Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Desocupación y resistencia obrera en la URSS

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En mi crítica a la tesis que afirma que la URSS es un capitalismo de Estado, sostuve que en el régimen soviético la desocupación no constituía un elemento de coerción sobre la clase trabajadora. Para avalar esta interpretación cité trabajos en los que se demuestra que en la URSS existía carencia de mano de obra, y que esto daba lugar a un cierto poder de negociación de la clase obrera frente a la burocracia. Pero los defensores de la tesis de que la URSS era un capitalismo de Estado sostienen que no es cierto que hubiera pleno empleo. Afirman que en realidad en la URSS existía desocupación; y que este es un elemento esencial para sostener que se trataba de un régimen capitalista. En esta nota por lo tanto respondo a este argumento y presento otros elementos.

El ejército de desocupados en el capitalismo

Precisemos cuál es el rol de la desocupación en el sistema capitalista. Pienso que el análisis de Marx (1999, cap. 23, t. 1) conserva su validez en lo esencial. Marx plantea que el ejército de desocupados es una condición de existencia del modo de producción capitalista. Esto se debe a que constituye el principal mecanismo que mantiene los salarios dentro de un nivel que no afecta, de alguna manera fundamental, a la ganancia, y por ende a la acumulación. Es que cuando el precio de la fuerza de trabajo aumenta (supongamos porque hubo un período de crecimiento extensivo) al punto que hace peligrar la tasa de ganancia, la acumulación se hace más lenta; o bien se introducen nuevas tecnologías que mandan a trabajadores a la calle. En cualquier caso, al aumentar el número de desocupados, los trabajadores que están ocupados son forzados a aceptar salarios menores (o peores condiciones de trabajo, etc.). Por eso el ejército de desocupados es utilizado como un arma de la lucha de clases. La amenaza de la desocupación actúa como una espada que pende siempre sobre el movimiento obrero, y ata a los trabajadores con cadenas invisibles, pero poderosas. Sin embargo, para que ocurra esto, el ejército de desocupados debe ejercer una presión activa en el mercado laboral (búsqueda de trabajo de los desocupados, o disposición a entrar en él).

La desocupación en la URSS

A pesar de las afirmaciones de los defensores de la tesis de la URSS como capitalismo de Estado, en el régimen soviético la desocupación no ejercía una constricción efectiva sobre los trabajadores. Esto es, la desocupación no constituía un ejército de reserva que presionara sobre la clase obrera ocupada. Pero… ¿acaso no había desocupación? Sí, había algo de desocupación, pero cuantitativa y cualitativamente era distinta a la existente en el capitalismo. No basta con registrar números, hay que entender qué significan. Para ver por qué, voy a partir de lo planteado por Joseph Porket sobre el desempleo en la URSS. Se trata de una fuente significativa, porque Porket durante años se concentró en refutar el discurso de las autoridades de la URSS, sobre la ausencia de desempleo en ese país.

Porket sostiene que si bien la la tasa de participación de la fuerza laboral era alta, existía en la URSS un desempleo que no estaba registrado. Según Porket, el desempleo abierto no registrado provenía en primer lugar de la rotación de mano de obra. De acuerdo a la definición oficial, la rotación incluía a todas las personas que dejaban su trabajo voluntariamente o eran despedidas por mal comportamiento. No incluía el abandono del trabajo por incorporación a las fuerzas armadas, jubilación, inhabilidad, término del empleo, parto, traslado del marido a otra localidad, matriculación en un estudio a tiempo completo y traslado a otra empresa perteneciente al Estado. Porket además reconoce que en la URSS las personas cambiaban frecuentemente de trabajo por insatisfacción con el sueldo, condiciones de trabajo, organización laboral, empleo con bajas calificaciones, pocas posibilidades de ascenso, vivienda inadecuada, distancia entre la vivienda y el trabajo, malas relaciones con los compañeros, falta de instalaciones para los niños en edad pre escolar. Según fuentes académicas, que cita Porket, todos los años alrededor del 13% de la fuerza laboral participaba de la rotación. Dado que el período de tiempo estimado entre trabajo y trabajo era de 20 a 30 días, el desempleo abierto vinculado con la rotación de mano de obra ascendía a entre el 1% y 1,5% de la fuerza laboral, excluyendo a los agricultores.

Por otra parte Porket registra también a los trabajadores que volvían de la conscripción; las mujeres que acompañaban a sus maridos a otro trabajo; los que terminaban sus estudios; y los que eran renuentes a entrar en empresas colectivas. Todos estos tardaban, en promedio, unos seis meses en entrar a trabajar (o reinsertarse en el trabajo). Con todo esto, Porket reconoce que la tasa de desempleo en la URSS era menor al 3%.

Antes de abordar lo que Porket llama el desempleo encubierto, analicemos un momento esta cifra. Dado que los despidos de empresas por causas de indisciplina eran muy poco frecuentes, la mayoría de lo que entra en la categoría “rotación” era producto de trabajadores que abandonaban las empresas voluntariamente, en disconformidad por algún aspecto de su situación. Lo cual encaja en la idea que expresé en la crítica a la tesis del capitalismo de Estado, acerca de que así se ejercía una presión sobre las direcciones de las empresas, y no al revés, como sucede cuando se hacen sentir los efectos del ejército industrial de reserva. Por lo tanto nos queda una tasa de desocupación que pudiera presionar sobre los ocupados de, a lo sumo el 2%, en la cual hay que incluir todavía a los que tenían resistencias a entrar a los trabajos estatales (por ejemplo, porque podían medrar en los mercados paralelos; no debe olvidarse que en la URSS existía la obligación de trabajar). Agreguemos que este nivel de desocupación no se modificaba con ciclos económicos, ni fluctuaba junto a oscilaciones de salarios. Puede advertirse entonces que tiene poca relación con el ejército industrial de reserva característico del capitalismo.

Por otra parte Porket considera desempleo encubierto a la sobredotación de personal en las empresas. Como hemos señalado en la nota sobre la Unión Soviética, se trataba de un fenómeno generalizado. Porket cita fuentes soviéticas según las cuales, la sobredotación de trabajo alcanzaba entre el 10 y 15% del total de la mano de obra. En 1984 equivalía a entre 13 y 19 millones de personas.

Y aquí viene una cuestión importante para nuestra discusión, ya que Porket sostiene que una razón para la existencia de una baja tasa de desempleo era la sobredotación, que “es crónica y general”. Explica que las empresas soviéticas tendían a dotarse de más mano de obra que la necesaria, que no tenían incentivos para deshacerse de la mano de obra sobrante, y además su facultad para hacerlo estaba severamente restringida. También explica que las empresas estaban obligadas a ofrecer una alternativa de ocupación adecuada a los trabajadores que ellas mismas hacían innecesarios. Puede comprenderse por lo tanto que desde un punto de vista racional y productivo, efectivamente se trata de una población sobrante (y por eso podía hablarse de “desempleo encubierto”, como hacía Porket), pero de todas maneras estos trabajadores no constituían un ejército de desocupados que ejerciera presión alguna sobre la clase obrera de conjunto. Es imposible que lo hicieran, porque contribuían a la escasez de la mano de obra. Por eso Porket registra el fenómeno inverso de lo que sucede en el capitalismo con el ejército industrial de reserva. En el capitalismo la desocupación obliga a los trabajadores a someterse más y más a la disciplina del capital, a intensificar los ritmos y prolongar las jornadas de trabajo. En la URSS, constata Porket, el exceso de personal en las empresas tenía como consecuencias ritmos de trabajo lentos y poco exigentes, baja productividad de la mano de obra, disciplina de trabajo relajada, altos costos de producción, ineficiencia, y divorcio entre recompensas y rendimiento. Porket agrega que tenía “efectos adversos sobre los hábitos de trabajo, y permite el descanso y la falta de concentración durante las horas de labor”. Se calculaba, según Porket, que las pérdidas de tiempo en los turnos llegaban al 15%-20% sin contar las ausencias de día completo, autorizadas o no autorizadas. En las granjas colectivas las pérdidas de tiempo de trabajo eran similares, y en la construcción superiores.

Cifras coincidentes

Los datos de Porket, y sus descripciones de la situación laboral, encajan en la tesis de que la falta de desocupación generaba un poder de negociación de hecho para la clase obrera soviética (con la contrapartida de ausencia de derechos democráticos a organizarse y actuar). También coinciden con Granick (1985), aunque con algunas discrepancias. Es que Granick sostiene que el ausentismo y la tasa de rotación de los trabajadores en la URSS no eran mayores -década de 1979 y principios de la siguiente- que en los países capitalistas adelantados. Sin embargo, en lo que hace a la tasa de rotación, Granick no toma en cuenta que en los países capitalistas el trabajo a tiempo parcial está extendido (y no lo estaba en la URSS); tampoco toma en cuenta las crisis cíclicas de las economías capitalistas. Además, en la URSS la rotación ocurría a pesar de las restricciones para la movilidad geográfica de los trabajadores, algo que está mucho más atenuado en los países capitalistas.

Por encima de estas discrepancias, hay sin embargo una serie de características de la relación laboral soviética que señala Granick, que están en la misma línea de lo que hemos venido sosteniendo. Plantea que en la práctica el empleador soviético estaba muy fuertemente limitado en sus facultades para despedir trabajadores, u obligarlos a cambiar su lugar de trabajo o locación dentro de la misma empresa. Que los despidos por razones disciplinarias representaban anualmente entre el 1% y 2% del total de la fuerza laboral de la industria, y que el despido por incompetencia de los trabajadores en la práctica no existía luego del período de prueba, que era de entre una y cuatro semanas.

Según el cálculo de Granick, la combinación de dejar los trabajos; del período de tiempo entre trabajos; y del tiempo entre terminar los estudios y conseguir el primer trabajo, daba una tasa de desempleo de aproximadamente el 2,3% a fines de los 70. De nuevo, si contamos que parte de esta cifra estaba compuesta por los que dejaban voluntariamente el trabajo, podemos decir que la presión del ejército industrial de reserva sobre la clase obrera era despreciable.

Producción de sobrepoblación” ¿existía en la URSS?

Hemos visto que en el capitalismo la sobrepoblación se genera fundamentalmente durante las crisis, y mediante la introducción de la máquina y nuevas tecnologías (u organizaciones del trabajo). Esto da lugar a una ley de población que es específica del capitalismo, y consiste en que la población obrera se regenera y aumenta con la acumulación del capital, a una tasa mayor de lo que crece la población en general.

En la URSS, en cambio, los mecanismos de generación de sobrepoblación estaban bloqueados. Si bien existían fluctuaciones económicas, no se registran variaciones importantes de nivel de empleo a lo largo de los años. Por otra parte, el nivel de introducción de maquinaria era muy bajo. En coincidencia con los muchos autores que hablaron del crecimiento extensivo en la URSS, Granick señalaba que la inversión fija no estaba destinada a reemplazar el trabajo por máquinas, y esto se aplicaba tanto al trabajo no calificado como al calificado. Y existían fuertes restricciones a cambiar la composición de la inversión industrial en la Unión Sovética. En términos marxistas, esto significa que no aumentaba la proporción de maquinaria y equipos por obrero. El resultado fue que desde 1960 hasta mediados de los 1980 el crecimiento de la población empleada excedió al crecimiento de los recursos laborales. Tenemos entonces una ley de población que era la inversa de lo que sucede en el capitalismo. Naturalmente, no se puede comprender la ausencia de un ejército industrial de reserva si no se comprende esta diferencia con el capitalismo.

Más sobre el poder de negociación del trabajo

Ya he citado estudios, de autores de diferentes corrientes, que coinciden en señalar que dentro de los lugares de trabajo existía un cierto poder de los trabajadores para negociar, y que el mismo derivaba de la ausencia de un ejército industrial de reserva. Para más abundancia, resumo los principales puntos de un trabajo de David Mandel (no debe confundirse con Ernest Mandel), de fines de la década de 1980.

Mandel explicaba que los trabajadores en la Unión Soviética disfrutaban de una seguridad laboral de facto. Además, aunque los salarios podían variar de mes a mes, el salario promedio estaba garantizado, en la medida en que los trabajadores guardaran una disciplina básica. Los bonos, premios, coeficientes de participación y otros pagos suplementarios -que representaban hasta el 50% del salario de bolsillo- en teoría dependían de la calidad e intensidad del trabajo, pero eran en un grado significativo automáticos. Los salarios no dependían de normas, como medida del trabajo, sino las normas eran a menudo adoptadas para asegurar un nivel salarial específico, que estaba muy débilmente ligado (si lo estaba) con la productividad. Estos acuerdos eran necesarios para atraer y mantener una fuerza laboral lo suficientemente grande para cumplir los objetivos del plan en condiciones de escasez crónica de trabajo y una provisión desigual de materias primas y bienes intermedios a la empresa. Este sistema, dice Mandel, al crear y mantener la escasez de trabajo, daba a los trabajadores un cierto poder de negociación (ellos podían votar con los pies), aun si los sindicatos no defendían sus intereses.

