias entre varios de los disertantes, sin embargo, fuiste el único que lo abandonó. Por qué será, no? Encima después escribiste una nota tergiversando estadísticas del Profesor Juan Iñigo Carrera, tal como se encargó el propio JIC de responderte.

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    Juan

    15/03/2011 at 11:05

    • Ah, ya me van cerrando las cuentas.
      Se me escapa un, De tal palo, tal astilla.
      Fuerza Rolando. Una vez escuché decir que ya tenía piel de elefante. Que perdure, que perdure.

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      JuanCa

      15/03/2011 at 11:36

    • Efectivamente, me retiro de los lugares donde impera este clima de agresiones y agravios. «Provocador», «cruzado contra el socialismo», «gran disimulador», etc., etc., son algunos de los «argumentos» que me han endilgado. Y a cada paso se agregan cargos y cargos. Ahora, por ejemplo, debería explicar que no tergiversé a Iñigo Carrera. Pero sería inútil argumentar, porque me esperaría otra sarta de insultos, y nuevas acusaciones. Pues bien, tengo cosas más importantes que hacer, que meterme en esos lozadales.De todas maneras, te reitero mi agradecimiento por haberme recordado «en carne viva» los métodos usuales de esos ambientes.

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      rolandoastarita

      15/03/2011 at 11:45

    • Lástima que seguís sin responder lo que te pregunté varias veces, esto es, a quién en particular estás dirigiendo tu crítica y con qué sustentas tu afirmación de que en el Roca “la izquierda” alienta la incorporación de hijos de trabajadores fijos profundizando la división entre trabajadores fijos y tercerizados.
      Pero bueno, parece que solicitarte una respuesta tan elemental para este debate, es como pedirle peras al olmo.

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      JP

      16/03/2011 at 01:45

    • Respondo por acá porque el comentario de abajo no tiene link Responder.

      JP, La respuesta se te dio. Esta ahí adelante de tus ojos. Solo tenes que abrir un poco la cabeza.

      Por supuesto podes no estar de acuerdo, podes considerar que no es una respuesta adecuada. Pero lo que no podes hacer es negar que la respuesta se te dio simplemente porque no cumple con tus estructuras intelectuales.
      Vos podes pensar y decir lo que quieras pero no podes pretender obligar a los demas a actuar segun vos pensas que deben actuar, o a pensar en tus terminos o con tus categorias. Eso debe ser el ABC para alguien que se autodefine «revolucionario»

      Saludos.

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      Gerardo

      16/03/2011 at 09:56

    • Gerardo, aprovecho tu mensaje para plantear otra cuestión, a saber, el carácter de clase de la burocracia sindical. El tema apareció en estos comentarios. Mi implacable crítico sostiene que la burocracia sindical es parte de la clase obrera, un sector privilegiado de la misma, pero socialmente perteneciente a la clase obrera. Lindo tema! Yo pienso exactamente lo opuesto. La burocracia sindical es parte de la clase dominante, aunque no sea (en su mayoría) dueña de los medios de producción. Vive de la plusvalía que se le arranca al obrero. No se trata de «privilegios», ya que participa de la explotación del trabajo.
      Voy a escribir algo sobre este asunto. En este punto sí estoy bastante más cerca de Trotsky (ver sus caracterizaciones sobre la burocracia sindical inglesa y estadounidense de los 30), que de algunos de sus modernos epígonos, muy «radicals» combatiendo «contrarrevolucionarios encubiertos» y «académicos charlatanes», pero bondadosos a la hora de caracterizar a estos burócratas.

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      rolandoastarita

      16/03/2011 at 10:56

    • Disculpen no le presten atención a la linea:

      Respondo por acá porque el comentario de abajo no tiene link Responder.

      Saludos.

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      Gerardo

      16/03/2011 at 10:00

  21. Este artículo me parece muy bueno para abrir el debate acerca del tema de la fragmentación obrera. Coincido bastante. lamentablemente, hay gente -como JP- que no lo entiende así y da verguenza ajena en su andanada de insultos e improperios. Esto ha motivado con justicia que Rolando publicara el texto subsiguiente acerca de las métodos de discusión en la izquierda. Acuerdo con él totalmente. Ahora, este señor JP, ¿cree que tiene tanta impunidad para tildar a Astarita de «deshonesto intelectual, mentiroso y falaz»? Eso es una canallada, propia de un calumniador, que en realidad califica a quien la profiere…JP, no mire para otro lado y modifique radicalmente su actitud si aún se considera a si mismo como un revolucionario. Saludos.

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    Armando

    15/03/2011 at 17:52

  22. E$sto lo bajé de internet; y esto es la esencia de las organizaciones sindicales.
    ¿Qúe más se le puede pedir a un simndicato?
    ¿Qué es un sindicato clasista?.
    ¿Un sindicato sin burócratas que haría? como es el caso de la La Fraternidad donde hay asambleas abiertas cada 15 días, donde se eligen los representantes democráticamente a mano alzada y sin listas sindicales?

    Conceptos Básicos de la Iglesia hacia los Sindicatos

    Los sindicatos son elementos indispensables de la vida social; su finalidad es la defensa de los intereses vitales de los hombres empleados en diversas profesiones. Son u n exponente de la laucha por la justicia social y un factor constitutivo de orden social y de solidaridad de la que no se puede prescindir.

    Luchar por la justicia y no-egoísmo de grupo o clase: La lucha de los sindicatos debe ser vista como una dedicación normal a favor del justo bien y no como una lucha contra los demás. Su finalidad no es eliminar a su adversario, sino que alcanzar la justicia social. Las exigencias sindicales no pueden transformarse en una especie de egoísmo de grupo o de clases.

    La actividad sindical entra en el campo de la política: entendida como una prudente solicitud por el bien común. Luchan no solo por mejoras saláriales y de condiciones de vida y trabajo, sino que también para corregir los defectos del sistema de propiedad y de administración de los medios de producción con miras al bien común de toda la sociedad y teniendo en cuenta las limitaciones que impone la situación económica general del país.

    Los sindicatos no son partidos políticos: los sindicatos deben evitar asumir el papel de los partidos políticos que luchan por el poder. Las decisiones de los sindicatos no deben estar sujetas a las decisiones de partidos políticos.

    La excesiva politización de los sindicatos se ve como negativa y contraria a su finalidad.

    Su papel educativo: es función del sindicato desarrollar en los trabajadores la conciencia de la dignidad y la voluntad de lograr su promoción. Se debe desear que, gracias a la obra de los sindicatos el trabajador puede no solo tener mas, sino, ante todo, sé más; es decir pueda realizar mas plenamente su humanidad en todo los aspectos.

