Rolando Astarita [Blog]

Marxismo & Economía

Imperialismo, Irak y Afganistán

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Tradicionalmente las intervenciones e invasiones militares contra el tercer mundo fueron interpretadas por la izquierda desde el enfoque establecido por Hobson (Imperialism, A Study) y Lenin (El imperialismo, fase superior del capitalismo). La idea es que los Estados más poderosos establecen colonias, o zonas de influencia, para favorecer a sus corporaciones. Con ello buscan asegurar sus fuentes de materias primas; ampliar los mercados; generar condiciones para las inversiones; y dictar términos de intercambio ventajosos para sus capitales.

De esta tesis se deriva también la idea de que son inevitables y recurrentes las guerras entre las potencias por nuevos repartos de colonias y zonas de influencia. A lo largo del siglo pasado este enfoque fue actualizado y profundizado por Sweezy, Baran y Mandel, entre otros autores. Asimismo fue adoptado por los partidos de izquierda en casi todas sus variantes (comunistas, maoístas, trotskistas, guevaristas), hasta el presente. En lo esencial, se sostuvo que si en el siglo XIX y principios del siglo XX el dominio imperialista se plasmaba en la existencia de colonias y semicolonias, después de la Segunda Guerra habría adquirido la forma neocolonial. Se estaría por lo tanto ante un colonialismo apenas disfrazado.

Es con esta óptica entonces que muchos explicaron la invasión a Irak por parte de EUA, Gran Berta y sus aliados. Se sostiene que la guerra fue lanzada para apropiarse del petróleo, e impedir, u obstaculizar, el acceso a las fuentes energéticas a las potencias rivales. Recuerdo que en los inicios de la invasión participé en una mesa redonda donde uno de los panelistas (pertenecía a un partido trotskista) pronosticaba que se fracturaría la OTAN, y que asistiríamos a una confrontación militar abierta entre las potencias. “Se confirma la tesis de Lenin, sobre que las guerras entre las potencias imperialistas son inevitables”, concluía. La anécdota es representativa de una lectura común en el pensamiento crítico.

Naturalmente, con la misma lógica debía leerse la guerra en Afganistán. EUA no solo buscaría combatir a Al-Qaeda y los talibanes, sino también apropiarse de las riquezas mineras; y bloquear una eventual expansión de China, o Rusia en la zona.

Una interpretación alternativa

Sin negar la necesidad de tener una actitud crítica y militante contra las intervenciones militares de las potencias capitalistas en el tercer mundo, desde hace tiempo he planteado la necesidad de revisar seriamente el enfoque anterior. Es que si bien la intervención en Irak dio lugar a buenos negocios para algunas empresas estadounidenses, esta circunstancia no alcanza para explicar la guerra. Los beneficios de una eventual explotación neocolonial de Irak para el conjunto del capital de EUA no estuvieron claros desde el inicio mismo de la guerra. Ni siquiera lo estaban para las empresas petroleras americanas, como lo señaló en algún momento la revista The Economist, y otros medios influyentes del capital.

Lo sucedido luego de la ocupación confirmó esta presunción. La entrada en Bagdad no se tradujo en un aumento de las ganancias de las petroleras. Y la guerra ha insumido casi tres cuartos de billón de dólares a EUA. Se trata de un costo en plusvalía colosal para el capital, y esto es fundamental para el análisis. Las dudas que despierta la interpretación “guerra neocolonialista” se acrecientan si se toman en consideración los intereses de las otras potencias que participaron de la agresión. Además, tampoco ha ocurrido la confrontación militar entre las potencias. En mayo de 2003 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución, presentada por EUA, que legalizaba la ocupación militar de Irak; fue votada por Francia y Rusia. Las políticas actuales de EUA, de los gobiernos europeos o de Japón, no dan indicios de que esté en curso la preparación de una nueva guerra mundial.