Al mismo tiempo las direcciones de las empresas tenían pocos incentivos contrarrestantes que las llevaran a economizar costos laborales. Sus fondos salariales provenían del presupuesto estatal y estaban calculados en gran medida sobre la base de los desempeños pasados, de manera que desalentaban aumentos grandes de productividad (que penalizarían a la empresa al año siguiente) y animaban a los directores a mantener el salario promedio y el número de trabajadores en niveles relativamente altos. Como resultado había una tendencia a la nivelación de los salarios. Además, muchos trabajadores con cualificaciones bajas eran asignados a empleos más calificados, como una forma de atraer mano de obra. Además, el rol motivador del salario individual estaba socavado por la importancia de los salarios sociales -bienes gratis y servicios- que, por definición, no tienen relación con el trabajo individual suministrado.

Bajo la economía de “comando” las relaciones entre los trabajadores y la dirección de las empresas eran fundamentalmente conflictivas. El trabajo, a igual que en el capitalismo, estaba alienado, esto es, esencialmente bajo coerción. Los trabajadores veían que sus intereses eran restringir el esfuerzo; la tarea de la dirección era intensificarlo. Pero este antagonismo estaba atemperado por un elemento de intereses compartidos y de colusión. Es que, en buena medida, la dirección también estaba interesada en ocultar el potencial productivo a fin de evitar planes demasiado difíciles impuestos desde arriba, y tener capacidad para lidiar con el suministro irregular del sistema. Nadie quería normas “duras”.

Más adelante Mandel explica que por esto las direcciones de las empresas daban a menudo salarios altos (aunque eran erosionados por la inflación) y miraban para otro lado cuando había infracciones a la disciplina. En respuesta, los trabajadores ayudaban a las direcciones a cumplir los objetivos del plan tolerando violaciones de la legislación laboral y malas condiciones de trabajo.

El sentido de la perestroika

Refiriéndose a la reforma (perestroika) impulsada por Gorbachov, Mandel sostiene que el objetivo era acabar con la seguridad del trabajo, haciendo posibles los despidos y el quiebre de empresas; también pondría fin a las garantías del salario, e incrementaría las diferencias salariales, y reduciría la parte del salario social en la paga total. Preveía que las reformas harían más duras las cosas en los lugares de trabajo; lo que ocurrió. Después de 1985 hubo despidos, y hacia fin de la década el empleo estatal había disminuido en tres millones. Paralelamente el trabajo en las cooperativas (ya explicamos en la nota anterior que fue la forma de comenzar las privatizaciones) pasó de unos pocos miles de trabajadores, a 5.5 millones en 1990. Los reformadores tenían conciencia de lo que buscaban. Un ejemplo lo tenemos en Yevgeni Antosenkov, uno de los ideólogos de la perestroika. Antosenkov planteaba, a comienzos de los 90, que el desarrollo extensivo había llevado a un creciente déficit de fuerza laboral, en particular en las décadas de 1970 y 1980, cuando disminuyeron fuertemente las fuentes de aprovisionamiento de trabajo. Explicaba que esto tuvo consecuencias negativas, tales como caída en la efectividad y disciplina del trabajo, menor compromiso a considerar el trabajar como un bien social y creciente fluidez del trabajo. Antosenkov abogaba por la introducción de una economía de mercado para solucionar estos problemas, lo que significaba un mercado donde prevaleciera la oferta y la demanda, con empresas y organizaciones independientes, con diferentes tipos de propiedad. Pedía que se diera a las empresas el poder de despedir. Y se quejaba porque en la práctica, el despido de los trabajadores redundantes enfrentaba muchos obstáculos: las empresas que querían despedir eran invitadas a que ellas mismas buscaran empleo para los trabajadores; o se les prohibía despedir con muchas pretextos. Es notable cómo un autor con preparación en el marxismo -de alguna manera algo debía de tener- es capaz de captar y expresar, sin rebusques, las necesidades del capital. Antosenkov lo había comprendido: había que descargar el látigo de la desocupación sobre la clase obrera. Es la ciencia del capital, en plenitud.

Bibliografía citada

Antosenkov. Y. (1991): “A new employment concept in Soviet labour legislation”, en Guy Standing (ed.), In search of flexibility: The new Soviet labour market, International Labour Office, Geneva pp. 63-80.

Granick, D. (1985): “Job Rights in the URSS: Their Effect on the Organization of the Total Soviet Economy”, The Board of Regents of the University of Wisconsin System, mimeo, October.

Mandel, D. (1989) “’Revolutionary Reform’ in Soviet Factories: Restructuring Relations Between Workers and Management”, Socialist Register, pp. 102-129.

Marx, K. (1999): El Capital, México, Siglo XXI.

Porket, J. (1987): «¿Cuánto desempleo hay en la Unión Soviética?”, Estudios Públicos, Nº 28, pp. 279-291, Centro de Estudios Públicos, Chile.


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Desocupación y resistencia obrera en la URSS

Written by rolandoastarita

23/02/2011 a 18:17

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59 respuestas

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  1. Primero: coincido en líneas generales con esto; solo señalar que me parece un poco desmedido el énfasis que pones en el poder negociador de la masa trabajadora. El problema es que el debate entre la administración y el sindicato con respecto al plan siempre es interrumpido por el militante del partido (o entre el profesorado y el estudiantado mediado por el militante de los jóvenes comunista).

    Segundo: en el último párrafo tocas la tesis fundamental que pretendo defender en estos debates. Pero, desde mi punto de vista, no se trata de un viraje al capitalismo en principio (aunque quizás si en los hechos). Quizas Antosenkov fuera “capaz de captar y expresar, sin rebusques, las necesidades del capital”. Pero esto no fuere más que anticipaciones (confusiones) acerca del advenimiento del socialismo de mercado que aconteció (y acontece) a partir de la segunda mitad del siglo pasado. El problema es que el socialismo de estado (a lo soviético) suprime por decreto o viola las leyes mercantiles de la economía, y en la misma medida crea las condiciones tanto objetivas como subjetivas que conllevarían al socialismo de mercado como solución a los problema creado por el estado una vez alcanzado su punto máximo en la ineficiencia social y económica. Esa es la idea fundamental de la perestroika, la llamada Economía de Mercado Socialista (o de características China), la llamada Economía de Mercado con Orientación Socialista (como la vietnamita), y hasta quizás la futura Economía Socialista con Mercado en China (como la cubana). Pero, en la mayoría de estos países donde se da la reforma, el oportunismo y la desfachatez de la dirigencia del partido niega la auto-gestión de la masa trabajadora en los procesos productivos, y no permiten la evolución democrática del sistema socioeconómico socialista.

    Esperare al segundo artículo del tema en cuestión, pues la discusión se desparramara como en la anterior…

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    Andres

    24/02/2011 at 01:55

    • En el escrito siempre aclaro que se trató de un poder relativo, y además restringido a los lugares de trabajo, porque las libertades de organización, información, discusión, etc., estaban fuertemente limitadas. Lo que quiero señalar, de todas maneras, es que el régimen soviético fue más complejo de lo que se describe muchas veces. Hubo también (esto no lo escribí en las notas) un elemento de consenso, incluso en lo peor de la represión stalinista, que devenía de la movilidad social que permitió el crecimiento extensivo. Hace muchos años leí un libro de un disidente soviético, ingeniero de minas, que contaba que su madre campesina, que había sufrido la colectivización y había perdido a parte de su familia con ella, sin embargo adoraba (estampitas incluidas) a Stalin y la Virgen. ¿Por qué? Porque sus dos hijos habían llegado a ser ingenieros, algo impensable para un campesino ruso durante siglos.
      Con respecto a las reformas de Gorbachov, o luego antes las de China, se inscribieron en una línea al comienzo «a lo Bujarin» (hubo un renacer por la obra de este autor en los 80 en ambos países). Es un tema muy extenso presentar la cuestión de las polémicas de los 20 en este breve comentario. Solo señalo que pretender suprimir el mercado sin democracia de los productores y consumidores, lleva a los desastres de la planificación burocrática. Pero también introducir el mercado, sin que exista democracia y poder de los productores, lleva al capitalismo. Alguna vez Trotsky sostuvo, correctamente en mi opinión, que había que articular entre mercado, planificación y la democracia de los trabajadores (debió agregar y de los consumidores). Es posible que al comienzo muchos reformadores tuvieran la ilusión de que se podía introducir el mercado, sin generar por ello capitalismo; seguramente además era lo que pensaban los reformadores de los 60 en la URSS. Sin embargo el texto que cito de Antosenkov es de inicios de los 90, cuando ya se había virado abiertamente al capitalismo. No olvidemos que desde 1987, por lo menos, había privatizaciones encubiertas por todos lados.

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      rolandoastarita

      24/02/2011 at 05:42

    • Ese viraje se produce precisamente por la inexistencia de la democracia en las esferas económicas y políticas que caracteriza al socialismo de estado. Y ese viraje se produce fundamentalmente desde arriba y en medio del descontento y la desconfianza popular general en el socialismo (de estado) como modelo de desarrollo viable. Ese viraje, considero, hubiera sido inversamente proporcional a la auto-gestión (tal proceso por ejemplo no tiene lugar en Yugoslavia –cuyos problemas fueron/son de otra índole).

      El debate teórico acerca de la vía más eficiente al socialismo del siglo XX (desde los 20s hasta los 80s…90s…) tiene dos corrientes fundamentales: aquella que se basa en el sistema de dirección y planificación centralizada de la economía, y la que aboga por una participación más directa de la masa trabajadora en el proceso productivo y con arreglo socialista a las leyes monetario-mercantiles de la economía.. Pero este debate no es una interpretación teórica o proposición práctica de cómo hacer realidad el socialismo científico, pues se fundamenta sobre la base de las contradicciones materiales propias del sistema socialista; y de ahí su dinámica fundamental, que requiere en la práctica del engranaje y sucesión alternativa de ambas corrientes, de acciones opuestas pero necesarias a fin de mover los pistones del motor de la sociedad. El papel del estado seguiría siendo indispensable como instrumento regulador de la economía socialista en presencia ley del valor y sus implicaciones. En el socialismo ambas tendencias son contradictorias y complementarias en principio; pero en la práctica se agudizaron e hicieron antagónica. Pero el pistón que se atasca en su punto máximo, para al motor o luego lo revienta, y un motor de un solo pistón, aun cuando marche, apenas da para chapear el césped.
      Mucho más allá de los 20s, este debate tras
      ciende la discusión de la vía al socialismo, pues se empieza plantea la cuestión de la vía a la próxima etapa: el comunismo (quizás motivado por la incapacidad del estado de resolver los problemas del socialismo). Y es hacia esta última etapa que el socialismo de estado pareciera como el vehículo de mayor caballaje para llegar al mismo. Pero el socialismo de estado real, por sí solo, es incapaz de resolver las contradicciones internas del propio sistema, y sería incapaz de producir la base técnico-material que requeriría el advenimiento del comunismo.

      En fin, el socialismo de estado probó ser por si sola una alternativa poco eficiente en la construcción del socialismo, agudizo las contradicción internas del sistema, y cayó ante la historia víctima de su propia aberración.

      ————————————————–
      A modo de anécdota (en referencia a lo de la falta de mano de obra, etc., etc.): No había cumplido los 19 años de edad, y mi padre me ofreció un puesto (por contrato) como auxiliar de contabilidad clase C en una de las unidades que administraba. No sabía nada de contabilidad, así que me bebí cierto material de estudio que me suministro, tome varios exámenes, los pase, y me otorgaron el titulo de auxiliar clase A. El viejo estaba de lo más orgulloso… hasta que participe en una de esas reuniones donde se debatía el plan económico para dicha unidad. De regreso a la casa, le comente, que no veía razón por la cual en el socialismo hubiera organismos como los sindicatos y la dirección administrativa. A lo cual mi padre respondió con cierta letanía respecto de las contradicciones no antagónica en el socialismo, le respondí, el problema es que en la realidad el debate era obsoleto pues carecía del poder político que esas reuniones ejercía el partido… Poco tiempo después, mi papa me expulso por ausentista… 20 anos después me dijo que lo había hecho para evitarnos problemas con el partido…

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      Andres

      24/02/2011 at 11:31

  2. Aníbal, si me permitís un chascarrillo… ¡Estoy totalmente de acuerdo con tu última frase!

    Ahora, hablando en serio, ¿de verdad te parece que la ocupación hasta cierto punto ficticia que había en la URSS era un acicate para bajar los salarios de la clase obrera? ¿de verdad te parece que la situación de «desempleado encubierto» era un poderoso factor disciplinador?