    Los sindicatos actuando a favor de los justos de sus miembros, se sirvan del método de huelga: es un medio necesario aunque extremo reconocido por la enseñanza social católica. Las huelgas son legitimas en las debidas condiciones y en sus justos limites. Es un derecho que se le debe asegurar a los trabajadores sin sufrir sanciones penales por participar en una de ella.

    La regresión contra dirigentes sindicales constituye abusos frecuentes en nuestros países. Este abuso debe ser combatido por la autoridad del trabajo.

    Apoyo pastoral y moral a los dirigentes sindicales: la iglesia debe acompañar a los trabajadores cristianos comprometidos en la vida sindical.

    La iglesia es más partidaria de la autonomía sindical así como de una unidad en la pluralidad pero evitando que los sindicatos apoyen acciones comunistas de signos totalitario.

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    Buitre

    15/03/2011 at 21:38

  23. El artículo me parece que, además de la disputa que leo en los comentarios, desentraña las diferencias que está viviendo la clase obrera dentro del modelo productivo actual. De hecho, creo que es acertado pensar que desde la izquiérda, resulta mucho más interesante para contraponernos al modelo K, contribuir a la unidad de la clase obrera para no permitir las condiciones de precaridad laboral que generan los empresarios para ser más productivos. Es un poco triste cuando desde la izquierda (y disculpen a los que ofendo al ser genérico) que critiquemos al Kirchnerismo apoyando, por ejemplo, a los empresarios del campo. Creo que estas posturas son las que más confunden a la clase obrera y nos terminan poniendo en un lugar del que es muy dificil de salir para presentarnos como opción política a los partidos de la burguesía.
    Por otro lado, creo que el proyecto K se sustenta propagandísticamente en varios sectores (sobre toda la juventud y la «clase media» progre) vendiéndose como un modelo distributivo que además apunta a recuperar el empleo y la dignidad del trabajo. Es por ello que me gustaría saber si hay trabajos que critiquen el proyecto Argentina Trabaja, las cooperativas que se montan sobre ello y las formas de empleo que ha permitido el monotributo social. Soy testigo de que estas lógicas que supuestamente alientan la generación de empleo y la mejora de los trabajadores, no hace más que precarizar a los sectores de la clase obrera más empobrecida. Y, que además, los somete a las lógicas punteriles más arraigadas y contraproducentes para el desarrollo de una política obrera autónoma de la burguesía. Me gustaría que me comenten si hay material escrito sobre el tema. En caso que no, sería muy bueno contar con algún artículo de la prosa de Astarita (o del que se anime y tenga información) para poder tener más herrmientas para la crítica, el análisis de la situación y pensar en cómo intervenir. Al menos a mí me sería de utilidad. Seriviría que el material sea sencillo y claro, como para poder intercambiar con compañeros.

    Saludos y gracias de antemano!

    Nicolás.

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    Nicolás

    16/03/2011 at 10:49

  24. JP,

    No tomé partido por Astarita por tus “malas formas”, soy capaz de analizar argumentos incluso aunque vengan recubiertos por insultos. Sí creo que existe una relación entre formas y contenidos, pero ello no me lleva a concluir que la relación es directa. Y así como puedo coincidir con un argumento envuelto en una mala forma también puedo disentir con argumentos expresados con amabilidad. Por caso, he disentido y polemizado con Astarita en torno a la cuestión de las 6 horas, pero lo hemos hecho en un clima de respeto y camaradería.
    Vos no ves la importancia de esto. Sería hora de que comiences a meditar sobre ello y sin apresurarte a responder; un buen ejercicio es asumir la postura del oponente, tratar de entender qué es lo que quiere decir y no dejarse llevar por una palabra o una frase que tal vez no esté -o creamos que no está- del todo ajustada. Por ejemplo, vos podrías haberle respondido a Astarita, que lo que él pone al comienzo del artículo te parece básicamente correcto (creo que algo así dijiste) pero que, “te parece que la acusación a los ferroviarios es injusta, o que no se ajusta del todo al contenido del artículo”, o alguna fórmula parecida; algo que permita el diálogo, algo que no ensordezca, algo que no liquide la discución, alguna vía para que no se polarice innescesariamente la polemica y podamos sacar algo positivo. Y sobretodo, evitar por todos los medios pretender demostrar la invalidez de los argumentos del oponente a través de una crítica hacia su persona. También deberías evitar chicanas del tipo, “Astarita quiso someter a crítica (¡cuando no!)”… como dando a entender que Astarita critica todo y que ese criticar es criticable. ¡Qué mayor elogio para un zurdo que le digan “crítico”! ¿Si no cuestionamos nosotros, si no criticamos nosotros el mundo en que vivimos…?

    Yendo al punto, insistís en decir que Astarita le echa la culpa a la izquierda, y hasta cuando lo citás, lo que citás no dice lo que vos interpretás. Tu interpretación de: “se alentaron “reivindicaciones” que profundizaron las divisiones” es que Astarita dice que “las divisiones las promueve “la izquierda”. ¿Es que no advertís la diferencia? Una cosa es promover y otra es alentar; promueve quien genera, alienta quien apaña o deja correr, incluso con su silencio. ¿Y cómo no iba a estar silenciosa la izquierda sobre este problema si ni siquiera advertía que se trataba de un problema?

    Otra cosa. ¿No es cierto acaso que eso que se considera una conquista jamás fue, no digamos criticado, sino sencillamente, que nadie se dio cuenta de que era algo criticable? Sé honesto: ¿Vos hiciste esa crítica alguna vez? Más aún: ¿Te habías dado cuenta de que eso que se tomaba como algo bueno, positivo (una conquista) era en realidad un “caballo de Troya”? Decime la verdad…

    Cuando Astarita hace esta crítica no está haciendo un balance de la actuación de la izquierda en el Roca ni mucho menos “de la Bordó” (ahora todos sabemos que en el Roca está “la Bordó”, gracias a vos que la sacaste a relucir 10 veces como si el tema fuera «la Bordó en el Roca») sino que está tratando el tema general de la división en las filas obreras y particularizando en la cuestión de la mentada “conquista” que el opina que no es tal y que la izquierda “se lastró” eso como si sí lo fuera.

    Hacé el ejercicio de pensar que la crítica de Astarita tiene algo -al menos- de positivo. Olvidate de tus prejuicios hacia él. Pensá solo en la crítica, que al menos en parte vos compartís. Fijate como podés perfeccionarla en vez de «desmentir al malo de Astarita». En otras palabras, aprendé a criticar constructivamente, para que nos sirva a todos, a lo mejor a Astarita no lo convencés, pero por ahí me convencés a mí o algún otro, o más allá de convencer podemos con los aportes de todos -incluidos los tuyos- arribar a conclusiones mejores. La verdad no está escrita de una vez y para siempre sino que es el producto del avance del conocimiento. En estas cuestiones -quizás especialmente en estas cuestiones- cuanto más avance el conocimiento, mejor para la clase obrera. Aprendé a aportar.