Por eso, la interpretación que propongo es que estas intervenciones militares se realizan principalmente en beneficio del capital mundializado más poderoso. Y que no se trata de establecer sistemas de explotación a través del robo y el saqueo directos de los países, o de arrebatar colonias a las potencias rivales, como sucedía en los tiempos en que escribían Hobson y Lenin, sino de generalizar las relaciones capitalistas. En otras palabras, el objetivo no es establecer un sistema de explotación a través de la extracción del excedente por medio de la violencia, sino basado en las relaciones del mercado y la propiedad privada del capital. Para esto se busca garantizar las condiciones políticas, jurídicas y sociales para que la mundialización del capital, esto es, la subsunción bajo su mando de los recursos naturales y de las fuerzas productivas planetarias, se lleve hasta el final. En Valor, mercado mundial y globalización sinteticé esta idea diciendo que lo que se busca es garantizar los “derechos universales del capital” (la expresión no es mía) a la explotación. En la forma específicamente capitalista de extraer el excedente, la explotación ocurre por medios económicos. La violencia asegura la permanencia de esta relación (Marx ha desarrollado extensamente esta idea).

Inversiones de China en Afganistán

Lo anterior sirve para interpretar una noticia que en los últimos días ha llamado la atención de los medios. En Afganistán no es EUA, o alguna potencia europea, la que está tomando la delantera en el campo económico, sino China. “Mientras EE.UU. combate, China se dedica a los negocios”, escribe Tini Tran, de la agencia AP, en una nota reproducida por La Nación del 2 de agosto. En 2007 China se convirtió en el principal inversor extranjero en la región. Ese año China Metallurgical Group Corp. ganó un contrato por US$ 3500 millones para explotar las minas de cobre de la provincia de Logar, al sudeste de Kabul. Es una de las mayores reservas de cobre en el mundo, no explotadas. El acuerdo incluye el compromiso de construir una planta eléctrica, una vía férrea, un hospital y una mezquita; además de emplear a miles de afganos en las minas. Esta inversión se inscribe en una dinámica de intercambios crecientes. El comercio entre China y Afganistán creció desde 25 millones de dólares en 2000, a 215 millones en 2009. Pero se estima que la cifra real, dado el comercio fronterizo extraoficial, sería el doble.

Otros datos: China consume el 25% del cobre extraído en Afganistán. Las empresas chinas ZTE y Huawei están invirtiendo para proveer líneas de teléfonos celulares para unos 200.000 usuarios. En los mercados de Kabul se encuentran computadoras, celulares, cámaras, planchas, calefactores y lavadoras provenientes de China. Según datos oficiales, desde 2002 Pekín ha aportado 900 millones de dólares para proyectos de reconstrucción en Afganistán y en abril de 2009 anunció otros 75 millones de dólares para proyectos de cooperación. Beijing aportó 25 millones de dólares para la construcción del hospital Jamhuriat, de 10 pisos, en Kabul. En marzo de 2010 el presidente afgano, Hamid Karzai, hizo su cuarto viaje a Pekín, donde firmó acuerdos de cooperación económica, capacitación técnica y menores aranceles para los productos afganos. Además de sus intereses económicos, China parece tener un interés político estratégico directo. Cuando los talibanes estaban en el poder, Al-Qaeda entrenó a organizaciones separatistas de Xinjiang, que representan una amenaza para Pequín.

Unidad-enfrentamiento

La entrada económica de China en Afganistán es aceptada por Washington. “Puede ser algo benéfico. De hecho, alentamos a toda la comunidad internacional para que se interese en el desarrollo económico de Afganistán”, declaró Gordon Duguid, vocero del Departamento de Estado norteamericano. “Mediante el trabajo con nuestros aliados de la coalición y con otras partes interesadas, tratamos de establecer una economía viable de mercado en Afganistán. Esta es una forma de alejar a la gente de las actividades ilícitas y de combatir la ideología de los terroristas” (La Nación, 2/08/10). Acorde con este talante, Obama ha solicitado a China que contribuya con soldados a la guerra.

Subrayo: “las partes interesadas” están intentando “establecer una economía viable de mercado” en Afganistán. Éste es el contenido de la hermandad entre los capitales.

Lo dicho no niega, por otra parte, la existencia de roces entre las potencias y los capitales. Ahora mismo existen múltiples tensiones entre China y EUA. Por caso, en torno al valor del yuan; a la política de Washington hacia el Dalai Lama; o a causa de la reciente propuesta de China de vender dos reactores nucleares a Pakistán. Pero estos conflictos no desembocan en conflictos armados. Reconocen un techo, conformado por los intereses mundializados de los capitales.