    Insisto, hacés enjundiosos esfuerzos por encontrar parecidos, pero no te das cuenta de que son sólo eso, parecidos. La esencia es diferente, y es ahí adónde debe apuntar el análisis.

    Me parece que tu análisis se deja llevar por parte de la cáscara y omite mirar más en profundidad. El intento de asemejar ambos regímenes sociales no creo que sea fructífero. Es interesante mientras sirve para desmentir la asimilación del sistema burocráctico con el socialismo, pero pierde su fuerza y sus logros cuando empieza a hacer agua y el pensamiento dualista dá como resultado un reforzamiento de la falaz idea de que sí, «eso» era socialismo («socialismo real» o «socialismo de estado» como dice por acá Don Andrés). La discución no sale de ahí: o es «capitalismo» o es «socialismo real o socialismo de estado». Estás en un mal brete.

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    Eduardo

    24/02/2011 at 14:10

    • Pero Eduardo, de eso se trata la discusión en principio, a saber, que ostias fue la URSS: si capitalismo o socialismo. ¿No? Y al parecer ya hay tres posibles respuestas al respecto: (1) que es capitalismo como así la defiende el ilustre Aníbal con abundante referencia y vehemencia, (2) que es socialismo como he afirmado (que nada de Don me corresponde), y (3) la que se pospondrá que dice que no fue “ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario” que al parecer defenderá Rolando (y la que asumo es compartida por el Distinguidísimo Señor Eduardo :).

      Como he señalado en mensajes anteriores, en este análisis hay que especificar las formas concretas en que las diferentes categorías se manifiestan en la URSS; lo cual también puntualizó y argumentó a detalle Rolando en el tema anterior. Pero si el análisis se establece con rigor y sobre las bases del materialismo dialectico, entonces, se llega a la conclusión de que si la URSS no fue socialista, su existencia contradice al materialismo, pues tal evolución del sistema capitalista no es compatible, o al menos predicha, por materialismo histórico. En este sentido, la respuesta (1) y (3) implican la negación del materialismo dialectico, pues implican aberraciones históricas que escapan de su dominio científico. Mas, debido a que tales acontecimiento ocuparon un tiempo y espacio real en la historia del XX y XXI, entonces, las respuesta (1) y (3) no dicen más que el materialismo histórico es una concepción del mundo insuficiente para explicar tales proceso sociales, y por tanto debería ser descartada (a menos que se pretenda caer en aberraciones de tipo lógicas).

      Curiosamente, yo que no soy ni marxista, ni marxólogo, ni marxiano (pero quizás marciano), propongo (2) la cual explica el fenómeno sin echar por la borda al materialismo histórico… sed magis amica veritas…

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      Andres

      24/02/2011 at 17:30

  3. Respuestas:

    Parecería que la dificultad de contestar esas preguntas estaría condicionando tu respuesta. Pero veamos.
    -¿ese sistema era un progreso respecto al capitalismo o no?

    En algunos aspectos sí y en otros no. El balance es complicado, pero me parece que es más exactro decir que no.

    – ¿superaba sus elementos esenciales en lo economico, politico y militar?

    No, no y no.

    -Rusia salia del capitalismo, para pasar una temporada histórica en otro sistema y luego volvía al capitalismo…¿ cómo se come esta ensaladilla…rusa?

    No es fácil.

    si no era capitalista,¿qué implicaciones tiene para la lucha proletª?.

    Y, por ejemplo, que no había que hacer propaganda en contra de la propiedad privada capitalista.

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    Eduardo

    24/02/2011 at 17:35

    • Andrés,

      Que el materialismo histórico no haya previsto al sistema burocrático (o como hostias lo quieras llamar) no niega al materialismo histórico, como la física relativista y la cuántica no dieron al cuerno con la física de Newton. El conocimiento científico siempre tiene un aspecto provisorio y va siendo perfeccionado a medida que se entiende un poco más. El materialismo histórico aplicado por Marx a la comprensión del capitalismo y a la crítica de los socialismos existentes en su época (utópico, reformista, etc.) y a sociedades anteriores no ha sido desmentido al día de hoy más que -en general- en detalles. Pretender que el materialismo histórico expresado por Marx y Engels dé respuesta a todo el devenir histórico no es plausible.
      Si tras el análisis se llega a la conclusión de que no fue ni capitalismo ni socialismo el materialismo histórico habrá demostrado que es merecedor del título de ciencia en relación al estudio de las sociedades.

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      Eduardo

      24/02/2011 at 17:47

    • Mi querido Einstein, espero ansioso esa gran contribución suya al materialismo histórico relativista. Pero por el momento le digo que no es necesaria para explicar el socialismo real, que surge de las contradicciones del sistema capitalista y se ahoga en las contradicciones socialistas que fue incapaz de resolver.
      Por otro lado, te equivocas también con respecto a la validez de la mecánica clásica: no aplica a los fenómenos que describe la mecánica cuántica ni puede extenderse a todo lo que abarca la relatividad general (en el mejor de los casos se puede decir que la clásica es un caso particular de la relatividad cundo el movimiento que se describe es suficientemente lento –similar a la lentitud de la burocracia- pero aquí, en ese punto del movimiento, lo importante es ver que ambas teorías coinciden. Pero no creo que tu “materialismo relativista” pueda explicar con el materialismo histórico conocido lo que aconteció como resultado de las contradicciones capitalistas.

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      Andres

      24/02/2011 at 18:16

  4. Disculpen pero me parece que el debate a derivado en una charla de sordos. Lo siento mucho por la rudeza.
    No quiero parecer «olfa» pero la posición de Rolando me parece la más solida. Tal vez haya que concluir que estan de acuerdo en que no estan de acuerdo (disculpen la cursileria)
    A parte creo que lo interesante del debate no pasa por si es o no cientifico el materialismo dialectico.
    Dejando de lado que la evolución historica de Rusia no implica nada respecto del estatus teorico del trabajo, y del metodo, de Marx. Hay que tener cuidado en la forma en que se usan silogismos deductivos formales, que (nuevamente lamento la rudeza) es lo que es decir:
    «se llega a la conclusión de que si la URSS no fue socialista, su existencia contradice al materialismo, pues tal evolución del sistema capitalista no es compatible, o al menos predicha, por materialismo histórico»

    Saludos.

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    Gerardo

    24/02/2011 at 18:21

    • Gerardo discrepo con usted pues aquí se propone alternativas a explicar un resultado histórico que no se corresponden con los principios más elementales del materialismo dialectico. Yo, por el contrario, afirmo que se puede concebir la historia tal cual conocemos hasta ahora (sin necesidad de revisiones, tergiversaciones, sin minimizar la labor de pensadores de la talla y el calibre de muchos como Lenin, et.al.) y explicar el fenómeno de la URSS a partir de la concepción marxista de la historia. Las otras respuestas rompen, quiérase o no, con la simetría de la concatenación de hechos que caracterizan el proceso de desarrollo social e histórico según el marxismo, pues se arriba a un estadio social totalmente incomprensible a partir del mismo.
      Por otro lado, en otro tema del blog relacionado con el método dialectico también argumenté que la desaparición de la URSS histórico (asi como tampoco el teorema de Okishio significaba una negación del materialismo histórico. Tanto el socialismo como la caída tendencial de la tasa de ganancia surgían como deducciones lógicas de la teoría científica que habrían de corroborarse en la práctica. Pero es que la practica revolucionaria, amigo mío, no es color de rosa, y se comenten errores que habrán de costar muy caros, y que el fruto a recoger requiere de una ardua gestación natural, histórica, y laboriosa. Y de esos errores prácticos cometido hay mucho por aprender y corregir todavía; pero negar practica socialista del siglo XX conlleva a la alquimia social y nos ponen a pensar castillos socialistas en el aire que no conduce sino a repetir viejos errores.

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      Andres

      24/02/2011 at 19:19

  5. El artículo de Rolando me parece muy bueno. Argumenta y demuestra fehacientemente su posición. En cuanto a los comentarios, creo que Gerardo tiene algo de razón: la discusión tiende a ser estéril en tanto prima el no análisis de los planteos distintos. Del mismo modo, me ubico cerca de Eduardo en cuanto a su postura. Por caso, no entiendo la obcecación de Aníbal en su teoría de que lo que había en la ex URSS era “capitalismo de Estado”, aunque se le demuestre lo contrario. De la misma manera, no comprendo la insistencia de Andrés -más allá de la experiencia personal que parece haber tenido- en mencionar a que lo existente en la Unión Soviética era “socialismo de Estado”. Nombrar de esta forma esa experiencia, así como a los distintos Estados y regímenes brutales que surgieron y existieron mayormente en la segunda mitad del siglo pasado -en el Este de Europa, China, Cuba, etc.- es hacerle un gran favor a la derecha y a la reacción, y terminar involuntariamente haciendo una apología del stalinismo en cualquiera de sus variantes. Es muy conservador. Es como decir: “no se podía hacer otra cosa…”, o el consabido dicho actual: “es lo que hay…”. No, debemos aspirar a otra cosa para luchar y acabar con la explotación y opresión. Con una teoría y práctica científica y revolucionaria.

    En mi opinión, esas formaciones económico-sociales eran híbridos burocráticos. Estados ídem y regímenes represores. No eran capitalistas. Pero tampoco socialistas. Ni lo uno ni lo otro. El tema y el análisis son más complejos. Habría que ver la génesis en cada país, pero creo que es claro que, en el caso de la ex URSS, la transición se vio bloqueada por las condiciones y la situación política y económica, tanto externa como interna. Retrocedió la posibilidad de la revolución mundial. La clase trabajadora no pudo tener el poder político. Surgió una casta burocrática y su terrible teoría del “socialismo en un solo país”. Se abjuró del marxismo. Todo esto lo desvirtuó y envileció.

    Este debate es muy interesante. Saludos.

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    Armando

    24/02/2011 at 21:37

  6. Armando, si Andrés dijera “no se podía hacer otra cosa…”, sería una base honesta para discutir. cuando digo «honesta» me refiero a algo transparente; se esatablecen posiciones, se contradicen y si se puede se alcanza un plano de comprensión superior.

    El problema que yo veo es que es prácticamente imposible avanzar en la discución si no hablamos un idioma en común. Si Andrés sostiene que hubo socialismo y ese «socialismo» no tiene nada que ver con el sistema previsto por el materialismo histórico el debate se estanca. ¿Por qué no podemos ponernos de acuerdo? Creo que Andrés más que una definición está aplicando un juicio de valor, juicio que implícitamente (no transparentemente) asume que la única conclusión lógica posible del intento de instaurar el socialismo es el «socialismo de estado» o «socialimso real», eufemismo creado por la propaganda capitalista para desprestigiar al socialismo y tratar de cerrar ante los explotados y los oprimidos todo intento de rebelión, ya que si eso es el socialismo más vale seguir siendo capitalistas.

    Andrés, mi contribución al «materialismo histórico relativista» (o «cuántico», también podés decir) es apenas esta, y a la vez que reconozco mis limitaciones puedo decirte con orgullo que intento pensar siempre críticamente con un excepticismo científico que muchos más capaces que yo, lamentablemente no tienen. Respecto de tus apreciaciones acerca de la mecánica clásica estoy de acuerdo con ellas (probablemente me expresé mal), en cualquier caso creo que la analogía que intenté establecer sigue siendo válida: la física de Eintein y la cuántica responden acabadamente a fenómenos más complejos que la física anterior, y si bien aquella física no responde al nivel que se aplican las teorías de la relatividad y la cuántica no por ello se la ha debido desechar. Del mismo modo, si el materialismo histórico sirvió para explicar el sistema capitalista no es necesario desecharlo por no haber previsto el sistema burocrático, lo que hay que hacer es aplicar el mismo método o como vos decís socarronamente, aplicar ahora el materialismo histórico «relativista» a los nuevos fenómenos surgidos en el siglo veinte. Evidentemente -y aunque tengo algunas discrepancias con él- está claríosimo que Rolando lo hace mucho mejor que yo.