    Saludos.

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    Eduardo

    16/03/2011 at 12:26

  25. Como plantea JP, es un problema enorme discutir las prácticas de «la izquierda» en el movimiento obrero, como si no hubiera estrategias marcadamente distintas en el seno de la izquierda. A grandes rasgos, podemos diferenciar entre una izquierda que se adapta a las presiones más reaccionarias, que hace sindicalismo «de izquierda», y que por lo tanto puede ser medianamente combativa en relación a la burocracia más rancia, pero sindicalista en su estrategia. Por lo tanto, aunque con métodos más combativos y algunos puntos programáticos más o menos de izquierda, puede no mover un dedo para enfrentar lo que más debilita a la clase obrera hoy, que es su enorme división.
    Un ejemplo de esto es lo que fue el autodenominado «Movimiento Intersindical Clasista», impulsado entre otros por el MST, hoy parte de Proyecto Sur, y varias fuerzas más. Entre ellas, el pianellismo, que como indico ya alguien en este debate, incluye expresamente el privilegio para los familiares, y sobre todo, que en los últimos años se ha ido deshaciendo de muchos de los aspectos limitadamente antiburocrácos y semi clasistas que tenía, siendo hoy parte de la CTA oficialista, es decir sosteniendo a una de las patas de la burocracia sindical.
    Otra estrategia completamente distinta es la de la izquierda que impulsa un desarrollo genuino de los aspectos clasistas, para la cual la unidad de la clase obrera y la ampliación de la representación a los más explotados en una de sus banderas. Han dado el ejemplo del Roca, y el de Zanón, podemos incluir las luchas de la alimentación (Pepsico, Kraft), TVB (ex Jabón Federal) y muchas otras donde se ha muestro que hay sectores de la izquierda, como el PTS, que no se adaptan a estas condiciones de división que refuerzan los resultados de la precarización, que es la base sobre la cual a pesar del fuerte crecimiento de los últimos años la recomposición salarial fue moderada, y se mantuvo elevada la rentabilidad empresaria.
    Efectivamente, este segundo camino implica chocar muchas veces contra el conservadurismo de algunos sectores de los trabajadores, y contra prácticas de fragmentación que luego de décadas de derrotas se han transformado en un status quo. Pero es la única manera de lograr un desarrollo político independiente de la clase trabajadora, para que pueda transformarse en el caudillo de todos los explotados.
    Insisto, como plantearon varios, hay que señalar con nombre y apellido las distintas estrategias en la izquierda, y en caso de que no haya ningún sector que levante una estrategia progresiva señalarlo. Pero si se habla de la izquierda en general sin reconocer que hay varios combates dados que no sólo critican hace tiempo lo mismo que RA plantea, sino que vienen dando un combate para enfrentarlo, resulta un ejercicio literario algo ocioso.

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    EM

    16/03/2011 at 12:33

  26. Hola a todos, pienso que la división de los trabajadores ha sido (históricamente) una de las principales armas de la burguesía para atentar contra la organización obrera.
    Tambien es cierto que cualquier reivindicacion sectorial atenta contra la unidad del conjunto de la clase obrera y también es cierto que mecanismos que intentan establecer algun tipo de control sobre el mercado de trabajo (las bolsas de trabajo como ejemplo extremo, pero también está el establecimiento de ‘puestos de entrada’ por convenio colectivo o acordar por el mismo medio la forma en que se cubren vacantes) fueron formas históricas de morigerar la arbitrariedad patronal en esos aspectos; formas que se vuelven arma de división en un contexto de recrudecimiento de la competencia entre trabajadores. También creo que, por definición, esta tensión es inherente a la lucha sindical y que los mismos compañeros que reivindican la bolsa de trabajo, también pueden reivindicar el pase a planta de los tercerizados… todo depende del trabajo político que se construya en el espacio de trabajo.
    Esto creo que es lo que subyace a la discusión: una pregunta estratégica acerca de una posible política sindical de izquierda, clasista, etcetcetc. En los casos y procesos de organización que conozco, los triunfos más duraderos, que dejan a un colectivo de trabajadores unidos, organizados y que pueden mejorar la correlación de fuerzas a favor de los trabajadores en el terreno productivo son aquellos en que los efectivos, los de planta, los propios o como quiera que se llamen, asumen plenamente las reivindicaciones de los tercerizados, precarizados, contratados, pasantes o como quiera que se llame y viceversa… es la condición para que puedan pelear juntos.
    Tan importante como la cantidad de compañeros que sale de la precariedad son las relacioens que van a tener con sus compañeros después, porque de esa unidad depende que puedan resistir los ‘vueltos’ que se va a querer cobrar la patronal-
    Esa me parece una de las cuestiones centrales de debate. Cömo comobatir las divisiones que se imponen cotidianamente a los trabajadores? desde luego no es reivindicando ‘beneficios particulares’, pero tampoco es partiendo de la organización aislada de sectores ‘particulares’ y ‘aprovechando’ la fragmentación impuesta.

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    Julia

    16/03/2011 at 14:13

  27. Un poco de historia,,, Polonia 1980
    Falsa caracterización de la izquierda argentina.
    El semanario del movimiento al socialismo argentino en esa época se llamaba Solidaridad socialista.
    Argentina no es el ombligo del mundo.

    ¿Qué pasó en agosto de 1980?
    Tras el anuncio del aumento de los precios de la carne, los obreros reaccionan en numerosas fábricas con huelgas espontáneas. El primero de julio, los obreros de Tczew, cerca de Gdansk, y los de Ursus, en el extrarradio de Varsovia, se ponen en huelga. En Ursus, reunidos en asambleas generales, se ponen de acuerdo y eligen un Comité de huelga para exigir reivindicaciones comunes e ir juntos hacia adelante. Durante los días siguientes las huelgas continúan y se extienden: Varsovia, Łódź, Gdansk, etc. El Gobierno intenta impedir una mayor extensión del movimiento, haciendo rápidamente concesiones tales como aumento de salario,… A mitad de julio los obreros de Lublin, un importante nudo ferroviario, se ponen en huelga. Lublin, situada en la línea de tren que comunica Rusia con Alemania del Este, era en 1980 una línea vital para el abastecimiento de las tropas rusas en Alemania del Este. Las reivindicaciones de los obreros fueron las siguientes: Ninguna represión contra los obreros en huelga, retirada de la policía de las fábricas, aumento de salarios y elecciones sindicales libres.