Pienso que el enfoque tradicional en la izquierda sobre el imperialismo neocolonial no puede dar cuenta de esta complejidad. Ni de la creciente influencia económica de China en estas circunstancias.


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Imperialismo, Irak y Afganistán

Written by rolandoastarita

04/08/2010 a 14:47

Publicado en General

12 respuestas

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  1. Muy interesante. Una mirada necesaria para comprender la compleja dinamica capitalista. Felicitaciones.
    Saludos.

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    Gerardo

    05/08/2010 at 08:08

  2. Muy buena la nota Rolo; los enfoques conspirativos de cierta izquierda estilo «el cerco en torno a China» y cosas asi me venian haciendo bastante ruido. Al fin y al cabo las crisis capitalistas pueden resolverse con mas capitalismo (subsuncion real, no?). Muy bueno el blog, recien lo descubrí.

    Salu2!

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    Benito

    05/08/2010 at 12:25

  3. Interesante.

    Me habían recomendado mucho esta página. Espero que los comentarios que incluyen preguntas sean contestados. Me interesa mucho saber más acerca de eso de que «La entrada en Bagdad no se tradujo en un aumento de las ganancias de las petroleras. Y la guerra ha insumido casi tres cuartos de billón de dólares a EUA. Se trata de un costo en plusvalía colosal para el capital, y esto es fundamental para el análisis». Me gustaría tener más datos que avalen la teoría de que la guerra no produjo unas ganancias colosales tanto a las grandes empresas como al estado americano. Y también de que los gastos fueron superiores. Es que lo que dice usted es tan sorprendente y contrario a la manera de pensar tradicional que me parecen necesarios más datos concretos que avalen su afirmación.

    Estoy segura de que usted podrá añadirlos.

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    Rosa Luxemburgo

    24/07/2012 at 13:08

    • No puedo responder todas las preguntas que me hacen. Escribo este blog en medio de mi trabajo en la docencia, y otras tareas. Además, no tengo ninguna «lamparita mágica», muchas cuestiones las sigo investigando. De todas maneras, su pregunta atañe a una cuestión que he estado siguiendo. Presento los datos:
      En 2008 Stiglitz y Bilmes calcularon que la guerra de Irak ya había costado más que lo que habían costado los 12 años de guerra en Vietnam; y esto sin incluir los costos de largo plazo (por ejemplo, heridos y pensiones de guerra). Antes de la guerra Paul Wolfowitz, el segundo del secretario de Defensa, Rumsfeld, había calculado que la guerra se iba a pagar con los incrementos de las entradas por el petróleo. En 2008 EEUU llevaba consumidos en la guerra 850.000 millones de dólares, pero el costo total Stiglitz lo calculaba, conservadoramente, en 3 billones de dólares. El libro que escribió con Bilmes tenía ese título, «la guerra de los 3 billones» (no lo leí). Algunos estimaron el costo hasta en 5 billones. La Oficina presupuestaria del Congreso la ubicó entre 1 y 2 billones.
      Bien, el hecho es que no hay forma de sostener que una guerra que costó estas cifras siderales haya sido rentable. Hagamos un cálculo sencillo. Hoy la capacidad de producción diaria de Irak es de 3 millones de barriles por día; esto luego de haber caído durante varios años a 2 millones diarios. Pues bien, supongamos que produzca a plena capacidad actual, de 3 millones. Supongamos un precio de 100 dólares el barril (que no lo estuvo siempre, en estos años). Supongamos también que todo el ingreso proveniente de esa producción fueran ganancias; o sea, no hay costos de extracción, exploración, etc. Supongamos también que todas esas ganancias cayeran en las empresas de EEUU (o sea, que el gobierno iraquí no reciba regalías). Con todos estos supuestos «heroicos», se necesitarían más de 27 años de producción para llegar a los 3 billones de dólares (que es el cálculo de Stiglitz) que costó la guerra.
      Pero además, la realidad es que el gobierno de Irak no dio en exclusividad la explotación del petróleo a las empresas de EEUU (o de Inglaterra). También obtuvieron contratos empresas de países que no participaron de la invasión: Total de Francia; Lukoil de Rusia y CNCP de China. Lukoil, por ejemplo, en 2009 ganó un contrato para explotar un campo que representa el 10% de la producción total del país. Se puede decir, sin embargo, que Lukoil luego contrató con empresas de EEUU para proveerse de equipos; algunas de esas empresas muy vinculadas a Bush y a su vicepresidente, Cheney. Pero de todas maneras el asunto no fue tan lineal. Agreguemos que Lukoil debía hacer fuertes inversiones para elevar la producción del campo que había obtenido. Otras empresas occidentales se encuentran con el mismo problema; los abogados de las empresa y muchos analistas se quejan de que las ganancias son bajas, debido a las inversiones y reglamentaciones. Seguramente en esto hay mucha propaganda de estos abogados del capital; pero de todas formas, todo indica que el negocio no fue tan «redondo». En cualquier caso, estamos muy lejos de tener ganancias para EEUU (e Inglaterra) de 3 billones de dólares (= al costo de la guerra).
      Agrego ahora otro elemento para el análisis, que va en el mismo sentido de la nota «Imperialismo, Irak y Afganistán»: Exxon (la petrolera yanqui más grande) acaba de ser excluida de la posibilidad de presentar ofertas para la explotación en Irak porque entró en tratos con los kurdos.
      Mi hipótesis, que la presenté de manera desarrollada en «Valor, mercado mundial y globalización», es que la guerra respondió a un interés más general del capital, que tiene que ver con asegurarse al planeta como campo de explotación del trabajo.