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    Eduardo

    24/02/2011 at 23:14

    • Si digo que es socialismo es porque pienso en los hechos concretos tal cual los recoge la historia; no la reinvento. Pero más allá de esto, prosigo con el rigor científico que me permita el materialismo histórico, y paso a analizar las bases materiales de esa superestructura del Estado soviético, las cuales son incompatibles con el capitalismo o con “formaciones socioeconómicas híbridas burocráticas” pues estas respuestas ponen al materialismo histórico patas arriba (me refiero a la relación entre la estructura y la superestructura social) como ya señalé anteriormente. Y porque más que a la burocracia, culpo a la dirigencia del partido. Por otro lado, tampoco afirmo que lo acontecido ha sido o será la única forma de socialismo posible (e.g., el caso Yugoslavo, el Chino).

      Si mi repuesta en principio les molesta, pues ésta compromete al socialismo ideal, siento decirles que mi compromiso es con la verdad objetiva, no con la ideología; y en este sentido les exhorto a cuestionar su propia “honestidad” en la búsqueda de esa “teoría y práctica científica y revolucionaria”. Pero, atribuirme ciertos absurdos y refutárseme a partir de los mismos, ni es honesto, ni crítico, ni científico, ni escéptico, ni revolucionario, ni nada por el estilo.

      Según se comprende a partir del marxismo clásico, existen contradicciones en la sociedad socialista de cuyas resoluciones dependerá el desarrollo de ese sistema social. Pero en los clásicos estas contradicciones, no antagónicas, aparecen resueltas de manera ideal y de color de rosa, al margen de los sujetos que habrán de brindar soluciones prácticas a tales problemas (y vea usted el tono que va tomando la discusión en este blog, e imagine que en éste estuviera en juego el destino y los bolsillos de quienes en él tratamos de intercambiar ideas). La práctica del siglo XX demostró que no es así, y que tienen dimensión y repercusiones políticas. Estas contradicciones se manifiestan en el momento mismo en que triunfa la revolución socialista, se emprende el periodo de transito, y continúan aun después de haberse consolidado el socialismo. Fundamentalmente, en el periodo de tránsito la ley del valor permanece vigente, y en cuya presencia, se hace necesaria la implementación del principio de planificación de la economía por parte del estado con la finalidad de avanzar en la construcción del sistema socialista.

      Se puede constatar en los hechos del siglo XX que al margen de la planificación centralizada, las relaciones mercantiles de la economía tienden a obstaculizar el proceso socialista. Esto se ve en el campesinado ruso en los 20s; tampoco el socialismo de mercado yugoslavo pudo avanzar mucho más en la construcción final del mismo (y aunque no poseo datos concretos o conocimiento suficiente al respecto, me pregunto si ese socialismo de mercado y federativo contribuyo de manera alguna a la desaparición de Republica Federal de Yugoslavia). Tampoco la propiedad directa de los trabajadores sobre los medios de producción de sus respectivas empresas necesariamente avanzaría más allá del cooperativismo y corporaciones pequeño burguesas, y dudoso resulta que tal aprobación directa conllevaría necesariamente a la socialización general (esto no sucedió en el socialismo de mercado, ni sucede en la actualidad).

      Así aparece el principio de planificación y el papel protagónico del estado soviético en la industrialización del país y la construcción del socialismo. Pero al margen de las leyes monetario-mercantiles, del estimulo material y la participación directa de la masa trabajadora en la toma de decisiones en el proceso productivo, político y social, ese estado socialista fusiona el poder económico y político como nunca antes se vio en la historia, y no existe fuerza social capaz de balancear la ecuación resultante. De ineficiencia y fracaso final de ese socialismo de estado ya estamos harto de comentar.

      Finalmente, si la revolución socialista volviera a aparecer en la palestra histórica, la dinámica resultante de esas fuerzas que se contraponen en el sistema socialista habrán de manifestarse nuevamente. Surgirán los Bujarines, los Trostkys, los Preobrajenskys, etc., etc. que retomaran el debate. Pero al margen de toda teoría, si algunas de estas corrientes o fuerzas opuestas carecen del espacio democrático que permita a ambas enfrentarse por el control y poder económico y político en cada momento dado, se fracasaría nuevamente.

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      Andres

      25/02/2011 at 02:46

  7. Estimado Andres, su apasionamiento es muy grato de observar pero le hace perder claridad de manera dramática.

    1) Jamas dije, ni creo, que «la practica revolucionaria (…) es color de rosa», con dos decadas de militancia de base en mis espaldas estoy lejos de hacerme esa ilusión.
    2) Jamas negué la practica socialista del siglo XX.

    Solo estoy de acuerdo con el planteo del Prof. Astarita, porque sus argumentos me resultan más convincentes. Y no creo que negar que la URSS haya sido un socialismo tenga ningun tipo de contradicción logica con el cuerpo de obrar de Marx o Lenin. Por lo menos si hablamos de logica dialectica. La afirmación tajante:
    «la desaparición de la URSS histórico (asi como tampoco el teorema de Okishio significaba una negación del materialismo histórico.»
    es propia de la lógica sustancial atributiva y no de la lógica dialéctica.
    La lógica de su argumentación esta siendo completamente formal, no dialectica, no importa cuantas veces repita las palabras Materialismo Dialectico.
    Dicho esto sinceramente sin ninguna intención de ofender.

    Pero tampoco me parece productivo desviar el debate en estas cuestiones, lo util de lo que estamos discutiendo, es que nos permite tanto mejorar el cuerpo de obra marxista-leninista como aumentar nuestro conocimiento de la realidad para poder modificarla en el futuro. Y en eso, por lo menos por lo que usted dice al final de su ultimo comentario estamos de acuerdo. Solo divergemos en nuestras interpretaciones de la realidad de la URSS en el siglo XX. Y dudo sinceramente, aunque me gustaria que no fuese así, que nos vayamos a poner de acuerdo.

    Y con esto retomo lo que expuse en mi anterior comentario.

    Saludos.

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    Gerardo

    25/02/2011 at 00:22

    • Gerardo
      Me di cuenta que en la primera oración de mi respuesta a usted, escribí materialismo dialectico y no histórico como debi. No obstante, solo referirlo al comentario respecto a la metodología científica marxista que aparece en el tema “Althusser y el “objeto de conocimiento”, último mensaje 01/11/2010, 19:47.

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      Andres

      25/02/2011 at 03:02

  8. ¡¡Ahora entiendo!!
    Estimado Andres no lo habia relacionado con ese «Andres». De haberlo hecho no hubiese perdido mi tiempo, es claro que no hay ninguna forma de tener un dialogo minimamente util con usted. Esta demasiado enamorado de sus ideas como para prestarle atención a nadie más.
    Incluso se cita autoreferencialmente, ¡un encanto!
    Lamentablemente habia leido sus comentarios en ese post y no desdicen una palabra de mis ultimas dos intervenciones.
    A parte de que mandarme a leer es más muestra de pedanteria que otra cosa; No hay duda que usted cerro el tema en esa intervención.
    Claramente no tiene sentido continuar con nuestros intercambios.
    Qué le vaya bien.

    Saludos.

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    Gerardo

    25/02/2011 at 09:45

    • Lo referí allí para evitar caer en una discusión que no se relaciona directamente con el tema tratado aquí, y donde elaboré con más detalle lo que usted me critica aquí. Hubo otro tema donde se discutió si la dialéctica era método o inmanencia. Y pensé que su contribución al respecto hubiera sido algo valiosa y significativa, pues deduje que usted algo substancial y podría agregar… Simplemente mee equivoque…

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      Andres

      25/02/2011 at 18:41

  9. No alcanzo a comprender bien la diferencia esencial entre desocupación abierta en el capitalismo y «desocupación encubierta» en la rusia soviética. Sí comprendo desde el punto de vista de los efectos, pero no desde la perspectiva de la economía física en sí.

    Los trabajadores sobrantes en la URSS no producían o producían poco y cobraban salario. En el capitalismo no producen y no cobran salario (a lo sumo subsidio).

    ¿No se sigue de esto que el primer sistema sienta las premisas para producir pero no lo logra y el segundo lo logra sin sentar las premisas de la misma manera que el primero?

    Ahora bien, ¿es posible analizar por qué no lo logra sin recurrir a los parámetros y guías que ofrece el capitalismo?

    Si la respuesta a esto es negativa, luego, prácticamente no habría alternativas a la economía de «mercado» capitalista.

    Y si la respuesta es positiva, luego hay que ver qué se podría hacer sin necesidad de recurrir al libreto capitalista.

    Y lo primero que veo, siguiendo este último camino, es que el capitalismo no es tan productivo como parece pues necesita dejar afuera del consumo y del progreso a enormes franjas de la población que, si las incorporara, reduciría fuertemente el excedente económico.

    Imagino a la economía soviética como algo muy disociado: una enorme masa de asalariados ocupados por un lado, y, por el otro, enorme relativamente masa de recursos y excedentes destinados a la producción pesada, armamentos e industria espacial. Y no se producen interacciones productivas entre estos polos disociados.

    ¿Por qué no pudo en la URSS ponerse un desarrollo al servicio del bienestar de la población para lo cual es imprescindible el aumento de la productividad (pero no entendida esta como en el capitalismo)?

    Lo que hay que dilucidar, en la perspectiva que planteo, es por qué la economía soviética si pagaba los costos de reproducción de todos sus trabajadores, por qué no podía generar excedentes que redundaran en el aumento de los costos (físicos) de reproducción de sus trabajadores.

    En este planteo está vedado el aumentar la productividad dejando improductivos a un montón de trabajadores, mal que le pese a Antosenkov, porque esta es la por así decir “falsa” productividad capitalista.

    Desde un punto de vista físico económico está vedado lograr “excedentes” reduciendo los costos físico económicos de una parte de la población potencialmente productiva. Si se hace esto sería un “pseudoexcedente” y no un verdadero excedente, puesto que éste no puede sacar parte alguno de lo que son los costos de reproducción de dicha población.

    En este sentido la URSS garantizó costos de reproducción más o menos mediocres o pobres para la casi totalidad de la población a cambio de conseguir un excedente para el sector armamentista, espacial e industria pesada, que no era de bienes de consumo masivo y que no llegaba a tener mayores consecuencias positivas sobre este sector. Es una economía muy poco brillante pero con poca oscuridad.

    En el capitalismo sucede (por ej. nuestro país) que hay mercados de bienes de “consumo masivo” para clases medias y trabajadores formalizados y, por otro lado, hay 10 o 12 millones de personas (de 40 mill en total) que consumen poco más que la comida y/o bienes y servicios muy malos. Y dentro de este grupo un porcentaje no desdeñable es indigente, ni para una alimentación decente tiene. Es una economía en parte muy brillante y con oscuridades tremendas.

    Creo que para comprender las particularidades y complejidades de la economía soviética hay que, antes, cambiar algunas nociones que tenemos del capitalismo que las dimos por sentadas, siendo demasiado crédulos del saber burgués.

    A mi entender, hay que profundizar en el concepto de “aumento de la potencia del trabajo (actividad del trabajador)”. Esta profundización debe adoptar el énfasis en la economía física.

    Esa potencia tiene que ver no con el hecho de que los trabajadores sean más baratos (por ej. como los chinos respecto a los norteamericanos o europeos) sino con el hecho de que la población potencialmente productiva logre más poder en producir. Y no producir solo en el punto de producción (la fábrica) sino también en el espacio social general (infraestructura urbana y rural, por ej).

    Lo grafico así.

    I) Economía soviética:

    Sociedad de 10 personas con 10 cuchillos cada uno cuya eficiencia y poder (filo, capacidad de cortar) es: 1 persona con un cuchillo filoso y 9 con cuchillos muy gastados con poco filo.

    II) Economía capitalista:

    Sociedad de 10 personas con 8 cuchillos (desocupación y subocupación: 2) cuya eficiencia y poder es: 3 personas con cuchillos muy filosos, 3 personas con cuchillos más o menos filosos, 2 personas con cuchillos muy gastados con poco filo y 2 personas sin cuchillo (sin “poder” de producir nada).

    III) Economía física:

    10 personas con 10 cuchillos muy filosos. Esto implica que hay que “gastar” en afilar muchos más cuchillos que en I) y II) y, por lo tanto, se necesita más energía para hacer eso para que la fuerza que el trabajador emplea (agarrar el mango del cuchillo) tenga mucho más poder de hacer (cortar con el filo). Al cortar con más poder hay más cosas (costos físicos de reproducción) para los miembros de esa sociedad y sus descendientes.

    A mi me gustaría que lo que sucedió en I) se analice no en función de lo que sucede en II) sino desde III).