    ¿Qué es lo que impulsa la fuerza de los obreros?
    Los obreros habían sacado lecciones de las luchas de 1970 y de 19761, habían visto claramente que el aparato sindical oficial se ponía del lado del Estado estalinista y del Gobierno cada vez que ellos exigían alguna reivindicación; por eso, este verano de 1980 toman directamente la iniciativa de la lucha, no atienden ninguna instrucción que venga desde lo alto, marchan juntos y se reúnen en asambleas para decidir, ellos mismos, el lugar y el momento de sus luchas.

    Acuerdan reivindicaciones comunes y se reúnen desde ese momento en asambleas masivas; eligen un Comité de huelga. Las reivindicaciones económicas pasan, de ahí en adelante, a primer plano.

    Los obreros que están determinados a que no se repita el aplastamiento sanguinario de su lucha, como les ocurrió en 1970 y 76, constituyen un Comité de Lucha Interfábricas (MKS), formado por cuatrocientos miembros, en el centro industrial de Gdansk-Gdynia-Sopot (con dos delegados por empresa). Durante la segunda mitad de agosto se reunieron unos 800 ó 1.000 delegados. En los Astilleros Lenin se reunen diariamente en asambleas generales. Se instalan altavoces para permitir que todos puedan seguir las discusiones de los Comités de huelga y las negociaciones con los representantes del Gobierno. Más tarde se instalan también micrófonos fuera de la sala de reunión del MKS, para que los obreros presentes en las asambleas generales puedan intervenir directamente en las discusiones del MKS. Los delegados, la mayoría de ellos provistos con los magnetófonos en los que habían gravado los debates, vuelven por la tarde a sus centros de trabajo y en «su» Asamblea general de Fábrica presentan las discusiones y la situación, rindiendo el mandato que habían recibido de la asamblea.

    Tales son los métodos gracias a los cuales la mayoría de obreros pueden participar en la lucha. Los delegados deben rendir su mandato, son revocables en cada momento y las asambleas generales son siempre soberanas. Son, todas estas, prácticas que están en total oposición con la práctica sindical.

    Durante este tiempo, después de que los obreros de Gdansk-Gdynia-Sopot se uniesen, el movimiento se extiende a otras ciudades. El Gobierno corta, el 16 de agosto, las líneas telefónicas para sabotear la comunicación entre los obreros, éstos amenazan inmediatamente con extender aun más ampliamente su movimiento si no son restablecidas de inmediato. Esto hizo que el Gobierno diese marcha atrás en su intento.

    La Asamblea general decide entonces poner en pie una Milicia obrera. Hay una medida que se toma rápidamente: puesto que el consumo de alcohol estaba muy extendido se decide, colectivamente, prohibirlo -los obreros son conscientes que deben tener la cabeza bien despejada en su confrontación contra el Gobierno.

    Cuando el Gobierno amenaza con reprimir en Gdansk, los ferroviarios de Lublin declaran: «Si los obreros de Gdansk son atacados físicamente o si se toca a uno solo de ellos, paralizaremos la línea ferroviaria, estratégicamente la más importante, entre Rusia y Alemania del Este».

    En casi todas las ciudades principales los obreros están movilizados; más de medio millón. Son conscientes de que constituyen la única fuerza decisiva en el país capaz de oponerse al Gobierno, de que lo que les proporciona esa fuerza es:

    -La extensión rápida del movimiento, en lugar de su agotamiento en enfrentamientos violentos, como los de 1970 y 76.

    -Su autoorganización; es decir, su capacidad de tomar la iniciativa ellos mismos en lugar de contar con los sindicatos.

    -La convocatoria de asambleas generales en las que pueden unir sus fuerzas, ejercer un control sobre el movimiento, permitir la participación más masiva posible y negociar con el Gobierno delante de todos.

    Efectivamente, la extensión del movimiento fue la mejor arma de la solidaridad; los obreros no se contentaron con hacer declaraciones, ellos mismos tomaron la iniciativa de las luchas y esta dinámica hizo posible el desarrollo de una relación de fuerzas diferente. Mientras los obreros luchen de manera unida, masiva,… el Gobierno no podrá llevar a cabo ninguna represión. Durante las huelgas del verano, cuando los obreros enfrentaban al Gobierno de manera unida, ninguno de ellos resultó herido o muerto.

    La burguesía polaca había entendido que no podía permitirse el error de reprimir en tales circunstancias, sino que debería debilitar a la clase obrera desde dentro.

    La reacción de la burguesía: el aislamiento
    El peligro que constituían las luchas en Polonia se puede conocer en una dimensión mayor si nos fijamos en las reacciones de los países vecinos.

    Las fronteras entre Polonia y Alemania del Este, Checoslovaquia y la Unión Soviética fueron cerradas inmediatamente. ¡Desde luego que la burguesía tiene buenas razones para tomar tal medida! Veamos: en la región carbonífera de la vecina Ostrava, en Checoslovaquia, los mineros se pusieron igualmente en huelga, siguiendo el ejemplo polaco. En las regiones mineras rumanas, en Togliattigrad -Rusia, los obreros seguían el mismo camino. Y aunque en los países de Europa occidental no hubo huelgas en solidaridad directa con las luchas de los obreros polacos, trabajadores de numerosos países recogen las consignas de sus hermanos de clase en Polonia. En Turín oímos a los obreros exclamar, en setiembre de 1980: «Gdansk nos muestra el camino».

    ¿Cómo fue saboteado el movimiento?
    Aunque al inicio del movimiento no hubo influencia sindical, los miembros de los «Sindicatos libres» se aplicaron con determinación a obstaculizar la lucha.

    También inicialmente las negociaciones fueron abiertas pero al cabo de un tiempo se coló la idea de que eran necesarios algunos «expertos» para que precisaran los detalles de las negociaciones con el Gobierno.

    Las dificultades de los obreros para seguir las negociaciones que se llevaban con el Gobierno fueron cada vez mayores y la participación todavía más difícil. Los altavoces con los que se transmitían las negociaciones dejaron de funcionar, por «problemas técnicos». Lech Walesa, miembro de los «Sindicatos libres» fue coronado líder del movimiento gracias a la «Medida de despido» con la que le había sorprendido la Dirección de los astilleros de Gdansk. El nuevo enemigo de la clase obrera, el «Sindicato Libre» había trabajado para infiltrar el movimiento y comenzó su trabajo de sabotaje; se dedica a desviar totalmente las reivindicaciones obreras, de tal manera que si al inicio del movimiento las reivindicaciones económicas y políticas encabezaban las listas, el «Sindicato Libre» y Walesa se encargaron de colocar como punto fundamental «el reconocimiento de los «sindicatos Independientes», relegando a segundo término las reivindicaciones económicas y políticas. Siguiendo la vieja «táctica democrática» de la «defensa de los sindicatos en lugar de defensa de los intereses obreros».

