Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Una nación de presidiarios

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A raíz del asesinato del bebé Isidro Piparo, y las graves heridas a su madre, Carolina, en una salidera bancaria, volvieron a alzarse las voces que piden más penas y mano dura. Hace un año, aproximadamente, había escrito la nota que transcribo, que me parece apropiada para reflexionar sobre estas demandas.

«Una nación de presidiarios» es el título de una nota que publicó The Economist en su edición del 4 de abril de 2009, referida a Estados Unidos. De la misma extraigo algunos datos elocuentes. En el sistema estadounidense se inspiran los que, en Argentina, piden “mano dura” y más represión para acabar con los robos y crímenes.

Estados Unidos tiene menos del 5% de la población mundial, pero casi el 25% de los presos del mundo. Están en prisión 756 personas cada 100.000 habitantes, una tasa casi cinco veces superior al promedio mundial. En 1985 había 331 presos cada 100.000 habitantes; en 1997 la cifra era 648. Aproximadamente uno de cada 31 adultos está en prisión, o en libertad bajo palabra. La probabilidad de que la gente de color esté en prisión en algún momento de sus vidas es de una en tres.

El gobierno federal y 26 estados aprobaron leyes del tipo “tres golpes y estás afuera”, que encarcelan de por vida a los que reinciden, sin derecho a salida bajo palabra.

El número de personas en prisión por cuestiones de drogas subió de 41.000 en 1980 a 500.000 en la actualidad; es el 55% de la población de las prisiones federales y el 21% de las prisiones estaduales. Tres cuartas partes de los presos por temas de drogas son negros.

Más del 20% de los internos dice que ha sido objeto de agresiones sexuales por parte de sus compañeros o de los guardias. Las prisiones federales están operando a más del 130% de su capacidad. Un sexto de los prisioneros sufre alguna forma de enfermedad mental. En las prisiones hay cuatro veces más enfermos mentales que en los hospitales para enfermos mentales.

Dos tercios de los ex presos han sido vueltos a arrestar dentro de los tres años de haber sido liberados. El castigo se extiende a las familias de los presos. En Estados Unidos hay 1,7 millones de “huérfanos de las prisiones”, quienes tienen seis veces más probabilidades de terminar en prisión que el resto de los niños. A veces los castigos continúan después de que los presos son liberados. Estados Unidos es uno de los pocos países que impide votar a los presos, y en algunos estados esta prohibición es de por vida. El 2% de los estadounidenses adultos y el 14% de la gente negra están privados de derechos civiles a causa de fallos criminales.

La nota señala: “Pocos de los políticos de primera línea tienen el coraje de denunciar algo de esto. La gente que abraza la causa de la reforma carcelaria usualmente termina en el cementerio político. No existe un lobby organizado para la reforma carcelaria. La prensa ignora el tema. Y aquellos que tienen experiencia de primera mano acerca de las fallas del sistema –presos y ex presos– pueden no tener el derecho al voto”. Bonito modelo a imitar en Argentina.


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Una nación de presidiarios

Written by rolandoastarita

05/08/2010 a 23:56

Publicado en General

11 respuestas

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  1. Muy buena nota!

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    beto

    06/08/2010 at 12:56

  2. Es una grata sorpresa enterarme de su blog.

    Ahora podré leerlo más seguido y discutir de manera más fluída.

    Saludos

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    Cristian

    06/08/2010 at 16:09

  3. Estoy totalmente a favor de un endurecimiento de las penas y restricciones adicionales para la comisión de delitos graves cuando quien los comete, instiga o permite, es un funcionario público, especialmente si se trata de un agente de las fuerzas de seguridad -policía, gendarmería, servicio penitenciario, fuerzas armadas, etcétera-, máxime si se trata de un sujeto que integra las filas superiores de las fuerzas o de la administración pública.
    Las penas en estos casos deberían duplicarse automáticamente, perdiendo el derecho a salidas anticipadas o reducción de condenas por buen comportamiento y estableciéndose la pérdida de por vida de los derechos civiles.

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    Leonardo Mir

    06/08/2010 at 20:32

  4. Hace poco en España hemos tenido una huelga de funcionarios de prisiones, y pude ver como parte de la izquierda enarbolaba el lema: «no son obreros, son carcelarios». (cosas similares se dicen de policías, militares o incluso jueces y demás..)

    Este tema, y el debate entre abolicionanistas y regulacionistas (e las prisiones) la verdad es que me supera y no se que pensar al respecto.