    ¿O acaso no es que queremos un modo de producción superior al capitalismo? Si es superior tiene que ser mejor y si es mejor tiene que resolver los problemas que el capitalismo no resuelve.

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    oti

    25/02/2011 at 13:59

    • No tengo las respuestas a todos los problemas que planteas. De todas maneras hay algo que no deberíamos olvidar: en la URSS se produjo un divorcio creciente entre los productores directos y la dirigencia. Los campesinos se alejaron casi definitivamente del régimen a partir de la colectivización forzosa. Los obreros lo fueron haciendo cada vez más, en especial en los 30. Lo que al principio fueron prebendas y privilegios de la burocracia, se transformaron en extracción sistemática del excedente (de hecho, en explotación). No deberíamos olvidar que cuando las tropas nazis invadieron la URSS, al principio fueron recibidas como salvadoras (un episodio sobre el que la izquierda en su momento reflexionó poco; Stalin solucionó la cuestión castigando a esos pueblos por «traidores», al finalizar la guerra). Los campos de concentración llegaron a tener millones de personas internadas. Es imposible comprometer a los productores en un esfuerzo por mejorar los rendimientos, y la calidad de la producción, en esas condiciones. Un hecho interesante: cuando hacia fines de los 80 trotskistas occidentales llegaron a la URSS con libros de Trotsky, pensaban que los trabajadores sovièticos inmediatamente iban a verse reflejados en esa literatura. Pero nada de esto sucedió. Lo que más resistencia provocaba era la afirmación (trotskista) de que el Estado soviético era «proletario». Los obreros no tenían la menor simpatía por lo que, supuestamente, era «su» Estado. Por eso prácticamente nadie se movilizó para defenderlo. Con todo esto apunto a que el problema de la baja productividad tenía que ver con el extrañamiento (alienación) que se había producido, entre los 20 y 30, entre el Estado y las masas trabajadoras.

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      rolandoastarita

      25/02/2011 at 18:57

  10. Exactamente, los trabajadores veían en realidad a ese Estado como algo «ajeno». Todo esto fue un duro golpe y una gran crisis para la mayoría de las corrientes trotskistas. Que creían que, «automaticamente», ellos empalmarían con el sentir y las expectativas y la conciencia de las masas y vendría inmediatamente la llamada revolución política con su dirección, prevista por Trotsky en los ’30…¡Y la gente lo que quería era «consumir»! ¡Viene un capitalismo a la sueca -les dijeron los burócratas-, con «democracia»! Y lamentablemente compraron…

    Luego, muchos de estos grupos, al no comprender todo esto, primero comenzaron negando la realidad frente a los procesos de restauración del capital que se verificaban en la ex URRS y en el Este, y luego, frente a su fracaso -y la evidencia de los hechos-, buscaron en algunos casos hacer encajar su dogma como fuera y volverse más y más sectarios…O apostar en el oportunismo a la «democracia»…

    Compañeros, este debate es muy importante, por lo tanto, y por las características de este blog (muy comentada), intentemos conversar e intercambiar ideas con el mayor respeto que podamos. Saludos.

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    Armando

    25/02/2011 at 21:59

  11. La colectivización fue algo necesario para evitar que los kulaks escondieran la producción. Tú sabes Rolando que había que paliar el hambre; eran tiempos difíciles y si entonces no se hubiera colectivizado no se habría hecho nunca. Stalin, como cualquier ser humano, pudo cometer errores o no, pero la colectivización fue impuesta por la necesidad fue la mejor decisión en aquel momento. En cuanto a que eso supusiera un divorcio entre los campesinos y los dirigentes revolucionarios es algo que no tengo muy claro. Como tampoco tengo muy claro que los nazis fueran recibidos como salvadores; y esto último lo tengo clarísimo:
    – El testimonio de mi abuelo, exiliado republicano, explorador en el batallón de exploradores de la 28ª División Acorazada de Tanques del entonces coronel Cherniakovski en Shauliai y Novgorod desde los primeros días de la guerra, pasando por la Operación Bragatión en el 1er. Frente de Bielorrusia encargados de liberar Minsk. Siempre cuenta como de no haber sido por la ayuda recibida por la población que iban liberando no hubieran podido avanzar con semejante contundencia. Bielorrusia es una región muy pantanosa y los tanques tuvieron que cruzar muchos campos en improvisadas carreteras de madera, cuya constucción no hubiera sido posible sin la cooperación de la población; además, detrás de las líneas enemigas actuaban los partisanos, cuya fuerza en número equivalía a más de siete divisiones en la zona Bielorrusa que tuvo entretenido a buena parte del ejército nazi-fascista y cuya intervención desahogó el frente de tropas de refresco nazi-fascistas. Desde los primeros días mi abuelo vio como la población huía de los «ángeles negros» y de sus atrocidades y masacres. Participa en la liberación de Minsk y Bialystok, Varsovia y Berlin. Como explorador tuvo que llevar a cabo muchas operaciones de sabotaje tras las líneas enemigas que contaban con el enlace y apoyo de los partisanos y la población civil de las zonas ocupadas. En los accesos a la ciudad de Berlín una granada de fragmentación le arrancó la mitad de la cara perdiendo el ojo izquierdo, nariz y parte de la mandíbula, con fragmentos en el hombro que le imposibilitan bastante la movilidad del mismo.
    Es verdad que sectores nacionalistas apoyaron a los nazis, como el ejército insurgente de Ucrania y otros grupos, pero que estos grupos fueron los menos y que ejercieron más represión que los mismos nazis sobre sus propios compatriotas al considerarlos comunistas.
    Si algo tuvo en su favor el Ejército Rojo fue, el apoyo popular, y eso, hay que reconocerlo. De hecho, Stalin era partidario de liberar también España, y si no hubiera sido porque le taponaban el camino los aliados lo hubiera intentado y conseguido.
    Un saludo.

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    José

    27/02/2011 at 23:12

    • Ahora solo respondo lo de la colaboración con los nazis, porque estoy un poco presionado por trabajo. Es cierto lo que dices, que las tropas soviéticas fueron recibidas como salvadoras en los territorios que recuperaban de los nazis, cuando estos se retiraban derrotados, y que recibían apoyo. Pero esto no quita que sea verdad que los nazis fueron recibidos como salvadores por muchos pueblos soviéticos cuando invadieron la URSS. Solo cuando los pueblos comprobaron la bestialidad nazi (que los trataba como raza inferior, etc.) se pusieron abiertamente en contra.
      Que hubo colaboración lo dijo la propia dirigencia soviética. Muchos pueblos fueron acusados de colaboración, sus regiones o repúblicas autónomas fueron liquidadas como castigo, y fueron deportados en masa a zonas inóspitas. Se los eliminó de la «Gran Familia Soviética». Subrayo, es la misma dirigencia soviética la que hizo estas acusaciones. Aquí paso algunos datos: .
      El 12 de octubre de 1943 la Presidencia del Soviet Supremo decreta la deportación colectiva del los karachays, acusados de “colaboración con el ocupante nazi”, y se decide la “liquidación de la Región Autónoma de Karachay”. El 27 de diciembre de 1943, también por resolución del Soviet Supremo, le toca a los kalmyks, acusados de colaboración con los nazis, y se liquida la Región Autónoma de Kalmikya. En febrero de 1944 se deportan a los chechenos e ingush. En pocos días son deportados más de medio millón de personas hacia Kazakstan; para esta operación se movilizaron 119.000 tropas. En marzo se decreta la liquidación de la República Autónoma Socialista de Chechenia-Ingushetia. En marzo de 1944 se decide la deportación de los balkaros también acusados de colaborar con los ocupantes; en abril se decreta la liquidación de la República Autónoma Socialista de Kabardino-Balkaria. En junio de 1944 se deportan bulgaros, griegos y armenios soviéticos a Crimea.
      Sostengo que en la izquierda no hemos reflexionado lo suficiente sobre este episodio. Pero cuando la URSS comenzó a derrumbarse, muchos de estos pueblos reclamaron volver a sus lugares originales, y una rehabilitación. Personalmente, durante años adherí a la tesis «la URSS es un Estado obrero, burocratizado», y no podía encajar algo como esto, que sucedió, con esa tesis. Por supuesto, me parece bestial también haber castigado a pueblos enteros. Había que tratar de entender qué estaba expresando ese hecho. Como dice el viejo proverbio, con las bayonetas se pueden hacer muchas cosas, menos sentarse sobre ellas. El socialismo no puede imponerse a fuerza de campos de concentración y deportaciones de pueblos.
      También te envío un saludo.

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      rolandoastarita

      28/02/2011 at 00:27

  12. Estimado Aníbal, no entiendo bien qué estás tratando de probar con estos largos comentarios, que prácticamente en ningún caso atañen a la cuestión de si en la URSS regía la ley del valor, o las leyes del capital. Para dar un solo ejemplo ¿pretendes acaso que las leyes de la acumulación capitalista se expresan en la economía de los campos de concentración nazis? ¿Y que por lo tanto para demostrar que en la URSS regían las leyes del capitalismo debemos compararlas con las que gobernaban los campos de concentración nazis? Sinceramente, pocas veces encontré una forma de debatir semejante. Tengo la impresión de que estás intentando ganar una discusión, y a cualquier costo. En un comentario planteaste que en la URSS había desocupación, como en cualquier otro país capitalista. Expliqué mi posición en una nota. Respondiste hablando sobre Cuba, sobre las economías de guerra (¿acaso para estudiar el funcionamiento del capitalismo hay que centrarse en las economías de guerra?), sobre China, sobre la perestroika (precisamente la perestroika tiene como objetivo implantar la disciplina del mercado en la relación laboral!!!), en fin, sobre cualquier cosa, menos sobre los temas centrales. Y así de seguido, mandando comentario tras comentario, que terminan conformando verdaderos artículos, que no hacen a los argumentos (en última instancia te sugiero que escribas un artículo, y lo publiques en algún lado). Si estas intentando ganar un debate, te respondo que snceramente, no tengo interés en entrar en esos «torneos». Por otro lado «copas» la sección comentarios uno tras otro, hasta que terminan conformando verdaderas notas (en mi opinión, sin coherencia interna, pero este es otro problema). Ya te expliqué que este no es el sentido de esta sección. Este no es un blog para que diferentes corrientes y autores explayen sus propias posiciones (hay sitios dedicados a ello). Por esta razón tampoco a mí se me ocurre entrar a un blog o sitio identificado con cierta línea de pensamiento, para llenarlo con enlaces a mis artículos, o meter de hecho notas completas, alternativas, con mis posiciones.
    Aclaro que este tampoco es un foro de discusión. Los comentarios son críticas, observaciones, etc., parciales a las notas que se presentan. Hasta ahora todos lo han entendido así.
    No considero que mi procedimiento sea antidemocrático, simplemente intento que este blog no se desvirtúe.
    La gente que quiere estudiar la posición de los defensores de la tesis del capitalismo de Estado en la URSS tiene toda la posibilidad de acceder a la literatura correspondiente (subrayo, este blog no es ese lugar). Que cada cual lea las posiciones, y se forme su propia opinión. Es la manera en que concibo el progreso de las discusiones e investigaciones.

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    rolandoastarita

    28/02/2011 at 09:08

  13. Es evidente que tenemos diferentes criterios sobre cómo avanza el conocimiento (y posiblemente de qué es ciencia). De todas maneras los criterios en base a los cuales se conforma en blog no se deciden colectivamente, sino de acuerdo a los objetivos que le dieron origen.

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    rolandoastarita

    28/02/2011 at 10:57

  14. Rolando, es muy posible que las condiciones que señalás de divorcio y extrañamiento que sentían los trabajadores de la ciudad y campesinos hacia el Estado haya jugado en contra de una actitud más constructiva de parte de los productores.

    Ahora, lo que me pregunto es si los dirigentes soviéticos no pensaban que aumentar la productividad y la potencia del trabajo significaba aumentar la desocupación (como ocurre en el capitalismo)? Porque si pensaban así y consideraban inevitable eso, era muy difícil que esa economía se hiciera productiva, puesto que el interés era conservar la máxima tasa de ocupación posible.

    Me pregunto si lo que es «regla» en el capitalismo (el aumento de «productividad»= desocupación) es regla en todo sistema social que se proponga aumentar la productividad, entendida ésta como aumento de la potencia de la actividad del trabajador.

    Razono que a medida que se reduce el trabajo en el sector productor de bienes de consumo masivo debe aumentar correlativamente en el sector productor de bienes de capital e infraestructura. Lo que significa que el perfil del trabajador se hace más calificado, que la sociedad debe dedicar más tiempo a la educación científica y técnica en la formación de una persona, el trabajo manual disminuye, la investigación científica, tecnológica y técnica aumenta, etc.