    La firma de los Acuerdos de Gdansk, el 31 de agosto, marca el agotamiento del movimiento (aunque sigan habiendo huelgas durante algunos días y en algunos lugares). El primer punto de estos acuerdos autoriza la creación de un sindicato «independiente y autogestionado» que tomará el nombre de Solidarność. Los quince miembros del Presídium del MKS (Comité de Huelga Interempresas) constituyeron la dirección del nuevo sindicato.

    Aunque los obreros tenían claro que los sindicatos oficiales estaban con el Estado, la mayoría de ellos pensaba que el ahora recién fundado sindicato Solidarność, con la fuerza de diez millones de obreros, no se corrompería y defendería sus intereses. Era una expresión más de que no habían pasado por la experiencia de los obreros de Occidente, enfrentados desde hacía décadas a los sindicatos «libres».

    Teniendo en cuenta que Walesa había prometido: «nosotros crearemos un segundo Japón y estableceremos la prosperidad para todos» y que muchos obreros, debido a su inexperiencia y al desconocimiento del capitalismo occidental, estaban llenos de ilusiones, Solidarność y Walesa a su cabeza asumieron el papel de bomberos del capitalismo para apagar la combatividad obrera. Estas ilusiones en el seno de la clase obrera en Polonia no eran otra cosa que el peso y el impacto de la ideología democrática en esta parte del proletariado mundial. El veneno democrático, muy potente ya en los países occidentales iba a tener una potencia aun mayor en Polonia tras cincuenta años de estalinismo. Esto es lo que la burguesía polaca y mundial había comprendido bien: que las ilusiones democráticas eran el terreno en el cual la burguesía y su sindicato Solidarność podrían realizar su política antiobrera y desencadenar la represión.

    En otoño de 1980 los obreros vuelven a entrar en huelga para protestar contra los acuerdos de Gdansk después de constatar que, incluso con un sindicato libre a su lado, su situación material había empeorado. Solidarność empieza a mostrar su verdadero rostro: justo después de que se acabasen las huelgas de masas, Walesa iba de un lado a otro, en un helicóptero de la armada, llamando a los obreros a acabar urgentemente con ellas: -«No necesitamos más huelgas porque encaminan a nuestro país hacia el abismo, hay que calmarse».

    Solidarność, ya desde su origen, sabotea el movimiento; siempre que puede se apropia de la iniciativa de los obreros impidiéndoles llevar a cabo nuevas huelgas.

    En diciembre de 1981, la burguesía polaca puede por fin desencadenar la represión contra los obreros. Solidarność ha sido su mejor aliado para desarmarlos políticamente. Si en el verano de 1980 ningún obrero resultó muerto o herido fue gracias a la autoorganización y a la extensión de las luchas y a que no había ningún sindicato para encuadrarles; en diciembre de 1981 fueron asesinados más de mil doscientos obreros y decenas de miles encarcelados o exiliados.

    Si más tarde el exlíder de Solidarność, Lech Walesa, fue elegido Presidente del Gobierno polaco es justamente porque ya había demostrado ser un excelente defensor de los intereses del Estado, en sus funciones de jefe sindical.

    El significado histórico de las luchas
    A pesar de los treinta años trascurridos desde entonces, a pesar de que muchos obreros que tomaron parte en el movimiento huelguístico de aquella época están hoy en paro o han sido obligados a emigrar, su experiencia es de un valor inestimable para toda la clase obrera. Como la CCI escribió ya en 1980: -«En relación a todos estos puntos, los combates de Polonia son un gran paso adelante de la lucha mundial del proletariado, y es por eso por lo que podemos decir que son los más importantes desde hace más de medio siglo» (Resolución sobre la lucha de clases, del IV Congreso de la CCI. 1980. Revista Internacional, nº 26. 3º trimestre 1981). Los combates de los obreros en Polonia fueron el punto más alto de una oleada internacional de luchas. Como afirmamos en el Informe sobre la lucha de clases de nuestro XIII Congreso, en 1999: -«Los acontecimientos históricos de tal amplitud tienen siempre consecuencias a largo plazo. La huelga de masas en Polonia ha proporcionado la prueba definitiva de que la lucha de la clase obrera es la única fuerza que puede obligar a la burguesía a dejar de lado sus rivalidades imperialistas. Ha mostrado en particular que el Bloque ruso – históricamente condenado por su débil posición a ser «el agresor» en cualquier guerra -era incapaz de contrarrestar la creciente crisis económica por medio de una política de expansión militar. Claramente, era imposible que los obreros de los países del Bloque del Este (y de la misma Rusia) pudieran ser alistados como carne de cañón en una eventual guerra futura para mayor gloria del «socialismo». La huelga de masas en Polonia fue un potente factor de la implosión que afectó posteriormente al bloque imperialista ruso» (Revista Internacional nº 99. 1999).

    CCI

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    Buitre

    16/03/2011 at 14:16

    • Por favor, hagamos comentarios más breves, y que estén más relacionados con los temas que se tratan. Recordar que se trata de comentarios. No es un foro de discusión. Tampoco el blog es un sitio para que cada cual exponga alguna tesis. Para esto ya hay sitios que aceptan artículos de diferentes procedencias. Si cada uno va a escribir así, este blog se desnaturaliza.