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      rolandoastarita

      24/07/2012 at 14:24

  4. Estoy asombrada por la rapidez y seriedad de su respuesta. Yo esperaba que tardara más.

    Pero me parece que se pasa por alto el tesoro nacional irakí antes de la guerra que fue saqueado tras la victoria. Habría que ver cuántos dólares y oro tenía Saddam Hussein almacenados en su haber. Al fin y al cabo, cuando cayó Kwait también los irakíes robaron a mansalva el tesoro nacional de ese país. Me imagino que lo contrario también debió pasar. No lo digo para poner en duda sus argumentos (que me parecen muy sólidos) sino porque creo que es una omisión que no se debería haber hecho.

    Pidiendo disculpas de antemano por el off topic quisiera tomarme la libertad de abusar de su tiempo por un momento y formular otra pregunta: ¿Es cierto que la salud en China esta privatizada? Yo tenía entendido que era imposible tal cosa. Pero me han dicho que efectivamente es así. Quisiera saber que me puede contar usted al respecto.

    A riesgo de ser un poco pesada, espero con impaciencia su respuesta. Es muy difícil conseguir autores como usted en la red.

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    Rosa Luxemburgo

    26/07/2012 at 20:28

    • En mi respuesta atendí al argumento específico sobre la rentabilidad de la invasión en término de petróleo/costos. En cuanto a lo producido por los saqueos, (que no fueron solo de EEUU), es imposible que pudieran compensar un costo de 3 billones de dólares. Insisto, en este asunto es fundamental entender que el esquema explicativo «invaden para transformar a Irak en una colonia», que fue tradicional en la izquierda, hace aguas por los cuatro costados.
      En cuanto a la salud en China, los datos que tengo es que efectivamente se está privatizando, y en gran medida, de hecho. Por caso, hay muchos hospitales públicos que están desfinanciados y cobran a los pacientes. También la educación se ha privatizado en buena medida. Algunos datos y el marco general de este proceso lo reseño en esta nota.

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      rolandoastarita

      26/07/2012 at 23:54

  5. Pero al establecer «zonas de mercado» en países como Afganistán, como los países participantes del conflicto obtienen los retornos de la «inversión» hecha en el conflicto si, como lo ha escrito, los costes son tan altos? Es decir, EEUU ha invadido estos países en un acto altruista en pro del mercado para beneficio de todos los capitales?

    Por otro lado, si las potencias no invaden a otros países para extraer sus recursos naturales o emplear mano de obra mas barata (mayor explotación), entonces, no existe el imperialismo en la actualidad?

    Le agradecería que me aclare estas dudas profesor, muchas gracias.