    Es decir que el trabajador no queda nunca liberado por la introducción de maquinaria, puesto que, en una sociedad con planificación (cosa que, creo, todos coincidimos que debiera existir), el acento se pone en usar el trabajo de manera cada vez más productiva, pasando a otro «nivel» de complejidad.

    En un régimen de producción que sea superior al capitalismo no veo obstáculos materiales o científicos para que esto suceda.

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    oti

    28/02/2011 at 11:16

  15. Lo que pido es que tengas un poco de respeto por las normas que tenemos en el blog. Insisto, una cosa son comentarios, otra es mandar notas enteras, hablando además de lo que se te ocurre. Te doy un ejemplo: me consta que varios lectores de este blog son militantes trotskistas, que no coinciden con muchas de las cosas que planteo en mis notas. Sin embargo, no por ello buscan «copar» el blog con artículos suyos; de la misma manera que yo no entro al blog de sus partidos para meter mis artículos. Esto no priva que estos compañeros hagan llegar observaciones, críticas a afirmaciones de mis notas, etc. Pero hay un sentido de respeto por lo que significan las páginas y sitios de autores, organizaciones, etc. La dialéctica nos dice que en la medida está la cualidad. Deberías tratar de aplicarlo. Hay una diferencia entre un comentario y un artículo. De la misma manera, debe prevalecer un respeto por los temas que se tratan. Si entro a la página de una organización, y comento una nota que trata sobre la desocupación de la URSS, me atengo al tema. No intento imponer mi propia agenda de debate, por más importante que piense que sea. No me pongo a hablar sobre China, Cuba, o los campos de concentración alemanes (dejo de lado que, ademàs, se trata de un dislate metodológico). Entender estas cuestiones atañen a la cultura del debate, y al respeto que debería existir entre quienes tenemos posturas con matices o puntos de vista diferentes, dentro de la izquierda.
    Bien, estos son los criterios con que mantenemos este blog. Está en vos aceptarlos o no. La participación es voluntaria; pero se respetan los criterios establecidos.

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    rolandoastarita

    28/02/2011 at 13:17

  16. Soy nuevo aquí, pero creo que Rolando tiene razón con los términos de lo que debe ser un blog. Hay que agradecer que dedique tiempo a contestar a tantos con tantas propuestas, concepciones y demás, además de atender sus clases y la elaboración de artículos tan fundamentados como los que aparecen en este blog.
    Además, es que algunos tenemos (me incluyo) la manía de perpetuarnos en el diálogo absorbiendo el tiempo del autor. Al final, conseguiremos que las personas que dedican su tiempo libre altruistamente a esta labor pedagógica tengan auténticos dolores y quebraderos de cabeza.
    Está bien hacer algún aporte de datos, comentario, corrección, etc,… pero, enfrascarse en temas de debate es otra cosa porque, no creo que ni Rolando ni otros dispongamos de ese tiempo.
    Un saludo, por lo demás.

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    José

    28/02/2011 at 15:49

  17. Te pido un poco de coherencia para mantener un diálogo que nos permita clarificar la manera de debatir e intervenir. En tu comentario que lleva fecha de hoy, 28/02, de las 8,33 horas de la mañana, empezas con un largo pasaje que cuenta cómo eran los campos de concentración en la Alemania nazi, con la cita del libro de Bettelheim sobre los campos nazis. Esto para comentar una nota que dice que en la URSS no funcionaba el ejército de desocupados (?). Te pido que no estes metiendo temas nuevos a cada momento, y ahora me decis que no hablaste de los campos de concentración nazis. Ya no entiendo nada. A cada rato planteas temas que no tienen punto que ver con lo que se está discutiendo, y cuando lo señalo, decis que no los enviaste. Pero si están publicados !!
    Además, insisto, por supuesto que todo el mundo tiene derecho a irse un poco por las ramas, pero lo tuyo son comentarios tras comentarios, hablando de lo humano y lo divino, y no se puede entender a qué vienen. y por qué se introducen todos esos temas. Yo estoy dispuesto a responder cuestiones, en la medida que pueda, y muchas veces los comentarios y críticas me hacen ver problemas en mis planteos, o cuestiones que tengo que profundizar. Pero esto es productivo si las cosas se mantienen dentro de ciertos límites, que están dados por los temas. Más que mi trabajo en responder (después de todo, puedo no hacerlo) me preocupa que estos comentarios se mantengan abiertos a todo aquel que quiera intervenir.

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    rolandoastarita

    28/02/2011 at 17:38

  18. Aníbal,

    Lo que te está señalando Rolando yo ya te lo había marcado sutilmente antes, remarco esto solo para ponerte de manifiesto que no se trata de una cuestión personal de Rolando hacia vos sino que su crítica está fundada (apoyo esto con algunos datos al final de este comentario).

    Me gustaría que hagas el esfuerzo por seguir participando del blog pero limitando la extensión de tus intervenciones. Es cierto que un tema lleva a otro y a otro y a otro, y que existen múltiples relaciones entre los fenómenos y es admirable el esfuerzo que hacés mostrando diferentes aspectos y presentando cuestiones colaterales en apoyo de lo que querés sostener. El problema es que en los comentarios de un blog no sirve contestar a la esencia del artículo contestándole con otro artículo, y vos lo que hacés es contestar con toda la teoría de tu corriente y una multiplicidad de datos que supuestamente apoyan esa teoría.

    Como ya te señaló Rolando, el blog no está para eso. Me animaría a decir que a lo sumo, si tu interés es polemizar con el autor del blog, deberías hacerlo limitándote a señalar tal o cual aspecto que indicaría -según vos- algún error de fuste en tal o cual artículo y no pretender bajar línea.

    Espero que reflexiones y no te apartes del blog.

    Saludos.

    Los comentarios a este artículo del blog -hasta antes del llamado de atención de Rolando hacia Aníbal- contenían 9459 palabras, repartidas en 29 comentarios repartidos de este modo:

    Aníbal 7 comentarios 2647 palabras
    Andrés 8 comentarios 2470 palabras
    Armando 2 comentarios 537 palabras
    Eduardo 4 comentarios 845 palabras
    Gerardo 3 comentarios 545 palabras
    José 1 comentario 446 palabras
    Oti 1 comentario 934 palabras
    Rolando 3 comentarios 1035 palabras

    Entre los ultimos 6 comentarios había 4 de Aníbal (3 seguidos) con 1513 palabras.

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    Eduardo

    28/02/2011 at 18:27

    • Eduardo, gracias por brindar esta estadística, que apunta a lo que estoy tratando de explicar. El criterio que defiendo es que los comentarios no pueden ser utilizados para meter «por la ventana» artículos enteros. Para este fin hay sitios especiales. Los que quieran publicar, los envían a esos sitios. Aunque incluso en esos sitios hay gente que los aprueba. No entiendo cómo se me puede acusar de querer restringir la libertad de opinión por pedir un poco de comprensión y respeto. Si alguien quiere «militar» por sus ideas escribiendo, pues bien, éste no es el lugar para hacerlo. Ya lo expliqué: este blog lo frecuentan muchos compañeros que tienen otras ideas, por ejemplo del ala «liberación nacional», trotskistas, simpatizantes de los PC, independientes. Si todos se pusieran a «militar» para publicar artículos en el blog, de hecho lo liquidarían. Pero la gente sabe valorar un esfuerzo y yo valoro mucho el respeto que han mantenido. De la misma manera, no entro a blogs de otros autores o corrientes políticas a meter, como sea, artículos enteros. Me parece que es muy desagradable que se intente «copar» un blog por esas vías.
      Este es el punto central que estoy tratando de explicarle a Aníbal. He tenido mucha paciencia, pero siento que es necesario poner algún límite. Lo que hace Aníbal no es mandar «comentarios», sino artículos enteros. Doy los datos. Con respecto a la caracterización de la URSS y la discusión sobre si funcionaba allí el capitalismo, no se trata solo de los 7 comentarios que señala Andrés, porque además remite a todo lo que escribió antes sobre el tema. Pues bien, me tomé el trabajo de poner en archivo los «comentarios» escritos por Aníbal en torno a la URSS y la discusión «capitalismo de Estado» / Socialismo. Ocupan 22 páginas, comprenden 14.716 palabras, que tienen 93.857 caracteres. Esto representa unos tres artículos completos, de los que se envían a cualquier revista que está dedicada a publicar. A lo que hay que sumarle todos los enlaces a sitios o artículos que defienden una línea política definida. Subrayo, todo esto solo en lo que se refiere a la URSS-capitalismo de Estado.
      Por supuesto, en cualquier revista o sitio de ese tipo hay selecciones (por calidad, o lo que sea). Pero en este blog, que no tiene esa finalidad, pasaron por «comentarios». Con 4 o 5 personas que hagan lo mismo (¿qué tal si alguien que defiende la idea «URSS estado obrero burocrático» se manda otras 15.000 palabras con sus «comentarios? ¿Y si lo mismo hace el que piensa que era «socialismo real», etc.)?, se liquidó este blog. Cuando sostengo que lo cuantitativo importa, es porque afecta a la calidad.
      Para colmo, cuando pido un poco de prudencia, cuando pido que por lo menos se pare un poco el paseo por lo humano y lo divino, soy acusado de querer restringir la libertad de opinión. No voy a responder a esto último. Que cada cual juzgue por su cuenta lo que está a la vista.
      Saludos a todos y les reitero mi agradecimiento por el respeto que han demostrado para con los criterios que gobiernan este blog.

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      rolandoastarita

      01/03/2011 at 09:13

  19. Aníblal, coincido con lo que te observan Rolando,
    Eduardo y José. Pero no te sientas mal, tratá de modificar tu actitud. Nadie te está expulsando del sitio. Del mismo modo, no me parece un buen método ni un buen criterio la «advertencia» de que, si seguimos por este camino, avanzando con estos argumentos, podemos terminar como Castoriadis y su grupo…o ser herejes…Eso es una amenaza paralizante muy conocida y practicada en distintas corrientes…¿Acaso no hacia eso también el stalinismo, al cual criticás con justa razón? ¿Te parece que así avanza la ciencia? Saludos.

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    Armando

    28/02/2011 at 21:37

  20. Armando. simplemente decía que en un ambiente de confusión y desorientación programática..» Socialismo O Barbarie comenzó a teorizar que la URSS no era ni capitalismo de Estado, ni socialismo ( Castoriadis, por ejemplo)
    Y se discutía en terminos semejantes a los que que comprobamos.
    Esto no es una «amenaza paralizante»,sino una constatación de que las diferentes respuestas ante esto temas expresasn la confusión reinante y la desorientación programática.

    Por otro lado, la evolución personal de Castoriadis no es la misma que la de otros miembros de SoB, como se conoce.
    ……………………………………………
    La ciencia » avanza con la clarificación y superando lo inexacto, lo impreciso y lo parcial,La ciencia no precisa dogmas paralizantes, pero sí un método definido en cada especialidad,y el método científico general es lo que de común tienen estos metodos particulares» (Albert Einstein)

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    "Anibal"

    01/03/2011 at 04:53

  21. Rolo: volviendo al tema, pregunto:
    1) en el capitalismo la mercancía tiene la cualidad de poseer valor de uso y valor (no confundir con valor de cambio). Ahora bien, según tus planteos dirías que en la ex URSS el valor no tendría el papel preeminente que tiene en las sociedades capitalistas? El valor de uso se «impondría» (no encuentro una palabra mejor)sobre el valor?
    2) también según tu análisis: en la ex URSS la fuerza de trabajo no funcionaba mercancía?
    Saludos

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    roberto

    01/03/2011 at 13:50

    • Te respondo brevemente, porque creo que lo he desarrollado en el artículo. a) efectivamente, pienso que el valor cumplía un rol muy secundario. Se observa bien en el hecho de que las empresas no se regían por la tasa de rentabilidad (que mide el grado en que se valoriza el valor en proceso, en la sociedad capitalista). Pero tampoco diría que se «imponía» el valor de uso (aunque no llego a entender bien en qué sentido queres decir que se «imponía»). En cualquier caso, hay un aspecto del «valor de uso» que no entraba en las consideraciones de los productores, que era el referido a la calidad de los productos. Otro aspecto en que no entraba en consideración el valor de uso era en relación a las necesidades sociales. Siempre había escasez de algunos productos (no de todos, pero sí de algunos que podían ser fundamentales; imaginemos, por caso, que falta jabón, o aceite para cocinar, etc.). Al pasar, una observación: en los 70 la mujer promedio en Moscú pasaba 8 horas por semana en las colas, por la falta de existencias. Una gran ventaja de ser funcionario era tener provisiones en los almacenes especiales para ellos, sin necesidad de hacer las colas. Todo esto refleja que el valor de uso tampoco dominaba. En la lógica de la planificación burocrática lo primordial era cumplir cuantitativamente el plan.
      2) Hay que distinguir entre algo que funciona formalmente como mercancía, y algo que está realmente sometido a las leyes del mercado. En la URSS el salario no estaba sometido a las leyes del mercado. Incluso desde el punto de vista de la venta de la fuerza de trabajo, en el sistema capitalista su propietario es «libre» de venderla, o no. En la URSS esto no era posible; habia obligación de trabajar. En el capitalismo los salarios fluctúan con las fluctuaciones del ejército industrial de reserva, y los ciclos económicos. En la URSS esto no ocurría. Por este motivo hay que estudiar el asunto en sus especificidades.