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      rolandoastarita

      16/03/2011 at 14:49

  28. Muy bién te pido disculpas.

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    Buitre

    16/03/2011 at 15:28

  29. La premisa de Astarita es la «hostilidad» (¿o indiferencia? ¿la gente es en general hostil a, por jemplo, las ideas socialistas, o en todo caso expresa indiferencia, no darle importancia, que son utópicos, etc.? ¿no es una «pequeña» diferencia?) y ese «de alguna manera avalaron a la burocracia». Esa premisa parte de algunas voces que oye o lee, le «llegan». Cientificamente tal formación de una premisa es bastante pobre, aunque conceptualmente podamos recoger el guante.
    Ahora bien, lo que se extrae de ahí es un DE-LI-RIO.
    La razón sería supuestamente una confrontación dada la incorporación de tercerizados en vez de hijos. Pero en los últimos años han ingresado miles de trabajadores tanto en tercerizadas como en la planta de la empresa principal. La suposición de la confrontación no tiene sustento por ningún lado. Para colmo, refiere a reivindicaciones (¡¡palabra que pone entre comillas!! o sea, las desmerece completamente) que «desde la izquierda» (¿estará el maestro que nos enseña métodos de debate utilizando una generalización pedorra? pobre tipo) se hicieron respecto a la incorporación de familiares de empleados «antiguos».
    Cualquiera puede ver (tal como lo hizo Astarita para hablar de ello) que la agrupación Causa Ferroviaria (que cuenta con militantes del Partido Obrero) movilizó trabajadores en esa dirección.
    El primer problema de Chamuyando Astarita es considerar la confrontación en torno a puestos de trabajo concretos, marco en el cual aquello de «antiguos» olvida que los tercerizados vienen desde hace unos cuantos años ¿tendrá el trabajador ferroviario de la empresa principal, entonces, más hostilidad hacia los tercerizados o hacia otros empleados en su propia empresa ingresados más prontamente que aquellos? Al final, terminamos en una verdad de perogrullo sobre la competencia laboral (que no explica ninguna confrontación real). Tanto blabla para, respecto al conflicto en particular, no decir nada (y sobre lo otro hablar por boca de ganso ¿miles de hijos esperaban puestos en esas áreas? ¿guardan rencor todos estos años y entonces se dicen «esos negros que se jodan ganando 2 mangos»?).
    En segundo lugar, completamente al contrario de lo que supone desde su escritorio Astarita, el reclamo por la bolsa de trabajo no solo no dividió sino que unió a los trabajadores, lo cual es una obviedad partiendo de la participación de mismos seres de carne y hueso, pasando por la organización de la lucha y la realización de asambleas en forma conjunta, hasta el hecho contundente que tanto la lucha por el pase a planta como la bolsa de trabajo hecha por las bases, son luchas contra la burocracia y su dedocracia (que viene siendo aplicada tanto para tercerizadas como para la emp.principal) en complicidad con las empresas y el Estado. No se contraponen los reclamos (¿la premisa de reivindicación, sin comillas, por parte de los hostiles trabajadores, sería que echen a los tercerizados? ay dió) sino que confluyen.
    La implementación de bolsas de trabajo, que esten hechas por las bases, que haya veedores obreros en las entrevistas y pruebas, son fuertes reivindicaciones obreras. Por más que nuestro As no lo quiera ver. Tal vez porque esté muy ocupado leyendo algún texto liberal decimonónico sobre el capitalismo y la competencia laboral, sin ver por un lado el conflicto real con la dedocracia, y por otro, la justeza sobre cupos de prioridad para familiares -que no dejan de ser evaluados por sus capacidades laborales igual que los que lleguen por avisos en los diarios.
    Una cosa más sobre el delirio del «caballo de troya» (!!). Si «los aparatos burocráticos median en las contrataciones» ¿el problema no es entonces que los aparatos burocráticos median en las contrataciones? (o sea, lo que están enfrentando efectivamente tanto tercerizados como los de la empresa principal, mientras otros escriben desopilantes textos.) Si median (lo que además está en connivencia con la empresa ¿pero será que el alimento de los aparatos capitalistas sobre los trabajadores, que media en las contrataciones, no importa en verdad?), median bajo cualquier forma de contratación. Si eligen por aviso en Clarín, investigarán que no sea un zurdito ¿o lo dejarán entrar igual…? ¡Abajo las bolsas de trabajo! Ay, dió.

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    Antonio

    20/03/2011 at 18:57

    • Al margen de los insultos (es la manera de argumentar habitual en determinados sectores) no hay que perder de vista la diferencia de contenido: Antonio defiende «la justeza de cupos de prioridad para familiares». Sucede lo que digo en la nota, y algunos negaban: hay sectores de la izquierda que defienden «la prioridad de los familiares» como progresiva. Yo considero que fomenta divisiones en la clase trabajadora, por lo que he argumentado. Es interesante que las diferencias aparezcan bien claras. Pero además Antonio defiende la demanda de «bolsas de trabajo hechas por trabajadores» y que haya «veedores obreros en entrevistas y pruebas». Estamos ante la demanda de «control obrero» de la contratación del trabajo asalariado. Considero que esta demanda es reaccionaria. Es lamentable que el marxismo argentino haya caído en cosas así. «Veedores obreros» colaborando con la patronal en la selección del personal. Veedores obreros decidiendo que entre Juan y Pablo que se postulan, Juan tiene más puntitos porque dice simpatizar con tal corriente política. ¿Se puede pedir un camino más directo para fomentar la colaboración de clases, las divisiones entre los trabajadores, la entronización de burócratas? Además, si se pide que haya «veedores obreros» para la contratación, ¿por qué no hacerlos permanentes en las oficinas de personal? ¿Por qué limitarlos a la tarea de la contratación? ¿Y a esto le llaman «lucha de clases»?
      Es evidente que mis diferencias con esta izquierda no son tácticas. Tenemos diferencias ideológicas, profundas.

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      rolandoastarita

      20/03/2011 at 23:48

    • ¿Dónde está la argumentación? Lo único que hay es una una enumeración con dos ítems. Uno sólo aplica si hay tercerizados. El otro sólo aplica si hay «dominio de los aparatos burocráticos». No solo no hay argumentación alguna sino que no hay referencia directa alguna.
      Luego viene otra afirmación sin sustento, que el planteo sería reaccionario. En la fundamentación, hay un punto implícito, que naturalmente habría una tendencia a la burocratización y a la discriminación política, y otro punto desaparecido, la discriminación laboral empresarial, precisamente aquello frente a lo cual haría contrapeso el rol sindical.
      Concuerdo con lo final: las diferencias son profundas.