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    David Martín

    18/11/2018 at 10:51

    • Huelgas en interés de que sería la pregunta. Huelga te hace la burguesía con la huelga de inversiones, y no significa que nos de mucho que pensar, o no?

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      SPDA

      18/11/2018 at 23:27

    • Huelga de los trabajadores de prisiones para mejorar sus condiciones y salarios.

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      David Martín

      19/11/2018 at 13:11

    • No es necesariamente una huelga de clase obrera. Ellos priorizan sus intereses nada más. Si podés pasar la noticia en puntual, mejor,pero por líneas generales, presidiarios y demas miembros de los aparatos de coacción del estado, no son obreros. Rolando desarrolla varios artículos sobre esto.
      En Argentina, hace unos años hicieron «huelga» los policías y a raíz de eso la confusión reino en la izquierda. Hay que estar escudados ante estas situaciones, por qué apoyar a este tipo de sectores no beneficia en absoluto a la clase obrera como tal, y menos en situaciones donde no es posible arrancarlos de su función burocrática garante del status, en donde no es posible que salgan de su rol obediente a la burguesía, se torna abzurdo pelear por ellos. Saludos.

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      SPDA

      19/11/2018 at 17:20

    • https://www.eldiario.es/sociedad/Sexta-jornada-Prisiones-Piquetes-detenido_0_837467102.html

      «»El objetivo de las dos jornadas de huelga que se desarrollaron en octubre y de las cuatro convocadas ahora en noviembre es exigir al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que «cumpla con lo prometido» y que se destine una partida de 123 millones de euros en el periodo 2019-2021 para la subida salarial de los 25.000 funcionarios de Prisiones.»»

      Yo tengo mis contradicciones con este tema, porque es cierto que el trabajo que realizan no debería existir o al menos no de esa forma (en una sociedad alternativa creo que algunas de estas funciones cambiarán), pero lo mismo podría decir de quien trabaja en la industria de las armas, en industrias abiertamente contaminantes, en drogas tanto legales como ilegales, o en mataderos y la industria de la carne, o los experimentos con animales, y un largo etc… o en las propias cárceles, de las que limpian, cocinan y demás… a fin de cuentas todos trabajamos para el sistema, y trabajamos en lo que podemos, no es que podamos elegir mucho.

      Mientras tengamos este sistema y haya cárceles, alguien tendrá que hacer esos trabajos, y prefiero que al menos dispongan de medios para que el trato que se de allí tanto a trabajadores como a presos sea lo mas digno posible.

      No creo que sea incompatible criticar el sistema penitenciario, y reclamar derechos humanos para los presos, sin meterse en cuanto cobran los funcionarios de prisiones. La verdad es que si hay algo que define a este sistema es la contradicción. Si hay artículos al respecto me gustaría mucho leerlos.

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      David Martín

      19/11/2018 at 18:33

    • Igual es un tema un poco difícil, pero a simple vista, no reclaman en pos de un interés general de la clase obrera, sino simplemente de sobrevivir cómo rama de los aparatos de fuerza del estado, su interés no es en tanto fuerza de trabajo, sino de fuerza de control del estado, se entiende la diferencia? Es como el policía que reclama que le pagan poco por reprimir, o el militar que pide mejores condiciones para matar inmigrantes. Hay que tener cuidado. A simple vista, eso. Si se dieran otras condiciones, donde el estado puede desmoronarse y sectores varios pueden unirse a la lucha proletaria, ahí si, sería una contradicción. Tendrían que escoger entre servir al cambio social o a el estado existente, y en ese momento sería útil contar con sus fuerzas, pero no bajo esa demanda, sino bajo otras donde se unan como fracción estrategica al conjunto de los combatientes de la revolución. Esa sitaucion, está lejos. Ahora mismo, subirles el salario, darles sindicatos, o permitirles libertades y seguridad «extra» en su trabajo, serian privilegios de una rama corporativa del estado, que existe en función de obedecer directamente roles militares del capital, no ayudaría en nada a la clase obrera. Saludos.

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      SPDA

      20/11/2018 at 01:09

    • https://rolandoastarita.blog/2012/10/06/3450/
      Artículo de rolando sobre la cuestión. Espero aporte a aclarar el problema.

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      SPDA

      20/11/2018 at 01:11

    • Muy interesante. Gracias.

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      David Martín

      20/11/2018 at 12:41


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