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      rolandoastarita

      01/03/2011 at 18:04

  22. Repito la pregunta 2, mal redactada

    2) también según tu análisis: en la ex URSS la fuerza de trabajo no funcionaba como mercancía?

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    roberto

    01/03/2011 at 13:54

  23. Excelente artículo y excelente discusión. Yo apoyo la teoría «URSS= Capitalismo de Estado», pero tus matizaciones pueden ser de gran interés.

    Lo que tenemos en común, creo, es considerar que la Urss había dejedo de ser un «bastión proletario» y que cualquier postura de «defensa crítica de la URSS» o cualquier llamada al apoyo militar al bando soviético era implicar al proletariado en la matanza imperialista.

    Por otra parte, a nivel internacional global el papel de la URSS es el de una pieza más del entramado imperialista. Es quizá el análisis en el terreno internacional donde adquiera más significado el modelo de capitalismo de estado.

    Salud.

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    Prometeo

    02/03/2011 at 10:41

    • Una de las cuestiones que estoy tratando de mostrar es la necesidad de hacer análisis específicos de cómo funcionaba la economia soviética, para poner a prueba afirmaciones como que «en la URSS funcionaban las leyes de la acumulación del capital». Alguna gente piensa (no digo que sea tu caso) que los análisis particularizados pueden evitarse, metiendo alguna cita de Marx, o Engels, o del que sea, que los deja tranquilos.
      El criterio del análisis específico, concreto, también se aplica a las relaciones económicas exteriores de la URSS. No veo que en este terreno se aplique una lógica capitalista, a pesar de que la URSS estaba vinculada y dependía el mercado capitalista. Pero las relaciones económicas no encuentro que estuvieran regidas por la lógica de la ganancia, como sucede en el sistema capitalista. Es posible que más adelante escriba una nota sobre esto, pero presento ahora algunos elementos para la reflexión.
      Empiezo señalando que la planificación soviética, en relación al comercio exterior, partía de determinar las necesidades de importación de la economía, para un período dado, y en base a ello se decidía cuánto hacía falta exportar, para cubrir esa necesidad de importación. Esto no tiene nada que ver con la manera en que funciona el capitalismo.
      Por otra parte, un espacio privilegiado para observar si se verificaban las leyes del capitalismo, era el Comecon (una especie de «mercado común» con la URSS, Checoslovaquia, Polonia, Hungría, etc). Pues bien, el funcionamiento del Comecon era muy distinto del de cualquier mercado común, por caso la Comunidad Económica Europea. En cualquier mercado común capitalista hay libertad interior de circulación de mercancías, fijación de precios por el mercado, circulación libre de capitales, competencia de las empresas por vender, etc. Es la manera en que se impone a su interior la ley del valor; en ese marco, se desarrollan empresas multinacionales, y encontramos flujos de inversiones, directas o de cartera. En el Comecon no había libre circulación de mercancías, ni de capitales; las empresas «socialistas» tenían una autonomía muy limitada en materia de comercio exterior; las firmas multinacionales eran casi inexistentes; no había flujos de capitales, productivos o financieros. El único actor activo en los intercambios internacionales era el Estado, y esos intercambios no se regían por la necesidad de maximizar la ganancia, como sucede en el mercado mundial capitalista.
      Todo esto se traduce en cuestiones que no se pueden encontrar en las relaciones comerciales entre países (empresas) capitalistas. Tomemos el caso del petróleo, ya que la energía dominaba las relaciones intra Comecon. La URSS era el gran proveedor de petróleo y gas, y recibía a cambio productos manufacturados (a la inversa de lo que sucedía en la relación Centro-Periferia en el capitalismo). Pues bien, cuando se produjo el alza de los precios del petróleo, en 1973-4, el Comecon estableció un mecanismo interno de fijación de precios a resultas del cual, si bien aumentaron los precios del petróleo soviético, se mantuvieron constantemente inferiores, hasta 1984 por lo menos, a los precios mundiales. De hecho constituyó una subvención de la URSS, que algunos calculan, solo para el período 1974-80, en 24.000 millones de dólares.
      Pero hay algo más interesante, que es el hecho de que la URSS acumuló, entre 1975 y 1983 un fuerte excedente, de 12.800 millones de rublos. Pero estos rublos provenientes del comercio intra Comecon no se podían utilizar fuera del bloque, de manera que la URSS debía necesariamente reequilibrar el comercio, ya que no tenía forma de emplearlos como «capital», ni para cualquier comercio con el mundo capitalista. Esto no es lo que sucede en el capitalismo.
      Agrego otra: la deuda comercial de los países del Comecon era cubierta por créditos a 10 años acordados por la URSS, a una tasa del 2%, con reembolsos que recién se efectuaban en 1985 (recuerdo que en 1979 las tasas de interés internacionales empezaron a «volar»). Es decir, la URSS financiaba (a una tasa bajísima) la compra de su petróleo, aunque a su vez presionaba para que no siguiera aumentando el volumen. Nada de esto, insisto, se puede explicar desde la lógica de la valorización del capital. Incluso hubo acuerdos todavía más «ilógicos» desde la óptica del capital. Por ejemplo, Checoslovaquia siguió recibiendo petróleo a un precio muy bajo, por un acuerdo firmado con la URSS en 1966, por el cual recibía petróleo entre 1971 y 1984 a un precio fijo. ¿Què empresa capitalista hace semejante acuerdo? El precio se mantuvo durante todo el período. ¿Qué empresa capitalista podría haber mantenido ese precio en el mercado, sin quebrar? Todo esto sin mencionar el caso de Cuba. En tiempos en que el precio del azúcar se había derrumbado, la URSS seguía comprándole a Cuba a un precio establecido, muy superior; y le vendía petróleo (vía México y Venezuela) a un precio inferior al internacional.

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      rolandoastarita

      02/03/2011 at 15:07

  24. Aníbal, es el último comentario de este tipo que te apruebo. Lo apruebo para que no queden dudas de los extremos a los que llegaste.
    Lo tuyo es un abuso. Te lo expliqué de muchas maneras. Has convertido este blog en una plataforma para militar por tus posiciones (o las de un grupo político). No me meto ahora en mostrar que todo esto que escribes, además, no demuestra nada acerca de si existía la ley del valor o no en la URSS. El problema no es sobre el tipo de argumentación, sino sobre el intento de copar el blog con tus posiciones. En total, las he ordenado, has escrito, defendiendo la posición de que la URSS es capitalismo de Estado, el equivalente a casi cuatro artículos completos que se publican en cualquier revista. En mi computadora lo que has escrito, solo sobre el tema URSS y capitalismo de Estado, ocupa 28 páginas; son 16.777 palabras (para tener una idea, mi nota URSS (2) tiene poco más de 6000 palabras), con 106.692 caracteres. Varias veces he explicado que si quieres publicar tus escritos, busques otro lugar. No tienes el más mínimo respeto. Tu objetivo es «copar». Si todos hicieran lo que haces, liquidan este blog. Si aquel que es partidario de la tesis «»URSS estado obrero», y el que es partidario de la tesis «URSS socialista», publican en el blog artículos con 15000 o 20000 palabras; y si ante cada tema aparecen más personas que se toman «comentarios» como pista para exponer sus tesis completas (por ejemplo, el que piensa que la teoría subconsumista de la crisis es la correcta; el que piensa que la teoría del conocimiento de Althusser es defendible, etc.) esto se transforma en otra cosa. Insisto, te he explicado esto, y sigues en la misma. Pues bien, aquí pongo punto final a tu proceder. Buscate otro lugar para tratar de «coparlo».

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    rolandoastarita

    02/03/2011 at 17:14

  25. Anibal;
    No es dificil armar un blog. Yo te ayudo:
    http://es.wordpress.com/
    https://www.blogger.com/
    Tus comentarios son un abuso. Espero no volver a leer tu sarta de disparates.
    Rolo, en esta te apoyo.
    Chau.
    Edy.

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    Edy

    02/03/2011 at 18:42

  26. La peor propiedad privada es la intelectual.

    Censurando y empleando medidas administrativas se apoya al dominio ideológico $.

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    "Anibal"

    03/03/2011 at 05:20

    • Aníbal, además de haber soportado tu intento de apropiarte de hecho del blog para tus escritos, tengo que soportar acusaciones de «censura» y de intentar mantener «dominio ideológico».
      Dado el abuso, tu falta de respeto y consideración para con el trabajo ajeno, y la persistencia con que actuas, tomé la decisión de borrar todos los comentarios que has enviado a este blog.
      Rolando

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      rolandoastarita

      03/03/2011 at 09:05

  27. […] Los post publicados son “¿Qué fue la URSS? (1)”, 20/02/2011, “Desocupación y resistencia obrera en la URSS”, 23/02/2011, “¿Qué fue la URSS? (2)”, […]

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  28. parece que el tal Aníbal es un auténtico troll…

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    María de la Paz

    29/04/2011 at 02:34

  29. Saludo cordial profesor. Ha escrito algún articulo donde hable con mas detalle sobre la inflación en la Union Sovietica y el calculo de los costos en ese pais? Gracias.

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    Alfonso

    26/03/2013 at 14:35

  30. En líneas generales, todas las características «específicas» que el autor señala de la URSS pueden ser reducidas a la cuestión de los incentivos. La ausencia de incentivos producto de que un ente planificador reemplaza al sistema de precios. Y, como no podía faltar, al mencionarse el problema de incentivos se tenía que mencionar (creo que en alguno de los comentarios) el problema del desabastecimiento, el sobre-empleo, el derroche de recursos, etc. Para los que estamos acostumbrados a escuchar críticas de la URSS, diría que este ensayo no es más que un rejunte de las típicas críticas neoliberales al Estado soviético. Con la excusa de mostrar que la ley del valor de marx no operaba en la URSS, se recurre a todo el herramental crítico de los neoliberales. ¿Es justo esto? ¿Son los problemas de la URSS señalados propios exclusivamente de las economías planificadas? Tengo mis serias dudas que en una economía capitalista no existan problemas de desabastecimiento, derroche y trabajadores con pocos incentivos a elevar su productividad. No me gusta crear categorías de más con la justificación de «lo específico», y más cuando los problemas señalados, también ocurren en economías capitalistas, en mayor o menor medida.
    Mi idea es que la URSS fue capitalista, no sé si de Estado o no, pero sí fue un «capitalismo de monopolios», y como toda economía gobernada por monopolios, se encuentra con problemas de coordinación, dentro de los cuales están los problemas de incentivos. Discutir el capitalismo de la URSS sólo tiene objetivos políticos, los cuales casi siempre oscurecen la realidad.

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    elpollito

    26/06/2013 at 03:50

    • Lo suyo es la repetición de la forma de pensar limitada con que los stalinistas defendieron durante toda la vida estos regímenes: el que critica no puede ser sino de derecha. Habría que tratar de presentar algún argumento.

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      rolandoastarita

      26/06/2013 at 08:59

  31. Siempre termino catalogado como kirchnerista, stalinista… falta que me diga papista. En fin, no lo critico por ser un asiduo lector de The Economist, sino por diferenciar a la URSS de otros países por un supuesto sesgo a la ineficiencia, como veo en todos sus escritos sobre dicho país. Reitero, no creo que esa sea la característica que distinga a la URSS y explique sus peculiaridades. Le recomiendo que investigue sobre el papel de grandes compañias norteamericanas, inglesas y alemanas en el desarrollo de la URSS. Hubo una formidable transferencia de tecnología de los países avanzados a la URSS y no fue simplemente un «regalo». Tampoco fue un robo de tecnología por parte de Stalin como muchos liberales pretenden mostrarlo. Grandes monopolios occidentales fueron socios de las dictaduras leninista y stalinista, les dieron todo su apoyo tecnológico y económico con el fin de desarrollar inversiones orientadas a exportar commodities industriales. Si no se presta atención a esto, lo demás son sólo detalles. Es curioso que la tercera internacional propusiera la idea de aristocracias tercermundistas aliadas de los monopolios transnacionales como teoría explicativa del subdesarrollo, es muy curioso porque es precisamente lo que ellos hacían en la URSS.