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      Antonio

      21/03/2011 at 00:19

    • Todo esto se enmarca en la idea, de Trotsky, de que es posible establecer el control obrero incluso del ejército. Invariablemente «controles obreros» se transforman en formas de colaboración entre las clases. Solo en situaciones altamente revolucionarias el control obrero puede ser progresivo. En todos los demás casos, subrayo, se ha transformado en una vía para la colaboración de clases. En ningún país del mundo existió ese pretendido control obrero «revolucionario» bajo condiciones de dominio capitalista «normal» (por ejemplo, funcionamiento regular del parlamento y la justicia burguesa, dominio del Estado, etc.). En Italia el PC colaboraba con las patronales participando en la gestión de grandes empresas. En Argentina, durante años, el sindicato de Luz y Fuerza ocupaba un lugar en el directorio de Segba. Eran formas de colaboración de clases, y no podía ser de otra manera en situaciones que estaban lejos de ser revolucionarias.
      En el caso de la contratación, sería todavía más grave. Imaginemos miles de «veedores obreros» participando en las oficinas de personal, junto a la patronal, en la selección de trabajadores. ¿Qué mejor campo para que florezcan todo tipo de negocios, y se alimenten burócratas en connivencia con las patronales? Hay ejemplos terribles al respecto; véase el caso de Venezuela, donde una especie de «punteros» sindicales se pelean a los tiros por el manejo de las bolsas de trabajo (en la construcción y otros sectores), extorsionando diariamente a los laburantes. A esto habría que sumarle los divertidos casos (puntuales, pero significativos) de partidos de izquierda tratando de colocar a «su» gente, a través del control de «sus» veedores. Lenin decía que para analizar la progresividad de una consigna había que pensar en las condiciones concretas para su concreción. Pero esto tiene sin cuidado a quienes están acostumbrados a razonar con abstracciones. Después de todo, si consideraron válida la consigna de control obrero del Pentágono…

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      rolandoastarita

      21/03/2011 at 08:47

    • El argumento de Astarita, poniendo en tela de juicio que el destino de las vacantes privilegie a familiares de trabajadores según su antigüedad, considerado como una «cuestión de principios» debería extenderse al concepto mismo de antigüedad y a todo escalafón, ya que estos suponen una «diferenciación» al interior de la clase.

      Semejante extensión de la crítica de Astarita, absolutamente necesaria desde un punto de vista «lógico», no dejaría de ser vista como una extravagancia por el conjunto de la clase trabajadora, que admite la existencia de escalafones por categoría, las mejoras por antigüedad, etc., no como males necesarios sino como logros conquistados hace tiempo (porque eliminan la discrecionalidad patronal, aportan alguna perspectiva de mejoría o progreso, etc.).

      Posiblemente, en abstracto -esto es: siendo alienígena- estas características «fragmetadoras» o «conservadoras» que existen en la vida gremial (incluso la menos contaminada por la burocracia sindical) pueden ser vistas como severas «limitaciones» a la conciencia y la práctica clasistas, pero también, en concreto e históricamente, estas aparentes limitaciones pueden ser vistas como conquistas (y de hecho, lo fueron).

      En particular, el derecho de que sean los trabajadores quienes manejen, con el criterio que ellos mismos decidan, la bolsa de trabajo, supone todo un frente de batalla contra la patronal y la burocracia, que pretenden manejar dicha bolsa a su arbitrio (y, de hecho, es a través del manejo que la burocracia y la patronal hacen de la bolsa de trabajo como se explican algunos resultados electorales que están lejos de reflejar el estado de conciencia del gremio real).
      En el subte hemos visto unos cuántos ejemplos de cómo usa la burocracia el poder de designar nuevos empleados (más allá de que incluso en estos casos, el clasismo terminó dando vuelta la situación, porque en defnitiva cuando la burocracia extorsiona a los trabajadores que incorpora, lo hace en virtud de una necesidad y esa necesidad indica la condición de pertenencia a la clase de los explotados, una determinación mucho más profunda que las manipulaciones a que se la pueda someter).

      Dicho esto, me permito opinar que por ser el gremio ferroviario uno de los más tradicionales (sino el más) existe desde hace tiempo entre sus integrantes, incluidos aquellos hostiles a la burocracia, un cierto conservadurismo (que incluso a veces se expresa como un orgullo corporativo).
      No hay que olvidar -y creo que en este punto Antonio cometió una confusión que, por su parte, el «maestro» poco se ocupó de aclarar- que largamente este gremio a pertenecido -junto con los gráficos y, en un tiempo, los metalúrgicos- a la franja del proletariado conocida como «aristocracia obrera».

      En realidad, los términos que Antonio usó para definir a la burocracia son más adecuados para definir a la aristocracia obrera (una capa privilegiada de la clase obrera, etc.). Sólo en este punto puedo mostrarme de acuerdo con Astarita: la burocracia no es una capa de la clase trabajadora, sino parte de la clase explotadora, y su verdadera base de sustentación no la proporcionan los trabajadores del gremio sino los distintos factores -la patronal, los poderes del estado- del bloque dominante (del mismo modo que un presidente burgués tiene su base real en la clase capitalista, por más que haya obtenido la mayoría del voto popular).
      No obstante, podría decirse que, al menos hasta cierto momento de la historia argentina, la burocracia sindical emanó directamente de la aristocracia obrera, y que antes de Perón el estado capitalista no se desvivía por sostenerla como sucede hoy en día. Dentro de un gremio, a menudo es el elemento aristocrático -los conveniados, por caso, o los que más arriba están en el escalafón, etc.- quienes otorgan su voto a los burócratas. O sea que incluso tratándose de un error, el de Antonio no es un error insensato.

      Algunos se han congratulado de que las disquisiciones de Astarita les den nuevos alicientes para «seguir leyendo y seguir discutiendo» (no dicen nada de ¿seguir? militando o luchando, y no creo que sea casual).
      Alguno incluso recriminó a Antonio su rechazo del «criticismo» de Astarita porque, dijo, no es digno de un marxista quedebe someter todo a una crítica implacable, bla bla bla.
      En mi opinión, lo que no es propio de un marxista es hacer críticas y discusiones políticas desde fuera de la efectiva militancia, desde la soledad impoluta de su propio ombligo, desde afuera de las luchas sociales tales como ellas tienen lugar efectivamente.

      Entonces, termino esta manifestación de simpatía hacia Antoni (que la pelea en condiciones muy adversas y está enojado con toda razón) diciendo que aún si la clase obrera manifiesta, dentro de sus conflictos contra la patronal y la burocracia, actitudes conservadoras o que indican limitaciones respecto a la unidad (ideal) de la clase como un todo, los marxistas no debemos erigirnos en maestros ciruela que dan reglazos (verbales y virtuales, en el caso de Astarita y consortes) a quienes cometen tales pacados de leso clasismo, sino que confiamos en que la dinámica de la propia lucha de clases, en combinación con la debacle del capitalismo, conducirán a los trabajadores a ir superando sus limitaciones coprporativas o de la clase que sean, no de cara a la doctrina más prístina de la «clase para sí» sino en función de los problemas concretos, pero también históricos, que la declinación capitalista les planteará más crudamente que cualquier «crítico crítico», como llamó Marx a aquellos jóvenes hegelianos que pretendían derrumbar definitivamente el edificio de la dominación… en el plano del concepto.

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      Martin Argo

      18/10/2011 at 17:32

    • Le ruego comentarios un poco más breves. Se trata de comentarios, no de artículos. Hay blogs que están dedicados a la publicación de artículos.