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    Alfonso

    04/03/2013 at 00:29

    • En primer lugar, las teorías hay que confrontarlas con lo que sucede. La mayoría de la izquierda sostuvo que EEUU entraba en Afganistán, y antes en Irak, con fines colonialistas. En Irak, claramente se dijo que era para quedarse con el petróleo. Lo cierto es que en las más recientes concesiones de áreas petroleras por parte del gobierno de Irak, han sido favorecidas empresas de países que no intervinieron en la guerra, como Rusia, Francia y China. Exxon, la más grande petrolera de EEUU, no pudo participar de licitaciones por haber llegado a acuerdos con los kurdos. ¿Cómo se explican estos hechos con la tesis «los yanquis invadieron Irak para quedarse con el petróleo»?. Además, EEUU encabezó una coalición de países. ¿Por qué todos estos gobiernos aceptaron intervenir? ¿Acaso porque son colonias? ¿España o Italia son colonias de EEUU? Mi explicación es que fue una acción en la que se buscó favorecer al capital más concentrado en general. Había una unidad en los objetivos; los gobiernos de Alemania y Francia aclararon muchas veces que estaban de acuerdo con el objetivo (acabar con el gobierno de Saddam Husein), no con el método (la intervención militar).

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      rolandoastarita

      04/03/2013 at 15:06

  6. Entiendo gracias profesor, me gustaría saber que piensa sobre la tesis del imperialismo? que es el imperialismo para usted entonces? existe este?

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    Alfonso

    04/03/2013 at 20:49

    • La pregunta me parece importante, en Valor, mercado mundial y globalización discuto la actualidad de la noción de imperialismo. Por lo que he explicado, no se puede seguir pensando al imperialismo como una forma de explotación basada en la extracción del excedente a partir de la coerción político-militar, como ha sido el colonialismo. Tampoco de explotación de países (Argentina no es explotada; lo es la clase obrera, no «el país»). En «Valor…» planteo que podemos definir al imperialismo «como la política -y el aparato militar e institucional que la acompaña- destinada a garantizar los derechos universales del capital. Las instituciones internacionales (FMI, Bco Mundial, BIS, OMC, Consejo de Seguridad de la ONU, etc.), las alianzas militares -en primer lugar la OTAN- y los Estados más poderosos conforman esta estructura que se corresponde con la del capital globalizado. A ella se pliegan las burguesías de los países subdesarrollados que logran insertarse, con mayor o menos éxito en la globalización. Este primer corte en la noción de imperialismo debe articularse con la determinación nacional y geopolítica» (esto último alude a las tensiones por zonas de influencia, hegemonía, etc, entre las potencias).
      La idea es que el capital más internacionalizado y concentrado necesita, mediante la violencia y el despliegue del aparato militar más sofisticado que haya conocido la historia, garantizar las condiciones para la explotación; que la competencia opere de la forma más abierta; que ningún gobierno ponga trabas a la libre movilidad de los capitales, o a la seguridad de la propiedad. Se necesita garantizar las condiciones políticas y jurídicas para que se despliegue la dialéctica de los capitales en proceso de valorización. Las presiones por liberalizar los intercambios, el Acuerdo General sobre comercio de servicios; los acuerdos bilaterales de protección de inversiones; los acuerdos bilaterales de tratamiento impositivo; la protección de patentes, y similares, son ejemplos de las políticas desplegadas.
      En este marco, se desarrollan conflictos -aunque no llegan a nuevas guerras mundiales- entre los capitales, amparados en sus Estados nacionales, por aumentar sus zonas de influencia y mejores condiciones para la explotación.

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      rolandoastarita

      04/03/2013 at 23:05

  7. Estimado, le escribo desde Chile, y quisiera que me explicara en términos más simples , ¿ cuál fue le objetivo principal de EEUU para atacar a Irak , ? aparte por supuesto de la liberación de los Iraquies por parte de Husseim ,

    Saludos

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    Elisa

    26/08/2013 at 22:31

    • La explicación más breve y simple que me es posible está en la nota. Si no la entiende, lo lamento; no puedo simplificarla más sin deformarla.

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      rolandoastarita

      26/08/2013 at 23:30


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