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    elpollito

    26/06/2013 at 20:57

    • Es que su enfoque para debatir es el típico del estalinismo (al que es afecto una gran parte de la izquierda, incluso la que viene de la izquierda nacional). Es un método propio de la Inquisición, su alusión a que leo The Economist no es casual, los inquisidores siempre se preocupan por estas cuestiones, no por el argumento, los datos, o los razonamientos. Frente a esto son impotentes, por eso descalifican, y argumentan por analogías superficiales. Por caso, podría razonar «Cavallo hoy está en contra de devaluar, Kicillof dijo que no hay que devaluar, ergo Kicillof toma argumentos neoliberales», etc.
      Es éste tipo de razonamientos los que considero de corte estalinista (además de desesperadamente imbéciles). Decir que tomo un argumento neoliberal por sostener que en la URSS no funcionaba la ley del valor trabajo (una observación que ya había hecho Trotsky), porque no hay competencia, es una tontería mayúscula. Para colmo, además, le informo que desde el propio régimen se consideró, como un problema muy serio, la falta de motivación en el trabajo. Esto es propio de regímenes burocráticos, que tienen poco que ver con la democracia socialista. Para su información, también el PC cubano (ver su último Congreso) considera que esto es también un problema en la isla. Claro que ahora no faltará el argumento (imbécil, insisto) que diga que el PC cubano es neoliberal.
      Por último, la URSS tenía un gran atraso tecnológico. Y no hubo «robo» de tecnología que lo permitiera superar. Pensar que el atraso de las fuerzas productivas se podía superar robando tecnología, es no entender ni jota de lo que se trata el tema.

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      rolandoastarita

      26/06/2013 at 23:32

    • Agrego: fue la propia burocracia soviética la que tuvo que reconocer que en la URSS, al principio de los años 80, se empleaba tres veces más energía y casi tres veces más mano de obra por unidad de producto bruto que en los países capitalistas avanzados. Pareciera que como a alguna gente la pone nerviosa reconocer esta realidad, hay que taparla. Y acusar, a los que quieren tratarla, de tomar argumentos neoliberales (e insinuar de que esto sucede porque leen The Economist).
      Son los argumentos que he visto toda la vida. Los militantes PC los recitaban sin descanso. Así les fue. Hasta las vísperas del derrumbe seguían diciendo que en la URSS se estaba construyendo el socialismo.
      Uno de los puntos centrales que defiendo desde este blog es la lucha contra este tipo de argumentos y formas polémicas. En otra parte he explicado que estos métodos han generado embrutecimiento en la izquierda, y han favorecido siempre a las burocracias. Por eso, no se trata solo de que humanamente me parecen revulsivos; es, por sobre todas las cosas, un problema político, y grave. La gente que discute como usted ha hecho un daño inmenso al movimiento socialista.

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      rolandoastarita

      26/06/2013 at 23:45

    • Más allá de que sean ciertas las críticas a la URSS que usted hace, esto no prueba que fue culpa de un «Estado Burocrático nada que ver con el capitalismo». Su crítica, en primer lugar, hace lucir al capitalismo como un sistema perfecto capaz de desarrollar la productividad sin problema alguno, segundo, supone que los países avanzados son todos capitalistas en el mismo nivel. No toma en cuenta que hay diversos tipos de «capitalismo», no hay uno solo. Además, ignora que en la URSS no había más burocracia que en cualquiera de los países avanzados que usted considera más productivos. Sobrestima el poder y el nivel de burocracia en la URSS y se olvida que el problema del país era que estaba dominado por grandes cárteles que controlaban todos sus recursos clave. Es más, usted insinúa que la prueba de que la URSS estaba mal son las opiniones de los congresos últimos, ¿a usted le parece serio eso? Por supuesto que el congreso del PCUS quería desmantelar el sistema e ir cuanto antes al capitalismo! Esa era la decisión de las grandes compañias que dirigían el país. y el congreso las representaba. Se decía que el Komsomol era la escuela de capitalistas para fines de los 80s. A la URSS la destruyeron desde adentro los mismos que la hicieron crecer. El poder de la burocracia soviética era ínfimo. Mucho menor que en cualqueir país avanzado. Al contrario diría, en la URSS FALTABA BUROCRACIA! Fíjese bien que sucedía con los líderes soviéticos cuando no respondían a los intereses de los grandes trust de dicho país: eran asesinados. Incluso el stalin fue asesinado. En fin, con eso de la inquisición se dio el gusto de tacharme de papista, tal y como había predicho un comentario atrás. Usted se ataja rápido y se victimiza con facilidad.

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      elpollito

      28/06/2013 at 02:10

    • «Su crítica, en primer lugar, hace lucir al capitalismo como un sistema perfecto capaz de desarrollar la productividad sin problema alguno».
      ¿Dónde afirmé semejante cosa? Precisamente mi discusión sobre la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia es una discusión acerca de cómo el avance de productividad conduce a las crisis. En seguida dice: supone que los países avanzados son todos capitalistas en el mismo nivel». Acabo de escribir un libro entero en el que reivindico las nociones de países dependientes y subdesarrollados CAPITALISTA.
      ¿Estos son sus argumentos? ¿Se basan solo en este tipo de disparates?
      Después sigue con la burocracia » ignora que en la URSS no había más burocracia que en cualquiera de los países avanzados que usted considera más productivos». ¿Ni siquiera se da cuenta de que estoy hablando de regímenes de naturaleza SOCIAL distinta? Después trata de negar el estancamiento productivo de la URSS con otro disparate, que la burocracia exageraba el atraso en sus informes (seguramente porque las estadísticas de la CIA exageraban el progreso), para terminar con una conclusión que es el máximo del dislate: en la URSS FALTABA BUROCRACIA. Parece broma… si no fuera trágico. Lo que faltaba en la URSS era democracia de los trabajadores. Su conclusión me confirma en lo que dije antes: usted razona como los estalinistas más ortodoxos. No solo por la manera en que descalifica los argumentos que se le presentan, sino también, y principalmente, por sus conclusiones POLÍTICAS.

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      rolandoastarita

      28/06/2013 at 08:52

    • Y con respecto a lo de Cavallo, que veo que se sintió tocado, le digo que lo único que dije fue que su explicación de la inflación es la misma que la de Cavallo, punto. No dije que usted era liberal. Esa es su paranoia. Y con lo que dice de Kicillof, no me extraña que el gobierno haya querido retrasar el tipo de cambio para ganar las elecciones del 2007. Devaluar es una medida impopular y no me extraña que el gobierno la evite cuando le convenga. Aparte creo que el cepo es una forma de devaluación encubierta. No soy K como usted insinúa.

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      elpollito

      28/06/2013 at 02:16

    • «Su explicación de la inflación es la misma que la de Cavallo». Otra imbecilidad. Cavallo adhiere a la teoría cuantitativa, el marxismo es opone por el vértice. ¿Qué tienen que ver?

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      rolandoastarita

      28/06/2013 at 08:54

  32. Otra. Usted dice que afirmo que la URSS robó tecnología y superó el atraso… ¿Cuándo dije eso?????!!! Qué forma de discutir es esa donde usted habla por mí? Al contrario dije que NO fue un robo como muchos liberales quisieron mostrarlo con el argumento de la ingeniería inversa. Aparte dice que la URSS era terriblemente atrasada y poco productiva, y lo he visto afirmar que el atraso se debió a no aplicar el cambio técnico a la producción de manufacturas de consumo masivo, con el fin de bajar los precios, y en su lugar, se invirtió mucho en investigación sin aplicación. ¿Ese es su super argumento? Por supuesto que la investigación soviética fue aplicada con fines de aumentar la productividad, pero fue en la industria militar. No es casual que Rusia sea una potencia en exportación de armas. Sabe porqué? Porque las vende mejores y más baratas. Eso no es productividad? O piensa que venden porque bajan salarios? Aparte subestima los avances en el sector de industria informática y software que rusia está teniendo gracias a su herencia soviética. En fin, estoy harto de las críticas a la URSS por su «Estado torpe y tortugón», que me hacen acordar a las críticas que tuvimos en este país. Dependiendo el sector, en la URSS hubo empresas muy competitivas que hoy son líderes de Rusia y del mundo, y se la pasan absorbiendo incluso firmas yankees competidoras, como pasa en todas partes. El problema de incentivos que usted menciona es cierto, no lo niego, pero fue culpa de la estructura monopólica y super concentrada de la oferta. Eso le restaba agilidad, pero a la vez le servía para la planificación simultánea de inversiones. Cuando lo segundo no se necesitó más, levantaron el sistema y lo reemplazaron por uno más flexible, pero de ninguna manera se debió a una «burocracia termidoriana» como usted supone. De hecho, esa burocracia mafiosa sigue existiendo en Rusia y con más fuerza que nunca.

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    elpollito

    28/06/2013 at 02:49

    • «Estoy harto de las críticas a la URSS por su “Estado torpe y tortugón”, que me hacen acordar a las críticas que tuvimos en este país». ¿Y eso a quién le importa? Aquí se trata de entender qué sucedió en la URSS. La crítica desde la izquierda a la burocracia no pasa por decir que hay «torpeza» y el Estado es «tortugón». Se trata de una crítica social y política, dirigida a un Estado que no considero capitalista. No tiene nada que ver con la «agilidad».

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      rolandoastarita

      28/06/2013 at 08:59

  33. ¿Si la URSS no era socialismo sostienes que no éste no ha existido? Al respecto del debate Hayek-Lange, ¿crees en la necesidad de mercado?
    Tengo muchas dudas, Marx habla de abolir la producción mercantil, ¿Marx habla de planificar y centralizar la producción en algún momento? ¿Se puede hacer sin planificar la producción?
    Muchas gracias, de verdad.

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    Karl

    27/08/2013 at 21:56

    • Efectivamente, soy de la idea (la comparten muchos marxistas) que el socialismo, entendido en la concepción de Marx, no existió (de todas maneras discuto la noción de «socialismo real» o «socialismo siglo XXI» aquí). Sobre el mercado, aclaremos que Marx planteaba que debería ser superado en cuanto mecanismo de distribución de los tiempos de trabajos social. Pero pensaba que seria un proceso de décadas, de largo plazo. Las críticas de Trotsky (y de otros oposicionistas) al intento de Stalin de superar el mercado mediante la planificación burocrática son completamente correctas, y se inscriben en esa tradición. La planificación debería avanzar lentamente, en combinación con el mercado y la democracia de los productores y consumidores (Korsch insistió en la democracia de los consumidores, junto a los productores). La promoción de formas intermedias entre el interés privado y social, como las cooperativas (genuinas) también está en la misma idea.

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      rolandoastarita

      28/08/2013 at 08:49

  34. Disculpen si no tiene que ver con la temática del post pero quería compartir esta interesante anécdota de un agregado argentino de la embajada en Moscú. Aunque contiene propaganda peronista también describe la situación de la clase obrera en el Stalinismo:
    https://www.infobae.com/historia/2017/02/12/la-impactante-historia-del-enviado-obrero-de-peron-a-rusia-que-en-1948-oso-desafiar-a-stalin/
    https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-1644-2004-09-09.html

    El libro que escribió este sindicalista argentino sobre el Stalinismo se llama ¿Por qué huyen en baúles los asilados españoles en la URSS?. Todavía no lo pude conseguir.

    Saludos cordiales.

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    Caro5

    19/11/2017 at 18:23

    • Hola Caro, si yo leí ese libro en mi niñez, debo haber tenido 11 o 12 años, allá por 1970-71, lo encontré en la biblioteca de un abuelo mío (que fue diputado peronista en los 50). Recuerdo el fuerte impacto que me produjo, más allá del tono efectivamente propagandístico del peronismo de entonces. Ahora me vuelven a la mente los espeluznantes relatos de los exiliados españoles y la operación de fuga que este argentino organizó -y que terminó mal, para desgracia del asilado- y el escándalo diplomático que siguió a raíz de ello. Habría que buscarlo en Mercado Libre a ver si por ahí aparece. Gracias por haberme hecho recordar!

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      Mariano

      21/11/2017 at 11:20


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