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      rolandoastarita

      18/10/2011 at 17:37

    • Padre Argo, usted dice: «no dicen nada de ¿seguir? militando o luchando, y no creo que sea casual»
      ¿Qué prueba tiene para esta provocación? Solo los delirios mesianicos de un sectario. ¿a cuantos de los que comentamos conoce personalmente?
      ¿O prefiere que le mandemos nuestros CV militantes?

      Aunque es claro que para usted formarse, estudiar, debatir (esto ultimo es condicion sine qua non para los dos primeros) es incompatible con militar, no todos somos tan limitados como usted.

      Porque no se pone su propio blog, hasta alguien tan intelectualmente limitado como usted debe ser capaz de hacer eso. Desde ahí va a tener completa libertad de desparramar su autoritarismo a gusto.

      Saludos.

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      Gerardo Daniel

      18/10/2011 at 19:13

    • Les pido que no respondamos provocaciones. Hay bastante gente a la que le gustaría destruir este blog.
      De todas maneras, es interesante observar estas formas de «argumentación», porque nos recuerda que los métodos brutales están siempre presentes. En algunos de los grupos en los que milité, sistemáticamente se buscaba destruir a los críticos con el cargo de «son intelectuales que no quieren militar». Era también una manera de mantener a las bases despolitizadas. Insumir tiempo en escribir un texto que ayudara a la lucha ideológica era un «pasatiempo pequeño burgués» (gente que se mira el ombligo, etc.), a no ser que el que escribiera fuera uno de los «jefes».
      Volviendo al blog, me da ánimo el aliento que recibo de mucha gente que me dice que les ayuda en su militancia política cotidiana. Escribir las notas exige estudio y muchas horas de trabajo. A lo cual se agrega mi trabajo habitual, dando clases. A más de uno le molesta lo que escribo, y desearía que dejara de hacerlo. Para esto, como siempre, se busca destruir personalmente; por eso los ataques, el pedido de cuentas, el intento de acallar, etc.

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      rolandoastarita

      18/10/2011 at 20:03

    • Martin Argo dixit: «Algunos se han congratulado de que las disquisiciones de Astarita les den nuevos alicientes para “seguir leyendo y seguir discutiendo” (no dicen nada de ¿seguir? militando o luchando, y no creo que sea casual). Alguno incluso recriminó a Antonio su rechazo del “criticismo” de Astarita porque, dijo, no es digno de un marxista quedebe someter todo a una crítica implacable, bla bla bla.»
      Ahora entiendo… por eso se dirige hacia quienes no opinan igual como «Astarita y sus consortes», «Astarita y su club de fans» …. al fin y al cabo era sólo eso …. está nervioso.
      Está nervioso, pierde la calma, agita el dogma con más fuerza (que son todas estas disquisiciones!!! la respuesta es la aristocracia obrera!!! ya está escrito en las sagradas escrituras!!!) porque « Algunos se han congratulado de que las disquisiciones de Astarita», porque «Alguno incluso recriminó a Antonio su rechazo del “criticismo” de Astarita» … Ud. seguramente les habrá saltado encima para que no cunda el ejemplo, para que no se repita les ha dado su escarmiento… pero no hay caso, los muchachos tienen esa enfermedad intelectualoide, la tropa se alborota, ya hay algunos que no sigue la línea que se le ha ordenado.Algunos ya se hacen preguntas
      Y lo peor… a Ud. ya lo están reconociendo como el diletante (no creo que su militancia sea mucho más «práctica» que la mía), como el repetidor de dogmas, que es.

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      roberto

      18/10/2011 at 20:46

  30. Antonio:
    Lamentable, es lo unico que puedo decir.
    Tu comentario dice más sobre tu… «Capacidad Intelectual» (por darle alguna denominación) que sobre la nota en cuestión.

    ¿Tenés algo más que lugares comunes, bacuidades infantiles ultraizquierdistas carentes de sustento, chicanas?

    ¿Seguramente los comentarios anteriores al tuyo aportando argumentos a favor de la nota fueron hechos por intelectuales contrarevolucionarios pagados por el capital, no?

    ¿Poner en palabras de otros cosas que nunca dijeron es un metodo que nos va a llevar directo al comunismo, no?

    ¡Me desagradas!

    Si no tenes la suficiente honestidad para debatir de una forma constructiva dedicate a cultivar claveles pero no enrroñes al marxismo con tus limitaciones.

    Si tenes un minimo de capacidad de autocritica espero que en algun momento te arrepientas de tu modo de proceder.

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    Gerardo

    20/03/2011 at 22:32

  31. Che, monito del circo, si no vas a decir nada, para qué abrís la boca?

    ¿Y cómo no contestar de esta forma ante un sujeto como el anterior que sólo es capaz de reproducir adjetivos e inventarse metáforas (lo de inventarse probablemente esté demás y siempre utilice esos comentarios facilongos para escaparse de cualquier conversación sin responder nada)? ¿Cómo no escribir enojado al dueño del circo, ante las paparruchadas delirantes e inventadas (ni hablemos de cuando pretende explicar los «sectores» laborales, con una falta tal de rigor que dan ganas de hacerle un monumento al Indec), y el ataque a las («)luchas(«) de los trabajadores?

    Debería hacer como el personaje de la foto, no para mirar para otro lado (¿qué otro lado «se mira» en esa oscuridad? ay dió…), sino para esconderse por tanta desvergüenza.

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    Antonio

    21/03/2011 at 00:06

    • Antonio:
      Esas prácticas (corruptelas) que vos defendéis, no sólo generan división entre la clase trabajadora sino una grave discriminación.

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      josé

      21/03/2011 at 09:07

    • Ay dio!

      ¿Sabe decir algo más?

      Pregunta: «¿si no vas a decir nada, para qué abrís la boca?»

      Simple no dice nada que merezca una respuesta más elaborada que la que le di. Que ni siquiera es capaz de comprender. Y que por otro lado dice bastante más que las parrafadas con que agrede la inteligencia de los lectores de esta blog.

      Es negro el futuro del marxismo si nulidades como usted, señor Antonio, continúan envenenándolo.

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      Gerardo

      21/03/2011 at 10:09

    • Compañero Antonio.
      Usted tiene pasta para panelista de 6-7-8.
      Gerardo, lo saludo y le arrimo mis esperanzas. Tarde o temprano el marxismo se librará de éstas prácticas que degradan, fragmentan y funden la militancia de izquierda.

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      JC

      21/03/2011 at 11:03

  32. Saludo el debate sin chicanas y sin insultos. Y vaya que hace falta paciencia. Un abrazo.

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    Tavo

    21/03/2011 at 17:38


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